Carreño, como territorio autónomo, se vio dotado de una puebla en la segunda mitad del siglo XIII. Ésta se asentó en Candás, un establecimiento inmediato a la línea de costa. La autonomía del concejo de la puebla nueva no duraría mucho ya que en 1309 Fernando IV lo otorga al concejo de Avilés. A partir de ese momento, el territorio carreñense, a pesar de mantener su acusada personalidad, verá limitada su capacidad de autogobierno frente a la corporación de Avilés.
AVILÉS
Los siglos XVI y XVII nos muestran una villa candasina muy activa, volcada hacia las actividades pesqueras. Además, en la segunda mitad del siglo XVII había conseguido la emancipación del alfoz avilesino y elabora sus nuevas ordenanzas municipales en 1684. En 1691 la Abadía de Santa María de Arbás del Puerto vende al concejo su coto de Overiz con los puertos de Perán y Entrellusa. De esta forma, Carreño adquiere la configuración que conocemos hoy en día. En esos momentos la economía del concejo está sustentada mayoritariamente por las actividades primarias, y con una gran parte de la población especializada en las pesqueras. También tiene importancia la artesanía orientada hacia las infraestructuras portuarias y marineras, por lo que abunda la presencia de toneleros, carpinteros, canteros, herreros etc.
CANDÁS
Además, en el siglo XVIII se ve dinamizada por la llegada de flamencos. Durante las primeras décadas del siglo XIX, la vida del Ayuntamiento se verá afectada por la inestabilidad política e institucional que caracterizó a dicho periodo en toda España. Durante el trienio liberal, el concejo se disgrega en tres ayuntamientos separados (Candás, Guimarán y Tamón), y en 1836 los carlistas ocupan esporádicamente el Ayuntamiento, aunque sin mayores consecuencias para la zona.
GUIMARÁN
Sin embargo, los años finiseculares del siglo XIX y los primeros del XX constituyen el inicio de un periodo que traerá grandes y positivas transformaciones en su territorio. En una primera fase industrializadora, se encuentran en funcionamiento varias minas de hierro, numerosas industrias conserveras, y la química de Aboño. También se concluye el nuevo espigón del puerto y se produce la llegada del ferrocarril. Tras la Guerra Civil, se culminó el proceso industrializador.
ENSIDESA
En los años cincuenta recibe el influjo de la instalación de Ensidesa, y su vida económica se ve revitalizada también con la presencia de una cementera, una central eléctrica y numerosas pequeñas industrias instaladas en los alrededores.
Fuente visitada. archivosdeasturias.info
Muchísimas gracias por enseñarnos nuestras raices Marisa.
ResponderEliminar