miércoles, 27 de marzo de 2013

LA AVELLANA EN PILOÑA


El avellano tiene su nombre íntimamente unido a la comarca meridional de Campania, en cuyo pueblo, Avella, se dice, existía en abundancia.

La historia registra el considerable tráfico avellanero en los mercados de Roma y Constantinopla. Hoy Italia, con sus variedades que se extienden hasta Sicilia, entre las que destacan la "Redonda de las Colinas", probablemente, la mejor variedad del mundo en calidad para industrias de dulces por su exquisito perfume y sabor, que alcanza las mas altas cotizaciones de Europa, y la "San Giovanni" tan cultivada en la actual Avellino, al pie del Vesubio, que tanta aceptacion tiene en Inglaterra y Turquía, nuestro principal competidor con las suyas "Tombul" "Keresen" y "Constantinopla:", ocupan los primeros puestos de la producción mundial, siguiéndoles inmediatamente nuestro país en el que Tarragona produce el 80 por ciento de la producción nacional.

A título de ejemplo puede decirse que por los años 1.843-1.844, salieron por el puerto de Salou, para puertos extranjeros, 66.390 arrobas de avellanas, mas de 98 destinadas a países americanos; en el mismo periodo, también con destino al Nuevo Mundo, se exportaron por el puerto de Barcelona 19.642 arrobas. A pesar de estos datos, si bien reflejan una superioridad, no desacreditan la producción asturiana, cuyas variedades: Negreta, Amandi, Quirós, Espinareda, Casina y Villaviciosa, ocupan un lugar preferente en la escala internacional de calidades y colocan a nuestra región en el segundo lugar a nivel nacional; en pleno siglo XVIII era normal ver llegar buques ingleses al puerto de Gijón para cargar avellana, y lo mismo sucedía en el puerto de Villaviciosa y Ribadesella.

Muchos serian los nombres a citar como productores de la avellana en el Principado: Aller, donde nace "cada medios años", Cornellana, Teverga, Belmonte, Grado, Quirós, Allande, donde se yergue el único santuario astur dedicado a la Virgen del Avellano..., pero las trovas son las que dicen verdad de la calidad y cantidad de la avellana, y la trova dice así: "Piloña pa les ablanes".

Se ha llegado a hablar, incluso, de cosechas de dos millones de kilos en Asturias. En épocas pasadas, de acuerdo con datos oficiales, la producción de la avellana en Asturias, en el año 1984, fue de 141.000 kilos, de los que 60.000 se destinaron al consumo en las propias explotaciones y unos 80.000 kilos fueron comercializados.

La pregunta del porqué el declive de 1a avellana, las causas no son simples, más bien complejas

Se puede decir que la regulación de mercado de la avellana, que se implantó tras la guerra civil, dañó considerablemente las posibilidades de expansión de cultivo en Asturias, al prohibir la libre comercialización en el mercado español así como en el internacional. En el inicio de la década de los 60, la avellana asturiana aparecía reconocida con carácter administrativo. De todos modos, se exigía una cantidad mínima exportada, previamente, para poder acceder al mercado exterior, y ese requisito era de imposible cumplimiento para los mayoristas asturianos de avellana.

Así perdimos los asturianos, los piloñeses, el mercado exterior de la avellana. Y corriendo el tiempo, en 1972, desaparece el reconocimiento administrativo de la variedad asturiana de la avellana, de esta forma queda reducido el mercado a un ámbito muy limitado y asfixia totalmente la capacidad de expansión de la producción.

Debido a esto es lógico que el agricultor piloñés, el asturiano en general, perdiese interés por la avellana, a todas las dificultades que se han señalado hay que añadir, además, que en los últimos años el precio de la avellana no fue suficientemente remunerado para el agricultor.

A esto hay que añadir que más de la mitad de la gente que trabaja en Piloña lo hace en el campo, y más que agricultor es ganadero, y en esta última dedicación es fundamentalmente, productor de leche.

Los ingresos del campesino provienen, en su mayor parte, de la venta de la leche. Se entiende que el campesino piloñes ha ido especializándose con el tiempo en la producción de leche y abandonando otros cultivos, la avellana entre otros, que en el pasado le proporcionaban una parte importante de sus ingresos. Es perfectamente explicable que los hechos se hayan producido de ese modo, porque, racionalmente, todos tratamos de evitar sobresaltos y la incertidumbre en lo que se refiere al fruto de nuestro trabajo.

No es nuevo si se achaca a las dificultades de comercialización una parte de la responsabilidad del declive de la avellana en Pilona, con el consumo de masas que origina el desarrollo, lo importante no es solo como producir, sino también como vender. Por eso, en la zona de España en la que la avellana se ha convertido prácticamente en el monopolio agrario, como es el caso de un área de Tarragona, se ha logrado superar en buena medida los problemas de comercialización por medio de potentes cooperativas de agricultores que no solo tienen en sus manos la producción, sino también la venta de la avellana. Y, aun así, los potentes exportadores de Tarragona se enfrentan en los mercados pese a la fortísima competencia de la avellana Turca o Italiana. El histórico declive de la avellana en nuestra tierra es un hecho que el Festival trata de detener desde hace años.


 Fuente visitada. .araz.net/pilona/avellana

sábado, 23 de marzo de 2013

HISTORIA DEL SUMINISTRO DE AGUA A GIJÓN


 El Gijón romano pudo constituirse en un enclave urbano estable y próspero gracias al agua proveniente de pozos y manantiales como La Fontica, que no solo aseguraban el abastecimiento cotidiano, sino que, además, garantizaban la supervivencia de la ciudad en caso de asedio. no cabe duda de que la conversión de Gijón en una imponente plaza fuerte derivó, más que de su estratégico emplazamiento geográfico, de la garantía de este suministro de agua autónomo.

Durante algo más de mil quinientos años este aprovisionamiento fue suficiente para las necesidades de la población, pero ya desde el siglo XVI tuvo que ser evidente que tanto el desarrollo urbano de la villa, que ya comenzaba a ocupar el tómbolo que une Santa Catalina a tierra firme, como el portuario demandaban mayor cantidad de agua de la tradicionalmente disponible.
esto obligó a que el municipio, a mediados del siglo XVII, acometiera una de las mayores obras públicas que Gijón había conocido hasta ese momento: la construcción de la traida de aguas de La Matríz. Esta era esencialmente un acueducto - en la época denominado como "arca matriz", término de donde derivará el nombre tanto del manantial de origen como de la propia canalización - que enlazaba el casco urbano con un pozo artesiano abierto a unos tres kilómetros al este de las Mestas.


De esta agua, vertida inicialmente por las fuentes públicas de La Barquera y San Lorenzo, de la de varias fuentes ubicadas en los bordes de la población - como La Fontica, La Benedita, la Fuente Vieja o La Vizcaína -, Más la aportada por los numerosos pozos artesianos abiertos dentro del casco urbano, va a ser de la que se abastezca Gijón hasta que finalice la década de 1880.

Sin embargo, esto provocaba múltiples inconvenientes, pues desde finales del siglo XVIII comenzó a acusarse la falta progresiva de un suministro adecuado al número de habitantes con que contaba Gijón y al aumento de tráfico portuario, por lo que ya entre los decenios de 1780 y 1790 se promovió la ejecución de una nueva traída desde una fuente ubicada en la parroquia de Tremañes.


A esta época corresponde la reubicación de la Fuente Vieja en el centro de la actual plaza del Seis de Agosto, planteada en 1844, buscando mejorar la distancia de este punto de aprovisionamiento respecto a los barrios de Begoña, de El Carmen, y el tramo meridional del ensanche jovellanista. Elemento complementario a la misma es la construcción de un lavadero y un abrevadero, en 1849, probablemente resultando este último de gran trascendencia por situarse en un punto estratégico para el tránsito de entrada y salida de la villa hacia las carreteras Carbonera, de Oviedo y de la Costa.

Igual fin utilitario tuvo la derivación de un ramal de la fuente de La Vizcaína hasta los terrenos del mercado de ganados - aproximadamente donde hoy se encuentra la plaza de Riego -, proyectado en 1854 y definitivamente ejecutado en 1863.

Por último, de la conducción de La Matríz se derivó un nuevo ramal para instalar una fuente en la plazuela del Carmen, y sobre la propia canalización se instalaron dos bombillos, uno en la plaza del Instituto y el otro a la altura de la travesía del Convento.


A pesar de lo precario de la situación, hubo que esperar a la década de 1870 para que el Ayuntamiento gijonés comenzara a plantearse como una necesidad perentoria la localización de nuevos caudales y la construcción de una nueva traída. La demora en la búsqueda de una alternativa y la evidencia de su necesidad harán que varios particulares se planteen ejecutar la obra con carácter privado, como ya había sucedido con los servicios de alumbrado, transportes urbanos y algunos mercados.

El industrial Anselmo Cifuentes será quien persista en la idea hasta el punto de financiar un completo proyecto de abastecimiento de agua para la villa, proponiendo traer a la ciudad el líquido aportado por el manantial de Llantones (Leorio).

no obstante, las reticencias a la privatización del servicio hicieron inviable esta opción, no sin que esta actuación propiciara un importante impulso al proyecto, pues este fue regalado, por su promotor, al municipio a comienzos de la década de 1880. Tras lograr su financiación, las obras se emprendieron en 1887 y culminaron en 1890, año en que comenzó la implantación del suministro de agua a domicilio.

Fuente visitada.
EMA: CUARENTA AÑOS. (Héctor Blanco González)

jueves, 21 de marzo de 2013

LOS CAMINOS ROMANOS DE ASTURIAS



La Ruta de La Plata fue la principal vía de comunicación durante siglos entre el Sur y el Norte de la Península Iberica. Y llegaba a Gijón.

Que Asturias sufrió un importante proceso romanizador es innegable; numerosos restos arqueológicos lo verifican, pero además sufrió una importante explotación de recursos. Dichos recursos, a la par que el idioma y la cultura del imperio, necesitaron de una red comunicadora y caminera para su expansión; y es totalmente ilógico pensar que en nuestro accidentado terreno sólo existiesen dos calzadas (La Mesa y La Carisa, como señalan algunos estudiosos) que desempeñasen este papel; o mejor expresado, las calzadas más importantes o con mayor volumen de transporte necesitarían de una red comunicadora con el resto del territorio.


Los pasos naturales de la Cordillera Cantábrica, que habían sido de vital importancia para los pueblos indígenas de la Asturias prerrománica, o las rutas Prehistóricas, siguieron siendo a ojos de las legiones romanas, las vías clave de comunicación. Estos caminos se hicieron mucho más frecuentes y fuertes entre el Norte y el Sur, no sólo para el ejército romano, sino también para el tránsito de mercancías agrícolas, arriería, personal administrativo y, cómo no, para las explotaciones mineras, entre otras muchas actividades. Todas esas vías meridionales se encontrarían unidas entre sí por ramales secundarios que discurrirían entre el Este y el Oeste de la región y servirían de nexos de unión entre las calzadas principales. También en la costa hay numerosos restos de asentamientos, y teniendo en cuenta que la rasa litoral es el terreno más favorable, lo más natural sería tener una ruta que comunicase toda la cornisa cantábrica, posiblemente la Via Maritima de Agripa.

En su mayoría estas calzadas romanas durante la Edad Media continuaron en uso, aunque es posible que sufrieran cambios de cierta trascendencia en sus estructuras y denominaciones. De ellas derivaron numerosos puentes romanos y medievales de los cuales muchos aún perduran, y algunos de ellos conservan vestigios de estructuras anteriores. La red caminera romana continúo usándose hasta fechas recientes; y todavía son conocidas las sendas por los lugareños con variada terminología, pero que indica su antiguo origen, por ejemplo: "Camino Real", "Camino Francés", "Camino de Santiago" (las viejas calzadas romanas se usaron como caminos de peregrinación en la Edad Media), o incluso "Camino Romano".


Esas sendas de origen antiquísimo han sufrido más olvido y destrucción en las dos últimas décadas de lo que sufrieron en casi 2000 años. Y, aunque sólo sea por su valor cultural, es importante investigar y preservar las vías históricas; que, por otra parte, también discurren por lugares de gran belleza natural. Pudiendo ser restaurados con finalidad turística, aprovechando de esa manera los enormes recursos que nuestra región posee; y que debido en parte a la desidia y falta de inquietud por estos temas de las autoridades y técnicos culturales se están dejando olvidados. De manera que si transcurre más tiempo sin actuar, podrían perderse más evidencias de nuestro pasado.


 Fuente visitada. descubreasturias.com

sábado, 16 de marzo de 2013

ERMITA DE LA VIRGEN DE MIRAVALLES (SOTO DE ALLER)


En el campo de Miravalles, a un kilómetro del pueblo de Soto, existe una ermita barroca del siglo XVIII diseñada por Francisco de la Riba. Fue construida con el dinero que aportó la Cofradía de Ánimas de Nuestra Señora de Miravalles, en 1728 se empezaron los trámites y entre 1740 y 1745 se edificó. Se construyó sobre otra ya existente de la que aprovecharon ciertos elementos como las bóvedas, que son del siglo XV. Una prueba de su previa existencia son dos documentos de 1665 y 1677 encabezados por la frase: "Delante de la ermita de Nuestra Señora de Miravalles...". Además en el Archivo Histórico Diocesano de Oviedo se conserva un libro de fábrica de la ermita de Nuestra Señora de Miravalles de 1722 . La última restauración data de 1881.


LEYENDAS-
El porqué de una iglesia en este lugar viene explicado con una leyenda. Hay varias versiones pero suelen tener como origen una fuente vecina que está entre un avellano y unos salgueros venerada desde los tiempos precristianos. Se decía que el agua era milagrosa para resolver problemas de la vista y actualmente se sigue manteniendo que el agua es bendita. Es allí donde, según unos, apareció una imagen en piedra de la Virgen que los vecinos llevaron a la iglesia parroquial, pero la escultura volvió al lugar de origen, esto se repitió varias veces hasta que decidieron hacer un templo allí cerca. La Virgen no volvió a irse, pero dejó un recuerdo del lugar de la aparición que es un avellano y dos salgueros que crecen una y otra vez, entre las piedras del campanario a pesar de que se corten.


Otra versión habla de una aparición de la propia Virgen en la misma fuente, pedía una ermita precisamente allí, pero al ser un lugar difícilmente edificable optaron por construirla donde está actualmente. Al no hacerla donde ella pedía dejó el avellano y los salgueros en el campanario. Una tercera versión un poco diferente sería la que dice que donde hoy está la iglesia había un avellano sobre el que se apareció la Virgen lo cortaron para hacer la ermita pero siguió creciendo en el campanario a pesar de que la iglesia fue destruida por un incendio. Lo que haya de real o de leyenda no lo sabemos pero aún hoy podemos ver las ramas en el campanario.

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La romería de Miravalles se celebra el 8 de septiembre, es precedida por una novena que tiene lugar en la misma ermita.
Tradicionalmente la imagen original de la Virgen, vestida con sus mejores galas, sale en procesión desde la cripta de Soto, donde está todo el año, hasta el santuario de Miravalles a eso de las 11 de la mañana. Se celebra una misa cantada a mediodía y otra rezada hacia la una, una y media, siendo la primera la más concurrida que además suele incluir una pequeña procesión por los alrededores de la iglesia.

Una vez finalizado el servicio religioso se procede a hacer la puya del ramu o puya'l ramu. El ramu (armazón de madera adormado con lazos de colores) con sus panes de escanda colgados parte de Soto en la misma procesión que lleva a la Virgen hasta Miravalles y a ella es ofrecido. Después de la misa, cuando ya ha recibido la bendición, se subasta entre los presentes. Si el tiempo acompaña se come en el prado y de postre no faltan el panchón y les casadielles. Hacia las 6 otra procesión lleva a la Virgen de nuevo a Soto amenizada con música.


Hasta no hace mucho "les fiestes" duraban 3, 4 o incluso 5 días (como en 1977), existía una Comisión de Festejos que recaudaba fondos todo el año con espiches en la Casona, rifas, donaciones, postulación el día de Miravalles y lo que se les ocurriera. Había un día de juegos infantiles, con carrera de sacos, de aros, de bicis, de burros, cucaña, canción infantil, tiro de cuerda, incluso concurso de feos, también había partido de fútbol de solteros contra casados o de Soto contra Cabañaquinta o Soto contra Santana, cada noche tocaba una orquesta, venía el "tiro" para los mayores y el tren de la bruja para los pequeños, los socios tenían su bollu preñau y su botellina de vino... Y no faltaban los voladores, la reina de las fiestas ni la gran chocolatada del último día.

Fuente visitada.
perso.wanadoo.es/sotodealler

sábado, 9 de marzo de 2013

EL MONTE NARANCO (OVIEDO)


Tener Oviedo a los pies es una sensación real que experimentamos desde la cima del monte Naranco. Una colina redondeada de 636 metros de altitud y más de 30.000 metros cuadrados de espacio abierto y natural que corona la capital asturiana y que nos ofrece su mejor panorámica.


 Las dos joyas del arte prerrománico de Oviedo: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo se encuentran de camino a la cima, concediendo a este monte las imborrables señas de identidad del reino astur y su condición legendaria. El Naranco figura en la historia universal del arte con letras mayúsculas gracias a estos dos monumentos, declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Pocos montes ostentan tales maravillas.

Para los ovetenses el Naranco es como la Casa de Campo para los madrileños, Collserola para los barceloneses o el monte Igueldo para los donostiarras. Un espacio vinculado de modo entrañable a la vida de la ciudadanía, que acude a sus laderas para disfrutar del aire libre, recrearse en su patrimonio o realizar actividades deportivas como el senderismo o el ciclismo.


Los desniveles del Naranco son idóneos para esfuerzos gratificantes: sirven para el paseo, el entrenamiento y la competición. A lo largo del año se suceden las concentraciones cicloturistas que tienen como objetivo “llegar arriba”. La cima del Naranco también recibe a esos ciclistas profesionales que son capaces de descolgar a un pelotón entero para triunfar en solitario. Un puerto corto, pero muy duro, que dio a conocer por primera vez José Manuel Fuente en La Vuelta Ciclista de 1974.

Desde arriba del todo se domina una extraordinaria vista aérea de la ciudad de Oviedo y de casi todo el municipio, así como de los de Llanera y Las Regueras. Si el día es claro podremos disfrutar de una panorámica excepcional y de más alcance, llegando a atisbar gran parte de la región central de Asturias. El soberbio monumento del Sagrado Corazón parece invitar al deleite de ese vasto paisaje que mezcla, de forma inusual, la urbanidad más ordenada con la abrupta naturaleza de montaña. La Sierra del Aramo, al frente, corona las altitudes más cercanas de la ciudad.


La figura de Jesús, abrazando y protegiendo simbólicamente a la ciudad de Oviedo, suele ser una meta sacra para muchos caminantes que desde San Miguel de Lillo, ascendiendo por un empinado pero bellísimo sendero, pasan junto a la Fuente de los Pastores, donde sacian la sed con el agua más limpia y fresca de la urbe.
Desde el centro de Oviedo al Sagrado Corazón se puede llegar andando en poco más de una hora y cuarto.

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La ascensión:
Con el coche ya en las calles de Oviedo debemos buscar las indicaciones que nos marcan el camino hacia el Monte Naranco. La ruta a seguir pasa por la avenida de los Monumentos, que va subiendo lentamente la falda del monte, entre una zona residencial –Ciudad Naranco– donde abundan modernas y magníficas construcciones.

En cuanto empiezan a escasear las casas, el monte Naranco destapa toda su belleza. Entre los árboles aparece el gran edificio del Centro Asturiano y sus instalaciones adyacentes, un tanto apartadas de la carretera.

A 4 kilómetros del casco urbano encontramos la primera de las joyas arquitectónicas: Santa María del Naranco. Apenas 200 metros más arriba hallamos San Miguel de Lillo. Lo mejor es dejar el coche en algún descanso de la subida y visitar los dos monumentos.

Y ya sin más dilación hasta arriba, donde está el auténtico mirador de la ciudad. Sobre el cercano Picu del Paisano, vemos la imponente estatua del Sagrado Corazón.

 Fuente visitada. desdeasturias.com

martes, 5 de marzo de 2013

OVIEDO - SAN MIGUEL DE LILLO (IGLESIA PRERROMÁNICA)


Iglesia prerrománica dedicada a San Miguel Arcángel mandada edificar hacia el 842 por el rey Ramiro I en el Monte Naranco, en los alrededores de Oviedo. Se encuentra a poca distancia de Santa María del Naranco. Posiblemente sea la que, según la crónica Albeldense, mandó construir este monarca junto a sus palacios, con función de iglesia palatina. En principio pudo estar dedicada a Santa María y San Miguel. Originalmente tuvo planta basilical de tres naves, pero sólo se conserva una tercera parte de su longitud, porque durante el siglo XIII o principios del XIV se arruinó, posiblemente debido a las malas condiciones del suelo. Se conserva únicamente el vestíbulo y el arranque de sus tres naves. Sobre el vestíbulo se halla la tribuna real, a la que se asciende por angostas escaleras, y en la tribuna hay dos pequeñas estancias, a sendos lados, posiblemente para descanso del rey y de la reina. Sobre la tribuna hay otra pequeña estancia, que no tiene acceso. Las cubiertas son de bóveda de medio cañón formuladas en tramos que alternan sus ejes entre sí -transversal y longitudinal- y, al propio tiempo, con los de la nave central. La separación de las naves se efectúa por medio de arcos que descansan en grandes columnas con capiteles y basas decoradas, estas últimas muy originales e historiadas. En las jambas de la puerta de ingreso hay dos relieves en piedra que reproducen motivos de un díptico bizantino del siglo VI. Hay muchos detalles decorativos escultóricos, en los que es evidente la influencia lombarda. Son de gran importancia las celosías que cierran los vanos, y que funcionan como tamizador lumínico. Existen varias en todo el edificio, con formas geométricas y con disposiciones radiales. En 1850 Bartolomé Hermida realiza una reconstrucción del edificio que lo deja en el estado en el que podemos verlo actualmente. En 1985 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. En el último informe de la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, realizado en 2006, se señalaba textualmente que el estado de conservación de los edificios prerrománicos es "bueno", lo que viene a demostrar que no han realizado una visita a San Miguel de Lillo desde hace muchos años.

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 Época: S. IX

Propiedad: Diócesis

Grado de protección: Monumento Histórico-Artístico mediante Real Orden del 24 de agosto de 1885.


Estado:
Lamentable estado del interior, con desconchados y desprendimientos por todas partes. Paredes que chorrean humedad y unos restos de pinturas, consideradas por los expertos como vitales (las primeras figuras humanas del Prerrománico), en estado crítico. La famosa figura del músico está muy deteriorada. Pintadas de gamberros (delincuentes), moho y verdín en el interior. Según el periódico asturiano La Nueva España, se encuentra en una fase de deterioro que sorprende e irrita a los numerosos visitantes que se acercan a la iglesia.

Carácter del riesgo:
Grave y progresivo deterioro por la humedad en las paredes interiores. Desprendimientos en los restos de pintura. Daños por erosión y líquenes en fachadas exteriores. Peligro de daños en la estructura.


Restauración:
Por su singular valor y características, requiere un mantenimiento constante que no se realiza. En 2005 se llevó a cabo la instalación de una infraestructura de drenaje, a cinco metros aproximadamente del muro, que arrojó resultados manifiestamente insuficientes. En mayo de 2009 se ha realizado un nuevo drenaje alrededor de la iglesia, cuyos resultados no se conocerán hasta la llegada de las lluvias invernales. Se ha llevado cabo también la limpieza de vegetación de cubiertas y de muros perimetrales, aunque no se ha intervenido en el interior del templo que es donde se encuentran los mayores daños, algunos ya irreversibles. Después de las reiteradas denuncias sobre su estado, técnicos del Servicio de Restauración de Pinturas de Madrid visitaron la iglesia a mediados del pasado diciembre 2009. La iglesia será sometida a una intervención para evitar la permeabilidad de sus paredes. Las obras han comenzado en febrero de 2011. No hay fecha para intervenir en su interior, en lamentable estado, ni en la consolidación de las pinturas murales que están perdiéndose.


Fuente visitada. www.hispanianostra.org 

domingo, 3 de marzo de 2013

NACIMIENTO DE PINÍN QUE DE PINÓN YE SOBRÍN



Pues señor ... Telva y Pinón 
Tenían un sobrinín 
inquietu como un gorrión. 

Con este verso situado como texto de apoyo, nació, creada por Alfonso Iglesias, la primera viñeta que daría origen a un fenómeno de masas sin equivalentes en toda la historia del cómic español: 'Aventures de Pinín que de Pinón ye sobrín'. La historia de las andanzas de un “guaje” (niño) inquieto que tuvieron pendientes del dominical de La Nueva España a toda la chiquillería astur y a algunos mayores de edad, pero igual de niños en espíritu y corazón.


A quien Dios no i da fíos, San Mateo i da un sobrín. Primero fueron Pinón y Telva (Pepe y Etelvina). Posteriormente supo llegar a los niños a través de ese pequeño personaje que representó el mágico sueño de una generación. Un sueño de aventuras, de viajes, de exotismo ... un sueño de libertad para unos niños traumatizados por una guerra que les era ajena. Un sueño rubio y menudo que se llamó Pinín (Pepín).

Egipto, Estados Unidos, el Polo Norte, la India, el Tíbet, el “madreñogiro”, la princesa china Ku-Cha-Rín y, en sucesivas aventuras, Sudán, Eritrea, etcétera. En fin, todo lo inalcanzable pero a “tiro de piedra” para la fértil imaginación de los niños, desfiló como un carrusel arrollador de aventura y gozó por los despiertos ojos de ese pequeño gigante procedente de Pajomal, pueblo de escasos vecinos situado en la cuenca minera de Asturias, cerca de La Felguera.


Con una gigantesca madreña que él mismo construye, Pinín -como Mickey- se lanza a la aventura. El río Nalón, en la Chalana, hace de primer fluido transportador llevándole hasta el bravío Mar Cantábrico por San Esteban de Pravia. Más tarde, cual portentosa nave espacial, la imaginación le llevará ... ¡hasta Marte! en donde encontrará, cómo no, a otro asturiano: El “coxu de Proaza” (cojo de Proaza).

Pinín vino a sumarse a los Mickey, Flash Gordon, Jorge y Fernando, El Hombre Enmascarado, La Pandilla de los Siete, El Guerrero del Antifaz, etc. Pero además, Pinín hablaba el idioma de los niños asturianos y en sus aventuras se leían palabras tan patrimoniales como madreña, Nalón, gaita, El Magallanes, Gijón, Langreo, Oviedo, la calle Uría, San Mateo, Pachu, El Musel ... Pero esto es otra historia ...

 En 1943, Alfonso crea las aventuras de Pinín. Serán tiras de seis viñetas que se publican los domingos en La Nueva España con el título Aventures de Pinín que de Pinón ye sobrín, y que iniciaron su periplo el domingo 14 de noviembre de 1943 en la página cinco que este diario dedicaba habitualmente a la gente menuda. Esta primera historia se desarrolla en cuarenta y cinco entregas, finalizando su publicación el 24 de septiembre de 1944.

Con Pinín llega Alfonso a la apoteosis de la popularidad. Se convierte en un autor de historietas bien pagado para la época y, cosa rara, totalmente alejado de los centros de producción de este medio expresivo. Este hecho insólito no volverá a ocurrir con ningún otro autor hasta el boom de los años setenta.
No todo ocurre fuera de nuestras fronteras. Los fenómenos de masas en la historieta no se resumen a Asterix el galo ni al belga Tintín. El Principado de Asturias tuvo en los años cuarenta un personaje autóctono comparable a los mencionados. Ese fue Pinín.

Cuando está próxima a finalizar la publicación seriada de estas aventuras en La Nueva España ... el diluvio: tres colecciones de cromos con 576 estampas a todo color, figuras, cabezudos, caretas, edición de un álbum monográfico varias veces reeditado, cincuenta mil pesetas -de las de antes- por derechos de autor para Alfonso por la edición de los cromos, y hasta el popular cacao “Caopinín”.

El miércoles 20 de septiembre de 1944, ante el entusiasmo popular que emanaba de una multitud de más de cien mil personas venidas de toda la geografía asturiana a su capital, Oviedo, y concentradas a lo largo de la calle Uría e inmediaciones, un fiel réplica de “carne y hueso” del héroe asturiano de papel, paseó en loor de multitudes el triunfo popular de este ente de ficción.

Fuente visitada. Wikipedia.