miércoles, 29 de febrero de 2012

FUENTES DE OVIEDO


Cañu del Fontán-
Fuente y lavadero situadas en la Plaza de Daoiz y Velarde, situada en uno de los ángulos del Palacio del duque del Parque.
Fue inaugurada en 1657. Edificada con bloques de sillares, en la parte alta hay un florón con cruz y los caños, en la parte inferior, son dos rosetas bajas.
Para acceder a la fuente es necesario descender varios escalones, ya que se encuentra dos metros por debajo del nivel de la plaza. Para beber del cañu, es necesario arrodillarse y casi tocar la cabeza con el suelo, dado que se encuentra a ras del suelo.
Esta popular fuente fue sepultada a principios del siglo XX, y recuperada en el último cuarto de siglo.
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Fuentona-
La Fuentona fue inaugurada el 21 de septiembre de 1875, día en honor de San Mateo y cierre del Jubileo y del verano. El alcalde José Longoria Carbajal colocaba placa con su nombre a todo lo que inauguraba. Los ovetenses con su fino humor le dedicaron la siguiente copla:



«Esta urna funeral
de las aguas de Fitoria
eterniza la memoria
de Longoria Carbajal;
el ser más original
de cuantos el mundo cría,
el que tiene la manía
de poner su nombre en todo
y a quien llaman por apodo
el duque de Villafría.»

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La Foncalada-
La Foncalada se encuentra situada al NO de Oviedo, en la confluencia de la calle Gascona y calle Foncalada.
Alfonso III la mandó construir para proteger un manantial de agua potable que brotaba junto al antiguo camino que unía los palacios del Naranco y la ciudad de Oviedo. La mención más antigua de este monumento data del 1096: en una donación de Alfonso VI a la catedral de Oviedo se cita Fonte incalata.
La fuente está situada sobre un manantial natural, aprovechando la zona de pendiente de la escorrentía. Se preparó la construcción del monumento excavando una fosa, la cual se acondicionó para sustentar el nivel superior por medio de enormes bloques de piedra caliza. La fuente consta de un canal cubierto de una anchura media de un metro, formado por bloques calizos labrados en sillería. Además se puede reconocer con facilidad el edículo, o templete de planta cuadrangular con cubierta a dos aguas que sirve para realzar la salida de agua al exterior y un pequeño estanque que detiene el caudal del agua. Dicho templete tiene arco de medio punto y bóveda de cañón. Tiene por característica más relevante el módulo alargado que presenta, con una proporción de 6:1, beneficiando la longitud respecto a la altura. Su disposición se da en serie de sogas.
Conserva significativas inscripciones de conjuro contra el mal, de uso habitual en las construcciones de la Monarquía asturiana. En el frontispicio triangular de la fachada oriental está tallada la Cruz de la Victoria, con el alpha y la omega, bajo la que figura la misma inscripción que encontramos tanto en la Cruz de los Ángeles como en la citada de la Victoria: «Con este signo se protege al piadoso. Con este signo se vence al enemigo». Y debajo de ella: «Señor, pon el signo de salvación en esta fuente para que no permitas entrar al ángel golpeador». La inscripción latina se lee así en el monumento:
«Hoc signo tuetur pius. Hoc signo vincitur inimicus. Signum salutis pone Domine in fonte ista ut non permitas introire angelum percutientem»

Es la obra civil de carácter público más antigua de Oviedo y, hasta principios del siglo XX, todavía era usada por los ovetenses como fuente y lavadero. Posteriormente, el 4 de junio de 1931, fue declarada monumento.
Entre 1991 y 1994 se realizaron excavaciones arqueológicas en el entorno de la Foncalada, a fin de prepararla para su restauración, y se descubrió el canal primitivo.

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La Fontica-
Manantial de Oviedo, al que se accedía por una fuente situada delante de la Iglesia de Santo Domingo, cuyas aguas tenían fama de ser curativas, y a las que se atribuía el poder curar la ictericia, el estreñimiento, las afecciones de hígado e incluso alargar la longevidad de los que la bebían, además de las propiedades preventivas contra el cólera.
Se accedía a la fuente a través de una escalera y el recinto estaba delimitado por una barandilla metálica. Durante un tiempo la fontica estuvo iluminada con una farola de gas, que hubo de ser recolocada, ya que el gas se mezclaba con el agua dándole mal sabor y eliminando las propiedades curativas que se le atribuían.
La Fontica tenía una leyenda que decía que en ella había vivido un culebrón, cuya cueva estaba en el Monte de Santo Domingo. Como el monstruo tenía aterrorizados a los vecinos se acudió a los padres de Santo Domingo para que les librasen de él. Los padres realizaron múltiples exorcismos sobre la bicha que finalmente se enrosco en un círculo en el fondo de la fuente y a la que terminaron matando dándole de comer un pan relleno de alfileres. Se dice que el fulcro de esta leyenda está en un reptil que trajeron los dominicos desde Filipinas y que dejaron que viviese en la fuente, pero el animal daba tanto miedo a los vecinos que finalmente tuvieron que acabar con él.

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Fuente de la Noceda-
Fuente que estuvo situada cerca de la Puerta de Noceda. La fuente fue trasladada poco después a la esquina que forman la calle de La Vega y la calle San Vicente, siendo derruida a mediados del siglo XIX.

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Cañu de Villafría-
El 18 de enero de 1992 se dio por finalizada la recuperación de la fuente conocida como «Cañu de Villafría». Esta fuente, de la que se tiene constancia desde el siglo XVII sufrió en 1934 las consecuencias de la Revolución de Octubre siendo escenario del fusilamiento de varias personas.
El Ayuntamiento de Oviedo incluyó en su plan de obras de 1992 la recuperación y restauración de las viejas fuentes, como la fuente de Pando, la de Fitoria o la fuente de los Cuatro Caños.


Fuente visitada.

lunes, 27 de febrero de 2012

LAS CASAS INDIANAS- COLOMBRES


Fachadas monumentales, verjas ornamentadas, galerías, patios, balcones, portadas de ensueño, capillas privadas, jardines exuberantes, grandes pilares, exquisitos detalles, artesanías esplendorosas, laboriosos trabajos de cantería, alfices, pilastras, recercados, escaleras voluminosas, miradores, cúpulas… Son elementos propios de una arquitectura ecléctica y ostentosa que, guardando las formas y la simetría, pusieron de moda aquellos hombres y mujeres que hicieron las Américas y que, al contrario de los llamados “indianos de alpargata” que sufrieron el infortunio de la emigración, consiguieron forjar una gran fortuna en el nuevo continente. De vuelta a su hogar practicaron una competición no conocida hasta entonces en su humilde entorno rural: plasmar en viviendas de nueva planta toda la riqueza de la que hacían gala, tratar siempre de que su casa fuese la más bella y llamativa.
En Colombres, Ribadedeva, los indianos enriquecidos transformaron radicalmente la pequeña aldea rural en una villa moderna, con una arquitectura colorista y exótica. Los principales referentes urbanísticos de la villa, las que se aglutinan en torno a su plaza elíptica, como la Casa Consistorial, la Iglesia de inspiración barroca, o la Quinta de Guadalupe se deben al dinero americano.
En las casonas que salpican este municipio encontramos habitualmente una llamativa palmera, símbolo de clase que contribuía a no dejar dudas del origen de tanto dinero: América. Y las torres, que desde el Medievo asturiano son un claro elemento de distinción, de recuerdo nobiliario, de poder, las reutilizó el indiano para ennoblecer su reciente ascenso social. El deseo de evidenciar lujo y riqueza, hacía que las fachadas se llenasen de referentes clásicos, barrocos, aunque también regionalistas.
Se trata, en suma, de singulares palacetes y mansiones modernistas; una mezcla inédita en la que se empleaba a prestigiosos arquitectos que sabían encontrar el equilibrio entre los elementos dispares y construir inmuebles con nombre propio. La arquitectura indiana no es calcada de ninguna otra, es una nueva entidad que merece la pena descubrir. En Ribadedeva, uno de los concejos con mejores muestras de estas casonas, se han propuesto enseñarlas a través de una ruta en la que descubriremos más de una decena de construcciones harto representativas y muy bellas. Al tratarse de casas particulares no están abiertas al público, pero se sabe que en muchos casos se conservan a la perfección y nos permiten tener una idea exacta de la decoración que estaba de moda por aquel entonces. Papeles pintados, sedas, cortinajes, espejos, muebles de maderas nobles, lámparas y bronces o importantes labores de carpintería.
Para hacernos una idea de cómo eran por dentro, en Colombres sí podremos acceder a la Quinta de Guadalupe, así como en la casa consistorial, o en la Casa de Piedra, hoy en día Casa de Cultura Municipal y Biblioteca.
El conjunto patrimonial de Colombres, uno de los más interesantes de todo fenómeno de la Arquitectura de Indianos, justificó que en una de estas mansiones, La quinta de Guadalupe, se inaugurase en 1987 la Fundación Archivo Indianos y Museo de la Emigración, que trabaja para conservar y exponer la memoria histórica y las creaciones de las sucesivas generaciones de emigrantes, y que es una visita obligada. Esta quinta, con un gran patio interior y dos pisos de arquerías de madera policromada y de gusto árabe, fue en su momento el símbolo más claro de la riqueza y el poderío de D. Iñigo Noriega. Su magnífico parque es uno de los jardines mejor conservados de Asturias, tanto en su diseño como en las especies de árboles exóticos que alberga.
Desde Colombres hay una salida que va a Bustio, debajo de la iglesia, y otra a Villanueva, atravesando la población. Al Norte se edificaron casas de viviendas de moderna factura pero uniformes, que contrastan con la opulencia y el individualismo de las construcciones de los indianos. Y por el Sur, hacia Villanueva, las casas van perdiendo altura, hasta quedar en construcciones de una sola planta y blanqueadas, con un vago aspecto andaluz, en vivo contraste con el colorido y variedad de los palacios indianos.

Información de interés de Ruta de las casonas de indianos

1 Quinta de Guadalupe
2 Casona de Iñigo Noriega Mendoza
3 Ayuntamiento de Ribadedeva
4 Casa Roja
5 Casa de Piedra y anexa
6 Finca Las Raucas
7 Casa de Los Leones
8 La Solana
9 Casas Gemelas de Florencio Noriega
10 El Cantu
11 Iglesia Parroquial de Santa María
12 Quinta Buenavista
13 Villa Delfina (Bustio)
14 La Quinta de Villanueva (Villanueva)
15 La Palmera (Noriega)

Fuente visitada.
desdeasturias.com

sábado, 25 de febrero de 2012

LOS PICOS DE EUROPA


El paisaje áspero de los Picos de Europa, sus montañas, riscos y picachos han sido siempre refugio seguro para sus moradores, que desde aquí eran inexpugnables frente al invasor.

Ya en el Paleolítico Superior (entre 35.000 y 10.000 años de antigüedad), aparece en escena la especie humana. En este período la actividad principal era la caza. Su preferencia por los abrigos rocosos ha dado lugar a una gran cantidad de cuevas paleolíticas con presencia de este arte rupestre en la Península.

Es en el Neolítico cuando el hombre domestica los primeros animales herbívoros y aprende a cultivar la tierra. Surgen así los primeros pobladores de los Picos de Europa que, asentados en los valles, se desplazaban temporalmente a los pastizales de montaña, donde el ganado encontraba abundancia de alimento.

Entre los siglos II y I a.C. llegaron los pueblos Celtas. Antiguos pobladores de estas montañas, eran un pueblo propenso a divinizar los fenómenos y elementos de la naturaleza y distinguido por su valor en la lucha. El "Mons Vindius" era su Dios, al que veneraban, que no era otro que el "Monte Blanco", haciendo alusión a las blanquecinas peñas calizas que asoman de los macizos Central y Occidental. Abrigados por su dios de Piedra, astures y cántabros eran invencibles en las contiendas hasta que el propio César Augusto tuvo que intervenir para conseguir la pacificación tras diez años de luchas internas.

Siete siglos después (año 711), llegaron los árabes y de nuevo las peñas brindaron su protección a los astures. De esta forma, Don Pelayo, con un reducido ejército, consiguió vencer al ejército musulmán, entre aquellos bosques y macizos rocosos, en la famosa batalla de Covadonga (s. VIII). Se había iniciado un proceso que duraría más de 600 años y que se conoció como la Reconquista.

A lo largo de la Edad Media toman protagonismo las iglesias y monasterios, se fundan pequeños pueblos y se construyen caminos entorno a los Picos de Europa.

En estos parajes, la vida se sustentaba en la caza y ganadería. La fauna salvaje era tan abundante que todavía en el siglo XVI los hombres de Abamia iban a misa armados con lanzas. Desde entonces hasta nuestro siglo, el aislamiento geográfico mantuvo tradiciones y paisajes inalterables.

En el marco de las celebraciones que con motivo del 12º centenario de la histórica batalla de Covadonga, el 22 de Julio de 1918 se declara Parque Nacional de la Montaña de Covadonga del macizo de Peña Santa. En Covadonga fraguó para España el ideal de los Parques Nacionales.

Fuente visitada.
el-caminoreal.com

viernes, 24 de febrero de 2012

EL ÍDOLO DE PEÑA TÚ


El Ídolo de Peña Tú se encuentran en el concejo de Llanes en Asturias.
El conjunto neolítico de pinturas y grabados aparecen reflejados en la cara orientada a levante de esta peña situada en la finalización de la Sierra Plana de la Borbolla, esta situación de las pinturas hace que la roca forme un abrigo natural para las pinturas lo que ha posibilitado su conservación hasta nuestros días, preservándola de los rigores meteorológicos.
La roca es conocida desde la antigüedad por los habitantes de los pueblos cercanos si bien no es hasta 1914 cuando se realizan las primeras investigaciones arqueológicas de la roca, destacando desde el primer momento la figura que da nombre al enclave: el Ídolo.
Las pinturas están realizadas en color rojizo y representan de forma esquemática figuras humanas, de las que se puede destacar una en la que lleva una especie de bastón. Diferentes puntos rojos cuya interpretación hoy en día es desconocida. Dentro de este grupo de pinturas muchas de ellas hoy en día casi desaparecidas o con trazos muy endebles se halla también la figura de un animal cuadrúpedo.
Las pinturas se entremezclan con diferentes cruces grabadas en la roca hechas en la época de la cristianización para sacralizar las figuras paganas.
"Esto significa que la tribu no eran nómadas, ya que el hecho de dibujar ídolos significa honor a la cosecha..."

Ídolo y puñal:
Si bien las pinturas son de menor importancia debido a su modesta realización, lo que destaca del conjunto es el Ídolo y su puñal. El ídolo es un ejemplo extraordinario de arte que contrasta con el resto del conjunto. Se trata de una figura de un metro diez centímetros de alto representando la figura antropomorfa de una persona envuelta con una túnica o un ropaje decorado con rectas, trazos cortos y líneas en zig zag. El conjunto remata con un tocado con líneas que salen de él a modo de flecos.
De la figura humana se reflejan sólo los ojos, la nariz y el pie izquierdo.
A la izquierda del ídolo se encuentra dibujado un puñal hacia abajo. Según se cree esto nos indica que la figura hace referencia al enterramiento de un hombre cuyo cargo dentro de la tribu sería la de un gran guerrero o jefe. De hecho casi en la base de la roca se encuentra una cavidad que pudo ser usada para tal fin.
La creencia de que el conjunto se trata de un monumento mortuorio se ve reforzada por la existencia de una serie de túmulos y tumbas prehistóricas en la sierra.
Una posible interpretación simbólica del conjunto es la siguiente: La roca representaría a un dragón o cuélebre que había sembrado el temor entre los lugareños. En este conjunto estaría enterrado el guerrero que le dio muerte, y que aparece grabado en la roca con su mortaja y el arma con la que se enfrentó.



Fuente visitada.
Wikipedia.

miércoles, 22 de febrero de 2012

LA SAUCEDA DE BUELLES


A orillas del río Deva, entre las poblaciones de El Mazo y Buelles, en el concejo de Peñamellera Baja, muy cerca ya del límite oriental con Cantabria, encontramos una de las vegas fluviales más bellas de Asturias. Declarada Monumento Natural, la sauceda de Buelles es una jungla cercana, un lugar tupido y agreste que permite el paso en su interior a través de un camino ribereño pero que exige el máximo respeto medioambiental.
Ya se sabe que los sauces prefieren suelos profundos y húmedos, creciendo lozanos aún dentro del agua. Este hábitat peculiar que buscan es el que nos permite pasear por esta orilla del Deva al amparo de la sombra de sus copas, una sombra que en algunos puntos se convierte en impenetrable, cuando la foresta alcanza su máxima densidad.

Las riberas de los ríos asturianos estuvieron pobladas de los bosques más diversos en especies. Sin embargo, al tratarse de ambientes de gran productividad agrícola gran parte de los bosques de ribera han sido talados. De ahí la importancia de esta sauceda que sigue creciendo en los tramos medios del Deva y que constituye una vega en óptimo estado de conservación, más propia de los tiempos pasados.
Las orillas de los ríos caudalosos como el Deva, muy apropiadas para ser inundadas por el agua, es el lugar donde las especies más resistentes de sauces lograron implantarse definitivamente. Todo es fruto de un proceso de adaptación muy largo y laborioso. La ejemplar vitalidad de la sauceda de Buelles se ha ido creando como un fortín, tronco a tronco y poco a poco; a través del paso del tiempo y del agua. Este bosque ribereño se ha defendido con uñas y dientes gracias a una primera cintura de protección constituida por saucedas arbustivas, perfectamente adaptadas para soportar los embates de las avenidas fluviales. Tras ellas encontramos una segunda cintura se saucedas arbóreas: probablemente la mayor y mejor desarrollada de toda la cornisa cantábrica.
Estamos y a un poco más lejos del cauce, en áreas que no sufren el efecto mecánico de la riada pero que periódicamente son anegadas por las aguas. Aquí es dominante el sauce blanco (Salix alba), especie de gran porte. Habitualmente estas saucedas más interiores han sido uno de los ambientes que en mayor medida han sufrido la agresión humana, dada la extrema fertilidad de los suelos sobre los que se asientan. En Buelles, sin embargo, no se conoce esta agresión, convirtiéndola en una ribera de excepcional interés natural y patrimonial.

El interés faunístico también es considerable. Existen en el área colonias de cría de avión zapador (Riparia riparia) y también son comunes la nutria (Lutra lutra) y la lamprea (Petromyzon marinus). Estas especies están incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Asturiana.
Además, están presentes otras especies tan interesantes y bioindicadoras de la calidad de las aguas como son el salmón atlántico (Salmo salar) y el desmán (Galemys pyrenaicus).
Por otro lado, la aldea de Buelles, así como otras circundantes y próximas a la sauceda que lleva su nombre, presentan un atractivo más que el estrictamente natural. Los inmuebles de indianos salpican el paisaje rural en esta zona. Como ocurre en general en toda Peñamellera Baja. La riqueza del patrimonio arquitectónico en este municipio se cuida con mimo, y bien merece una visita atenta y pausada.

Fuente visitada.
desdeasturias.com

martes, 21 de febrero de 2012

DEPORTES AUTOCTONOS


Asturias es una de las comunidades que mejor ha sabido conservar las tradiciones rurales y por ello el denominado “deporte autóctono” es una práctica habitual. Para toda aquella gente que abomina del pádel, golf y demás especialidades foráneas, ésta es una alternativa autóctona, barata, natural y saludable, que permite quemar calorías de una manera funcional y productiva.

En Asturias se otorga la categoría de deporte a aquellos trabajos cotidianos del mundo rural que han sido reorientados bajo una buena dosis de rivalidad y competitividad. Para salir victorioso no basta con dominar la técnica, se precisa fuerza bruta y mucha resistencia física. Pruebas sólo al alcance de hombres forzudos, curtidos en las labores más duras del campo y de los bosques.
A lo largo de toda la geografía asturiana no es difícil presenciar alguna de estas exhibiciones en las que se miden distintos equipos que representan a sus municipios o localidades. De esta forma, además de alentar la piquilla, el deporte autóctono crea conciencia de comunidad entre parroquias. Durante la jornada de juegos reina el espíritu olímpico, prima la alegría del esfuerzo y el valor educativo del buen ejemplo. Las pruebas son rápidas y hay que estar muy concentrado y ser muy preciso. Como en el corte con hacha o con tronzón; esté último consiste en hacer astillas con ocho troncos, partiéndolos en cuatro partes cada uno y apilando después cada pieza en un castillete en el menor tiempo posible. También existe la modalidad espectacular de Corta en altura, se sube por un tronco vertical, para lo cual se van haciendo pequeños cortes donde se colocan unas cuñas de madera sobre las que se coloca el leñador, hasta llegar arriba, a unos cuatro o cinco metros, donde se realiza el corte en un sorprendente ejercicio que mezcla fuerza y equilibrio.
La carrera de lecheres es otra prueba que no suele faltar. En ella se imita la resistencia de los ganaderos que antiguamente cargaban con las lecheras de 35 litros. Hoy en día, en las competiciones, las lecheras se han sustituido por unos cilindros de hierro macizo con asas de aproximadamente ese peso. La prueba consiste en recorrer con ellas la mayor distancia posible en un tiempo determinado sin apoyarlas en el suelo. En ocasiones es mayor el peso de las lecheras que el de los participantes: una prueba extremadamente dura.

Tiru de cuerda:
Dos equipos de entre 6 y 8 jugadores cada uno se sujetan con fuerza a una cuerda. En ella se han colocado tres cintas. La del medio indica la mitad de la cuerda, y al empezar tiene que coincidir con una marca en el suelo. El equipo ganador será el que haga pasar la cinta más cercana al otro equipo por la marca del suelo.
Tiru al palu, consiste en tirar de un palo situándose los dos contrincantes sentados en el suelo uno frente al otro y con las plantas de los pies apoyadas en una tabla. Gana el tirador que logra poner en pie al contrario.

Levantamiento yunque:
Consistente en levantar un yunque de 18 kilogramos de peso, golpeando abajo en una plataforma colocada a 20 centímetros del suelo y arriba en una chapa colocada a 30 centímetros por encima de la cabeza. Se puede realizar un número determinado de alzadas en el menor tiempo posible o en un tiempo determinado el mayor número de alzadas.

Carrera madreñes:
Deporte rural que consiste en completar un recorrido hasta alcanzar la meta corriendo; con la particularidad del calzado que emplea el deportista: madreñes, icono de la ruralidad asturiana.

Cucaña:
Un juego de locomoción en el que se prueba la destreza en la trepa. El juego consiste en trepar por el tronco hasta la cúpula del mismo, que se adorna con motivos festivos entre los que cuelgan los premios. Estos galardones varían según la costumbre local. Botellas de licor, jamones, chorizos o dinero en metálico. La trepa del deportista se ve dificultada debido a las sustancias deslizantes que, en la mayoría de los casos, se aplican a la superficie del tronco, como jabón o sebo.
En estas muestras de deporte no suele faltar tampoco una de las actividades agrícolas por excelencia en Asturias, al menos la más importante del verano en cuanto a intensidad y número de participantes: la recogida de la hierba. Un laborioso trabajo que incluye la técnica del afilado de la guadaña, la propia siega y la manipulación de los pesados fardos.

No faltan modalidades en las que los animales tienen un papel fundamental. Los caballos, por ejemplo, son los protagonistas de pruebas como las carreras de cintas, el arrastre de peso y la doma en el caso de los asturcones. Los gües (bueyes) también son protagonistas de las pruebas de arrastre de peso.
Entre este repaso de las especialidades deportivas más autóctonas, no pueden faltar los bolos, en sus diferentes modalidades: cuatreada, batiente, palma (o birle), celta (o de Tineo), etc.

Información de interés de Deporte rural asturiano:
En 1991 se fundó el equipo de deporte rural "Seis Conceyos" con el objeto de recuperar una serie de disciplinas que estaban a punto de extinguirse. Esta fecha marca el inicio del deporte rural como competición en plazas de pueblos, villas y ciudades de toda Asturias. Una popularidad que se refrenda en el año 2000, cuando se funda la Federación de Deportes Tradicionales de Asturias.

Actualmente esta institución salvaguarda la esencia del deporte astur organizando certámenes, registrando a los deportistas federados y promoviendo las virtudes de este deporte entre los más pequeños. También se encarga de marcar y perfilar las reglas de juego y las especialidades propiamente asturianas. El Principado presume de salvaguardar una modalidad de deporte que en España encabezan los vascos y en el mundo los neozelandeses.

Fuente visitada.
desdeasturias.com

lunes, 20 de febrero de 2012

LOS HÓRREOS DE ESPINAREDO Y DE BUEÑO


El ámbito rural de Espinaréu (en el concejo de Piloña), es todo un tesoro vivo de otros tiempos. Su antigüedad viene atestiguada principalmente por los hórreos que proliferan en cada esquina. Estas construcciones agrarias son un ingenio antiquísimo que servía para almacenar cosechas y carne de matanza y poner el sustento alimenticio a buen recaudo. Por eso se construían en alto, apoyados en cuatro pilares o pegoyos, para evitar las humedades y conseguir la temperatura precisa, impidiendo a la vez que roedores o alimañas acabasen con las existencias.
Los hórreos formaban parte del paisaje asturiano por la inevitable adaptación humana a un medio hóstil y húmedo. Si usted recorre Asturias comprobará que los hórreos existen. Abundan, más o menos. Sin embargo, en la mayoría de los casos existen como mera excepción diseminados y con baja densidad. En algunos núcleos rurales ni siquiera se observa esta excepción. Por otra parte, siendo excepcionales, normalmente sobreviven ruinosos y estériles, y en muchos caso apenas cumplen otro papel que el de cobijar herramientas, vehículos, o carros del país bajo su estructura.

Espinaréu nos hace olvidar este declive. En pocas zonas se hace querer tanto la antropología asturiana. A base de ver hórreo tras hórreo comprendemos que las aldeas eran territorios cargados de vida e ingenio, y confirmamos con la vista que en esta aldea se encuentra la mayor concentración de hórreos de toda Asturias.
Actualmente los hórreos sirven a otros menesteres, o a ninguno en particular. Sólo en su exterior se aprecia que aún cumplen la función para los que fueron creados, y no es raro verlos adornados con cebollas, ajos y demás productos de la huerta menos perecederos. En este sentido, las actuales neveras y congeladores han relegado al hórreo a un papel casi romántico.
En Espinaréu, como si no hubiese pasado el tiempo, estas construcciones parecen querer decirnos que siguen vivas. No en vano, tienen motivos para mostrarse altaneras, pues en este pueblo se encuentran las construcciones de este tipo más antiguas de Asturias. Si lo deseamos, tendremos ocasión de ver uno por dentro, teniendo en cuenta que todos lo hórreos tiene propietario y están cerrados con llave, así que para acceder a ellos es necesario pedir permiso.

Los hórreos de Espinaréu, como en el resto de Asturias, también guardan una esencia mística, o supersticiosa si se prefiere. El patrimonio etnográfico de la aldea se redondea con los signos de carácter místico-mágicos inscritos en sus tablas. Elementos persuasivos, en muchos casos para alejar los malos espíritus, de origen básicamente celta que fueron dibujados o tallados, primigeniamente, en bosques y cuevas. Estos símbolos conviven con otros meramente ornamentales y conmemorativos que son las marcas del carpintero constructor, y con un buen número de mensajes y lemas generaccionales sujetos a la interpretación y el análisis de los más curiosos.
No se ha dicho que en Espinaréu conviven hórreos y paneras, éstas últimas son muy parecidas a los primeros pero de mayor capacidad, con seis pegoyos en lugar de cuatro, corredor, balaustrada y mayor número de ornamentos. Ambos tipos de construcciones se hacían principalmente en madera de castaño y sus piezas se unían sin un un solo clavo, utilizando cuñas de la propia madera para ensamblarlas.
Se sabe que hórreos y paneras eran vitales en una casa de labranza y que muchas veces, al menos las paneras, formaban parte del ajuar de la novia. Remontándonos más en el tiempo descubrimos que tienen un origen incierto. Hay quien mantiene que los grandes cajones de madera llevados sobre ruedas a los campamentos romanos en las campañas de conquista imperial, antecesores de las actuales caravanas, fueron abandonados con frecuencia y aprovechados por los lugareños, quienes los colocaron sobre unos apoyos para usarlos de almacén.

Espinaréu es un buen móvil para conocer la esencia del campo asturiano, pero es también un magnífico entorno para admirar más aún su paisaje. La cercanía de la montaña y los bosques autóctonos permiten la práctica del senderismo como en pocos lugares. También resulta un lugar muy apropiado para las rutas a caballo y la bicicleta de montaña. El territorio está surcado por los ríos Espinaréu y Sotu. En sus inmediaciones nos encontramos paneles que nos señalizan las rutas. A sólo tres kilómetros del núcleo rural, por la sinuosa carretera que lleva a Riofabar, descubrimos dos excelentes rincones para el descanso: el área recreativa de La Pesanca y el Arboreto de Miera, situadas a orillas del río Infierno e inscritas entre la Sierra de Aves y La Giblaniella. Un enclave afortunado en recursos naturales, con una de las más extensas manchas de haya, robles y castaños de toda Asturias.
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HÓRREOS DE BUEÑO-
La densidad de hórreos y el buen estado de las mismos permite a Bueño presumir de ser una aldea de verdad, de las que bien merece una atenta mirada. Sus caminos y callejuelas, sus quintanas y fincas guardan una armonía esencialmente asturiana; todo un arquetipo de identidad rural.
A escasos 5 kilómetros de Oviedo, la aldea asturiana tiene una de sus mayores glorias etnográficas en la localidad de Bueño (Ribera de Arriba). Con cerca de 50 hórreos y paneras, casi puede decirse que en este pueblo hay tantos graneros asturianos como viviendas.

El mimo a su patrimonio es realmente sorprendente y una ruta interpretativa bien señalizada, “Paseo de los hórreos de Bueño”, nos va detallando en múltiples paneles (con textos y dibujos identificativos) las características principales de estos centenarios almacenes agrarios, así como el nombre y número de piezas que lo componen. Un agradable paseo etnográfico que nos permitirá observar hórreos de distintas épocas, desde el siglo XVI al XX. Once de ellos fueron construidos durante el siglo XVIII. El más antiguo, fechado en el siglo XVI y levantado en el centro del pueblo, destaca por el enorme grosor de sus vigas de madera, lo que da testimonio de los tupidos bosques de la época. El roble y especialmente el castaño, son las maderas que conceden la nobleza imperecedera a unas construcciones que, en Bueño, nos encontramos desperdigadas alrededor del núcleo central que forman el lavadero y la fuente del pueblo, lugares tradicionalmente Comunales. Desde este punto parten los caminos a Quintaniella y Llosalín, y desde aquí se dispersan los hórreos a lo largo de varias callejuelas que ocupan el ancho del valle y se suceden casi sin interrupción. La mayoría están en uso, y muchos de ellos poseen decoraciones variadas, aunque modestas: motivos aislados, seriados y circulares, grabados en la madera de las puertas y las colondras de los hórreos.

En Asturias hay contabilizados 12.000 hórreos y paneras aproximadamente. Al declive rural acompaña siempre el abandono de estos graneros y las preocupaciones consecuentes por su conservación. Bueño quiere ser el exponente de un cambio de tendencia, esforzándose en el mantenimiento de su riqueza rural y siendo la sede del primer Centro Interpretativo del Hórreo en el Principado, una instalación museística en la que, entre otras muchas cosas, se detallan los distintos modelos de cabazos existentes en el mundo, incidiendo en la tipología decorativa asturiana, que permite dividir todos los hórreos de la región en tres estilos: Allande, Villaviciosa y Carreño, ordenados según el mayor protagonismo del color y la decoración. El primero de estos estilos data del siglo XVIII y XIX y se asocia fundamentalmente a paneras. “Villaviciosa” es el primero y más antiguo en la clasificación regional, y suele caracterizarse por un arco sobre la puerta de entrada similar a las portadas románicas. El estilo “Carreño” rinde tributo al municipio asturiano del mismo nombre, donde se localiza una de las mayores concentraciones de graneros, ampliamente decorados y dotados de una o dos puertas principales y alrededor de una decena de colondras o paredes de cierre.

Bueño bien merece una visita, pues en este lugar, además de su patrimonio singular, nos sorprenderá gratamente el pueblo en su conjunto: cuidado, limpio, pulcro, respetuoso con el medio ambiente y las tradiciones. Al hacer entrada en él se suceden los maizales, las huertas y los frutales. Un río dota a este lugar de gran fertilidad agraria, y las quintanas y casas de labor restauradas siguen los cánones arquitectónicos del lugar: piedra caliza de la zona que da un tono sonrosado a las paredes, balcones y galerías de madera en las fachadas, encalados con tonos blancos y cremas, buhardillas y aleros, etc.
Entre sus caleyas se esconde también la pequeña capilla de San Juan de la Mata, fundada en 1725.

Para llegar a Bueño, entrando en Asturias por León (A-66), 4 km. antes de llegar a Oviedo, tomar la salida 35: "La Manjoya-Bueño-El Caleyo".

Una vez en la N-630, seguir las indicaciones "Bueño 1,5".

Fotografía. http://fotofilatelia.blogspot.com/
Fuente visitada.
desdeasturias.com

viernes, 17 de febrero de 2012

POLA DE SIERO Y "LES COMADRES"


El desarrollo de las comunicaciones y su ubicación en pleno centro de Asturias hace que este concejo de 209,32 km2 sea el asentamiento elegido por empresarios emprendedores. La ganadería y la agricultura han ido cediendo espacios hasta quedar reducidas a los núcleos rurales, a la par que el sector servicios ha ido aumentando. Pero Siero no es sólo un buen lugar para trabajar, también lo es para divertirse y pasar los ratos de ocio. El carácter acogedor y alegre de sus gentes se pone en evidencia en cada celebración. Las fiestas típicas que tienen lugar en este municipio son conocidas más allá de las fronteras asturianas. Tan sólo hay que nombrar los Huevos Pintos, de Interés Turístico Nacional, para saber de qué estamos hablando. O El Carmín que en pleno mes de julio concentra a miles de asturianos.
Existe también otro Siero, más desconocido, oculto tras el interés industrial y económico, e incluso tras el festivo y gastronómico. Es el Siero sereno, de llano relieve, que invita a caminar por entre sus piedras y a conocer sus caminos. El que descubre joyas del románico, como la Iglesia de Aramil, molinos, palacios o castros que dan pistas para imaginar un rico legado histórico.
Y acompañando al caminante, al usuario y al vecino, se encuentra la herencia gastronómica, que todos resaltan por sus embutidos, la calidad de sus carnes y productos de la tierra, como las fabes de Argüelles. Todos ellos acompañados de la reina de la asturianía, la sidra, que se consigue en los numerosos lagares del concejo.

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“LES COMADRES" EN POLA DE SIERO-
En Pola de Siero se celebra la fiesta del Jueves de "Les Comadres" por amor a la tradición. En tiempos remotos la celebración estaba mucho más generalizada en toda la provincia pero podemos decir que hoy, es exclusiva esta fiesta de Pola de Siero.

El patrón originario es como sigue: se concentraban, en este caso en la Pola, sólo las mujeres el Jueves de Comadres, jueves antes de Cuaresma; y de ellas sólo las Comadres, sin permitir que se les acercase ningún hombre ya que los hombres organizaban su fiesta (Fiestona), la de Compadres, el domingo Gordo.

Estas eran unas fiestas de meriendas y tanto las mujeres como los hombres llevaban a sus ahijados. Según nos dice Constantino Cabal, en tiempos se celebraban, tanto la fiesta de Comadres, como la de Compadres; en campo libre, como una especie de romería. Esta merienda-romería, se celebraba en el Prau Picón o en el Prau Malato a las afueras de la villa polesa, muy cerca de donde actualmente está enclavado el depósito de suministro de aguas.

Con motivo de esta merienda nace la tradición del BOLLU PREÑAU, que no es más que un simple bollo hecho con masa de harina y que en su interior lleva chorizo. También puede ser de hojaldre. La invención y el arte culinario le añade miles de cosas y le hace miles de formas. En las primeras celebraciones de esta fiesta no sólo era típico el bollo, sino que también la tortilla de sardines salones y no es mucho imaginar que se añadiesen otros ingredientes, como la típica tortilla española, sin faltar en el postre la naranja. Todo ello se regaba con la bebida típica de la región, la sidra. Después de estar la barriga llena, como dice el refrán "de la panza sale la danza", todos se sentían con ganas de fiesta y allí mismo organizaban sus corros de baile bajando después, con el mismo humor y ya caida la tarde, hacia la villa polesa.

La tradición de estas fiestas aún se conserva en Pola pero ha variado mucho. La gente menuda, los niños, aún conservan esta tradición de ir a comadrar en pandillas a las afueras de la villa: el depósito del agua, sitio que mayor atractivo ejerce quizás por la fuerza de la tradición; la Peña Careses, El Romanón, la Peñuca,... Los mayores celebran esta fiesta de muy diversas maneras, desde la merienda típica celebrada en sus casa con los familiares y amigos que acuden ese día, hasta la celebración en locales de sociedades y organizaciones culturales y deportivas, sin olvidar las tertulias de los bares y cafeterías.

Fuentes visitadas.
revistafusion.com
festejospolasiero.es

jueves, 16 de febrero de 2012

RECUERDOS VIEJOS DE VILLAVICIOSA 1.872





Dos solas calles tenía la reducida población, semejando la forma de unos pantalones, según mortificante comparación de localidades vecinas. Sus religiosos habitantes oraban en la iglesia de Santa María y en las conventuales de monjas Clarisas y padres Franciscanos, corporaciones bien amadas de los moradores, recordándose todavía el guardián padre Frutiño, al predicador famoso padre Ron y al alegre fray Miguel, queridísimo de los niños. Frailes y vecinos vivían en estrecho consorcio.

Los principales habitantes eran propietarios, modestos vinculistas, nobles de solar conocido y de armas poner y pintar, en casas de lindas huertas detrás de las dos únicas calles, una del Sol(que en lo antiguo se llamó de la Herrería, hacia su término) y otra del Agua, por donde corría el "regatu" con sobrantes del típico y abundante "cañu".
La cárcel vacía y, poco menos el hospital.
La vida toda muy tranquila y uniforme, patriarcal; la alimentación sin adulteraciones posteriores y menos en el castellano vino de Pericañes; el lujo, apenas conocido, no permitía muchas expansiones sobre la "sarasa"; las íntimas tertulias, los honestos y bailes y las divertidas y extraordinarias funciones por San Juan y la Virgen del Portal, animaban aquella pacífica localidad, que era para el resto de la provincia como Toledo y Sevilla, por sus procesiones del Corpus y Semana Santa.

Así pintaba a Villaviciosa el distinguido escritor. Cuando Ahora visito y recorro Villaviciosa, recuerdo que la alcancé con poco más de dos calles, la del Sol, y las casas solariegas con héraldicos con heráldicos escudos, ya no está "el cañu")enfrente del ensangrentado "Ecce Homo", y le renplazan dos fuentes construidas a la ültima moda; nuevos y populosos son el barrio de la Oliva; el mercado "viejo" ya no lo es, y si "nuevo", mejor que el de muchas capitales; se abrieron calles y carreteras por sitios de abundantes huertas y prados cercados con setos de zarzamoras; y, en una palabra, todo cambió a impulso del progreso. Quedan, como recuerdo del pasado, la bizantina iglesia, la antigua y reducida cárcel sobre restos de las viejas murallas, la casa de los Hevia, donde se hospedó Carlos I; el antiguo ayuntamiento con el escudo concejil del águila austriaca; el ex convento con variadas dependencias; el tranquilo de las Clarisas; y las moradas donde nacieron Solares, Peón, Pidal, Caveda y otros ilustres asturianos... Pero desaparecerán y cambiarán estas memorias, así como miro transformados o desiertos los sitios de alegres esparcimientos, la Alameda, las Carbayeras, las Cascadas de Sorribas, la Barquerina, la Sinagoga con espumosa sidra, y mil rincones de aquella floreciente villa y de su hermoso valle, sin igual en la provincia.

Fuente visitada.
Obras completas,I. (Asturias, concejos y comunicaciones)
Fermín Canella y Secades.

miércoles, 15 de febrero de 2012

UNIVERSIDAD LABORAL DE GIJÓN


A mediados de los años 40 del siglo XX, como consecuencia de un grave accidente laboral en una mina de la cuenca del Caudal, el subsecretario del Ministerio de Trabajo, Carlos Pinilla Turiño, que acudía al funeral de las víctimas, se reúnió en Gijón con un grupo de personalidades locales para impulsar la creación de un Orfanato Minero. Este pasó en efecto a ser constituido en escritura pública otorgada ante notario el día 6 de octubre de 1945 con el nombre de Fundación José Antonio Girón, en homenaje al entonces ministro de Trabajo.

El objetivo fundacional concreto fue el de formar a niños huérfanos de padres víctimas de accidentes laborales en la minería, para lo que se proyectó un edificio que pudiera atender a mil alumnos y que contara con las distintas dependencias requeridas para el desarrollo de la vida estudiantil, como residencia, escuela, talleres industriales, granja, instalaciones deportivas o campos de cultivo. El Ministerio de Trabajo encomendó a la Junta del Patronato de la Fundación la responsabilidad de llevar adelante la obra por Orden de 14 de junio de 1946. Para ello se adquirieron en la carretera de Gijón a Villaviciosa unos terrenos con una superficie de 1 544 572 m², de los que 381 551 m² lo fueron mediante el trámite de expropiación forzosa. Otra superficie complementaria, de 1 464 300 m², se adquirió para la Granja Lloreda, en El Infanzón.

Se encargó la construcción del complejo a un equipo de arquitectos dirigido por el madrileño Luis Moya Blanco y formado por él mismo, su hermano Ramiro Moya Blanco, el gijonés José Marcelino Díez Canteli y Pedro Rodríguez A. de la Puente. Los mejores técnicos de la época se ocuparon de las diferentes especialidades que la obra demandó. Así, los jardines fueron diseñados por Javier Winthuysen Losada, Inspector Nacional de Parques y Jardines Artísticos; el proyecto de granja agronómica se encargó al ingeniero agrónomo Gabino Figar; las esculturas fueron realizadas por Manuel Álvarez Laviada y Florentino Trapero; y los mosaicos por Santiago Padrós, sobre trabajos del pintor sevillano Joaquín Valverde.
Durante el transcurso de las obras, el Ministerio de Trabajo decidió la creación de las Universidades Laborales, destinadas a la formación profesional de los jóvenes, por lo que el Orfelinato Minero acabó transformándose en la Universidad Laboral de Gijón. La enseñanza y dirección del centro se encomendó a la Compañía de Jesús, mientras que de la intendencia se encargó la Orden de las hermanas pobres de Santa Clara (Clarisas). En 1978 se entregó la dirección a personal docente de las Universidades Laborales, que sustituyó a los jesuitas y, pocos años después, se rescindió también el convenio con las monjas.

En su momento fue el Instituto de educación secundaria más grande de España, con cabida para más de 3.000 alumnos.
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AHORA
En el edificio central se encuentran en la actualidad diversas instituciones, como LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos de la Universidad de Oviedo, la Escuela Superior de Arte Dramático de Asturias y el conservatorio profesional de música. En marzo de 2007se inauguró el espacio cultural Laboral Ciudad de la Cultura.
En el resto de terrenos pertenecientes a la "Fundación José Antonio Girón", destinados a la Universidad Laboral de Gijón, se han construido todo tipo de instalaciones. Por ejemplo, en la Granja Lloreda se ha construido un campo de golf municipal y parte de la Granja Agronómica de Somió alberga las dependencias del Instituto de Educación Secundaria Universidad Laboral, mientras que el que fuera convento de las monjas clarisas es actualmente la sede de la Radiotelevisión del Principado de Asturias. Parte de los terrenos para actividades deportivas son ocupados ahora por el Hospital de Cabueñes, el Tanatorio, el Parque Científico Tecnológico de Gijón y el campus de Gijón de la Universidad de Oviedo.

En el ala norte se ubica la sede de la multinacional alemana ThyssenKrupp Elevator, con su centro mundial I+D+i de la unidad de negocio de escaleras mecánicas, pasillos rodantes y pasarelas de embarque, con una nave de aproximadamente dos mil metros cuadrados, en la cual se prueban los prototipos de los futuros modelos de la empresa.
Destaca también el proyecto para la creación de más de un centenar de miniapartamentos para estudiantes y profesores de la Universidad de Oviedo, a modo de residencia universitaria, basándose en el actual modelo europeo de los colegios mayores de las grandes universidades. Esta oferta quiere ser ampliada también a los alumnos del centro de formación profesional.

La cadena hotelera AC Hotels proyecta la apertura de un hotel de cinco estrellas ocupando la antigua residencia femenina.
El edificio ha sido utilizado en varios rodajes cinematográficos, como algunos del director José Luis Garci, La gran aventura de Mortadelo y Filemón, Campamento Flipy o Fuga de cerebros.

Fuente visitada.
Wiquipedia.

martes, 14 de febrero de 2012

CLARÍN Y SU RUTA


Fueron cerca de cuarenta veranos, los que D. Leopoldo Alas pasó en Carreño. Aquí prepara y escribe novelas, cuentos, artículos y conferencias, se cartea con sus editores y sus amigos escritores, corrige pruebas y lee mucho, hace visitas y las recibe, va con frecuencia a baños, romerías, mercaos y fiestas en Candás.
Fruto de esas estancias veraniegas en Guimarán, se convirtió en perspicaz observador de la vida y el paisaje de este concejo campesino y marinero, marcado también por la servidumbre y la emigración a América. Los prados, los campesinos, los clérigos, las familias infanzonas y las aldeas carreñenses pasaron con sus mismos nombres o con otros supuestos a las páginas inmortales de la narrativa clariniana.

La importancia de Leopoldo Alas “Clarín” a nivel internacional inspira al Ayuntamiento de Carreño, en el año 2002, para la creación de un producto turístico tomando como hilo conductor la obra y época del autor, cuyo eje principal son el diseño y señalización de la Ruta Clariniana. Esta ruta está dividida en tres tramos que permiten al visitante su realización de forma autoguiada, correspondientes a los cuentos de “Viaje Redondo”, “Doña Berta” y “Boroña”; aunque las referencias de Carreño en la obra del autor aparecen hasta en un total de catorce obras distintas.
La mencionada iniciativa también incluye la celebración de unas jornadas gastronómicas (“Menús clarinianos”) basadas en platos que figuran en las obras del escritor recogidos a través del trabajo de investigación realizado por los historiadores José Mª González García y Luis Arias González; y, por último, y como colofón, la celebración de un “mercao” inspirado en el S. XIX, el siglo del autor.

El escenario que inspira el mercado clariniano: un poco de historia
El Carreño de Clarín es el de las cuatro últimas décadas del siglo XIX.En esta época las parroquias rurales del concejo desarrollaban una economía autárquica, con la casería como unidad básica de producción. El modelo socioeconómico imperante se basa en la existencia de un manojo de propietarios agrarios (hidalgos, alto clero y burguesía) de los que depende la gran masa de campesinado arrendatario que cultiva la tierra, explota los pastos o la cría de ganado. El arrendador comercializa los excedentes, mientras que el campesinado, cuyos ingresos son escasos, se limita poco más que a subsistir, refugiándose con alguna frecuencia en modelos de economía mixta (agricultura–pesca) como medio de conseguir ingresos adicionales. Los prestamistas se convertirían en una auténtica plaga del mundo rural carreñense.

En tiempos de Clarín, Carreño era totalmente preindustrial y completamente inmiscuido en los parámetros propios del Antiguo Régimen. El Carreño campesino y marinero del XIX producía cereales, castañas, legumbres, frutas y pastos, y se criaba ganado vacuno, caballar, de cerda, lanar y cabrío. Hay también alguna caza, y abundante pesca de sardina, besugo, bonito y otros molinos harineros y las fábricas de salazón de la sardina. Candás se diferenciaba del resto del concejo por la pesca, las salazones y el comercio, cuenta con Casa Consistorial, cárcel, escuela, una iglesia, tres ermitas, cuatro fuentes y 180 casas distribuidas en cinco pequeños barrios: La Cuesta, El Arrabal, El Regueral, La Matiella y el Muelle.
La mayor parte de la población carreñense y candasina vivía en estado de precariedad. Las guerras de Cuba obligaban a la imposición de continuas levas que afectaban a los sectores ya de por si más deprimidos de la sociedad carreñense. La presión demográfica entre 1833 y 1887 complicó más las cosas para los campesinos y la villa marinera. La solución lógica fue la emigración a Cuba e Hispanoamérica.
Seguidamente adviene un ciclo minero con el auge de las explotaciones mineras de hierro, la construcción del ferrocarril minero de Candás–Aboño. Este episodio minero pronto entraría en declive por distintas causas y se extinguiría paulatinamente hasta su práctica desaparición.
La burguesía acomodada de Oviedo y Madrid, puso de moda y dio un toque distinguido a las estancias veraniegas en la villa candasina. Este turismo favoreció el desarrollo de un modesto sector de servicios pensados para el solaz visitante: establecimientos de víveres, tiendas de ropas, cafés, billares, confiterías, almacén de efectos navales, farmacia y fonda.

Mercado o transacciones que se desarrollaban en la época-
Las ferias y mercados candasinos atravesaron una época de escasa relevancia, debido a la fuerte competencia de las ferias y mercados de Gijón y Avilés, lugares a los que acudían los agricultores y ganaderos carreñenses dado que tenían más demanda y mejores precios. En 1841 estaba autorizada en Candás la celebración de una feria anual (durante las fiestas del Cristo) y también un mercado semanal (los jueves). A la vista de la escasa afluencia se cambia su celebración a los domingos y se establecieron una serie de medidas coercitivas (con multas a los productores de Carreño que, por riguroso turno, no se presentaran con sus productos en los mercados candasinos).

En 1891 la corporación municipal decide establecer un coche de transporte costeado con fondos municipales para conducir en los días de mercado compradores de Gijón a Candás. Esta iniciativa estuvo en marcha durante varios años pero no consiguió los fines que pretendía: dado el esplendor de los mercados de las villas vecinas de Avilés y Gijón, no había lugar en el concejo de Carreño para transacciones comerciales de alguna entidad, como ferias o mercados estables.
En los mercados periódicos estaban presentes mercaderías de muy diverso origen. La mayor parte de los mismos eran de carácter primario, procedentes de la zona rural, a las que se unían las manufacturas realizadas por los artesanos. Se trataba de productos agrarios de toda clase, entre los cuales los que ocupaban una mayor parte eran los granos de escanda, trigo, centeno, avena y otros cereales.

El Carreño de Clarín es el de las cuatro últimas décadas del siglo XIX.
En esta época las parroquias rurales del concejo desarrollaban una economía autárquica, con la casería como unidad básica de producción. El modelo socioeconómico imperante se basa en la existencia de un manojo de propietarios agrarios (hidalgos, alto clero y burguesía) de los que depende la gran masa de campesinado arrendatario que cultiva la tierra, explota los pastos o la cría de ganado. El arrendador comercializa los excedentes, mientras que el campesinado, cuyos ingresos son escasos, se limita poco más que a subsistir, refugiándose con alguna frecuencia en modelos de economía mixta (agricultura–pesca) como medio de conseguir ingresos adicionales. Los prestamistas se convertirían en una auténtica plaga del mundo rural carreñense.

En tiempos de Clarín, Carreño era totalmente preindustrial y completamente inmiscuido en los parámetros propios del Antiguo Régimen. El Carreño campesino y marinero del XIX producía cereales, castañas, legumbres, frutas y pastos, y se criaba ganado vacuno, caballar, de cerda, lanar y cabrío. Hay también alguna caza, y abundante pesca de sardina, besugo, bonito y otros molinos harineros y las fábricas de salazón de la sardina. Candás se diferenciaba del resto del concejo por la pesca, las salazones y el comercio, cuenta con Casa Consistorial, cárcel, escuela, una iglesia, tres ermitas, cuatro fuentes y 180 casas distribuidas en cinco pequeños barrios: La Cuesta, El Arrabal, El Regueral, La Matiella y el Muelle.
La mayor parte de la población carreñense y candasina vivía en estado de precariedad. Las guerras de Cuba obligaban a la imposición de continuas levas que afectaban a los sectores ya de por si más deprimidos de la sociedad carreñense. La presión demográfica entre 1833 y 1887 complicó más las cosas para los campesinos y la villa marinera. La solución lógica fue la emigración a Cuba e Hispanoamérica, emigrantes carreñenses saldrían a Ultramar en busca de la tierra que les vio nacer, con algunas inversiones y obras filantrópicas.
Seguidamente adviene un ciclo minero con el auge de las explotaciones mineras de hierro, la construcción del ferrocarril minero de Candás–Aboño. Este episodio minero pronto entraría en declive por distintas causas y se extinguiría paulatinamente hasta su práctica desaparición.
La burguesía acomodada de Oviedo y Madrid, puso de moda y dio un toque distinguido a las estancias veraniegas en la villa candasina. Este turismo favoreció el desarrollo de un modesto sector de servicios pensados para el solaz visitante: establecimientos de víveres, tiendas de ropas, cafés, billares, confiterías, almacén de efectos navales, farmacia y fonda.

Rutas Clarinianas-
La Ruta Clariniana es una experiencia literaria-turística única en España. Por primera vez la narración se encuentra inmersa en el paisaje, en el escenario donde acontecen los hechos.
Durante el recorrido el visitante podrá disfrutar leyendo las citas del propio escritor, alusivas a los parajes carreñenses y sus gentes. Además están señalizados cruces y lugares de interés.
La Ruta Clariniana por tierras de Carreño hay que hacerla con un libro en la mano o, en su defecto, en la memoria. La literatura se une al turismo en un matrimonio perfecto.
Gracias a un verbo privilegiado, dotado de la premura del viento para unir letras, formar palabras, componer frases y crear historias, pasearemos del brazo de Doña Berta por Piedeloro, leeremos el Viaje Redondo conociendo Logrezana y Guimarán y con “Pepe Francisca”, el protagonista de Boroña, visitaremos las parroquias de Prendes y Albandi.
El estudiante conoce en sus primeros años de instituto La Regenta, lectura obligada. Esta novela, la más importante del siglo XIX, fue el método con el que Clarín criticó a la sociedad de su tiempo cuando aún no existían los grandes medios de comunicación y las nuevas tecnologías no eran ni tan siquiera imaginadas. Al igual que esta obra oculta entre líneas historias poco conocidas, las obras de Clarín no sólo cuentan las historias de los personajes que les dan vida sino que hablan de lugares descritos con la precisión de quien los conoce y los recorre muchas veces a lo largo de su vida.
Pasear formando parte de la historia. Ésta podría ser la sensación que se quiere transmitir con las Rutas Clarinianas. Veintisiete kilómetros de dificultad media, divididas en tres tramos que recorren los lugares de los que habla Clarín en sus obras.

Fuenta visitada.
Revista .fusionasturias.com

domingo, 12 de febrero de 2012

GIJÓN EN NUESTROS DÍAS (AÑO 1.895)


... Aunque Rendueles, que escribió en 1.865-67, dice en la página 411 que desde el año 1.707 no se habían verificado corridas de toros en Gijón, es lo cierto que las hubo en 1.860-62, en una gran plaza de madera construida fuera de las fortificaciones, a un lado del actual paseo de Begoña, cerca del kiosco de la música; y, no menos cierto que torearon en ella los célebres Tato y Regatero, y que a las corridas asistieron personajes de primera fila, entre ellos el general Prim.

En 1.889 se construyó el segundo cuerpo del instituto, obra que se debe principalmente a las activas gestiones del diputado por Gijón don Álvaro Armada Valdés, conde actual de Revillagigedo, y él contribuyó también con su influencia para que en 1.892 fuese declarado provincial el instituto. En este edificio se guarda la inapreciable colección de bocetos, que formó Jovellanos, de los mejores pintores conocidos.

El nuevo matadero, con númerosas e higiénicas dependencias, establecido en el barrio del Natahoyo, fue construido en 1.890. Este año empezó a funcionar el tranvía hasta la Guía, el 30 de marzo, domingo de Ramos; después fue prolongado hasta Somió, en 1.892, y se inauguró hasta el Natahoyo en 22 de noviembre de 1.895. El recorrido total es de 6.000 metros, y el número de billetes expedidos al año alcanza a unos
500.000.

El teatro de verano El Edén, recientemente derruido, habiase abierto al público como tal teatro en 1.892, si bien ya existía con el nombre de Las Carolinas.

El frontón de Vista Alegre y el teatro Cómico de Begoña fueron establecidos en 1.893.

En 1.894 quedó instalada la Cocina Económica; y el municipio construyó recientemente edificios destinados a depósito de vinos o fielato, y a almacén de obras públicas, en la calle del Marqués de San Esteban; y dotó de casa escuela a todas las parroquias rurales del concejo.

Imposible se hace detenernos a enumerar siquiera los principales acontacimientos de estos últimos tiempos. De los más notables citaremos algunos:
Cada año aumenta la villa en importancia y en población; los veranos, la convierten en uno de los primeros pueblos de España; vese obligada a multiplicar los festejos cada temporada; celebró exposiciones de productos y manufactura local en el Ateneo Casino Obrero, en 1.888; en el Instituto de Jovellanos, en 1.891, certámenes de todas clases; corridas de toros y cuanto puede imaginarse en punto a fiestas populares para atraer y agasajar al forastero.
Las celebradas en el verano de 1.891 pueden ser calificadas de famosas. Durante ellas fueron inauguradas las estatuas de bronce del Rey Pelayo (primera en España), obra del escultor don José María López, fundida en Gijón, y la del sabio gijonés Jovellanos, obra del señor Fuxá, fundida en Barcelona; entregada la bandera en la concha de Gijón al acorazado Pelayo; verificados por primera vez en la villa juegos florales, en los que un hijo de Gijón (el autor de estos renglones)obtuvo la flor natural del primer premio del concurso(el de su majestad la reina regente); y colocada en el torreón del Este de la casa de los Jovellanos en una lápida (...).

Hay matriculados en Gijón 58 coches de lujo y 55 de alquiler, y puede calcularse que el número de estos vehículos es mucho mayor, por no hallarse matriculados todos. El número de carros destinados al tráfico y servicio de las fábricas es incalculable; pero creemos acercarnos a la verdadera cifra si fijamos en 500 a 600 el número de vehículos de esta especie(...).

El muro de San Lorenzo, subastado hace poco tiempo por el ayuntamiento en 147.000 pesetas y ya empezado; la iglesia parroquial de San José, donde en marzo se inaugurará el culto en la parte del ábside y crucero, faltando por construir las naves y la torre, y el asilo de huérfanos de Santa Laureana que en Somió ha levantado don Acisclo Fernández Vallín y Bustillo, instituto próximo a ser inaugurado.

Comenzaron las obras de reparación y ampliación en la iglesia de San Pedro(...), Además, proyéctase por la Junta de Obras del Puerto, adquirir los muelles de Fomento (...); la de una escuela de párvulos (...); la de una plaza cubierta el el Humedal, sobre los terrenos que ocupara el foso; parece cosa resuelta el establecimiento de un Monte de Piedad, y tiene solicitados el antiguo contratista del Edén terrenos en el Paseo de Begoña por 28 años, para establecer un teatro de verano donde se inviertan como minimo 16.000 duros....

(Calixto de Rato y Roces
Gijón,1.857-1.947)

Fuente visitada.
Escrito sobre Gijón-Selección de Textos.
Compilación de José Antonio Mases.

sábado, 11 de febrero de 2012

IGLESIA DE LA SANTA CRUZ CANGAS DE ONÍS


Iglesia de la Santa Cruz de Cangas de Onís. Templo católico situado en el municipio de Cangas de Onís, en Asturias.
En ella fueron sepultados el rey Favila de Asturias, segundo monarca de Asturias e hijo de don Pelayo, y su esposa, la reina Froiluba, quienes habían ordenado la edificación de la iglesia.
Sobre el montículo artificial el Rey Favila y su esposa, la reina Froiluba, ordenaron edificar en el año 737 la iglesia de la Santa Cruz. Según reza la lápida fundacional de la iglesia, esta fue consagrada el día 27 de octubre del año 737.
El templo se denominó de esta forma pues albergó la cruz de roble que Pelayo portaba en la Batalla de Covadonga y que más tarde se convertiría en La Cruz de la Victoria.
Se cree que fue el primer templo cristiano que se construyó en Asturias y por tanto en España después de la invasión de España por el Islam, también se dice que la lápida de consagración es el primer monumento literario de la Reconquista.
La iglesia fue totalmente restaurada en dos ocasiones, la primera en 1632, y la segunda en 1950, tras su destrucción durante la Guerra Civil Española, en agosto de 1936, cuando las autoridades locales tomaron la decisión de derruir la iglesia para dejar a la vista un dolmen respetado por los constructores de la primitiva capilla. Del templo inicial sólo se conserva la lápida de consagración.

Después de su defunción, el cadáver del rey Fávila de Asturias, hijo del rey don Pelayo y de la reina Gaudiosa, según refiere el cronista Ambrosio de Morales, recibió sepultura en la iglesia de la Santa Cruz de Cangas de Onís, que el monarca había ordenado erigir junto con su esposa, la reina Froiluba. En la misma iglesia, según refiere el mismo cronista, recibió sepultura la reina Froiluba, esposa del rey Favila, aunque los restos mortales de ambos monarcas no se conservan en la actualidad.

Dolmen-
El dolmen está situado bajo la iglesia, en un montículo artificial que deja ver la cámara en la que se guarda el dolmen. La cámara tiene una altura de más de tres metros y está construido con la arena y los cantos rodados extraídos de los ríos cercanos. Tiene una forma poligonal, con una apertura orientada hacia el este para su ingreso. Dentro de la cámara podemos encontrar cinco grandes losas o lajas y otras dos de menor tamaña. La mayor de estas lajas es la que forma el cabecero del sepulcro, esta laja rectangular tiene una altura de 2.25 metros y está labrada. El resto de las lajas, de menor tamaño están menos decoradas que el cabecero. Toda la cámara está adornada por grabados y dibujos en los que el tinte rojo predomina sobre otros colores como el negro, también se encuentran otros modelos de decoración como el picado o piqueteado de la pared y los trazos incisos. La escena final que se debería mostrar en su percepción inicial es la del cabecero profusamente ornamentado que se ve desde fuera por el hueco orientado al este y el resto de la cámara decorado de manera que el cabacero sería la escena central de todo el escenario.
En las excavaciones realizadas en este yacimiento se halló un hacha de fibrolita.
El conjunto fue declarado monumento en 1931.

Fuente visitada.
Wikipedia.

viernes, 10 de febrero de 2012

1.895 LAS CAMPANAS DE LA CATEDRAL


Las campanas de mi pueblo:

Claro es que las campanas están en la torre; y la torre de mi pueblo no tiene rival en toda España. Hablo de la torre de la iglesia Catedral: cuantos la ven se enamoran de ella, y Vinader el arqueólogo la alaba como se merece.

Pero si la esbeltez y gentileza de la incomparable torre es como un cuerpo de piedra admirablemente tallado y de elegantes proporciones, el alma de ese cuerpo son las campanas.

¿No? Ved cómo avisan á los fíeles y comunican, á la ciudad toda, alegría y tristeza según los casos; escuchad su acento bullicioso, y sabed que, cuantas veces hablan, algo quieren decir, algo importante y significativo. Congregan al pueblo cristiano; son los nuncios de las fiestas que se avecinan ó de los misterios inefables que dentro del templo se celebran ó van á celebrarse.

Son seis las campanas; y cuando las percibo hiriendo los aires con sus encantadoras vibraciones, ya aisladas, ya unidas, ya en conjunto, antójaseme ver en ellas los timbres todos de la humana voz y de la armonía musical. La mayor, grave y majestuosa, llámase la Santa Cruz y se me figura ser su acento al de la voz de bajo profundo: la segunda llamada Bamba tiene algo así como sonido de tenor-barítono: el llamado Esquilón es un tenor muy formal y cumplido; la Santa Bárbara con su timbre argentino pasar puede por soberbio contralto: y los dos Cimbalillos, parleros é inquietos siempre, no están, al lado de los otros bronces, mal calificados como tiples.

Tiene la Santa Cruz nombre muy apropiado, siendo ella la campana mayor de un templo dedicado al Salvador del mundo, y á esa advocación tan significativa responden bien los ministerios que en la vida y órden interior de la casa de Dios se le encomiendan. Tres campanadas suyas graves y sonoras marcan al mediodía la Plenaria, la hora de las doce, y otras tres suenan al anochecer brindando á los fieles á honrar á la Virgen con las tres Ave Marías de la Salutación Angélica.

Cinco veces suena la Santa Cruz al alzar, ó sea en el momento solemne de la Elevación, en todas las Misas cantadas, para que la piedad cristiana de la ciudad toda pueda entonces adorar en espíritu al augusto Sacramento.

Tócase á vuelo la Santa Cruz durante la hermosa procesión del Vexilla en las Vísperas de las dominicas de Pasión y de Ramos, procesión vulgarmente llamada del Penden de Lázaro; y á vuelo también se agita la Santa Cruz para avisar al pueblo creyente que se acerca el momento de exponer la incomparable reliquia del Santo Sudario en el día de la Exaltación y su octava. Anuncia la Santa Cruz con veinticinco campanadas, despues del toque de Oraciones, que al día siguiente habrá sermón en la Santa Iglesia; y suena asimismo la campana mayor una y otra vez con insistencia siempre que el santo Viático vá á salir para algun Canónigo, beneficiado ó empleado en la Catedral Basílica.

La Bamba no recuerda ciertamente el nombre del rey godo asi llamado, sino que recibió del vulgo esa denominación, onomatopéyica que diría un retórico, de su especial timbre y sonido. Anuncia la Bamba casi todos los días del año el próximo comienzo de las horas canónicas de la mañana: se tañe también, alternando con la Santa Cruz, en las Vísperas de las grandes festividades; y avisa tirada á vuelo la próxima hora de los solemnes Maitines durante la octava del Corpus y en la tarde del Miércoles Santo. Pero el sonido mas característico de la Bamba es el doblar á muerto. Ayudada del Esquilón, despide de sí un quejido ó lamento tan especial que lleva la tristeza al ánimo, y los labios murmuran espontáneamente, al escucharla, una plegaria por el Capitular fallecido, por el Canónigo ó bienhechor que en aniversario anual se recuerda, ó por los fieles en general cuando en la víspera y día de Difuntos se nos advierte que la iglesia es tan democrática en pedir sin excepción por todos sus hijos como la misma muerte que á nadie deja de tocar con su mano niveladora.

¿Y qué diré yo de la Santa Bárbara, la de plateada voz y hermoso timbre? No le está asignado oficio especial, sinó que alterna y se combina con su vecino el Esquilón que señala él solo durante el día el principio de las Horas Canónicas en varias festividades y se echa á vuelo diariamente como final del toque de oración. Pero Santa Bárbara puede ser llamada la Patrona de la torre: en ésta tiene la Virgen y Mártir de Nicomedia efigie y altar especiales frente á la campana de que se habla; y allí se celebraba años hace el Santo Sacrificio el día 4 de Diciembre oyéndose continuos disparos de mortero desde el amanecer, siendo el prohombre de ésta que era la fiesta de la torre el inolvidable sacristán mayor D. Fernando López, que á la benéfica sombra de la Santa Iglesia había pasado toda su larga vida. ¡Oh variedad común, mudanza cierta! de esta solemnidad no queda hoy mas que la memoria.

Pero las campanas de mi pueblo, cuando hay que oirlas, es en conjunto, uniéndose sus timbres y voces en el especial toque que tiene el nombre de repique general: nada mas bello y harmonioso, nada que mas deleite al oido menos avisado; y entonces si que puede decirse de las campanas que son voces sonoras que se elevan al cíelo para cantarlas glorias y alabanzas del Señor. Cuando así suenan todas, anuncian las vísperas de las principales festividades del año: táñense también asi para avisar la salida de las procesiones que recorren las calles de la ciudad é indican igualmente la inmediata exposición del Santísimo Sacramento ó la salida de éste por Viático. Suenan, por último, todas juntas al mediodía y al anochecer de las vísperas de las mas grandes ó especiales solemnidades como son: Corpus, S. Pedro y S. Pablo, S. Salvador, Asunción, S. Roque, Dedicación de la Santa Iglesia y Traslación y Festividad de Santa Eulalia.

Entrar en mas, detalles sobre las campanas de mi ciudad natal sería curioso, porque el tema, créeme, lector amigo, que es fecundo; pero sería también cuento de nunca acabar. Y si de las campanas pasáramos á los campaneros de oficio y á los de afición, esto es, á los tiempos de la infancia de los chicos de la vecindad y aún de la población entera; ¡qué filón para ser explotado por una imaginación brillante! Pero, como yo carezco de ella... punto final.

Allá por Suiza y Alemania hay campanas dispuestas en escala y con las notas y cadencia del diapason músical: neque invideo, como dijo el latino, imposible que suenen mejor que estas de casa. ¿Qué diría, si las oyese, Chateaubriand que tanto bueno dijo sobre las campanas?


Oviedo -1895
Almanaque Asturiano
El Carbayón (1895)

Fuente visitada.

jueves, 9 de febrero de 2012

PEDRO DURO FUNDADOR DE FÁBRICA DE LA FELGUERA









Siendo aún niño se traslada desde su Rioja natal hasta Madrid, donde consigue los suficientes beneficios como para apostar por la fundación de una siderurgia.
Tras la muerte de su esposa por enfermedad, comienza a buscar el emplazamiento adecuado para su arriesgado proyecto. Encuentra la localidad de La Felguera, en el municipio asturiano de Langreo, donde existe una comunicación apropiada (Carretera Carbonera y Ferrocarril de Langreo), así como recursos naturales idóneos tales como agua (río Nalón y Candín) y carbón (Reales Minas de Langreo).
Funda así la empresa Duro y Compañía con la ayuda de algunos socios como Julián Duro, el Marqués de Pindal (ex-ministro de Hacienda) o el Marqués de Camposagrado entre otros. El objetivo de la sociedad que conformaron eran, textualmente, establecer en el sitio llamado La Felguera, una fábrica de hierro de altos hornos, para la elaboración de hierro. Esto sucedía en 1857. La fábrica se construyó en la vega del río, en una zona conocido como La Felguera, debido a la abundancia de helechos, por ese motivo la empresa adoptó el nombre de Fábrica de La Felguera (en asturiano, lugar donde abundan los helechos), y de esta manera, toda la población conocida anteriormente como Turiellos pasó a denominarse La Felguera en el momento en que empezó a expandirse.

En 1875 el complejo, que se ocupaba de la siderurgia y el carbón, era el tercero en producción de hierro a nivel nacional y pocos años después el primero. Durante todo el siglo XX, Duro Felguera fue la mayor empresa siderúrgico-carbonera de España. Su labor motivó la expansión industrial en toda Asturias. Pedro Duro creó asistencia médico-farmacéutica para sus trabajadores, cajas de ahorros, cajas de socorros, viviendas baratas para las familias de éstos, escuelas gratuitas para sus hijos, etc. siendo su fábrica una de las más avanzadas socialmente de la época. Él mismo estaba convencido de su buena relación con sus empleados, con los cuales mantenía constante diálogo. Tras su muerte, la Fábrica continuó esta importante labor social y cultural. Cuando abrió el primer horno alto, que llevó por nombre Nuestra Señora del Pilar, fue a vivir con él su única hija Pilar Duro, que aún era una niña. Esta tuvo cinco hijos: Dolores Fernández Duro (futura marquesa de La Felguera), Josefina, Pedro, Matías y Jesús (Caballero de la Legión de Honor francesa).

La muerte de su hija Pilar a los 26 años le produjo una enorme tristeza que agudizó sus continuos problemas de salud. Tras varias visitas a Madrid para ser tratado, regresó a La Felguera, donde falleció en la tarde del 11 de marzo de 1886 momento en el que repicaron las campanas de la Iglesia y simultáneamente las sirenas de las fábricas.

Homenajes-
En 1895 los obreros de la Fábrica levantaron una gran estatua en honor a Duro, costeada por ellos mismos, que actualmente se encuentra en el parque Dolores Fernández Duro de la villa, rematada con la inscripción: "Los obreros de la Fábrica de La Felguera, a su fundador, Pedro Duro". Es la séptima estatua más antigua de Asturias; en ésta se realiza cada 29 de junio (festividad de San Pedro), una ofrenda floral. Sus restos y los de su familia descansan en la cripta de la Iglesia de San Pedro, a donde fueron trasladados en 2008 desde el cementerio municipal.

Fuente visitada.
Wikipedia

miércoles, 8 de febrero de 2012

INTERPRETES DE TONADA


En el libro de José María Marcilla, titulado Un Hito en la Historia de la Cultura Asturiana, edición del Ayuntamiento de Oviedo en 1996, en relación con el Concurso y Muestra de Folklore “Ciudad de Oviedo”, aparecen una serie datos y biografías al que remitimos a todos los interesados en el tema.

ÁNGEL GONZÁLEZ “El Mara”, nació en Nubledo (Corvera de Asturias) en 1889, falleció en Oviedo en 1955.

JOSÉ MENÉNDEZ CARREÑO “Cuchichi”, nació en 1890 en el barrio de Pumarín en Oviedo y falleció en 1978. En la Habana, en 1918 graba su primer disco con “La Voz de su Amo” junto con su amigo José Martínez “Botón”.

VICENTE MIRANDA RODRÍGUEZ “Miranda”, de “Los cuatro ases”. Nació en Oviedo en 1897, y murió en marzo de 1975.

ENRIQUE CLAVEROL ESTRADA, Nació en Oviedo en 1872 en la calle Santa Clara, en el seno de una familia de músicos. Tocaba el clarinete en la misma formación que Teodoro Cuesta tocaba la flauta. Tuvo una hija, Rosita, que también cantaba. Falleció en 1950.

“XUACU EL DE SAMA” Joaquín Martínez González, nació en 1890 y murió en 1935. Su padre era cantero y su madre labradora. A su muerte el poeta Alfonso Camín escribía:

“Y dejaban las mozas con los ojos en brasa,
para escuchar a Xuacu, los quehaceres de casa.
Y los hombres, muy hombres, se quedaban parados,
La sidra tenía garbo de pañuelos bordados,

Cuando al son de su canto, la escanciaba el chigrero.
Se tocaba la gaita, florecía el puntero.
Y el tambor se callaba, para dar paso a aquella voz.....”

SANTOS BANDERA, Santos Feliciano Alonso Muñiz, nació en Casquellu (Felechosa) en 1895, murió en 1948.

OBDULIA ÁLVAREZ, “La Busdonga”, nació en Fuente de la Plata (Oviedo) en 1896, se traslada con sus padres a vivir a Mieres, donde regentan un chigre. Cantaba acompañada a la gaita por su hermano Ángel, “El Busdongo”. Muere en Gijón en 1960, donde residía desde 1934.

JUANÍN DE MIERES , nació en Oñón (Mieres) en 1905. Tiene grabadas más de cuarenta canciones en nueve discos.

CHUCHA DE NEMBRA (Jesusa Fernández González) Nació en Nembra (Aller) En 1966 actúa por primera vez en público en el IV Concurso del diario Región, obteniendo el cuarto premio. Como consecuencia es invitada por el Centro Asturiano de Madrid y actúa en el Teatro Calderón. Viaja por España dando conciertos y ganando varios premios actuando en Centros Asturianos. En 1994 ganó el Primer Premio en el II Concurso y Muestra de Folclore Ciudad de Uviéu.

JOSÉ GARCÍA GONZÁLEZ “CHE DE BOLAÑOS”
Desde 1972 participa en varios concursos obteniendo numerosos premios tales como campeón en Tudela Veguín, El Entrego, Lieres, Candás, Grado...En 1979 y 1980 queda primero en La Felguera y en 1983 gana el concurso de HUNOSA. En 1993 queda subcampeón en el Concurso y Muestra de Folclore Ciudad de Uviéu y al año siguiente campeón. Ha sido contratado por casi la totalidad de Centros Asturianos en España y fuera de nuestras fronteras actuó en Bélgica, Alemania, Suiza y Luxemburgo. En América cantó en Argentina en los centros de Buenos Aires, Mar del Plata y Santa Fé.

EDUARDO LÓPEZ FERNÁNDEZ
Nació en 1979. Participó en el XIV Concurso Regional de la Canción Asturiana en 1988
quedando en 5º puesto. Consiguió al año siguiente el 2º premio y en 1990 obtuvo el primer premio de este concurso. En el Memorial “Remis Ovalle”, consigue en 1992 el segundo puesto, y en 1993 el primer puesto. En el festival de Lorient también consigue el segundo y cuarto puesto en los años 1993 y 1994. En el I Concurso y Muesgra del Folclore Ciudad de Uviéu consigue el cuarto puesto y al año siguiente el primer puesto. También se distingue por ser violinista, cursando sus estudios en el Conservatorio “Eduardo Martínez Torner” de Uviéu.

JOAQUÍN PIXÁN
Nació en Cangas del Narcea, y utiliza el nombre del lugar de nacimiento como apellido de su identidad artística. Según José León Delestal su voz tiene calidad en el timbre, volumen, amplitud de registro, valentía en los agudos, suavidad aterciopelada en los pianísimos, emoción y carácter en todas sus dimensiones. Interpreta con un arte muy personal.

MARILUZ CRISTÓBAL CAUNEDO
Nacida en Máñores (Tineo) en 1948, pasa su infancia en Cueva (Salas) en un ambiente muy favorable a la canción asturiana. Su historia como intérprete de tonada comienza en 1977, que había comenzado al escuchar viejos discos de figuras consagradas. Su modelo era Obdulia Álvarez “La Busdonga”. Poco a poco construye un estilo propio consiguiendo numerosos premios en concursos, y a partir de aquí empieza a grabar. Su primer disco, que comparte con
Enrique García Palicio “El Abogáu” y Manolo Quirós a la gaita, se edita en 1980. Después realiza diversas participaciones como por ejemplo en “Muyeres”, “Cantares de sidra y chigre”... El primer disco en solitario se titula “Onde la ñublina posa” en 1999.

Fuente visitada.
unioviedo.es

martes, 7 de febrero de 2012

EL TEJO


El tejo común. Es un árbol discreto. Al verlo, muy pocos se imaginan que tras este ser de apariencia triste, se esconde uno de los árboles que más ha influido en gran parte de la historia de Occidente. Numerosos pueblos de la geografía española como Teixeiro, Teixido o El Tejo, son reflejo de la importancia que tuvo en el pasado. Por desgracia, hoy en día, en alguno de estos pueblos no existe un solo tejo silvestre vivo.
Mary Rose, el barco preferido del rey de Inglaterra Enrique VIII. Hundido en 1545, en su interior se han encontrado 167 arcos hechos de madera de tejo, lo que demuestra el interés que este árbol tenía en la antigüedad. Aunque en este caso, desgraciadamente fuera para matar.
Uno de los instrumentos de madera más antiguos que se conocen, es un hacha de tejo de 36,7 cm. de longitud hallada en 1911 en Clacton (Inglaterra), a la que le calculan unos 50.000 años de antigüedad. Los mejores arcos, eran los de madera de tejo. Cuenta la leyenda que el arco de Robin Hood era de este material. Hubo un tiempo, en que los bosques de tejos tenían una enorme importancia estratégica. Tener muchos tejos, significaba que el suministro de armas en tiempos de guerra estaba garantizado.

Las virtudes curativas del tejo son conocidas desde hace milenios. El emperador Claudio publicó un edicto en el que señalaba al tejo como el mejor antídoto contra las picaduras de ofidios. Sin embargo, la utilidad medicinal del tejo, con el tiempo quedó en desuso. Hasta que en 1971 un instituto americano descubrió en la corteza del tejo del Pacífico (Taxus brevifolia), el taxol, una sustancia que hoy en día es uno de los más potentes anticancerígenos. Sin embargo, para tratar a una sola persona se necesitan talar dos o tres tejos del Pacífico adultos. Por esta razón, los bosques de taxus brevifolia fueron esquilmados. Afortunadamente, los científicos han podido sintetizar la sustancia en laboratorio. Además se ha descubierto en el tejo común una sustancia parecida al taxol, y para obtenerla, no es preciso talar el árbol, pues se encuentra en las hojas y se pueden utilizar las ramas de las podas. No despreciemos al tejo, a lo mejor un día nos salva la vida.

Del mismo modo que cura, el tejo puede matar. Todas las partes del tejo, excepto la carne roja de las bayas, contienen taxina, un potente alcaloide. Julio César cuenta que Catuvalcus, jefe de los eburones, se suicidó con una infusión de tejo. Los tóxicos del tejo paralizan el sistema nervioso central. La ingestión de tejo acelera el pulso al principio, que después se va volviendo más lento e irregular. La muerte se produce por parálisis respiratoria. Caballos y asnos son sensibles a este veneno, se sabe de equinos que han caído fulminados a los pocos minutos de haber ingerido hojas de tejo. En cambio, otros animales como conejos y gatos son inmunes a la taxina. La carne roja de la baya del tejo, es, en contra de lo que muchos piensan, la única parte no venenosa del árbol. Las intoxicaciones, normalmente se producen al mordisquear hojas o ramillas.

El tejo es uno de los árboles más longevos del mundo. Del tejo de Fortingall-Escocia, se dice que es el árbol más viejo de Europa. Una inscripción al pie, le atribuye 5000 años, aunque estimaciones, seguramente más realistas, rebajan su edad a unos 2000. De lo que no hay duda es que este tejo, con sus 15,83 de diámetro de tronco, es el más grande del mundo. La leyenda cuenta que Poncio Pilato era hijo de una mujer de la localidad y de un oficial romano, y jugaba en este tejo cuando era niño. En la actualidad, el tejo de Fortingall, está muy desmejorado. Su tronco, al igual que otros muchos viejos tejos, está ahuecado, y partido por la mitad. Los años, no pasan en balde, ni siquiera para los tejos.

En la Península Ibérica, aunque han sido diezmados en los últimos siglos, todavía podemos encontrar ejemplares notabilísimos. El "Teixedal de Casaio" en Peña Trevinca, un bosque compuesto por trescientos tejos centenarios, incluso se habla de alguno milenario, es sin duda el mejor conservado de España. Y aunque se dice que los tejos más impresionantes están en las Islas Británicas, tejos como el "Texu L Iglesia" en Quirós-Asturias con 15 m. de alto y 6,6 m. de perímetro no desmerecen en absoluto. El tejo fue un árbol sagrado para los Celtas. Los druidas con sus ramas hacían bastones "mágicos" y con palillos de tejo adivinaban el futuro. La llegada del cristianismo no cambió éste aura mística del tejo. Los cristianos, a menudo construyeron sus iglesias y cementerios al lado de tejos que ya habían sido sagrados para los Celtas.

Fuente visitada.
terra.es

lunes, 6 de febrero de 2012

EL CONCEJO DE TEVERGA


Concejo de Asturias (España). Se encuentra situado entre el centro y el occidente de la región. De territorio montañoso, es una suerte de franja en dirección noroeste-sureste. Limita al norte con los concejos de Belmonte de Miranda, Grado, Proaza y Yernes y Tameza, al este con Quirós y al oeste con Somiedo. Al sur, el puerto Ventana lo comunica con la provincia de León. Su red viaria se articula en torno a la AS-228, que llega desde Proaza hasta el citado puerto.
Geografía
Los ríos Valdecarzana, Valdesantibanes y Valdesampedro se unen en Entrago y forman el río Teverga. Posteriormente este último se une al Quirós, en Proaza, formando así el curso del Trubia, en el valle y la comarca del mismo nombre, donde se encuentran los concejos de Quirós, Teverga, Proaza y Santo Adriano.

Los valles teverganos se asientan generalmente sobre materiales carboníferos y pertenecen a la zona sur del llamado manto de la Sobia Bodón. La gran masa caliza de la Peña Sobia impone su presencia desde muchos lugares del concejo. A sus pies se extienden los principales núcleos de población: La Plaza (capital del concejo), San Martín y Entrago.
Casi la mitad de la gran masa forestal del concejo es maderable. El resto son áreas de pastizales y prados. Los sectores occidental y meridional de su territorio forman parte del Parque Natural de Somiedo, y cuenta con un Monumento Natural, la Cueva Huerta, una caverna de grandes dimensiones y extraordinaria belleza en la que viven colonias de murciélagos. Parte de la cueva es visitable.

Economía-
La ganadería y la agricultura son, una vez explotadas la mayor parte de sus reservas de carbón, sus bases fundamentales, aunque la apicultura tiene también su importancia. El sector servicios está centrado en La Plaza, capital del concejo. Nuevas alternativas, como la turística, se han visto incentivadas con la inauguración en 1996 de la llamada Senda del Oso, pista de senderismo construida sobre la antigua caja del ferrocarril carbonero que, junto a la calzada romana de La Mesa, denominada el camino real, han incrementado notablemente el número de visitantes del concejo. El Principado construye en San Salvador de Alesga el llamado Parque de la Prehistoria, en el que se reproducirán las pinturas rupestres del período Paleolítico más características. Todos los grandes santuarios de este arte estarán representados en esta muestra, para la que se ha elegido como escenario el extremo occidental del dominio de la roca caliza, ámbito en cuyas cuevas y refugios floreció esta manifestación artística de la Prehistoria.

Historia-
A la par que en otros muchos concejos de la cordillera Cantábrica, sólo tras la neolitización aparecen en las montuosas tierras teverganas los más antiguos vestigios detectados hasta el momento, que corresponden a comunidades ganaderas y se adentran, incluso, en la época de los primeros metalúrgicos. Se han localizado varias estructuras tumulares pertenecientes a aquel período, frecuentemente dispersas y aisladas por el término municipal (Cueiru, Santa Cristina, Sobia), aunque cabe destacar el campo de túmulos emplazado en Piedraxueves, en el cordal de la Mesa, divisoria con el concejo de Somiedo. En 1968 se descubrieron los abrigos de Fresnedo, declarados Bien de Interés Cultural, cuyos cinco covachos, adornados con numerosas imágenes pictóricas -más de medio centenar- constituyen una de las más ricas estaciones rupestres del arte esquemático en el noroeste peninsular. Su arte ha sido atribuido al amplio marco temporal que cubre la edad del bronce y comienzos de la del hierro.

Edad Antigua-
Ante la falta de trabajos arqueológicos desconocemos qué período de ocupación abarcan los castros de Teverga, pero no parece descabellado suponer que alcanzaron la etapa de la romanización o, incluso, que alguno de ellos pueda ser resultado de la misma, a juzgar por la influencia que hubo de ejercer sobre estas agrestes tierras la vía empleada en época romana que, desde Torrestío, se adentraba en el corazón de Asturias y culminaba en el litoral, cruzando la cordillera por las alturas del cordal de la Mesa, en la divisoria entre Teverga y Somiedo. Aún se conservan topónimos tan explícitos como Piedraxueves (piedra dedicada a Júpiter) y algún pequeño tramo del empedrado de la calzada, muy utilizada en tiempos posteriores.
No son corrientes en Asturias los restos arqueológicos que informan sobre la oscura transición experimentada desde la dominación romana a los sucesos acaecidos tras la invasión musulmana de la península, de todos conocidos. Sin embargo, en el desfiladero de Estrechura, a la altura de cueva Huerta, cerca de Fresnedo, se localizaron, al abrir la caja para la actual carretera, una sepultura de lajas, un jarro de bronce, huesos humanos y una espada corta, aunque supuestamente de época altomedieval. Juan Uría Ríu argumentaba la hipótesis, comúnmente aceptada, que sostiene que la vía de la Mesa fue empleada por las razias musulmanas contra la región.

Edad Media-
Las primeras fuentes documentales datan del siglo X, y hablan de un espacio progresivamente colonizado mediante diversos mecanismos: villas; monasterios, como el de San Juan o el de Santa María de Carnaza, que data del siglo XI, como el de San Pedro, aparecen registrados y en ocasiones estimulan la creación de un pequeño núcleo de población en su entorno. Los castillos altomedievales, como los de Miranda y Monreal, asentados en zonas rocosas de difícil acceso, servían para controlar los valles y las vías de comunicación procedentes de la Meseta.
A esta montaña la conocen como Teberga, territorio Tebriga o valle tebricense, en los siglos XI y XII. Destacan entre los documentos de la época el llamado privilegio, otorgado por Bermudo III a Vellito Aurioles, un vasallo del conde Pelayo Froilaz, en el 1033. La carta de concedida en favor de un linaje se blandió cual privilegio de hidalguía con un contenido territorial. En 1163 se produce la incorporación del realengo de Páramo al dominio de Santa María de Lapedo por concesión de Fernando II. Sin embargo, la donación otorgada por el mismo monarca en favor de la Iglesia de Oviedo sólo ocho años más tarde incluye el realengo de toda Teverga. A pesar de todo, el territorio de Páramo de La Focella seguirá manteniendo una personalidad diferenciada respecto a las tierras más bajas del valle.
Hasta la concesión de estas generosas donaciones, no había grandes concentraciones patrimoniales en los siglos altomedievales. Excepcionalmente, destaca la familia de los condes Suero y Enderquina, que parece disfrutar de extensas propiedades en las tierras teverganas, heredadas, en parte, de sus insignes antecesores. Así, en el 1122, el noble matrimonio está en condiciones de donar. Apenas hacía un lustro que el poderoso conde había cedido, en permuta con el obispo, el monasterio de San Juan de Teverga cum suo ualle integro. El poder de este linaje condal, descendiente de la familia real, culminará en 1162, cuando el también conde Petrus Adefonsi, sobrino de Suero y Enderquina, aparezca ejerciendo su dominio militar y administrativo sobre Teverga, Tineo y Babia. Sin embargo, coincidiendo con el declive y dispersión de los patrimonios nobiliarios laicos, se produjo, en contrapartida, una concentración de propiedades en manos de las instituciones eclesiásticas, cuyos principales beneficiarios fueron: la Catedral, con intereses en la zona desde antiguo, la abadía de San Pedro y, de forma un poco más tardía, Santa María de Lapedo.

Fuenta visitada.
el.tesorodeoviedo.es