viernes, 30 de noviembre de 2012

HISTORIA DE CARREÑO


Carreño limita al Norte con el Concejo de Gozón, al Sur con Gijón, al Este con el Mar Cantábrico y al Oeste con Corvera. Su capitalidad la ostenta la villa de Candás desde finales del siglo XVIII.

El territorio del concejo está poblado desde épocas prehistóricas, hallándose en la Cueva Oscura de Perlora, prácticamente derruida, restos de sílex, un arpón de hueso, restos de bisontes, toros salvajes, caballos y ciervos datados en el magdaleniense -13.000 A.C.-, que pueden visitarse en el Museo Arqueológico de Asturias. Son famosos los dólmenes del Monte Areo, aproximadamente treinta y cinco túmulos que vienen siendo estudiados por un equipo de la Universidad de Oviedo que los ha datado en diferentes épocas.


Se cree que los romanos se asentaron en esta zona entre el siglo I A.C. y el I D.C. construyendo una calzada en el Monte Areo, hoy prácticamente desaparecida, que comunicaba Lugo de Llanera (Lucus Asturum) con la Campa Torres de Gijón, una de sus zonas limítrofes con el concejo de Gijón, donde apareció un Ara Sestiana. Es posible asimismo que el Castillo o Torre de Yavio, en la localidad de Perlora, tuviese su origen en una base romana sobre la que posteriormente se levantó el castillo del que tan sólo nos queda una pared de una torre (hay constancia de que el siglo XVII aún pervivían las murallas). También se ha encontrado aquí el conocido tesoro de Coyanca, descubierto en 1961, entre el que se cuentan varias piezas de oro con las efigies de Nerón, Vespasiano, Trajano y Adriano de los años 54 a 138 D.C. que pueden admirarse en el Museo Arqueológico de Asturias.


En el año 905 encontramos la primera referencia documental al nombre del concejo, Carrenio, en una donación realizada por Alfonso III, el Magno a la Iglesia de San Salvador de Oviedo; se tiene constancia de una donación de la villa de Candás con las iglesias de San Félix y Santa Eulalia y en 921 Ordoño dona la villa de Perán a la Iglesia de Oviedo, a la que el rey entrega también en 1006 el monasterio de San Juan de Aboño.


Durante los siglos XI y XII la diplomática medieval sigue recogiendo nombres ligados a Carreño que pertenecía al territorio de Gozón, a su vez alfoz de Avilés merced a un privilegio de Fernando IV. Desde el siglo XII y durante toda la Edad Media los puertos de Candás y Entrellusa (la actual ciudad de Perlora) fueron los puertos balleneros más importantes del Cantábrico, y seguirán teniendo su importancia en la Edad Moderna y Contemporánea tras sufrir varias obras de ensanche y ampliación —las últimas en 1930 y 1957—.

Es en el siglo XIII cuando el concejo se organiza tal como lo conocemos hoy aunque quedando sometido a la Carta Puebla de Avilés: Alfonso XI de Castilla concedió el título de Muy Leal a Carreño por su participación bajo pendón gijonés en la Batalla del Salado, librada en Cádiz en 1340, en la que fue derrotado el sultán de Marruecos Abu-I-Hasan; en este mismo siglo Carreño acude con representación propia a la Junta del Monasterio de la Vega en 1367 para jurar fidelidad a Pedro I y años después permaneció también fiel a Enrique III frente a la revuelta del conde de Gijón Alfonso Enríquez.


En el Siglo XVI un grupo de balleneros candasinos encuentra en el mar de Irlanda el famoso Cristo de Candás; es posible que la talla fuera de origen inglés puesto que en aquella época se produjo el cisma impulsado por Enrique VIII al que siguieron quemas de iglesias, persecuciones a clérigos y en algunos lugares las imágenes y reliquias fueron arrojadas al mar; la talla comenzó a ser venerada, convirtiéndose la capital de Carreño en el segundo Santurio más importante de Asturias después del de Covadonga. También en el siglo XVI se funda un hospital para los peregrinos de Santiago que se transformaría dos siglos más tarde en escuela.


En el siglo XVII Carreño se constituye como Concejo independiente, siendo su primera capital Guimarán y posteriormente, en el año 1799, Candás. Asimismo en esta época se erige un templo más grande para poder albergar la gran masa de peregrinos que acudían a la villa de Candás para venerar el Cristo. En este siglo se sitúa además la famosa leyenda del pleito de los delfines: los calderones devoraban toda la pesca y destrozaban las redes de los pescadores que no vieron otra solución que poner una demanda que prosperó ganando los candasinos el pleito; un notario se embarcó entonces y leyó a los cetáceos la sentencia según la cual debían abandonar las aguas de Candás, que éstos acataron.


Durante la Guerra de la Independencia Carreño y el vecino Gozón fueron los primeros municipios en levantarse contra los franceses durante la Guerra de la Independencia, creándose el grupo de “cazadores de montaña de Carreño y Gozón” que intervino en las batallas de Raspaldín, Zamora, Columbres y Alba de Tormes”. Fue en el siglo XIX, 1840, cuando tuvo lugar la mayor tragedia acaecida en Carreño: una fuerte galerna ahogó a noventa marineros candasinos.


Fuente visitada. el.tesorodeoviedo.es

lunes, 26 de noviembre de 2012

YERNES Y TAMEZA-EN LA RUTA DEL CAMÍN REAL DE LA MESA


Estamos en el concejo con menos población de Asturias. Algo más de doscientos habitantes que se reparten en las dos parroquias que dan nombre al concejo: Yernes, con los pueblos de Yernes y Vendillés; y Tameza, con Fojó, Villaruiz y Villabre, la capital, donde se concentra la mayoría de los tamezanos. El río Villabre atraviesa el municipio, proporcionando agua y configurando un precioso valle que muere en el vecino concejo de Grado. Las pendientes son una constante en el paisaje, más de la mitad del concejo está en cuesta, que a veces llega hasta el 60% de inclinación. Este paisaje montañoso es perfecto para el ganado, que constituye la principal fuente de ingresos de la zona, y pone el sello en la gastronomía local. Carnes de vacuno, cecina y embutidos son especialmente valorados. También los platos de caza y los quesos artesanos. De postre, natillas, arroz con leche, borrachinos o brazo de gitano.

Yernes y Tameza está también en la ruta del Camín Real de la Mesa, junto a otros nueve concejos asturianos. El Camín es una de las vías más antiguas y emblemáticas de la Cordillera Cantábrica, se cree que desde antes de la llegada de los romanos, aunque fueron éstos los que generalizaron su uso. De este modo comunicaban con Asturica Augusta (Astorga), en lo que terminó usándose como prolongación de la Vía de la Plata y solapándose en tramos con el Camino de Santiago. Hoy en día aún se ven restos del empedrado romano, pero la ruta ha perdido su carácter comercial, recuperándose en gran parte para amantes del senderismo.

Cierto es que el concejo no tiene un gran patrimonio monumental. Apenas algunas muestras de arquitectura tradicional (hórreos, paneras, corros), casas de piedra, y arquitectura religiosa como el Montasterio de Villabre o las Iglesias de Santa María de Tameza y de la Santa Cruz en Yernes. Pero es quizás esta falta una de sus grandes riquezas: parece que el entorno permanece intacto, que la mano del hombre casi no haya pasado por aquí. En este concejo la vida es como era antes, con cadencia de pueblo tranquilo, que sigue los ritmos de la naturaleza. Esto, que los tamezanos asumen como propio y natural, se está transformando en un recurso turístico, un reclamo para los que buscan descansar de la prisa de las ciudades, y necesitan respirar de otra manera. Lo sorprendente sigue siendo encontrar este refugio en la Asturias central, la zona más poblada de la región. Y aún así Yernes y Tameza permanece como un pequeño oasis, dispuesto a revelar sus secretos al que se acerque a visitarlo.


Los Puertos de Marabio-
El Monumento Natural de los Puertos de Marabio está a caballo entre los concejos de Yernes y Tameza, Teverga y Proaza. Se trata de una extensa pradería de colinas y valles, amplísimas majadas destinadas a pastos de verano, incluidas dentro del Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro.

La subida al Pico es técnicamente muy sencilla, y desde la cruz de hierro que marca la cima se divisan unas estupendas vistas de los alrededores. Si el día es claro, se llega a ver la costa, con Gijón al fondo, y muchas montañas de perfil familiar para los aficionados: el puerto de Pajares, Somiedo, Las Ubiñas, La Sierra del Aramo... mirando a los cuatro puntos cardinales, el Caldoveiro se revela como un mirador de excepción. Si el tiempo no acompaña, es de esperar que al menos podamos ver el amplio valle de Villabre.


Si decidimos quedarnos en Marabio, nos encontramos un conjunto de valles y colinas, salpicado con pequeñas lagunas de montaña. El paisaje verde de las praderas contrasta con la roca calcárea del Caldoveiro. Estamos a una altitud media de 1.000 metros, y debajo del paisaje visible se despliega otro paisaje subterráneo, de grandes cuevas y simas, que actúan como sumideros. El clima es típico asturiano, templado y húmedo, con nevadas habituales en la cumbre y rápidos deshielos.

Fuente visitada.
Revista fusionasturias.com

viernes, 23 de noviembre de 2012

PICOS DE EUROPA




Los Picos de Europa, Parque Nacional, hacen honor a su nombre y son por altura y espectacularidad uno de los más bellos parajes del continente. El paisaje es abrumadoramente cárstico, e incluye desfiladeros y gargantas, ríos y valles inmaculados y grandes masas forestales autóctonas.

Los Picos, como se les conoce habitualmente, albergan también una inusual densidad de fauna salvaje y flora, subalpina por encima de los 1.600 metros. Por debajo de esta cota encontramos bosques de hayas y majadas de ensueño. Por el medio también está la cultura del hombre de media y alta montaña, que habita núcleos rurales pequeños y hospitalarios y que vive de la agroganadería en perfecta armonía con el medio. La regulación medioambiental de este entorno humano y natural viene dada por un plan gestor exclusivo para este Parque Nacional.



Esta gran formación de caliza se extiende aproximadamente 40 Km. de largo (este-oeste) y unos 20 Km. de ancho (norte-sur). Su constitución la obliga a someterse continuamente a la erosión exigente de la lluvia y las nieves, que hacen mella en su costitución y escavan profundas simas muy atractivas en el mundo de la espeleología. Algunas llegan a alcanzar los 1.400 metros de profundidad.

Morfológicamente encontramos en Los Picos tres macizos claramente diferenciados: El macizo occidental (El Cornión), el macizo central (Los Urrieles), y el macizo oriental (Andara). Quedan delimitados físicamente por los desfiladeros de los ríos salmoneros Sella, Cares, Duje y Deva. El macizo occidental, con su cota más alta, Peña Santa de Castilla (2.596m), es el más grande y más variado de los tres, y es particularmente apropiado para el senderismo. En este macizo están situados Los lagos de Enol y Ercina, y muy cerca el área de Buferrera, el centro de interpretación medioambiental del Parque Nacional de los Picos de Europa. La forma más sencilla de acercarse a él es desde la localidad de Covadonga, ascendiendo por una carretera local y sinuosa hasta los famosos lagos, 12 kilómetros más arriba, de donde parten un buen número de rutas recomendadas para todos los públicos. Conviene indicar que el final del verano y principios del otoño, así como la primavera suelen ser los mejores momentos para una caminata de este tipo, ya que ni es excesivo el calor ni la presencia de excursionistas.


El macizo central es él más deshabitado, en él encontramos el punto más alto de los tres macizos y del norte de España: Torre Cerredo (2,648m.) EL límite con el macizo occidental lo dibuja la famosa y espectacular ruta que discurre por el desfiladero del Cares. Bulnes el último pueblo de Asturias sin comunicación externa, también se encuentra en este macizo y siempre fue paso obligado para los alpinistas de camino al Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes (2.519m), uno de los mayores retos para los escaladores nacionales e internacionales por sus extremas parades verticales. El pueblo que da su nombre al singular Naranjo estuvo comunicado con el resto del concejo de Cabrales por un camino de mulas, pero recientemente fue inaugurado un tren funicular hasta el pueblo, acompañado de un buen número de polémicas, que venía a romper drásticamente el aislamiento de la aldea. El acceso al punto norte del desfiladero del Cares y Bulnes es vía Poncebos, a escasos kilómetros de la localidad de Arenas de Cabrales.

A la cara sur de los Picos de Europa se llega desde Potes, en Cantabria, y Posada de Valdeón, en León. Desde Potes se puede ir hasta Fuente Dé y coger el teleférico hasta una altitud de 1.800m. En toda la zona ésta es la manera más fácil de ganar altura rápidamente para excursiones de un carácter más alpino. Posada de Valdeón está situada en el punto sur del desfiladero del Cares, después delpueblo de Caín.


   


 Fuente visitada. desdeasturias.com

martes, 20 de noviembre de 2012

LA QUINTANA PERDÍA


¡Ay, la mió quintana, prubitina d’ella!
¡Ay, la mió quintana, la de los mios güelos!
Tá desconocía,
Per dientro y per fora tá cambiá d’afechu.
Non ye la de antis:
Ya non tién regueros
D’agua cristalina y mermuraora
Semeyando espeyos,
En ondi les xanes, con rueques de oru
Texíen cadexos.
Ya non tién fontanes pa poner el ramu
En la nochi guapa de Xuno primeru.
¡Nochi de San Xuan cuayá de estrellines
Y preñá d’ensueños.

¡Ay, la mió quintana, cómo la dexaron!
¡Ay, la mió quintana, cómo la puxeron!
Ya non tién pumares,
Ya non tién requexos,
Nin s’atopa un sitiu algo afayaízu
Pa tumbase un pocu pigazando un sueñu
Ya los paxarinos no allegren cantando
Puestos per les sebes, árboles y aleros,
Que los prubitinos fuxeron lexones
Muertitos de mieu…

¡Ay, les miós calandrias y los miós malvises!
Guapes golondrines, tordos y xilgueros…
Paxarinos todos que amedrantaínos
Nunca más golvísteis a vesitar esto,
Perque yera cosa que vos daba espantu
Oyer los bramíos de tantos barrenos…

Hoy los mozos canten cantares extraños,
Fendiendo a extranxeru.
Una xerigonza  que nin Dios la entiende,
Nin el diañu mesmu,
Pos canten con voces que nin son de home,
Nin ye de muyeres tampoco el acentu.
Fuéronse olvidando les guapes tonaes,
Les que pa cantales inflávase’l pechu,
Pos yeren cantares de homes bragaos,
Cantares montiegos,
Con son de fontana
Y arume a romeru,
Y el sonar bravíu de los ¡ixuxús!
Per montes y valles cantando los vientos.


Ya nadie s’alcuerda de les coples guapes
Que nos insiñaron Tiadoro y Torniellu:
Coplines d’amores
Enllenes d’anhelos,
Y que non se canten ya per delgún sitiu
Perque no hay gaiteros,
Pos los que quedaben morriéronse adrede
Per non ver tó esto…

Non hay esfoyaces,
Nin allegres guetes en los castañeos;
Ni el trasgo burlón comete trastaes,
Nin trona el nuberu,
Nin gasten los mozos montera picona,
Nin con la civiella asolmenen reciu,
Ni en una rapaza s’atopa un refaxu,
Y del xiringüelu
Y la danza prima, ya non queda rastru
Tó ye forasteru:
Cantares y bailes,
Costumbres y xuegos…

¡Ay, la mió quintana de los años mozos!
¡Ay, la mió quintana de los años neños!
La verde, la fresca,
La que golìa a flores, timiellu y espliego,
Quién te vió y te ve´
Muerrense de pena y acongoxamientu.

Xente forastera,
-          Pos dengunu yera ñacíu del pueblu –
Allegó un mal día per istos llugares,
Midió los terrenos,
Vio que Yeren muy ricos,
Que non teníen peru…
Y en sin más que dayos a los aldeanos
Unes cuantes onces. ¡Más que foran cientos!
Fixieronse amos de tó la quintana,
De todu el conceyu.
¡Como si la tierra pudiese pagase!
¡Como si la tierra tuviese algún preciu!
Y escomencipiando per facer un pozu
Muy fondu y muy negru,
Que aquella xentuca llamó bocamina
Y amín me paecía camín del infiernu,
Foron gomitando. Pa fora pizarres…
¡Tó se golvió negro!
Les cases, los ríos,
La tierra y el cielu  
Con la mesma ambruxada negrura
D’un agüeyamientu

Y en el mesmu sitiu onde una panera,
La meyor del pueblu
Tevo cientos d’años secando maízos,
Tevo cientos d’años guardando preseos,
Llevántase agora espintarraxada,
Pero sin solana,nin correor abiertu,
Y con una torre que non tién campana
La casa que llamen la del “inxenieru”

Y en el mesmu sitiu onde taba el roble,
Aquel roble aneyu,
Onde los paisanos más viellos del valle
Formaben conceyu,
Empínase agora cargá de fanfarria,
Enllenando el aire de polvo y fumeru,
Una chimenea tan escurridiza…
¡Qué non tién un sitiu pa facer un ñeru!

¡Ay, la mió quintana, prubitina d’ella!
¡Ay, la mió quintana, la de los miós güelos!
¡Quién te vio y te ve,
Muérrense de pena y acongoxamientu!


(LUIS AURELIO)
  

sábado, 17 de noviembre de 2012

LOS QUESOS DE ASTURIAS



El queso es un elemento fundamental de la gastronomía asturiana. Se tienen testimonios de que en el ámbito rural la fabricación de quesos en otros tiempos era abundante y parte de la vida cotidiana. Esta era una producción familiar, resultado del exceso de producción lechera y destinada al consumo e incluso usada como medio de pago. Su comercialización se puede considerar más bien escasa. Ya Jovellanos en el siglo XVIII calificó los quesos asturianos como «muy ricos y regalados», asegurando que eran difíciles de comercializar, entre otras cosas, por los inconvenientes materiales para su conservación.

Hay quien piensa que este último dato es fundamental para entender el porqué de ese ámbito familiar en la producción quesera del Principado, al suponer que el tipo de queso que se hacía en Asturias, al contrario que en otros lugares de Europa, era de difícil transporte y conservación (ya que no estaban hechos a partir de una pasta cocida y prensada que favoreciera tales menesteres). Sin embargo, la existencia de quesos de pasta blanda en otros países y zonas montañosas pone en cuestión este razonamiento; el queso de Cabrales es muy semejante al Roquefort, que desde la edad media se comercializó sin problemas en toda Europa. En realidad, la dificultad de la comercialización de los quesos tradicionales fue debida posiblemente a la situación de aislamiento geográfico y sobre todo cultural de la región, situación que en los años 20 llevó al fracaso de las iniciativas de renovación y mejora del queso de Cabrales para su comercialización nacional. Estas iniciativas, puestas en marcha por el Ministerio de Agricultura, a través de la Estación de Industrias y Derivados de la Leche en Arenas de Cabrales, no consiguieron hacer salir al queso de Cabrales de una producción artesanal y familiar, con una distribución fundamentalmente local. A mediados de los años 20, la Estación fue abandonada, y no hubo más iniciativas de desarollo de los quesos asturianos hasta el último cuarto del siglo XX. Después de diversas iniciativas para la mejora de la higiene en queserías en la década de 1980, el reglamento de la denominación de origen protegida del queso de Cabrales se aprueba en 1981; el del queso de Gamoneu, en 2003; el reglamento del Afuega'l Pitu se aprueba en 2008 y finalmente el del queso Casín, en 2011.

A principios del siglo XX la ganadería asturiana fue adquiriendo cada vez más importancia en la economía de la comunidad, llegando a aportar en la década de los años 20 más del 20% al total de la producción láctea de España, convirtiéndose de esta manera en la primera productora nacional.

Más tarde, vería un retroceso debido al cambio de estructura socioeconómica, que motivó una crisis en el campo asturiano, llegando a perder ese puesto privilegiado como productora. Esto motivó que la artesanía del queso decayera rápidamente. El único que se mantuvo con una gran relevancia fue el queso de Cabrales. En los últimos años del siglo XX, como consecuencia del Tratado de Maastrich y la existencia de cuotas lácteas, la cabaña ganadera asturiana desciende de manera considerable. A pesar de todo, parece que la elaboración artesana revive gracias a las distintas cooperativas, denominaciones de origen, y al renovado interés por la cultura popular. Así, ya no es sólo el Cabrales el que tiene una gran proyección incluso fuera de las fronteras asturianas, sino que otros como el Casín o el Afuega'l pitu cada día cobran más protagonismo.

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 Por orden alfabético vamos a exponer los cuarenta principales, pero aún hay más, y sobretodo ahora que la investigación láctea avanza en fermentos y sistemas de producción.

*1.- ABREDO- Queso suave y bastante cremoso, muy elástico, funde muy bien, elaborado en Abredo (Coaña), enteramente de leche de vaca .

 *2.- AFUEGA´L PITU ATRONCAO- Queso de pasta semidura, de consistencia firme, compacta y suave. Elaborado en Grado, Cornellana, Salas y Pravia, enteramente de leche de vaca.

 *3.- AFUEGA´L PITU DE TRAPU BLANCU- Queso de pasta blanda, ácida y corteza enmohecida, Elaborado en Morcín, Riosa y Grado, enteramente de leche de vaca.

*4.- AFUEGA´L PITU DE TRAPU ROXU- Queso de pasta blanda, ácida y corteza enmohecida de color rojo (por estar amasado con pimentón) y sabor ligeramente picante. Elaborado en Morcín, Riosa y Grado, enteramente de leche de vaca .

*5.- BEYOS VACA- Queso de aroma agradable y fuerte sabor. Elaborado en Ponga y Amieva, enteramente de leche de vaca.

*6.-BUELLES CABRA- Queso madurado de corteza enmohecida con sabor ligeramente ácido y picante de suave aroma, elaborado en Buelles (Peñamellera Baja), con leche de cabra.

*7.- BUELLES VACA Y CABRA- Queso madurado de corteza enmohecida con sabor ligeramente ácido y picante de suave aroma, elaborado en Buelles (Peñamellera Baja), con leche de vaca y cabra.

*8.- CABRALES- Queso de sabor fuerte, picante y algo ácido, mantecoso al paladar, de pasta blanca-grisácea y enmohecido interno. Elaborado en al concejo de Cabrales y en una amplia zona de los Picos de Europa, con leche de vaca, oveja y cabra, actualmente goza de su propia denominación de origen.

*9.- CANAL DE CIERCOS- Queso elaborado artesanalmente con leche pasteurizada de vaca. En temporada, también puede ser de oveja y cabra. Elaborado en San Esteban (Peñamellera), de sabor cremoso y muy rico.

*10.- CASÍN- Queso de pasta firme y sabor suave, picante y aromático; algunos están decorados y llevan el nombre del elaborador grabado en el mismo queso. Elaborado en Caso y Sobrescobio, con leche de vaca.

*11.- CAXIGÓN- Queso de elaboración artesana en Berodia (Cabrales) con leche pasteurizada de vaca.

*12.- CUEVAS DEL MAR- Queso puro de cabra elaborado en Pría (Llanes).

*13.- EL CARBAYO- Queso elaborado en Taramundi con leche cruda de vaca y una curación de más de dos meses. Pasta cocida semidura, de sabor algo picante. Corteza cepillada repetidamente con aceite durante su maduración.

*14.- EL CARBAYO CON NUEZ- Queso elaborado en Taramundi con leche cruda de vaca mezclada con nueces. De pasta cocida semidura y sabor suave y original.

*15.- FUENTE- Queso hecho con leche de vaca cruda, fermentado, madurado y mezclado con aguardiente. De sabor y olor muy fuerte y picante. elaborado en Proaza.

*16.- GAMONEDO- Queso semiduro, un poco vetado, seco y ahumado, de aroma intenso y sabor picante. Elaborado en Cangas de Onís y Onís con leche de vaca, cabra y oveja .

*17.- LA COLLADA CABRA- Queso elaborado en Cirieñu (Amieva), a base de leche de cabra pasteurizada. De color blanco y tacto fino y suave.

*18 .- LA COLLADA OVEJA- Queso elaborado en Cirieñu (Amieva), a base de leche de oveja. De color blanco y ojos de tamaño variable, de tacto fino y suave.

 *19.- LA CUEVA DE LLONÍN- Queso elaborado en Alles (Peñamellera), con leche de vaca. su corte es amarillo claro y ojos de tamaño pequeño ligeramente húmedo.

*20.- LA PERAL- Queso semiduro y algo veteado, de pasta firme y de color blanco. Elaborado en Illas, con leche de vaca.

*21.- MADELVA- Queso de pasta amarillenta y mantecosa, de sabor ligeramente picante. Elaborado en Infiesto con leche de vaca y oveja.

*22.- MONJE- Queso prensado, sin ojos, de sabor suave, poco salado y mantecoso. Elaborado en Panes (Peñamellera Baja), con leche de vaca.

*23.- MONJE PICÓN- Queso azul de forma cilíndrica y textura cremosa, se elabora en el municipio de Panes .

*24.- OSCOS- Queso suave y mantecoso. Elaborado en Grandas de Salime, con leche de vaca.

*25.- OVEYERU- Queso elaborado en la Vega de Sevarga (Amieva), con leche de oveja.

*26.- OVIN VACA- Queso elaborado en el concejo de Nava, con leche de vaca pasteurizada, de corte amarillo, con pequeños ojos y humedad media.

*27.- OVIN CABRA- Queso elaborado en el concejo de Nava, con leche de cabra pasteurizada, de corte blanco, con pequeños ojos y humedad media.

*28.- OVÍN OVEJA- Queso elaborado en Ovín (Nava) con leche pura de oveja.

*29.- PEÑAMELLERA- Queso madurado y tierno de cortaza rugosa y color ocre anaranjado. Elaborado en Peñamellera Alta, con leche de vaca, oveja y cabra.

*30.- PEÑA TU- Queso elaborado artesanalmente y con ingrediente naturales, leche, cuajo y sal. el resultado es un queso de unos 400grs. de peso.

*31.- PORRUA- Queso de corta maduración suave y cremoso. Elaborado en Porrua (Llanes), con leche de vaca.

*32.- PORRUA CABRA- Queso de leche pasteurizada de cabra, de corte blanquecino y textura fina, elaborado en Porrua (Llanes).

*33.- PRIA- Queso ahumado a base de leña, semiduro, de pasta elástica de color amarillo pálido. Elaborado en Pría (Llanes), con leche de vaca y oveja.

*34.- URBIES- Queso fermentado de pasta untuosa de color tostado, de sabor fuerte y picante, algo ácido. Elaborado en Urbies (Mieres), con leche de vaca.

*35.- VALLE DEL NARCEA- Queso elaborado con leche pasteurizada de vaca en la zona de Salas, en el pueblo de Aciana.

*36.- VALDESANO- Queso elaborado con leche de vaca pasteurizada, en el valle del Ese (Luarca). Su corteza, frotada con colorante natural y sidra, le confiere un sabor suave y una textura mantecosa.

*37.- VARE CABRA- Queso elaborado con leche cruda de cabra, de corte blanco, mate con pequeños ojos. De textura fina y flexible medianamente elástica. Elaborado en Varé (Siero).

*38. - VARE ECOLOGICO- Queso elaborado con leche de vacas de alimentación puramente de pastos naturales, su aroma es suave y mantecoso. Producto certificado por el CRAE. Elaborado en Varé, (Siero).

*39.- VIDIAGO- Queso suave y cremoso, de color marfil y textura elástica, con corteza ligeramente enmohecida. Elaborado en Vidiago (Llanes), con leche de vaca.

*40.- XINESTOSO- Queso de sabor intenso, ligeramente ácido y corteza enmohecida. Elaborado en Xinestoso (Cangas del Narcea), con leche de vaca. 

Fuente visitada.
Wikipedia.
 buscolu.com

jueves, 15 de noviembre de 2012

LA VIVIENDA TRADICIONAL EN ASTURIAS


La vivienda tradicional de la zona centro-occidental de Asturias, en la que solían compartir espacio personas y animales, es de adobe y mampostería unido con argamasa, podía estar revocado interna o externamente. Aunque lo predominante son casas de planta baja, en altura, la vivienda podía tener hasta dos alturas. En planta, la estructura es la siguiente: portal, desde el que se accedía a todas las estancias del edificio; la cocina o llar, separada o no del portal mediante tarimas o tabique.

Dos son los elementos utilizados para elaborar la comida: el llar y la “forna”. El llar o fogón, inicialmente sobre el suelo, está protegido por piedras o ladrillo. Con posterioridad, se comienza a utilizar el llar alto, sobre poyo o meseta y, más tarde aún, llegan al concejo las cocinas bilbaínas, de carbón o leña. Sobre el llar se colocaban lastrébedes, útil éste de hierro en forma de aro o triangular con tres pies, que servía de asiento a los cacharros de cocina. Algunas trébedes tienen mango con un pie al final para facilitar su retirada del fuego sin quemarse. Asimismo, sobre el llar se colocaban “les cala miyeres” o «caramilleres», cadenas estás de hierro que colgaban de la chimenea o de un triángulo rectángulo de madera , el cual giraba sobre unas bisagras para apartar «les calamiyeres» a voluntad del fuego.

«Les caramilleres» terminan en un gancho sobre el que se colgaba la caldera. Asimismo, tenían otro gancho para unirlo a algún eslabón de la cadena para subir o bajar la caldera. Sobre el llar, y por debajo del tiro de la chimenea, se colocaba el «sardo», tejido de mimbre o avellano de unos dos metros de largo, que servía para poner a secar sobre él determinados frutos: castañas, avellanas o nueces. Por extensión, también se denominaba «sardo» a pequeñas bandejas de mimbre que servían para servir la comida sólida: torta, boroña, etc.

El útil de cocina más común era el pote, cacharro de hierro muy barrigudo, de boca ancha, que se apoyaba sobre tres pies. Para poder asirlo, portaba dos asas pequeñas y opuestas y otra grande semicircular, que servía para colgarlo de «les calamiyeres». Como inicialmente no tenían mesa, se comía a rancho directamente de dicho pote. Posteriormente, se implanta la escudiella, vasija semiesférica. Y el proceso culmina con la incorporación de platos de barro y, recientemente, de loza.


Otro útil importante es la “ferrada” o herrada, caldero de tablas de madera verticales que se usaba para transportar el agua. Las tablas se amarraban mediante grandes aros de hierro o latón, más anchos en la base y boca que en el resto del cuerpo. Para transportarlos y manejarlos tenían un asa semicircular que arrancaba de unas anillas. Se extraía el agua de ellas mediante el canxilón, del cual se bebía directamente o se echaba en vasos. Los vasos, de barro cocido o de madera, son más altos que anchos.

La «forna» u horno de leña para cocer o «aroxar» el pán o la boroña suele estar proyectado en planta hacia el exterior. En torno al llar, las familias «conceyaban» o hablaban a veces con el riesgo de quemarse debido a que saltaban chispas:

 «María, si vas al monte, 
no me traigas leña verde 
 que estándome calentando 
          me saltó una chispa al dengue». 

La planta baja tenía como solado tierra batida o entarimado de madera. El acceso a la primera planta se realiza por escalera de mano o de peldaños. A tal fin, podía contar con una trampilla en el piso superior, a través de la cual se accede al mismo. El primer piso podía tener, a partir del XVIII, corredor con rejas o barandillas que se desarrollaban entre columnas con o sin capiteles (algunos podían estar tallados). Los corredores se utilizan para secar las cebollas, los ajos, las alubias, el maíz, etc., que, una vez secas, se almacenan en el desván o en el hórreo.

Carecían de retrete; éste no se utiliza hasta el siglo XVIII, momento en el que empieza a extenderse su uso. Su ausencia era cubierta con la cuadra. Para asearse se utilizaban los palanganeros, en madera o hierro, y en los cuales encajaba una palangana y o un jarro para traer el agua.

La planta alta, cuando existía, era la destinada a las habitaciones. Sobre ella, o directamente sobre la planta baja, se colocaba el desván. La cubierta se hacía a teja vana (teavana).

El mobiliario era escaso. Para sentarse se solían utilizar el escaño y las "tayuelos"  banquetas de tres pies o troncos de árbol partidos. El escaño era un banco corrido para tres o cuatro personas sujeto a la pared. Posteriormente complican su estructura mediante una tabla horizontal giratoria que se mueve sobre unos brazos laterales, uno a cada lado del escaño. Esta tabla horizontal que servía de mesa provisional tiene una anchura de 40-50 cm. Cuando se terminaba la comida, se subía la tabla, que quedaba pegada a la pared, por lo que ésta ya no ocupaba espacio.

Otros muebles de cocina son las «espeteras», las maseras, las alacenas, los anaqueles y el calderil. Las «esperteas» son tablas con garfios sobre los que se colgaban los útiles de cocina (sartenes, cazos, etc.) o carnes (de vacuno, de ave, etc.). Las maseras son mesas dedicadas a amasar los cereales molidos y a guardar el pan. La ausencia de armarios es suplida con alacenas en las paredes, con o sin puerta, y con los anaqueles. El calderil es un soporte de madera del que se colgaban las “ferradas”o los calderos. Podían tener o no visera para que la basura no cayera en los recipientes.

No solían tener armarios roperos. Las ropas se colgaban de clavos o perchas y, para protegerlas, se cubrían con telas. La función de armario ropero la desempeñaban los baúles, en los que se solía guardar la mejor ropa. Los mejores baúles son los traídos por los emigrantes.

Solían carecer de reloj rigiendo su vida por el de la iglesia o el del ayuntamiento. Las camas tenían un armazón de madera, hierro o bronce, en el que encajaba el somier, normalmente hecho con sogas de esparto tejidas en retícula sobre los agujeros laterales.


Más reciente es el somier de tela metálica. Dependencias auxiliares de la casa eran el hórreo, la porqueriza (cubil), el «llagar» y el gallinero. Los útiles de labranza se solían guardar debajo del hórreo, en tendejones, etc. Para alumbrarse por las noches se utilizaba la «candilexa» o candileja, el candil de carburo, de petróleo o de aceite, la campanilla, el farol y las velas. El carburo, el más moderno de estos útiles, era el más generalizado cuando llegó la luz eléctrica.

 Fuente visitada. asturias.grao.net

martes, 13 de noviembre de 2012

LA VIDA DOMÉSTICA EN ASTURIAS 1800-1965


Campesinos y señores.

Una vieja sociedad rural.
En este periodo, Asturias era una región eminentemente rural en la que la mayoría de sus habitantes eran campesinos pobres y artesanos, que trabajaban tierras pertenecientes a unos pocos señores. Las hambrunas ocasionadas por la pobreza y las malas cosechas causaban la muerte a miles de personas. Era frecuente la emigración de los jóvenes a Madrid, y desde 1850 a América. El comercio de ropas, ganado y algunos excedentes del campo se hacía en los mercados semanales y en las ferias. Había muy pocas tiendas estables y no existía una red de carreteras.

 La mayor parte de los campesinos vivía en casas de planta baja, en las que la cocina y la cuadra eran los espacios principales y de mayor tamaño. En estas casas había muy pocos muebles. Los campesinos acomodados vivían en casas altas de corredor. Los señores residían en casonas y los más nobles en palacios con muchas dependencias y muchos muebles.


Las cocinas.
El hogar de los campesinos se atizaba en el suelo con leña. No había chimenea y el humo lo inundaba todo, con él se ahumaba la matanza, se secaban las castañas, etc. Los muebles eran escasos: un escaño alrededor del fuego para sentarse y dormir, un vasar para platos, escudillas y cubiertos, unos tayuelos para sentarse, una masera para hacer el pan y un coladero para lavar la ropa. Las cocinas de los señores eran similares, pero de mayor tamaño y tenían una campana para expulsar el humo por una chimenea. Para colocar los recipientes de cocinar había calamiyeres, trébedes, morillos y arrimapucheros de barro o hierro. Todas las cocinas tenían horno para cocer el pan.

Para cocinar, se empleaban calderas de cobre, y pucheros y cazuelas de barro, a los que se sumaron a comienzos del siglo XIX los potes de hierro fundido. La conservación de alimentos era una tarea que cada casa tenía que solventar por sí misma, pues todos los alimentos eran perecederos y no había un mercado surtido al que recurrir para comprarlos. Para guardar algunos alimentos se empleaban recipientes de madera y cerámica, así como arcas, etc.


Para comer había una gran diferencia entre la vajilla de los campesinos y los señores. Los primeros comían en escudillas de madera y barro, y su único cubierto era la cuchara de madera; para beber empleaban el canxilón, vasos de asta o jarras de barro. Los campesinos más acomodados tenían loza de El Rayu fabricada artesanalmente en el concejo de Siero. Los señores utilizaban lujosas vajillas de plata y de loza industrial de Sargadelos (Galicia) o Bristol (Inglaterra), cubiertos de plata, y vasos y copas de cristal de la Real Fábrica de La Granja (Segovia) o de La Industria, fábrica establecida en Gijón en 1844.

La vida doméstica en Asturias, 1880-1936.

Obreros y burgueses.
Una nueva sociedad urbana e industrial La llegada del ferrocarril de León en 1884, la mejora de los puertos de mar y la apertura de carreteras, la expansión de la minería del carbón y la industria, y la especialización ganadera en el campo cambiaron considerablemente el paisaje de Asturias y su sociedad. Las villas y ciudades comienzan a crecer. A estas poblaciones llega el alumbrado público y el alcantarillado, y a las casas de la burguesía el agua corriente y la electricidad. Se instalan las primeras tiendas de telas, ropas, ultramarinos y ferretería, y en las ciudades se construyen grandes mercados de hierro y cristal, que facilitan el suministro de alimentos a la población. La mortalidad infantil desciende y son frecuentes las familias con muchos hijos. La burguesía y los obreros son las nuevas clases sociales, y con ellas llegan los casinos, los sindicatos, la prensa, etc.


Los obreros tienen grandes problemas para conseguir una vivienda asequible y para ellos se construirán alojamientos formados por pequeñas viviendas de entre 20 y 40 m2, como las ciudadelas o barrios ocultos formados por casas de planta baja, los cuarteles y los poblados de viviendas unifamiliares; en general, sus condiciones de habitabilidad eran pésimas. Frente a éstos, la burguesía y los indianos enriquecidos en América viven en pisos amplios y luminosos, y en chalés que muestran la riqueza de sus propietarios. En estas viviendas hay piezas nuevas, como los comedores, las salas de estar y las galerías acristaladas, y en ellas aparecen los primeros baños con azulejos y sanitarios importados de Francia e Inglaterra.


Las cocinas.
Las cocinas de los obreros eran muy pequeñas, carecían de ventanas y agua corriente. El fogón era de albañilería y sólo tenía el frente y la chapa superior de hierro; se atizaba con carbón de hulla. El utillaje de cocina era muy reducido.

La cocina burguesa era muy diferente a la de las casonas o palacios. Es más pequeña, el fuego se hace en una cocina de hierro fundido en la que se quema hulla y también en hornillos de gas de alumbrado. Los utensilios para cocinar son de cobre estañado y de hierro fundido, tienen formas nuevas y a menudo fueron importados de Francia e Inglaterra.

Para comer y beber, se generalizan las vajillas de loza fabricadas en La Asturiana, Gijón, establecida en 1876 y en San Claudio, Oviedo, fundada en 1901, así como los vasos y copas de cristal y vidrio de La Industria, de Gijón. Entre los obreros, será muy común el uso de platos, vasos y fuentes de hierro esmaltado que fabrica desde fines del siglo XIX la fundición Laviada y Cª, de Gijón.


La vida doméstica en Asturias, 1950-1965.

Productores y clase media Entre la autarquía y el desarrollismo.
Los años cincuenta y sesenta fueron un periodo de grandes cambios económicos y sociales. Se acaba el hambre que trajo la Guerra Civil y la postguerra, y a partir de 1959 el régimen de Franco afronta la industrialización del país. En Asturias, la iniciativa estatal favorece las industrias minera y siderúrgica con la creación en 1951 de la Empresa Nacional Siderúrgica (ENSIDESA), en Avilés. Comienza el abandono del campo, cuyos habitantes emigran a las ciudades españolas y a Bélgica, Suiza o Alemania, como mano de obra barata. Las ciudades asturianas crecen considerablemente con la llegada de emigrantes. Junto a esta nueva masa de trabajadores, surge una clase media integrada por profesionales, pequeños empresarios y funcionarios. El país y las viviendas se electrifican con la construcción de centrales hidroeléctricas.

La escasez de viviendas obligó al Estado a una masiva construcción de casas baratas de protección oficial, levantadas en barriadas a las afueras de las ciudades. También las empresas mineras y las nuevas industrias promoverán la edificación de barrios enteros para sus trabajadores. Estas casas tendrán cuarto de baño y agua corriente, algo nuevo en las viviendas obreras. Sin embargo, su escasez obligará a muchos de estos emigrantes a vivir en barrios de chabolas.

La clase media se concentrará en el centro de las ciudades y en las afueras en bloques construidos para ella; son casas de cierta altura, con pisos provistos de calefacción central, ascensor y habitación para el servicio.

Las cocinas.
El fogón de las clases populares seguirá siendo la cocina económica de carbón, con la que se calienta el agua para asearse en un tambor o termosifón. Para cocinar se emplean ollas y pucheros de hierro esmaltado. Muchos recipientes son de plástico.


La cocina de la clase media incorpora grandes novedades: paredes alicatadas hasta el techo, suelos de loseta o sintasol, mesetas de mármol, y armarios de formica o de madera pintada de blanco, en los que se guardan todos los utensilios de la cocina. Los fogones son de gas en las ciudades y de butano en las villas. Para cocinar se utilizan baterías de aluminio. Empiezan a generalizarse los electrodomésticos, como la turmix y la nevera, que supondrán un cambio fundamental en los hábitos alimenticios de los asturianos.

Para comer y beber seguirán utilizándose las vajillas de loza de fabricación asturiana, a las que se suman a partir de 1960 las vajillas de vidrio de Duralex, que se emplearán masivamente en las casas de todas las clases sociales.

 Fuente visitada. museos.gijon.es

sábado, 10 de noviembre de 2012

CASTROPOL EN OTOÑO


En la costa castropolense las estaciones cambian los colores, el ritmo y las actividades a realizar. Con el otoño llegan las aguas grises, las pausas en el quehacer diario, el avistamiento de aves y los paseos tranquilos por la arena. En el verde interior, las sendas atraen al caminante hacia parajes únicos.

Castropol es costa, pero también interior. Al llegar el otoño, esa dualidad ofrece multiplicidad de sugerencias para pasar los días a ritmo tranquilo. La montaña, valles, praderas y bosques invitan al senderismo o los paseos a caballo entre suelos alfombrados de hojas crujientes. El Valle de Obanza permite descubrir rincones y pueblos pintorescos, mientras que el Monte Pousadoiro conduce entre bosques hacia su cima redondeada. El agua de los ríos vuelve a reinar con la llegada de las lluvias y la Cascada del Cioyo recupera su espectacularidad. Entre el sonido del agua, hay quien asegura escuchar el llanto de la Xana que protagoniza una leyenda local.


Al acercarse al mar, las opciones se multiplican, puesto que el concejo asoma tanto a la ría del Eo como al mar Cantábrico a través de sus cuatro playas: las calas San Román y Figueras, la tranquila y recogida playa de Arnao, y la impresionante playa de Penarronda, de alto valor ecológico. En sus 800 metros de arena se pueden dar paseos por la orilla, relajando los pies y respirando la brisa marina, que levanta el ánimo y previene los catarros, según reza la sabiduría popular. Para observar el mar en su faceta más brava, la sugerencia es acercarse a la Punta de la Cruz, desde la que se divisa el horizonte.


Donde el agua permanece más sosegada es en el interior de la ría, donde asoman Figueras y Castropol, las dos villas más grandes del concejo. En ambas hay emblemáticas construcciones de siglos pasados, levantadas en piedra, como la capilla de Santa María del Campo, la iglesia de Santiago, el Palacio de las Cuatro Torres, la Casa Palacio de Villarosita, el Palacio Valledor, el Palacio de los Marqueses de Santa Cruz o el Parque Vicente Loriente, todo en Castropol. En Figueras impresionan el Palacio Trenor, el Palacete Peñalba y la capilla de San Román adosada a la torre atalaya, que ofrece una amplia vista de la costa. Tras abandonar la civilización, en la ría del Eo es imprescindible conocer la Ensenada de la Linera con el islote de Turullón enfrente. Las vistas, la belleza e historia del lugar, y el arenal del Tesón que aparece en bajamar es una combinación única para el relax.


La estación otoñal es además la más indicada para el avistamiento de aves como patos, limícolas, gaviotas o garzas, muchas de las cuales recalan desde septiembre a mayo en la ría, mudan la pluma y se alimentan para pasar el invierno.


 Fuente visitada. Revista fusionasturias

jueves, 8 de noviembre de 2012

PICU URRIELLU-O-NARANJO DE BULNES



El Naranjo de Bulnes o Urriellu es un pico calcáreo de origen paleozoico situado en el Macizo Central de los Picos de Europa, en Asturias (España). En Asturias es conocido como “Picu Urriellu”, nombre este último derivado de la denominación del Macizo Central como “Los Urrieles”. Administrativamente, el Naranjo de Bulnes se encuentra situado en el concejo asturiano de Cabrales y dentro del Parque nacional de los Picos de Europa.

La primera referencia escrita al “Picu Urriellu” como “Naranjo de Bulnes” se debe al ingeniero y geólogo alemán Guillermo Schulz, que en 1855 editó el primer mapa topográfico y geológico de Asturias. En todo caso, el origen de esta denominación no está claro, dado que los habitantes de la zona históricamente siempre se refirieron al Naranjo como “Picu Urriellu”, no siendo la denominación ni popular ni la tradicional. Tal vez sea debido al color anaranjado de la piedra caliza de la que está formado. Los vecinos de Bulnes lo expresan con el siguiente verso: "No me llaméis Naranjo, pues fruto no puedo dar; llamadme Picu Urriellu, que es mi nombre natural".

Tiene una altitud de 2.519 metros y, aunque no se trata del pico más alto de la Cordillera Cantábrica, puede ser considerado como uno de sus picos más conocidos, así como una de las cumbres emblemáticas de España, sobre todo desde el punto de vista de la escalada en grandes paredes. Especialmente por los 550 metros de pared vertical de su cara oeste. En su base se encuentra la Vega Urriellu, un valle de origen glaciar cuaternario.

La primera escalada se llevó a cabo por su cara norte (por la conocida actualmente como Vía Pidal-Cainejo) el 5 de agosto de 1904 por Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, Marqués de Villaviciosa de Asturias, acompañado por el pastor Gregorio Pérez Demaría “El Cainejo”, natural del pueblo de Caín (León).

El doctor en geología y experimentado alpinista alemán Gustav Schulze llevó a cabo la segunda ascensión al Urriellu el 1 de octubre de 1906, también por la cara norte, siendo ésta la primera ascensión en solitario del pico. Fue también el primero en usar clavijas para descender en rápel por la cara sur.


Fuente visitada.
 Wikipedia.

lunes, 5 de noviembre de 2012

ORIGEN DE LA MURALLA DE OVIEDO



Muralla prerrománica-
 El rey Alfonso II el Casto de Asturias trasladó al comienzo de su reinado (791-842) la capitalidad del reino a la ciudad de Oviedo donde inició un extenso programa constructivo dotando a la ciudad de iglesias, monasterios, palacios y una muralla defensiva que rodeaba todo el conjunto incluyendo en ese recinto el Monasterio de San Vicente, fundado en tiempos de su padre el rey Fruela I, y que fue el origen de la ciudad.

Las noticias documentales son muy escasas y genéricas. Es citada en el testamento del rey Alfonso II contenido en el Liber Testamentorun conservado en la Catedral de San Salvador de Oviedo. Aparece también citada en diversas donaciones como la del palacio-fortaleza de Alfonso III el Magno por el rey Alfonso VI de León al cabildo de San Salvador en 1057 y en la de la reina Urraca la Asturiana de otros palacios y edificios también a San Salvador en 1161.


Muralla Bajomedieval-
En1258, el rey Alfonso X el Sabio de Castilla y León ordenó la construcción de una nueva muralla de la ciudad costeando las obras el Concejo en dos tercios del total y la Iglesia el otro tercio.

El perímetro de la muralla era de 1.400 metros, tenía una altura de 4 metros y un grueso de 2,20 metros aproximadamente. Se levantó en dos muros paralelos de 0,5 metros de ancho de mampuestos irregulares de piedra caliza con un relleno intermedio de piedra.

Aunque se ha supuesto la finalización de la muralla a finales del XIII o principios del XIV, todavía en el año 1495 los Reyes Católicos concedieron un impuesto para construir torres y puertas en la muralla.

Sin embargo en los siglos XVII y XVIII la muralla ya ha había perdido su función defensiva y se convirtió en una barrera física. La ciudad desbordó la muralla por sus lados sur y oeste y se adosaron casas a la misma, entre ellos el nuevo edificio del Ayuntamiento de Oviedo, que se adosó sobre la puerta que daba, y sigue dando, acceso a la Calle Cimadevilla. De la misma forma, el nuevo edificio del Monasterio de San Pelayo se construyó sobre la propia muralla y aprovechando piedra de parte de aquélla, pudiendo verse todavía hoy restos de la muralla y cubos en los fundamentos de los muros del monasterio.


Durante los siglos XIX y XX siguieron derribándose porciones de la muralla según las necesidades de crecimiento de la ciudad sin que se produjese ninguna reacción en contra. En 1931 fue declarada Monumento Histórico Artístico, lo que hoy se denomina Bien de Interés Cultural, que sin embargo no detuvo la desaparición de elementos de la muralla, como la Torre de Gascona, demolida en 1963. Hasta 1977 no se promovió la primera iniciativa de defensa de la muralla, con la obligación de conservar e integrar un fragmento de 5 metros de longitud situado en la Plaza de Riego en una nueva edificación que se estaba construyendo.

Conservación-
Diversos tramos pueden verse en la Plaza de Riego, en la Calle de Jovellanos y el más extenso en la Calle Paraíso. Otros restos menores de la muralla se pueden observar en las calles de Postigo Alto, Sol, Mendizábal o en la plaza Mayo.


Está catalogada como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, desde el año 1931, figura entonces denominada Monumento Histórico Artístico.

Fuente visitada.
Wikipedia.

sábado, 3 de noviembre de 2012

OVIEDO (LA CALLE DE CARPIO)



Arqueología de la Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de Oviedo (Asturias, España) entre la Edad Media y el siglo XVIII: el arrabal del Carpio.

 El Carpio actuaba como punto de entrada a la ciudad del «camino franzes» que acudía desde León. Tras pasar la puerta de la Ferrería, se dirigía por la calle homónima y la de Santa Ana.


La calle del Carpio ya era una de las más importantes de la ciudad en el siglo XII. A lo largo de estos siglos, las fuentes escritas permiten observar claros indicios de selección social entre los vecinos. Aquella zona extramuros vivirá la concentración de un nutrido grupo perteneciente a las capas medias/altas de la sociedad ovetense, en especial canónigos y religiosos vinculados a la administración de la iglesia de San Salvador de Oviedo, situada cerca del barrio. 


Entre 1175 y 1188, periodo de su prelatura, el obispo Rodrigo ya poseía allí una vivienda y se le sumaban otros miembros del cabildo. Éstos se beneficiaban, además, de las donaciones efectuadas por los vecinos de la zona. A su lado, hallamos una población de carácter burgués, enriquecida por las actividades mercantiles y otro grupo de pobladores foráneos venidos desde el territorio agrario del concejo y diversos enclaves regionales. A juicio de José Tolivar Faes, del Carpio es el nombre más antiguo de cuantos se usan para designar calles de Oviedo. Figura ya en un documento del 19 de marzo de 1197: «Pedro Paraias, canónigo de Oviedo, da a su sirviente Geloira lohannes una casa en El Carpió, de Oviedo»; y también aparece en la escritura de venta de una casa fechada el 24 de junio de 1217, donde se señala que el Carpio pertenece a la feligresía de la Parroquia de San Isidoro; en ese mismo año se vende una casa en las Carnicerías figurando como firmantes un Petrus Bonus de la Broteria y un Stefanus Pelaiz del Carpio. Carnicerías, Broteria y Carpio aluden aquí a calles de Oviedo, dos de ellas ya desaparecidas. En 1234 Fernando Gonzaluiz y su mujer, Velasquida Giraldiz —doña Balesquida— adquieren una casa en el Carpio.


En el siglo XIII las edificaciones eran allí numerosas, como se infiere de un documento que da cuenta de la venta de la mitad de otra casa en la Rúa del Carpio, calle que aparecerá numerosas veces en todos los siglos siguientes.

Según la tradición en este antiguo barrio de Oviedo habría nacido el legendario Bernardo del Carpio, hijo del conde de Saldaña don Sancho y de Jimena, hermana de Alfonso II, el Casto, que venció a los francos en la Batalla de Roncesvalles en el año 808.

 No obstante, el mismo emplazamiento en el suburbio implicaba también la presencia de actividades contaminantes propias de oficios artesanales o de profesiones con una carga social negativa. En los siglos XIII y XIV se encuentra en esta zona la industria del metal, con presencia más abundante de ferreros y «cuchelleros». La importancia del colectivo metalúrgico explica el nacimiento del «canpo de los Ferreros» o «del Carpio», hoy Campillín.


La existencia de «fornos» está atestiguada antes de 1243. También destacaba la concentración de artesanos ligados a la industria de la piel o del cuero, en particular de los vaineros. Unido a este colectivo, se documenta en 1478 la presencia de un pelame de pelleteros en la fuente de la regla. Finalmente, era el lugar de emplazamiento de varias mancebías.

Fuente. Iván Muñiz López

viernes, 2 de noviembre de 2012

CAMINANDO POR RIOSA.



Moverse por Riosa es elevar la vista y ver montaña. La mayoría pertenece al Paisaje Protegido de la Sierra del Aramo, un cordal de casi veinte kilómetros de longitud compartido con los concejos de Morcín y Quirós. El Gamoniteiru, con 1.786 metros, es su máxima elevación y permite, en un día claro, admirar el mar Cantábrico, Picos de Europa o las cumbres del puerto de Pajares. Los menos deportistas tienen la opción de subir en coche el famoso puerto de L'Angliru y detenerse en el mirador habilitado, con un panel explicativo que permite identificar las vistas.

Precisamente en la última década el concejo ha saltado a la actualidad mundial gracias a L'Angliru y su inclusión en la Vuelta Ciclista a España. El ascenso, con endiabladas rampas de hasta el 23% de desnivel, ha ganado merecida fama entre los aficionados a la bicicleta La subida a puerto, como la llaman los lugareños, también es frecuentada con asiduidad por los ganaderos locales, que en verano mantienen a vacas y caballos gracias a los pastos del Aramo; en octubre, coincidiendo con las fiestas locales y la llegada del frío, el ganado baja a tierras más protegidas y el Angliru queda de nuevo en manos de deportistas y visitantes.

Todos ellos deben vigilar cuidadosamente las previsiones del tiempo, ya que es habitual que la nieve o las heladas invernales impidan hacer el recorrido completo, especialmente en coche. En ese caso lo habitual es detenerse en el área recreativa de Viapará, que ofrece una preciosa vista del valle y de La Vega, capital del concejo. En la falda del Aramo se encuentra también otro de los grandes recursos turísticos de Riosa: en el pueblo de Texeo-Rioseco se encuentran evidencias de las minas de cobre más antiguas de Europa, con restos que datan del neolítico.

Sin embargo, la mayor parte de los restos de explotación son de principios del siglo XX, y se ha conservado gran parte del poblado minero de esa época. La estructura organizativa del pueblo es perfectamente observable, y el visitante sin prisa aún puede encontrar entre los más mayores del concejo a quien guarda recuerdo de cuando la explotación estaba funcionando. Con semejante historia, no es de extrañar que Riosa tenga conciencia de concejo minero, aún cuando la explotación del Pozo Monsacro, a medio camino entre Riosa y Morcín, ya no sea la principal fuente de trabajo de sus habitantes.

Hoy en día muchos riosanos trabajan fuera, aprovechando la cercanía con Oviedo. Otros se han centrado en dar servicios a la zona y en explotar sus recursos turísticos, un sector en auge que ha auspiciado la apertura de casas de turismo rural, hoteles, y locales de restauración que ofrecen cocina típica de la zona. Además de las principales poblaciones (en La Vega, Prunadiella y L'Ará está el grueso de la población y los servicios), en la falda de las diferentes montañas de la zona se encuentran pequeños pueblos con encanto: Villamer, Donaxuandi, Muriellos... ofrecen la posibilidad de disfrutar del ritmo más tranquilo de las zonas rurales, a un paso de los servicios y la agitación de la capital.

La geografía del concejo tan marcada por valles y montañas permite realizar muchas y muy bonitas excursiones. Algunas de baja dificultad y otras que requieren de un mayor esfuerzo del caminante, pero todas ellas permiten comprobar la belleza de un lugar cuyo paisaje, presidido por el imponente, Aramo, es en sí mismo una terapia que ayuda al descanso del ritmo de la vida cotidiano y a la conexión con un espectacular entorno cultural.

 Fuente visitada. fusionasturias.com