jueves, 30 de agosto de 2012

TORRE DE LOS VÁZQUEZ DE PRADA (PROAZA)




La torre fue erigida por Diego Vázquez de Prada en 1495 con permiso de los Reyes Católicos, como reconocimiento, expresión y símbolo de su linaje. Se yergue en el centro de la villa de Proaza sobre una loma y rodeada por el arroyo de Payón, desviado de su curso natural para convertirlo en un recurso defensivo. Está situada a 1 km de la Casa Fuerte de Prada y se halla enfrente del palacio de los González Tuñón. Fue declarada Bien de Interés Cultural como monumento en 1965 y es considerada por algunos historiadores como una de las torres más bellas de Asturias.

 Con 14,45 m de altura, está estructurada en 4 pisos, con 9 m de diámetro máximo de los que 1.4 m corresponden al grosor de los muros, y por tanto 7.2 m a la superficie habitable. Su configuración es la de tres cilindros superpuestos, siendo mayor el diámetro según nos acercamos a la base. Los contrafuertes que se observan pueden ser para la sustentación de la torre frente a la erosión que podría ocasionar el arroyo.


 La puerta principal se encuentra en el segundo piso, orientada hacia el este y desde el exterior aparece con un arco de medio punto con dovelas. Al haber sido una construcción de tipo militar, cuenta con un buen número de saeteras, exactamente 18, distribuidas por las distintas plantas.

 Aparte de estos huecos de carácter defensivo, la torre tiene 3 ventanas, una en el tercer piso, del tipo cortejadoras y dos cuadrangulares en el cuarto piso, una frente a otra, que han podido tener funciones de matacanes, puesta una de ella está abierta sobre la entrada principal.

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 Situación y alrededores-
Nombre: Torre de los Vázquez de Prada de Proaza
Lugar: Proaza Provincia: Asturias
Comarca: Camino Real de la Mesa
Municipio: Proaza


Fuente visitada. asturnatura.com/turismo

martes, 28 de agosto de 2012

IMÁGENES DE ASTURIAS

¡Ay, la mió quintana, prubitina d’ella! ¡Ay, la mió quintana, la de los miós güelos! ¡Quién te vio y te ve, Muérrense de pena y acongoxamientu!








sábado, 25 de agosto de 2012

SAN PEDRO DE ARROJO - QUIRÓS



San Pedro de Arrojo es un templo construido en los siglos XII y XIII, asentado sobre otra antigua iglesia. Presenta una sola nave orientada hacia el Este y la portada hacia el Oeste, un truco para permitir la entrada de luz solar a través de la ventana saetera e iluminar el templo tenuemente para permitir el recogimiento y la oración. Es poco usual su material de sillar bien tallado y regular. Sin embargo, lo más sorprendente es la decoración de los canecillos y capiteles, que presentan un conjunto de figuras que reflejan un gusto por lo monstruoso y simbólico.

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La iglesia románica de San Pedro de Arrojo, en Quirós, guarda una jungla de piedra en sus canecillos. Y la reina más singular de este variado muestrario de fauna real y mitológica románica es una «mujer serpiente», única talla de este tipo que existe en las iglesias de Asturias. Los capiteles de San Pedro de Arrojo son un poema en piedra: para siempre han quedado tallados ángeles sin brazos, un árbol de la vida y una serpiente guardiana o un perro y una liebre en pelea, entre otros. Sin duda, el más sorprendente e interesante es la «mujer serpiente» o «serpiente hembra». No hay otra representación similar en toda Asturias. Es una figura híbrida con cuerpo de reptil curvado en forma de «U» y con cabeza femenina. Tiene ojos almendrados y la boca abierta, que podía acoger la cola o sacar la lengua bífida y venenosa. La mujer representa al mal en la cultura monástica y se la une a la serpiente como animal maldito. Otra figura rara e interesante es lo que denominan una cabeza rostrada, que sorprende por una colocación poco habitual en su canecillo, en posición horizontal. Un cordero frente a un oso, un perro, monos, peces y varias figuras humanas inexpresivas e intemporales que destacan por su falta de vida completan la escena. Otra rareza de San Pedro de Arrojo es la escena en la cual dos serpientes, víboras, en disposición sinuosa y paralela muerden a un pez. A estos reptiles en el románico se les relacionaba con el pueblo judío, como «raza de víboras». Pero también en ocasiones representan virtudes, ya que cambian de piel y en esta representación renacen a la vida y abandonan el pecado cuando muerden al pez, símbolo de la eucaristía. Todo forma un conjunto en piedra didáctico y amenazante, un zoo inanimado creado para enseñar que el pecado puede llevar a la muerte y la destrucción. La historiadora Pilar García Cuetos en un estudio que realizó sobre este templo para su restauración de 1987 explica alguna de estas representaciones. Son símbolos que intentan arraigar en el fiel el miedo al demonio, a las fuerzas maléficas, aversión al pecado. Por ejemplo, explicó la presencia de una mujer sentada con las manos en la ingle mostrando sus genitales. Esta figura, contra la primera impresión, no es una exhibicionista medieval, simboliza un parto y la mujer es símbolo de vitalidad y reproducción en la cultura popular.

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SU RESTAURACIÓN-

 Se hallaron los cimientos de un antiguo templo, restos humanos y monedas; al tiempo que se procedió a la sustitución de la techumbre y del pavimento interior se atestiguaron fisuras y se procederá a la construcción de una pequeña escalinata de acceso. La pequeña capilla cercana se remodeló con el fin de instalar en ella un pequeño archivo. Durante estos meses trabajó un grupo multidisciplinar de arqueólogos a las órdenes de Gema Adán. La totalidad del templo se excavó. Se hallaron varios esqueletos, restos de cerámica, monedas (la más antigua del reinado de Juan II, 1406-1545) y una cruz de bronce de cierto valor. Los elementos más destacables son los restos de una antigua planta de otra iglesia sobre la que está asentada la actual. Se trata de un edificio prerrománico con un ábside cuadrado. Sin embargo, se buscaba una cripta subterránea con un túnel de acceso que, según la creencia popular, existía debajo del templo actual. Según el arquitecto responsable, Daniel Fernández Flores, se han hecho sondeos, pero tan sólo se ha encontrado un pequeño túnel de la guerra civil.

Quirós, Roberto F. OSORIO
Fuente visitada. grao.net/ppueblos

miércoles, 22 de agosto de 2012

DOCE TEJOS PROTEGIDOS EN ASTURIAS




La Consejería de Cultura y Deporte protegerá doce sitios históricos de Asturias en los que existe un claro vínculo entre un tejo monumental y un bien de patrimonio cultural

 •La Dirección General de Patrimonio utilizará por primera vez la categoría de Sitio Histórico para lograr esta protección 21-feb-2012 (Oviedo).

La Consejería de Cultura y Deporte del Principado ha iniciado los trámites para proteger doce lugares de Asturias en los que existe una clara vinculación entre un tejo monumental e histórico y una iglesia perteneciente a nuestro patrimonio cultural, que forman un conjunto inseparable que es preciso proteger de forma íntegra. Con esta medida se pretende, sobre todo, proteger uno de los legados más significativos de la historia, cultura y tradición de Asturias: viejos árboles históricos que en las últimas décadas están desapareciendo o sufriendo agresiones muy dañinas, debido a obras poco cuidadosas con los árboles y su entorno.

 Se utilizará para esta protección la categoría de Sitio Histórico, reconocida en la Ley de Patrimonio Cultural de Asturias de 2001 y que hasta la fecha nunca se había aplicado. La Ley define un sitio histórico como aquel lugar vinculado a acontecimientos de interés histórico singular, a tradiciones populares o a creaciones culturales relevantes, permitiendo su protección a través de su declaración individualizada como Bien de Interés Cultural. Igualmente, el artículo 69.2 de esta ley señala que se valorará, a efectos de su protección individual, el interés etnográfico que puedan tener “lugares vinculados a tradiciones populares, ritos y leyendas especialmente significativos”, señalándose en este artículo también que “la relación tradicional entre el medio físico y las comunidades humanas que los han habitado” constituye un posible elemento etnográfico a proteger.

 El tejo es una especie arbórea mítica en Asturias, como sucede en otras regiones de España y Europa. En muchos pueblos de Asturias, un tejo de gran porte es el protagonista de la vida comunitaria, y un representante de toda una tradición en la que el viejo árbol era símbolo de acuerdo y entendimiento entre los hombres. Muchos de estos ejemplares de tejo sustituyen o son descendientes de otros situados en los mismos lugares, sitios que es probable que hayan sido espacios de culto antes de la extensión de la religión cristiana.

 Los sitios que se protegerán son los siguientes:

 •Ceñal, en La Collada (Siero), donde existe un tejo de gran porte vinculado a los restos de la antigua iglesia parroquial, del siglo XVI-XVII, incendiada durante la Guerra Civil.

 •Santa Coloma (Allande), donde hay dos tejos (uno de ellos declarado Monumento Natural) vinculados a la iglesia parroquial, del siglo XV.

 •Santibáñez de la Fuente (Aller). El tejo es de los más destacados de Asturias, con 3,5 metros de perímetro, mientras que la iglesia es un relevante ejemplo de arquitectura gótica modificada en época renacentista y moderna. En este caso, el tejo y la iglesia cuentan ya con la máxima protección (Monumento Natural y Bien de Interés Cultural, respectivamente), tratándose ahora de avanzar hacia una gestión unificada de ambos elementos.

 •Rozadas (Boal), donde existe un conjunto de cuatro tejos alineados junto a la iglesia de San Blas, que se une a un grupo de “tejos familiares” situados junto a las casas.

 •Montoubu (Belmonte de Miranda), donde coexisten un tejo de un porte impresionante, con 3,5 metros de perímetro, una iglesia parroquial del siglo XVI y los restos de una torre defensiva bajomedieval.

 •Martul (Vilanova de Ozcos / Villanueva de Oscos), donde en el campo de la iglesia de San Juan el Degollado existe un gran tejo de 3,5 metros de perímetro. 

•Perueño (Quirós), donde un gran tejo convive con las ruinas de la iglesia gótica de Santa Eulalia.

 •Arangas (Cabrales), donde se localiza uno de los mayores tejos de Asturias, de más de cinco metros de perímetro, junto a la iglesia parroquial de San Pablo, fundada en la segunda mitad del siglo XVI.

 •San Martín del Mar (Villaviciosa), donde coexisten un tejo de 3,2 metros de perímetro y una iglesia del siglo XVIII.

 •Cenero (Xixón / Gijón), donde esta el mítico tejo de L’Abadía de Cenero, plantado en 1786, junto a la iglesia de San Juan Bautista, de origen románico. 

•Abamia (Cangues d’Onís / Cangas de Onís). En este lugar simbólico de la historia de Asturias coexisten varios tejos con la iglesia de Santa Eulalia, románica y cuyo origen se remonta al inicio de la Reconquista.

 •San Martín de Salas (Salas). En el cementerio, junto a la iglesia de San Martín de origen prerrománico, se erige uno de los tejos más impresionantes de Asturias, declarado Monumento Natural.

 Una medida pionera en políticas de conservación-
Al margen de la protección medioambiental ya existente (Plan de Manejo del Tejo y declaración de seis tejos como Monumento Natural), ceñida por lo general al propio árbol y a un radio reducido en torno a él, se considera que es necesario, desde un punto de vista de protección patrimonial, delimitar ámbitos más amplios en los que se produce la coexistencia entre ese elemento natural y el cultural. En ese ámbito seguiría plenamente vigente la protección medioambiental, en el caso de que la hubiera, así como las prescripciones genéricas del Plan de Manejo del Tejo, pero, además, se incorporarían las salvaguardas propias de los regímenes de protección regulados por la Ley de Patrimonio Cultural de Asturias.

Fuente visitada. Gobierno del Principado de Asturias
Consejería de Cultura y Deporte.

lunes, 20 de agosto de 2012

EL LOBO IBÉRICO o LOBO DE LA AMISTAD


Alcanza un tamaño medio, algo más pequeño que otros lobos europeos. Los machos alcanzan entre 130 y 180 cm de longitud, y las hembras entre 130 y 160 cm. La altura de cruz puede llegar a los 70 cm. Los machos adultos pesan generalmente entre 30 y 40 kg, y las hembras pesan de 20 a 35 kg. siempre andan en manada por ello es derivado su nombre a lobo de la amistad.

Tienen la cabeza grande y maciza, orejas triangulares relativamente pequeñas y ojos oblicuos de color amarillento. El hocico presenta unas manchas blancas en los belfos denominadas bigoteras. Su pelaje es heterogéneo, de tal forma que se describen unas franjas longitudinales oscuras o negras cubriendo la parte anterior de sus dos patas delanteras, una mancha oscura a lo largo de la cola, y otra mancha oscura alrededor de la cruz a la que se le conoce como silla de montar.

 En movimiento llama la atención el poderío de los cuartos delanteros en relación a la grupa, levemente caída.

El lobo ibérico estuvo presente en toda la Península Ibérica durante siglos, tanto es así que llegó a habitar casi todo el territorio peninsular hasta principios del siglo XX; no obstante, estuvo a punto de extinguirse en los años 70 del S XX, debido a que en España y durante el gobierno de la dictadura franquista se promovió una campaña de exterminio motivada por la superabundancia de este animal, acaecida tras la guerra civil española, que tuvo lugar entre 1950 y 1970, cuyo resultado fue la práctica erradicación de esta subespecie en todo el país, exceptuando la parte noroeste y algunas áreas aisladas de Sierra Morena.

 En Portugal, una política similar borró de sus campos al lobo de todo el territorio que abarca desde el Río Duero hacia el sur, sobreviviendo tan solo algunos grupos reducidos en áreas concretas como las comarcas zamoranas de Sanabria, Aliste y Sayago. Si apenas pudo ser salvado, sería gracias a la labor de varios naturalistas y divulgadores como el español Félix Rodríguez de la Fuente.

Hoy es un animal protegido y desde los años noventa se encuentra en franca expansión a lo que se añade el aumento de densidad en las zonas tradicionales. Se tiene noticia de que las poblaciones asentadas en Castilla y León están avanzando hacia Extremadura, Madrid, Aragón y Guadalajara. Las poblaciones de Andalucía han tenido menos suerte y parece que los últimos lobos de Sierra Morena han desaparecido en los últimos años. Abunda al noroeste de la Península, principalmente en la provincia de Zamora, en alguno de cuyos términos municipales se le culpa de la muerte masiva de rebaños de ovejas, como las que ocurrieran en la localidad de Carbellino a principios de los 80. Desde 1999 se viene apreciando en la zona del pirineo catalán la posible presencia de ejemplares de lobo. Algunos de los ataques sufridos por el ganado en las inmediaciones de la Sierra del Cadí han demostrado ser obra de lobo, si bien la mayoría de los mismos han sido efectuados por perros salvajes abundantes en la zona y que parecen estar en retroceso, prueba para los investigadores de la expansión del lobo en la zona y el desplazamiento de los perros silvestres.

 Investigadores, naturalistas y científicos tanto privados como pertenecientes a las administraciones competentes trataron de determinar la procedencia de dichos ejemplares mediante la recogida de restos biológicos para poder realizar posteriores análisis genéticos. En un primer momento se sospechó que pudieran tratarse de ejemplares venidos de la zona noroeste de la Península o que realmente no fueran lobos pero dichos estudios han confirmado que sí lo son y que proceden de Francia, lugar al que llevan años expandiéndose llegados de las montañas del norte de Italia, por tanto pertenecerían a la subespecie Canis lupus italicus. Es difícil determinar el número aproximado de ejemplares que puedan poblar la zona, al menos se tienen muestras genéticas de 13 individuos distintos, aunque no se ha confirmado el establecimiento de alguna manada en la zona.

. En la zona noroeste de la península, coincidiendo con la práctica totalidad de Galicia, podemos incluir el norte de Portugal, y exceptuando una franja costera en el litoral, todavía habitan comunidades de "canis lupus signatus" propiamente dicho, suponiendo el 27% de la población de lobos en España con 68 grupos y un baremo aproximado de entre 420-620 lobos en 2004, datos relacionados en el Plan de Gestión del lobo en Galicia 2004.
Según algunos autores, hacia 1988 se estimó que la población del lobo en España era de entre 1.500 y 2.000 ejemplares. En el año 2002, se calcularían al menos unos 2.000 lobos, y en Portugal se calculan de 300 a 400 ejemplares de lobo ibérico.

 El lobo ibérico está catalogado como especie vulnerable en el Libro rojo de los vertebrados de España, y como especie casi amenazada en el Atlas de los mamíferos terrestres de España. Sin embargo, su caza está permitida en el norte de España.

Fuente visitada.
Wikipedia.

sábado, 18 de agosto de 2012

ANTIGUO OVIEDO





Primer Eje.
Catedral-
La Catedral, con su impresionante torre , es el centro del casco antiguo de Oviedo. Su plaza está delimitada por un conjunto de nobles edificios entre los que destaca la capilla de la Balesquida, que tiene su origen en el siglo XIII. A su izquierda, la Casa de los Llanes, edificio barroco del siglo XVIII, a su lado se levanta el Palacio de la Rúa o del Marqués de Santa Cruz, del S. XV, que es la edificación civil más antigua de la ciudad, gracias a que sobrevivió al incendio que en 1522 asoló Oviedo.

 El lateral izquierdo de la plaza lo forman tres edificios. Destaca el Palacio de Valdecarzana y Heredia, de los siglos XVII y XVIII. Es un edificio barroco de tres plantas que acoge las dependencias del Tribunal Superior de Justicia de Asturias.

En el ángulo opuesto a la capilla de la Balesquida está la iglesia de San Tirso, separada de la Catedral por la calle Santa Ana. San Tirso fue fundada por Alfonso II el Casto en el siglo IX, de la que sólo se conserva de la época prerrománica el testero del ábside central con la ventana trigeminada .

 Contigua a la plaza de la Catedral está la plaza de Porlier, donde se levantaba el castillo o fortaleza construida por Alfonso III el Magno para la defensa de la ciudad en el lugar donde actualmente se encuentra el edificio de Telefónica. En este espacio encontramos el Palacio de Camposagrado, del siglo XVIII, en primer lugar, que es uno de los palacios más bonitos de Asturias. Hasta hace poco fue sede de la Audiencia Provincial y, trasladada ésta a edificios más modernos, ha servido para la expansión del Tribunal Superior de Justicia.

 Plaza Porlier.
Formando manzana con otros edificios está el Palacio de Malleza o de Toreno, también del siglo XVIII y el edificio del antiguo Banco Asturiano frente al cual está el edificio de la Universidad de Oviedo, destinado en la actualidad en exclusiva a sus dependencias administrativas. Merece la pena pasar a su interior para contemplar el claustro cuadrado con soportales que en su día pasearon el Padre Feijoo o Clarín. La estatua del centro corresponde a su fundador Valdés Salas.

 Una de las fachadas de la Universidad hace frente con la calle Ramón y Cajal, reservándose, como vestigio físico del fuero del que gozó, un murete de piedra que en su fachada, en la calle San Francisco, se señala con unas cadenas. Desde Ramón y Cajal, una pequeña Plaza de Riego da paso a la calle Peso que conduce hasta la plaza de la Constitución donde se levanta el Ayuntamiento. En un tramo de esta calle cercana a la plaza podemos ver vestigios de la primitiva muralla medieval, restos que son mucho más amplios en la calle del Paraíso, justo en el extremo opuesto del casco antiguo.

 Plaza de la Constitución.
La plaza de la Constitución, de forma cuadrangular, la forman el propio edificio del Ayuntamiento y la iglesia de San Isidoro el Real, que es la antigua iglesia del colegio de la jesuitas que se extendía a su izquierda en el lugar ocupado hoy por la plaza del mercado y que hubieron de abandonar en 1767 tras su expulsión de España por la Pragmática Sanción de Carlos III. La iglesia se levantó entre 1578 y 1740 y, al igual que la Catedral, estuvo diseñada con dos torres aunque en ambos casos nunca llegaron a construirse.

 Muy cerca de esta iglesia está la plaza del Fontán, con edificios, recientemente rehabilitados , que forman una plaza porticada y que constituye una de las zonas más entrañables de la ciudad. Bajo el edificio del Ayuntamiento se abre un arco que da paso a la calle Cimadevilla que fue durante épocas el centro comercial, bancario y administrativo de la ciudad antigua, situación que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX. Por una calleja que se abre a la derecha se pasa a la plaza de Trascorrales, cuyo nombre da idea de su inicial situación detrás de los corrales de las casas circundantes. Es una plaza pequeña donde sorprende encontrar un edificio de planta ovalada y que ocupa gran parte del recinto. Fue hasta no hace muchas fechas la plaza del Pescado y hoy es centro cultural municipal. Actualmente los bajos de las casas de la plaza están ocupados por magníficos restaurantes.




Segundo Eje.

 Cerca de este espacio está la calle Mon, que muestra una magnífica perspectiva de la Catedral y su torre. Hasta 1882 se denominaba de la Ferrería por la industria existente en ella. La calle Máximo y Fromestano conecta a Mon con la plaza del Paraguas, llamada así por la forma del tendejón levantado en su centro, construido para cobijar a las vendedoras del mercado de la leche que se situaba en ese lugar durante la primera mitad del siglo pasado. Desde este punto la calle Ecce-Homo desciende hasta la de San José, límite del casco antiguo y lugar donde se abría otra puerta en la muralla. Muy cerca está la calle Paraíso, ya fuera del recinto pero de interesante visita porque discurre junto a los restos de la cerca medieval.
 Desde la calle Mon y en suave pendiente en dirección a la Catedral se conecta con la calle de Santa Ana, donde se encuentra el Palacio de Velarde, que es hoy el Museo de Bellas Artes de Asturias.

 Plaza del Paraguas.
Desde la calle Santa Ana se abre a la derecha un pasaje, el Tránsito de Santa Bárbara, desde donde se contemplan los restos más antiguos de la Basílica: la Cámara Santa y la Torre Vieja. El paso conduce además hasta la Corrada del Obispo, una amplia plaza conformada por admirables edificaciones como el Palacio Arzobispal, de fisonomía barroca, que ocupa el espacio de los antiguos palacios reales del siglo IX.

 Formando ángulo con él está el Claustro Catedralicio en cuya fachada se abre la Puerta de las Limosnas donde el Cabildo entregaba pan a los pobres el día de Jueves Santo y sobre ella, un gran balcón de forja desde el que en 1808 se proclamó la guerra de la Independencia contra el ejército francés.

 En el extremo opuesto al Palacio Arzobispal se alza la Casa del Deán Payarinos, construcción de 1909, que hoy acoge al Conservatorio Superior de Música.





Tercer Eje
Desde la Corrada del Obispo parte la calle de San Vicente. A poco de iniciarse, es cruzada por el arco del monasterio de San Vicente configurando una clásica imagen de la ciudad vieja. En este lugar es donde físicamente se sitúa el origen de Oviedo, pues fue aquí donde los monjes Máximo y Fromestano fundaron en el año 761 un templo en honor a San Vicente. Posteriormente, el rey Fruela I inició la construcción del primer núcleo habitado. De la primitiva construcción no queda nada y hoy es un edificio de estilo renacentista y barroco que acoge el Museo Arqueológico de Asturias.

 La siguiente edificación es la iglesia de Santa María de la Corte en cuyo interior está la tumba del padre Feijoo, que parece vigilarla desde su estatua que se yergue en el centro de la plaza de su mismo nombre adyacente a la iglesia.

La última construcción de esta calle es el Monasterio de San Pelayo que ocupan monjas de clausura de esta orden religiosa, llamadas cariñosamente “Las Pelayas”, que mantienen la tradición del canto gregoriano y son especialistas en el oficio de la encuadernación.
 La edificación, portentosa, se ha visto ampliada con sucesivas reformas desde el siglo X, como la construcción del claustro románico en el siglo XII, la torre gótica del siglo XVII o, ya en 1704, la fachada principal del monasterio.

Fuente visitada. .oviedo.es

jueves, 16 de agosto de 2012

RUTAS POR LOS PICOS DE EUROPA


El Parque Nacional de Picos de Europa pone a disposición del público un servicio gratuito de guías. De este modo se pueden realizar varias rutas con mayor seguridad y conocimiento del entorno.

 La opción de apuntarse a una excursión guiada está disponible del 1 de julio al 30 de septiembre (excepto festivos) en los cuatro accesos principales del Parque Nacional: Lagos de Covadonga, Cabrales, Liébana y Sajambre-Valdeón. En Cabrales se realiza una ruta distinta cada día de la semana, lo que permite al visitante organizarse en función del tiempo disponible y de la dureza del recorrido. El servicio es totalmente gratuito, y para acceder a él no hay mas que presentarse en el punto de partida en la hora indicada. El número máximo de personas por guía es de veinticinco, y el mínimo de tres. Estas excursiones guiadas no están planteadas para grupos numerosos ni organizados: para ellos hay otro servicio de acompañamiento proporcionado por el Parque, que funciona de marzo a noviembre. Como siempre en montaña, la climatología manda, y es posible que la excursión se cancele si el tiempo es malo. En cualquier caso, se recomienda llevar un chubasquero y ropa de abrigo, botas de montaña o calzado deportivo, y agua y comida para excursiones de más de cuatro horas. Todas las rutas discurren por senderos o caminos no peligrosos, aunque se recomienda que las personas con limitaciones para caminar se abstengan de realizarlas, así como quien tenga problemas cardiovasculares.

 Dependiendo del día, desde Cabrales parten diferentes rutas, que varían entre la dificultad media y la media-alta: la escarpada orografía de la zona exige un pequeño esfuerzo que valdrá la pena si seguimos las indicaciones del guía para recorrer cada itinerario. Así, los lunes se plantea la Vuelta a La Pica, con salida desde la Plaza de Sotres; el martes se parte del Hoyo del Tejo (en el kilómetro 3,5 entre Sotres y Tresviso) para hacer la ruta Valdediezma-Valle de Sobra. El miércoles la cita es en la Plaza de Tielve para ir a Vega Vernil; jueves y viernes se sale de Sotres hasta Peña Maín y el Monte Camba, respectivamente; mientras que el fin de semana se reserva para la ruta de Las Mayadas, el sábado, y las Minas de Andara el domingo.

 El paisaje de la zona tiene merecida fama, normalmente dominado por el Naranjo de Bulnes. Para conocer el entorno, los senderistas pueden optar por varias rutas señalizadas de diferente dificultad.

Cuesta arriba. Para llegar a Sotres o a Tresviso, puntos de partida de numerosas rutas con o sin guía, hay que partir del puente de Poncebos. Hace falta un poco de pericia al volante, y ciertamente mucha calma, para encarar las sinuosas curvas y atravesar los pequeños túneles que se encuentran en los once kilómetros que separan el puente de Sotres, primera parada en la carretera.
 En Sotres convive la actividad tradicional de ganadería y pastoreo con una industria del ocio que se ha ido desarrollando a la sombra de los Picos de Europa, bien sea en forma de locales de hostelería, tiendas de recuerdos o empresas de aventura y turismo activo. El pueblo está a unos 1.500 metros de altitud, pero aún se puede ir más allá: siguiendo la carretera, siempre cuesta arriba, está Tresviso, que puede ser destino final de la excursión, si se va en coche, o punto de partida si uno va dispuesto a calzarse las botas de montaña. Por aquí, se mire donde se mire, encontramos increíbles vistas, imponentes montañas surcadas de pequeños senderos que invitan a caminar. Para ello, si uno lleva guía, es más que recomendable seguir sus indicaciones en todo momento.

Si se decide en cambio tomar otro camino y adentrarse en la montaña en solitario, nunca está de más recordar las recomendaciones básicas en alta montaña: llevar el material adecuado, comida y bebida, informar a alguien de la ruta a seguir y tener en cuenta la predicción del tiempo. Con todo eso, no queda más que disfrutar del entorno y del embrujo de un paisaje con una belleza de merecida fama.

Fuente visitada.
Revista- fusionasturias.com/concejos

miércoles, 15 de agosto de 2012

CARRO DE BUEYES


Junto con el arado es el instrumento más elaborado que utilizó el hombre para trabajar la tierra. Construidos en madera de castaño, carbayo y generalmente fresno en el eje de las ruedas.
Sus componentes presentan distintos nombres según la zona pero consideramos la cabezuaya (cazuaya, timón) con dos varas que se juntan por delante, donde tiene 2 furacos (agujeros) que sirven para encajar la chaviya (travesaño de madera que junta las varas al xugo, se coloca en uno u otro según sean los bueis o vacas) y otro que sirve para encajar el tentemozo para apoyar las varas y que no se llenen de cuchu, en la raíz de las varas se encaja la forcada; leto o piso que lateralmente lleva los laterales (ladrales, lladrales, adrales o tablas laterales para la carga del carro) según la utilidad que se le daba, de esquirpia (con entramado de varas) y estadoñeiras (estaduñeiros, estadoños, estandorios); en la pare de abajo están el eixe y las rodas que eran de radios con llantas de hierro o bandón. La fricción del eje produce un ruido típico llamado “canto del carro”.
A los bois o vacas había que acostumbrarlos (avezalos) para que tirasen de los dos lados igual.
Existen diferentes variedades, incluso en una misma zona, de una o dos varas, con esquirpia o sin ella... El carro tradicional en Asturias ha sido el carro chillón, auténtico carro del país. Al girar unitariamente eje y ruedas, se produce un intenso rozamiento entre eje y verdugo, que es la pieza de madera que separa al eje de la cama, sobre la que se situaba la carga.
El chirrido, del que toma este carro la denominación de chillón, y que podría ser aliviado mediante algún lubricante, como la grasa o el jabón, permitía a los carreteros tomar precauciones cuando, en los angostos caminos que transitaban, se anunciaba la presencia de otro carro.
El carro del país fue desplazado por otro de procedencia foránea, que presentaba ruedas radiadas de madera con llantas de hierro y que, en consecuencia, se conoce como carro de radios (de volquete) o carro moderno que también se adaptó a las caballerías. Posteriormente se le colocaron llantas de goma. Las ruedas giran con independencia del eje, lo que reduce el rozamiento y el esfuerzo de los animales que tiran del carro. Era más ligero, con mayor capacidad de carga y, sobre todo, poseía una mayor facilidad para las maniobras requerida por una actividad agraria cada vez más intensiva.
En sitios pendientes, como en el monte, se hacía un agujero (furaco) para colocar la rueda de arriba y así poder cargar en llano, a media carga se colocaba un palo transversal (la palanca) que si había peligro de que diese la vuelta (volcase, entornase) se sacaba y se colgaban para hacer contrapeso.
La hierba, rozo (ganza) se acercaba al carro con rastras de ramas o mantas (enxeo). Atixo o Rexo. Cordel para sujetar la carga, siempre iba colgado de alguna parte del carro, pero también se utilizaba para otros menesteres.

Guiadas o guiyadas.
Varas finas generalmente de avellano, en su punta más fina se le colocaba un pincho metálico para afalar los bueyes. El Xugo o Yugo. Instrumento de madera que se fija a la cabeza o a la cruz de las mulas o bueyes y al que se sujeta el pértigo del carro, timón del arado,etc. Se hacían de madera de haya, de nogal o de fresno. Para xoncer los bueyes o pareja de vacas, y donde se apoyaba el apero para el tiro. Solía ser de una sola pieza de madera formando dos semicircunferencias a los lados que encajaban sobre la cabeza del animal protegida por las muyidas, especie de almohadillas y cubiertas con flecos (piel) para espantar las moscas; se sujeta a la cabeza del animal con una especie de cuerdas de piel, llamadas cornales; o bien sobre la nuca, por detrás de los cuernos En el medio encaja la dopla, o dropa o dobla, que es la que se ata a la cazuaya o timón para asobiar o unir las vacas al carro después de xoncerlas (axugarlas o emparejarlas), también se podía unir con el sobeo que es una especie de correa de cuero. Por la parte anterior se afincaba la chaviya (caraviya, calavija) para enganchar el carro al xugo. Si hacía falta más tiro se ponía una segunda pareja delante, abordelar o agabitar, unida a la primera con el cambón y una cadena o gabita. Puede ser doble para las xuntas o individual. También puede ser articulado para cuando los animales son de diferente alzada.
MUYIDAS.
Almohadillas para apoyar el xugo en la cabeza del animal, sujetándola con las cornales hechos con cuero.
EL CAMBÓN O GABITA.
Para unir el apero a la pareja de bueyes o ayudar a otra pareja en una zona muy inclinada o dificultusa. Era de madera con agujero en un extremo para poner la chavilla y sujetarla al xugo con un cordel y por otro extremo cadena para unirla al apero de trabajo.


 Fuente visitada asturias.grao.net/costumbres/aperos

viernes, 10 de agosto de 2012

LA RUTA DEL ALBA


El tramo más bello de la Ruta del Alba llega cuando el camino transcurre precisamente por las foces de Llaímo, montaña que además alberga un relevante hayedo, habitát de venados, corzos, rebecos, jabalíes, lobos o urogallos. La fauna fluvial no va a la zaga en este entorno: nutrias, mirlos acuáticos, truchas…

 Ruta del Alba o Foces de Llaímo, pueden llamar de las dos maneras a uno de los desfiladeros de moda en Asturias; uno que sobresale de entre las 300 gargantas creadas por los ríos asturianos al correr entre montañas. Su fama también la avala el hecho de estar inscrito dentro de los límites del Parque Natural de Redes, declarado Reserva de la Biosfera en 2001; un espacio forestal de los más ricos del Principado.


Una buena opción para conocer este Parque es realizar la ruta que os proponemos: un camino sencillo, de fácil andadura y poco desnivel, apto para toda la familia. El recorrido es de ida y vuelta por el mismo sendero. Al final habremos empleado 4 horas de nuestro valioso tiempo en un ejercicio muy saludable para nuestros sentidos. Para llegar al punto de partida debemos acercarnos a la aldea de Soto de Agües, donde además podemos visitar el Museo del Agua -y es que el agua será uno de los protagonistas en nuestra andadura-. Comenzamos a caminar cerca de un lavadero. Desde allí parte una ancha pista forestal que nos adentra en el valle. La ruta está bien señalizada. Al cabo de un kilómetro se pasa al lado de una piscifactoría truchera. Mas adelante veremos los restos del cargadero de la mina de hierro Carmen. Un poco mas allá, en las Brañas de La Vega, finaliza la pista y continuamos por un sendero más estrecho que va paralelo al torrencial río y que penetra en las hoces. A partir de aquí comienza el tramo más espectacular, encajonado entre paredes verticales de roca, con decenas de cascadas de diferentes tamaños a la vista, túneles y voladizos. Después la foz se ensancha, el camino pasa por un puente sobre el río, quizás el punto más vistoso del recorrido, pues desde allí observamos una verdadera explosión de agua y rocas. Las guías recomiendan afrontar esta ruta en primavera, verano y especialmente en otoño, por el colorido de la vegetación. Recorrerla en época de lluvias es también recomendable. Los saltos y las pozas adquieren otra dimensión. En época de deshielo el agua es protagonista absoluta, pues baja impetuosamente formando cascadas y causando un proceso erosivo responsable último de la formación de la hoz o desfiladero.


Sobre nuestras cabezas, en las escarpadas paredes del monte Llaímo, desafiando a la gravedad, vemos hayas colgantes, de tronco retorcido y largas raíces, que crecen en la misma roca. A ambos lados de la senda crecen como pueden, en fisuras y rellanos, ejemplares dispersos de haya, tejo, escuernacabras, mostajo, tilos o sauces. Abundan también los líquenes y el musgo tapizando las rocas y completando el cuadro verde del paisaje.

A lo largo del trayecto el camino cruza dos pequeños puentes de medio punto construidos en piedra caliza que apoyan sus arcos sobre las paredes de la garganta: La Pontona, primero, y el puente de La Resquiebra, después. Tras cruzar el río en estas dos ocasiones, se llega a La Cruz de los Ríos, donde junto a dos árboles centenarios se halla un pequeño refugio que indica el final de la ruta. El paisaje se abre de repente a un paraje de praderas dominado por la frondosidad de los hayedos de Llaímo y las alturas de El Retriñón (1.862 m), vértice de los concejos de Aller, Caso y Sobrescobio.

El recorrido, que se habrá podido realizar en poco más de dos horas, ha de desandarse para volver al punto de partida:

Soto de Agües.
Información de interés de Ruta del Alba Cómo llegar a Soto de Agües

Desde Langreo tomar la AS-17, atravesando Pola de Laviana hasta Rioseco (Sobrescobio). Desde esta localidad parte una carretera, SC-2, que llega a Soto de Agües.

 Fuente visitada. desdeasturias.com

martes, 7 de agosto de 2012

IMÁGENES DE ASTURIAS

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 GIJÓN
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 OVIEDO.
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 SAN TIRSO DE ABRES.
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 COLOMBRES.
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viernes, 3 de agosto de 2012

DE GIJÓN A COVADONGA


PRIMERA ETAPA: GIJÓN – VILLAVICIOSA- Saliendo del Güeyu Deva, junto al lavadero y la iglesia parroquial, tomamos la dirección del barrio El Pedroco para ascender a La Olla, disfrutando de excelentes panorámicas, entrando posteriormente en el concejo de Villaviciosa por El Pinal, en una rápida ascensión al Alto del Curbiellu, parroquia de Peón, con hermosas vistas de la costa asturiana y Les Mariñes.

Desde El Curbiellu iniciamos el descenso al valle por el primitivo Camino Real de Peón, que tras atravesar las caserías de Bárzana, nos dirige a Llantáu y al río España, cruce de caminos en el corazón de la parroquia, parada de caminantes antes de dirigirnos hacia Casamoria, por donde continuamos hasta las primeras rampas que suben al Alto la Cruz, caminando por tramos boscosos de eucalipto y pinar. Una vez llegados arriba contemplaremos un espectacular paisaje que abarca desde Villaviciosa a los montes del Sueve y los Picos de Europa. El descenso, primero por carretera local y luego siguiendo un desvío a nuestra derecha, nos adentra en la parroquia de Niévares por las caserías de Fernandiz y La Piñera, acabando el descenso en El Pueblu y continuando un tramo llano al pie de las murallas de La Torre de Niévares, antigua fortaleza medieval con capilla, casona y panera, junto a La Peña, para luego, por El Camino del Llivinque, entrar en la parroquia de Grases.

 Atravesamos el núcleo de Grases de Baxu entre casas y hórreos, al lado de la capilla de las ánimas (oratorio de ofrendas a los difuntos) y la parroquial de San Vicente, con su antigua estela de los asturies lugonni, dejando atrás el palacio de La Mota, con su molino, y las casas de dLa Venta y Casquita, con su capilla de San Blas y sus llagares de sidra, en las vegas del río Valdediós, que nos guían a la parroquia de Amandi, parando en La Parra, curce de careteras a dos kilómetros al sur de la villa de Villaviciosa, allí pasamos el llamado puente romano hasta El Campu de San Juan y su capilla, próxima a la iglesia románica de San Juan de Amandi.

SEGUNDA ETAPA: VILLAVICIOSA – LLAMES DE PARRES- Desde la capilla de Amandi salimos por la carretera AS-225 para dejarla enseguida en Valbúcar para seguir un sendero en plena naturaleza que nos guía hacia Malpasu, a través de las orillas del río de Puente Coro por un terreno de frondosa vegetación que se abre al llegar a las praderías de Las Vegas y Villaverde, parroquia de Fuentes, con sus quintanas y viejos molinos, donde una suave pendiente, a través del monte Sama, nos lleva entre arbolado, a la Venta Coro, otra parada de andariegos, bajo la ermita románica de Los Mártires, en dirección a las casas de Moratín, subiendo la Cuesta Coro para pasar a Breceña en la Casa’l Xaular y el barrio de Cuetu, ya en la carretera que va a la iglesia parroquial de San Pedro, donde un culín de sidra de la capital manzanera nos quitará la sed del viaje, revigorizando el ánimo para continuar por La Infiesta hasta Sietes, bien por carretera o bien por el desvío que sube el Monte Tandión desde la aldea de Buslaz.

Sietes recibe al visitante con su maravillosa arquitectura asturiana, casas de indianos y la joya renacentista de la iglesia de Santu Medero (San Emeterio), así como sus conjuntos de hórreos centenarios. El caminante atraviesa el pueblo en dirección al antiguo casino y el barrio de Perviyao. Allí dejamos Villaviciosa y pasamos al concejo de Piloña, por la aldea de Llares, parroquia de Anayo, a cuyo núcleo llegaremos muy pronto, situado en un cruce de caminos junto a la antigua escuelona, impresionante atalaya sobre los valles piloñeses y la sierra de Ques.

Desde Anayo se desciende a La Retuerta, casería de la parroquia de Borines, con hermosa bajada entre verdes campos que nos llevan a los barrios de El Brixón y La Cuesta, con sus viviendas tradicionales y palacios rurales, lugar renombrado por el agua mineral y sus antiguos balnearios. En la carretera que se dirige hacia Vallobal, pueblo de indudable encanto popular, existió una antigua leprosería. Seguimos ruta hacia Miyares, con sus filas de casas extendidas a lo largo de la vía de acceso al pueblo. Atravesamos el pueblo de Sorribas antes de bajar a Cúa y entrar en el concejo de Parres en El Puente, inmediaciones de Soto de Dueñas, vegas del río Piloña al lado de la N-634, donde cruzamos a la otra orilla por el viejo puente y el camino nos sube a Villar de Huergo y la antigua calzada de El Camino de la Reina, en dirección a Llames de Parres.

TERCERA ETAPA: LLAMES DE PARRES – COVADONGA- Desde El Colláu Llames bajamos por Valdebode a la iglesia de Viabaño, donde tomamos el ramal que vuelve a las boscosas riberas del río Piloña en dirección a Romillu y el puente sobre el río Mampodre que inicia el ascenso a las casas de La Faya, en Romillín y la capilla de San José, para luego descender y llanear a lo largo de la pista que comunica con Los Tucones y Los Coros, divisando ya Cangas de Onís. En La Vega los Caseros cruzamos el río Sella y entramos en el concejo de Cangas por el pueblo de Villanueva, donde está ubicado el antiguo monasterio de San Pedro de Villanueva.

En Cangas de Onís pasamos por los barrios de Contraquil y La Pedrera, buena oportunidad para visitar la capilla de la Santa Cruz y el Puente romano.

Por el río Güeña y el barrio de El Lleráu abandonamos el casco urbano y llegamos a Susierra y Celorio, cruzando el río y la carretara para pasar a Soto de Cangas, a la sombra de la Torre de Cauvilla, para seguir hacia Covadonga por El Bosque, La Riera y Muñigo, entrando en el Real Sitio por el Campo del Repelao y siguiendo la senda peatonal que por El Camín del Príncipe y el antiguo mesón nos lleva a los pies de la Santa Cueva, con visita de rigor a la Santina y la basílica de Covadonga, donde finalizamos tan completo paseo iniciado en Gijón.

Fuente visitada. www.asturias.es

jueves, 2 de agosto de 2012

DESFILADERO LES XANES


Este desfiladero se atraviesa bien en poco más de una hora de tranquila caminata, por una senda horadada a mitad de ladera. Hace algo más de medio siglo que se hizo este camino, con el fin de unir los pueblos de Pedroveya, Dosango y La Rebollada, con el valle del Trubia y la carretera que enlaza tierras ovetenses, quirosanas y teverganas. Actualmente Pedroveya tiene comunicación por carretera, con Soto de Ribera y Argame (MO-5) y con Santa Eulalia de Morcín (MO-2), pasando por la localidad de Peñerudes.


La excursión se puede comenzar igual por un extremo que por el otro lógicamente, relatando nosotros ahora la travesía que parte desde cerca del pueblo de Villanueva de Santo Adriano, en el punto kilométrico once de la carretera de Trubia a Proaza (AS-228) en el lugar conocido por el "Molín de Les Xanes". Primero se asciende a la izquierda, al Noreste, por una carreterina, para después de medio kilómetro, tomar un sendero a la derecha, que en dirección Sur nos lleva por un pedrero hasta las puertas del desfiladero. Tras pasar un túnel llegaremos a la zona conocida como "Valle Pequeño". Y después de media hora de caminata, y de atravesar por otro pedrero, llegaremos al "Valle Grande", pasando otro túnel, ya en medio de un paisaje magnífico, no apto para personas con mucho miedo o vértigo. La senda tiene casi dos metros de ancho, en la mayor parte de su trazado, pero hay que recomendar precaución y cuidado, especialmente si vamos con niños... Antes de llegar a Pedroveya, hay un pequeño bosque, ahora muy talado. La senda ya va a la altura del río. En esa zona hay antiguos molinos. Siendo también muy bello este último tramo del recorrido.

 Pedroveya es buen lugar de parada y de comienzo de otras excursiones por esa zona, por ejemplo la subida al Alto de Sebrandi, pasando por el hermoso pueblo de La Rebollada, con típicas casas e iglesia. De allí en pocos minutos se sube a los montes de Andrúas y de La Rebollá, así como a La Portilla de Sebrandi (de allí se baja al pueblo de igual nombre). En esa zona hay una carretera que baja a Proaza y un sendero o "caleyón" que desciende por la Foz del Reguero de Picaros al "Monte del Oso", donde se encuentran Paca y Tola.


De Pedroveya a la Senda del Oso y Proaza se tarda a paso tranquilo menos de tres horas... Otro paseo montaraz por esa zona se puede hacer desde Dosango (cercano a Pedroveya) a la Peña Rey, donde hay unas pequeñas lagunas. De allí se puede bajar por el antiguo camino a Villanueva (ahora en parte es pista). En total esta otra caminata se hace en un par de horas.

 Fuente visitada. www.descubreasturias.com