viernes, 31 de diciembre de 2010

FELIZ AÑO 2.011


Con mis mejores deseos para todos los lectores de este blog.
¡¡FELIZ AÑO 2.011!!




miércoles, 29 de diciembre de 2010

SOBRESCOBIO LA RUTA DEL ALBA

La ruta del alba en sobrescobio, es una de las rutas mas clasicas del principado de asturias.
Los primeros hallazgos encontrados en Sobrescobio nos remontan a épocas prehistóricas, como lo demuestran los restos tumulares encontrados en el monte Comillera y del Cerro del Caón. De etapas posteriores se tiene constancia de la existencia de un castro en la zona, concretamente en La Corona de Castro, donde los habitantes se aprovechaban de la riqueza forestal y piscícola del municipio.

Dentro de la época de dominación romana, se sabe que estos entraron en el concejo por la ruta del Tarna con el fin de conquistar la región, construyendo en el mismo la fortaleza de Aceales, también conocido como el castillo de Villamorey. De dicha época proviene la denominación de Sobrescobio, que deriva de "super scolupum", que significa sobre el escobio o desfiladero y que hace referencia a la situación del concejo dentro de la cuenca del Nalón, tal como comentamos al inicio de la descripción del concejo.

La primera noticia documentada del concejo proviene de la donación efectuada por la dama Ildoncia en el año 980 al monasterio de Sahagún de una villa en el territorio de Submancia, valle de Flavania en el lugar de Aubiniana (Oviñana). En 1185, el monarca Fernando II cedió a la orden de Santiago el castillo de Sobrescobio con todas sus pertenencias y derechos. Varios fueron los encomendadores que rigieron el poder del concejo por gracia de la iglesia de Santiago, como Núñez Froilaz en el siglo XII y el poderoso Rodrigo Álvarez de Las Asturias en el siglo XIV, quien cedió el poder al hijo bastardo de Alfonso XI, Enrique II. Precisamente durante el reinado de Alfonso XI, en 1344, éste otorga la Carta Puebla al municipio estableciéndose el núcleo poblacional en el Coto de Oviñana.

En 1504, todavía bajo dependencia de la Orden de Santiago, el territorio adquiere la condición de Municipio. En 1528 los vecinos de Sobrescobio protestan ante los representantes de la férula Santiaguesa porque los habitantes de concejos limítrofes de realengo entraban en su territorio a dejar sus rebaños a pacer, cortar leña de sus árboles y apoderarse del poder piscícola. Así el monarca Felipe II pone en venta, mediante el sistema de pública subasta, el coto de Sobrescobio. Los vecinos de Sobrescobio elegirían como representantes para tal subasta a D. Pedro Díaz del Prado y Diego Fernández de Ladines, siendo el sistema de subasta utilizado, realizar ofertas de compra mientras dure una vela encendida. El poderoso Pedro Solís, regidor de la ciudad de Oviedo, inicia con 600.000 maravedíes la primera puja, a la que van sucediéndose varias alzas en la oferta hasta llegar a los 800.000 maravedíes ofrecidos por el Señor Solís que hace enmudecer a la sala y pensar que esta sería la última oferta que se realizaría por el municipio, con lo que el terreno pasaría a depender de alguien nuevamente. Pero cuando la vela estaba llegando a fundirse definitivamente, los representantes vecinales aumentaron en 10.000 maravedíes la oferta, negándose el Señor Solís a aceptar dicho resultado y apelando al rey, que en 1568 concede al municipio independencia y autonomía propia. Desde 1598 Sobrescobio forma parte de la junta general del principado, ocupando el asiento número 45 y perteneciendo al partido de la obispalía, que incluía a los concejos redimidos del poder eclesiástico.

Durante la Guerra de la Independencia, hay que destacar la entrada de las tropas del general Gómez por el puerto de Tarna, así como la lucha de las gentes de la zona contra las fuerzas del general Francés Bonet. Durante las contiendas carlistas, el municipio siempre se caracterizó por su lealtad a la causa constitucional.
La capital del concejo se mantuvo hasta el año 1929 en la pequeña localidad de La Polina, fecha en la que el ayuntamiento se traslada a su ubicación actual que corresponde a Rioseco

Dentro de su arquitectura religiosa destacaremos la iglesia de Santa María de Oviñana, fundada en el siglo XV y reconstruida posteriormente entre finales del XVII y comienzos del XVIII por Fernando de Posada. De su construcción originaria solo quedan pequeños restos, ya que la mayoría se destruyeron.

Mayor importancia tiene en Sobrescobio el antiguo castillo de Villamorey, conocido también como el Torrexon, y que hoy se encuentra en ruinas. Está localizado en un desfiladero que da entrada al concejo por Laviana y desde donde se puede controlar el Valle del Nalón. Se especula que su origen viene de la época romana, siendo reconstruido en tiempos del monarca Alfonso I.

También se puede disfrutar en toda la zona de las viviendas de arquitectura tradicional, construidas en piedra y madera, mostrándonos unos espectaculares corredores de madera, así como diversas cabañas en los montes y cantidad de hórreos y paneras de uso agropecuario y que forman todos ellos un conjunto patrimonial de gran valor artístico.

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martes, 28 de diciembre de 2010

EL BARRIO DE LA ARENA GIJÓN


HISTORIA (1850 - 1960 )

La historia del barrio de La Arena comenzó a mediados del siglo XIX y podemos hablar de una fecha muy concreta: el 22 de Agosto de 1850. Ese día, Félix Valdés de los Ríos, marqués de Casa Valdés, solicitó al Ayuntamiento de Gijón que le vendiera los arenales, en aquellos tiempos de muy difícil acceso. El Ayuntamiento realizó una subasta y dividió los terrenos en tres partes. La mayor superficie la vendió al marqués, y otra, mucho más pequeña, a Romualdo Alvargonzález; la tercera, que recibiría luego el nombre de La Florida, la reservó el municipio para zona de recreo, ( situada en el polígono que hoy forman la calle Alarcón, la calle Luciano Castañón, la avenida de la Costa y el Parque e Cocheras ) donde estuvieron el Parque Continental y el conocido circo-teatro-cine Campos Elíseos ( ubicado durante varias décadas en la esquina de Ramón y Cajal con la avenida de la Costa, fue derribado en el año 1964, construyéndose en su lugar, y con gran propaganda respecto a su modernidad, el rascacielos que hoy contemplamos).

Más hacia levante había otro centro lúdico emblemático de Gijón: la Plaza de Toros de El Bibio (hasta su construcción en aquellos años existía una provisional, de madera, en Begoña).
El ensanche también afectó a dos fincas cuyos nombres están muy olvidados: El Balagón (cuyo eje central es la Calle Dindurra, contó con no pocos y hermosos chalés), y El Tejedor (terreno al que hoy conocemos como Zarracina, barrio lleno de fábricas y talleres y reservado para viviendas modestas). Félix Valdés de los Ríos se embarcó posteriormente en la tarea de convertir el suelo arenoso en cultivable, un trabajo que había comenzado antes de ser el propietario del terrero, pues ya desde 1850 depositaba allí el limo y la tierra que sacaba de la limpieza del puerto local, empresa que había ganado en subasta.

En 1853 se concedieron al marqués de Casa Valdés los terrenos del arenal que había solicitado tres años antes. El Ayuntamiento condicionaba la venta a que el comprador aceptase el plano de urbanización que se realizase en su momento. Una vez aprobado el plano del ensanche por aquella parte de Gijón, comenzaron los trazados de calles y las construcciones con las rectificaciones pertinentes. Ya en 1888 la comisión recordaba la necesidad de prolongar el Muro hasta el Piles. El incremento de la población y la aparición de fábricas y talleres evidenciaron la necesidad de un muro de contención que evitase la acometida del mar. Su construcción se prolongó desde 1907 hasta 1914. Las calles trazadas en la zona más cercana al mar, las del barrio conocido propiamente como el Arenal o La Arena, se llenaron a partir del último cuarto de siglo XIX de modestas casas de planta baja que dejaban grandes patios en el interior de la manzana. Patios en muchos casos ocupados por viviendas obreras, llamadas ciudadelas, que servían de alojamiento para trabajadores gijoneses más desfavorecidos, construidas con materiales de baja calidad, y en bastantes casos sin contar con licencia municipal. Sus condiciones higiénicas eran asimismo deficientes.

La Arena se equiparaba, en cuanto a servicios urbanos y sanidad, con el centro de la población, mientras que la mayor parte del barrio disponía de viviendas y condiciones de vida precarias. De hecho, uno de los rasgos distintivos de este barrio ha sido la proliferación de estas ciudadelas, donde su número llegó a superar el centenar, aunque buena parte fue clausurada por las autoridades municipales en 1890. No podemos olvidar la importancia del tranvía en la expansión y el desarrollo de esta parte de Gijón. No en vano la línea que iba a Somió (primero, desde 1890, tirada con mulas, y ya desde 1909 electrificada) pasaba justamente delante de los Campos Eliseos y de la plaza de toros. Casualmente el mismo año que desaparecieron los tranvías en la ciudad se hundió parte del cine Los Campos, y al año siguiente, en 1964, se derribó. A partir de este momento comenzaron a extenderse las edificaciones en la zona.

Fuente: Información extraída de la Publicación “El Arenal de San Lorenzo – Historia del ensanche de La Arena – “ editada por el Ayuntamiento de Gijón en Septiembre de 2001 con ocasión de la entrada en servicio del nuevo Centro Municipal de La Arena

lunes, 27 de diciembre de 2010

ZONAS QUESERAS DE ASTURIAS


Asturias presenta una meteorología privilegiada para el desarrollo de la ganadería, ya que proporciona excelentes pastos. Es la primera región española en producción de leche de vacuno, pero también existe gran cantidad de cabras y ovejas. No es de extrañar que sus quesos sean de los más variados en forma, sabores, consistencia y clases de leche... Ya en las primitivas cuevas prehistóricas asturianas aparecen pinturas que representan toros, caballos o gamos. Esto demuestra la muy antigua existencia de mamíferos en esta región y hace pensar que la leche formaba parte de la dieta de aquellos hombres primitivos.

En el Museo Etnográfico de Oviedo hay una magnífica representación de antiguos utensilios para la elaboración del queso, tales como calderas de cobre, queseras en cerámica, cucharas de madera y muchos más. De los quesos asturianos podemos destacar el de Cabrales, Buelles, Porrúa, Arangas, Peñamellera, Vidiago, Los Beyos, Oscos, Casín, Gamonedo, Pría o Afuega´l Pitu.
De todos modos son muchas las Asturias e interminables y distintos los quesos que podemos encontrar en ella...

Asturias Occidental:

En estas altitudes, cuando el tiempo lo permite, el ganado vive en libertad, regresando a los atardeceres a los cobijos de sus respectivas cuadras. Hasta estos andurriales, en busca de sus sabrosos pastos, llegaban antaño los rebaños castellanos y extremeños, conducidos por pastores que transportaban vino, trigo y aceite de oliva. Fueron estos mismos pastores los que aportaron las pleitas, aros de esparto trenzado que servían para moldear el queso por ellos elaborado, y cuya técnica fue asumida por los habitantes de Xinestoso y transmitida de padres a hijos.

Cabrales:

Cumbres imponentes, gargantas escarpadas y naturaleza sublime. Clima atlántico, con gran variedad en la vegetación y una fuerte tradición ganadera. El concejo de Cabrales está situado en el corazón de los picos de Europa. Un lugar de belleza áspera pero íntima, donde el viajero se siente en pleno contacto con la naturaleza.

Comarca del Vidiago:

En el oriente de Asturias encontramos la comarca de Vidiago, entre el mar y la montaña. Situada entre la sierra de Cuera y el mar Cantábrico, precioso entorno que goza de extraordinarias praderas salpicadas de caseríos. Estas praderas hacen de pasto para las numerosas cabezas de ganado que coexisten en esta región, acompañadas de una orografía montañosa y clima atlántico. Es destacable también el entusiasmo de sus gentes, que han mantenido vivo el queso de Vidiago.

Concejo de Llanes:

El concejo de Llanes está situado en el extremo oriental del Principado de Asturias, en el norte de España. De clima Atlántico y con una vegetación muy variada. El clima aporta magníficas condiciones para el desarrollo de la ganadería. Sus límites son el mar Cantábrico, que baña todo el litoral llanisco, repleto de playas; los ríos L'Aguadamía y Cabra, que separan Ribadesella y Ribadedeva, mientras que por el sur elevadísimos montes para ser costeros forman frontera con los concejos de Cangas de Onís, Onís, Cabrales, Peñamellera Alta y Peñamellera Baja. El concejo comprende un rectángulo aproximado de 263,59 de este a oeste y 8 por donde más de Norte a Sur.
Concejo de Peñamellera la parte oriental de Asturias, una zona montañosa que linda con la Sierra del Cuera, que la separa del municipio de Llanes. Presenta un clima atlántico, una meteorología privilegiada para la ganadería, ya que proporciona excelentes pastos. Es la primera región española en producción de leche de vacuno, pero también existe gran cantidad de cabras y ovejas.

Concejo de Taramundi:
El concejo Taramundi, está situado en la parte Occidental de Asturias, limitando con Lugo.

Concejos de Campo de Caso y Sobrescorbio:
Estos concejos están situados en la cordillera Cantábrica, en la cabecera del río Nalón.

Concello de Illas:

El municipio de Illas cuenta con 1295 habitantes y tiene una extensión de 25 km cuadrados. El nombre del concejo aparece por primera vez en el Liber Testamentorum de la Catedral de Oviedo, haciendo relación de las obligaciones que debían prestar los hombres de Gauzón (territorio al que pertenecía). Está situado cerca de la costa central.

Concellos de Morcín y Riosa:

En la zona central de Asturias se elabora el queso Afuega'l Pitu, en los concellos de Morcín y Riosa, a lo largo del trayecto del río Nalón.

Peñamellera Alta:

El concejo de Peñamellera Alta, está situado en la parte oriental de Asturias, lindando con la Sierra del Cuera, que la separa del municipio de Llanes.

Zona de Varé:

La zona del Varé está situada en el concejo asturiano de Siero. En esta zona predominante siempre la ganadería vacuna desde hace veinte años también se explota el ganado caprino.

Zona del Cornión:

Zona eminentemente quesera, con clima Atlántico y abundante ganadería. La rica vegetación ofrece magníficos pastos para el ganado. Cerca del Parque Nacional de Covadonga se encuentra la zona montañosa del Cornión donde se elabora esta variedad de queso. Nacido en las aldeas de Onís y Cangas de Onís aunque también se fabrica en Bobias, Silviella, Avín, Talaveru, El Castru, Demu...

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viernes, 24 de diciembre de 2010

MIS MEJORES DESEOS PARA ESTAS FIESTAS


Con este precioso Belén candasín, compuesto con más de cuarenta figuras de gran tamaño que en algunos casos superan los cincuenta años de antigüedad. Destacando en él sus efectos especiales, lo que le confiere aún mayor encanto; recreando el día y la noche, e incluso fenómenos meteorológicos como las tormentas...
Envío mi deseo de paz y felicidad, a todas las personas lectoras de este blog



lunes, 20 de diciembre de 2010

ÁRBOLES CENTENARIOS ASTURIANOS


CARBAYÓN DE VALENTÍN
El Carbayón de Valentín es un carbayón o roble de la especie Quercus robur, situado en el pueblo de Valentín en el concejo de Tineo en Asturias. Se encuentra al lado de la iglesia de San Pedro, sus dimensiones son impresionantes con una altura de 16 metros y una copa de 20, pero lo que llama la atención es el perímetro de su tronco que llega a los 10 metros, lo que indica su elevada edad. Se cree que es el más longevo de Asturias, ya que hay documentos escritos en los que viene reflejado anteriores al descubrimiento de América.
Fue declarado monumento natural el 27 de abril de 1995 por lo que está protegido e incluido en el plan de recursos naturales de Asturias y también está incluido en el catálogo Árboles, Leyendas Vivas de la Fundación Biodiversidad como uno de los 100 más singulares de España.
En 2008 el árbol recibió la distinción de «Árbol Gigante 2008» por parte de la ONG Bosques sin fronteras

EL CARBAYÓN DE LAVANDERA

El carbayón de Lavandera es un roble milenario situado en la carretera junto a la iglesia de San Julián, del siglo XVIII, en el lugar de Tueya, parroquia de Lavandera, en el municipio de Gijón en Asturias (España).
Tiene unas medidas de 25 metros de copa, 21 de altura y 6,7 m de perímetro
Este roble milenario está declarado monumento natural desde el 27 de abril de 1995 por lo que está protegido e incluido en el plan de recursos naturales de Asturias.

EL ROBLE DE BERMIEGO

El roble de Bermiego (o el Rebollu o el Rebol.lón de Bermiego) es un árbol milenario de la especie quercus robur que se encuentra en la localidad quirosana de Bermiego en el concejo de Quirós en Asturias. Está situado en el pueblo al lado de la capilla de San Antonio. Este roble está declarado monumento natural el 27 de abril de 1995 por lo que está protegido e incluido en el plan de recursos naturales de Asturias [1]. Sus dimensiones son de copa que mide 19 metros, de altura 9,5 metros y de tronco entre 5,9 metros de perímetro.

TEJO DE LAGO

El Tejo de Lago es un tejo milenario perteneciente a la especie Taxus bacatta que se encuentra en la localidad de Lago al lado de la iglesia parroquial en el concejo de Allande. Sus dimensiones son de 16 metros de altura, 9 de envergadura y algo menos de 6 de perímetro. Este tejo milenario está declarado monumento natural el 27 de abril de 1995 por lo que está protegido e incluido en el «Plan de ordenación de los recursos naturales» de Asturias (PORNA) y está incluido en el Paisaje protegido de las Sierras de Carondio y Valledor.

TEJO DE PASTUR

El tejo de Pastur es un árbol centenario perteneciente a la especie taxus bacata, que se encuentra en la localidad de La Bobia al lado del Santuario Mariano de Nuestra Señora de Pastur en el concejo de Illano.
Según cronistas locales, los tejos tenían un carácter mágico para los primitivos celtas, y eran utilizados en rituales. En varias ocasiones la Iglesia ha edificado sus templos al lado de tejos, y de otros árboles.
En 2008 las dimensiones del tejo de Pastur eran de 17,5 metros de altura, 20 de copa y algo más de 4 metros de perímetro, lo que indica que puede tener unos trescientos o cuatrocientos años, aunque muchos vecinos de la zona lo consideran milenario. Este tejo fue declarado monumento natural el 13 de marzo de 2003 por lo que está protegido e incluido en el plan de recursos naturales de Asturias.
El tronco estaba dañado por la mitad a causa de la penetración de las raíces de un acebo. El 23 de enero de 2009, el viento lo partió y derribó medio árbol lo que descompensó el peso de las ramas, por lo que la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras anunció que intervendría para sanear y anclar el árbol.

TEJO DE SALAS

El tejo de Salas es un árbol milenario perteneciente a la familia texus bacatta que se encuentra en la localidad de Salas en el cementerio y al lado de la iglesia parroquial en el concejo de Salas. Sus dimensiones son de 16 metros de altura, 12 de envergadura y algo más de 6,5 de perímetro. Este tejo milenario está declarado monumento natural el 27 de abril de 1995 por lo que está protegido e incluido en el plan de recursos naturales de Asturias.

TEJO DE SANTA COLOMA

El tejo de Santa Coloma, es un árbol perteneciente a la especie taxus baccata que se encuentra en la localidad de Santa Coloma (concejo de Allande, Asturias), junto a la iglesia parroquial de 1785 edificada sobre otra del siglo XIV. Se cree que en la antigüedad. Se supone que es un árbol milenario y se cree que puede ser el más longevo de Asturias. Sus dimensiones son de 14.5 metros de altura, 12 de envergadura y de 6 de perímetro. Este tejo milenario está declarado monumento natural el 27 de abril de 1995 por lo que está protegido e incluido en el plan de ordenación de los recursos naturales de Asturias (PORNA).

TEJO DE SANTIBAÑEZ DE LA FUENTE

El tejo de Santibañez de la Fuente es un árbol de la especie Taxus baccata que se encuentra en la localidad de Santibáñez de la Fuente en el concejo de Aller, Asturias, plantado en la plaza de la iglesia de San Juan de Riomiera.
Sus dimensiones son de 12 metros de altura, 15 m de envergadura y de 3,4 m de perímetro. Este tejo milenario fue declarado monumento natural el 27 de abril de 1995 por lo que está protegido e incluido en el plan de recursos naturales de Asturias.

LAS SAUCEDAS DE BUELLES

Las Saucedas de Buelles se encuentran en el tramo río Deva entre las localidades de El Mazu, Narganes y Buelles en el concejo Asturiano de Peñamellera Baja La zona protegida de 52,29 hectáreas se encuentra formada por una amplia vega fluvial formada en esta zona del río, fenómeno muy extraño en Asturias, lo que le confiere una especial importancia. Toda esta vega está poblada de sauces de diferentes familias como son el sarga de hoja estrecha (Salix eleagnos subsp. angustifolia), acompañada puntualmente de mimbrera (Salix fragilis) o sarga (Salix triandra subsp. discolor), y algo más lejos el sauce blanco. Se cree que estas saucedas son las más importantes de toda la franja cantábrica española.

ALCORNOCAL DE BOXU

El alcornocal de Boxo se encuentra en el concejo de Allande, Asturias dentro del espacio protegido de la Sierras de Carondio y Valledor cercano al pueblo de Boxo en una ladera de la sierra de Murellos. Este alcornocal es el más importante de Asturias y debe su rareza a la situación geográfica en el norte puesto que es un árbol de latitudes más cálidas. Está formado por dos masas de árboles algo separadas entre sí, las cuáles tiene cada una un grupo de árboles centenarios y otras más jóvenes.
Está declarado monumento natural en el año 2002 por lo que está protegido e incluido en el plan de recursos naturales de Asturias.

Wiquipedia

domingo, 19 de diciembre de 2010

LASTRES


Calles en su mayoría estrechas y angostas, empedradas como las de antes y siempre en pendiente, son las mil y un arterias pequeñas por las que transita la vida social de unos hogares que parecen colgar hacia el abismo y que desde siempre han tenido en el mar el reflejo exacto de su propia inclinación. Destacan las hermosas balconadas por doquier y la cercanía de las casas entre sí, que parecen haber sido construidas para arroparse mutuamente de los envites del Cantábrico. El laberinto es de paredes blancas, salitre y caprichosas simetrías. Se cuentan en Lastres más ángulos y perspectivas que en ningún otra villa de las inmediaciones.

Casi desde cualquier punto se divisa el bello puerto lastrino. Actualmente, alrededor de medio centenar de embarcaciones atracan allí. Después de ser remodelado en 1995 con la construcción de un espigón de 55 metros, se sitúa a la cabeza de actividad en la franja costera oriental. Las aproximadamente 400 toneladas de pescado anuales, con 8 toneladas al mes de merluza, 6 de congrio y 5 de rape y salmonete, siguen permitiendo que a la cofradía lastrina le cuadren las cuentas y que el pueblo siga presumiendo de vivir de cara al mar, como siempre.

En en los círculos balleneros siempre ocupó Lastres un lugar destacado, también sirvió de fortín ante posibles invasiones por mar. De ahí que antaño tuviera un fuerte, conocido como "El Castillo", del cual aún se conservan parte de sus muros.

Hoy en día la tradición pesquera sigue alimentando su leyenda. Las especies marinas, una vez que son desembarcadas en puerto, salen a la venta en una popular subasta que, día tras día, se sucede en la lonja de pescado. Pescaderos venidos de todos los lugares de la región encuentran una garantía para sus ventas en la actividad marinera de una localidad con una curtida experiencia en la pesca de bajura y de altura.

Lastres está declarado Conjunto Histórico, lo que también le convierte en un punto de interés turístico. Es sin duda una buena estancia. A la agradecida brisa marinera y a la bella formación del núcleo urbano, cabe añadir un buen número de argumentos gastronómicos, ya que siguen teniendo presencia restaurantes especializados en todo tipo de pescado. La cocina lastrina es deudora de su puerto, de las redes, nasas y anzuelos, pero también del saber culinario de las casas, que durante siglos han tenido en el pescado el primero y más sabroso de sus platos. Un buen plato de pescado es aquí una garantía y picamos por propia convicción.

Si tiene tiempo acérquese a la Torre del Reloj, una emblemática torre que conjuga las funciones de campanario y lugar de vigía, construida en 1751, y reconstruida gracias al esfuerzo de un grupo de mujeres. También es interesante la visita a la Iglesia parroquial de Santa María de Sábada, de 1751, que entremezcla los estilos clásico y barroco, o las ermitas de San José, San Roque (donde está localizado un hermoso mirador del puerto y el litoral colungués) y el Buen Suceso. Casonas y palacios como el de la familia Victorero, del S.XVIII, el de los Robledo, de principios del S.XVIII, y el de los Vallados, del S.XVIII, es otra riqueza, de tipo cultural, con la que cuenta esta villa.

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viernes, 17 de diciembre de 2010

MIERES LA MINA CORUJAS "CORUXAS"


(*** Hay una nota típica en muchas de las viejas fotos mineras. Es la presencia en ellas de hijos de mineros. En la presente foto, también hay niños. Son los hijos de un vigilante de minas ya fallecido, Amador Álvarez González, el cual figura en cuarto lugar de la segunda fila, con la lámpara minera sobre las rodillas y luciendo un gran bigote.***)
(HULLA-Noviembre, 1.975 núm. 55)
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La sociedad Fábrica de Mieres, S.A. poseía, a finales del siglo XIX, sobre la ladera oeste del macizo Polio una mina de montaña de carbón conocida como Mina Mariana. Dicha explotación llegó a contar con 15 pisos. El carbón de los diferentes pisos era transportado por el exterior mediante planos inclinados. El inferior de ellos salvaba un desnivel de 90 m, desde el exterior del 1er piso de Mariana hasta la zona conocida como "el Barreo" o "el Barredo", en el barrio de Bazuelo. Desde allí partía una línea de ferrocarril minero, inaugurado en 1882, que cruzando por Mieres, se juntaba en El Batán con la procedente de Mina Baltasara (también de Fábrica de Mieres), para continuar hasta Ablaña, donde estaba la fundición. Ambos ferrocarriles fueron ideados por Jerónimo Ibrán y Mulá, para sustituir el transporte del carbón con medios animales.

En el Barredo, Fábrica de Mieres disponía de diversas instalaciones mineras: un lavadero, puesto en marcha en marzo de 1922, y una Central termoeléctrica (1916).
Más al sur de Mariana, y a una altitud superior, Fábrica de Mieres poseía otra mina conocida como Corujas o Coruxas. En el año 1926 se instaló un transporte aéreo mediante un Teleférico minero, tricable, de 1800 m de longitud y 21 torres de hierro para llevar la producción al lavadero de Barredo, en sustitución del transporte por pozos utilizado hasta la fecha.
El descenso de la producción de Mina Mariana y Mina Coruxas, por agotamiento del yacimiento, obligó a Fábrica de Mieres a continuar la explotación del yacimiento en profundidad. Así en 1923 puso en funcionamiento, en la zona de Barredo, el Socavón Barredo, abierto 7 m por encima del nivel de la carretera de Adanero a Gijón. La bocamina del socavón todavía se conserva, con la inscripción "GRUPO MARIANA - 1920". El socavón disponía de un cable flotante para el movimiento de los vagones y estaba conectado con la plaza del 1er piso por un pozo balanza. Dicho pozo balanza se encontraba a una distancia de 60 m del eje del socavón y a 600 m de la bocamina. Tenía sección circular y un diámetro de 4,50 m, estando revestido de hormigón.

El socavón Barredo marcaba el nivel más bajo del yacimiento accesible mediante galerías, por lo que a partir de 1931 la sociedad empezó a considerar la profundización de un pozo. Esta no comenzó hasta el año 1937, durante la Guerra Civil. Durante ese año sólo se profundizaron 12 m, de los 200 m que alcanzó en 1940. La máquina de extracción se adquirió a Siemens, en Alemania, y comenzó a funcionar en septiembre de 1941.

Al constituirse HUNOSA en el año 1967, el pozo se integró en la misma, como aportación por parte de Fábrica de Mieres. En 1969 comienza la explotación del macizo comprendido entre 3ª planta (20,7 msnm) y la 4ª planta (-50,0 msnm). La 3ª planta era la planta más profunda del pozo, por lo que el acceso a 4ª planta se realizó mediante un plano inclinado, de 283 metros de longitud y pendiente del 15%. En el año 1981 comenzó la reprofundización del pozo, desde 3ª hasta 5ª planta.
La actividad productiva del pozo finalizó en el mes de marzo de 1995, continuando con las labores de mantenimiento, conservación, desagüe y ventilación debido a su conexión con el entonces pozo San Inocencio de Minas de Figaredo, que posteriormente pasó a ser el pozo Figaredo de HUNOSA.

En ese mismo año el interior del pozo, 4ª y 5ª plantas, empieza a ser usado para proyectos de investigación relacionados con seguridad minera por parte del Gobierno del Principado de Asturias. Posteriormente el uso se amplía a instalaciones del exterior, y también a actividades de formación, capacitación y entrenamiento.

wikipedia.

jueves, 16 de diciembre de 2010

NUESTRA MAR


Pescados como el pixín (rape), la merluza del pinchu (de anzuelo), la lubina (faragaña, si pequeña, robayiza,, si más grande), el sargo (xargu en la costa oriental y chopa en la restante), el salmonete, el tiñosu (cabracho) o el golondru (bejel o rubio), el bonito veraniego, la sardina (parrocha, si pequeña; parrochina, sí de cría), el bocarte u hombrín, (anchoa o boquerón), el besugo (panchín cuando más joven) o el congrio, entre otros varios, tienen garantía de sabor en nuestra costa. Sin olvidar la angula invernal o el calamar y chipirones veraniegos, amén del pulpo de pedréu (roquedo).

De entre los mariscos pruebe el viajero el centollu llamado "del Cantábrico" para diferenciarlo del más extendido "francés" y comprobará no sólo lo que vale un peine, sino las razones, además, del sensible salto de precio entre ambas especies. No le van a la zaga nuestras andaricas (nécoras), quisquillas, percebes, santiaguinos (cigarras de mar, "torpedos" en otras regiones), cigalas, ñocla o boroñón (buey de mar), bugre, yocántaru, o lubricante (bogavante) y langosta, con mención especial para los oricios (erizos de mar, ese marisco que subestiman la mayor parte de los pueblos de España absurdamente, ya que, como decía Don Julio Camba "el erizo es un extracto de mar, un hálito de borrasca, una esencia de tempestades". Gijón y sus alrededores, son los más fieles del oriciu.

Con pescados y mariscos se elabora en casi toda la costa el plato más suculento y lujoso de la cocina marinera de Asturias : la caldereta, guiso licoroso compuesto de pescados de roca -y en ocasiones no de roca- y mariscos al gusto. No tiene una fórmula fija, por cuanto que cada cual incluye las especies que tiene más a mano según la pesca del día. Más modestos, pero no menos exquisitos, son los potes marineros, de la familia de calderadas y marmitakos, elaborados en Asturias con patatas y pescados de roca como el tiñosu o el golondru, aunque también con merluza o congrio.

Otra creación asturiana de mucha alcurnia es la langosta con verdura, plato nacido en las inmediaciones del sorprendente Cabo Peñas, la tierra más septentrional de Asturias, desde donde se extendió a algunos otros puntos, aún escasos por ahora. Las sopas de pescado y/o marisco, así como la crema de andariques, frecuentes en muchos lugares del Principado, lo son especialmente en las mesas costeras, donde ofrecen las mayores garantías. Lo mismo que las llamadas paellas de marisco, a las que podemos tener por plato autóctono, por cuanto que aquí incluyen con generosidad ciertas especies marinas infrecuentes junto al arroz por otras regiones.

Qué duda ha de caber de que las fabes con almejes son una creación asturiana. No está tan claro su punto de origen, pero todo hace suponer que éste sea costero (y Lastres por más señas). No obstante hoy día se ha extendido por toda nuestra geografía y ya le empieza a hacer muy seria comptencia a la fabada

Otras sugerencias costeras bien pudieran ser el besugo a la espalda, asado abierto con ajo y vinagre, el besugo con fideos (En Gijón, con un poco de suerte), la chopa a la sidra, la ventrisca (ijadas con la carne grasa del vientre) de bonito asada (ventresca o ventrecha en otras zonas) en su momento veraniego, los chipirones rellenos en su tinta o bien fritos (por supuesto, de preferencia frescos y de los meses estivales), las sardinas asadas a la plancha, así como la parrocha o parrochina (más pequeña) frita, lo mismo que el bocarte; el bonito a la plancha o guisado con tomate, aunque la manera más tradicional y típica de la costa astur sea en rollo o rulada, menos frecuente en bares y restaurantes de lo que se merece.
Todo ello entre otros muchos platos que el viajero puede descubrir no sin sorpresa, como es el caso de las parrilladas de pescados finos y de las parrilladas mixtas (de pescados y mariscos), del cachopo de merluza, de la merluza rellena, las almejas a la marinera, el pixín en fritos (tacos rebozados), la merluza a la sidra de la que hablaremos en la zona central), las angulas a la cazuela (que no cabe duda de que debemos a los vascos, aunque aquí se pesquen con mayor abundancia que en Euzkadi), etc.

En la Costa Verde central figuran los puertos pesqueros más activos del Principado : Cudillero, Avilés -el de mayor volumen-, Gijón y Lastres, lo que supone casi con seguridad una garantía de buen pescado en sus inmediaciones. Cudillero, Candás, Gijón y Tazones (junto a Villaviciosa) son los puntos de esta parte de la costa más frecuentados por los degustadores veraniegos de pescados y mariscos, en especial besugos, calamares, chipirones, sardinas, bocartes, centollos, percebes, andariques y algunos otros frutos de mar de rápida preparación.
El embutido más típico de esta zona es la fariñona, si bien su radio de alcance rebasa díficilmente la zona de Candás-Luanco. La marañuela, es dulcería cuya paternidad se disputan asimismo las dos anteriores localidades. Es el epicentro de nuestro arroz con leche, extendido empero por todo el Principado.

Por otro lado, si algo caracteriza de manera especial a Gijón, verdadera capital de esta Costa Verde, sería la pasión que sienten sus naturales por los ya citados oricios, cuya temporada suele ir de desde fines de noviembre hasta mediados de la primavera. Otra peculiaridad, en este caso dulce, de la ciudad de Jovellanos es la charlota, una tarta fría de nata, chocolate y bizcocho, creada en los años cuarenta por un fino repostero vienés instalado en el lugar.

Por las tierras del oriente costero no deja de imperar, claro está, la cocina marinera, con mariscos y pescados; marmitas, pixín (rape), sargos, bonito en rollo ... pueden ser algunos platos fáciles de encontrar. Como curiosidad más bien llanisca, el pantruque, con el que se preparan las alubias a la llanisca, la fabada del concejo. Otros picadillos de la zona son la bolla y los emberzaos o muñacos. Un postre creado en la villa de Llanes es el helado Peñasanta, frío y a la vez caliente.

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miércoles, 15 de diciembre de 2010

LA PROCESIÓN DEL RAMU EN ASTURIAS


El ofrecimiento o la entrega de un ramo como signo de admiración se remonta al menos a la época romana, cuando se coronaba con ramos de laurel a los vencedores de batallas o competiciones deportivas. La entrega de un ramo fue también símbolo de transferencia de autoridad y posesión para los antiguos pueblos germánicos. En este sentido se encuentran en Asturias documentos de los siglos XIV y XV en los que se pone de manifiesto esta misma costumbre. Hoy día sólo quedan vestigios de ello, como el relevo de la mayordomía de las fiestas patronales, que se efectuaba, en un pasado bastante reciente, entregando el mayordomo saliente el ramo procesional al entrante.

En una visita al museo etnográfico de Varsovia nos encontramos con imágenes de una ofrenda de ramos en 1973, hecha el día de la fiesta de La Asunción (15 de agosto), al terminar la cosecha. Las coincidencias con las ofrendas que se realizan en nuestra tierra son notables: el ramo está hecho con espigas de un cereal, es portado en andas por cuatro mujeres, otras sostienen cintas que penden de la cúspide del ramo, todas ellas visten el traje tradicional de la zona. En otra fotografía pueden verse niños y niñas delante del ramo ofreciendo panes. La evidente similitud con nuestras ofrendas de ramos en el Oriente de Asturias deja poco margen a la duda. Se trata evidentemente del mismo rito practicado por una comunidad distante unos 3.000 Km. de la nuestra.

Explicar las razones de la presencia del mismo rito en culturas tan lejanas requiere un estudio extenso pero, en una primera impresión, podemos plantear dos hipótesis de partida: o bien se trata de un antiguo rito romano, divulgado por el Imperio en sus distintos dominios, o fue la iglesia cristiana la que, asimilándolo como tantas otras cosas, lo divulgó posteriormente. Resulta verosímil relacionar estos ritos con las "Cerialia":ceremonias y festejos propios del culto a la diosa Ceres, entre los romanos, o a su equivalente griega Demeter, entre los griegos. Durante estas celebraciones, el pueblo acudía al santuario tras un sacrificio de toros, cuya carne se ofrecía a la diosa junto con cera y dulces, portados por vírgenes, para pedirle que cuidase la tierra y las cosechas. Entre aquellas ofrendas figuraba el calathus, un enorme cesto repleto de tortas y pastelillos confeccionados con harinas de diversa naturaleza y procedencia, de forma similar a lo que hoy día se hace con las ofrendas de ramos.

En una época en la que tienden a abandonarse todas las prácticas tradicionales, nos encontramos con un rito que, al menos en Asturias, se mantiene con fuerza en muchos lugares o se recupera, después de años en el olvido, en otros. Es curioso que, existiendo en toda España la tradición de ofrecer bienes y productos dela tierra a los santos patronos, sea casi exclusivamente en Asturias donde esa ofrenda se superpone todavía con la de los ramos.

Estos ramos eran, como su nombre indica, ramas o árboles pequeños de los que pendía una cesta con ofrendas o que llevaban éstas colgando directamente del ramaje. Más tarde, fueron evolucionando y haciéndose más sofisticados, como se describirá más adelante.

Hoy día, los ramos cambian de unas zonas a otras de Asturias e incluso de unos pueblos a otros, dándose la paradoja de que muchos ramos actuales no tienen de ramos más que el nombre y ofrecen las formas y representaciones más variadas. En toda la zona oriental y en muchos pueblos de la zona central de Asturias el ramu o ramo consiste en un armazón de madera, con forma de pirámide, formado por cuatro listones que se unen en un vértice y van apoyados en andas, como las que se utilizan en las procesiones para llevar las imágenes de los santos. Este armazón va recubierto generalmente de ramas, hojas y flores y lleva, colgando de los listones, roscas de pan y rosquillas dulces principalmente. En el vértice o extremo lleva un remate que en algunos sitios se denomina "pical", "copitu" o "cerquillo" y suele ser una rosca de pan con un ramo de flores, aunque modernamente llevan, a veces, muñecas vestidas con el traje tradicional u otros motivos. Todo ello va adornado, con cintas o pañuelos. Al tratarse de una tradición viva, se van superponiendo año tras año, elementos modernos sobre esta estructura tradicional y así, por ejemplo, en la parroquia de Santa Eulalia de Selorio (concejo de Villaviciosa), hemos visto en el año 1994 ramos con forma de hórreos, un cura montado en un burro y ¡hasta un castillo de Eurodisney!, todos ellos junto a otros totalmente tradicionales.

Para dar idea de la importancia que actualmente tienen los ramos en la celebración de las fiestas patronales asturianas, sólo diremos que en Selorio, en el año 94, había doce ramos el día de Santa Eulalia, y en Cangas de Onís, el día de San Antonio del 96, seis enormes, uno de los cuales fue llevado por cuatro soldados destacados en Bosnia como ofrenda y en cumplimiento de la promesa hecha si regresaban de allí con vida.

En la zona occidental de Asturias los ramos son más sencillos y consisten en varias plataformas de madera insertadas en un palo alto, de unos dos o dos y medio metros. De dichas plataformas cuelgan panes, o rosquillas y van adornadas también con cintas, ramas, flores y pañuelos. En la cima llevan, rematándolo, un pan adornado con plumas de ave o un ramo de flores. A veces van recubiertos con un faldón blanco adornado con puntillas, lazos y pañuelos, quedando los panes ocultos debajo de esta especie de enaguas.
En el oriente de Asturias, desde que se inicia la procesión con el ramo hasta que se subasta se ejecutan una serie de ceremonias en las que participa todo el pueblo, vestidos con los trajes tradicionales. Las mujeres acompañan el cortejo con cantos y toques de pandereta durante todo el recorrido. La música es muy antigua, y creemos que, en muchas ocasiones, viene de viejos cantos de peregrinos del Camino de Santiago, uno de cuyos ramales pasaba por esta zona. Las letras pueden cambiar cada año, aunque en algunos lugares como Pendueles conservan siempre la misma. Termina la fiesta con la subasta de los panes y otras ofrendas que lo acompañan aunque no formen parte del ramo, (lacones, pollos, conejos, productos de la huerta etc.). Se puja según la costumbre y, en algunos casos, se conserva la fórmula antigua: por ejemplo, en el pequeño pueblo de Prendes, concejo de Carreño, en vez del consabido a la una, a las dos y a las tres, se dice: "Que buen pro", "Que buen provecho le", "Le haga".

Lo que se saca de la subasta, puja, puya, remate o rifa (que recibe estos distintos nombres), servirá en parte para pagar al cura, sufragar la fiesta del año próximo o arreglar la capilla del Santo.
Como muestra de lo antiguo de esta tradición, que se conserva en algunos lugares al menos desde el año 1522.

REVISTA DE FOLKLORE
Caja España
Fundación Joaquín Díaz

martes, 14 de diciembre de 2010

HISTORIA DEL FARO DE CANDÁS


NOTICIAS SOBRE LAS SEÑALES MARÍTIMAS
DE LAS COSTAS DE CARREÑO
(LOS FAROS DE CANDÁS)


La historia de las señales luminosas que orientan a los barcos en el litoral carreñense es tan antigua, como no podía ser de otra manera, aunque mucho menos conocida que la actividad marinera de sus gentes. Desde las fogatas y atalayas en los altozanos y puntos escarpados de los promontorios –monte de San Sebastián, San Antonio, Piñeres o el Pico Castiello- hasta las últimas tecnologías en el control, mantenimiento y supervisión de sus piezas, han sido muchos los cambios experimentados, al ‘pairo’ de los que surgían en la autonomía de las propias embarcaciones, los más recientes, sus innovadores y sofisticados equipos de posicionamiento por satélite (GPS).

A mediados del siglo XVIII, entre los gastos que realizaba la cofradía religiosa de Nuestra Señora del Rosario, vinculada al Gremio de Mareantes de Candás, figuraba expresamente consignada la cantidad (24 reales) que se pagaban al “talaiero” o encargado de encender el fuego que guiaba la vuelta a casa de los pescadores locales, como se realizó en los años 1737, 1738 y 1739, al que lo realizaba “en la baca,o en 1740 al que lo encendía en “la atalaya.”

El 25 de noviembre de 1807 se suscribía un contrato ante el escribano local Domingo Menéndez Valdés, entre el Gremio de Mar local, representado por nueve patrones de lanchas de pesca de besugo y el vecino de San Roque, Benito González, con el compromiso de este a encender “ a su costa y expensas el fuego acostumbrado en el sitio de S. Sebastián desde el día que principien dichas lanchas a ir a dicha pesca de besugo hasta que fenezca esta costera y se ha de hacer sin intermisión y con toda viveza desde el oscurecer hasta que entre en el puerto la última lancha; cuyo fuego ha de ejecutar y atizar por sí mismo y no por otra persona, en la inteligencia que este contrato no sólo es para la costera próxima sino también para las demás subcesivas interin permanezca y se halle de habitador en la casería que hoy lleva en dicho término de S. Roque.”

En la sesión ordinaria de la Junta Directiva de la Sociedad de Mareantes celebrada el 6 de diciembre de 1883, se acordaba la colocación de dos faroles, el uno para señalar la dirección del Carrero, a cuyo fin deberá de tener cristal de color en la parte que mira al mar a fin de que su luz no pueda confundirse con otra, su colocación podrá ser a orillas de la carretera en la línea que formaba la parte del antiguo mesón que servía antes de señal. El otro, que se probara si alcanza para el alumbrado de la dársena se colocará cerca de la alcantarilla como punto céntrico.

En el mes de enero de 1890, a petición de los patrones, la Sociedad de Mareantes de Candás contrataba con Francisco Muñiz “Fuxa”, el establecimiento del fuego de costumbre en lo alto del monte Fuxa durante toda la costera del besugo, hasta el último día de febrero, por la cantidad de 100 pesetas. Cuando estaba mal tiempo tenía que encender dos hogueras y tres era señal de que no había entrada en el puerto. A comienzos del siglo pasado todavía se le recordaba en la siguiente canción: “Fuxa del monte enciende la foguera que vienen los barcos pol muenlle pa fuera

En el mes de julio de 1894 la Sociedad de Mareantes (a propuesta del vocal Luciano Rodríguez Fernández) acordaba la colocación de dos faroles, uno en San Antonio y otro en el alto de Piñeres con el fin de señalizar la enfilación del “Carrero del Este” cuando se hiciera preciso por el estado de la mar. Y en agosto de 1896 la citada sociedad nombraba una comisión para interesar al ingeniero Enrique Alau, presidente de la Junta consultiva de Fomento, sobre la instalación de un faro para servicio del puerto, que quedaría definitivamente instalado en lo alto del monte Fuxa en noviembre de 1899, gracias a las gestiones del citado Sr. Alau y del ingeniero Juan Domenchina. El propio Fermín Canella en su monografía sobre Carreño, mencionaba además los nombres de otros dos favorecedores de la instalación del primer faro local, los Sres. Eliseo Sanchiz, de la sección de faros en la Junta Superior de Obras Públicas y Eugenio Rivera, según figuraban consignados en una de las memorias de la Sociedad de Mareantes.

A mediados de febrero de 1898 la Dirección General de Obras Públicas aprobó el proyecto de una caseta para instalar una luz provisional en el puerto de Candás con un presupuesto de 370,85 pesetas.

El 1 de diciembre de 1904, a 230 metros del puerto se encendió una nueva luz situada sobre la Peña de los Ángeles, que se levanta casi pegada a la costa. La altura del foco luminoso sobre el nivel medio del mar es de 18,91 metros. Su altura sobre la roca de 10,59. El alcance geométrico de la luz a nivel del mar es de 9,1 millas El encargado de encenderlo por vez primera y diariamente durante 13 años, hasta apagarlo definitivamente para avivar el nuevo de San Antonio, ha sido el recordado don Miguel (Asenjo), torrero profesional

En el mes de diciembre de 1916 la Sociedad de Mareantes acordaba que las luces de enfilación a instalar junto al faro de San Antonio y en la casa de “La Piedra” fuesen dos faroles de alumbrado de gas, comprometiéndose dicha sociedad a gratificar al propietario de dicha casa y al torrero por atender el servicio de su funcionamiento. Sin embargo estas luces no entrarían en funcionamiento hasta el mes de diciembre de 1918

El 1 de octubre de 1917 comenzó su servicio el nuevo faro de San Antonio, usando frecuentemente un lámpara de petróleo tipo Maris (una mecha), aunque desde la citada inauguración cuenta con servicio eléctrico de irregularidad en el suministro de corriente.

En el mes de diciembre de 1922 la Sociedad de Mareantes convenía con José Viña Muñiz, vecino de la casa de “La Piedra”, el servicio de la luz de enfilación colocada en uno de los muros de su vivienda, sin cobrar nada por ello, al haber costeado dicha sociedad el 50% de los gastos de la instalación eléctrica hasta su casa, con el compromiso por parte de del Sr. Viña, a colocar una luz supletoria por si fallara la principal

El Faro de San Antonio permaneció apagado durante la mayor parte de la Guerra Civil, desde el 22 de octubre de 1936 hasta el mismo mes del año siguiente. El 12 de noviembre de 1937 se realizaría una inspección oficial. Por otro lado, el 7 de agosto de 1954 comenzaba a funcionar la sirena que anunciaba la entrada de niebla.

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lunes, 13 de diciembre de 2010

COCINA TRADICIONAL ASTURIANA


Si bien es cierto que la cocina asturiana ha sabido transmitirse generación tras generación, también lo es el que la gastronomía asturiana carezca de tradición hasta época muy reciente, ya que no existen apenas escritos que nos muestren que comían los asturianos, y los pocos relatos que se conservan se encuentran en textos de naturaleza muy distinta a la gastronómica. Hay que tener presente que el Principado de Asturias tiene dos características que quedan reflejadas en las costumbres culinarias, por un lado posee costas en el Mar Cantábrico lo que le proporciona abundantes elementos marinos (pescados, mariscos) y por otro lado posee una Cordillera Cantábrica con profundos valles en los que crece en semi-libertad la ganadería, dando lugar a carne y a leche de características autóctonas.


Pan
Entre las especialidades relacionadas con la harina de maíz encontramos la boroña (hogaza redonda de pan duro hecho a base de harina de maíz), las fariñes, farrapes o papas (gachas), el rapa (especie de boroña en cuya masa se meten trozos de tocino), el neno, la pegarata (especie de empanada rellena de chorizo, jamón y huevo cocido), los tortos que son pequeñas tortas de maíz doradas en sartén, los formigos, es muy tradicional el pan de escanda (la escanda es un cereal endémico de Asturias de grano duro y prieto), los famosos bollos preñaos (bollos de pan con un chorizo en su interior) y otros muchos. Otros preparados de harina que se emplean en los postres asturianos son los frisuelos (una especie de crêpe). También es tradicional la llamada boroña, un pan hecho con harina de maíz.

Pescados y mariscos

La posesión de la costa en el Mar Cantábrico y la tradición marinera de muchos pueblos asturianos provee a la región de una buena materia prima y de variados platos, como son: las sopas de pescado y de marisco, el besugo a la espalda, besugo a la chopa (xarágu), el pixín (rape), la merluza o la chopa a la sidra, la ventresca de bonito asada, el rollo de bonito y, por encima de todo, la caldereta, guiso hecho con diversos pescados y mariscos. También se elaboran platos con la lubina, el tiñosu (cabracho), el salmonete, las angula, etc. Algunos pescados tienen preparaciones muy populares como la sardina (típica es la de Santurce) y la parrocha. Algunos de los ríos asturianos (entre los que se encuentra el río Sella) proporcionan pescados como: la trucha, el salmón atlántico, etc. Es famoso el "pulpu con patatines" pequeño pulpo que cuece con patata, es muy conocido el pastel de cabracho las verduras con el pescado.
Entre los mariscos se encuentran diferentes variedades ñocles (buey de mar), langostas, bugres (bogavante), centollo, los oricios (erizo de mar), las andariques (nécoras), etc. no hay una producción muy grande comparada con la gallega debido a que la mayoría de la pesca de marisco se hace de forma artesanal.

Carnes

La importancia que tuvo desde siempre la ganadería en Asturias del ganado bovino y ovino proveen a la gastronomía astur de platos como: los callos a la asturiana, carne gobernada y el cachopo, que aunque no son netamente autóctonos si están muy arraigados en las tierras asturianas; el churrasco o cordero a la estaca y de la caldereta de cordero, el lechazo al horno. Se está intentando hacer de la carne de la región una denominación de origen: carne roxa. En el terreno de las aves se tienen los pollos de aldea o (pitos de caleya) que se crían al aire libre.
A su vez, el cerdo (denominado en Asturias como gochu) provee de embutidos y salazones procedentes de la matanza, como el chorizo asturiano (de aroma característico, ahumado, fuerte, con sabor a pimentón), la morcilla asturiana y la moscancia, el lacón, el butiello (similar al botillo), la fariñona, y otros que acompañan como compango a muchos otros platos tradicionales, en particular a la fabada y diversos guisos de legumbre. Muchos de ellos se emplean en las boroñas y en los bollos preñaos como relleno,otros forman parte de platos como los emberzaos (grasa de cerdo con berzas, morcilla y diversos embutidos todos ellos cocinados en potes, denominados también emberzaos probes).
Algunos embutidos son característicos de Asturias como es el pantruque (denominado también Pantruque blanco) que es un embutido que lleva como ingredientes en su interior: tocino, cebolla, harina de maíz, huevo batido, sal, pimentón, ajo y perejil, es similar a la morcilla de aspecto. La moscancia que es una especie de morcilla fresca elaborada con poca sangre y que se diferencia de la típica morcilla asturiana en que entre sus ingredientes se añade sebo de ganado vacuno (preferiblemente ternera) o bien de cordero, lo que le de da un aroma inconfundible. El sabadiego que es una especie de longaniza elaborada con carnes de cerdo y otros ingredientes. El xuan (a veces se denomina en diminutivo como xuanicu) es una morcilla que se mezcla con trozos de calabaza.
Postres

El nombre dado en Asturiano es Llambiá, a lo dulce. Existen diferentes posibilidades dentro de los postres, tales como: el arroz con leche, los frisuelos (también llamados fayuelos o fayueles, son crêpes de leche, huevo, harina y azúcar) los borrachinos (miga de pan con huevo, leche frita con azúcar y embebida en vino blanco), las casadiellas (empanadillas dulces rellenas de nuez, azúcar y anís), o los carbayones (pasteles de hojaldre rellenos de crema de almendra y cubiertos de glaseado) que tienen un origen comercial de la pastelería Camilo de Blas y que es muy popular, el panchón (meollo de pan de escanda amasado con manteca y azúcar que se fríe y desmigaja antes de servirlo) típico del concejo de Aller.
Es muy popular el arroz con leche (que se toma en gran parte de España pero en Asturias es más cremosa debido a la prologada cocción del arroz), es conocida la Charlota de Gijón que es una tarta preparada con base y fondo de bizcochos cubiertos con chocolate y cerezas confitadas, las marañuelas que son galletas dulces de forma característica típicas de Candás y Luanco, los consejos paserinos típicos de Mieres, la tarta de almendra (similar a la tarta de Santiago) elaborada con hojaldre o masa quebrada dulce y rellena de una mezcla de huevo almendra y almíbar.

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domingo, 12 de diciembre de 2010

LA OVEJA "XALDA"


La oveja "xalda" (en asturiano oveya xalda) es una raza de oveja autóctona del Principado de Asturias. Pertenece al tronco del Ovis aries celticus. Es una oveja de origen celta, como la Ouessant de la Bretaña, la Cochddu (negra galesa) del País de Gales, la Morite (oveja de los páramos) de las Islas Shetland en Escocia y la ''Skudde, la y la Moorschnucke de Alemania.

Esta raza llegó a estar al borde de la extinción en el siglo XX debido, entre otros factores, al abandono del mundo rural, a la introducción de otras razas que supuestamente daban un mayor rendimiento económico y al uso forestal de los antiguos pastizales de los montes comunales.

En 1982 se realizó un censo que arrojó la cifra de unas 800 hembras en toda Asturias. Esto contrasta notablemente con los casi 600.000 ejemplares que en el siglo XVIII se recogían en el Catastro del Marqués de la Ensenada.
Para evitar la desaparición de la raza y fomentar su uso entre los ganaderos asturianos se creó en 1992 la «Asociación de Criadores d’Oveya Xalda» (ACOXA).
Las referencias a esta raza comienzan hace siglos, pues se sabe que ya era usada desde la antigüedad por los astures, que vestían un sagus o túnica de lana negra, color característico de estas ovejas (libro III de la Geographika de Estrabón). También Jovellanos las menciona en 1782 cuando describe la ganadería de los vaqueiros: «Es verdad que sus ganados son pequeños; sus ovejas me parecieron un medio entre las merinas y las churras comunes, acaso porque la corta emigración que hacen anualmente, o bien la sola excelencia de las hierbas que pastan, puso la finura de sus lanas en medio de las otras dos clases».

En el siglo pasado, en la década de los 40, comienza la extinción de la xalda, a causa de las plantaciones en los montes comunales de especies foráneas, disminuyendo así los rebaños en muchas de las sierras en donde pastaban. Municipios del occidente como Tinéu, Allande, Salas, Eilao, etc., sufrieron grandemente las plantaciones masivas en los montes vecinales. En pueblos como Brañaivente (Salas), los vecinos no tuvieron más remedio que emigrar hacia Alemania, Bélgica... por culpa de “La Forestal” que les arrebató los pastos en los que el ganado vacuno, los rebaños de ovejas y cabras y las yeguadas pacieran a lo largo de miles de años. No debemos olvidar también que en el oriente las xaldas fueron sustituídas por otras razas (carranzana, latxa) más lecheras, orientadas a la producción del queso: Cabrales, Camonéu, etc.
En otros pueblos, la falta de gente, de pastores, acabó con la vecera: «Se terminó porque la gente escaseaba.»

No obstante, en la decada de los 40, se venden muchas xaldas (sobre todo añojos) para L.laciana y El Bierzo (León). Al Partido de Sierra (Cangas del Narcea) iban a comprarlas los tratantes, a pueblos como Mieldes, en donde eran abundantes los rebaños, así como en las ferias de El Puertu (Sumiéu) y Tinéu. El censo oficial en esta época ascendía a 293.080 ovejas, siendo xaldas la mayoría de ellas.
Cuando en 1982 se descríbe la «oveja xalda», su censo era muy pequeño (apenas 800 hembras en todo el Principado). En aquel momento no se materializó la idea de hacer una Asociación. El número de hembras fue disminuyendo, así como los carneros. (En algunos de los rebaños ya no eran xaldos). Nos encontramos entonces con una población que conservaba la pureza racial pero que estaba muy envejecida.
Así fue como en 1992 se creó por fin la «Asociación de Criadores d’Oveya Xalda» para la conservación de la raza.

xalda.com/historia

sábado, 11 de diciembre de 2010

LA SANTA CUEVA DE COVADONGA


En el año 718 Pelayo es el conductor de los, hasta entonces dispersos guerrilleros. El es el aglutinante necesario para la coordinación y mayor efectividad de la empresa. Viven camuflándose en los pliegues de la montaña, para salir disparados a dar el aguijonazo centelleante; al ejército musulmán. Los arrinconaron en Covadonga. Allí hay un monte, el Auseva, y en él una cueva; ella da nombre al lugar; dicen Covadomina; otros Cova –longa.
Empenachando al Auseva está la vega de Orandi y en ella hay una cueva por la que se zambulle el río Diva para bucear las entrañas del Auseva y luego salir, respirando hondo, bajo la gruta covadonguina.

No sabemos las modificaciones que este paso subterráneo puede haber tenido con el tiempo transcurrido, ni hasta qué punto era fácil lo que hoy es difícil, o imposible. El serio testimonio del padre Carbayo da fe de lo que ocurría en su tiempo – (*1.570-+1.630). La comunicación de las dos cuevas, ¡cuántos misterios explicaría sobre la capacidad de Covadonga!; el número de guerreros allí guarecidos ya no serían treinta ni trescientos, podían pasar de los tres mil; sus intrigantes desapariciones; sus posibilidades de alimentación, ya no se compondría sólo de miel, teniendo a mano y sin peligro la vega de Orandi.


“Santa María de Covadefonga”, alguien escribió en una vitela del siglo XVIII. “Cueva de onga”, la llama la crónica de Alfonso X. El pueblo la llamó “Covafonda” y Covalonga, y D. Constantino Cabal dijo de ello (La Divina Peregrina I.D.E.A. 1.948) que no era ésta la explicación, entre otras razones, porque la cueva no tiene nada de larga. Salvo, digo yo, que la cueva comunicara con la de Orandi; porque el P. Luis Alfonso Carballo manifiesta en una obra de principios de siglo XVII, “que desde la primera boca de la cueva se podía entrar a otra boca interior y de ella, a otras concavidades que hacía diversas mansiones. En una de ellas – sigue diciendo – su capacidad se puede calcular para doscientas personas y en otra para unas veinte. Estas concavidades cogen agua del torrente que se arroja en la entraña del Auseva desde la cima del monte y por donde cruza cabe la posibilidad de que baje una persona desde la cima a la cueva y torne a subir a las cumbres sin mucha dificultad. Así lo han hecho gentes de aquel sitio, según a mí me informaron”.Así lo vio el P. Carballo y ello daría a la cueva una profundidad y longitud que explicaría lo de Cova-longa

Tirso de Avilés, a mediados del siglo XVI, describe así a Covadonga: … harto alta de la raíz está la cueva, de la misma manera que en una alta pared o muro, está una ventana sin haber subida para ella, era guiándose de alguna forma que para ello debían de tener fácil (acaso la entrada de Orandi) porque la subida que ahora tiene, está hecha por manos del hombre, harto alta, parte de piedra y parte de madera hasta llegar a la cueva, en la entrada de la cual está ahora el templo de Nuestra Señora, hecho con tal artificio que lo más de él sale fuera de la peña. Y Ambrosio de Morales, el cronista de Felipe II, en el relato de su Viaje Sacro, dice:
“Del pie de la peña hasta una vara o poco más del llano, se descuelgan dos chorros derechos de agua con gran ruido, y de otro lado sale otro con gran golpe de agua, que juntándose con los chorros en una balsa, sale de ella el pequeño río Diva, que entonces, como el Arzobispo D. Rodrigo encarece, creció y se hizo grande con la sangre de los moros, durándole muchos días el correr muy teñido con ella.
Así estaba entonces la cueva, habiendo yo querido describirla en su natural para que mejor se entienda como esta agora. Para hacer iglesia en la misma cueva, porque el suelo era muy pequeño (habiendo hecho las escaleras ya dichas de piedra y madera para la subida) encajonaron en la peña vigas, cavando agujeros, las cuales vuelan tanto sin ningún sostenimiento, que parece milagro no caerse con todo el edificio, y de esto tiene temor quien mira abajo. Quedó ya así suelo, parte de la peña, y parte de esta madera, para hacer una iglesia que no tiene aún treinta pies de largo, porque aunque la cueva es aun tanto más , no toda tuvo altura bastante y hay cavaduras y otras entradillas, que no quisieron picar, a lo que yo creo, por dejar lo mas que se pudiese de lo natural.
La composición de éste antiguo templo en la gruta se debe, según unos al propio Pelayo; según otros, a su yerno Alfonso I. Otros lo llevan hasta Alfonso II y, otros, hasta el III.

Arte en Asturias
Magín Berenguer

VERIÑA















Hubo un tiempo en el que por la carretera que atraviesa Veriña sólo pasaba el coche del 'Difuntín', un avilesino de dinero que atravesaba la parroquia en su Ford con destino a los negocios que tenía en Gijón.
Su vehículo se cruzaba en los años 30 con centenares de carros que recogían pulpa de remolacha en la Azucarera para dar de comer al ganado. «Venían de todas partes, hasta de Villaviciosa», recuerdan los vecinos. Fue antes de que el futuro de Veriña cambiase sin remisión, cuando aún era un vergel y prometía como zona residencial; cuando la playa y el río de Aboño eran bonitos adornos para la parroquia y la mayoría de sus habitantes se dedicaban a la agricultura y la ganadería.

Antes de la creación de Uninsa, a mediados de los 60. Y antes de que la Térmica y el Parque de Carbones de Aboño contribuyeran a crear un mar de humos. «A esto ayudó la fábrica de cemento y, por si tuviésemos poco, nos tocó también la depuradora. La zona que más oxígeno nos da es en la que está previsto que se construya la regasificadora», protestan.
Hace ya mucho que en cada alféizar de ventana «puede observarse perfectamente una capa de polvillo que brilla: son partículas de minerales», informan. «Se mete por las casas y llega a todas partes. De los árboles que había quedan pocos, porque no resisten la contaminación». Y si tarda en llover, «hay que fregar les berces. Además, el día que no viene aire de El Musel, que barre, hay una peste tremenda por la depuradora», comenta José Suárez.
Todos reconocen que cuando negociaron las expropiaciones, hace ya medio siglo, no esperaban que Uninsa fuese a resultar «tan perjudicial para la parroquia». Por eso, en 1988 ya pedían que colocasen filtros en los hornos. También protestaban porque en la parroquia no había ni un solo columpio para los niños.

Ni columpios, ni niños
Pero esa petición ya la han abandonado porque «sigue sin haber columpios, pero ahora tampoco hay niños». Atrás quedaron los tiempos en que «en cada casa había 7 u 8 chavales. Sólo en el barrio de La Estación, hace apenas diez años, había 16 chiquillos. Ahora hay dos». No es el único cambio registrado en la población de la parroquia. «En Veriña de Abajo sólo quedan, de vecinos de toda la vida, tres: José y Alfredo Álvarez y Montserrat Gómez».
Antaño, los vecinos no tenían tantos problemas para sacar adelante sus plantaciones. La campaña de remolacha, para abastecer a la Azucarera de Veriña -que a pesar de llevar el nombre de la parroquia estaba en Poago-, duraba tres meses. El resto del tiempo se dedicaban a sus tierras.

De lo que nunca pudieron quejarse fue de la falta de comunicación. A la carretera asfaltada en los años 30, se unía la estación de Renfe, en la que llegaron a trabajar 15 obreros y el jefe de estación. «De Monteana venían aquí para coger el tren. También es verdad que de aquella, en todo Gijón, había más personas y menos máquinas».
«El prau donde ahora está la Térmica, una vez al año, se llenaba de agua por la mareona, que ahora llamen marea viva. Luego, cuando bajaba, quedaben los peces en el prau», dice Alfredo León en un esfuerzo de memoria. «Y la parcela de la fábrica de cemento -completa José- era el campo de fútbol del Aboño. De ahí salió Prendes, el jugador del Sporting».
El padre de José era el dueño del Salón Moderno Manuel Suárez Álvarez, que abrió en el año 1932 y durante la Guerra Civil fue utilizado como cuartel. Dispuestos a divertirse, los chavales de la época «veníen en madreñes y dejábenles en la garita de la estación. Allí poníen los zapatos para bailar». Después continuó su actividad, pero «cuando Nemesia abrió el Parque Venecia de invierno decidió cerrar, en 1945». Entre otras cosas, porque no había divertimento capaz de competir con los maravillosos salones de la que fue conocida como «la mejor sala de fiestas de España».

A Veriña llegaban trenes y autobuses llenos de jóvenes para disfrutar del baile y las lanchas del parque. «Nemesia tuvo poder para convencer a los responsables de que hiciesen un apeadero de la Renfe aquí, para que pudiesen asistir al baile gijoneses de todo el concejo», recuerda José. Alfredo León bajaba en lacha desde Aboño, donde vivía: «Lo pasábamos como los indios. También navegábamos por el río hasta la playa. Era la diversión que teníamos». Pero tras la muerte de Nemesia, el Parque Venecia no duró mucho. Durante un tiempo, sus hijos trataron de continuar con el negocio familiar, que estaba ya condenado a desaparecer. Los vecinos dicen, aún a día de hoy, que «fue un pecado dejar caer aquel edificio, al igual que se hizo con el de la Azucarera y la Fábrica de yeso».
Lo mismo ocurrió con la escuela, que tenía dos aulas, sótano y patio cubierto; aunque más tarde sirvió «para criar gochos dentro, con lo guapu que era».
Quedan dos bares
El desarrollo no les trajo sólo sufrimiento. Para las obras de las vías de Renfe, sacaron arena del Pozu La Braga, aumentando en varios metros su profundidad. «Era como un lago y hace unos 55 años todos los vecinos íbamos a bañarnos allí». También se metían a remojo en el río Aboño, donde algunos cuentan que «el agua bajaba dulce, por la azucarera».
Dice la leyenda que la iglesia parroquial de Santa María fue derribada por un rayo. Y aunque la actual capilla de San Martín no ha sufrido accidentes de tal magnitud, lleva décadas siendo víctima de numerosos robos. Hasta hace poco, colocar una nueva campana y verla desaparecer a al poco tiempo era el pan nuestro de cada día. Y ahora los pillos han ampliado mercado: «Nos roban el agua, la luz, los cables... Y, además, como es un sitio bastante apartado, algunos lo utilizan como escombrera».
Veriña apenas dispone de mobiliario urbano, pero sus habitantes son conscientes de que «desde que lo colocan no dura ni dos días, por los robos. La parroquia tiene muchas zonas con poca gente, a las que vienen los gamberros. También lo tenemos todo lleno de grafitis». Así que la asociación de vecinos cada vez guarda más reservas a la hora de transmitir sus peticiones: «Demandas tal cosa, pero luego ves que nadie lo cuida ni lo usa».
Aún así, los vecinos siguen estando orgullosos de su parroquia y cada 4 de julio se reúnen para celebrar Santa Isabel. Los últimos años hubo misa y comida para los lugareños, pero ya no se celebró la verbena, desaparecida hace más de 20 años.
Sólo quedan dos bares en la parroquia, A Pulpeira y La Campina. El que fue el tercer superviviente, el Bar Puente Secu, cerró este mes. Por eso, «nos vendría tan bien una senda peatonal y el carril bici de la Campa Torres». Por intentarlo, que no quede.

NOTICIA DE AIDA COLLADO18/11/2010
gijon.elcomerciodigital.com/actualidad/verina

jueves, 9 de diciembre de 2010

RUTA DEL ORO EN BUSTANTIGO


Frente al pueblo de Bustantigo, se pueden contemplar espectaculares vistas como la de esta imagen, con las cimas doradas. : CARMEN PIÑÁN.
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Tineo y Allande fueron considerados el 'Dorado' de Asturias en época romana; ahora son
campos de aerogeneradores.
Tineo y en particular el hermoso pueblo de Navelgas son el paraíso aurífero de Asturias, el 'Dorado', la referencia de lo que pudo ser esta tierra, en especial en la época romana. Con este maravilloso concejo tinetense competían en la extracción del preciado mineral los de Cangas de Narcea, Ibias y Degaña (con afamadas minas en Corralín) y los de Salas, Belmonte de Miranda (en Boinas), Tapia de Casariego (Salave), Illano, Villayón o Allande (El Palo, Bustantigo y Carondio). En esta última zona, entre los municipios de Tineo, Villayón y Allande, está la sierra de Fanfaraón y los montes de Mancebón, La Cruz del Barro, Garabo, Gargalellas y Teixedo. Las 'cortas' o fanas, también llamadas 'freitas' (es raro decir 'Fana la Freita'), son muy destacadas en ese cordal, por ejemplo Freita La Misa y Freitarbosa, en frente del pueblo de Bustantigo, donde el sol en determinadas épocas y a cierta hora, tiñe las cimas de los picos de un color dorado muy intenso (como en las imágenes que ilustran este reportaje).

Debajo de esta sierra, al fondo, discurre el llamado río o arroyo del Oro. Toda la zona tiene nombres que hacen alusión a las antiguas minas de oro romanas. Por eso abundan también los restos de campamentos de los mineros o de soldados, así como las calzadas o vías históricas, los puentes y otros vestigios. Además de la época prerromana quedan campos de dólmenes (Carondio o Barandón, la famosa 'Llastra La Filandoria') y Entrerríos o Entrevías, que puede significar encrucijada de caminos o de vías romanas, pues allí coinciden, entre otras, la calzada minera de Berducedo a Bustantigo, con la del Palo a Barandón y Villayón (de las que aún quedan restos, así como de una fortificación romana) o la de Illano.
Por esta bella zona del suroccidente asturiano se puede hacer una tranquila y larga caminata, de casi una veintena de kilómetros, entre el puerto de Bustantigo y la típica y olvidada aldea de San Emiliano, en tierras allandesas, entre restos culturales e históricos y los molinetes (y sus 'molineros' vigilantes) de un moderno campo eólico en construcción.

El paseo entre el puerto de Bustantigo (cerca del límite con Villayón y Tineo) y el pueblo de San Emiliano (próximo a los límites allandeses con Pesoz) transcurre durante sus doce primeros kilómetros por las sierras de Carondio y Muriellos; llaneando inicialmente a mil metros de altitud por un antiguo camino romano, ahora moderna pista. El terreno está despejado y con amplias vistas panorámicas, contemplándose atrás, al este, las cicatrices pedregosas de cárcabas de las explotaciones de oro romanas y, al norte, al fondo, la costa naviega. Delante, a nuestra derecha, nos quedarán los campos de dólmenes, la zona tumular de Carondio o Barandón, a la que darán sombra en breve los grandes molinos. Luego comenzará un prolongado descenso por la Braña de Is hacia el deshabitado pueblo de Boxo (Bojo). Desde este viejo poblado, que cuenta con un bello alcornocal, la pista que comunica Is y Beveraso, pasando por Boxo, inicia otra bajada hacia el río Llouredo (Louredo), que se atraviesa por un viejo puente, medieval o quizás romano.
En Villar de Cabo, comienza el ascenso por la otra vertiente del valle en dirección a las aldeas de La Quintana, Ema y, finalmente, San Emiliano. Aconsejando hacer está caminata antes de la época invernal y, a poder ser, con anterioridad a la construcción de la totalidad del parque eólico; que, por cierto, va muy rápido, pues se emplean igual grandes camiones que potentes helicópteros para el transporte del pesado material y maquinaria.

Cómo llegar. Por la carretera AS-25, de Navia a Villayón; allí tomar la carretera a Ponticiella (AS-35) y luego la de Puente Polea y Lendequintana a Bustantigo. También se puede ir por Allande y puertos de La Marta y Bustantigo (AS-364) o por San Emiliano y puerto del Palo (AS-14).

BERNARDO CANGA Y CARMEN PIÑÁN
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miércoles, 8 de diciembre de 2010

PARQUE NACIONAL DE LOS PICOS DE EUROPA


Parque Nacional de los Picos de Europa

Paisaje de alta montaña; el 22 de julio de 1918 se declara Parque Nacional un territorio de 16.925 ha repartido entre Asturias y Castilla y León, con el nombre de "Parque Nacional de la Montaña de Covadonga". Este primer Parque Nacional adquiere su denominación actual y se amplía hasta las 64.660 ha el 30 de mayo de 1995

Pedro José Pidal y Bernaldo de Quirós (Somió, Gijón, 1870 - 1941), marqués de Villaviciosa, es uno de los asturianos más polifacéticos que ha dado el siglo XIX ya que era político, escritor, cazador, montañero, escalador, deportista, diputado, senador, periodista, abogado, etc.
Pedro Pidal nace en el seno de una noble familia asturiana pues su abuelo fue Pedro Pidal Carniado, primer marqués de Villaviciosa y su padre era Alejandro Pidal y Mon, presidente del congreso.
Estudia el bachiller en Madrid que finaliza con 17 años.
Estudia leyes obteniendo la licenciatura de derecho en 1891 por la Universidad Central y comienza a dedicarse a la política siendo elegido en 1896 diputado a Cortes por Belmonte de Miranda y en las siguientes ocasiones por Luarca y Mondoñedo en Galicia.
En 1914 es nombrado senador vitalicio por Eduardo Dato destacándose en la faceta medioambiental. De esta forma trabaja en las proposiciones de la nueva Ley sobre Parque Naturales. Una vez aprobada esta ley se funda el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, primer parque nacional de España, seguido poco después por el Parque Nacional del Valle de Ordesa. Debido a su trabajo en esta materia se le nombra comisario general de Parques Nacionales.
El 5 de agosto de 1904 escala junto a Gregorio Pérez «El Cainejo» el Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes convirtiéndose de esta forma en los dos primeros escaladores que lo consiguen.

Sus restos mortales descansa en el Mirador de Ordiales, en los Picos de Europa por deseo propio, habiendo sido trasladados por numerosos montañeros el 18 de septiembre de 1949.
En su tumba está escrito el epitafio que él escribiera como prólogo del libro de Julián Delgado Úbeda, «El Parque Nacional de la Montaña de Covadonga»:

("Enamorado del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, en él desearíamos vivir, morir y reposar eternamente, pero, esto último, en Ordiales, en el reino encantado de los rebecos y las águilas, allí donde conocí la felicidad de los Cielos y de la Tierra, allí donde pasé horas de admiración, emoción, ensueño y transporte inolvidables, allí donde adoré a Dios en sus obras como Supremo Artífice, allí donde la Naturaleza se me apareció verdaderamente como un templo").
El texto grabado en la roca no comprende todo el prólogo pues en el libro sigue:
Debajo de esos húmedos helechos, que reciben el agua de los Picos, y arrimada a esa roca enmohecida por los vientos fríos, dejaré que mis huesos se deshagan a través de los siglos.

Rutas y Senderos del Parque

Dentro del Parque Regional discurren un total de 30 sendas homologadas de Pequeño Recorrido, cubriendo las áreas más representativas de este espacio natural: valles glaciares, hayedos, robledales, bosques mixtos, avellanares, encinares, prados de fondo de valle, pastizales alpinos, lagos glaciares, crestas, peñas, picos, etc. Además de ello el Parque incorpora la parte leonesa del macizo central de los Picos de Europa, con innumerables rutas de alta montaña a los pies del pico Torrecerredo (2.648 m.), y varias decenas más de picos y montañas que superan los 2.000 m. Todo ello complementado con varias áreas recreativas y zonas de acampada.
Las posibilidades de disfrutar del senderismo en este espacio son variadas y continuas a lo largo del año pues muchas de estos senderos están diseñados para realizarse con bicicletas de montaña, esquís de travesía, raquetas, o crampones y piolets en la ascensión a ciertas montañas.
El Sendero Histórico, que une las localidades de Ampurias (Gerona) y Finisterre (La Coruña), circula por dentro del Parque Regional a lo largo de 62,5 km. Divididos en 5 etapas bien acondicionadas, con lugares donde alojarse y con un recorrido que nos hará descubrir la esencias de estos paisajes y sus gentes.
La presencia de Calzadas Romanas, Reales Cañadas de ovejas trashumantes, viejos caminos carreteros de mercantes o secretas veredas por las que maquis y guerrilleros camparon años atrás.

Wikipedia.

martes, 7 de diciembre de 2010

EL MAESTRO DE ESCUELA


El maestro hablaba asturiano en la escuela, era pobre y los vecinos le ayudaban: (“Pasa más hambre que un maestro de escuela”), era un dicho muy común y muy expresivo de la situación del maestro. Esta era “la escuela vieja”, A partir de los años sesenta del siglo pasado aparece “la escuela nueva” (la de ladrillo rojo), con vivienda arriba, pues el maestro “viene de afuera” y reside en la escuela; pero poco a poco comienza a ir y venir.
La asistencia a la escuela era muy irregular, casi anárquica; muchos no iban, otros lo hacían de noche un par de inviernos para aprender algo. Durante la recolección de las castañas (el mes de octubre, sobre todo), por citar un ejemplo, se solían cerrar las escuelas por el gran absentismo, pues los chiquillos iban a recoger castañas a los montes desde el amanecer. Pero los niños tenían que realizar otras labores durante todo el año, que les impedían asistir a la escuela.
Los maestros eran personas integradas en el pueblo y solían permanecer muchos años en el mismo lugar. En algunos casos, no eran titulados; los vecinos llamaban a alguna persona más instruida para que fuese a “poner escuela”, pagada por los padres de los niños.
Este hecho, según algunos informantes, aparece recogido en un libro de lecturas sobre Asturias que había en las antiguas escuelas allá por los años cuarenta del siglo pasado. Pero muchas personas conocen estos datos que circulaban entre la población. Los informantes son naturales de Tineo, Allande, Cangas del Narcea, Miranda y hasta de Somiedo:
( "En esa feria había otra clase de trato. Era el de los maestros babianos, que eran contratados para dar clases durante el invierno en aquellos pueblos que no tenían escuela, o les quedaba distante, tal como en las brañas de vaqueiros de alzada. Estos doctos que venían de las Babias en grupos, y, para ser distinguidos fácilmente, todos vestían traje de pana, y llevaban una mochila en la que traían los pocos enseres que necesitaban para ejercer la profesión: tal vez alguna libreta, un manuscrito con algunos de los tipos de cartas para, cuando se fuese por el mundo o a la mili, saber ponerse en contacto con los familiares. Cuando los “trataban”, normalmente se reunían los de cada pueblo para negociar con el que iban a llevar: le preguntaban cuánto les iba a cobrar por la temporada, y los conocimientos de los que disponía. Él les decía que sabía leer y escribir al dictado, las cuatro reglas, y el problema de las sardinas, que muy solícito les explicaba cómo era el famoso problema, que dice así:
“¿Cuánto valen tres sardinas y media a real y medio cada sardina y media?”. Los paisanos aquellos se quedaban boquiabiertos, mirando los unos para los otros, mientras se decían entre sí: “¡Dimos con un gran talento!”. Para rematar les decía el cazurro que también sabía tocar el acordeón; esto era casi indispensable para las brañas, porque en las noches de invierno había “xaréu” que era lo que les interesaba a los mozos y mozas. Después de concretar todas estas cualidades, cerraban el trato, el apretón de manos, y a tomar la robla, que eso venía a ser la rúbrica de que el trato ya estaba hecho; terminados todos estos trámites, marchaban para el pueblo, paisanos y maestro”).
Luis Bello hace referencia a la feria de maestros de Cangas de Tineo, en la que las comisiones de los pueblos contrataban a los maestros babianos desde diciembre a marzo por treinta o cuarenta duros. Estos maestros se comprometían a poner escuela por la noche a los adultos. Dormían y comían un día en cada casa, particularidad por la que se les llamaba “catapotes”. No obstante, Luis Bello no concreta más sobre la feria de los maestros.
Estos maestros solían dar clase por el día a los niños y por la noche a los “guilopos” (chicos jóvenes). En las brañas vaqueiras de invierno no solía haber escuelas, como tampoco había capillas, y la escuela “se ponía” en una casa particular, y los maestros dormían y comían por las casas de los alumnos. En las brañas vaqueiras de la franja occidental se contrataban de desde noviembre a mayo, aproximadamente, coincidiendo con el tiempo de estancia en las brañas de abajo. En la franja oriental, en cambio, se solían contratar desde marzo a noviembre para las brañas de verano, que era el periodo que estaban los vaqueiros en estos lugares.

Antropología de Asturias.

lunes, 6 de diciembre de 2010

LA PESCA EN LOS RÍOS


Muchas familias asturianas obtenían de la pesca fluvial - trucha y salmón, principalmente - recursos importantes, sobre todo en los pueblos situados cerca de los ríos.

En Asturias la trucha se pescaba de varias maneras. El buen pescador lo era de caña, para lo cual requería habilidad, conocimiento del río y de los peces, de las condiciones climatológicas y del tipo de cebo que había que utilizar en cada época, y según la temperatura y el caudal de agua. Así el pescador de caña utilizaba "merucu" (lombriz de tierra), "gusarapa"(gusano que se cría en el río), "marabayo" (mosca en estado de larva), "piscardu", etc. Pero también se podía pescar con cebo artificial, es decir, con mosca seca o cucharilla. Sin embargo, se utilizaban con frecuencia otras muchas técnicas de pesca, todas ellas prohibidas desde hace años. Así, algunos empleaban redes( trasmayo, refuelle, brixel, traína o redón); otros usaban nasas, un recipiente con una gran boca, que se estrechaba para luego volver a ensancharse, hecha de "baniel.las o blingas" (tiras de madera muy finas y elásticas). en otros casos se secaba una acequia o una parte del río desviando el agua y se recogían los peces a mano. Algunos pescaban con "fisgas o trayentes" (tridente). Existían también técnicas de Pesca realmente brutales, como los consistentes en envenenar las aguas con cal viva, "muergu o peiros" de nuez machacados (la envoltura verde de la nuez ), o incluso lejía. Finalmente, había individuos realmente hábiles para pescar truchas a mano. Sea como fuere, muchas casas asturianas obtenían de las aguas de los ríos y arroyos recursos alimenticios o interesantes ingresos en metálico.

No obstante ni el pescador ni el cazador eran considerados oficios demasiado rentables, además, el pescado para las comunidades rurales . Una vez más, así lo manifiesta el dicho popular.

Vale más agua de carne, que carne de agua.


Antropología de Asturias
Adolfo García Martínez.

domingo, 5 de diciembre de 2010

LOS SERRADORES


desde el bosque hasta su utilización final, el proceso de la madera era muy laborioso.
La primera fase de su transformación, probablemente la más dura y también la más olvidada, consistía en la tala de árboles y en el subsiguiente despiece, según para qué se fuese a utilizar. Pues bien, estas primeras labores las solían realizar los serradores, con frecuencia en el mismo bosque, para facilitar el siguiente transporte.

El oficio de serrador es duro y fatigoso, y si no se compenetran muy bien los dos componentes para realizar el trabajo, con mayor motivo, siendo por lo general el que le toca la peor parte el que está abajo, porque tiene que ayudar al de arriba a subir la sierra, y el bajarla, que es cuando hace la "serrada", esto es misión del que está debajo. El de arriba tiene que cuidar de dirigir la sierra y que vaya siempre por el filo. El preparar la sierra es la base fundamental para que el trabajo se haga ahorrando esfuerzo; esto depende de cómo se debe afilar la sierra, según el tipo de madera; no es igual serrar madera como el castaño, roble o haya, que aunque son maderas duras se sierran fácilmente, que maderas muy fibrosas como el "humeiro", el álamo, el chopo etc, que aunque son blandas, por lo fibrosas que son resultan bastante complicadas de serrar.

Había muchos equipos de serradores, formados generalmente por dos hombres; muchos canteros eran también serradores. Algunos procedían de Cantabria, otros de Portugal, pero la mayoría eran asturianos; estos últimos solían combinar también este oficio con el trabajo de la casería.

Los serradores trabajaban al jornal y mantenidos o alzadamente, ajustaban el trabajo o cobraban por "palmos". Se desplazaban al monte, talaban los árboles señalados y después los serraban. Con el hacha se "daba la muerte" o se hacía la "taya" y con el "tronzador" se serraba. La "falca" (el tronco o pieza) se labraba por dos caras con el hacha y se colocaba sobre dos pies o apoyos. Posteriormente, se marcaba la cara de arriba y una de las cabeceras con "almazarrón" (polvo de óxido de hierro) o con ceniza. La operación consistía en teñír un hilo grueso de lana con el cual se marcaban tantas líneas como tablas se pudiesen sacar de la "falca"; para hacer esta operación se solían utilizar unas piezas de madera llamadas en algunas zonas "vitalas". Para marcar la cabecera por la que se empezaba a serrar se solía utilizar la plomada.
Los serradores iban de pueblo en pueblo. Las parejas de serradores solían durar mucho tiempo, pues la habilidad, la experiencia y la compenetración eran virtudes fundamentales para un oficio tan duro y peligroso.

Con la llegada de los motores, primero de gasógeno y después de gasolina o diésel, fueron desapareciendo los serradores. Más tarde, con la aparición de las "carrocetas" y otros vehículos todoterreno, la madera se transporta en bruto en bruto a las serrerías y la energía eléctrica sustituye al motor de explosión. No obstante, esta evolución, con frecuencia, fue llevada a cabo por las mismas personas o las mismas familias de serradores.

Antropología de Asturias- Adolfo García Martínez.