viernes, 10 de agosto de 2012

LA RUTA DEL ALBA


El tramo más bello de la Ruta del Alba llega cuando el camino transcurre precisamente por las foces de Llaímo, montaña que además alberga un relevante hayedo, habitát de venados, corzos, rebecos, jabalíes, lobos o urogallos. La fauna fluvial no va a la zaga en este entorno: nutrias, mirlos acuáticos, truchas…

 Ruta del Alba o Foces de Llaímo, pueden llamar de las dos maneras a uno de los desfiladeros de moda en Asturias; uno que sobresale de entre las 300 gargantas creadas por los ríos asturianos al correr entre montañas. Su fama también la avala el hecho de estar inscrito dentro de los límites del Parque Natural de Redes, declarado Reserva de la Biosfera en 2001; un espacio forestal de los más ricos del Principado.


Una buena opción para conocer este Parque es realizar la ruta que os proponemos: un camino sencillo, de fácil andadura y poco desnivel, apto para toda la familia. El recorrido es de ida y vuelta por el mismo sendero. Al final habremos empleado 4 horas de nuestro valioso tiempo en un ejercicio muy saludable para nuestros sentidos. Para llegar al punto de partida debemos acercarnos a la aldea de Soto de Agües, donde además podemos visitar el Museo del Agua -y es que el agua será uno de los protagonistas en nuestra andadura-. Comenzamos a caminar cerca de un lavadero. Desde allí parte una ancha pista forestal que nos adentra en el valle. La ruta está bien señalizada. Al cabo de un kilómetro se pasa al lado de una piscifactoría truchera. Mas adelante veremos los restos del cargadero de la mina de hierro Carmen. Un poco mas allá, en las Brañas de La Vega, finaliza la pista y continuamos por un sendero más estrecho que va paralelo al torrencial río y que penetra en las hoces. A partir de aquí comienza el tramo más espectacular, encajonado entre paredes verticales de roca, con decenas de cascadas de diferentes tamaños a la vista, túneles y voladizos. Después la foz se ensancha, el camino pasa por un puente sobre el río, quizás el punto más vistoso del recorrido, pues desde allí observamos una verdadera explosión de agua y rocas. Las guías recomiendan afrontar esta ruta en primavera, verano y especialmente en otoño, por el colorido de la vegetación. Recorrerla en época de lluvias es también recomendable. Los saltos y las pozas adquieren otra dimensión. En época de deshielo el agua es protagonista absoluta, pues baja impetuosamente formando cascadas y causando un proceso erosivo responsable último de la formación de la hoz o desfiladero.


Sobre nuestras cabezas, en las escarpadas paredes del monte Llaímo, desafiando a la gravedad, vemos hayas colgantes, de tronco retorcido y largas raíces, que crecen en la misma roca. A ambos lados de la senda crecen como pueden, en fisuras y rellanos, ejemplares dispersos de haya, tejo, escuernacabras, mostajo, tilos o sauces. Abundan también los líquenes y el musgo tapizando las rocas y completando el cuadro verde del paisaje.

A lo largo del trayecto el camino cruza dos pequeños puentes de medio punto construidos en piedra caliza que apoyan sus arcos sobre las paredes de la garganta: La Pontona, primero, y el puente de La Resquiebra, después. Tras cruzar el río en estas dos ocasiones, se llega a La Cruz de los Ríos, donde junto a dos árboles centenarios se halla un pequeño refugio que indica el final de la ruta. El paisaje se abre de repente a un paraje de praderas dominado por la frondosidad de los hayedos de Llaímo y las alturas de El Retriñón (1.862 m), vértice de los concejos de Aller, Caso y Sobrescobio.

El recorrido, que se habrá podido realizar en poco más de dos horas, ha de desandarse para volver al punto de partida:

Soto de Agües.
Información de interés de Ruta del Alba Cómo llegar a Soto de Agües

Desde Langreo tomar la AS-17, atravesando Pola de Laviana hasta Rioseco (Sobrescobio). Desde esta localidad parte una carretera, SC-2, que llega a Soto de Agües.

 Fuente visitada. desdeasturias.com

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