viernes, 30 de agosto de 2013

LOS PERCEBES


Comer percebes es como comer la esencia del mar. Las propiedades de temperatura, salinidad y densidad del agua en el que crece, así como su riqueza en nutrientes, influyen para su buen crecimiento y redondean un sabor muy sano. Son ricos en minerales y bajos en grasa (apenas un 2%), contienen entre el 5-20% de proteínas. Para ingerirlos hay que tener cuidado pues salpican, por ello, los percebes se deben abrir con cuidado entre la uña y el pedúnculo, la parte comestible, que puede alcanzar los cinco centímetros de “chicha”.


Los mejores percebes son los que tienen un tamaño proporcionado, un tanto gruesos y ni largos ni cortos. Son los llamados percebes “de sol”. Los de sombra, que crecen en las rocas bajo el mar, son más largos y menos apreciados. Unos seis meses les lleva el estirón. En origen son una larva a la deriva en el mar. En un momento dado elige la roca que va a ser su hábitat y, con su “glándula de cemento”, produce un líquido que lo fija a la roca. Para su buen desarrollo necesita, además de mar limpia y batida, amplios periodos de sol. El agua dulce de la lluvia estimula su crecimiento. Se comprende fácilmente por estas razones que Asturias presente inmejorables condiciones para que crezcan limpios y sanos.


La dificultad para llegar hasta donde se hallan, y la extracción en pleno oleaje en la que muchos se juegan el tipo justifican de sobra su alto precio. Se trata de una labor que técnicamente cuenta con las mismas armas que en tiempos pasados, sobre todo para los llamados “perceberos de a pie”, que, a diferencia de los que se aproximan a la costa en lancha, tienen que andar en equilibrio por la costa alta y bajar a los pies de las mismas, siguiendo las huellas naturales que el mar y el viento han abierto en la roca. Sin la menor sensación de vértigo, esperan la bajamar y se deslizan por las cuerdas hasta el llancar, la zona donde bate el mar, un espacio que puede alcanzar los tres metros de longitud y donde abundan la flora marina y las piñas de percebes. Armados con un par de sacos, una percebera, herramienta para extraer el preciado marisco, una cuerda de unos 50 metros y un traje de neopreno, los perceberos comienzan su andadura por “las caleyas” cercanas a los abismos de la costa, buscando, desde la altura, un llancar idóneo. Luego se dejan caer hasta la parte baja de los bloques de caliza. Nadan, bucean, pasan de un islote a otro con la cuerda a cuestas para amarrar el saco y no perder sus capturas.

En los llancares abundan las piñas nacidas durante la primavera y el otoño, que a lo largo del año van alcanzando su madurez biológica. Una vez abajo, con la percerbera, herramienta clásica que consta de mango de madera y hoja terminada en cuña metálica, se revuelven las oquedades donde están incrustados los percebes. Al capricho de las olas, y rodeado de los cortantes filos de mejillones y rocas, realizan su actividad los profesionales.


La preparación de los percebes es de lo más sencilla, y nada tiene que ver con lo costoso que ha sido atraparlos. No deben lavarse, y si se hace, ligeramente y rápido. Se deben cocer con agua de mar si es posible. Si no lo es, se pondrá un puñado de sal gorda. No se deben cocer muy amontonados ni con mucho agua. Cuando el agua rompa a hervir se añaden los percebes. En cuanto vuelva a hervir, los dejamos cinco minutos, los sacamos para una fuente y los tapamos con un paño. Se deben consumir calientes o templados. En Asturias se piden por tapas y acompañados, cómo no, de unas botellinas de sidra.


En casi toda la geografía asturiana podremos degustarlos. Sobre todo, como es obvio, en los municipios costeros. Tradicionalmente no era un bien tan apreciado por ser escaso. Su valor era el sabor, las cantidades eran otras y abundaban las percebadas en comunidad. Vestigios de estos encuentros populares continúan hoy en los denominados festivales gastronómicos. El percebe es protagonista de ellos en varias localidades costeras, pero quizás sea Tapia de Casariego la que últimamente se lleva la palma. Ha sabido organizar un evento percebero como pocos, con comensales que acuden desde todo el Principado a degustar centenares de kilogramos de este apreciado molusco.


 Fuente visitada. desdeasturias.com

sábado, 24 de agosto de 2013

EL MIRADOR OSERO Y LA RUTA DE MUMIÁN


El afamado lugar para ver osos en Somiedo está cerca de una ruta montañera y turística, la de Mumián

En Asturias aún quedan brañas con sus típicos cabanones de teito, estando ahora dentro de un régimen de protección oficial estas construcciones de techumbre vegetal, al igual que los hórreos y cabazos. Aunque los lugareños dicen que las ayudas que reciben son pequeñas. Las cabanas de teito gozan de cierta consideración, pero peor suerte tienen los ancestrales corros (de tipo castreño y por tanto más antiguos), dado que no tienen ningún apoyo. Lo mismo ocurre con los escasos restos de calzadas romanas.

Las principales brañas que conservan en buen estado un considerable número de estas "cabanas" están en Somiedo, aunque hay también otras en los concejos de Allande, Tineo, Teverga, Cangas del Narcea, Degaña e Ibias. Pero entre todas se pueden destacar las de La Mesa, La Pornacal y Mumián, en el Parque Natural de Somiedo. Son poblados que parecen perdidos en el tiempo. La ruta recomendada es a la braña Mumián (o Momian) que es la menos conocida de las tres citadas y está en una zona osera (sin embargo hay una nueva pista trazada en esa zona). 

Muchas personas dicen que las capturas hace un lustro de los osos "Cuervo" y "Pascualín", fueron en esos montes, así como del urogallo que "picaba" a los turistas (estos tres animales murieron estresados). Ahora se descubrió que las empresas inglesas y españolas que organizan visitas para ver osos en libertad, lo hacen desde un mirador natural cercano a Mumián, sobre el valle del río Somiedo, casi encima de Gua y Caunedo. Los plantígrados avistados están en la sierra del Páramo.

En la capital del concejo, Pola de Somiedo, se toma la sinuosa carretera que va a Valle del Lago, y antes de llegar al pueblo de Urria, se coge en una curva el ramal que conduce a Coto (o Coutu). Este bello pueblo se llama Coto de la Buena Madre, en recuerdo de una famosa religiosa que allí vivió hace años. Desde el pueblo, bordeando la sierra y bosque del mismo nombre, se sube por la pista, al Suroeste, entre árboles autóctonos, principalmente hayas. La subida durará, a paso tranquilo, poco más de una hora hasta llegar a la fuente del Cañu (o El Canu). De ella parten senderos, a la braña de Sousas (aún con corros), por el Fuexu y fuentes de Los Chanos y Chandelagua; y a las brañas de Mumián y Valdecuelebre.

 Entre piornos tomamos el camino que va al Oeste, pasando por el collado que se forma entre los contrafuertes de los picos Molinón, Penálba y Gua. A los pocos minutos estamos dando vista a la braña de Mumián. Con la sierra del Páramo al Oeste (y su cimero Mocoso) y el pueblo, de La Peral. Por el medio el impresionante valle central somedano, donde discurre el río Somiedo. Por ese valle cruza la carretera que conduce a Puerto Somiedo (AS-227), donde se asienta el pueblo vaqueiro de Santa María del Puerto.

En Munián hay buena fuente en el centro de la braña y las antiguas "Ocheras" para dejar la leche. Estando diseminadas sus cabañas, entre prados, a diferencia de otras brañas que tienen sus teitos juntos. El poblado y el paisaje son de gran belleza. De Mumián salen sendas al pueblo de Caunedo y a la aldea de LLamardal (al Sur). Por ese último lugar también se sube bien.

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COMO LLEGAR: Por la carretera comarcal a Puerto de Somiedo (AS-227). En La Pola tomar el ramal a Valle de Lago y, un poco antes de Urria, hay una desviación a El Coto.
Cerca de La Peral está la aldea o braña de Llamardal, en la subida a Santa María del Puerto (AS-227) y desde allí se va también a Mumián.

 Fuente visitada. www.descubreasturias.com

martes, 20 de agosto de 2013

LA VIRGEN DE LA CUEVA (PARROQUIA DE QUES)


La parroquia, bordeada por la Sierra de Ques, tiene una extensión de 5,97 km² y cuenta con una población de 155 habitantes. La localidad de la parroquia con mayor población es Pedrueco, que se encuentra a 2,8 km de la capital del concejo, Infiesto.


 La parroquia es conocida fundamentalmente por el manantial de agua al que da nombre, por el Santuario de la Virgen de la Cueva y por la iglesia de Santa Eulalia.


Del Santuario de la Virgen de la Cueva hay ya datos en el siglo XVI aunque a lo largo de los años, los avatares de la historia han transformado considerablemente su aspecto. De atractivo turístico, situado bajo un abrigo rocoso y a orillas del río la Marea, vive su día grande el 8 de septiembre, coincidiendo la celebración de la Virgen de la Cueva con el día de Asturias.


A mitad del siglo XIX desapareció la ''Cofradía de Nuestra Señora de la Cueva'' y al no haber quien cuidase de este conjunto, quedó totalmente abandonado hasta comienzos del siglo XX que empiezan las obras de de reconstrucción y que dan un nuevo aspecto al Santuario.


Frente al santuario y al otro lado del río Piloña hay una gran explanada muy bien acondicionada para acoger a gran cantidad de peregrinos, para la celebración de fiestas populares, etc. Esta explanada es conocida como «Campo de los Romeros».


Numerosos personajes célebres han pasado por este santuario para rendir culto a la Virgen. Uno de ellos fue la Reina Isabel II con el Príncipe de Asturias, acompañados por San Antonio María Claret que iban de paso hacia Covadonga y de cuya visita se puso una lápida como recuerdo. Fue el día 27 de agosto de 1858.


Es muy conocido y cantado este cuarteto en bable que muestra de forma tierna y cercana el cariño de los piloñeses a su Virgen de la Cueva.

Virxen de la Cueva hermosa 
cómo non mueres de frío 
debaxu d'esi peñascu 
a la orillina del ríu.
Fuente visitada.
Wikipedia.

sábado, 17 de agosto de 2013

NACIMIENTO Y DECLIVE DE (ENSIDESA)


Finalizada la guerra civil en 1939 y ante la escasez de productos siderúrgicos el estado interviene de forma directa en la producción de los mismos creando el 28 de julio de 1950 la Empresa Nacional Siderúrgica (ENSIDESA), dependiente del Instituto Nacional de Industria (INI).


La factoría se situó en terrenos pertenecientes a los concejos de Avilés, Corvera, Gozón y Carreño, y entró en funcionamiento en 1956, inaugurándose el primer alto horno en 1957. La creación de ENSIDESA lleva a Asturias a la cabeza del país en producción siderúrgica, y desarrolla de forma impresionante la comarca de Avilés y municipios limítrofes.


Entre 1957 y 1972 la empresa bate records de producción y empleo, con cuatro altos hornos en funcionamiento, producciones superiores a los dos millones de Tn/año y una plantilla formada por más de trece mil trabajadores. En 1973 tiene lugar la absorción de la Unión de Siderúrgicas Asturianas S.A. (UNINSA), sociedad constituida el 30 de mayo de 1961 por las principales fundiciones privadas asturianas (Duro-Felguera, Fábrica de Mieres y Sociedad Industrial Asturiana Santa Bárbara) y propietaria del tre de laminación de Veriña (Gijón).


UNINSA había surgido al calor del desarrollismo de los sesenta con fuertes ayudas públicas a través de los planes de Acción Concertada pero su nivel de endeudamiento debido a los elevados costes de instalación conllevan la entrada del INI en una primera ampliación de capital en 1970, como paso previo a su integración en la siderurgia pública. La fusión convierte a ENSIDESA la primera industria siderúrgica nacional, pero el exceso de plantilla -24.000 trabajadores- y el fuerte endeudamiento provocan en 1975 la primera regulación de plantilla y el comienzo de las graves crisis y reconversiones que pasan primero por un proceso de fusión con la siderurgia pública y privada vasca en la Corporación de la Siderurgia Integral (CSI) y que concluyen despues con el proceso de privatización y venta de la compañía al grupo multinacional luxemburgués ARBED en 1999. Surge así una nueva entidad totalmente privada denominada ACERALIA Corporación Siderúrgica.

Fuente visitada. www.archivosdeasturias.info

miércoles, 14 de agosto de 2013

LA SIERRA DEL PÁRAMO


La mayor zona osera de España está entre el valle del Pigueña y el puerto de Somiedo.

Entre el puerto de Somiedo, donde se asienta el famoso pueblo vaqueiro de Santa María del Puerto, y el valle somedano del Pigüeña, se encuentra la mayor zona osera no solo de Asturias y Cordillera Cantábrica, sino de toda España, en concreto cerca del pueblo de Villar de Vildas por un lado y La Peral por el otro, a la sombra del bosque de Las Sendas y de los picos El Cogollu de Ceboelléu y Penouta, la sierra del Páramo y el Picu Mocosu, así como El Miru… En esa zona están las brañas de Ferbillín, La Pornacal, La Viecha o Los Cuartos y El Rozu, junto a Las Fanas de Matadiablos y Las Fanas del Fuexu.

 En la sierra del Páramo hay también afamadas lagunas, como La Peneinera o Cabera (La Cabrera), Redonda, El Chamazu y La Xana, rodeadas de misteriosas leyendas. Y, encima del hayedo de Las Sendas (Les Sendes) está el oculto y hermoso lago Bueno, el Chau Bonu (Llau Bonu). Y por esta maravillosa zona campean aún los osos pardos, junto a lobos, gatos monteses, jabalíes, rebecos, zorros, corzos y venados, además de gran variedad de aves, entre ellas los urogallos y las rapaces diurnas o nocturna. En pleno Parque Natural de Somiedo, Reserva de Biosfera.

 Una buena caminata para subir a la sierra del Páramo (que está a algo más de 1700 metros de altitud) se puede iniciar el la antigua braña, ahora pueblo de altura, de La Peral (que fue Pueblo Ejemplar de Asturias); por una pista hormigonada que se inicia, en dirección Oeste, a la salida de la localidad, junto a una gran cabaña de teito que ayudo a cubrir o teitar el Príncipe de Asturias en su visita a la localidad (como atestigua una placa), donde además inauguró un mirador que lleva su nombre (sobre el valle central somedado).

Tras recorrer unos cuatro kilómetros subiendo por esta pista, en una hora de suave paseo, entre curvas y recurvas, se llega a una amplia collada, donde hay una caseta de la guardería, cerca de la braña Fuexu. Encima están los picos el Mocosu del Páramo (o Moscosu) y El Miro (o Miru). Siguiendo luego al Norte, como otra hora más por senderos, se pueden ver las cuatro lagunas del Páramo, ya citadas; en esta primavera como abundante agua.

Si se sube desde la braña de La Pornacal se tarda algo menos, aunque el sendero es más pendiente y fácil de perder entre los piornos y espesa vegetación. De La Pornacal la senda sube en dirección Este… A la braña La Pornacal se llega en algo más de una hora por pista hormigonada, desde el pueblo de Villar de Vildas, por lo cual es algo más larga la ruta a la sierra del Páramo que desde La Peral. Villar de Vildas, también Pueblo Ejemplar de Asturias, al igual que esta braña fueron, asimismo, visitadas por el Príncipe de Asturias.

En el Parque Natural de Somiedo abundan los lagos o lagunas (es el mayor complejo lacustre de la Cordillera Cantábrica), así como los bosques de especies autóctonas, refugio de animales salvajes en vías de extinción, por ejemplo osos, lobos y urogallos; y también hay numerosas brañas con ancestrales cabanas de teito. De todos esos poblados el que conserva actualmente el mayor número de construcciones de techumbre vegetal es La Pornacal, a orillas del río Pigüeña, con 33 cabanones en pleno uso.

 Tanto si se sube a la sierra del Páramo por La Peral, como por Villar de Vildas y braña La Pornacal, el valle del río Pigüeña se nos presentará majestuoso y muy bello. Por este valle cruzó una vía histórica, que unía la comarca leonesa de Laciana, con las asturianas de Belmonte de Miranda y Tineo, así como Cangas del Narcea, llamada, en su zona cumbreña, la “Senda de La Culebra”, pasando un ramal por este valle y puerto de Les Cerezales (Zreizales) a Villar de Vildas.
 

COMO LLEGAR: 
Por la carretera local de Aguasmestas a Villar de Vildas (SD-2), que se toma en la primera localidad citada, cerca de Belmonte de Miranda (AS-227). O por la carretera al puerto de Somiedo, hasta La Peral (AS-227).

 Fuente visitada. www.descubreasturias.com

sábado, 10 de agosto de 2013

EL CONVENTÍN DE VALDEDÍOS


Declarada Monumento Histórico-Artístico el 3 de junio de 1931, Patrimonio Histórico Español el de 16 de junio de 1985 y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, inscrito con otros monumentos prerrománicos asturianos con el nombre de "Iglesias del Reino de Asturias", en 1985 .


Se trata de uno de los monumentos asturianos que ha sido menos modificado a lo largo de la historia. Ha sido sometido a algunas campañas de limpieza y restauración a lo largo del siglo XX . Consagrada en 893 por siete obispos, según consta en la inscripción de su fundación que aún se conserva en una lápida de mármol empotrada en el exterior de la cabecera.


Esta iglesia llamada popularmente "El Conventín" es la última gran obra del arte asturiano que ha llegado hasta nosotros y nos parece de un interés muy especial, no sólo por su valor intrínseco que es mucho, sino también por lo que significa tanto como compendio del arte desarrollado en Asturias en sus cien años de creatividad y de limitaciones técnicas, como de apertura al nuevo estilo - al que llamamos mozárabe - que ya estaba apareciendo en todo el reino astur-leonés y como anuncio con más de cien años de antelación del primer arte románico europeo.

Edificada por Alfonso III el Magno, al parecer dentro de un conjunto en el que además existían un palacio y otras dependencias, similar a los conjuntos palaciales construidos en Santullano y el monte Naranco por sus antecesores, y que fue asimismo el lugar donde este rey vivió los últimos años de su vida después de ser depuesto por sus hijos. Dispone de planta basilical, totalmente abovedada, con tres naves y tres ábsides de la misma anchura que las naves y un compartimento superior sobre cada uno de ellos, a los que no se accede desde el interior de la iglesia, sólo el central tiene una gran ventana al exterior, enmarcada por un alfiz y formada por dos arcos de herradura sobre columnas y capiteles.


La iglesia se completa con dos compartimentos laterales a la altura del crucero y un pórtico interior a los pies formado por tres compartimentos también de la anchura de las naves, soportando una tribuna que tiene la misma distribución, a la que se accede por una escalera adosada al costado sur.


Si comparamos sus proporciones, 16m de largo, por 8,20 de ancho y 8,80 de altura máxima, la semejanza con San Miguel de Lillo que tiene la misma distribución y cuyas dimensiones respectivas eran 19,70, 10,5 y 11.


" Para ir a Valdediós, desde Villaviciosa, hay que tomar la antigua carretera a Pola de Siero - Oviedo y hacia los 7 Km, una vez pasado Ambás, sale un ramal a la derecha que nos conduce a Valdediós".



 Fuente visitada. turismo-prerromanico.es

lunes, 5 de agosto de 2013

LA VARA DE HIERBA (EL BALAGAR)


En nuestra tierra asturiana, la incorporación al campo de la maquinaria y la tecnología hace que vayan desapareciendo alguna de las estampas más representativas y bucólicas de nuestras tradiciones, entre ella podemos destacar, por ausencia de nuestros prados; los balagares, que han cedido su puesto a unos rollos realizados por tractores preparados para esta faena y que son finalmente envueltos en plásticos blancos o negros que dan una imagen de modernidad a nuestro entorno, para terminar siendo complemento de polución en nuestra naturaleza.


A finales de la primavera o en el verano, dependiendo de que las tierras fuesen altas o bajas, se segaba la hierba con la guadaña cabruñada con el martillo y suavizada con la piedra, se dejaba extendida en hileras a todo lo largo del prao para un primer secado, más tarde con pala de dientes y garabato se le iba dando la vuelta facilitando el oreo y la cura, los campesinos, a la tarde la recogían de nuevo con el garabato colocándola en pequeños montones conocidos por el nombre de borregos, que pasaban a montones mayores cuando ya, una vez seca, se preparaba para la realización del balagar.


Al igual que existieron siempre maestros constructores de catedrales o arquitectura popular, así también existieron muchos y afamados constructores de balagares, que eran muy populares en los pueblos, así como populares fueron los segadores de trigo, escanda o centeno, los matachines o los malladores. Para la construcción de un balagar era necesario, en primer lugar, colocar, bien plantada, la vara, que era, ni más ni menos, un tronco lo bastante recto como para que se pudiese guiar la elaboración en torno a la misma.


Alrededor del tronco se ponía una base para aislar la hierba del suelo y a partir de aquí las mujeres, niños y mozos iban llevando hierba desde las morenas para que el responsable de la construcción del balagar la fuese distribuyendo y pisando en torno a la vara; a medida que va subiendo la hierba seca y pisada el balagar va tomando forma, y según su maestro, esta forma se asemeja a distintos tipos de peras; peras esbeltas y alargadas, peras barrigudas con aire de embarazadas. Según va subiendo la hierba, ésta se va mesando, que es el equivalente a un peinado, todo alrededor buscando la simetría del acabado y a medida que se cierra se le van poniendo unas roscas de hierba rodeando a la vara, de tal forma que evitarán la entrada de agua de la lluvia.
Una vez terminada de colocar la hierba, se cubre la parte superior con paja de trigo.


Finalizada la tarea de la elaboración de los balagares, llega la tarea más importante, el medir y comparar cual es mejor que cual mientras se disfrutaba de una espléndida merienda a través de filetes empanados, choscos, tortillas de patata, empanadas, frixuelos y un sinfín de otros exquisitos manjares regados con vino de bota y un buen café de calceta, entre chistes, cantos y risas. Cuando se ven por nuestros campos los rollos de plástico envolviendo la hierba se siente cierta nostalgia de aquellas formas de peras barrigudas que formaban parte del paisaje al igual que los hórreos o las paneras. El mundo evoluciona y una nueva cultura va sustituyendo a la tradición.

Por Manuel García Linares
Fuente visitada. lahoradeasturias.com