martes, 30 de octubre de 2012

LOS ZAPATEROS DE NOREÑA


Nuestros campesinos usaban botas o zapatos como calzado de lujo, ya que para las faenas diarias hacían uso de madreñas o coricies.

Las botas o zapatos habían de durar largo tiempo, pues a la economía no le era permitido despilfarros inútiles. Así, unas botas en uso de 3 o 4 años de antigüedad no era cosa rara, dado que su uso se limitaba a días de fiesta de precepto, ferias y mercados, bodas y romerías o en alguna ocasión solemne.

Puede asegurarse que la mayor producción de calzado se manufacturaba en Noreña, que inundaba los mercados del Principado, aun de León y Palencia, siendo los principales puntos de venta Noreña, Grado, Oviedo, Gijón y Avilés, en los que las mujeres ofrecían calzado casi siempre de su propio taller, colocados en ingentes montones, de donde el cliente entresacaba el par que le convenía y, una vez comprobada su justa medida, los adquiría despúes de interminables regateos.

de la industria noreñense dará idea la recesión registrada en la Real Instrucción de 1752 en la que se encuentran inscritas 211 personas dedicadas a la confección de calzado, de las que 66 eran maestros zapateros y curtidores, 5 tan sólo maestros zapateros, 107 oficiales y 33 aprendices o, por decirlo en su lengua, "motriles". Y no se crea que esta industria haya cesado años ha, antes al contrario, aun en 1903 eran manufacturados 150.000 pares, que suponen una producción de 3.000 semanales.

La confección del calzado se hacía en talleres familiares instalados en la propia vivienda, en donde sentados en "tayueles" alrededor del "mesu", fuerte, bajo y largo, repleto de útiles de trabajo, el padre de familia, como dueño del obrador, hacía de maestro cortador, la madre el cosido, los hijos de "motriles", cuando no de oficiales, sin perjuicio de algún hermano del matrimonio o pariente, conviviendo con la familia, ejerciese junto a ellos el oficio.
Estos talleres de zapatería trabajaban sin descanso, lo uno, por la gran demanda, y lo otro, por mor de acopiar una fortuna que hiciere posible la emancipación profesional de los hijos.

Curiosa es la costumbre, entre aquellos famosos zapateros de obra prima, de que muchachos pequeños, en horas libres de tareas escolares, sentadinos en una tayuela, leyeran la prensa, alguna historia o bien algún desocupado amigo convertía el obrador en mentidero, mientras los zapateros escuchaban atentamente, en silencio, sin dejar de trabajar; sistema este que, a la par de ofrecer entretenimiento, no distraía el trabajo. Por eso, aun hoy, cuando alguno hace que lean mientras trabaja, se dice de ellos:¿Como los zapateros de Noreña!

En un principio, el calzado no iba claveteado, sino estaquillado. Para este fin se manufacturaban estaquillas, casi siempre de cañavera, que confeccionaban a mano los "motriles. El estaquillar el calzado tenía una ventaja, frente al claveteado, de que las estaquillas con la humedad hinchaban y en el cuero quedaban remetidas con tal fuerza que formaban casi un sólido, haciendo imposible que fueran "escupidas" por el material cuando éste se resecaba,, mientras que los clavos, siempre dorados, de latón, se salían. Para evitar este inconveniente usáronse "chinches", clavillos de hierro, que remachaban, pero el óxido hacía "casa"y, destruyendo el material, arruinaba el calzado. Así se encuentran las tres épocas en que puede clasificarse la evolución de este calzado: Primera, estaquillado; segunda, claveteado, tercera, chincheteado.

Fuente visitada.
Indumentaria Popular en Asturias. Luis Argüelles.

lunes, 29 de octubre de 2012

EL TRAJE DE CANDÁS- CARREÑO

MUJERES DE CANDÁS HILANDO
(De una composición de Cuevas)

El traje de Candás y su concejo de Carreño aparecen fuentes deficientes. Las fidedignas son diversas y escasas y abarcan un largo tiempo: siglos XVIII y XIX; y, sabiendo que a través del este tiempo varió, sin duda, vaya lo sabido con certeza hasta hoy.

Noticia general sobre la indumentaria de Carreño nos la trae Julio Somoza.
Dice: "... En Carreño, el traje típico y tradicional es, en la mujer, de colores claros, vivos y chillones, sobresaliendo el blanco, rojo y el amarillo..."

En cuanto a las prendas asegura: "... En dengues, madreñas, monteras y peinado se notaban antiguamente (escribía en 1903) peculiaradidades  exclusivas en cada región..."
 más noticias las trae Bernardo y Larrea, para 1792. Y son datos muy interesantes.
Así sobre el "pañuelo a la candasina", dice: "... Fueron las candasinas las que primero usaron el pañuelo apretadamente a la cabeza..." Y debía ser exclusivo, al menos, al principio del siglo XVIII, porque añade: "...Y de Carreño lo tomaron todas las demás de Asturias, llamando a semejante atavío pañuelo a la candasina..." Se debe entender que copiaron lo de "apretadamente". Y nos dice cómo se ataban: "... Se llamaron candasinos los pequeños pañuelos con que aprietan las cabezas de los recien nacidos..."

Esto quiere decir, ni más ni menos, que se cubría totalmente la frente con el doblez de la diagonal del pañuelo; se pasaba a la nuca, donde se cruzaban los dos extremos y de nuevo se pasaba a la frente en donde se anudaba apretadamente, así en 1792. Pero pasado un siglo, 1897, parece que también se ataba en el vértice o bregna de la cabeza, en donde hacían ostentación las más presumidas de las puntas del pañuelo, una hacia cada extremo, al formar el lazo, conocidas por "oreyes del pañu de cabeza"

por otra parte, por los grabados de Cuevas, de 1875-1879, puede apreciarse que la punta del pañuelo pendía en su caída natural hasta cerca de la cintura. En cuanto al dengue, no paño de hombros, era ciertamente ancho, cubriendo ampliamente el cuello y hombro. La cenefa del cuello lisa, simple o doble; la exterior "con picos" y el paño interior entre las dos cenefas posiblemente claro, o blanco. La manga de la camisa muy amplia, terminando en puñeta apretada. La falda dejaba ver los tobillos y un poquito más. El mandil color claro o blanco; ancho, de cadera a cadera, y largo casi hasta el borde de la falda.
También se observaron paños de cabeza con cenefa, el resto de un color; y de paños de hombros con cenefa exterior.


MARINERO DE CANDÁS

He aquí un hombre de casta marinera representado en un dibujo de Cuevas. Sobresale en su vestimenta el "gorro marinero", hecho en punto de calceta, que se ajusta a la cabeza de varias maneras.

Fuente visitada.
Indumentaria Popular en Asturias. Luis Argüelles.

sábado, 27 de octubre de 2012

BUEÑO Y SUS HÓRREOS


Güeñu/Bueño, es un pueblo del municipio de Ribera de Arriba que conserva un gran número de hórreos y paneras , muchos de ellos aún en uso , que pueden descubrirse a partir de una ruta interpretativa perfectamente señalizada , a lo largo de la cual se explican las características de esta construcción típica asturiana que hacia y hace las funciones de granero.

 Estas construcciones eran vitales en una casa de labranza , pues en ellos se almacenaban las cosechas y las carnes por sus cualidades de temperatura y conservación , estando, a la vez aislados de los roedores y protegidos por los signos o elementos decorativos de la construcción.




Este recorrido deja contemplar en un corto paseo hasta 46 de estas construcciones tradicionales, treinta y seis hórreos y diez paneras, entre todas las construcciones suman 222 pegollos (pilares). Once de estos hórreos fueron construidos durante el S.XVIII. Según el estudio de catalogación de los hórreos y paneras de Güeñu son tres los estilos presentes en estas singulares construcciones de la localidad. En el centro del pueblo se levanta el primero de los estilos que corresponde al hórreo más antiguo, es el llamado Villaviciosa, fechado en el siglo XVI, ( junto a casas de reciente construcción ), destaca por el enorme grosor de sus vigas de madera y llama la atención el arco sobre la puerta que imita las portadas románicas o las series de picos y cenefas en forma de "espina de pez". El segundo es el estilo Allande, fechado desde mediados del S.XVIII y en todo el XIX, y asociado sobre todo a paneras.




La diferencia entre el hórreo y la panera es , fundamentalmente , la capacidad. La panera puede tener seis o más pegoyos, porque su planta es mayor , mientras que el hórreo siempre tiene cuatro. La panera suele tener, en gran parte, corredor y balaustrada, aunque hay algunos horreos que también la tienen. El tercero es el llamado estilo Carreño ,marca su identidad la abundante decoración y que tienen de una o dos puertas principales y hasta nueve o mas colondras o paredes a modo de cierre. Se le denomina así porque es el concejo asturiano de Carreño donde se ubica una de las mayores concentraciones de este tipo de construcción.



Fuente visitada. puertadeasturias.es/rutas-asturias

miércoles, 24 de octubre de 2012

LA RUTA DE LA SEIMEIRA. S. EULALIA DE OSCOS


La ruta comienza en el área recreativa de Pumares, cruzamos la carretera y nos dirigimos paralelos al río hasta Pumares , pueblo de antigua actividad ferreira en el que todavía podemos observar los restos de un antiguo mazo. Desde aquí, por una senda señalizada, y dejando el río Agüeira a nuestra izquierda continuamos un ligero ascenso adentrándonos en un bosque legendario caracterizado por especies de ribera (alisos, fresnos, sauces y avellanos) y por robles y castaños que con sus caprichosas formas son verdaderos monumentos.


La mayor parte del camino está guardado por paredes de piedra adornadas de musgo, con una mullida alfombra de hojarasca que amortigua nuestros pasos. Ya en la Ancadeira pasamos al lado de varias construcciones abandonadas que nos muestran la importancia que tuvo el lugar.


Continuamos atravesando el mágico y solitario "Valle del Desterrado" que nos lleva hasta un cruce en el que podemos continuar de frente hasta alcanzar la cascada (seimeira) de unos 30 metros de caída o bien desviarnos a la izquierda cruzando un pequeño puente que nos llevará tras un leve ascenso hasta el pueblo de Busqueimado donde podremos visitar la capilla, consagrada a San Pedro, acompañada de dos impresionantes tejos catalogados como monumento natural. El camino de vuelta se hará por el mismo sendero en sentido inverso.


INFORMACIÓN DE RUTA Itinerario:
Area recreativa de Pumares- Pumares- Ancadeira-Seimeira- Busqueimado Dificultad: Baja Distancia: 8 Km, ida y vuelta Tiempo: 3 horas, ida y vuelta.
  


Fuente visitada. balcondeoscos.com

lunes, 22 de octubre de 2012

EL CASTILLO DE PRIORO-BALNEARIO DE LAS CALDAS


Situado en una colina sobre el valle del Nalón, es una almenada fortaleza de leyenda, con dos altivas torres flanqueándola, semioculta por la arboleda y rodeada por el río Gafo.

Sirvió, como refugio al noble insurrecto Gonzalo Peláez. Fermín Canella (El Libro de Oviedo, Oviedo, 1887) escribe respecto de él: «Se levanta en el término de esta parroquia San Juan de Priorio el castillo de Priorio, que pertenecía a la Mitra de Oviedo. Siguió siempre perteneciendo a los prelados ovetenses, y, en 1381, García Alvarez de Palomar, rindió pleito-homenaje, como alcalde del castillo, al obispo don Gutierre».

Leyenda-
Arrastra una leyenda: los desgraciados amores de Irene, hija de Rodrigo, señor de Priorio y dueño del castillo, con un paje, Pablo. Enterado el padre de la fémina de tal circunstancia, atacó con su espada a Pablo, quien, al verse acosado, se defendió y mató a su amo. Irene lo maldijo por eso; entonces, Pablo, desesperado, se arrojó al río. Según cuentan los más viejos del lugar, una roca todavía aparece manchada con sangre de Rodrigo.

 ("La fortaleza de Priorio, asentada sobre una pequeña colina rodeada por el río Gafo, ha pasado por muchas manos hasta llegar a las de la familia Quijano -los nombres de todos sus dueños están inscritos en una lápida, en uno de sus muros- y su legendaria historia enlaza con el reinado de Alfonso II, que fue quien construyó un primer fuerte en el que, según cuentan, se refugió huyendo de las huestes de Hixem I a finales del siglo VIII; pero el edificio actual poco tiene que ver con aquel fortín") *************************************************** 

BALNEARIO.
 En Las Caldas, pueblo de la parroquia de San Juan de Priorio en Oviedo.
A la izquierda del río Gafo, en una cueva, formada por calizas del carbonífero, brotan unas aguas que en el siglo XVII fueron analizadas por varios médicos y químicos que les dieron la categoría de termales azoadas y bicarbonatadas, con un ligero sabor salino y que llegan a alcanzar una temperatura de 43º. Ya eran conocidas desde tiempos prerromanos.

Sus cualidades terapéuticas, recomendadas para reumatismos, gota, pulmonías, etc., llevaron a la Junta General del Principado en 1772 a construir una Casa de Baños en Las Caldas. El proyecto se encargó a Ventura Rodríguez y las obras, finalizadas en 1776, las llevó a cabo el arquitecto Manuel Reguera González. Posteriormente, la antigua Casa de Baños fue comprada por José González Alegre en 1860 quien hizo una serie de ampliaciones y reformas dando lugar al balneario que hoy conocemos.

El edificio original, la Casa de Baños, es de planta de medio ovalo y se prolonga en dos alas laterales de tramo recto. Inicialmente constaba de dos pisos pero en 1863 se construyó un tercero. Éstos están separados por hiladas de sillería. Aquí estaba la fuente neoclásica, en el centro de un patio alargado, de donde brotaban las aguas termales. Pero además el edificio contaba con galería de baños, gabinetes de chorros, salas de estufas e inhalaciones con aparatos de lo más modernos para la época. También tenía consultas médicas, oficinas, capillas, habitaciones, cocinas y comedores, si bien éstos últimos pasaron al nuevo inmueble que se construyó en 1878. Ambos se unían por una galería de hierro y cristal, sobre la carretera de Las Caldas-Oviedo que los separaba. El nuevo edificio u hotel tenía tres plantas. En la primera se instalaron las cocinas y comedores además de un billar, una sala de juegos y un salón de bailes. Los dormitorios para huéspedes si distribuían por el resto del edificio.

Dada la afluencia de público, las instalaciones del hotel estaban sobrepasadas y se trasladaron las salas de recreo a un pabellón destinado a casino que se construyó junto al hotel, hacia 1896. Su arquitecto fue J. M. de la Guardia. Se trata de un edificio de dos plantas: un café y una sala de billar ocupan el piso inferior y, el superior, cuenta con una sala de lectura y otra de juegos además de un gran salón de baile.


El balneario llegó a estar muy de moda y ganó varios premios en algunas exposiciones nacionales e incluso en la Exposición Universal de París. Esto hizo que fuera muy frecuentado por la burguesía ovetense durante la temporada de apertura, que se extendía desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre. Pero también era muy usado por todas las clases sociales, por lo que las instalaciones se veían desbordadas y las casas del entorno llegaban a dar habitaciones. Incluso había un hospital para pobres.

En la década de los veinte del siglo pasado comenzó a entrar en decadencia y paulatinamente se fueron cerrando sus instalaciones. Pero, en el 2006, el Ayuntamiento de Oviedo se incorpora a la sección Villas Termales de la Federación Española de Municipios y Provincias e inicia la restauración de estas instalaciones para aprovechar el único recurso hidromineral de importancia de Asturias y satisfacer un nuevo tipo de demanda: el llamado turismo de salud. Este proyecto pretende, en una finca de 80.000 metros cuadrados, crear un gran complejo integrado por el balneario y un gran hotel y por otros equipamientos complementarios como: Salones para Congresos y Reuniones, Centro Deportivo, Club de Golf y amplias zonas verdes. La apertura de Las Caldas Villa Termal se realizó durante el año 2008.



Fuentes visitadas.
Wikipedia. 
el.tesorodeoviedo.es

sábado, 20 de octubre de 2012

LOS MERCADOS Y LOS MONTEREROS DE POLA DE SIERO


Entre el número de mercaderes que asistían a los mercados y ferias no faltaban jamás nuestros montereros. Y los de Pola de Siero ostentaban con orgullo bien justificado las prendas mejor confeccionadas. Así que no sólo abarcaban todo el comercio de su especialidad, sino que no tenían competencia, dadas las confecciones y buenos paños utilizados.

El día de mercado, bien de mañana, los sastres monteros con sus fardos y tinglados acotan el lugar desde donde ofrecerán su mercancía.

Tiendas del aire, a los cuatro vientos, con sus lienzos tensados por techumbres. Tableros sobre caballetes, su mostrador. Algún que otro calzón y chamarra colgados de sogas. Y lo más característico: ("el arrudu"), que, como señal para todo posible comprador, es reclamo cierto de que en aquel puesto hay "xastres y montereros".

El "arrudu" es un palo grueso, hincado en tierra como de dos varas de alto, que en su parte superior tiene unos palichuelos a manera de percha, en los que cuelgan las monteras.

Su cometido no es otro que para mostrárselas al cliente y escoja.

El presunto comprador se acerca. Toma una montera, la mira y remira. La prueba. Hace visajes con la cara indicando desaprobación o contento. Pregunta el precio. regatea siempre porque jamás le parece barata la oferta. Se aleja sin comprar. le llama el monterero a grandes voces con una nueva oferta de precio rebajado. Discuten la cantidad largo tiempo. y, por fin, llegan a un acuerdo que consumará la compraventa.

Siempre ha sido así. Entre voces y pregones. Entre el barullo de la más abigarrada concurrencia. Entre el olor del estiércol fresco del ganado puesto en venta. Entre mendigos pedigüeños que muestran sus miserias y deformidades. Entre charlatanes embaucadores que ofrecen ungüentos y pócimas. Entre corrillos murmuradores y mentideros. Y entre este mundo, los sastres de la Pola de Siero van granjeando, uno a uno, el real de vellón con los que dar de comer a sus hijos. Por eso se les halla en todos y cada uno de los mercados y ferias de Asturias. Y son los que más venden entre los de su gremio, porque se añade a su buena tijera el conocimiento de los gustos de los lugareños.
Saben estos alfayates los colores preferidos de todos y cada uno de los mercados del Principado.

Allá ofrecen monteras azules. Más allá negras. Acullá pardas. aquí con adornos. Y siempre introduciendo, alguna que otra moda, muy sobriamente, para obligar a la vanidad de muchos a nueva compra.

Estos maestros montereros tienen cada uno su propio taller. Algunos lonja, otros tienda. Muchos tienen oficiales que cosen sin darse punto de reposo. Los aprendices realizan las labores más simples, pero siempre con los ojos puestos en el oficial que asisten como éste al maestro.

Y si no son los maestros los que con su carga se desplazan por ferias y mercados ofreciendo las mercaderías, son los criados los que, portando su bagaje, abren tienda por los pueblos. Mas no son buhoneros de condición vil, sino asturianos de condición hidalga, unidos en gremios. Unos hacen los cortes, otros confeccionan, éstos tejen cordoncillos, aquéllos van haciendo botones de hilo y otras minucias. Son los hombres de la aguja y el hilo. Son buena gente con mala fama popular.

Fuente visitada. Indumentaria Popular en Asturias.- Luis Argüelles.

jueves, 18 de octubre de 2012

EL BOSQUE EN OTOÑO


Aunque cualquier estación es buena para tomar contacto con el patrimonio natural de los bosques asturianos, os recomendamos el otoño. Es precisamente la segunda quincena de Octubre y la primera de Noviembre cuando el bosque astur alcanza cotas insospechadas de belleza, cuando el reino de la mitología entra a formar parte de su condición caduca, silenciosa y nostálgica.

La foresta asturiana nos tiene reservadas cientos de excursiones. Más del 30 por ciento del territorio del Principado está cubierto por bosques. Un buen número de éstos son autóctonos, y en la mayoría de los casos presentan un grado de conservación y regeneración notables.

BOSQUE DE MUNIELLOS-
Es la masa forestal más extensa de Asturias, el mayor robledal de España con más de 5.000 hectáreas, y uno de los bosques atlánticos mejor conservados de toda Europa. En el año 2000 fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO y actualmente es el espacio natural más protegido de todo el Principado.

El “PARQUE DE REDES”-
Se le ha otorgado el título de Reserva Natural, también el de Reserva de la Biosfera, y es que sus impresionantes arboledas, su naturaleza virgen, y la inapreciable manipulación del medio por los hombres y mujeres que lo habitan, bien merece un galardón así. Su superficie es de 376,2 Km2.
Aunque cualquier estación es buena para tomar contacto con el patrimonio natural de los bosques asturianos, os recomendamos el otoño. Es precisamente la segunda quincena de Octubre y la primera de Noviembre cuando el bosque astur alcanza cotas insospechadas de belleza, cuando el reino de la mitología entra a formar parte de su condición caduca, silenciosa y nostálgica. La foresta asturiana nos tiene reservadas cientos de excursiones. Más del 30 por ciento del territorio del Principado está cubierto por bosques. Un buen número de éstos son autóctonos, y en la mayoría de los casos presentan un grado de conservación y regeneración notables.

El “HAYEDO DE PELOÑO”-
Las 200.000 hayas del bosque de Peloño, en el municipio de Ponga, se visten a la moda, de verde intenso durante la primavera y de un sobrio color pardo en la temporada otoño-invierno. Sus 15 kilómetros cuadrados de vestimenta están protegidos (Reserva Natural Parcial) y lo convierten en un espacio único en España, un enorme parasol que contiene la humedad atmosférica como en pocos lugares.

El “BOSQUE DE POME”-
Es el mayor hayedo del macizo occidental de los Picos de Europa, e internarse en él supone una experiencia exclusiva: densidad forestal, ramas, copas, hojarasca, fauna, silencio. El bosque es espeso, alto, musgoso, con espigados acebos y árboles caídos y añosos. En su interior se observan claros abiertos por antiguos aprovechamientos forestales que nos permiten parcelarlo, diversificarlo y posicionarnos en medio del laberinto.

El “JARDÍN BOTÁNICO ATLÁNTICO Y LA CARBAYERA  DEL TRAGAMÓN”-
Es un espacio vivo, recreado pero natural a más no poder, que ocupa 15 hectáreas de terreno perfectamente diseñadas y se convierte en un gran expositor, un microcosmos verde y florido en el que crecen más de 15.000 plantas y árboles, especies vegetales de ambos lados del Atlántico, incluyendo un bosque autóctono: la Carbayera de Tragamón.

También os animamos a conocer uno de los árboles más longevos de nuestra geografía: el Tejo, un árbol milenario.

 Fuente visitada. desdeasturias.com

lunes, 15 de octubre de 2012

CONCEJO DE CARAVIA



La montaña aquí tiene nombre propio: la Sierra del Sueve. Es una formación calcárea que surge del mar, y ejerce de barrera para las brumas, de modo que las nieblas son habituales y crean un ambiente casi misterioso, de donde surgen bosques de hayas y tejos, acebos y espineras, entre otras especies. Lógicamente la fauna autóctona es abundante, y el observador avezado y silencioso puede ver zorros, gamos, jabalíes, corzos o tejones, entre otras especies; aunque es el asturcón, el caballo astur, el que más abunda y el que encuentra en estos prados el lugar perfecto para vivir. El desnivel entre playa y cumbre supera los mil metros en apenas cuatro kilómetros, convirtiendo la sierra en el mirador perfecto. Desde Caravia se puede acceder de forma sencilla al Mirador del Fitu, en el límite del concejo, que en un día despejado permite una vista única de la playa y el mar, y los también cercanos Picos de Europa. Para llegar hay que ir dirección a Duyos, y una vez pasada esta localidad torcer en la carretera hacia la izquierda, que se sitúa ya en la subida hasta el Mirador.

 Tanta riqueza paisajística anima a recorrer la zona a pie, ya que existen varias rutas de senderismo en el concejo. La ruta de la costa es la más concurrida, probablemente por su baja dificultad, y también la más conocida, ya que coincide con el Camino de Santiago y el Camino Real. Nace en la playa de la Espasa y pasa junto a La Beciella; aquí desemboca el río de Los Romeros, que toma su nombre de la tradición peregrina de la senda. Continúa junto al Arenal de Morís hasta dejar el concejo en el Puente de Antuerbos. La longitud total de esta senda peatonal en el concejo de Caravia es de 4.200 metros.

Ver y probar-
El patrimonio artístico de Caravia tiene uno de sus puntales en la Iglesia de Santiago, en Carrales. Se trata de un templo del siglo XVII, aunque con reformas y añadidos posteriores. En su exterior se encuentra la llamada Estela de Duesos, de origen romano pero con elementos indígenas astures. Otros lugares de interés son las ermitas de San Lorenzo y Valle, y el austero templo de Nuestra Señora de la Consolación, en Prado. Es más abundante la arquitectura civil, con muestras como la casona de El Francu, en Duesos, o la casa de la familia González Cutre, en Prado. También hay varias casas de indianos, entre las que destacan Villa Rosario, Villa Concha, y la casa de los hermanos Prieto.


 

Fuente visitada. Revista fusionasturias.com

viernes, 12 de octubre de 2012

EL CARES (LA GARGANTA DIVINA)


La Ruta del Cares está situada en el Parque Nacional de los Picos de Europa. Transcurre entre las localidades de Caín y Poncebos, atravesando el desfiladero que sigue el río en una de las rutas de senderismo más espectaculares que se pueden hacer en toda Europa.

 Conocida como la “Garganta Divina”, la ruta , tallada literalmente en las rocas de las montañas, es un trayecto maravilloso de un poco más de 11 kilómetros de distancia entre el pueblo de Caín (León) y Poncebos (Asturias).

 Cómo Llegar-
Tenemos 2 opciones, dependiendo si empezamos la Ruta del Cares en Caín ( León) o en la zona de Cabrales, Poncebos, (Asturias).

 Desde Caín-
Tenemos que llegar hasta Posada de Valdeón. Si venimos desde Asturias, hay que coger la N-625 desde Cangas de Onís. Atravesamos el desfiladero de los Beyos en dirección a Riaño. Cuando veamos el desvío a Posada de Valdeón lo cogemos. Pasamos Posada de Valdeón hasta llegar a Caín. Si venimos desde la zona de León, llegamos a Riaño y tomamos la misma carretera hasta Posada de Valdeón.

Desde Poncebos-
Tenemos que llegar a Arenas de Cabrales. Tanto si venimos desde Cantabria como desde Cangas de Onís hay que coger la AS-114. Es una buena carretera. Una vez llegamos a Arenas de Cabrales, en el medio del pueblo hay una bajada que es por donde se coge la carreta de Poncebos. Hasta Poncebos hay unos 5 kilómetros.

Recorrido desde Poncebos a Caín-
Salimos de Arenas de Cabrales, en Asturias, y a unos 5 kilómetros de distancia llegamos a la central de Camarmeña, ya en la zona de Poncebos. Hay unos aparcamientos antes de llegar a la presa. Aprovechadlos y aparcad allí ya que más arriba, en temporada alta, hay sitio sólo para unos cuantos coches y vais a tener que bajar otra vez. Seguimos subiendo (1 km) para comenzar la ruta una vez pasamos el acceso al funicular de Bulnes, 1 kilómetro más arriba. Allí veremos una caseta de información. Después de andar un poco, empieza la subida (la única del trayecto casi) de 2 kilómetros y pico. Pista de gravilla y piedras. Llegamos a los Collaos donde hay paneles informativos que hablan de la increíble construcción del camino por la “Garganta Divina” hacia la central hidroeléctrica. Al llegar arriba, comienza el trayecto en llano. Dejando Asturias, caminamos hacia la parte de Caín que se va convirtiendo cada vez más en espectacular, pasamos por los puentes del Bolín y el de Los Rebecos y hasta que acaba con una serie de túneles tallados en la montaña y llegamos al pueblo de Caín en León. Caín es uno de los pueblos más espectaculares de Picos de Europa. Está completamente rodeado de gigantescas montañas pero curiosamente tiene muy poca altitud, un poco más de 500 metros.

Dificultad Ruta del Cares Distancia.-
12 km (Si se hace ida y vuelta son 24 kilómetros). Dificultad.- Baja / Media Tiempo.- 3/4 horas (Ida). Altitud.- Punto más alto 525 metros. La dificultad en el 85 % del recorrido es baja, excepto los 2 km. de subida desde el lado de Poncebos.


   

 Fuente visitada. rutadelcares.org

martes, 9 de octubre de 2012

EL CASTAÑO Y SU FRUTO



En Asturias, dentro del aprovechamiento de frutos destaca la castaña que durante siglos ha sido un ingrediente básico de la dieta asturiana, valorado por sus cualidades culinarias y nutritivas.

 Un castañar bien cuidado puede producir de tres a diez toneladas de castañas por hectárea. Algunos castaños, excepcionales, pueden llegar a producir ellos solos más de 500 kilos de castañas al año. Las castañas se pueden consumir de diversas formas, ya sea en fresco o transformadas en mermeladas, purés o como marrón glacè.  En Asturias la comercialización de castañas es local.

La recolección de la castaña se suele hacer con mano de obra familiar. En los últimos años están surgiendo iniciativas empresariales en el Principado que tienen como materia prima la castaña. Antiguamente se almacenaban para su consumo durante todo el año en unos corrales de piedra que se conocen con el nombre de “corras”.

 

jueves, 4 de octubre de 2012

BRAÑAS Y RESTOS DE CALZADAS ROMANAS



En Teverga aún quedan ancestrales brañas, con antiquísimos corros de piedra, que deberían ser restaurados y conservados, pues esos núcleos de cabañas son como antiguos castros de pastoreo de nuestros antepasados. La defensa de esa cultura y de esas construcciones debe acometerse cuanto antes. Las Cadenas es una de ellas.

Por las montañas asturianas quedan restos de calzadas romanas, que, al no estar catalogadas oficialmente, en la mayoría de los casos, suelen destruirse al trazar sobre ellas pistas o carreteras... Parecido pasa con restos de la cultura castreña, como son las antiquísimas brañas con cabañas totalmente de piedra, circulares, con falsa bóveda también de piedra y dintel de la puerta de forma dolmítica...Pero lo que duró en la Naturaleza siglos, ahora por la desidia o ignorancia de ciertos técnicos y asesores, desaparece en unos días al pasar por allí la pesada maquinaria y vehículos. O por que se deja que la vegetación y el paso del tiempo lo destruya al no estar cuidado por nadie.


Aún se pueden ver restos de esas vías romanas, con su empedrado original (o algo reformado) y las armaduras de la vía o algún puente, por ejemplo, en la Calzada de Caoro o Portudera, Calzada de Ardisana, Calzada de Ventaniella, Senda del Arcediano, Camín Real del Faceu o de Tarna, Camín de Vegarada o Caniella, Camino del Puerto de Piedrafita, Calzada de La Carisa; Camino del Puerto La Cubilla, Calzada de Trobaniellu o Puertu Ventana y Camín Real de La Mesa (tramo final de la "Ruta La Plata")... Y brañas de corros quedan por Somiedo, Teverga, Ibias y Yernes y Tameza. Curiosamente la construcción de esas cabañas circulares de piedra no es la misma si están a lo largo de la afamada calzada romana o Camín Real de La Mesa que en otras zonas (aunque sea en el mismo concejo). Las de esa antigua vía romana tienen su origen, al parecer, en cabañas de los pastores de Extremadura, a base de lajas o piedras planas la techumbre, mientras que en las del resto de Somiedo o Teverga son piedras redondeadas, y en algunos casos con "tapines" vegetales. La Braña de Las Cadenas es un ejemplo.

 Fuente visitada descubreasturias.com

miércoles, 3 de octubre de 2012

MUSEO DEL PUEBLO DE ASTURIAS



El Muséu del Pueblu d’Asturies se creó en 1968 por iniciativa del Ayuntamiento de Gijón y la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gijón, junto al recinto de la Feria de Muestras, en un lugar denominado La Güelga. La idea de “crear un pueblo asturiano, dotándole de todos los elementos típicos de la región” partió de don Luis Adaro, presidente de la mencionada Cámara. El modelo que se siguió para la creación de este museo fue el de los museos etnográficos al aire libre, que existían en algunos países de Europa desde fines del siglo XIX.

Las primeras construcciones que se trasladaron al Muséu del Pueblu d’Asturies fueron un conjunto de hórreos y paneras de los siglos XVII al XIX, procedentes de las parroquias de Veriña y San Andrés de los Tacones, cuyas caserías habían sido expropiadas para construir la factoría siderúrgica de UNINSA, y una cabaña cubierta de paja. Entre 1970 y 1975 se trasladaron también dos edificios característicos de la arquitectura civil hidalga asturiana: la casa de los Valdés, del siglo XVII, procedente de la villa de Candás, y la casa de los González de la Vega, de 1757, traída de Serín (Gijón), y se construyeron una casa campesina, dos tendejones donde se exponían un mazo para trabajar el hierro y un lagar de sidra, y una bolera para la modalidad de “cuatreada”.



Desde 1975, el museo sufre una situación de abandono. El uso de sus espacios decae y solo se utilizan para fiestas y concentraciones políticas.

En 1985 la gestión del Muséu del Pueblu d’Asturies se traslada a la recién creada Fundación Municipal de Cultura, organismo encargado de la gestión cultural de la ciudad. En 1987, el museo queda integrado en el Plan de Museos de Gijón.

En 1990 se acomete una renovación del museo con el fin de cumplir las funciones básicas de estas instituciones. Comienza a trabajar una plantilla de profesionales, y se inician las reformas de los edificios y del recinto del museo, así como, una intensa política de adquisición de fondos. La reforma del museo comenzó con la instalación del Museo de la Gaita en la casa de los González de la Vega, que se inaugura en 1992, y continuó con la edificación en 1994 del Pabellón de Asturias de la Exposición Universal de Sevilla de 1992.



En 1998 se redacta un plan museológico, coordinado por el diseñador Enric Franch, en el que participa un equipo multidisciplinar integrado por antropólogos (Marc Augé), museologas (Dolors Llopart, Martine Millet), arquitectos, economistas y paisajistas, así como personal del propio museo y de la Fundación Municipal de Cultura. Como resultado de este plan se acomete la gran transformación del museo en el año 2000: se amplia la casa de los Valdés para destinarla a Fototeca de Asturias; se construyen un espacio nuevo de construcciones rurales (casa campesina, llagar, “pisón” o “molín de rabilar”, hórreo, paneras) y tres pabellones para exponer aperos agrícolas y medios de transporte. Por último, en 2007 se levanta el “tendayu”, una construcción de cuatrocientos metros cuadrados, diseñada a partir de modelos antiguos de carpintería de armar y destinada a la celebración de conciertos y eventos de carácter festivo.

En 2011, la reforma del museo inicia su etapa final con la construcción de un edificio administrativo polivalente, con espacios de trabajo, almacenamiento y consulta.



En todos estos años el museo ha incrementado considerablemente sus colecciones, diversificando sus intereses en nuevos fondos: etnografía; música; memoria y tradición oral; archivos personales, familiares y de comercios; artes gráficas; fotografía, etcétera. Asimismo, ha propiciado diversas investigaciones en esos campos y editado numerosas publicaciones.

 Desde el año 2000, el Muséu del Pueblu d’Asturies coordina la Red de Museos Etnográficos de Asturias, promovida por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, que integra catorce museos locales y temáticos repartidos por toda la región, y desde 2004 pertenece a la Red de Archivos e Investigadores de la Escritura Popular.


Fuente visitada. museos.gijon.es

lunes, 1 de octubre de 2012

PALACIO DE REVILLAGIGEDO (GIJÓN)



El Palacio de Revillagigedo o del Marqués de San Esteban del Mar está situado en la localidad asturiana de Gijón, en el barrio de Cimadevilla y plaza del Marqués de San Esteban al lado de la Colegiata de San Juan.

 La fundación del edificio se debe a Carlos Miguel Ramírez de Jove, primer marqués de San Esteban del Mar del Natahoyo, quien lo mandó construir en 1704 aprovechando la torre medieval existente. La obra finalizó en 1721.

 El edificio está compuesto por dos torres almenadas a cuatro alturas, una más antigua (izquierda) que fue sobre la que se construyó el resto del complejo mientras que la derecha se construye para mantener la simetría, y zona central entre ellas de tres alturas. La parte central está dividida en cinco, partiendo de la planta baja en la que se encuentran los cinco arcos que conforman una galería cuyas columnas exteriores se prolongan por la fachada del edificio hacia el techo.

El segundo piso forma la parte noble con cinco ventanas con balconera todo ello incluido en una moldura de piedra coronada la central con el escudo nobiliario que fue reconstruido por completo en 2004 tras una intensa investigación por el padre Patac. Este estudioso tras el acuerdo con Cajastur investiga dentro de los catálogos de la Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía y en el Archivo Histórico Nacional. Gracias también a un fotografía datada en 1860 en la que aparece el escudo se pudo crear una copia en arenisca.


Hoy en día y tras su rehabilitación alberga el centro cultural Cajastur Palacio Revillagigedo.

Colegiata de San Juan Bautista-
La capilla anexa al palacio está dedicada a San Juan Bautista. La fundación de la misma se remonta a 1723 fecha en la que Luis Ramírez de Guzmán tío del marqués y prior en la Catedral de Oviedo. La capilla es obra de Bernabé de Hazas.


 Fuente visitada. asturnatura.com/turismo