Iglesia de San Félix de Candás:
Situada entre las calles Enrique Alau Flórez, Los Cubos, Escalinata Jesús García Prendes y Bernardo Alfageme, coincidiendo esta última, con la travesía de la AS-239, Luanco - Candás. La ubicación del Templo está señalizada en varios puntos de la población, coincidiendo con las entradas al casco urbano. La Iglesia de San Félix, data del siglo X, fue donada por el Rey Fruela II y su esposa la reina Munila, a la Santa Catedral de Oviedo allá por el año 912. Recibe el nombre de San Félix, en honor a un mártir del mismo nombre que era de Gerona. Sufrió varias reformas respecto a su construcción primitiva, tales, como entre los años 1620-22, aumento del Templo, nueva fachada, construcción de la Tribuna, bóvedas y arcos. En el siglo XVIII, año 1734, se realizó un magnífico retablo de estilo churrigueresco, inspirado en el barroco español. En 1740 se procedió al dorado de éste, para luego pasar a él la imagen del Santísimo Cristo de Candás, el cual fue hallado sobre el primer tercio del siglo XVI, por pescadores candasinos que se encontraban por las costas irlandesas cazando ballenas, y avistaron la imagen flotando sobre las aguas marinas. Este retablo se terminó en 1749, según figura en la inscripción en base de pilastra izquierda, que fue tallado por Esteban Fernández Perdones.
En el último tercio del siglo XVIII, se efectuaron diversas obras, como la sacristía alta, destinada al "Camarín" y la sacristía baja de la Iglesia. En 1811 la tropa francesa acantonada en Gijón, expoliaba las joyas depositadas en el Camarín del Cristo. Entre lo robado figuraba una valiosa cruz de plata un cáliz de oro, un relicario de plata con huesos de Santa Tecla, pinturas de Francisco Bustamante y lossobrerrelieves de Jesús y María de Gregorio Hernández. En 1875 y 1920 se aumentó nuevamente el Templo para recibir los numerosos devotos del Santísimo Cristo de Candás.
En 1936, durante la Guerra Civil Española, la Iglesia de San Félix de Candás, fue destruida, al igual que la imagen del Santísimo Cristo (la actual es una reproducción realizada en 1938) y casi todos sus contenidos. El retablo barroco sobrevivió gracias a la intervención del escultor candasín Antón Rodríguez, quien lo desmontó con ayuda de las personas que se encontraban encarceladas en el interior de la Iglesia, guardándolo en un almacén. Entre el contenido destruido estaban el Retablo Mayor del siglo XVIII; los retablos barrocos del Nacimiento, del Carmen, de San Antonio y de la Pasión; varias figuras talladas de la Concepción, Cristo de la Vera Cruz, San Francisco, San Antonio y el Nazareno del siglo XVIII; la imagen de San Félix del siglo XVIII; El Cristo atado a la columna, del siglo XVIII; El Cristo del descendimiento, del siglo XVIII; y la Milagrosa del siglo XX.En la actualidad, se conservan algunos restos de notable interés, de la antigua edificación, tales como:
-Inscripción del siglo XVI, en la entrada izquierda del Templo, se trata de un Escaño del Mayorazgo D. Pedro Menéndez Valdés.
-Tanto en el coro como en toda la capilla del Cristo, se pueden admirar unas pinturas de distintos temas alusivos a la historia del Concejo, obra de D. Alfredo Menéndez.
-Restos de la primitiva Iglesia del siglo XX; se trata de una capilla con bóveda de cañón y una ventana de estilo románico, se encuentra detrás del Altar Mayor.
-Inscripción del siglo XVI, en la entrada izquierda del Templo, se trata de un Escaño del Mayorazgo D. Pedro Menéndez Valdés.
-Tanto en el coro como en toda la capilla del Cristo, se pueden admirar unas pinturas de distintos temas alusivos a la historia del Concejo, obra de D. Alfredo Menéndez.
-Restos de la primitiva Iglesia del siglo XX; se trata de una capilla con bóveda de cañón y una ventana de estilo románico, se encuentra detrás del Altar Mayor.
-En uno de los retablos laterales, se encuentra la imagen del Cristo de la Columna, realizada en el siglo XIII.
-En el piso superior se encuentra el Santuario, además de las pinturas antes reseñadas, se encuentra la imagen de la reciente talla del Santísimo Cristo, que se encuentra sobre el Retablo de estilo Churrigueresco del siglo XIII.
A un lado y otro de este retablo, se hayan dos puertas las cuales conducen a unas escaleras de Caracol de siglo XIII, que dan a la capilla del siglo X antes mencionada. Estas escaleras eran utilizadas por los peregrinos para subir de rodillas al Cristo, fueron tantos los que por ahí subieron que sus escalones se encuentran muy gastados.
-En el piso superior se encuentra el Santuario, además de las pinturas antes reseñadas, se encuentra la imagen de la reciente talla del Santísimo Cristo, que se encuentra sobre el Retablo de estilo Churrigueresco del siglo XIII.
A un lado y otro de este retablo, se hayan dos puertas las cuales conducen a unas escaleras de Caracol de siglo XIII, que dan a la capilla del siglo X antes mencionada. Estas escaleras eran utilizadas por los peregrinos para subir de rodillas al Cristo, fueron tantos los que por ahí subieron que sus escalones se encuentran muy gastados.
RUTAS
Piñeres-San Antonio
Parte desde el barrio de Piñeres donde se puede observar la villa de Candás, que ha ido ganando terreno hacia cotas más elevadas y menos protegidas desde su emplazamiento originario, oculto a esta vista en el fondo de la vaguada.
Desde el Faro de San Antonio hacia el Oeste, observamos, al fondo, la rasa que apara al concejo vecino, Luanco, finalizando en la Punta del Caballo, que oculta a la Punta de la Vaca. Más próxima, la costa de Antromero presenta un alto interés geológico, con la singularidad de la suave caída hacia el mar de la península, inusual en la fachada marítima asturiana. Si se continua andando se pueden ver dos cañones reales del s. XVIII, la capilla de San Antonio y el Parque Escultórico del Museo Antón.
Desde el Faro de San Antonio hacia el Oeste, observamos, al fondo, la rasa que apara al concejo vecino, Luanco, finalizando en la Punta del Caballo, que oculta a la Punta de la Vaca. Más próxima, la costa de Antromero presenta un alto interés geológico, con la singularidad de la suave caída hacia el mar de la península, inusual en la fachada marítima asturiana. Si se continua andando se pueden ver dos cañones reales del s. XVIII, la capilla de San Antonio y el Parque Escultórico del Museo Antón.
Camín de les Muyeres de la Paxa:
Ruta que recorre el camino tantas veces efectuado por les sardineres candasines, que día tras día recorrían el concejo de Carreño y los pueblos limítrofes llevando sobre sus cabezas las "paxas" (especie de cestas planas) repletas de pescado que vendían al amanecer en la Plaza del Fontán de Oviedo.
El trayecto parte desde la villa candasina, siguiendo el Camino Real Candás–Oviedo, por las alturas del Monte Areo, hasta la Ermita de Los Remedios que alberga la imagen de la Patrona Celestial de Carreño, y única Virgen asturiana coronada canónicamente, junto con la de Covadonga. En Los Remedios las sardineras candasinas hacían un alto en su camino para descansar y orar. Esta ruta discurre por valles interiores del concejo, en la que se pueden, para finalizar en la falda del Monte Areo.
Ruta Clariniana
El concejo de Carreño fue residencia veraniega de Leopoldo Enrique García-Alas Ureña, "Clarín", durante casi toda su vida.
Motivo inspirador de una considerable parte de su producción literaria. La presencia de Carreño en la narrativa de Leopoldo Alas es bastante abundante. Hasta un total de cartorce obras distintas ostentan dichas referencias: una novela, La Regenta; dos novelas inconclusas, Palomares y Cuesta Abajo.
Una obra crítica desarrollada con talante narrativo, las "Notas en prosa clara", de A 0,50 poeta.
Tres novelas cortas, Doña Berta, Cuervo y El cura de Vericueto, y siete cuentos, ¡Adiós, "Cordera"!, Boroña, El Quin, Viaje redondo, La trampa, Snob y El sombrero del señor cura.
La Ruta Clariniana es una experiencia literaria-turística única en España. Por primera vez la narración se encuentra inmersa en el paisaje, en el escenario donde acontecen los hechos.
Tres son las obras y, por tanto, tres los tramos de la Ruta Clariniana: Doña Berta (3,5 kms, Viaje Redondo (8,3 kms) y Boroña (2,2 kms). Donde Clarín nos muestra el entramado socio-económico y la arquitectura de los valles de Carreño, ese mundo rural que tan bien conocía.
Así, con Doña Berta paseamos por Piedeloro; Viaje Redondo nos lleva por Logrezana y Guimarán, y el protagonista de Boroña descubre al caminante-lector las parroquias de Prendes y Albandi.
Estos escenarios vivos están salpicados de elementos singulares y únicos, como las iglesias románicas, casas de indianos, paneras decoradas al estilo Carreño, la Quinta de Clarín, casonas, palacios, restos medievales, molinos, fuentes, caserías...
Motivo inspirador de una considerable parte de su producción literaria. La presencia de Carreño en la narrativa de Leopoldo Alas es bastante abundante. Hasta un total de cartorce obras distintas ostentan dichas referencias: una novela, La Regenta; dos novelas inconclusas, Palomares y Cuesta Abajo.
Una obra crítica desarrollada con talante narrativo, las "Notas en prosa clara", de A 0,50 poeta.
Tres novelas cortas, Doña Berta, Cuervo y El cura de Vericueto, y siete cuentos, ¡Adiós, "Cordera"!, Boroña, El Quin, Viaje redondo, La trampa, Snob y El sombrero del señor cura.
La Ruta Clariniana es una experiencia literaria-turística única en España. Por primera vez la narración se encuentra inmersa en el paisaje, en el escenario donde acontecen los hechos.
Tres son las obras y, por tanto, tres los tramos de la Ruta Clariniana: Doña Berta (3,5 kms, Viaje Redondo (8,3 kms) y Boroña (2,2 kms). Donde Clarín nos muestra el entramado socio-económico y la arquitectura de los valles de Carreño, ese mundo rural que tan bien conocía.
Así, con Doña Berta paseamos por Piedeloro; Viaje Redondo nos lleva por Logrezana y Guimarán, y el protagonista de Boroña descubre al caminante-lector las parroquias de Prendes y Albandi.
Estos escenarios vivos están salpicados de elementos singulares y únicos, como las iglesias románicas, casas de indianos, paneras decoradas al estilo Carreño, la Quinta de Clarín, casonas, palacios, restos medievales, molinos, fuentes, caserías...
Gastronomía
Carreño ofrece una amplia y variada gama de productos de calidad que hacen las delicias de los paladares más exigentes con sus excelentes calderetas de pescados y mariscos, fabada (fabes de Carreño), berzes con fariñón (embutido autóctono que está elaborado a base de sangre, harina de maíz entre otras cosas. Añadido a la fabada, le da un sabor inconfundible, aunque puede acompañar a otros platos) y pote, todo ello preparado con productos hortícolas de la rica huerta carreñina.
El postre por excelencia son las marañuelas (riquísimas pastas dulces grandes, duras y de muy buen sabor) originales de Candás.
/www.ayto-carreno.es
Autor del video: Joseantonio
Me ha llamado la atención eso de les sardineres... O sea que se venían hasta Oviedo... La ruta de Clarín también debe ser bien interesante. Estoy deseando conocer exactamente cuál era su casa. ¿Guimarán? Ya veo que no te has ido de puente. Eras la bloguera que más trabaja... Salutations!
ResponderEliminarque guapa ye la nuestra tierrina y que bien lo expliques, gueleme a sardinines desde aqui, un besin de esta asturiana que en tu blog encuentrase como en casa.
ResponderEliminarClarin nace en Zamora, pero a la edad de siete años regresa a la tierra de su padre Guimarán donde pasa unos años conociendo y aprendiendo a amar a su tierra. Te recomiendo des un paseo por aquí en primavera, merece la pena. Saludos
ResponderEliminarOzna-Ozna deberías conocer el festival de la sardina que se celebra todos los años el 1 de agosto. Las famosas sardinas con boroña atraen a multitud de gente. Un abrazo
ResponderEliminarComo de costumbre una buena entrada. Mis felicitaciones también para el autor del video, que escogió gente del pueblo para amenizar las preciosas vistas.
ResponderEliminarSalu2.
Que las Muyeres de la Paxa hacían Candás-Oviedo andando?? Dios mío!!
ResponderEliminarLa primera vez que llegué a Candás (espero volver pronto) era 1º de agosto, y recuerdo comer unas sardinas deliciosas en ese espectacular festival de la sardina. Me encantó, porque además me recordó a la fiesta del pez que se hace en Tereñes, y a la que tuve la suerte de vivir varias veces en mis veranos preadolescentes.