sábado, 21 de febrero de 2015

MUERTE DE UN PALACIO (BERNALDO DE QUIRÓS- CARREÑO)


En la actualidad, la finca tiene una extensión aproximada de 70.000 m2 y está cercada con muro de mampostería. Los jardines, de gran riqueza botánica, están trazados según el gusto inglés y romántico, y poblados de árboles centenarios: entre ellos un gran pino que figura en varios cuadros del pintor Nicanor Piñole. Dispersos por el parque hay varios edificios auxiliares: establos, cocheras, casa de guardas y una torre palomar.


El edificio principal es de planta rectangular, cubierto a dos aguas y de cuatro alturas: semisótano, dos plantas nobles y desván. Éste se ilumina con dos pequeños balcones situados en los hastiales y con ventanas rebajadas que se abren bajo los amplios aleros, sostenidos por jabalcones y rematados en puntillas. Los vanos se distribuyen simétricamente por las fachadas, que están enlucidas y decoradas con molduras clasicistas en recercos e impostas.
La puerta principal se abre al este. Se accede a ella por una doble escalinata y queda protegida por un balcón de mucho vuelo, a modo de porche sostenido por dos columnillas de hierro fundido. Flanqueando este balcón, dos oquedades con mechinales delatan el lugar que ocuparon sendas piedras armeras: una ostentaba el escudo de Bernaldo de Quirós, con la leyenda «Después de Dios la casa de Quirós», y otra el de Carrió con la leyenda «El Noble linaje de los Carrió es de mucha antigüedad y nobles hidalgos».
Los escudos fueron retirados en 1995. Por el lado norte tiene adosada una capilla que comunica con el sótano y el bajo. De estilo neogótico, con graciosas ventanas geminadas ojivales, está dedicada a Nuestra Señora de los Dolores. Durante casi todo el siglo XIX albergó el cuerpo incorrupto de Santa Clementina, traído de Roma por el Cardenal Cienfuegos junto con la cabeza de San Justo, soldado y mártir romano, y otras valiosas reliquias que permanecieron en esta capilla hasta finales del XX. La planta principal del palacio se distribuye entre recibidor, tres salones, comedor, una amplia biblioteca, y el acceso a la parte superior de la capilla. Se conserva en buen estado la amplia escalera de madera.


A principios del XVIII la casa solar de Carrió pertenecía a Jerónimo de Carrió y Bernaldo de Quirós, nacido en ella a mediados del siglo anterior. Pertenecían a este señor los derechos de barcaje para cruzar el río Aboño, así como el patronato y presentación de la cercana iglesia parroquial de San Lorenzo, donde tenía derecho de sepultura y asiento preeminente con estrado. Casó con María de Miranda y ambos fueron enterrados en el pavimento del presbiterio, donde se conserva su lápida fechada en 1713.


 Les sucedió su hijo José Jerónimo de Carrió y Miranda, y a éste su hija Bernarda Jacinta de Carrió y Argüelles, bautizada en dicha iglesia el 23 de agosto de 1744. Casó el 20 de agosto de 1775 en la capilla de San Juan Bautista de Carrió, ante el cura de San Lorenzo, con Rodrigo González de Cienfuegos y Velarde, VI conde de Marcel de Peñalba, hermano consanguíneo del Cardenal Francisco Javier de Cienfuegos y Jovellanos, Arzobispo de Sevilla. El Cardenal trajo de Roma las reliquias de Santa Clementina y San Justo y las instaló en la capilla del palacio. En 1786, los condes de Peñalba fueron anfitriones del reverendo Joseph Townsend, quien se refiere a esta finca como «una casa de campo que pertenece a la condesa, y no al conde, pues en España las propiedades de cada uno de los cónyuges se mantienen claramente diferenciadas».


Sucedió a los anteriores su hijo el Brigadier Juan Martín González de Cienfuegos y Carrió, VII Conde de Marcel de Peñalba, fallecido en 1854, que casó con Ana María de Navia Osorio y Cray Winkel, hija de los marqueses de Santa Cruz de Marcenado. Su hijo Ignacio Javier González de Cienfuegos y Navia Osorio, VIII conde de Marcel de Peñalba poseía la casa en 1878, y poco después la cedió a su hermano Rodrigo. Éste no tuvo hijos, y por su testamento legó el cuerpo de Santa Clementina a la iglesia de Santa María de Luanco. En 1896 sus sobrinos cumplieron la manda trasladando la reliquia a Luanco, donde recibió culto público durante 40 años, hasta que en 1936 fue profanada y destrozada por los marxistas.


Heredó la finca su sobrino Carlos Bernaldo de Quirós y Cienfuegos, hijo de José María Bernaldo de Quirós y Llanes, VI marqués de Campo Sagrado, y de Josefa de Cienfuegos y Navia Osorio. Este propietario reformó totalmente el palacio por los años 1880, y construyó las instalaciones ganaderas, dotadas de los últimos avances técnicos y que fueron inauguradas por la Reina Isabel II. Casó con María de Canga-Argüelles y López-Dóriga, hija del II conde de Canga-Argüelles y biznieta del hacendista y misnistro. Tuvieron doce hijos, entre ellos a José María, que heredó el palacio, a Carlos, que fue Alcalde de Carreño, y a Concepción Bernaldo de Quirós y Canga-Argüelles, que casó con el bibliófilo Roque Pidal y Bernaldo de Quirós, su primo carnal, último particular que poseyó el códice del Poema del Mío Cid.

José María Bernaldo de Quirós y Canga-Argüelles reformó de nuevo el palacio después de la Guerra, encargando el proyecto a Manuel del Busto. Y la última dueña hereditaria fue su hija Magdalena Bernaldo de Quirós y Sela, que lo enajenó en 1995 y falleció en Oviedo el 21 de marzo de 2002. Esta señora donó la cabeza de San Justo y las demás reliquias, imágenes y ajuar de la capilla a la iglesia de San Julián de Somió (Gijón).



El inmueble perteneció después a Hidroeléctrica del Cantábrico y actualmente es propiedad de la cementera Tudela-Veguín, del grupo Masaveu, que lo tiene en un lamentable estado de abandono.

La asociación Hispania Nostra para la defensa del patrimonio cultural español, presidida por S.M. la Reina y filial de Europa Nostra, denuncia que este palacio se encuentra «semiabandonado», «bastante deteriorado», y que «precisa una urgente reparación», por lo que lo ha incluido en su Lista roja de patrimonio en peligro, que «aspira a recoger aquellos elementos del Patrimonio Histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores».

 Fuente visitada. es.wikipedia.org

jueves, 12 de febrero de 2015

EL ASESINO MISTERIOSO DE LAS ABEJAS


Los apicultores citan con frecuencia una frase atribuida a Einstein: «Si la abeja desapareciera de la Tierra, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida; sin abejas no hay polinización, ni hierba, ni animales ni hombres». En Asturias se elabora desde hace siglos miel de brezo, de castaño y de mil flores. Lo de las mil flores no es una metáfora. Los científicos han constatado que las abejas asturianas polinizan más de novecientas especies de plantas. La llegada del eucalipto también proporcionó nuevas variedades. Precisamente el principal encanto de la región reside en la existencia de diferentes zonas de producción, que dan lugar a varios tipos de miel. En el Occidente predomina la de brezo, recolectada por los «abejeiros» en municipios como Boal, Allande y Cangas del Narcea. En las Cuencas y en la zona central de Asturias la reina es la miel de castaño, y en la franja costera, la de mil flores y de eucalipto. Los apicultores defienden que las abejas aseguran la fecundación del 60 al 80 por ciento de las especies vegetales. Desde hace millones de años estos insectos obtienen su ración de alimento de las flores y realizan una tarea silenciosa y poco valorada: la polinización. La apicultura en Asturias es una tarea tradicional. El primer censo de colmenas en Asturias data del siglo XVIII. Está incluido en el catastro del marqués de la Ensenada y en esa centuria anota más de 65.000 colmenas. En aquella época sus pobladoras eran las abejas silvestres que se encontraban por todos los montes. Ahora apenas quedan. 
Oviedo, M. J. IGLESIAS-  ****************************************************************


las abejas están desapareciendo. Lo que hoy recibe el nombre de «Síndrome de Desabejamiento» o «Trastorno del Colapso de las Colonias (CCD)», es la lenta pero permanente desaparición de las abejas obreras, sin las cuales la colmena no puede sobrevivir y acaba muriendo de inanición. Las buscadoras del néctar o pecoreadoras salen en busca de comida -su tarea habitual desde los comienzos de la especie- pero no regresan a su hogar, dejando abandonada a su suerte a la abeja reina y a la cría. No se ha descubierto aún al letal asesino, que no deja rastros mortales en las inmediaciones de la colmena.
El misterio de las abejas volatilizadas ha hecho desaparecer un cuarto del total de las poblaciones de las colmenas en Estados Unidos. Mientras se intenta descifrar el enigma, los científicos norteamericanos manejan varias causas: desde la sequía a los pesticidas, pasando por el estrés (debido al desplazamiento de las colmenas portátiles en trailers con el fin de polinizar cultivos) o las ondas de los teléfonos móviles. A pesar de esto, hasta hoy no dejan de ser meras especulaciones, todas ellas pendientes de comprobación científica.


Los apicultores españoles se apercibieron de los primeros síntomas del "asesino silencioso" a comienzos del año 2.000, fecha en la que los científicos calculan que el mal se introdujo en nuestro país. España es el país europeo con mayor población de ganado apícola, con una cifra aproximada de 2,5 millones de colmenas repartidas por todo el territorio nacional, según el último censo de diciembre de 2011, elaborado por el antiguo Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM). El problema afecta a más de 23.000 apicultores, de los cuales el 25% son profesionales (con más de 150 colmenas) y el 75% aficionados. La mayoría viene sufriendo pérdidas del 40%, sobre todo de septiembre a enero.
En el laboratorio del Centro Apícola de Guadalajara tienen una respuesta a esta incógnita. Luego de analizar más de 10.000 muestras de abejas de España y otros países de la Unión Europea en los últimos diez años, los científicos de este laboratorio están convencidos de que el parásito Nosema ceranae es el asesino invisible de las abejas. Y confirman cifras escalofriantes. Sostienen que más de la mitad de las colmenas españolas están afectadas y que si no se las trata, pueden morir en un año.
¿De dónde procede y cómo entró el parásito en España? Procede de Asia. La abeja asiática o cerana es muy resistente a las enfermedades, pero poco productiva. Por este motivo se llevaron abejas europeas o melíferas a Asia, para producir más miel. Al entrar en contacto con ésta, el parásito la arrasó, saltó a su nuevo hospedador y pasó a Occidente. El parásito las elimina en tres días, es por eso que las abejas que salen a buscar el polen mueren exhaustas en el campo sin que queden restos mortales en las cercanías de la colmena. otras voces apuntan también a otras causas que explicarían el fenómeno de desaparición de las abejas. Según los científicos que estudian el tema en la Universidad de Córdoba, las causas podrían ser una nutrición deficitaria de la abeja (debida a la baja cantidad y calidad del polen, sobre todo en época de sequía), los plaguicidas (fundamentalmente el imidacloprind y friponil) y el protozoo Nosema ceranae. Para ellos, la aparición del parásito puede ser más consecuencia que causa, debido a que la colmena se debilita y da paso a la beligerancia del "asesino silencioso".

Los ecologistas también tienen algo que decir en el debate. Ellos sostienen que las abejas, como indicadores medioambientales de precisión frente a los cambios del entorno, nos están recordando que el actual modelo agrario y ganadero es insostenible. Denuncian que los tóxicos, los transgénicos, la erosión de la biodiversidad y la contaminación industrial, así como el manejo comercial de las colmenas, que genera altos niveles de estrés en las abejas, pueden haber favorecido la aparición del parásito. El cambio climático es, para muchos, un factor que está incidiendo en el despoblamiento de las abejas. El tiempo las engaña con floraciones tempranas y a destiempo, alterando su reloj biológico, etc

 Fuentes  www.ine.es
apolo.entomologica.es

martes, 3 de febrero de 2015

HISTORIA DE LA COFRADÍA DE PESCADORES DE LUANCO


El 5 de febrero de 1776, el cielo se desplomó sobre Luanco. Un viento frío y fuerte del noroeste se precipitó de pronto sobre la localidad. En el mar, quince embarcaciones de la villa, que habían salido a faenar con doscientos veinticinco hombres a bordo, se extravían junto a otras cinco del vecino concejo de Pravia. Nadie recuerda una galerna tan brutal, tan feroz y despiadada... desde muchos años. La desesperación y el terror domina a los que desde tierra dirigen sus ojos al horizonte. Las mujeres y los niños, cuenta la tradición, acuden a la parroquia e imploran el regreso de los marinos ante la figura del Santo Cristo del Socorro.


El tiempo pasa sin novedades. Pero al final, de manera “milagrosa”, las veinte embarcaciones acaban arribando al puerto. Una a una, con todos los tripulantes a salvo. El Santo Cristo del Socorro sustituyó a la Virgen del Rosario como patrón del gremio de pescadores. Y la conmemoración del milagro, cada 5 de febrero, se convirtió en la fiesta más importante de Luanco y alrededores. La cita rinde homenaje a los pescadores jubilados y fallecidos en naufragios –“¡Venid aquí, hijos todos del mar!”, dice la primera estrofa del himno que cantan los luanquinos– y exalta las esencias marineras de una región que durante siglos ha vivido por y para el mar.


* COFRADÍA DE PESCADORES SANTÍSIMO CRISTO DEL SOCORRO *
Las noticias sobre la existencia de asociaciones de pescadores en Luanco se remontan a 1687, libro de actas de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, fundada por los marineros de Luanco donde se reconoce la existencia de otro libro anterior y desaparecido. Al culto de la virgen del Rosario se dedicaron siempre los marineros de Luanco y es a finales del XIX cuando la advocación cambia al Cristo del Socorro.


El 4 de febrero de 1881 se reúnen en la iglesia parroquial armadores, patrones y marineros de Luanco bajo la presidencia del el párroco para fundar la "Hermandad del Santísimo Cristo del Socorro", con el fin de celebrar varias fiestas religiosas, socorrer a los marineros enfermos y necesitados en caso de enfermedad y muerte. Durante el año 1882 se reconoce la existencia de otra asociación similar que no funcionaba denominada "Sociedad Marítima del Socorro", se acuerda la fusión de ambas bajo la denominación "Sociedad Marítima y de Hermanos del Socorro".


 Fuentes visitadas. www.elmundo.es
  www.archivosdeasturias.info