martes, 23 de octubre de 2018

ASAMBLEAS BAJO EL TEJO


Aurelio de Llano, en su obra Bellezas de Asturias, refería que cuando visitó Abamia en junio de 1927 unos vecinos de Teleña le comentaron que «debajo de estos tejos nos reuníamos los feligreses para tratar asuntos de labranza, antes de entrar en misa; ahora todo acabó».
Lógicamente, se aprovechaba que ese día todos los vecinos de la parroquia se encontraban reunidos en la iglesia para tratar las cuestiones de interés para la comunidad. De no existir el «aglutinante» de la misa, cuya asistencia era obligatoria, la dispersión del poblamiento y las deficientes comunicaciones de la parroquia hubiesen hecho imposibles estas asambleas, porque, salvo los oficios religiosos, ningún acontecimiento conseguía reunir a toda la colectividad.



En este sentido, la referencia de Ambrosio de Morales sobre la iglesia de Abamia resulta muy ilustrativa: «el día que yo allí estuve era domingo y parecía que estaba allí el real del rey don Pelayo, pues había más de doscientas lanzas incadas alrededor de la iglesia de los que venían a misa. Y dan su razón del traerlas que, como vienen a misa por aquellas breñas, pueden encontrarse con un oso de que hay hartos, y quieren tener con qué defenderse de él»



En la actualidad, el significado identitario-vecinal de los tejos de Abamia convive con nuevos contenidos semánticos, relacionados con el respeto a la naturaleza, la ecología, el medioambiente y el patrimonio, que vienen a destacar al tejo como un importante símbolo capaz de catalizar las esperanzas, anhelos y pretensiones de grupos de muy diverso origen y condición.


Enlace visitado:
https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2014-12539

LOS ESPANTOS DE LA IGLESIA DE ABAMIA (Corao)

“Lugar mágico, donde el silencio impresiona. Te puede pasar el tiempo sin enterarte admirando esta joya”


Dicen algunos autores que esta iglesia es obra de Pelayo. Pero ha sufrido tantas reformas que no queda la menor huella de la primitiva fábrica, es muy pobre en ornatos. La portada meridional, está compuesta por una serie de figuras espantables.


Empezando por la derecha, se ve un hombre tostando en una gran caldera; a continuación un diablo baja de cabeza arrastrando tras de sí a un hombre atado con dos cadenas por el cuello y por una mano; dos animales ocupan el centro de la arquivolta.


En el lado izquierdo de ésta, aparecen siete féretros con la tapa abierta, los cadáveres asomándose a la luz, y cada uno en actitud diferente, pero todos como pidiendo clemencia; la composición termina con un dragón. En los capiteles que coronan las columnas de la derecha de esta portada, el diablo, lleva del pelo a una mujer que tapa los pechos con sus manos.



(Bellezas de Asturias de Oriente a Occidente- Aurelio de Llano).