jueves, 30 de septiembre de 2010

LA CALDERERÍA AVILESINA



En la calderería y el trabajo del cobre en Avilés, se observa en un espacio concreto , una elevada concentración artesanal orientada hacia una actividad productiva específica. En muchos casos el papel de los factores geográficos,- disponibilidad de agua, recursos forestales o mineros, situación y emplazamiento del núcleo respecto a la red de caminos o vías de circulación marítima - se señala la existencia de al menos, dos martinetes de fundir y tirar cobre. Uno se hallaba en Solís; el otro en la parroquia de Molleda, - sobre el río Llaranes lugar de Vidriero, sitio de Viesca -, había sido fundado en 1.753. Se ha hablado de la existencia de un tercero en Villalegre, conocido como “La Cobrería”.

El martinete de Biesca pertenecía a Diego Benítez Gutiérrez. Debido a las “crecidas quiebras” solo se le reputaba una utilidad anual de 4.000 reales. Era manejado por 11 “oficiales de martinete” designados en ocasiones como “caldereros de oficio” para distinguirlos de los 64 “caldereros puramente de herramienta” u ”oficiales remendones de calderas”.

El martinete de Solís, era llevado en 1.776 por los señores Domingo A, Trelles Osorio, Juan F. de Estandaiz y Domingo A. Fernández Cueto. En aquél año y por un periodo de diez, se arrienda a nombre de Josefa Blanco por renta de 39.000 reales. Se estimaba que el martinete de Solís fundía 50.000 libras anuales de cobre. Se empleaban cobres del Norte, también conocidos como “cobres de Hamburgo”, preferidos a los de Perú por su mayor dureza. Cada establecimiento contaba con una o más fraguas y el mazo correspondiente, además de las “oficinas” donde se desarrollaban las labores de martillaje y composición. El mazo de rueda hidráulica era utilizado en los meses de invierno, de abundante agua; en verano se realizaban las reparaciones y acopios.

En las “Respuestas del concejo de Avilés”, se contabilizaban 119 “tratantes de calderas, guadañas y utensilios de cobre” a los que se atribuye una utilidad anual por su tráfico, de 100.000 reales; empleaban 83 caballerías en sus desplazamientos por Galicia y Castilla. Salían a vender en verano, coincidiendo con el mejor estado de los caminos, con las menores exigencias de las labores del campo y con el propio régimen de trabajo de los martinetes.
En muchas ocasiones, existía “compañía” entre los fabricantes y los mayoristas; don José Fernández de Pravia, don Toribio González Llanos, don juan Sama y doña Josefa Blanco, se dedicaban a “la venta de calderos de cobre que fabrican por sí y en compañía de otros”. Asimismo, la comercialización por ferias regionales y mercados de Orense, León y Pontevedra, se realizaban por tratantes y mercaderes “en grande” que, con recuas y caballerías propias, vendían, por medio de arrieros o “criados”, directamente a las tiendas “por menor” de las villas, así como a clientes gallegos y castellanos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

HISTORIA DE LOS MOLINOS EN ASTURIAS


Asturias es una región con abundancia de precipitaciones, además de una orografía abrupta con importantes cadenas montañosas próximas a la costa, dando lugar a múltiples cauces de pequeños ríos, que en cortos trayectos vierten sus aguas al Cantábrico. Las precipitaciones en forma de nieve del largo invierno y las bajas temperaturas hacen de la cordillera cantábrica un importante almacén de agua que regará los valles por medio de ríos y regatos durante los periodos de primavera y estío, por lo que estos cauces, aunque con oscilaciones, son bastante constantes todo el año.
En estas condiciones no es de extrañar que sea Asturias una región en la que los ingenios hidráulicos proliferen desde tiempos muy remotos. Se trata de maquinas movidas por la fuerza del agua que desempeñan muy variadas funciones: mazos o pilones que en las ferrerías golpean el hierro candente para darle la forma deseada, trillones o batanes que mazan el tejido de lana, piedras de afilar, y ya en tiempos mucho más recientes centrales hidroeléctricas. Pero entre todos los ingenios que precisan el agua como fuerza motriz, es el molino el que más abunda.

Breve historia.
Desde que el hombre cultiva la tierra y produce cereales para su alimentación y la de su ganado, se ve en la necesidad de hacer harina a partir del grano. Esta operación la realiza en principio manualmente machacando el grano entre dos piedras, pero enseguida mejora el sistema para obtener un mayor rendimiento. En principio los molinos empleados eran movidos por personas o animales, fueron los denominados "molinos de sangre".
El molino hidráulico tiene probablemente su origen en Oriente Próximo y Asia Menor, donde ya se utilizaban en los siglos 3 ó 4 a.C. En España y por supuesto en Asturias, zona muy propicia para este ingenio, se supone que en el siglo VIII ya funcionaban bastantes de estos molinos. La mayoría de los molinos, especialmente los de la cordillera Cantábrica, son molinos de rueda horizontal o molinos de rodezno, más adecuados a las características de los pequeños cauces de nuestros ríos que los de aceña, que utilizan una rueda vertical y precisan mayores cauces.

Los molinos que hoy en día se conservan en Asturias tienen un origen difícil de precisar, pues de muy pocos se conoce su fecha de construcción. Es de suponer que una buena parte de ellos hayan sido construidos en el siglo XVII debido a la aparición en Asturias del cultivo del maíz, que rápidamente se generaliza y ocupa un lugar importante dentro del sistema productivo del campo asturiano. En todo caso cuando a los pocos molineros que quedan se les pregunta por la antigüedad de su molino la respuesta es bastante común: "ye mui vieyu... equí ya molió mio güelu y paezmi que tamién so padre... tien munchísimos años". Sólo los que se construyen a finales del siglo XIX y principios del XX aportan datos precisos sobre la fecha.
Podemos afirmar que hasta bien entrado el presente siglo eran miles los molinos que funcionaban en Asturias. La casi totalidad empleaban el sistema de rodezno y podían tener entre uno y seis molares.
Hasta la llegada del maíz de América, y su implantación casi generalizada en Asturias en el siglo XVII, una parte importante de la tierra cultivable se dedicaba a la producción cerealista, siendo el trigo, el mijo, la escanda y el panizo los cultivos de este tipo mas usuales. Los molinos se dedicaban a moler estos cereales, utilizándose la harina, en mayor medida, para consumo humano. A partir del siglo XVII el maíz es el cereal más común, mientras queda muy reducida la producción de trigo y escanda, por su inferior rendimiento, y desaparece en la práctica la de mijo y panizo.
Algunos molinos eran de propiedad privada, en cuyo caso el propietario se quedaba con una cantidad de grano por el trabajo realizado; esta era una cantidad más o menos fija aplicada mediante una medida por saco de grano que se llevaba a moler y se denominaba maquila. Otros molinos eran de varios propietarios que se turnaban a la hora de moler, estableciendo un turno de uso, por lo que fueron denominados molinos de vecera. Los grandes molinos eran frecuentemente propiedad de monasterios y mayorazgos, y además de moler su propio grano sacaban un buen rendimiento "maquilando" a los pequeños agricultores, que entre rentas - eran pocos los agricultores que tenían en propiedad las tierras explotadas - y "maquilas" veían reducidas de forma importante sus pequeñas cosechas.

Encuentro con el molín.
Siguiendo el cauce de cualquiera de nuestros ríos o riegas, allí donde encontramos el agua remansada por una presa y siguiendo la estrecha canal que se deriva, en parajes frondosos, poblados de manzanos, alisos, fresnos, cerezos y avellanos, allí donde el rumor del agua invita a ayalgas, xanas y espumeros, se encuentran los molinos. Son espacios un poco míticos, de los que surge su estructura pétrea y centenaria entre una naturaleza rebosante de agua y vegetación.
El molino tiene un encanto especial para los que, cuando llevábamos la saca con el maíz a moler, recordamos el rumor del agua al acercarnos, el ruido sordo y monótono de las muelas al girar triturando el grano entre ellas, el agradable calor que hacía en la sala del molino propiciado por el rozamiento de las muelas, la atmósfera densa del polvillo de harina en suspensión que se anclaba en las telas de araña – siempre beneficiosas ya que las arañas se comen las mariposas de la polilla que ataca al grano - y siempre una sensación de tranquilidad que da un lugar por el que han pasado muchos años y donde unas ruedas giran incansablemente día tras día.
El "molín" nos ofrece siempre una estampa de gran belleza no sólo por su entorno sino también por su forma. Una pequeña construcción aprovechando un desnivel del terreno, por lo general de una planta, en la que entra el agua por la parte alta -el cubo- y sale por la parte inferior, abierta muchas veces en forma de arco de piedra -el infierno-.
Es frecuente que utilizando un mismo cauce de río o regato se hallen varios molinos, en ocasiones muy cerca unos de otros. En algunos casos el mismo estanco recoge el agua del cauce del río para derivarlo hacia un molino, y el agua que sale de este se canaliza hacia un segundo molino, dándole dos usos a un mismo caudal antes de revertirlo al río.
El molino tiene tres partes bien diferenciadas: la canal y el cubo que junto con el estanco constituyen el sistema de acometida del agua, la sala del molino y el infierno o parte inferior. Los molinos suelen estar separados convenientemente del cauce del río para evitar las inundaciones que provocarían las frecuentes crecidas. El agua es recogida en el cauce del río por el estanco que lo remansa y desde donde se deriva por un canal -presa- hasta el molino. Esta presa conduce el agua con un suave pendiente hasta la parte alta del molino en el que penetra por el cubo, conducción lateral con una caída de unos dos o tres metros y que tiene en su parte inferior una estrecha salida -el salibu- por la que el agua sale con la presión suficiente para, al golpear en los canxilones, mover el rodezno -rueda horizontal que se encuentra en la parte inferior-. El rodezno hace girar el eje vertical -árbol- que a su vez trasmite este giro a la muela superior -volandera-.
El agua del río o regato es remansada en el estancu que es una pequeña presa con el fin de desviarla hacia el molino. Del estancu arranca la canal que conduce el agua hasta el molino. Esta conducción, que suele ser realizada con muro de piedra y puede llegar a tener un km. de longitud, avanza en ligera pendiente de modo que al llegar al molino alcance una altura de, al menos, dos o tres metros por encima del rodezno.
De este modo es frecuente encontrar una especie de muro que sobresale por encima del tejado del molino:es la parte final de la canal que termina en un depósito tronco piramidal - cubo - , aunque en algún caso puede ser tronco cónico, y que almacena una considerable cantidad de agua que saldrá dirigida hacia el rodezno.
Una de las tareas frecuentes que debe realizar el molinero es la limpieza periódica de la canal y el estanco, debido a la maleza, hojas y ramas que se almacenan en la misma, y que pueden obstruir el paso del agua.
El tipo de molino más común es el de una sola muela albergada en un pequeña construcción de piedra con techo de teja o pizarra, según las zonas, en cuyo interior se sitúan los mecanismos básicos.

La tarea del molinero.
El molinero realiza constantes tareas alrededor de su molino. Arranca el molino tirando de la paradoria. Cargará de maíz, trigo, escanda o cebada la tremoria. Regulará la inclinación de la canalexa, para controlar la cantidad de grano que caerá en el güeyu de la muela. Con el aliviu elevará más o menos la volandera, regulando la aproximación entre las muelas, y consiguiendo darle a la harina mayor o menor finura. Recogerá la harina caída en el banzal para echarla en el saco y maquilará la parte que le corresponda por su trabajo.
En ocasiones, cuando la molienda es para consumo humano, peñerará la harina con el cedazo, separándola del salváu.
El molinero se siente orgulloso de su molino; tenga uno o varios molares, siempre hay uno que "da muy buena harina". Cuando la molienda es para hacer torta o boroña el molinero se esmera, muele despacio, con poca agua y aproxima bien las muelas, para que la harina salga fina.
La harina, sobre todo si el grano no está bien curado, queda adherida en las estrías de las muelas. Estos restos de harina -cincha- ciegan el "molín", por lo que hay que eliminarla mediante el picado de la volandera y el frayón.
El molinero inicia esta tarea levantando la tremoria, y el caxón cuando la muela está cubierta, quedando a la vista las muelas. Sacará de su encaje la inera. Acercará entonces las tenazas de la cabria que encaja en los agujeros que a este fin tiene la volandera, y girando el gran volante elevara la muela sacándola hacia un lado. Podrá entonces voltearla para poner al descubierto el rayáu de la muela. Con paciencia, en una labor que le llevará varias horas, irá golpeando con el picu en las estrías eliminando los restos de la harina. Terminada de picar la volanderá hará lo mismo con el frayón.
El estancu y la presa deben mantenerse limpios, de lo contrario llegará poca agua al molino, o incluso puede que algún elemento extraño atasque el cubo inutilizando momentáneamente el "molín".
Normalmente el cubo tiene en su entrada una rejilla que impide el paso de porquería que pueda obstruirlo, pero aún así la limpieza de la presa es algo que hay que vigilar especialmente cuando se producen crecidas en el río y en la época de caída de la hoja.
Pero aún le queda alguna otra labor al molinero: debe controlar el estado del sistema motriz, el puente bien asentado, el rodezno bien nivelado con las péndolas en buen estado, el árbol sin holgura que pueda hacer necesario ajustar las pinas. En fin, un gran número de tareas que el molinero no debe descuidar para el buen funcionamiento del ingenio hidráulico.
Sin ser muy abundantes, existieron en Asturias varios molinos que utilizaban agua de mar para realizar su función, eran los molinos de mareas. Se construyeron en zonas en las que la cuenca hidrográfica era escasa, allí donde los molinos tradicionales de rodezno eran insuficientes para atender la demanda molinera de la comarca. Se encuentran en zonas de ría o pequeñas dársenas naturales, resguardados del oleaje. La sala del molino se halla situada sobre un grueso muro de piedra. El muro tiene una compuerta que hace de cierre de la dársena en la que el agua se almacena durante la pleamar. Durante la bajamar el molino funciona con el agua que va soltando, que se encuentra apresada en la dársena, de modo similar a como lo hacen los molinos de rodezno.
Quedan restos de este tipo en Buelna (Llanes), también en la ría de Villaviciosa (La Enciena) y en Barres (Castropol). Este último dejó de moler en el año 1917. Su actual dueño nos relataba lo que sigue, que es una muestra de la frecuente relación entre molinos y mitos: "en la zona había un campesino ya mayor, que vivía sólo, y después de realizar sus tareas agrícolas cotidianas, al atardecer se situaba en un alto cercano a la ría y también al molino de As Acías y tañía un trozo de rabil hasta bien entrada la noche. El objeto era guiar a "La Santa Compaña" hasta que ésta se adentraba en la ría y desaparecía. La molinera, que tan sólo tenía quince años, cuando la bajamar coincidía con la noche, pasaba un miedo tremendo".

Fuente -www.abamia.net/molinos

martes, 28 de septiembre de 2010

CERÁMICA ASTURIANA


La cerámica asturiana está realizada para el uso domestico, pues en muy pocas ocasiones se realizaron piezas exclusivamente decorativas, ya que estaba destinada a las clases menos privilegiadas. Las mesas de las familias más acomodadas disponían de vajillas de Talavera y otros centros alfareros españoles, e incluso de otros países.
Al no tener necesidad de almacenar agua en las casas, y cuando era necesario hacerlo se utilizaban piezas de madera como la herrada, las piezas cerámicas son de tamaño reducido, realizándose en casos excepcionales piezas de "gran tamaño", desde el punto de vista de la producción asturiana, pues en otros lugares serían piezas de tamaño medio. La tinaja tanto para contenido de líquidos como de despensa no se fabricó en esta región.
Asturias, ceramológicamente hablando, se puede dividir en tres zonas claramente diferenciadas, donde la cerámica ha influido de modo particular. En la parte occidental prevalece la cerámica negra realizada en Llamas del Mouro (Cangas de Narcea); en la zona centro, la cerámica negra, de similares características a la anterior, realizada en Miranda de Avilés y la cerámica de Faro; en Oviedo y en el oriente de Asturias, predomina esta última.

La cerámica de Miranda de Avilés.

Esta cerámica de Miranda de Avilés es muy similar a la de Llamas del Mouro, en cuanto a sistema de elaboración, con las mismas características de cocción y terminación, aunque variando un poco las formas. La presencia de la mica como componente del barro con que se realizan estas piezas, hace diferenciarla de la de Llamas del Mouro a simple vista, aunque no en todas las ocasiones es tan fácil, sobre todo en piezas de formas parecidas o raras.
De las piezas realizadas en los alfares de Miranda, las más características son la cántara de dos asas y el tonel, este parecido al de Llamas del Mouro, pero más corto y de forma globular, con la boca más grande.
Otras piezas producidas son la botía, el vedrio, las ollas, los pucheros y los botijos o porrones. También se hicieron tubos para la conducción de agua.
Su mercado era reducido, limitándose a la zona de Avilés y centro de Asturias.

La cerámica de Cangas de Onís.

Cuatro fueron los centros alfareros de la zona de Cangas de Onís: Soto de Dego (Sotu Deu), Cangas de Arriba (Cangues d'Arriba), el Pozo de los Lobos (El Pozu los Llobos) y Pandesiertos, lugares todos ellos que distan muy pocos kilómetros de la capital. En estos centros se sigue utilizando como herramienta de trabajo el torno de mano.
Soto de Dego que, pese a pertenecer al concejo de Parres, por su ubicación entra dentro del ámbito de influencia de Cangas de Onís, se encuentra situado en la ribera del Sella, a muy poca distancia del llamado "puente romano".
El último alfarero de Soto de Dego está inmortalizado en un hermoso cuadro del pintor cangués José Ramón Zaragoza, perteneciente a su trilogía titulada "los oficios de la ribera" (en este caso la del río Sella). En él, figura el alfarero trabajando en una rueda de mano debajo de un horreo, a su alrededor se ven diversas piezas secando.
El barro trabajado en Soto de Dego es más rojizo que el de los otros alfares de Cangas de Onís, diferenciándose las piezas realizadas en este lugar de la restante producción canguesa. Hacían el mismo tipo de cerámica que en Faro: cerámica sin baño y bañada, como en todos los alfares de Cangas de Onís utilizaban la galena para el vidriado de plomo. Las piezas elaboradas con baño de estaño son imposibles de distinguir de las de Cangas de Arriba y el Pozo de los Lobos.
Cangas de Arriba, el barrio alto del actual Cangas de Onís, es el primitivo enclave de la ciudad, que con el tiempo cedería protagonismo a la zona baja, conocida antiguamente como el Mercado de Cangas. Queda constancia de esta actividad, en uno de sus barrios, denominado "barrio de los alfares."
En este centro alfarero se elaboró la misma cerámica que en el resto, conservándose piezas de los tres tipos de cerámica faruca.
Son piezas dignas de destacar un puchero de gran tamaño de un asa de color negro, una cazuela con baño de estaño y decoración verde y una cazuela de gran tamaño con baño estannífero interior, utilizada para cuajar la leche para la elaboración del queso. Característica de este alfar es una jarra especial elaborada para tomar sidra, conocida con el nombre de "puxu".
El Pozo de los Lobos se encuentra a la salida de Cangas en dirección Covadonga, a la margen derecha del río Güeña, estando situado poco antes, y a la margen izquierda, el Cortijo de la Gargantiella, finca donde se ubicó la fábrica de loza fundada por José Antonio Ruenes en el siglo XVIII. En este alfar solamente trabajó una familia, siendo los restos de las piezas que se encontraron del mismo tipo que los de los centros anteriormente reseñados.
Pandesiertos es el lugar donde mayor número de alfareros trabajaron juntos en la zona de Cangas de Onís. Allí todo el pueblo, si bien pequeño, se dedicó a la alfarería, combinando el trabajo con las tareas del campo y la ganadería, como ya hemos dicho ocurría en otros lugares.
Característica especial de la cerámica de Pandesiertos, es que en su mayor parte era elaborada por mujeres. Trabajaban un barro de tanta finura que les permitía hacer unos cacharros de paredes muy delgadas y gran calidad. Las piezas elaboradas son muy variadas. Se realizan piezas sin baño, de muy distintas formas, y piezas vidriadas con plomo, sobre todo cazuelas de gran tamaño.

Cerámica del "rayu" o de Vega de Poja.

Se conoce por este nombre a la cerámica de cubierta blanca y decoración en azul cobalto, realizada en la zona de Pola de Siero.
Cerámica de gran calidad, baño de estaño grueso y fino, de formas agradables a la vista y al tacto, con decoraciones sencillas, de color azul cobalto, por lo general de temas vegetales y geométricos, en algunas ocasiones con pájaros y peces. En la última época se elaboran piezas con decoración realizada con trepas y cuños, se hacen por encargo algunas piezas personalizadas y fechadas, como los tres botijos que se conservan en esta colección. En este momento final se incorpora el color amarillo en la decoración, pero solamente como relleno.
Esta cerámica tuvo gran difusión en Asturias, exportándose a otras provincias y a las colonias americanas. Compitió con la cerámica de Talavera en esta región, de tal manera que incluso se llegó a conocer por este nombre, al igual que uno de los barrios de Vega de Poja, donde se elaboraba. Los orígenes de esta cerámica se remontan al siglo XVIII, la familia Cónsul, de origen francés, creó una fábrica de cerámica en el Palacio de Villar (Pola de Siero), fueron sus fundadores Juan Nepomuceno Cónsul y Requejo y Antonio López Dóriga. Trataron de hacer una loza fina, que compitiera con las lozas españolas y europeas, que por esos tiempos se comercializaban en el norte de España. La experiencia fabril del Palacio de Villar duró poco tiempo. Desaparecida la fábrica, los empleados comenzaron a trabajar en sus casas, formando pequeños talleres, realizando las mismas piezas que habían hecho en la fábrica.
Las piezas se utilizaban para el servicio de mesa, las más características son: las botías, las jarras de distintos tamaños, para el vino, el agua y la leche, las fuentes, los platos hechos a molde, los cuencos, los orinales y los botijos.

Maximino Blanco del Dago.

LOS CARPINTEROS DE RIBERA

La Madera
La madera fue el material más utilizado en la fabricación de ingenios. Una materia prima que por sus infinitas posibilidades de transformación produjo abusos que condujeron a la deforestación de muchos bosques.
Era muy importante su forma de obtención: de una tala adecuada dependía la durabilidad y resistencia de la madera. Los documentos antiguos especificaban que no debía cortarse el árbol cuando estuviese lleno de savia y fruta, porque su madera sería débil.
Se abatía preferentemente a la luna llena entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, o se realizaba un corte circular hasta el duramen para destilar el jugo y una vez seco, derribarlo del todo.

Las maderas más empleadas fueron el Roble, el Castaño, la Encina, el Haya, el Fresno, el Carpe, el Manzano. Otras menos comunes fueron el Cerezo, el Peral y el Nogal. Pero el puesto de honor lo ocupa el Roble: aunque en verde tiene una densidad similar a otras, seco produce una madera compacta por la gran contracción de sus fibras. Aunque la experiencia demostraba la conveniencia de utilizar otras especies para piezas con otros requerimientos. Por ejemplo el Roble se emplea en las piezas dentadas de gran tamaño pero en engranajes pequeños es mejor el Carpe o el Manzano.

Las ruedas de carruajes se construían con Fresno, por su gran resistencia a las cargas dinámicas.
Para los ingenios hidráulicos el Roble es el más adecuado, debido a que mejora su resistencia y duración con la humedad. La Encina se conserva y no se desgasta dentro del agua. El Nogal soporta bien la presión y la torsión que producen los giros: la elasticidad de su fibra ofrece una buena recuperación y su estructura compacta evita el desmoche de las aristas en las tuercas. En condiciones de humedad, su fibra se deforma escasamente y tampoco dificulta el giro dentro de las tuercas.

Carpintería naval

Los astilleros se ubicaban próximos a bosques de buena madera como el Roble, como la costa Cantábrica; otras eran más abundantes en pino, madera adecuada para galeras, pero no para embarcaciones que hacían viajes a ultramar.
Para no esquilmar los robledales del Cantábrico, en 1563 se ordenó realizar plantaciones en una franja costera de dos leguas de anchura.Cuando durante el siglo XVI comenzaron a construirse naves de gran tamaño, como los galeones, se pasó de la construcción bajo cubierta al aire libre.
Los astilleros se formaban con gradas cimentadas sobre arenales con pilotes de madera sobre la que se instalaba una plataforma de madera, adecuada para botar el barco. Sobre esta grada se preparaba en primer lugar la quilla, rematada en curva hacia la proa y la popa. Después se montaban las vértebras del barco, clavando al final las tablas que cierran el casco. Se impermeabilizaban las juntas con brea y estopa, quedando la colocación de los palos, castillos y carpintería interior con el barco botado.
Los puertos importantes también contaban con grúas de pluma accionada por hombres en unarueda de gran diámetro.
Los carpinteros de ribera tenían también a su cargo las reparaciones de las maderas dañadas, lo que se realizaba acostando el barco sobre el arenal primero de un lado y luego de otro.

/www.infomadera.net

........................................................................................................................................................

Viavélez (El Franco),

Como si de un pequeño fiordo se tratase, el mar Cantábrico penetra serpenteando y sus aguas se calman por completo entre los espolones del puerto pesquero de Viavélez, conocido popularmente como El Porto. Enclavado en la desembocadura del río Vío, este muelle erigido durante el siglo XIX contó con una potente carpintería de ribera que durante décadas comercializó buques por toda la cornisa cantábrica y fue un importante enclave de exportación maderera. Actualmente, alberga una pequeña flota dedicada a la pesca de bajura.

En la parte interior del muelle una construcción invadida por los artos destaca sobre todas las circundantes por su particular encanto de ruina romántica. A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, este edificio albergó al principal astillero de ribera activo en Asturias, en el que ejerció -entre otros- su trabajo como maestro constructor José Ron Presno y en el que se botaron unos noventa buques mercantes, entre los cuales destacaron las fragatas «Villa de Ribadeo» y «Casas» y el malogrado bergantín «Teresita», que desapareció sin dejar rastro en 1855 mientras viajaba entre Ferrol y Terranova. Con el cambio de siglo y la desaparición de los buques de vela, la hegemonía de Viavélez decayó, pero el muelle siguió siendo un importante centro de actividad en el que convivían la pesca y la exportación de madera.

domingo, 26 de septiembre de 2010

HISTORIAS DE MIERES

LA VEGA

Mieres a finales del siglo XIX se extendía de norte a sur, desde La Villa d’Abaxo (Requexo, Oñón y La Pasera) hasta La Villa d’Arriba (La Villa), situando sus casas a la orilla del Camín Real de Castilla, la carretera Xixón - Adanero.
En los planos urbanos de finales de siglo XIX se advierte esta configuración lineal de Mieres.
Desde aquí y hasta el río Caudal todo era una llana y fértil vega, “un mar d’arbeyos y maíz”, como recoge Benxa en su Laminarium de Mieres.

La importancia económica de esta vega, en un tiempo en que Mieres era una villa eminentemente agrícola, hizo que, para conservarla, se proyectara que la vía del tren, actual RENFE, cruzara Mieres bajo la falda del monte Siana Pocos años más tarde, los trenes mineros y el ferrocarril Vasco-Asturiano primero y las nuevas calles después, acabarían con esta hermosa y fructífera vega.
La vega era un espacio agrícola cerrado y comunicado con la villa a través de “portielles”.
La más conocida fue la que se encontraba en el actual cruce de las calles Carreño Miranda y Doce d’Ochobre. Aún se conoce a esta zona de Mieres como La Portiella.
Con la peatonalización de la calle La Vega en el último cuarto del siglo XX se terminó por convertir en el eje comercial

............................................................................

ESCUELA CAPATACES
La idea de crear en Asturies una escuela donde se estudiase Mineralogía se debe a Gaspar Melchor de Xovellanos. Por Orden de 24 de Agosto de 1792, se dispuso que se establecería en Asturias una escuela de Matemáticas, Física, Química, Mineralogía y Náutica.

Fue Guillermo Schultz quien después de muchas gestiones logró que, de acuerdo con la Ley de Minas del año 1849, (que disponía que hubiera en Asturias una Escuela práctica de Minas) se estableciese en Mieres la Escuela. Se aprobaría el 1 de Diciembre de 1853. El mismo Schultz hizo el Reglamento que se aprobaría el 19 de diciembre de 1854.
El primer curso de la Escuela sería 1854 -1855. Sufrió un traslado a Llangréu debido al gran desarrollo industrial de este concejo y a la apertura del F.C. a Xixón. Permaneció allí hasta 1869. También hubo dos años (1870-1871) de suspensión de estudios por disturbios políticos. La Escuela, en 1872, se traslada a Uviéu donde estará hasta 1875, cuando nuevamente es llevada a Mieres.
En 1880 se hizo cargo de la Dirección D. Jerónimo Ibrán, cargo que desempeñó durante veintitrés años. A partir de entonces siempre estuvo ubicada en Mieres, en el edificio conocido actualmente como Casa de Cultura “Teodoro Cuesta”.


.........................................................................

NUMA GUILHOU
Natural de Mazamet (departamento de Tarne, Francia), se inicia en las actividades mercantiles desde muy joven, participando en una sociedad con su padre y hermanos, que se dedicaba al comerciode las lanas.
En 1857, se hace con la Compagnie Miniere et Metallurgique des Asturies que había pertenecido al grupo de Riansares, Grimaldi y Lillo, con una Fábrica Siderúrgica en Mieres y diversas minas. Unos años más tarde, en 1861, compra al mismo Riansares la Fábrica de Aceros de Vil.layana y varias minas de carbón en Llangréu y ese mismo año consituye la Societé Houillere et Metallurgique des Asturies.
Abrigaba un gran proyecto industrial, pero las dificultades del transporte hacen fracasar la renovación industrial de la cuenca del Caudal. En 1868 , la empresa se declara en liquidación y, dos años después, en 1870 el propio Numa compra en pública subasta en París la Sociedad Houillere et Metallurgique des Asturies, sociedad que disponía de minas en Llangréu, Santu Firme y Mieres y las acerías de Vil.layana y Mieres. Dedicado de lleno a esta empresa, se instala definitivamente en Mieres para gestionar directamente la Fábrica, contando desde 1873 con la valiosa y cualificada dirección del ingeniero Jerónimo Ibrán.
Con éste al frente, se renuevan las instalaciones y se organizan nuevos talleres. Su gestión en Mieres durante veinte años fue de lo más provechoso. Al morir, Fábrica de Mieres era un complejo industrial que integraba minas de hierro y de carbón, fábrica de hierros, talleres de construcción y reparación, fábrica de refalgar y azogue, y gestionaba también la Fábrica y Minas de Quirós.
Murió en El Padrún y está enterrado en el pequeño cementerio protestante que puede verse frente al solar de la antigua Fábrica, en la margen derecha del río Caudal.
www.ayto-mieres.es/calles.



sábado, 25 de septiembre de 2010

ASTURIAS - ANTIGUAS SUPERSTICIONES

El aojamiento, por ser mal tan frecuente y tan temible, hace poner en juego a quien lo cura, toda clase de potencias. El amuleto, el conjuro, el número, la oración... se aúnan con frecuencia contra él, y aun así, ni se le evita, ni en muchas ocasiones se le espanta.
Cuando existe la sospecha de que tiene este mal una persona, cabe asegurarse de ello examinando el pelo de la misma.
Hay otro procedimiento para llegar al mismo resultado, que el el de "pasar el agua". Se llama el agua del caso "agua del alicor" o "la alicornia", es decir, del unicornio. La "desaojadera" se santigua con el enfermo delante y le manda a las brujas invisibles marchar. Y se marchan.
El agua del alicor está en un jarro de baño, y el trozo de alicor se pone al borde y se deja caer con suavidad. Si se forman burbujas y lo cercan, el niño está agüeyau, y si no, no; las burbujas son los güeyos que le hicieron tanto daño. Y también puede ocurrir que el no formarse los ojos se deba a que el recurso llegó tarde.
El alicor se encuentra algunas veces engarzado en un anillo. No obstante, casi nunca es de alicor el objeto que se emplea, y o bien es de asta de ciervo, o bien de boj, con ojos por adorno... Si el aojamiento existe, la aojadera da el agua para que el niño la beba, aunque hay quienes la dejan al sereno y lo dan al otro día.
Otro modo de curarlo es el hacer una "humada", se juntan a este fin en un cacharro unos granitos de pólvora, suelas de zapatos viejos, ramas de laurel, panojas desgranadas y excrementos de gorrino... Se encienden, se aspira el vaho, y se terminó el mal de ojo!
El primer procedimiento se usa generalmente en el Oriente y aun en el centro de Asturias; el segundo es vulgar al Occidente.

EL HIPO:
Se cura el hipo en Asturias bebiendo tres sorbos de agua, estando sin respiro unos instantes; apretando los labios un momento y clavando los ojos con fijeza en la palma de la mano; dando un susto a quien lo tiene...
- Hipo tengo
a mi novio se lo encomiendo
si me quiere bien,
que se quede con él;
si me quiere mal,
que me lo vuelva a dar.


EL ORZUELO:

Nace el orzuelo en Asturias cuando se come ante una embarazada, o cuando se le niega lo que pide.
Se le puede curar de varios modos: colocando una llave encima de él previamente calentada por haberla frotado con la ropa; poniéndole una moneda; aplicándole tres veces la cola de un gato negro; arrojándolo a otro sitio...
Para arrojarlo a otro sitio -y esto es lo que se practica en toda región occidental- se hace una "casa" con pajas y tuétanos de mazorca; y la enciende el del "arzolo", pone la cara al humo y dice así:
-Arzolo, arzolín
queimoche a casa,
veite al molín!

En el centro se le "echa" a otra persona y la fórmula varía:
-Arzuelín te echo
al ojo derecho,
mírame bien
que a ti te lo echo...

Y o se pasan un dedo por el ojo, o señalan con el índice de la mano derecha a la persona a quien traspasan el mal, moviéndolo además con toda prisa. En el oriente agregan a esta fórmula la coletilla que sigue:
-Mala raya
mala paya,
mal arzolín te caya!

LA ICTERICIA:

Se marcha la ictericia con el agua, con sólo que el enfermo se coloque un buen número de veces a la orilla de un arroyo.
Mas en los Picos de Europa, se le traspasa este mal a la planta del ajenjo, yendo a verla nueve días, orinando sobre ella y declamando:
-Buenos días, clavel,
que te vengo a visitar,
pa que tú me des tu bien
y yo te deje mi mal!
Y hay que cerrar los ojos y alejarse. A los nueve días, el "clavel" se seca.


LAS RECETAS:

Mas la superstición tiene aún recetas para todas las dolencias que se puedan presentar...Así la leche de burra es buena para el catarro, pero sólo a condición de tomarla en ayunas nueve días; los baños de mar son buenos para numerosos males, pero sólo tambien a condición de que se tomen, siete, nueve u once.
Tres sorbos de agua, en ayunas, son la gran cosa para la salud. Cuando se enferman los ojos, se toman pediluvios nueve días, el primero con una onza de sal, el segundo con dos, el tercero con tres... y así sucesivamente. Para los ojos úsase asimismo la baba de caracoles, siempre que sea la primera que suelten en una lata y que se la hierva mucho. También se lavan con agua en la que "se serenan" previamente rabos de cereza negra. Y para remediar las quemaduras se echa tocino en siete aguas, y con el agua séptima se frotan.
Los excrementos de cerdo remedian las neuralgias y dolores; bebida el agua con el sarro viejo de las chimeneas viejas, remedia las pulmonías; un parche de "merucos" machacados que se coloque en el vientre, acaba con las lombrices; otro parche de "merucos" que se aplique a la garganta, acaba con las anginas; la camisa de culebra sujeta alrededor de la cabeza termina el dolor de muelas; un nabo que se lleve en el bolsillo termina los sabañones... La carne y el caldo de perro acabado de nacer, puesto a cocer en cuanto se le mata, combate el raquitismo de los niños, y al bajar extendido una escalera con la cabeza hacia abajo, acaba la indigestión. Las bolas de artemisa machacadas metidas en el zapato curan a las mujeres opiladas, aunque se debe cuidar de que no estén en estado, pues les puede costar el malparir; y la primera saliva que se tiene en la boca al despertar, sirve para los males de los ojos, es buena para las llagas, y cura las heridas de la oreja causadas por los pendientes.
El recetario prosigue, aunque no es fácil conocer a veces lo que debe al empirismo y lo que debe a la magia.
Poder de la costumbre, del misterio, de la superstición, de la rutina...! Aun hoy cabe encontrar en todas partes, a lo largo de tiempos y de espacios, las pisadas del hombre primitivo...!

Fuente www.telecable.es/

viernes, 24 de septiembre de 2010

LA VACA ROXA ASTURIANA


A diferencia de las grandes explotaciones ganaderas donde los animales son conocidos muchas veces exclusivamente por un número, en las ganaderías más pequeñas y familiares se tiene la sana costumbre de asignar un nombre a los nuevos miembros del establo según nacen. Para ello existen distintas técnicas: repetir el nombre del padre o la madre añadiéndole un número (Asturiana 2ª), un diminutivo (Asturianina), un prefijo (Hija de la Asturiana), u otras opciones que iremos viendo.
En principio le comentaremos que si usted decide llamar a su vaca “Rubia”, estará eligiendo un bonito nombre, aunque no muy original, ya que hay casi 5.000 vacas inscritas en el Libro Genealógico que se llaman así. Curiosamente lo mismo sucede si usted decide llamar a su semental “Rubio”, ya que su toro tendrá en el Libro Genealógico casi 2.500 tocayos.
A continuación mostramos una serie de tablas con los nombres más frecuentes de los animales inscritos en el Libro Genealógico de la raza Asturiana de los Valles.
Muchos ganaderos escogen un nombre que se corresponde con algunas característica física del animal, por ejemplo: Piquera 1.043, Preciosa 657, Redonda 586, Mansa 445, Guapina 411, Pequeña 314, Guapa 259, Culona 177, Mouca 96, Mocha 83, Cuernos 9.

En otros casos: Bombi 320 y Sabrina 151, por otros motivos evidentes...El color de la capa también se utiliza con frecuencia. Además de nuestra Rubia 4.932, encontramos Roxa 1.327, Cereza 1.301, Canela 959, Colorada 859, Parda 358, Castaña 284, Morena 259, Mariella 223, Guinda 219, Clara 168, Blanca 139, Marela 138.

En ocasiones se buscan nombres de animales: Leona 1.051, Rebeca 988, Corza 952, Mariposa 626, Ardilla 587, Liebre 449, Cierva 430, Paloma 440, Coneja 369, Pichona 252, Raitana 246, Golondrina 209, Pantera 184.
Y lo mismo para los machos: Cordero 459, Rebeco 413, León 339, Corzo 226, Raitán 131, Pichón 100, Ciervo 92, Palomo 79, Conejo 73, Lirón 72.
Con los nombres de los toros también podríamos hacer un equipo de fútbol, y no malo del todo: Cañizares 1, Raúl 5, Ronaldiño 3, Casillas 5, Rivaldo 11, Maradona 3, Makelele 3, Robiño 1, Torres 3, Agüero 1, Juanele 2, Quini 4, Joaquin 1, Figo 20, Romario 17, Gago 1, Hierro 2, Guti 5, Etoo 1, Prosinesky 1

También encontramos nombres de personajes conocidos:Pantoja 548, Chenoa 147, Soraya 61, Rosa 59, Pocholo 52, Roldán 48, Bisbal 46, Leticia 43, Romina 36, Zapatero 22,
Paquirri 21,Torrente 20, Dinio 15, Fresita 15, Cañita 15, Pasionaria 15, Bustamante 13, Chanquete 12, Rajoy 3, Estalin 1, Lenin 1, Franco 4, Y para finalizar, y no aburrir, algunos nombres curiosos que aparecen una sola vez:

VACAS: Romalda, Sidrina, Telua, Girasola, Pancracia, Groninga, Abelia, Balduina, Lutricia, Indira, Murgui, Currupipi, Engrifada, Ojos azules, Trallera, Villasequita, Greenpeace

MACHOS:Gazpacho, Lechón, Rasputín, Kinkón, Falete, Galapago, Hussein, Pepelón, Chapapote, Fosquito, Gilito, Feliciano,Telele, Porrero, Sacarino.Joselito, Jesulín, Fidel Castro y, cómo no, Fernando Alonso.
/www.aseava.com/


jueves, 23 de septiembre de 2010

LOS ARBOLES SAGRADOS ASTURIANOS


Tejo: El tejo era un árbol sagrado de los antiguos celtas. Llamado Ioho, se asociaba a las letras "i", "j" e "y" del antiguo alfabeto druídico Ogham y, dentro del calendario del mismo nombre, correspondía a los últimos días de octubre, hasta la víspera del 1 de noviembre, la noche de difuntos, llamada actualmente "Halloween" en el mundo anglosajón (contracción de "All-Hallow-Een", noche de todo lo sagrado) o "Samhain" para los antiguos celtas, para los que era el equivalente a nuestra "noche de fin de año", y en la que se decía que el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se volvía particularmente fino. Esa fecha, actualmente sigue siendo sagrada en algunas culturas y credos (por ejemplo, para los católicos, el 1 de noviembre es el "Día de todos los santos", en que se recuerda a los difuntos). Se asociaba al culto a los muertos, seguramente por su dicotomía de alimento/veneno, y por ello se plantaba tradicionalmente en los cementerios. En muchos pueblos del norte de España (particularmente, en Asturias), persiste la costumbre de plantar tejos junto a las iglesias. Algunos de esos tejos tienen cientos de años y son sustituidos por sus propios retoños, cuando mueren de viejos o por accidentes naturales.
El árbol sagrado de la mitología asturiana es el Tejo o Texu, pues representa el vínculo del pueblo asturiano con la tierra, con la religión antigua, con los antepasados. Es un árbol de gran sentido religioso, encontrándose al lado de muchas ermitas y cementerios asturianos. Pero es también el árbol de la oscuridad, de la penumbra, de la muerte. Con veneno de tejo se suicidaban los guerreros astures antes de ser derrotados y caer en la esclavitud. El Tejo simboliza por tanto el paso al Otro Mundo y por ello hoy goza este árbol de gran importancia en las celebraciones del Día de Difuntos, donde se lleva a los difuntos una rama para que les guíe en su retorno al País de las Sombras. Por San Xuan estas mismas ramas se prendían por los jóvenes en las puertas o ventanas de la casa de la amada, la cual tiraba a su vez semillas de tejo sobre su enamorado. El Tejo está presente, como vemos, tanto en la fiesta de la vida como en la de la muerte. Representa la vida eterna por sus hojas perennes, pero también la muerte, por sus frutos venenosos.

Roble: Lo es de la realeza, y así en las iglesias de Santa Eulalia y la Capilla de la Santa Cruz, donde estuvieron enterrados Pelayo y Favila respectivamente, nos encontramos con hojas de roble grabadas en piedra. Este árbol junto con el Tejo, eran verdaderos jueces de paz, guardianes de la justicia y la veracidad (en lugar de jurar sobre la Biblia se hacía bajo el Roble sagrado). No debemos olvidarnos tampoco del famoso Carbayón, símbolo de la ciudad de Oviedo, frente al cual ocurrían sucesos extraños, como el de una misteriosa mujer vestida de negro que venía del Campo, se agarraba al árbol y tras convulsionarse caía al suelo y desaparecía...

Haya: Vinculada a la diosa de la fecundidad por su rápido crecimiento, es el más hermoso de los árboles cuando se acerca la caída de las hojas, por los colores rojos, anaranjados y amarillos de gran belleza que aparecen. Sus bosques son muy tenebrosos, pues las tupidas copas lo cubren todo (mientras dura la primavera, el verano y parte del otoño) y casi no penetra la luz solar, por lo que a sus pies sólo crecen musgos, acebos, serbales, digitales, eléboros, endrinos y frambuesas. En el invierno, al perder todas sus hojas, los bosques de hayedos adoptan una claridad espectral, apropiada para celebrar rituales mágicos en sus dominios, con el suelo completamente alfombrado de una capa mullida de hojas secas, que crujen al pisar. Los frutos, llamados fayucos, son afrodisíacos.

Abedul: Representa el equinoccio de primavera, y se cree que escalar su tronco permite alcanzar la iluminación espiritual. Con sus ramas se expulsan los malos espíritus, golpeando el cuerpo del poseso y además, se pueden desencantar atalayes.

Fresno: Es un árbol muy pagano, poco aceptado por los cristianos que decían que era la morada de ciertos demonios. Sus bayas curan las heridas, y con su madera se hace un talismán que protege del ahogamiento. Además, aleja los rayos de las tormentas.

Encina: Es la morada de les llavanderes en la mitología asturiana. Para los judíos es un árbol sagrado, como se ve en diversos pasajes del Antiguo Testamento. Por este motivo, las brujas asturianas gustaban de celebrar aquelarres en los claros de los encinares, a la luz de la luna llena. Sus frutos, fueron muy importantes en la alimentación de los astures, que los molían para hacer una harina que luego se amasaba con agua, y se cocía en el horno.

Avellano: Se relaciona con la sabiduría, con las serpientes, con las tormentas. El Avellano es muy utilizado para confeccionar varitas mágicas, las cuales se emplean para combatir a serpientes venenosas. Los conjuros vaqueiros nos hablan a menudo de la maldición de una serpiente de la cual nos salva el Ablanu bendito. Con las ramas de este árbol se hacen también las varillas que utilizan los zahoríes, para buscar pozos de agua, y también los magos, brujos y hechiceros, para remover su marmita mágica y obtener pócimas; la vara fulminante que da a su poseedor mando sobre las nubes también está hecha de madera de avellano.

Sauce: Es un árbol muy brujeril, pues aquélla persona que duerma debajo de uno de ellos corre el riesgo de sufrir un encantamiento. Con palo de fresno y salgueres (ligazones de sauce) se hacen las escobas de las brujas.

Olivo: Es el símbolo de la vida eterna en la tradición judeocristiana, pues de su tronco pétreo y vetusto emanan brotes verdes y jóvenes que simbolizan la resurrección. Cerca del claustro de la Catedral de Oviedo se sitúa un olivo anciano y venerable que fue traído hace ya más de 1.100 años por un peregrino desde el huerto de Getsemaní.

Nogal: Es peligroso, pues todo aquél que se duerma a su sombra enfermará. Además, al contrario que el Fresno o el Laurel, atrae a los rayos. Sus frutos, las Nueces, tienen forma de pequeños cerebros y afectan por ello a la mente.

Saúco: Es un árbol ambivalente, como el Tejo: En tierras del Occidente astur, se ponen en todos los huecos de la casa ramas de saúco que protegen contra las brujas. Si queda alguna abertura desprotegida, por ella entrarán las brujas y a las mujeres se les romperán muchos platos durante un año. Pero el Saúco es también un árbol maldito, pues de la rama de un saúco se colgó Judas Iscariote y de madera de saúco estaba hecha la cruz en que Cristo fue crucificado. Además, quemar madera de este árbol es muy peligroso en Asturias, puesto que el humo negro que produce provoca apariciones de fantasmas y del Diablo.

Manzano: Es un árbol sagrado y representa la inmortalidad, pues se encontraban manzanas tanto en la isla céltica de Avalón, como en el jardín de las Hespérides de la mitología griega. Las manzanas, si se cortan en horizontal por su mitad, forman la estrella de cinco puntas en su centro, símbolo del poder talismánico. Si se cortan en vertical por su mitad, forman el órgano reproductor femenino en su centro, símbolo del poder generador. En Asturias existe una costumbre ancestral, consistente en poner muy juntas, pero sin llegar a tocarse, tres manzanas rojas en el umbral de la puerta, para neutralizar la negatividad en el hogar. A través de las manzanas pueden llegar los maleficios de las brujas y así, el día de San Bartolomé se celebra en Asturias Oriental la quema de las brujas, que no es más que una quema de manzanas. Los diablillos viven en las aguas, en los manantiales, y desde allí se introducen en frutos de todo tipo por cualquier orificio por pequeño que sea...luego, los hombres los comen y les entran enfermedades.

Abedul: Llamado Beth en el calendario druídico, corresponde al signo Capricornio en la astrología. Se le suponen virtudes de protección, exorcismo y purificación. La tradicional escoba de las brujas se hacía con ramitas de abedul.

Abeto: Llamado Ailim por los antiguos celtas, correspondiente a la letra "A" en el Alfabeto druídico Ogham, su uso como árbol de Navidad en muchas partes de Europa lo convierten en un símbolo de alegría y prosperidad, ya que la tradición dice que "poner el árbol" ayuda a que las fiestas transcurran felizmente. También llamado "Arbol del nacimiento", antiguamente sus agujas se quemaban durante el nacimiento para bendecir y proteger a la madre y al bebé.

Acebo: Tinne para los antiguos celtas, a veces llamado el "árbol sagrado", lo consideraban protector, capaz de atraer la suerte e incluso de aumentar la capacidad de atracción de un hombre sobre las mujeres, si portaba una bolsa con hojas y bayas. Plantado cerca de la casa, se dice que protege a ésta de la mala suerte. Se utilizaba en los rituales del solsticio de invierno (la Navidad actual), para atraer suerte y prosperidad. En el antiguo alfabeto druídico Ogham, correspondía al signo astrológico Leo y a la letra T, aunque algunos autores aseguran que se trata de un error de traducción y que el Tinne céltico era la encina o la coscoja.

Avellano: El avellano era llamado Coll por los antiguos celtas y correspondía a la letra C del alfabeto druídico Ogham. Su equivalente al horóscopo astrológico sería Virgo. Las ramas flexibles servían para hacer las famosas varitas mágicas, mientras que las avellanas eran símbolo de fertilidad y sabiduría. Tradicionalmente, los zahoríes han utilizado ramas de avellano en forma de horquillas para descubrir agua y objetos ocultos.

Castaño: Las castañas se utilizan en hechizos de amor. Son tradicionalmente consumidas en la víspera del 1 de noviembre, hasta el punto de que en algunas regiones del Norte de España se celebran la "castañada" (Cataluña) o se dejan algunas castañas asadas "para los ausentes" (Galicia y Asturias).

Fuente www.telecable.es/

miércoles, 22 de septiembre de 2010

LA MIEL - EN LA CASA CAMPESINA

















Las abejas son el único insecto que desde tiempo inmemorial explota el campesino asturiano que pertenece a la casería, base de explotación familiar del campo en Asturias, y que son tratadas como un "ganado" más, según consta desde el año 1247 (observancias de Aragón – Jaime l). A día de hoy están clasificadas como ganado menor.

Al tratarse de un insecto semisalvaje con el que las relaciones son siempre difíciles, para tener éxito con ellas "había que entenderlas", y para ello no servía cualquier persona, de modo que así surgió la figura del "abeyeru" o "abeyeiro"o especialista en este ganado.

La miel era un comestible habitual en casi todas las casas campesinas. Se consumía en grandes cantidades en los meses de verano, coincidiendo con la época de mayor trabajo (siega de la hierba, cosecha de centeno, escanda y trigo). La cera, por su parte, era un valor de cambio importante, pues se vendía por dinero, se trocaba por especias y, a veces, se empleaba para pagar las rentas de la tierra. La abundante producción de cera permitió la formación de una industria, cuya instalación más destacada eran los lagares de cera donde ésta se cocía, exprimía y limpiaba, con la ayuda de un lagar de viga con husillo y pesa.
La importancia de las abejas en algunas casas era tal, que en la fundación de un vínculo realizada en 1.768 por un propietario de un pueblo de Robledo (concejo de Allande), se obliga a los beneficiarios a conservar y atender los cortinos (colmenares) y las colmenas existentes en la casa.

Otras manifestaciones de la importancia del cultivo de las abejas son la entrega de colmenas y colmenares en las dotes que los padres dan a sus hijas para casarse y algunas mandas testamentarias, como la del licenciado Juan Sierra de Castañedo (concejo de Allande) que, en 1.659, deja "una colmena buena al sacerdote que asistiese a mi fallecimiento, y sí fueren dos, lleven cada una la suya".
La imposición de rentas en cera por parte de los monasterios a los campesinos asturianos, favoreció el arraigo, desarrollo y mantenimiento forzoso de la apicultura en Asturias

LOS CORTINOS-
En Asturias, uno de los aprovechamientos tradicionales del monte era la apicultura, que se manifestaba en el paisaje con dos construcciones específicas de esta actividad y de gran valor etnográfico: los talameiros o talameras y, sobre todo, los cortinos.
Ambos modelos de colmenares aparecían y aparecen diseminados por las laderas solanas de los montes bajos y servían para proteger las colmenas del fuego y de los osos. Se extendían sobre todo por los concejos más occidentales de la región. Además, junto a estas construcciones, también existían otros colmenares localizados en peñas o lugares rocosos de difícil acceso, donde los "abeyeros" añadían muros o afloramientos de rocas para facilitar la instalación de las colmenas.
En el centro y oriente de la región era más común la colocación de las colmenas en los corredores de los hórreos o en unas "talameras" (anaqueles) sujetas a la pared de la casa.
El catastro de Ensenada es la fuente de información más importante y antigua que tenemos, y permite conocer el número de colmenas que poseían los apicultores asturianos a mediados del siglo XVIII.

Casimiro Sixto Muñiz - www.adapas.com

martes, 21 de septiembre de 2010

NUESTRO MAR - LA ENSENADA DE SOMIO


La costa cantábrica es prolija en pescados y mariscos. En las rulas asturianas abundan especies como la merluza, el rape (pixín), el sargo (Xargu), la lubina, el bonito, la angula… son algunos de los pescados más afamados en la comarca oriental de Asturias. Con ellos se preparan platos como la marmita, calderetas de pescado, merluza a la sidra, etc. En cuanto al marisco, algunas veces acompañando a los pescados en parrillas y calderetas, podemos destacar el centollo, buey de mar, ñocla), bogavante (bugre), percebes, almejas, mejillones, nécoras (andaricas), etc, que regado con la popular sidra adquieren un sabor excepcional.


EL MISTERIO DE LOS BOSQUES ASTURIANOS



ASTURIAS


Toi perdidamente enamorau d´estos montes
ou´acorripien cada vallada comu´l cuellu una
madre, d´estos bosques onde un atópase consigo
mesmu al caleyar per ellos; désta capiella de
borrina que, cayendo y llevantando, faite sentir
el pastu´l tiempu minutu a minutu; d´esta tierra
fecha d´agua qu´arreciendo nes rosaes de la
mañana, cuerre de mil fontanes a les riegues,
espéñase gargolitando nos ríos y, apigazando,
vien xunise cola salada llanura de la mar.
--------------------------------------------------------------


Estoy perdidamente enamorado de estos montes
que abrigan a cada vallada como el abrazo de una
madre; de estos bosques donde uno se encuentra
consigo mismo al caminar por ellos, de este
manto de niebla que, cayendo y levantando,
te hace sentir el paso del tiempo minuto a minuto;
de esta tierra hecha de agua que aflora
en las rosadas de la mañana,
corre por mil fuentes a las riegas,
se despeña dando gritos en los ríos y, en remanso,
termina uniéndose a la salada llanura del mar.

• Xuan Xosé Sánchez Vicente



lunes, 20 de septiembre de 2010

RODRIGO ÁLVAREZ DE LAS ASTURIAS


Noble de la segunda mitad del siglo XIII, protagonista de relevantes hechos sociales, políticos y militares de la historia de España. Se fija la fecha de su nacimiento alrededor de la década de los setenta del siglo XIII, siendo el segundo hijo de Pedro Álvarez de las Asturias, mayordomo mayor de Sancho IV y señor de Noreña, y de Sancha Rodríguez de Lara, dama de la alta nobleza leonesa. A la muerte de su padre en 1286 y de su hermano primogénito en 1296, hereda el señorío de Noreña, que incluía extensos territorios en el centro de Asturias y en Castilla y León.

Hereda también la destacada posición en la corte de que gozaba su padre, gestionándola hábilmente y logrando sacar partido de los conflictos derivados de las minorías de Fernando IV, entre 1295 y 1302, y de su hijo Alfonso XI entre 1312 y 1325. Inicialmente se adhirió a la causa del infante Juan hermano de Sancho IV, quien se proclamaría monarca en detrimento de los derechos de Fernando IV. Posteriormente tomó el partido del monarca al concederle la reina regente, María de Molina, el señorío de Gijón, Allande, Llanes y Ribadesella. Durante el reinado de Fernando IV de 1295 a 1333, recibe como reconocimiento a sus servicios los señoríos de Ribadesella y Nava, uniéndolos a los de Noreña y Colunga que ya poseía. Y consolidando su posición en el centro-oriente asturiano. Ostentó el título de Adelantado de Asturias y más tarde el de Galicia.
En 1316 sen enfrenta con su pariente el obispo de Oviedo Fernando Álvarez, cercando a sus servidores en el Castillo de Tudela, desde el que controlaban la entrada a Oviedo obligando a los viajeros a pagar tributo, y en el Castillo de Priorio.
En 1328, al mando de dos mil caballeros, juega un relevante papel en la victoria de Alfonso XI sobre los árabes en Teba y Turón. Fue primado de este rey acompañándolo en el intento de conquistar Sevilla y Gibraltar. Por estos años se le encomiendo la custodia del bastardo Enrique, futuro Enrique II, iniciador de la dinastía Trastámara, y de su madre Leonor de Guzmán.
Además de sus extensos dominios, este noble poseía numerosas encomiendas: en 1287 recibe las tierras del monasterio de San Vicente, y ulteriormente recibiría la encomienda del concejo de Oviedo, de Avilés, de los concejos episcopales de Llanera y Las Regueras, y desde 1329 de los castillos de Sobrescobio y Gozón, pertenecientes a la Orden de Santiago.
Todas estas encomiendas, junto con el cargo de mayordomo mayor de Alfonso XI, le proporcionarán cuantiosos ingresos, convirtiéndolo en una de las figuras más poderosas de su tiempo. Es famoso su testamento, fechado en agosto de 1331 y otorgado en Lillo ante el notario público de Gijón, Alfonso Nicolás, por la cuantía de sus donaciones y manda, de las que son beneficiarias la Iglesia de Oviedo y numerosos monasterios. El inicial beneficiario del testamento, cuyo original se conserva en el archivo del monasterio de San Vicente, en San Pelayo, de Oviedo, siendo reproducido su texto por Tirso de Avilés y Jovellanos en Colección de Asturias reunida por Don Gaspar Melchor de Jovellanos, era su sobrino Ferrán Rodríguez de Villalobos, al haber muerto sus hijos legítimos. Posteriormente cambia el testamente a favor de Enrique de Trastámara, Enrique II.

viernes, 17 de septiembre de 2010

LOS TIXILEIROS O CUNQUEIROS








Los Tixileiros o Cunqueiros eran los habitantes de los pueblos de El Bao y Sisterna pertenecientes al concejo de Ibias y El Corralín y Tablado pertenecientes al concejo de Degaña.
Por San Francisco, hacia el 4 de octubre, los cunqueiros salían de los pueblos de Tablado, El Corralín, en Degaña, y de El Bao y Sisterna, en Ibias, a vender sus piezas de vajilla doméstica a todo el sur de la Península, sobremanera a Extremadura. Hoy, los descendientes de aquellos artesanos de la madera desaparecidos con el siglo XX.
La madera es también protagonista y materia prima en el taller que Victorino García tiene en su pueblo de Tablado (Degaña). Él es desde hace años el encargado de mantener viva la tradición y la memoria de los cunqueiros o tixileiros, como ellos mismos preferían llamarse. Estos maestros del torno son los que elaboraban la tixiela, el conjunto de útiles de madera que en otro tiempo era imprescindible en cualquier cocina.
Los cunqueiros viajaban durante gran parte del año en cuadrillas por toda la península para vender sus productos en ferias y mercados. Incluso llevaban consigo el torno y las herramientas por si tenían que atender a nuevas demandas. Mientras tanto, el resto de la familia se quedaba en los pueblos, ocupándose del ganado y de las labores de la tierra. Una de las curiosidades de la cultura tixileira es la jerga que empleaban estos artesanos para entenderse entre ellos, sin ser entendidos por compradores ni autoridades.
Pero con los años este oficio ha ido desapareciendo hasta prácticamente extinguirse en la década de los ochenta. Por un lado, la madera quedó prácticamente desterrada de las cocinas. Explica Victorino, Este minero prejubilado de 44 años aprendió “desde neno” de su padre que torneaba a mano, y también tuvo la suerte de conocer en vida el trabajo de dos de los últimos tixileiros: Valdovinos del Bao y Domingo “el manquín”. Su afición le llevó a construir su propio torno con el que elabora las piezas siguiendo los modelos tradicionales: morteros, artesas o fuentes, iscudiellas, volvedeiros o cimbreiras que usaban los pastores para llevar su comida.
Victorino explica el laborioso proceso para conseguir una pieza. Primero hay que preparar la madera tronzada, en función de la pieza que se quiera elaborar. Se traza un círculo con el compás para marcar el centro. Con el hacha se perfila. Se clava en la pieza la rebola –parte del torno que va girando– y se instalan en el texterior y luego se vacía el interior. Por último queda rematar la pieza, que antiguamente no se lijaba.

jueves, 16 de septiembre de 2010

LA LUNA

En opinión del labrador, no se debe acometer operación ninguna campesina sin contar con la ayuda de la LUNA. La luna es buena unas veces y mala otras... y si se quiere que los repollos cierren bien y no espiguen; y que la tripa de los embutidos sea fuerte y no estalle; y que el abono se conserve jugoso y no "canoxe"... es necesario plantar las coles, matar el cerdo y apilar el estiercol cuando "esté buena" la LUNA.
Y si se quiere sacar patata que no se llene de "guaños"; y cortar un palo que dure mucho tiempo; y capar un animal sin que padezca, es necesario "escoger" la patata, y desgajar el palo, y dejar trabajar al capador cuando esté "buena la LUNA"...
De la LUNA se dice que está buena cuando está en cuarto menguante, y mala cuando es creciente. Pero existen también operaciones para las que el creciente es LUNA buena, y en él se embotella la sidra, porque así adquiere brío y echa humo.Para el corchado la situación se presenta muy parecida, la presión atmosférica en menguante impide dentro de lo posible, que al poner "la canilla" en la "portiella" y abrir para corchar, la sidra se puede enturbiar. Hay que recordar que uno de los mayores enemigos del buen cuidado de la sidra natural y tradicional es el movimiento ocasionado por el viento. En menguante los gases no suben con tanta facilidad a "la zapa", por lo que el riesgo que podamos tener para que la sidra se oscurezca y se mezcle en cierta manera con la "borra" o "gurullu" es menor,lo que nos evita llevar al traste y perder la calidad de toda una llagarada; y en el se despuntan el pelo las mujeres, porque de este modo las crece con más ímpetu y con mayor hermosura; y en él se verifican los injertos, porque de ese modo prenden con mayor facilidad... advirtiendo que si el injerto se hace con un día de LUNA, tardará solo un año en dar su fruto; si con dos días, dos años; si con tres días, tres años...

miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA DIETA EN LA ALDEA - LA MATANZA


En la dieta diaria y festiva de la casa tradicional asturiana, como alimento y como condimento, era la carne de la matanza, básicamente carne de cerdo. Este producto era también el resultado de un largo y laborioso proceso, que marcó la profundamente la casa y la cultura tradicional de Asturias.

El ciclo se iniciaba en los meses de diciembre y enero, cuando cada casa compraba la cría, (dos o tres cerdos de corta edad) y terminaba en diciembre con la matanza, preparación del "mondongo" (embutidos) y salado del resto del animal.

Cuando llegaba el mes de diciembre, cada casa preparaba la matanza, y así como durante el resto del año el cerdo era en cierto modo un animal tabú, esto es, no estaba bien visto su sacrificio y la comunidad lo censuraba calificándolo de crimen, porque en realidad era un crimen económico, la casa que no mataba era también duramente censurada.

El día de la matanza era un día de fiesta para la casa. Se llamaba al "matachín o matón" y a amigos y parientes para ayudar en las tareas, y la mesa era festiva. Los hombres terminaban su tarea una vez que colgaban los cerdos, pero las mujeres debían "desurdir o desengriar" las tripas (quitarles la grasa que tenían adherida), lavarlas, picar, adobar, embutir y colgar el "mondongo". El primer día hacían las morcillas, y los días siguientes, después que el matachín "estoucinaba"(despiezaba los cerdos), hacían las "androyas"(sabadiego), la "llinguaniza"(el chorizo) y los "choscos y el butiellu". El resto del animal se salaba y una mínima parte se consumía en fresco. La carne permanecía en la sal alrededor de tres semanas, casi el mismo tiempo que se tenía el embutido al humo.

La matanza tenía otras connotaciones sociales, pues se fortalecían los lazos entre las casas mediante la ayuda mutua y con la prueba o "preba l´adobu o prueba del gocho" a los amigos y parientes (hígado, grasa fresca, costillas y lomo). En la casa tradicional asturiana los jamones se vendían o se cambiaban por otros productos de menor valor.

(La Casa Asturiana)Adolfo Carcía Martínez.

martes, 14 de septiembre de 2010

HISTORIA DE VILLAVICIOSA


Prehistoria y época romana

La fertilidad de la tierra y las buenas condiciones físicas, geográficas y climáticas de todo el concejo nos hacen suponer que desde la época epipaleolítica, en la etapa Asturiense, ya estuviese colonizado el territorio maliayo, teniendo el concejo una importante muestra de monumentos megalíticos.
Los asentamientos castreños también fueron múltiples y diversos, localizándose la mayoría de ellos en el eje de la ría, más hacia la costa-rasa occidental. La etapa dominadora romana se deja sentir en gran manera en el municipio, dado que el territorio era muy fértil y además tenía una salida al mar. Varias son las lápidas y estelas repartidas por todo el concejo que prueban dicha colonización, como las encontradas en la iglesia de Grases o la de Miravalles. De igual manera también se han encontrado restos arqueológicos de antiguas Villas Romanas en la desembocadura de la ría en el actual Rodiles y que se supone que era la famosa Noega.

Durante el siglo XII, representantes del territorio se reúnen con el Obispo Pelayo de Oviedo con el fin de poner fin a los desórdenes que se estaban produciendo en toda la zona. Ya en tiempos de Alfonso IX, se empieza a constituir el concejo gracias a la política repobladora y urbanizadora que él mismo inició, siendo el año 1270, cuando el rey Alfonso X el Sabio, concede la carta puebla o villa mediante documento fechado en Vitoria el 17 de octubre y en el que establece que la población se asiente a partir del lugar llamado Buetes.1 Al mismo tiempo que se crea el territorio maliayo, una orden Cisterciense se establece en el fondo del valle en Boides, fundándose el monasterio de Valle de Dios (Valdedios), constituyendo un señorío jurisdiccional y que ejerció una labor civilizadora y ordenadora.

En el siglo XIV, el territorio pasa a denominarse ya como Villaviciosa, tomando dicho nombre por la fertilidad que tenían sus tierras, que ofrecía una abundancia de productos. También durante este siglo las gentes del municipio apoyarían al obispo Guterre en su lucha contra el conde de Gijón, salvaguardando los intereses del príncipe Don Enrique. Ya a finales del siglo XV un acontecimiento marca la vida de la villa, y este no es otro que el incendio que asoló la Capital destruyéndola por completo. Por este motivo los Reyes Católicos expiden un documento mediante el cual entregan una cantidad de dinero con el fin de reconstruir toda la zona. Se tiene constancia durante esta época, de la existencia de un hospital en las inmediaciones del templo de Santa María, al ser el concejo lugar de paso en el peregrinar a Santiago por la ruta de la Costa.

El siglo XVI, deja en Villaviciosa uno de los sucesos más relevantes dentro de la historia del concejo, que es el desembarco y hospedamiento en la villa del emperador Carlos I de España en 1517.2 El monarca, arribó a puerto en Tazones por culpa de una tormenta que hizo variar el rumbo que seguía toda la corte a Santander. Una vez en el concejo se dirigió junto con su hermana Leonor hacia la Villa hospedándose en la casa de Rodrigo de Hevia, en la cual permaneció tres días y cuatro noches completas, recibiendo durante su estancia a los regidores del concejo. Pasados esos tres días, abandonó el concejo por tierra en dirección a la vecina tierra de Colunga.

En el siglo XVII se produce un gran cambio en la villa, transformándose por completo el panorama urbanístico de la misma, apareciendo nobles casonas, palacios y plazuelas, conservándose actualmente buena parte de este desarrollo urbano. A finales del siglo los franciscanos fundan un convento en la villa con el fin de predicar las enseñanzas derivadas del concilio de Trento, ubicándose en un primer lugar en la Vallera, siendo sustituido por otro en un lugar próximo, de mayor capacidad y cuya iglesia conventual es el actual templo parroquial.


Siglo XIX en adelante
El siglo XIX nos deja en el concejo las consecuencias de la guerra de la Independencia contra Francia, sufriendo la villa numerosos ataques, logrando ocupar los franceses el territorio durante varias ocasiones, hasta que se les expulsó definitivamente. En 1835 se instaura definitivamente el ayuntamiento constitucional, desapareciendo los poderes concejiles que fueron ocupados durante mucho tiempo por familias poderosas. A finales de siglo una nueva clase social emerge en la zona, la burguesía liberal, que origina a su vez el nacimiento de un sindicalismo obrero muy revolucionario. La actividad comercial crece de manera considerable gracias al emplazamiento de su ría, navegable entonces.
Villaviciosa posee un repertorio completo de obras románicas y prerrománicas, destacando el conjunto arquitectónico formado por San Salvador de Valdediós (El Conventín), la iglesia adyacente de Santa María y el convento monacal que lo acompaña. Actualmente está declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Data del siglo IX, y fue construido por Alfonso III el Magno. Está estructurado en tres naves y tres capillas, conservando en su interior interesantes capiteles y pinturas murales. Se trata de un prerrománico tardío en el que pueden observarse leves influencias mozárabes. La iglesia de Santa María, es de estilo románico, y consta de tres naves rematadas en ábsides semicirculares, con buenas ventanas y portadas. Guarda una inscripción de su fecha fundacional (1218).

También posee una destacada muestra arquitectónica civil, siendo declarada la Villa como conjunto Histórico Artístico. Así todavía se puede contemplar los restos de una antigua muralla medieval en la unión de las calles del Sol y del Agua. Estas calles conservan cuidadas construcciones alineadas, caracterizadas sobre todo, por las galerías corridas, salientes aleros y balcones de madera. Dentro de las casonas que hay por toda la villa destacaremos:
• La Casona de Valdés, de planta rectangular y tres pisos con guardilla. También tenemos el palacio de la torre de la Pedrera, de planta rectangular y dos pisos, formando su portada un arco de medio punto, flanqueado por columnas dóricas. También conserva una capilla.
• Otra de las casonas importantes es la casa de Hevia, famosa por ser donde se hospedó Carlos I. Es un bloque cúbico de tres plantas y presenta en la segunda planta dos escudos ornados con el águila imperial.




domingo, 12 de septiembre de 2010

CARTA DE VENTA-( 5DE ABRIL DE 1.708 )


5 de abril de 1078: Carta de venta de Doña Mayor Froilaz junto a sus hijos (Froila Díaz y Antonino Díaz; hijos de Diego Pérez y nietos del Conde Pedro Lainez), a favor de D. Pedro Muñiz, obispo de Astorga. Este es un interesantísimo documento (desde el punto de vista histórico y cultural) pues se trata de una escritura privada de compraventa, en la que la mencionada Mayor Froilaz vende al Obispo de Astorga (Pedro Muñiz, quizás su hermano), una villa que hereda de sus padres. Esta heredad se llamaba Villa-Ataulio y se situaba en el territorio de Gijón, a orillas del Océano.
En nuestra opinión se trata de un documento de compraventa y cesión de una cuñada (Mayor Froilaz), al Obispo de Astorga Pedro Muñiz, hermano de su marido. Así lo consideramos porque en el documento anterior veíamos que Mayor Froilaz era la esposa de Froyla Muñiz, quien creemos quizá hermano de este obispo asturiano que pudo comprar la heredad compartida al enviudar su cuñada. Ello explicaría el tipo de redacción que tiene el escrito, tanto como el bajo coste, y la escritura señalada con ese final tan «dramático»; por el cual, a todo de la estirpe que se le ocurriera reclamar esta villa de Ataulio, quedaría condenado para siempre a los infiernos. En ello asimismo vemos que tiene en parte un sentido de cesión o regalo a la iglesia, de una villa y terrenos que verdaderamente se escrituran en un precio irrisorio (a nuestro juicio). Algo que afirmamos, porque dos años mas tarde, el obispo de Astorga que la adquiere, la cede a la Iglesia de Oviedo.

En opinión de muchos expertos (entre ellos Jovellanos) Ataulio procede etimológicamente de Ataulfo y proviene de la voz germana Wolf (lobo). A juicio de estos expertos, puede proceder del primer obispo de Oviedo que así se llamó (Ataulfo del siglo IX). En nuestra opinión sería mas acertado buscar su origen en el recuerdo del primer rey Godo —Ataulfo—, pues es posible que en esta época y en la zona asturiana, las leyendas godas y visigodas fueran narradas por trovadores y se conservaran de modo «romántico» en la memoria; evidentemente, Ataulfo es un rey con una historia mas que legendaria, casado con Gala Placidia, princesa romana a la que secuestra y que era de origen hispano, hija del emperador Teodosio, que se dice nació en Coca (Segovia). Existe en Castilla, igualmente, un pueblecito que se dice de origen visigodo llamado Atauta y cuyo nombre creemos que procede del recuerdo de Ataulfo.
El emplazamiento de dicha villa de Ataulio la sitúa Somoza en el actual barrio gijonense de Santa Olaya [sic por Olalla], al que pensamos quizá dio hasta su nombre (pues no está muy lejos Ataulio de Olaya). Este barrio en el siglo XVII se llamaba Santa Eulalia del mar y pertenecía al Señor de Contrueces, Menen Pérez de Valdés, y de la casa Menéndez de Valdés paso luego a los Ramírez de Jove (emparentados con Jovellanos).
En este siglo XVIII se confirmó como el límite de Natahoyo, coto señorial; nombre que testifica su relación con las voces de Ataulfo y Atauta (como ya hemos dicho antes). Sus salinas y pesquerías fueron desecadas en el siglo XVIII, aunque antes se llamaron el humedal de Ataulio.
Al total que paga el obispo por la heredad, se suman unos regalos que fueron un traje nuevo, de piel... un caballo rojo... y un vaso de plata pura... La valuación de todo aquel pago es de mil trescientos Sueldos de pura plata excelentes, en una suma que es 350 sueldos en monedas, 800 sueldos en los que se valora el traje, 150 sueldos del caballo con arreos y silla, 75 sueldos del vaso de plata pura, 1375 sueldos en total; Somoza tasa estos 1375 Sueldos de 1078 en 1145 pesetas del año en que edita su libro, Gijón en la Historia General de Asturias: 1908. Ello nos lleva a calcular con una inflación de un 4000 x 100 desde ese año de 1908 hasta el día de hoy, habida cuenta el precio del pan desde entonces hasta hoy, cuando escribimos el presente estudio (2010). De lo que el valor estimado por Julio Somoza sería de unos 4.600.000 de las antiguas pesetas, que se corresponden con unos 28.000 euros. Evidentemente es un valor irrisorio y creemos que nos habla de dos cosas: En primer lugar, de la capacidad desde antiguo de escriturar bienes a precios muy inferiores al suyo (para evitar diezmos, tasas e impuestos) y en segundo término, de que sea una heredad compartida. Partiendo del caso que fuera una herencia compartida entre el obispo y su hermano (esposo? fallecido? de Doña Mayor Froilaz, que sabemos era viuda de Diego Pérez y casada en segundas nupcias con Froyla Muñiz), tampoco es un precio imaginable por una finca de estas características veintiocho mil euros, aunque éste fuera la mitad de su valor. Ello seguramente responde a haber realizado un precio muy rebajado en la venta, al ser el comprador un pariente y (sobre todo) al hecho de que posteriormente, se fuera a legar a la Iglesia de Oviedo esta Villa de Ataulio. Por cuanto se entiende ese final en el que se dice que cualquiera de la familia o extraño, que reclamase más dinero o la posesión de esta villa, será excomulgado e irá al infierno (como hecho que deja a entender que se había entregado a aquel precio esa villa, como una forma de pago para alcanzar el cielo).
Nos llamaron siempre la atención estos precios tan sumamente bajos que en los bienes inmuebles se mencionan, con toda seguridad para evitar tasas e impuestos. Siendo aún una costumbre que se tenía como normal en los años en los que Somoza escribe el libro del que hablamos (principios del siglo XX), cuando aún permitían escriturar los inmuebles por un valor hasta cincuenta veces más bajo al de mercado. De ello que al escritor no le llame apenas la atención este hecho de infravalor en escritura de la villa de Ataulio.
Finalmente, muy curiosa es la valoración del traje, que duplica en precio calculado a todo cuanto paga en monedas el obispo, quien aporta 350 Sueldos en plata por un traje de mujer usado, valorado en 800 Sueldos. Casi el total de esta heredad se paga con la mencionada prenda de mujer, que por muy de piel que fuera y por muy forrado en paño que estuviera, llama muchísimo la atención que pudiera valer casi tanto como una Villa con pesquerías, salinas, acueductos, montes y fuentes. Igualmente, en esta tasación del traje, uno de los motivos que menciona y le hacen muy valioso, es que fuera a modo griego bordado. Ello nos habla, sin duda, de la moda de Bizancio y de los tejidos orientales (posiblemente conteniendo sedas que eran apreciadísimas y no existen en Europa hasta la llegada de Marco Polo).

(Enciclopedia de Oviedo.)
el.tesorodeoviedo.es

HISTORIA DE LES FABES







El consumo de "fabes" se remonta en Asturias al siglo XVI, en el que se sabe con certeza que se plantaba en el territorio y algunas de ellas se consumían. La variedad que se emplea en la fabada es la que se denomina "de la Granja", es una variedad suave y mantecosa apropiada para este plato. El cultivo de esta variedad ocupa en Asturias cerca de 2500 hectáreas. La receta de la fabada revela un origen humilde pues los ingredientes así lo muestran. Los estudiosos mencionan que pudo haber nacido la fabada ya en el siglo XVIII aunque no hay evidencias que apoyen esta afirmación, hay que considerar que a pesar de que las fabas son un ingrediente puramente rural, se tiene la creencia de que la fabada nace en las ciudades. No existen referencias escritas literarias sobre las fabas en ninguna de las obras, una de las más conocidas: La Regenta no la menciona a pesar de hacer un descripción exhaustiva de las costumbres de la región. Otros autores mencionan su parecido con la cassoulet del Languedoc procedente de la cocina francesa que podría haber llegado a España gracias al camino de Santiago vía la ruta francesa en la época de la Edad Media.
La primera referencia escrita a la fabada aparece en un diario asturiano de Gijón denominado "El Comercio" el año 1884 a pesar de ello no menciona la receta. las apariciones posteriores en la literatura culinaria asturiana relacionan el plato con el pote asturiano, autores como Armando Palacio Valdés al describir las características de los pastores asturianos en su obra "Sinfonía Pastoral" no menciona el plato. Según la investigación de diferentes expertos la fabada nace en un periodo no determinado entre el siglo XIX y XX. Algunos autores se inclinan más por el siglo XX. Hoy en día es sin embargo ya un plato conocido, no sólo en Asturias sino que en todo el territorio español. Aparecen recetas en la literatura de comienzo de siglo.
Los inmigrantes asturianos por el mundo dieron cuenta de este plato allí por donde fueron, de esta forma hay en algunos sitios variantes de este plato como en las áreas cercanas a la ciudad estadounidense de Tampa.

El aprovechamiento tradicional del cultivo de las fabas (Phaseolus vulgaris L.)
en Asturias es en semilla seca. Sin embargo, en los últimos años está surgiendo otro tipo de aprovechamiento de este cultivo, como semilla inmadura, en fresco o en verde. Se considera faba fresca cuando la semilla está totalmente desarrollada en la vaina (en tamaño y color) pero todavía no ha comenzado a deshidratarse. Las vainas son de un color amarillo o amarillo/verdoso y están rígidas e hinchadas Las semillas tienen unas dimensiones superiores en un 25% a las de las semillas seca y un contenido en humedad alrededor del 60% de su peso. Esto permite su consumo sin necesidad de remojo previo en agua y evita la imprescindible rehidratación para el cocinado en el caso de las semillas secas.

viernes, 10 de septiembre de 2010

ELABORACIÓN DE LA SIDRA


Mosto: Es el jugo obtenido de la manzana fresca por medios físicos, en tanto no haya
comenzado su fermentación. Se denomina mosto de manzana natural el que no ha sido objeto de ningún tratamiento.

Sidra: Es la bebida resultante de la fermentación alcohólica, total o parcial, de la
Manzana fresca o de su mosto. Su graduación alcohólica mínima adquirida será de un 5
% en volumen. Se denomina seca a la sidra que contiene menos de 30 gr/L de
azúcares; semiseca entre 30 y 50 gr/L y dulce cuando contiene más de 50 gr/L hasta su
límite máximo de 80 gr/L.

Sidra Natural: Es la bebida resultante de la fermentación alcohólica, total o parcial,de la manzana fresca o de su mosto, elaborada siguiendo las prácticas tradicionales, sin adición de azúcares, que contiene gas carbónico (CO2 ) de origen exclusivamente endógeno. Su graduación alcohólica adquirida será de 5 % en volumen.


MATERIA PRIMA: LA MANZANA.
La manzana es la única materia prima que vamos a utilizar en la elaboración de la
sidra, por ello es la base para obtener un producto de calidad.
Los agricultores asturianos han llevado a cabo durante siglos un proceso de selección
De variedades a partir de árboles procedentes de semillas, no injertados, escogiendo aquellos más productivos, mejor adaptados a su medio y que producían de forma homogénea, manzana de mayor calidad sidrera, para poder injertar de ellos y poder reproducirlos. El resultado de este proceso es la existencia en el momento actual de un número importante de variedades locales de manzano de sidra siendo prácticamente siempre las plantaciones de sidra multivarietales.
La manzana está madura cuando, estando sana, empieza a caer del árbol y además nuestro gusto así nos lo indica. Con estos datos y el conocimiento de la variedad, nos aproximaremos mucho al momento óptimo.
Es evidente que cuanto mejor estén conservadas, tanto mejor será la fabricación de la
sidra. Por eso deberemos evitar un almacenamiento prolongado en sacos, sobre todo si la temperatura ambiental es superior a 12 ºC. Si fuese necesario y debido a la posible suciedad que porten, se procederá al lavado de los frutos eliminando los que estén dañados o podridos.
La mezcla recomendable para obtener una sidra con buenas características
organolépticas y con bajos riesgos de alteraciones microbiológicas es la siguiente:

40 % Manzanas ÁCIDAS.
- 30 – 25 % Manzanas SEMIÁCIDAS.
- 10 – 15 % Manzanas DULCES.
- 15 – 20 % Manzanas DULCE-AMARGAS.
- 5 % Manzanas AMARGAS.


LA TRANSFORMACIÓN.
La primera condición de éxito en la fabricación de sidra, por orden cronológico, es una limpieza esmerada del local y del material. Antes de utilizar todas las máquinas y recipientes que van a estar en contacto con la manzana y el mosto (Duernos, mayadora, bombas…etc.)tendremos cuidado de limpiarlas con lavados repetidos con agua, a poder ser caliente para eliminar la suciedad más agarrada con un cepillo e incluso con una solución de sosa al 5 % (5Kg por cada 100 litros de agua) para terminar la limpieza con abundante agua limpia.
Una vez limpio todo el material, pasaremos a la extracción del mosto que se lleva a cabo en tres etapas: Molienda o Trituración, Maceración y Prensado.


A- MOLIENDA Ó TRITURACIÓN.
En la molienda el tamaño de la magalla o pulpa de manzana es determinante para
conseguir la máxima eficacia en la etapa de prensado. Antiguamente se realizaba mayando las manzanas con un mayu en una duerna hasta obtener la granulometría adecuada. Actualmente se utilizan, incluso a nivel artesanal, molinos troceadores de aspas o martillos, complementados con unos rodillos móviles que nos permiten controlar el tamaño de los trozos de manzana. Si la manzana está muy madura o el tiempo es muy caluroso, los trozos tienen que ser mayores y por el contrario si la manzana está un poco verde podemos disminuir el tamaño de los mismos.
Es muy importante que el molino no corte las manzanas, sino que las desgarre sin romper las pepitas para favorecer la extracción del mosto.


B- MACERACIÓN.
La maceración es un proceso que a veces pasamos por alto o hacemos de forma inconsciente y que no por ello resulta menos importante puesto que, aparte de mejorar el rendimiento en mosto, facilita la clarificación prefermentativa y promueve la síntesis de aromas.
Conseguimos así que los compuestos fenólicos presentes en la piel de la manzana se incorporen al mosto junto con las levaduras y bacterias que portaban. Para una fabricación casera la maceración en el propio llagar suele variar entre 12 a 24 horas.


C- PRENSADO.
Como se comentó en el apartado anterior y veremos en la parte práctica, durante las
primeras horas dejaremos la magalla reposar dentro del llagar sin apretar durante un día,
aproxímadamente. Durante este periodo el mosto comenzará a salir a través de los agujeros de la masera por lo que tendremos preparado un duerno para recogerlo.
A partir del segundo día, comenzaremos a apretar el llagar lentamente para que el mosto
salga despacio, sin turbidez y con la menor cantidad de sólidos en suspensión posibles.
Cuando de la magalla ya no salga casi nada de mosto, se procederá a lo que se denomina “cortar” el llagar, que consiste en desmontar la parte superior, es decir, los chaplones, los verdugos y los carneros, y hacer una especie de canal perimetral (Siempre y cuando nos lo permita el tamaño del llagar) con un ancho aproximado de 20 a 30 centímetros. Este corte se realizará con una pala, palote o similar, y la magalla que se saca del canal se coloca en el centro del cajón. Una vez realizado este corte se vuelve a montar el llagar y se vuelve a prensar.
Con esta operación facilitaremos la extracción de la sidra por el canal realizado hasta que por efecto de la presión de la magalla se vuelva a compactar momento en el cual volvemos a repetir el proceso las veces que sea preciso, que suelen ser 3 ó 4 veces al día.

LIMPIEZA DE TONELES.
Antes de introducir la sidra dulce o mosto obtenido en las barricas, pipas o toneles (En adelante toneles) es importantísimo que nos aseguremos de la limpieza correcta y esmerada del interior de los mismos puesto que la mayor parte de los defectos que nos podemos encontrar en las sidras caseras vienen provocados por limpiezas deficientes o utilización de toneles inadecuados para el almacenamiento de sidra.
Para limpiarlos bastaría con frotar el interior del tonel humedecido con agua caliente con el cepillo de púas y posteriormente aclararlo con abundante agua limpia. Este proceso lo repetiríamos 3 ó 4 veces consecutivas (Frotado, aclarado; frotado, Aclarado …..) y dejaríamos el tonel abierto para que se secase. Al cabo de 2 ó 3 semanas repetiríamos toda la operación antes de cerrarlo para recibir la sidra. Es muy importante que el interior esté bien seco debido que en un ambiente húmedo proliferan los mohos que provocan el amugorado de la sidra.
Para sellar la puerta de los toneles o las posibles fisuras, incluso en la masera del llagar se usa una mezcla de resina de pino y sebo. Generalmente el sebo usado es de vaca ya que es más duro y más fácil de trabajar aunque también se puede usar de cabrito, que es más blando y fluido. La proporción a usar sería de una parte de resina y, como mínimo dos de sebo.

TRASIEGOS.
Se efectúa al final de la fase fermentativa y persigue la separación de las borras de fermentación de la sidra para garantizar su estabilidad fisico-química y microbiológica. El trasiego consiste en el cambio de la sidra de un tonel a otro para separar las borras. Esta operación persigue dos objetivos:
- El primero eliminar los residuos (borras) producidos en el proceso fermentativo con el fin de clarificar la sidra y garantizar una adecuada estabilidad.
- El segundo mezclar la sidra de los distintos toneles con el fin de homogeneizar el producto. El trasiego hay que efectuarlo al abrigo del aire y preferiblemente en cuarto menguante. y con alta presión atmosférica ya que si no fuese así los gases desprendidos del fondo del tonel arrastrarían a la superficie los residuos sólidos del fondo, enturbiando la sidra. Para la realización del trasiego y si la realizamos por la zapa, es conveniente introducir la manguera 24 horas antes y sujeta a un palo, ya que al meterla se produce una agitación que originaría la ascensión de posos. La manguera no debe de llegar al fondo del tonel ya que arrastraría los posos. El nivel exacto lo determinaremos haciendo pruebas a distintas alturas hasta que la sidra salga clara. Una vez finalizado el trasiego, se rellenará el tonel con mosto o sidra de buena calidad y se tapará (No dejar cámara de aire).
La temperatura ha de mantenerse, siempre que se pueda, en torno a 12 ºC.
A temperaturas muy bajas la sidra queda muerta y no se produce el correcto proceso de la fermentación. Por el contrario con temperaturas altas la fermentación se realiza de forma brusca.
Hay que tener en cuenta que el tiempo transcurrido desde el comienzo de la Fermentación y el embotellado de la sidra puede ser de 5 ó 6 meses, aunque puede variar ligeramente dependiendo del volumen del tonel (A mayor volumen más despacio fermenta).

(Elaboración artesanal de sidra natural)
Por Don Emilio Martínez Argüelles, empresa Sidra Trabanco.