sábado, 31 de julio de 2010

SIEMPRE GUIMARÁN


Si después de tantos años los vecinos de Guimarán están conformes con este nombre . quienes son para entrometerse y cambiar lo que los vecinos en votación y encuestas no están dispuestos a perder.

Marino Busto, cronista oficial del concejo de Carreño, en cuya obra ‘Historia de Carreño en la general de Asturias’, explica de dónde precede el nombre de Guimarán, con ‘G’. En tiempos de la monarquía asturiana vivió un señor cuyo nombre era Wimarano, a quien el rey de aquella época le donó estas tierras donde se edificó. Y a la naciente aldea dio su nombre Wimarán, que con el transcurrir del tiempo derivó del castellano antiguo al actual sustituyendo la antigua ‘W’ en ‘G’, de ahí el actual Guimarán.

Braulio FERNÁNDEZ:

-La guerra por los topónimos en Carreño sigue abierta. Mientras en los despachos de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias permanecen sin atender, al menos de momento, sendas peticiones de los vecinos de Guimarán y Piedeloro para que ambos nombres recuperen la oficialidad, mañana jueves el pleno del Ayuntamiento debate una nueva moción para apoyar las reivindicaciones de ambas parroquias, que no quieren ser conocidas únicamente como Quimarán y El Pieloro. En ambos casos se pide que se devuelva la oficialidad a los términos más usados, Guimarán y Piedeloro, que fueron eliminados en el año 2005 por la Junta asesora de toponimia. Una junta que, según confirmaron fuentes de la consejería, aún no ha tramitado ninguna de las dos peticiones, y que en el caso de Guimarán fue realizada ya en el mes de enero.

Han pasado siete meses desde entonces y a los vecinos ya les parece mucho tiempo. «No nos parece bien, sabemos que aún no lo han tramitado y siete meses después la petición de unos vecinos no puede estar sin atender», explica José Emilio García, portavoz de la asociación de vecinos de Guimarán. El colectivo al que representa elaboró el pasado año una encuesta puerta a puerta para evaluar la opinión de los vecinos. El resultado fue que de 301 personas 288 desean que a la parroquia le sea devuelto el topónimo de Guimarán, 13 que se conserve junto al de Quimarán, mientras que ninguno optó por la opción única de Quimarán.-



En mi humilde entender al pueblo y la defensa de su “topónimo” le corresponde a el. Aunque solo sea por la cantidad de años que es reconocido como Guimarán. (No las conjeturas que se quieren hacer sobre Quimarán)

viernes, 30 de julio de 2010

MIEDOS INFANTILES EN ASTURIAS


En Asturias, para atemorizar a los niños pequeños y obligarles a callarse si lloran y a dormir si se resisten se suele apelar a unos seres fantásticos, de origen desconocido y que se denominan genéricamente cocos. El coco es una figura negra que causa espanto y que suele habitar en la cocina. El coco en Asturias es conocido como el rapeo y el rampayu, que se llevan a los niños no se sabe a dónde. (El primero es originario de Colunga)
El hombre del saco, viejo del saco, viejo del costal, el hombre de la bolsa o el viejo de la bolsa es un personaje del folclore infantil hispánico. Se le suele representar como un hombre que vaga por las calles cuando ya ha anochecido en busca de niños extraviados para llevárselos metidos en un gran saco a un lugar desconocido. Este personaje es caracterizado como un asustador de niños. Es similar al coco y al sacamantecas.
Pero aún hay otros más terroríficos que se los comen. Son éstos: El Papón, el Paparresolla y la Zamparrampa.
El Papón, según cuentan en Cangas de Narcea, era un ser de talla gigantesca, boca enorme, ojos de fuego y estómago de horno ardiente. En Cangas de Narcea las madres cantaban a sus niños:
• Calla, niño; calla, niño; mira que viene el Papón, y que viene preguntando dónde está el niño llorón.
En otros lugares del occidente asturiano se decía:
• Era sí, era non, que te comerá el Papón, que tua madre vay na misa y tou padre nel sermón.
La Paparresolla es otro ser que come a los niños, cuya existencia está registrada en los concejos de Colunga, Caravia, Villaviciosa, Sobrescobio, S. Martín del Rey Aurelio y Bimenes.
Según su propio nombre indica, es el fantasma que hace de miedo papar el resuello. Es decir, un fantasma que traga hasta el resuello. En Caravia se decía:
- La Paparresolla cayóse na olla. ¡Ay! Que te come la Paparresolla.
En S. Martín del Rey Aurelio y Bimenes se conserva esta rima con la que se mete miedo a los niños:
• Papa Rosolla boca sangrando tripes afuera rabu arrastrando.
De la Zamparrampa se decía:
- Ahí bien la Zamparrampa con les tripes na garganta.
La Zamparrampa se trata de una mujer vieja, paticorta y derrengada.
Otros cocos infantiles de los que encontramos menos información son: El Farronco, especie de trasgu para meter miedo a los niños, (se localiza en el occidente asturiano) la Kaparruzia personaje representado con un saco cubriéndole la cabeza (En Sobrescobio) El xegome, del que apenas se tienen noticias, el Perfeuto que vivía en las chimeneas (En Vega, Ribadesella) el Hombre del Untu, que se dedicaba a abrir a los niños para sacarles los untos (también se le llamaba sacamantecas) y el chupasangres, personaje que sorbía, a través de un canutu o jeringa de madera la sangre de los niños. Estos dos personajes se usaban para atemorizar a los niños más mayores a fin de que no llegaran a casa a deshora.
Finalmente, existen otros seres míticos que no son cocos ni se usan para atemorizar a los niños, sino que se mencionan cuando comienza a entrarles el sueño. Son el equivalente asturiano al Morfeo clásico, en Colunga ese personaje es conocido con el nombre de Mociquín de Peón, pero en otras zonas se conoce como Xuan, y así en Gijón se llama Xuan de Pión; en Aller se le llama Xuan de las cerraes. Así cuando los niños asturianos empiezan a bostezar y a cerrar los ojos, se dice: “Ya vién Xuan de…” ó “Ya t' aquí Xuan de…”

"Ramón Baragaño, Mitología y Brujería en Asturias"

EL HIMNO DE ASTURIAS

Cada vez que suena 'Asturias, patria querida', alguien en el mundo cobra un porcentaje por los derechos de autor de la canción. Y no son pocos, teniendo en cuenta que la SGAE recauda por el popular tema siempre que suene en un lugar público, excepto si se trata de actos oficiales, religiosos y militares. Eso sí, la Sociedad General de Autores se niega a desvelar cuánto dinero genera al año en aras, dicen, a una política de «protección de datos» de sus socios.
Al hilo de la polémica suscitada por el Himno de Andalucía, que genera derechos de autor a pesar de que los herederos de su creador, Blas de Infante, los cedieron para que fuera de dominio público, la Sociedad General de Autores en Asturias asegura que el caso de nuestra canción es distinto porque a los intereses que ingresa por el tema la entidad se suman los que se reparten entre los propietarios de esos derechos.
Fue Ignacio Piñeiro, un cubano hijo de asturiano, nacido en 1888, quien en compuso la letra motivado por la añoranza que le había contagiado su progenitor quien llegó a dejar a su familia en Cuba para venirse a morir a Asturias. La letra fue registrada por Piñeiro ya en 1930, con otra melodía distinta a la que suena como himno regional, pero es el germen del que hoy conocemos.
De hecho, el principal investigador sobre el himno, el folclorista avilesino Fernando de la Puente, fue quien puso de relieve con sus estudios que, en contra de lo que siempre se pensó, la canción no procedía de un origen popular sino que había sido creada por este mulato, un artista archiconocido y admirado en su Cuba natal. Piñeiro fue el fundador del Septeto Nacional y está considerado el 'gran poeta del son', los cubanos estudian su vida y da nombre a algunas de las principales escuelas de música de la isla.
La canción no fue por tanto un himno en sus orígenes, sino que se fue popularizando gracias al ir y venir de la sociedad ultramarina hasta que un decreto ley la elevó definitivamente a categoría de himno en 1984. Hace de ello tan sólo 25 años.
Desde la muerte de Piñeiro en 1969, sus herederos cobran derechos de autor por el título 'Asturias, patria querida', cada vez que suena en romerías, discotecas, bares o cualquier otro lugar público. «En todos los casos cobramos un porcentaje», explica Javier Vidal, delegado de la SGAE en Asturias, pero añade: «en realidad se cobra por un repertorio completo, es decir, una comisión de fiestas de un pueblo paga, por poner un ejemplo, un porcentaje por todos los títulos que la orquesta contratada va a interpretar en una verbena. Luego, cada título tiene una ficha y de ahí se extrae un porcentaje que se destina a cada uno de sus autores o en su caso a los herederos del titular».
En el caso del 'Asturias, patria querida', son los descendientes de Ignacio Piñeiro, en su mayoría afincados en los Estados Unidos, quien se llevan esas ganancias. Pero hay más. La SGAE tiene dos tipos de registros, uno para ese título 'Asturias, patria querida', del que existen 28 versiones, y 8 bajo el título 'Himno de Asturias', que también son diferentes adaptaciones del tema popular. De las primeras, 17 ya son de dominio público, y el resto corresponden a adaptaciones firmadas por, entre otros, Fernando Portales, Valentín Ruiz, Mariano Díaz y Víctor Leoncio. Del 'Himno...', cinco son de dominio público.
Los derechos por la obra de Piñeiro expiran en el año 2039, setenta años después de la muerte del autor, algo que por lo que la SGAE protesta porque «este es el único bien que caduca, con un piso nunca pasaría eso».

El Comercio Digital.


miércoles, 28 de julio de 2010

LA VÍA DE LA PLATA - MORCÍN


Ya desde la antigüedad más remota existía una ruta que, utilizando un corredor natural que articulaba el occidente de la Península Ibérica, permitía comerciar al pueblo tartesio con el norte de la meseta en el siglo VII a. de C. Fue esta ruta la que utilizaron las tropas romanas para avanzar hacia el norte.
En época del emperador Augusto y sobre todo durante los reinados de los emperadores Trajano y Adriano, ya se configura como una calzada romana que en sus inicios unía Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga), y que continuaba por la “XXIII, Iter ab Hostio Emeritam Uxue Fluminis Anae” hasta Sevilla por el sur, y hasta Gijón por el norte a través de La Vía Carisa, calzada romana impulsada por el general Publio Carisio, cuyo objeto era unir los asentamientos militares de tierras leonesas con el mar Cantábrico. La primitiva calzada, y sus prolongaciones naturales crearon una gran ruta de comunicación que unía la cornisa cantábrica con las tierras del Sur de Hispania.
Por ella circularon mercancías, tropas, comerciantes y viajeros, en un continuo tránsito que favoreció la difusión de la cultura romana, su lengua y modos de vida, a la vez que facilitaba el control del territorio que necesitaba la administración del Imperio Romano.
Esta ruta se siguió usando a lo largo de los siglos, tanto por árabes como por cristianos durante la Edad Media, para continuar después desempeñando un importante papel en la red de comunicaciones de la Península Ibérica. La riqueza del pasado histórico de la Ruta de la Plata, cuyo nombre deriva del árabe balat, "camino empedrado", se pone de manifiesto en los innumerables vestigios que jalonan su recorrido, que ofrece uno de los conjuntos más interesantes de nuestro Patrimonio histórico.
MORCÍN
Prehistoria
Las primeras muestras de la presencia humana en el solar del actual concejo de Morcín se remontan al paleolítico inferior y medio. En la zona de Peñerudes y en el Pico Castiello se han encontrado materiales. En el abrigo de Entrefoces, situado al pie del desfiladero tallado por el río Riosa, en su orilla izquierda, a unos tres metros sobre el nivel actual del río, a la salida del pueblo de La Foz, se localizan restos de esta primera etapa histórica que culmina con la del paleolítico superior. Del material localizado destacan grabados lineales, un asta de ciervo decorado y una cabeza humana tallada en cuarcita.
Además de esta cueva han sido catalogados otros lugares prehistóricos, localizados por diversos grupos de espeleología pendientes de evaluar. De la época del neolítico y de los primeros metales corresponden la media docena de túmulos localizados y la presencia de minería prehistórica de cobre, atribuida al bronce inicial, en El Aramo.

Edad Media
El Monsacro, cuenta con una especial significación respecto a la época del reino asturiano donde la historia se mezcla con la leyenda del traslado desde Toledo, a principios del siglo VIII, de las emblemáticas reliquias que hoy se custodian en San Salvador de Oviedo. Tras larga y arriesgada expedición el Arca Santa fue llevada hasta las cuevas del Monsacro. Fue el Monsacro la primera Cámara Santa que tuvieron las reliquias después de su largo peregrinaje desde Tierra Santa, hasta que el rey Alfonso II el Casto las trasladó a Oviedo. Historia y leyenda que fueron puestas por escrito en tiempos del obispo de don Pelayo en el siglo XII.
A partir del siglo X se encontraron documentadas inscripciones, como la lápida de consagración de la iglesia de Santa Eulalia. En el siglo XI es donada la villa de Argame a la iglesia de Oviedo por Mumma Donna, viuda del conde de Gundemaro Pinioliz, que vuelve a ser donada en la segunda década del siglo XI, como sucederá también más adelante en el tiempo. Hasta mediados del siglo XII no se encuentra el topónimo “Morzín” que corresponde a la delimitación del arcedianato de Oviedo.
Morcín fue durante la edad media un señorío eclesiástico de Oviedo, incluido en la documentación de la época con el nombre de coto de Morcín. El concejo fue codiciado por señoríos y la ciudad de Oviedo, sufriendo por ello ataques violentos. El Torreón de Peñerudes es testigo de estas tensiones y luchas.


Edad Moderna
Será durante la desamortización llevada a cabo en tiempos de Felipe II, para aumentar la liquidez de las arcas reales, cuando se puso en venta la jurisdicción del coto de Morcín. La ciudad de Oviedo, con una política expansiva intentaría su compra y fueron los propios vecinos del entonces coto, los que en virtud del pago pertinente consiguieron constituir, mediante cédula del 12 de diciembre de 1579, un concejo independiente con capital en Pola de Castandiello y en el que aún no se incluía el coto laico de Peñerudes.
Con la disolución del régimen señorial en 1827 el coto de Peñerudes se incorporará definitivamente al concejo de Morcín, adquiriendo éste el desarrollo territorial que presenta en la actualidad.



martes, 27 de julio de 2010

A CORDOBEYOS


Los Gamusinos son una variante de Cordobeyu, peces ficticios con el que se engaña al forastero cuando se le invita a ir en noche tempestuosa a pescar. En la zona del Caudal, no hace tanto tiempo, a las personas procedentes de otras comunidades que por cuestiones de trabajo se desplazaban a las comarcas mineras, se les gastaba la broma de ir a pescarlos por la noche, resultando la situación de lo más chocante, acabando la broma en ocasiones, con un buen chapuzón.
Cordobeyo, ¡vente al cesto!
Que el de Oviedo aquí te aguarda.
Y el que ye listo y agudo
Caliente ya ta na cama.



Celso Amieva: "Sueño del cordoveyo", que forma parte de los "Poemas de Llanes":

En la corriente del agua el cordoveyo se encuentra.
Es amigo de la llondria y en los remansos colea
Bajo fronda de avellanos todas las noches luneras.

I
Cordoveyo en el regato. Luna sobre la montaña.
La Rapacina, en la orilla. El veraneante, en las matas.
(El veraneante al que atraen querencias de la Rapaza.)
el Mozo de ella, que llega a su cita solitaria.
En xíriga cuchichean aldeano y aldeana.
............................................................................
¿Adónde va, señorito, en esta noche tan clara?
¡Venga a pescar cordoveyos de aquí hasta que risque el alba!
La niña da al señorito una fría mano blanca
Y al zagal tiende la otra, cómplice la enamorada.
-Señorito, con su ayuda, la pesca será lograda.
Usté que es recién llegado a esta corriente encantada
Será inmune a los hechizos maléficos de las xanas.
Métase usté en el arroyo, hasta los muslos el agua,
Y tenga usté por el cesto; nosotros dos, a pedradas
Empujaremos los peces a refugiarse en su panza
Que habrá de ser, por lo llena la Plaza de la Cebada.

II
"¡Cordoveyo, ven al cesto, que el pivardo ya está puesto!"

el señorito temblaba de frío allá en el regato.
Dentro del cesto, la luna bailaba como un pescado.
En el recodo del río la rapaza y el rapazo
Tal que Deucalión y Pirra iban tirando guijarros.
Surtidores de diamantes brotaban en el remanso.

-Señorito, señorito, cordoveyo río abajo!
Las piedras al cordobeyo cercan, siguiéndole el rastro.
Una piedra va delante del veraneante, mojándolo.
-Niña, ¿Quién tiró la piedra? -El aldeano.
Sólo se oían las voces detrás de los avellanos.
Se deshacía la luna en el cesto, coleando.
La luna se desleía como aspirina en un vaso.

III
"¡Cordoveyo, ven al cesto, que el pivardo ya está puesto!"
desde el regato imploraba el ardid del madrileño:
-¡Zagala, ven a mi vera, que ya tengo el cesto lleno!
El zagal y la zagala alejáronse riendo:
-¡Adiós, señorito Lobo, queda con tu cor d'oveyo!
Mientras los dos aldeanos se fundían en un beso,
Ya en el regato clamaba el pavor del forastero:
-¡Niña, sácame del río, que me está tragando el cieno!
................................................................................
después, nada más la luna que, desde lo alto del cielo,
a solas con el remanso se miraba en el espejo.


lunes, 26 de julio de 2010

LA MADREÑA EN CASO

No está muy bien el sonido pero merece la pena verlo.

LA CASERÍA COMO UNIDAD DE ARRENDAMIENTO


La casería como unidad de arrendamiento.
Aunque el régimen de tenencia de la tierra experimentó cambios apreciables con el tiempo, en lo sustancial varió muy poco: el campesino siguió siendo un colono obligado a pagar rentas, que absorbían una proporción más o menos importante de su producción.
En tiempos medievales la forma más generalizada de cesión de las unidades de explotación fue el foro, con todas las ventajas e inconvenientes. A partir del siglo XVI se siguieron realizando los contratos de foro; pero ni tenían carácter tan de exclusividad´ni eran de la misma naturaleza. En primer lugar, aunque se seguían aplicando las normas de enfiteusis, (posibilidad de enajenar y transmitir,relación de vasallaje, pago de servicios y de rentas etc.) habán perdido el caracter de perpetuidad y se pactaban por tres generaciones e incluso sólo por la vida del interesado.
La casería en los contratos de foro era un bien enajenable; pero habría de ser vendido o traspasado en bloque y siempre con el permiso del aforador, con la condición de que por semejante operación éste percibiese una décima parte del precio (laudemio).



¡Adiós, "Cordera"! - Un ejemplo de las penurias del campesinado. -(Leopoldo Alas Clarín)-.


Antón de Chinta comprendió que había nacido para pobre cuando palpó la imposibilidad de cumplir aquel sueño dorado suyo de tener un corral propio con dos yuntas por lo menos. Llegó, gracias a mil ahorros, que eran mares de sudor y purgatorios de privaciones, llegó a la primera vaca, la Cordera, y no pasó de ahí: antes de poder comprar la segunda se vio obligado, para pagar atrasos al amo, el dueño de la casería que llevaba en renta, a llevar al mercado a aquel pedazo de sus entrañas, la Cordera, el amor de sus hijos. Chinta había muerto a los dos años de tener la Cordera en casa. El establo y la cama del matrimonio estaban pared por medio, llamando pared a un tejido de ramas de castaño y de cañas de maíz. Ya Chinta, musa de la economía en aquel hogar miserable, había muerto mirando a la vaca por un boquete del destrozado tabique de ramaje, señalándola como salvación de la familia.
"Cuidadla; es vuestro sustento". Parecían decir los ojos de la pobre moribunda, que murió extenuada de hambre y de trabajo. El amor de los gemelos se había concentrado en la Cordera; el regazo, que tiene su cariño especial, que el padre no puede reemplazar, estaba al calor de la vaca, en el establo y allá en el Somonte.
Todo esto lo comprendía Antón a su manera, confusamente. De la venta necesaria no había que decir palabra a los neños. Un sábado de julio, al ser de día, de mal humor, Antón echó a andar hacia Gijón, llevando la Cordera por delante, sin más atavío que el collar de esquila. Pinín y Rosa dormían. Otros días había que despertarlos a azotes. El padre los dejó tranquilos. Al levantarse se encontraron sin la Cordera. "Sin duda, mío pá la había llevado al xatu." No cabía otra conjetura. Pinín y Rosa opinaban que la vaca iba de mala gana; creían ellos que no deseaba más hijos, pues todos acababa por perderlos pronto, sin saber cómo ni cuándo.
Al oscurecer, Antón y la Cordera entraban por la corrada mohínos, cansados y cubiertos de polvo. El padre no dio explicaciones, pero los hijos adivinaron el peligro. No había vendido porque nadie había querido llegar al precio que a él se le había puesto en la cabeza. Era excesivo: un sofisma del cariño. Pedía mucho por la vaca para que nadie se atreviese a llevársela. Los que se habían acercado a intentar fortuna se habían alejado pronto echando pestes de aquel hombre que miraba con ojos de rencor y desafío al que osaba insistir en acercarse al precio fijo en que él se abroquelaba. Hasta el último momento del mercado estuvo Antón de Chìnta en el Humedal, dando plazo a la fatalidad. "No se dirá -pensaba- que yo no quiero vender: son ellos que no me pagan la Cordera en lo que vale." Y, por fin, suspirando, si no satisfecho, con cierto consuelo, volvió a emprender el camino par la carretera de Candás, adelante, entre la confusión y el ruido de cerdos y novillos, bueyes y vacas, que los aldeanos de muchas parroquias del contorno conducían con mayor o menor trabajo, según eran de antiguo las relaciones entre dueños y bestias.
En el Natahoyo, en el cruce de dos caminos, todavía estuvo expuesto el de Chinta a quedarse sin la Cordera: un vecino de Carrió que le había rondado todo el día
ofreciéndole pocos duros menos de los que pedía, le dio el último ataque, algo borracho...
El de Carrió subía, subía, luchando entre la codicia y el capricho de llevar la vaca. Antón, como una roca. Llegaron a tener las manos enlazadas, parados en medio de la carretera, interrumpiendo el paso... Por fin la codicia pudo más; el pico de los cincuenta los separó como un abismo; se soltaron las manos, cada cual tiró por su lado; Antón, por una calleja que, entre madreselvas que aún no florecían y zarzamoras en flor, le condujo hasta su casa.
Desde aquel día en que adivinaron el peligro, Pinín y Rosa no sosegaron, A media semana se personó el mayordomo en el corral de Antón. Era otro aldeano de la misma parroquia, de malas pulgas, cruel con los caseros atrasados. Antón, que no admitía reprimendas, se puso lívido ante las amenazas de desahucio.
El amo no esperaba más. Bueno, vendería la vaca a vil precio, por una merienda. Había que pagar o quedarse en la calle.
El sábado inmediato acompañó al Humedal Pinín a su padre. El niño miraba con horror a los contratistas de carne, que eran los tiranos del mercado. La Cordera fue comprada en su justo precio por un rematante de Castilla.
Al día siguiente, muy temprano, a la hora de siempre, Pinín y Rosa fueron al prado Somonte. Aquella soledad no lo había sido nunca para ellos triste; aquel día, el Somonte sin la Cordera parecía el desierto.
De repente silbó la máquina, apareció el humo, luego el tren. En un furgón cerrado, en unas estrechas ventanas altas o respiraderos, vislumbraron los hermanos gemelos cabezas de vacas que, pasmadas, miraban por aquellos tragaluces.
-¡Adiós, Cordera! -gritó Rosa, adivinando allí a su amiga, a la vaca abuela.
-¡Adiós, Cordera! -vociferó Pinín con la misma fe, enseñando los puños al tren, que volaba camino de Castilla.

domingo, 25 de julio de 2010

EL TRANVÍA DE GIJÓN

El servicio de tranvía, como método de transporte urbano, comenzó a fraguarse en Gijón en 1.872, pero habría que esperar hasta 1.890 para que se produjera el viaje inagural del primer tranvía gijonés, que funcionó con tracción animal.
Fue Florencio Valdés quien, en 1.887, presentó ante el Ministerio de Fomento una petición para construir una línea de tranvía con tracción a sangre desde Gijón a la guía.- El 18 de julio de 1.888, según menciona el libro sobre la historia del tranvía de Gijón, fue aprobado el pliego de condiciones y el 14 de febrero de 1.889 la concesión fue adjudicada a Florencio Valdés.

A fin de poder construir dicha línea, fue formada la sociedad "Compañía de Tranvías de Gijón", cuyo Consejo de Administración estaba formado por Juan Alvargonzález, como presidente, Ramón A. Alvarez y Rufo Rendueles, como vocales, y Vicente Pérez Valdés , como secretario. Finalmente, el día 30 de marzo de 1.890, Domingo de Ramos, tuvo lugar el viaje inagural de la primera línea de tranvía en Gijón.

Los tranvías constaban de tres coches cerrados y dos jardineras, además de las veintitrés mulas que utilizaban, en total, para arrastrar los coches.Se ponía un coche en circulación cada 10 o 15 minutos, llegando a estar enganchados los cinco a un tiempo en días de mucha aglomeración de público. La línea tenía su punto de partida en la calle Corrida y su final en La Guía. La longitud de la línea era de 3 km y poseía 6 apartaderos.
En los nueve primeros meses de explotación fueron transportados 303.194 viajeros, que supusieron unos ingresos de 40.085 pesetas.
Posteriormente, fueron creadas otras líneas de tranvías que unieron distintos puntos de la ciudad, hasta que en el año 1.909 el sistema de arrastre por tracción animal fue sustituido por el eléctrico.

El declive de los tranvías comenzó en el año 1.947, cuando, entre otros motivos diversos, José Luis Alvargonzález creó la primera línea de autobuses, entre Gijón y Somió. El 10 de mayo de 1.964 circularón por última vezlos tranvías por las calles gijonesas.

(El Comercio 7 - 1 - 1.994 ) "Laura Fonseca."

sábado, 24 de julio de 2010

ASTURIAS EN EL CAMINO DE SANTIAGO



Aunque el camino de Santiago en su vertiente asturiana sea menos transitado con respecto a otras vías de peregrinaje hacia Compostela, no es menos cierto que la calzada jacobea a su paso por Asturias depara una gran belleza y un buen número de atractivos culturales que poco o nada tienen que envidiar a otras rutas. Los problemas de señalización y el mal tránsito en algunos puntos, que han venido constatado los peregrinos, se van corrigiendo año tras año y Asturias vuelve a sonar como tierra de paso. No en vano, el Principado fue pionero en el peregrinaje a Santiago. Tres siglos antes de que comenzase el apogeo de esta ruta universal en el siglo XII, el monarca astur Alfonso II ya se había puesto en marcha hacia la tumba del apóstol. Fue en el año 829, inaugurando la ruta jacobea más antigua que se conoce. El rey en cuestión conectó la ciudad de Oviedo con Compostela a través de las tierras interiores de la Asturias occidental. Llegó hasta Iria Flavia, donde previamente el eremita Paio había tenido visiones de ángeles señalando un túmulo en el monte Libradón. Esta anunciación llegó a oídos del obispo Teodomiro, quien descubre el sepulcro y da cuenta a Alfonso II el Casto, que parte inmediatamente hacia Galicia y manda edificar sobre el sepulcro una sencilla iglesia de mampostería y barro. El mismo rey dio cumplida información a Carlomagno, y la noticia se propaga con rapidez por toda Europa
Algún tiempo después, esta ruta primitiva perderá su preeminencia en favor de la que discurre por la Meseta, aunque será transitada con asiduidad entre los siglos XI-XIII, cuando el culto a San Salvador de Oviedo actúa como un poderoso imán para numerosos peregrinos, que se desviaban del Camino francés en León y acudían a venerar el relicario de la Cámara Santa. Desde Oviedo seguían después los pasos de Alfonso II.
Pero además del itinerario seguido por el rey, la historia ha decidido que Asturias cuente con dos trazados principales del Camino de Santiago: la Ruta del Interior y la Ruta de la Costa. Ambas se aúnan para mostrar lo mejor de nuestra región: mar y montaña, arte, tradición, joyas arquitectónicas, gastronomía, villas populosas y parajes recónditos.


RUTA DE EL SALVADOR -(Puerto de Pajares-Oviedo). Esta es la conocida Ruta Interior y consta fundamentalmente de dos etapas que suman 58 kilómetros y medio. El Camino transita cerca de altas cumbres, bosques de hayas, extensas praderas y vertiginosos valles leoneses. Ya en tierras asturianas se encuentra la primera de las joyas prerrománicas que hallará el peregrino: Santa Cristina de Lena en el concejo de Pola de Lena. En este concejo podremos descansar en un albergue. Después, rumbo a la cercana villa de Mieres del Camino, la calzada jacobea atraviesa el lugar de Villallana y la localidad mierense de Ujo, punto obligado de referencia que conserva la mejor iglesia románica de la zona. A partir de aquí el Camino entra en el pasaje industrial de la Asturias central, prosiguiendo su avance por la vega del río Caudal. En la localidad de Olloniego se localiza un interesante conjunto histórico integrado por un viejo puente medieval y la Casatorre de los Quirós. En dirección a la capital asturiana, atravesamos La Manjoya y San Lázaro del Camino. Ya en el casco urbano, el itinerario recorre la calle de La Magdalena, llega a la plaza del Ayuntamiento y continúa hasta la plaza de la Catedral.
Ruta costera oriental (Bustio-Oviedo). Consta de 6 etapas que suman 128 kilómetros. El camino del Norte se adentra en Asturias por Bustio, y el camino a partir de aquí ofrece un paisaje de ríos, playas, acantilados,prados verdes y blanca caliza hasta llegar a la costa jurásica y la sierra del Sueve. Lo primero que atraviesa es el curso fluvial del Deva por el puente de Bustio, tendido entre Cantabria y Asturias. El Camino atraviesa seguidamente Colombres, capital del concejo de Ribadedeva, una tranquila villa donde se levantan suntuosos casonas de indianos, como La Quinta de Guadalupe, hoy sede del Archivo de Indianos. Rumbo a la villa de Llanes, el camino avanza a la sombra de la Sierra de Cuera, cruzando los lugares de Buelna, Pendueles, Vidiago, y Puertas de Vidiago. Llanes capital presenta un rico patrimonio histórico, con parte de sus murallas y edificios de época medieval y bellos palacios urbanos de los siglos XV-XVIII. Después la calzada discurre cerca del monasterio de San Salvador de Celorio y la iglesia románica de San Antolín de Bedón. Superada la hermosa localidad de Nueva y el puente del Aguamía, se alcanza la villa de Ribadesella. La ruta jacobea sigue el trazado de lo que antiguamente era la calle Mayor -ante soportales y casas blasonadas de los siglo XVI-XIX y la fachada plateresca del palacio renacentista del Cutre, hoy Ayuntamiento. Por el puente sobre el río Sella se llega al arenal de Santa Marina, desde allí el trazado jacobeo se dirige a San Pedro, Abeu y Leces, donde hay un albergue de peregrinos. El Camino abandona el concejo de Ribadesella por la bella y extensa playa de Vega y la aldea de Berbes. Recorre a continuación, muy cerca del mar, la costa del concejo de Caravia y desemboca en la playa y venta de La Espasa, ya en términos del concejo Colungués. Por Bueño y Covián se acerca a la villa de Colunga que preserva la capilla de su hospital de peregrinos y su antigua parroquial románica. En Villaviciosa se encuentra Nuestra Señora de la Oliva, iglesia protogótica. Más adelante, el Camino discurre al lado de la iglesia románica de San Juan de Amandi y rebasa el río Valdediós por el puente de Amandi. La Ruta de la Costa prosigue su andadura por Grases y Niévares, va en busca de la ciudad de Gijón, a la que se aproxima por las parroquias de Deva y Cabueñes.


RUTA COSTERA OCCIDENTAL - (Oviedo-Santiago de Abres) 7 etapas, un total de 155 kilómetros. Avilés, fundada en el año 1100, es la villa costera más antigua de la ruta. En dirección a ella, el camino recorre las feligresías de Santa Eulalia del Valle y San Juan de Tamón, en Carreño, y la de San Vicente de Trasona, en el vecino concejo de Corvera. Luego se introduce en el casco antiguo de Avilés por la calle del Rivero, donde hubo un hospital de peregrinos, próximo al actual albergue, y va descubriendo a su paso notables monumentos de época medieval. De Avilés pasa al concejo de Castrillón, donde atraviesa Quiloño, Piedras Blancas, la capital municipal, y Santiago del Monte. Se dirige seguidamente al río Nalón, cuyo cauce supera, en términos del concejo de Soto del Barco, por el puente de la carretera N-632, situado a los pies del castillo medieval de San Martín. Continúa, ya en tierras del concejo de Cudillero, por los lugares de El Pito, donde se encuentra el magnífico conjunto arquitectónico de los Selgas, y Soto de Luiña, donde pasa entre la iglesia barroca de Santa María y la casa del hospital de Nuestra Señora del Rosario. Luarca conserva viejas casas blasonadas y bonitas construcciones indianas. En Almuña, en las inmediaciones de la villa, está instalado un albergue de peregrinos. La ruta continúa hacia Navia vadeando el río Frejulfe. En la parte alta de Navia, que estuvo amurallada, se conservan algunas edificaciones de época moderna; en el ensanche, se ubican bellos palacetes de indianos. Una vez rebasada la ría, el Camino recorre, en rápido tránsito, el concejo de Coaña, recalando en el hospital y capilla de Santa Ana en Jarrio y en el lugar de Cartavio, antes de aventurarse por el concejo de El Franco, cuya capital, La Caridad, atraviesa. La ruta franquea el río Porcía, límite entre los concejos de El Franco y Tapia de Casariego. Un ramal del Camino conduce a Tapia de Casariego, capital del homónimo concejo, que dispone de albergue. Ya en tierras del concejo de Vegadeo, y tras atravesar su capital, tomamos el Camino Real de Bustelo que lleva al río Eo y a las villas de Figueras y Castropol. Ambas localidades contaron históricamente con hospital de peregrinos. Desde ellos puede cruzarse la ría, como antaño, gracias a un servicio que regularmente efectúa el paso a Ribadeo, primera localidad gallega que recibe el Camino de la Costa.


CAMINO PRIMITIVO - (Oviedo-Fonsagrada) 9 etapas, un total de 154 kilómetros. Según la ruta que siguió el monarca, el camino transcurre inicialmente por los municipios de Oviedo y las Regueras para entrar en Grado después de atravesar el rio Nalón por el Puente de Peñaflor. Por el territorio de Grado cruzó también una calzada romana que penetraba en Asturias por el Puerto de la Mesa. Hay referencias de la existencia de tres hospitales en el concejo. Tras el Santuario del Fresno nos adentramos en Salas. Estamos probablemente ante una de las etapas con mayor densidad monumental del Camino primitivo asturiano. En el territorio salense hubo varios hospitales de peregrinos. Hay constancia de la existencia de hospitales en: Cornellana, Salas, La Espina, Labio y Faedo. El Camino continúa hacia Tineo por la margen derecha del rio Nonaya. Allá por 1222 el rey Alfonso IX mandará que todos los peregrinos transiten por Tineo y por el Monasterio de Obona. Abandonamos el muncipio en La Lavadoira para adentrarnos en el concejo de Allande y acercarnos a su capital municipal, Pola de Allande, que cuenta con albergue. Es uno de los tramos más despoblados de todo el itinerario jacobeo asturiano, pero tiene el particular encanto de disfrutar de uno de los más bellos parajes de la montaña asturiana que nos conducen a Grandas de Salime, el último concejo de esta ruta en tierras del Principado.
"DesdeAsturias.com"



viernes, 23 de julio de 2010

¿QUE PASÓ? - PERLORA



Fue un verano largo, tanto que duró más de cincuenta años. Pero como todos los veranos, tenía que llegar a su fin. Y ese final ya ha llegado. Todo empezó el mes de julio de 1954 cuando, por iniciativa de la Organización Sindical de aquel entonces, y bajo el impulso del piloñés Servando Sánchez Eguíbar, empezó a funcionar un innovador proyecto: una ciudad de vacaciones en la localidad de Perlora para que los trabajadores con menos recursos pudiesen disfrutar, al menos, de un merecido descanso junto a sus familias en la costa asturiana. Las cuotas de los trabajadores y los empresarios sirvieron para levantar un complejo en el que el buque insignia era la Residencia Jacobo Campuzano, con más de 90 habitaciones. A su alrededor, hasta 273 chalés que, en manos de instituciones y empresas, servirían para el disfrute compartido de trabajadores de toda España. La minería e industrias asturianas fueron las principales beneficiarias del complejo turístico.
Pero para que todo funcionase se emplearon allí camareros, cocineros, responsables de mantenimiento y limpieza, conserjes... En el mayor momento de esplendor de Perlora, en las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado, llegaron a trabajar 220 trabajadores al servicio de los veraneantes. En ocasiones llegaban a atender a la vez a 1.500 personas.

Todo son vivencias, anécdotas y recuerdos, la mayoría buenos. Uno tras otro, los trabajadores de Perlora rememoran detalles. Desde aquellos comedores repletos, en los que cada familia tenía asignada siempre la misma mesa colmada de comida casera, con una atención digna de un hotel de cinco estrellas. Junto al edificio principal se construyó otro pabellón a finales de los años 70, con 30 habitaciones más. También había una clínica, servicio de correos para los residentes, bares y chiringuitos que, en un principio, eran atendidos por el personal... Y, como no, la playa. Una pequeña ciudad pensada para que el que llegase, se sintiese como en casa.

www.elcomerciodigital.com










jueves, 22 de julio de 2010

LA CASERÍA ASTURIANA EN PALACIO VALDÉS

CASA NATAL ARMANDO PALACIO VALDÉS

La casería asturiana en Palacio Valdés-
La casería asturiana es «el conjunto integrado por la casa con sus dependencias
(antoxana, hórreo, cuadra, pajar y otros espacios para almacenar aperos, leña…), el espacio para huerto en torno a la casa, los frutales, las tierras de labor para el cultivo de cereales, los prados y el derecho a utilizar los montes comunales. Todos estos elementos no se hallan bajo una
sola linde, formando un coto cerrado, sino desperdigados, especialmente en lo que se refiere a las fincas. La casería constituye una unidad de residencia, de producción y de consumo, y también de explotación» .
Los términos «quinta» y «quintana» designan, en algunas zonas de Asturias, la misma realidad que la casería, especialmente cuando constituye un conjunto exento de otro núcleo de población más amplio, y están muy presentes en la toponimia: La Quinta, El Quintanal, Les Quintanes, etc.
En varias parroquias del Conceyu Llaviana, concretamente en las de la margen derecha del Nalón y en las de Llorío y Entrialgo, por casería se entiende también el conjunto formado por el corral, la cabaña y el prau o praos del monte, donde los vaqueros cuidaban el ganado (vaqueriaben, respondería, sin duda, al hecho de ampliar la casería para explotar los montes comunales. Por su parte, en el antiguo Coto de Villoria, la misma realidad se conoce con el nombre de mayáu o mayá.
Castros y villae romanas aparte, la mayoría de los asentamientos rurales se realizaron durante la Edad Media, impulsados por los grandes señores terratenientes y por los monasterios que arrendaban o aforaban las caserías a los campesinos y cobraban en especie, sobre todo en trigo y escanda . Los escasos recursos que les quedaban a los campesinos, tras pagar las rentas, apenas les permitían vivir («en la mesa diaria se expresa el gran principio y el gran objetivo de la casa tradicional: trabajar para comer») y habitar una pobre vivienda («choza»), que contrastaba con las casonas y palacios rurales de las clases privilegiadas.

La extensión de la casería, entre 2 y 3,5 hectáreas de media, era la adecuada para el sostenimiento de una familia y el mantenimiento de tres o cuatro vacas. De esta manera, la casería se convierte en «una pequeña empresa doméstica que trataba de ser autosuficiente» , aunque, a lo largo del año, vende algunos productos —xatos, gochos, pites, güevos, manteques,
peres, ablanes, chorizos…— para obtener un dinero con el que pagar contribuciones y rentas, y comprar artículos de primera necesidad que no seproducían en la casa —aceite, azúcar, ropa, herramientas—, y estableceuna serie de relaciones con otras casas vecinas regidas por el principio dela reciprocidad equilibrada (andeches), tales como les sestaferies, veceríes(files, esfueyes, segaretes), etc. , a la vez que participa con el pueblo o la parroquia en les romeríes.

- LA CASERÍA DE PALACIO VALDÉS -

Don Armando pertenecía precisamente a una de esas familias ricas de clase media con criados, mayordomos y arrendatarios. Su abuelo materno (don Francisco Rodríguez Valdés), un militar que se retiró joven —como el capitán don Félix de La aldea perdida—, era un hidalgo que dedicada su vida al cuidado de sus tierras repartiendo su tiempo entre Avilés y Entrialgo
La propia casería familiar y su entorno van a servirle de modelo en las descripciones que hace en sus novelas. La familia de Armando Palacio Valdés, además de la casona (casa-natal), era dueña de una importante hacienda: establo, huerta con árboles frutales, la pumará (La Pumará de los de Ziquiel, hoy casas de Obras Públicas), tierras, praos —entre otros, El Prau Cerezangos, Tambarriegues, La Teyera y Los Campicios —, ganado, criados, mayordomos y tres elementos básicos en la economía de la casería asturiana, muy presentes en sus obras: el llagar, el horro / panera y el molín.
El llagar, situado entre «la pomarada» y «el Campo la Bolera», aún se conserva con el nombre de «Llagar Palacio Valdés»; de planta rectangular (14 ,10 x 7,60), conserva el fusu de madera y el sabor de su noble pasado.

La panera ocupaba el solar del actual aparcamiento del Centro de Interpretación y «El Jardinillo» anejo. Se derribó durante la Guerra Civil según algunos para dar vista a la Casa Ziquiel («La Casona d’Entralgo»). Se la conocía como «La Panera de don Armando Palacio Valdés», y también como «La Panerona» por sus grandes dimensiones. Tenía las puertas talladas y aún quedaban restos de la misma en los años 50 del siglo pasado. El molín, actual Molín d’Entrialgo (en La Pumará’l Molín-Pedreo), era un molín de maquila o, mejor dicho, dos como muy bien nos dice el propio autor en La novela de un novelista .


LA CASA QUE DESCRIBE EL ESCRITOR

Se trata de casas con planta baja y piso y con cuatro estancias básicas: la cocina, la sala, los cuartos y el corredor. En la parte baja está fundamentalmente la cocina, la pieza más importante de la casa, ya que sirve para calentarse, comer, filar, leer, aprender de los mayores, etc., sentados en tayueles o en escaños en torno al llar y al forno. En el piso de arriba, la sala
sirve de distribuidor hacia los cuartos y es «un espacio interior que mirahacia fuera», pues se utilizaba cuando había gente de afuera, como ocurríaen el samartín, les esfueyes, les files, les fiestes, etc. El corredor permitela prolongación de la sala hacia el exterior, con una orientación favorable(levante o mediodía), y sirve para secar los productos de la casería —maíz,ajos, castañas, avellanas, fabes— y como estancia para distintas tareas yjuegos: lavarse, coser, desfacer maíz, esbillar fabes; en ocasiones se cierra y se convierte en galería denominándose en algunas zonas ‘solanas’.
El corredor es uno de los elementos más llamativos y habituales de la arquitectura popular asturiana; aparece en el XVII, coincidiendo con la llegada del maíz, y se generaliza en el XIX y principios del XX . También constituye una constante en las descripciones de Palacio Valdés, con frecuencia unido a la presencia de una parra de pámpanos de vid que trepa por él como en su propia casa solariega de Entrialgo.

"Vicente Rodríguez Hevia." (descargas.cervantesvirtual.com)


miércoles, 21 de julio de 2010

EXPRESIONES DE LA SIDRA


En Asturias, la sidra natural suele servirse de la botella, haciendo caer el chorro de la contra el lateral del vaso de manera que al impactar con el mismo se oxigene (a está acción se la denomina tradicionalmente "escanciar” aunque también es referida como "echar" o "tirar" un culín (o culete) de sidra). Además no se bebe todo el contenido del vaso ("culete" o "culín") sino que se deja un poco, para limpiar al finalizar de beber la parte del vaso que han tocado los labios. Esto se debe a que típicamente, en una sidrería asturiana cada grupo de amigos usa un único vaso que comparte. Además, la mitología asturiana dice que que se tira el poso del culín, para devolver a la tierra lo que elle nos da. Cabe destacar que de la botella de sidra (la cual debería dar para de cuatro a seis culinos) no se bebe todo su contenido, si no que se deja el fondo de la misma, ya que a la sidra natural no se la filtra ni clarifica ni se le quitan los posos como al resto de las bebidas alcohólicas. Es por ello que antes de descorchar la botella, se suele agitar brevemente la misma, a fin de dispersar los posibles posos. En Asturias la sidra se consume por botellas en las sidrerías, mientras que en las celebraciones que tienen lugar en el llagar o "espichas" la sidra es consumida escanciando directamente de la "pipa". Exite una celebración en Asturias llamada El Xiringüelu o Xiringüelo, es una romería en la que todo gira en torno a la sidra y que se celebra, el primer o segundo domingo del mes de agosto, en el llamado Prado Salceo situado en la ribera del Río Nalón que salpica la aldea de Peñaullán y otras del Concejo de Pravia. El último fin de semana de agosto tiene lugar en Gijón la Fiesta de la Sidra Natural en el que todos los años se bate el récord mundial de escanciado simultáneo. Está declarada fiesta de interés turístico regional. La fiesta mas importante dedicada a esta bebida es el Festival de la Sidra de Nava, localidad a la cual se la denomina villa de la sidra por su gran número de lagares. Dicha fiesta se celebra el segundo fin de semana de Julio y esta declarada fiesta de interés turístico nacional, ademas Nava también cuenta con el Museo de la Sidra en el que se puede ver todo el proceso de elaboración de esta bebida.

Expresiones de la Sidra-

"A mi gustame": No se recurre aquí a las cualidades sino a nuestra opinión.

"Cai bien": La bebida no produce efectos negativos (al menos por el momento).

"Cagonmimantu": Puede ser que esté muy buena o muy mala, hay que esperar que el interlocutor pronuncie la siguiente frase.

"Dexasetomar": Indica calidad al menos aparente.

"Entrabien": Buena calidad y buen paladar...

"Puebebese": Apreciación no muy positiva.

"Puepasar": Valoración de calidad media.

"Tabono": La expresión lo dice todo.

"Tacantarina" : Se dice cuando la sidra invita a cantar.

"Ta de piston (o de piston de micu)","Ta pistonuda": La sidra hace restallar la fiesta como restalla un pistón.

"Tapada-y": La calidad nos incita a seguir bebiendo.

"YedeBandera": Grado superlativo.

"Yederestallu":

"Tien bon palu": Es de buena calida. El tonel del que procede dio más de una alegría.

"Abre bien": Tien bona espuma. Libera bien el dioxido de carbono.

"Espalma bien": Ni tarda mucho ni poco.Ni deja espuma a los lados.

"Fai bon vasu": Se bebe con gusto.

"Fai revolguinos": Se dice de la sidra que tiene mucho dioxido y produce cosquillas en la boca.

"Falta-y (N) tiempu": N es el tiempo que le falta para que la sidra este en su punto.

"Nun ferviò": No fermentó bien.

"Nun ta tocá": No tiene quimica.

"Ta ablanao","ta adelantao": Señal mala calidad

"Ta avinagrao","ta pa lechuga","ta escabechao": Indican el avinagramiento de la sidra

"Ta pa corchar": Se dice de la sidra que ya esta preparada para corcharse.

"Ta volaor"," Ye xampán francés": Indica el exceso de gas y por ello el sonido de achampañamiento al abrirla. ¡ Pum!.

"Ye nuevu": Sidra de la última cosecha.

"Ye sidrina": Que es sidra floja.

"Ye del sapu": La que está hecha con las primeras manzanas y todavía muy verdes.

"!!!Pa la fábrica!!!": Es tan mala que se tiene que llevar para las vinagreras o champanizadoras.

"Ye de fondones": Asi se dice por que es tan mala que debe de estar hecha de los sobrantes (fondones) de las botellas.

"Ye de ñisu": Es tan mala que no debe de ser sidra hecha de manzanas.

"Yedepiescu":
"Ye puxarra": Esta hecha con los restos de la magaya.


CONCEJO DE CARREÑO-(CANDÁS)


En la Edad Media, el concejo de Carreño perteneció a las tierras de Gauzon y después se integró en el alfoz de Avilés, pero no fue hasta el siglo XIII, cuando el concejo de Carreño fue reconocido como territorio autónomo y dotado de una puebla. Esta autonomía no duraría mucho pues Fernando IV, otorga al concejo de Avilés una serie de tierras entre las que estaban las de Carreño incluidas, siendo su capacidad limitada frente a las decisiones de Avilés.
Sí hay que decir, que Carreño fue siempre de realengo, sin dependencia de señoríos y estuvo representado en las Juntas Generales del Principado desde los siglos XIV y XV, estando integrado en el partido llamado de Avilés, aunque esto no quiere decir que en sus tierras no existiera aristocracia regional o local.
En los siglos XV y XVI, la villa de Candás ya tiene un reconocido tráfico portuario y pesquero, así en el siglo XVI, se hacen las reformas del puerto en el que participa Juan Cerecedo, maestro de obras de la Catedral de Oviedo. En el XVII, ya la villa de Candás empieza a ser un núcleo de población destacado, contando con un maestro, un cirujano, etc.
No es hasta el siglo XVII, cuando consigue su emancipación definitiva del alfoz avilesino, comprando el concejo de Carreño a la abadía de Santa María de Arbas del Puerto, su coto de Overiz, convirtiéndose en un municipio autónomo y unificado tal como lo conocemos hoy en día.
En el siglo XVIII, hay una gran actividad portuaria de astilleros para la construcción y reparación de barcos. Hay que tener en cuenta que Candás era un importante puerto pesquero. En la falda del monte San Sebastián, estaba la fabrica con las calderas para derretir la grasa de las ballenas. En este siglo se fundan las cofradías de pescadores de Nuestra Señora del Carmen y las Ánimas del Purgatorio. Se hacen nuevos arreglos en el puerto y se instalan los cañones en el promontorio de San Antonio para la defensa de la villa. En este siglo es cuando todas las funciones administrativas se centralizan en las casas consistoriales de Candás.
La villa de Candás ha estado desde antiguo estrechamente vinculada a la actividad marítima, por lo que no hubo a lo largo de los tiempos una aspiración mayor que un puerto que respondiera a su constante vitalidad marinera. Así, desde finales del siglo XIX fue base de una numerosa flota pesquera que impulsaría la formación de la importante industria conservera local. Aún siendo primordial y fundamental la configuración de este puerto como base para garantizar la actividad pesquera y fabril, y con ello la economía de supervivencia de sus gentes, los muelles locales han contribuido en el caso de Candás a identificarse, casi solidificarse con la población y determinar, ya no sólo el aspecto urbanístico de sus calles, la red de saneamiento, las ceremonias culturales y religiosas, las formas de ocio o de esparcimiento, sino incluso, a moldear su carácter y costumbres. Todos esos elementos enraizados por generaciones y durante siglos en un apego constante al puerto de los candasinos.

OVIEDO


En el año 761, a no mucha distancia de la vieja civitas romana de Lucus Asturum, el monje presbítero Máximo y su sobrino Fromestano decidieron fundar un monasterio a orillas de la calzada romana que unía León con Lugo de Llanera pasando por el puerto de Pajares.
Posteriormente erigieron una ermita en honor del mártir San Vicente, al que poco tiempo después se unieron dos docenas de monjes, lo que supuso la transformación del lugar en monasterio, tal y como consta en el acta fundacional firmada el 25 de noviembre del año 781, siendo su primer abad Fromestano. Obtuvo seguidamente la protección del rey Fruela I, que eligió el lugar como residencia de Munia, su mujer, y en él nació su hijo Alfonso II, que posteriormente se conocería como «el Casto».

Más tarde, el hijo de Fruela, Alfonso II el Casto trasladó la capital del reino de Asturias desde Pravia a este lugar y convirtió a Oviedo en sede episcopal. Además la fortificó y dotó de palacios, iglesias y otras estructuras. La muralla que protegía la ciudad, de la que hoy apenas quedan partes visibles en varios emplazamientos, delimitaba una figura circular adaptada a la colina, ocupando un área de 11 ha que cobijaba a unas 6.000 personas distribuidas en tres barrios relativamente diferenciados: La Villa, que agrupaba los edificios más antiguos religiosos y civiles; Cimadevilla, mercantil y vinculada a las peregrinaciones; y Socastiello. Durante su reinado, en 812, se descubrió en Compostela una tumba que se supuso del apóstol Santiago. Alfonso II partió de Oviedo para visitar la tumba, con lo que se convirtió en el primer peregrino en ir a Santiago de Compostela, inaugurando el primer camino de peregrinos.

En el siglo X, el avance de la Reconquista conllevó el traslado de la capital a León, haciendo perder a la ciudad parte de su importancia. Sin embargo, gracias a su contacto con la corte de Carlomagno, comenzó a fluir desde el reino de éste un río de peregrinos que entraban por los Pirineos y por el norte iban hasta Oviedo y desde ahí hacia Santiago, con lo cual el camino norte es la ruta más antigua de los peregrinos a Santiago de Compostela. Enel año 1075 fue a visitar Oviedo en calidad de peregrino el rey de León y de Castilla, Alfonso VI. Abrió solemnemente el Arca Santa en la iglesia de San Salvador, que contenía muchas y muy buenas reliquias que habían estado escondidas en la Ermita de Santiago (situada a 10 km de distancia), a raíz de la conquista musulmana. A partir de este hecho, Oviedo y sus reliquias fueron internacionalmente famosas, hasta tal punto que los peregrinos que venían a Santiago de Compostela se desviaban en León e iban hacia el norte para hacer un alto en esta ciudad asturiana y venerar las reliquias. Un refrán antiguo dice «Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al siervo y olvida al Señor», indicando por tanto que Oviedo era ruta obligada para los peregrinos del camino.

El rey Juan I, en 1388, funda el Principado de Asturias, título inaugurado por el infante don Enrique, hijo de aquél, y que desde entonces corresponderá a los sucesores a la Corona; Oviedo se convierte, entonces, en la capital del Principado. Al tiempo surgía la Junta General del Principado de Asturias, institución de derecho público que como Junta de Concejos funcionó con carácter permanente desde mediados del siglo XV hasta 1834, año en que se dio paso a las Diputaciones Provinciales.

En julio de 2008 ha aparecido, en la medianera de dos de los edificios afectados por la reforma de ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias, inmediata a la calle de la Rúa, una estructura hidráulica. La datación de esta estructura en el s. IV, ha llevado a especular acerca de la posible existencia de la ciudad en época romana. Acerca de esta posibilidad, nunca ignorada por ninguno de los investigadores de la historia ovetense.


martes, 20 de julio de 2010

LA FELGUERA


Langreo llegó a ser corte de la monarquía asturiana; en la antigüedad se conoció al concejo como Lagniam, Langueyo, Lagneo, Lancritus, Lagueyo (tierra apacible y deleitosa en griego), Langredo (el camino real) o Langiciati (por romanos). Los vestigios más antiguos que se tienen en Langreo corresponden al yacimiento de Les Cueves y a la cultura de los castros: el Pico Castiello de Ciaño y el Castiello de Riaño. Se sabe que los romanos construyeron antaño torres defensivas a lo largo del Valle del Nalón.

Nació por la agrupación de antiguos núcleos de población bajo el nombre de Turiellos, siendo su parroquia Santa Eulalia de Turiellos, cuya cofradía se fundó en 1670. Los primeros escritos en los que existe referencia son las donaciones de Ordoño I a Oviedo en el año 857 (donde donaba entre otras, la iglesia de Santa Eulalia). Por otra parte, se constató la presencia romana por un antiguo puente de seis vanos, el mayor de Asturias según los cronistas (más de 100 metros), construido en el barrio de El Puente (de ahí su nombre), y que se destruyó cuando desvió su curso el río Nalón. Por otra parte en este mismo barrio de El Puente se constata la existencia de fueros vecinales desde la Edad Media, como reza en la Carta Puebla del siglo XIV, y las celebraciones de festividades en honor a San Lorenzo, las más ancestrales de Langreo. En 1792 se construye en la zona un horno de cook, el primero de España, que será el comienzo de una gran actividad industrial. En el siglo XIX se instalan en la zona diversas empresas, siendo la actual Duro Felguera, fundada por el riojano Pedro Duro la más importante, que aprovechaban los recursos carboníferos existentes en las minas de Langreo desde el siglo XVIII y las facilidades de comunicación proporcionadas por la Carretera Carbonera (impulsada por Jovellanos) y el Ferrocarril de Langreo, tercer ferrocarril español, que unía el concejo con Gijón.

En 1874 el Papa Pío IX otorgó a la parroquia una gracia especial de indulgencia plenaria y remisión de pecados, carta que terminaba con este texto: Esta gracia son permanentemente valederas para el presente y tiempos futuros, y sin que pueda oponerse nada en contrario; esto viene dado por la existencia de numerosas construcciones religiosas en la zona. La Fábrica tomó el nombre de Fábrica de La Felguera (en asturiano lugar donde abundan helechos) así que se comenzó a denominar a la parroquia Santa Eulalia de La Felguera, quedando Turiellos como nombre histórico (finales del S. XIX). En 1895 se instala luz eléctrica.

A finales del siglo XIX La Felguera tenía el índice de alfabetización más alto de España, nivel que mantuvo durante décadas gracias al mecenazgo de la Fábrica. En 1908 se celebran las primeras fiestas patronales en honor de San Pedro, que perduran en la actualidad.
Con la instalación de la siderurgia en 1857 la villa comienza una expansión demográfica y urbana desorbitada, y con ello la construcción de parques, plaza de abastos, colegios, instalaciones deportivas y sanitarias etc. que se unieron a las iniciales construcciones alrededor de las iglesias y ermitas de la zona, convirtiendo lo que era un núcleo rural en una ciudad industrial.

lunes, 19 de julio de 2010

HISTORIA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN




La Lista Roja del Patrimonio suma 84 monumentos históricos en "peligro de extinción" repartidos por toda España y registrados desde el pasado mes de febrero en la página web de la asociación declarada de utilidad pública Hispania Nostra, creada en 1976. Asturias aporta cuatro bienes a esta particular enumeración de memoria olvidada: la torre del Castillo de Yavio o Yabio (Perlora), el Palacio de los Bernaldo de Quirós (Candás), el Palacio de los Carreño-Alas (Logrezana) y el Monasterio de Tina Mayor (Ribadedeva).
La torre de Yabio aparece en la Lista Roja gracias al empeño de la Asociación Green (Grupo de Recuperación y Estudios de Espacios Naturales), que ya en 2005 remitió un escrito al Ayuntamiento de Carreño para alertar sobre el estado de los restos de la estructura que fue atalaya de un castillo en la época del Reino de Asturias. Entonces, la asociación pidió que se invirtiera en la limpieza y estudio de las ruinas parte del 1% Cultural correspondiente a la ampliación de El Musel.
Los restos que se alzan en Yabio son todavía un misterio y quizás escondan importantes vestigios del pasado. Los cortes del terreno, como el de la imagen, en torno al único lienzo que queda de lo que fue una torre, indican que tal vez bajo la vegetación todavía existan las murallas y estructuras del castillo. Estas eran visibles al menos hasta el siglo XVII.

Desde el emplazamiento se vigila un antiguo cruce de rutas, hacia el sur Prendes y el valle de Carreño, siguiendo el curso del arroyo a menos de una hora a pie Perán y Perlora. Hacia el norte la ruta hacia el Cabo Peñes y Candás, y hacia el oeste siguiendo el valle de Coyanca hacia Tabaza.
En el informe presentado en la Lista Roja se destaca que «el origen de las ruinas puede ser romano, pero es difícil de afirmar, porque nunca se realizó un estudio arqueológico». Las murallas de la fortaleza fueron visibles hasta el siglo XVII, añade el escrito, que destaca que en 1961 se encontró en las proximidades el tesoro de Coyanca, con piezas de oro romano, donde aparecieron piezas de oro con las efigies de Nerón, Vespasiano, Trajano y Adriano datadas entre los años 54 al 138 d.C, las cuales se conservan en el Museo Arqueológico de Asturias.. En la Consejería de Cultura reconocen que “quedan pocos restos en este enclave”
Casi frente al castillo se encontraba la Cueva Oscura, donde existían pinturas y restos de las épocas solutrense y magdaleniense. Y quizás fuese lugar de culto en la época de los Astures. Pero esto resulta imposible de confirmar ya que la cueva destruida por los intereses especulativos de una cantera que cerró al poco tiempo.

También indican que muchas veces es imposible actuar sobre el patrimonio. Es el caso de los palacios de los Bernaldo de Quirós y los Carreño-Alas. «No es Bien de Interés Cultural (BIC) ni tiene una protección específica, salvo la urbanística que considere el ayuntamiento, y además es una propiedad privada, por lo que nosotros no podemos intervenir», señala el responsable de Patrimonio, refiriéndose al primer palacio, cuyo origen se remonta al siglo XVIII.( Situado en el concejo de Carreño, se levantó a finales del Siglo XIX (Hacia 1880), construido sobre un edificio anterior de la edad media, una torre o fortificación de importancia, ya que en su tiempo protegía el camino y el paso en la antigua ría de Aboño. El edificio es de estilo Ecléctico, destacan también sus jardines; aunque hoy en día todo el conjunto permanece en un lamentable estado de abandono)
El Palacio se encuentra en magnífica finca cercada con muro de mampostería, con jardín concebido según modelo de los jardines ingleses o de estilo romántico. Dentro de la finca se incluyen, la casa de los caseros, establos y el antiguo palomar. Es una construcción de planta rectangular, con capilla adosada al lado Norte. Tiene planta semisótano, dos plantas y desván. A la vivienda se accede por la fachada Este por medio de escalinata que se remata con un porche sostenido por dos columnillas de hierro fundido. Las fachadas presentan una distribución regular de vanos con recercos moldurados de piedra artificial rematados con cornisa en planta baja y decoración clasicista en la planta principal.
A ambos lados de la entrada principal, se colocaban dos escudos, en uno se puede leer la inscripción: Después de Dios los Bernaldo de Quirós y en el otro: El Noble linaje de los Carrió es de mucha antigüedad y nobles hidalgos. Los escudos permanecieron en la fachada hasta hace unos años, cuando el último de los Bernaldo de Quirós vendió el Palacio a una empresa de cementos llevándose los dos escudos.
El desván se ilumina con estrechos vanos horizontales abiertos en las fachadas mayores, además de dos pequeños balcones situados en los hastiales. La capilla se adosa al lado Norte, tiene planta rectangular. En los laterales se abren ventanas pareadas de apariencia neogótica. Estaba dedicada a Santa Clementina.
Las cuadras actualmente en desuso, están construídas en ladrillo macizo. Todas las construcciones se rematan con aleros decorados con piezas de madera avolutadas y terminado con colgantes de madera decorado con marqueterías. Los aleros del Palacio, de gran vuelo, se sujetan por jabalcones.
Si bien el antiguo edificio se remonta a la Edad Media, asociado a funciones defensivas propias del lugar que ocupa, la configuración actual corresponde a finales del Siglo XIX. El Palacio perteneció al Conde de Peñalba. En la capilla del Palacio se encontraba el cuerpo incorrupto de una mujer venerada como Santa Clementina, traída de Roma hasta Carrió por el Cardenal Cienfuegos. En 1896, por razones testamentarias fue llevada a Luanco por Doña Pilar Bernaldo de Quirós. El cuerpo de la Santa desapareció en el año 1936 de la Iglesia de Santa María de Luanco.

Algo similar ocurre con el de los Carreño-Alas, un conjunto del siglo XVI.
Es la casa de mayor calidad y nobleza del concejo. Conserva una puerta de medio punto del siglo XII y otra ojival del XIV. Poseía una torre que fue destruida por un rayo el siglo pasado. El caserón también cuenta con la capilla de Nuestra Señora de la O, del siglo XVI. Esta casona es uno de los lugares a los que atribuye el nacimiento, en 1614, del pintor Juan Carreño de Miranda.

domingo, 18 de julio de 2010

PRINCIPIOS DE LA MINERIA - MIERES -


En 1836, durante la regencia de María Cristina, Mieres se constituye como ayuntamiento independiente del de Lena, ya que la unión de estos dos concejos nunca había llegado a efectuarse de facto.
A mediados del siglo XIX, se establece en Mieres la “Asturian Mining Company” empresa minera de capital inglés, y el empresario francés Numa Guilhou funda Fábrica de Mieres, lo que provocará que el concejo pase de una economía predominantemente agraria y ganadera a ser uno de los principales centros industriales de la época, lo que producirá grandes cambios políticos y sociales en todo el concejo.


La Asturian Mining Company fue la primera industria de importancia que se estableció en la Cuenca Central Asturiana (España), en el siglo XIX.
Fue la primera empresa en España en conseguir, con éxito, obtener hierro de calidad utilizando coque como combustible y agente reductor del mineral de hierro. El primer horno alto de España en utilizar el coque de carbón pertenecía a la Sociedad Palentino-Leonesa de Minas, en Sabero (León), que lo obtenía de mala calidad. 1 El segundo fue el de la Asturian Mining Company y el tercero el de la Fábrica de armas de Trubia, en el concejo de Oviedo. También conocida la Compañía Anglo-Asturiana y como la Compañía Minera Asturiana, fue fundada el 17 de septiembre de 1844 con un capital social de 5 millones de francos, aportado por capitalistas y financieros británicos, franceses y españoles, como José Safont, José de Salamanca y Mayol, futuro marqués de Salamanca y José García Carrasco, conde de Santa Olalla. su primer presidente fue el banquero inglés Gedeon Colquhoum. El objetivo principal de la nueva empresa era la fundición del hierro, siendo el minero un objetivo secundario.
La creación de la empresa se realizó después de confirmar que en Asturias existían minas de carbón y de hierro para montar una industria siderúrgica, con el impulso de los británicos John Joseph Kelly y el ingeniero John Manby. John J. Kelly era el vicecónsul del Reino Unido en Asturias desde 1831 e hijo de John Kelly, vicecónsul también, en Asturias y Santander.
Los primeros paso de la compañía fueron la compra de sus concesiones a las fracasadas Asturian Coal and Iron Company y Compañía Francesa de Minas. A lo largo de su corta historia la Anglo-Asturiana tuvo minas de carbón, de carbón (de piedra) y de azogue, en la zona central de Asturias.

En la vega de Sueros, entre la villa de Mieres y la aldea de Ablaña, en la margen derecha del río Caudal la Asturian Mining Company construyó una fundición para obtener hierro según los métodos ingleses (con coque de carbón), hasta la fecha no utilizados en España. La elección del emplazamiento se justificaba por su cercanía a minas de carbón, de hierro y canteras de caliza con las que obtener el mineral de hierro, el carbón para la obtención del coque y los fundentes para el alto horno. Así mismo se encontraba próxima a la carretera de Castilla.
La fundición contaba con un alto horno, de los dos proyectados por Manby, y 16 hornos de coque. Además, según Pascual Madoz, la que denomina «fábrica grande de La Robellada»

Por una Real Orden de 26 de junio de 1849 se le negó la autorizacion para que pudiera continuar con sus operaciones, quedando disuelta y sujeta a liquidación. El motivo de la disolución fue el hecho de que los accionistas no habían desembolsado la totalidad del capital social de acuerdo a la ley de Comercio vigente.


Este mismo año el Gobierno decide volver a poner en marcha la Fabrica de Armas de Trubia y Antonio deElorza, su primer director, recomienda usar el carbón de Olloniego, Tudela, Riosa, Morcín y Quirós, y losingleses presentan un proyecto para construir un ferrocarril de Mieres a Avilés.
El ferrocarril de Langreo a Gijón se inaugura en Agosto de 1853 pudiendo transportar unas 103.000 toneladasanuales mientras que la Carretera Carbonera llegaba a las 34.000; esto supuso el despegue de la producción.En 1850 se exportan 60.000 toneladas, mientras que en 1860 se llega a 170.000, en 1870 son 360.000 y 620.000 en 1890.

En 1857 la Fabrica de Mieres fue vendida al francés Numa Guilhou, quien, en 1861, también compró lasminas de Langreo y creó la Societè Huollière et Métallurgique des Asturies. Así pasó a ser la mayor empresaminera de Asturias.

PUERTO DE PERÁN

A principios del siglo XII, ya debía de tener cierta importancia la actividad pesquera en la zona, según se desprende por la presencia de pescadores que viven en el lugar “In Perane. Casatas integras de Aluaro et Iohannes Gutiniz piscatores”. Desde finales de dicho siglo hasta la conclusión del XVII, junto a otros territorios de Perlora, formaría parte del ya mencionado Coto de Ovériz, bajo la jurisdicción de la Colegiata de Santa María de Arbás del puerto de Pajares, que cobraba sus derechos de pesca. En los inicios del siglo XVIII su aprovechamiento pesquero correspondía a la Casa de Carrió, en el mismo concejo de Carreño. Un siglo más tarde, el citado González de Posada, en una de las cedulas enviadas para el Diccionario Geográfico de Asturias que preparaba Martínez Marina, describía el rudimentario procedimiento empleado por los lugareños para pescar en su ensenada, que consistía en cerrar la boca de entrada con redes a la pleamar, para recoger los peces capturados en el reflujo, “quedando quasi en seco en el último menguante de la marea, los matan a palos, o los cogen a mano, o los hallan detenidos en la red pugnando por volver al mar.” Este descomedido aunque provechoso sistema de pesca denominado en documentos de la época como “echar la traína en el boquete de Perán”, se seguía utilizando a mediados de ese mismo siglo, siendo ahora el Gremio de Mareantes de Candás el que gozaba del derecho exclusivo de sus beneficios, pues era quien lo adjudicaba, mediante remate público al mejor postor. A partir de esas fechas, no conocemos más noticias sobre su explotación pesquera, aunque si se registraría algún que otro proyecto de ocupación de la ensenada con fines industriales o turísticos, como el presentado en 1906 por el vecino de Oviedo Julio Bertrand Renard, que solicitaría la concesión de una marisma para la construcción de un varadero y un balneario, que no se llevaría a efecto. Finalmente, a mediados del pasado siglo funcionó durante algunos años, en la zona intermedia más próxima a los terrenos de la Ciudad Residencial, un pequeño parque ostrícola. De otro lado, las buenas condiciones naturales de la ensenada de Perán para cobijar embarcaciones de pequeño porte, y principalmente la proximidad al puerto de Candás (muy inseguro durante el invierno, y con escasa capacidad para albergar la numerosa flota de pequeños vapores de pesca locales), harían de este lugar un puerto de refugio efectivo durante buena parte de las décadas de los años veinte y treinta del pasado siglo, aunque en algunas ocasiones los armadores candasinos solicitarían oficialmente a los organismos competentes, la realización de algunas obras complementarias para mejorar la estancia y seguridad de sus embarcaciones en la bahía, que nunca se llegarían a realizar en diciembre de 1921, la Dirección General de Obras Públicas enviaba al Ministerio de la Guerra el expediente de información pública y proyecto, para que informase al respecto, en cuya memoria, se justificaba la realización de las obras solicitadas, pues “El puerto de Candás carece en absoluto de condiciones para abrigar la flota de vapores pesqueros que se ha ido creando rápidamente, desde la inauguración del ferrocarril, para abastecer las importantísimas fábricas de conservas que se han establecido en la Villa de Candás y que suponen una riqueza grande y un creciente bienestar”, por lo que se exigía ”un puerto amplio y de buenas condiciones, en vez del escaso y malo, propio solo para las antiguas traineras, que durante el invierno se depositan sobre los muelles y sus inmediaciones. Las pequeñas obras de mejora y ampliación del puerto que estaban contratadas, se hallan suspendidas desde fines de 1917 en que fueron arrasadas por un temporal. Todo ello justifica el afán de los Gremios en disponer de fondeaderos para evitar la invernada de la flota en los inmediatos puntos del Musel o de Avilés”. Tras pasar por los conductos reglamentarios (Gobierno Militar de Oviedo), y previos informes favorables de las Comandancias de Ingenieros de Gijón y de la 8ª Región Militar con sede en La Coruña, el 21 de abril de 1922, la Sección de Ingenieros del Ministerio de la Guerra remitía el expediente a Fomento, informando favorablemente a la autorización de la ejecución de las obras solicitadas, pues no afectaba “a los intereses de la defensa nacional”. Sin embargo, a pesar de esta autorización, las obras anunciadas no se llegarían a realizar, aunque las embarcaciones candasinas seguirían utilizando la ensenada de Perán como puerto de refugio invernal durante esos años, que confirman varias imágenes fotográficas de la época.

PUERTO DE PERÁN



( "saber.es")

viernes, 16 de julio de 2010

ANTIGUOS RELOJES DE GIJÓN

Dicen los cronistas que el primer reloj público, fue el que allá por el año de 1.572 se instaló en la Torre de la cárcel, en Cimadevilla.
Dicen que el segundo reloj fue en 1.852 el de la estación del Ferrocarril de Langreo, que estaba situado en la calle Sanz Crespo, mirando hacia la Puerta de la Villa. Este, en aquel edificio que luego se llamó "La Gerencia", marcó las horas para cuantos gijoneses dependían del tren de Langreo, hasta el año 1.961 en que una noche del 25 de enero fue destruido por el fuego.
En 1.865 se construyó el edificio de la Casa Consistorial, y es otro de los relojes que marcó y sigue marcando las horas.
en el año 1.878 se colocará la primera campana del viejo campanil del antiguo Instituto de Jovellanos. Y fue en el año 1.884 cuando al edificarse la estación del Ferrocarril del Norte, se instaló un reloj que marcaría toda una época, ya que años más tarde, según el investigador Rufino Alvarez Meana, un bando del señor alcalde de 1.926, todos los relojes de la ciudad deberían marchar acorde con la citada Estación del Norte.
Entre 1.891 y el final de siglo, se instala un hermoso reloj con sonoras campanadas en la relojería Pando de la calle Corrida, los del Instituto de Jovellanos de la calle Jovellanos y Colegio de la Inmaculada. En 1.892, y en 1.899 el citado reloj de Relojería Pando, pasó al exterior del edificio de la Calle Corrida a la altura de la cafetería Tívoli y con sus campanadas servía de guía oficial a los tranviarios para sus horarios de salidas y como es lógico, estaba atendido por la propia Compañía de Tranvías de Gijón.
También en 1.899 se inagura el Edificio de la Plaza del Sur, con su correspondiente reloj, y otro de columna sirve de centro neurálgico en la calle Corrida el mismo año para comenzar el siglo, con el notable edificio del entonces Banco de Gijón, que sirve de emblema a la calle de Los Moros y cuyo reloj sigue marcando las horas.
Los años veinte también fueron significativos para la relojería urbana de nuestra ciudad, pues en 1.924 se inagura el reloj de "La Gota de Leche" y en 1.926 la Junta de Obras del Puerto coloca dos preciosos relojes de columna, uno en la Rula y otro en Los Jardines de la Reina.
En 1.928 quitaron el que también de columna estaba en medio de la calle Corrida para instalarlo en la plaza de San Miguel, donde permaneció hasta 1.955 en el que al remodelar dicha plaza se desplazó al Parque de Isabel la Católica, como una reliquia del pasado siglo.
En el mes de julio de 1.933 se inaguraba La Escalerona, con su correspondiente reloj que es todo un símbolo del Gijón veraniego. Los que fueron instalando después de los años cuarenta parece ser que no tienen el carisma de los anteriores citados, pues al de la estación del Alsa, no le queda más que la caja, el de la Caja de Ahorros en la plaza del Carmen, que comenzó marcando los cuartos, las medias y las horas con una melodía de sabor asturianista, ya ha enmudecido su carrillón.
(El Comercio) Janel Cuesta.

OVIEDO - LA TORRE DE LA CATEDRAL


LA REGENTA

"Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido (…), y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo diez y seis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas, como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones. Como haz de músculos y nervios la piedra enroscándose en la piedra trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía, cual imantada, una bola grande de bronce dorado, y encima otra más pequeña, y sobre ésta una cruz de hierro que acababa en pararrayos."

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TORRE

El diseño inicial del pórtico se remataba con dos torres, de las cuales finalmente se decidió por la construcción de sólo una. La construcción de la torre de estilo gótico y renacentista se inicia en 1508 bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón sobre planos de Juan de Badajoz y se finaliza en 1587. Durante su construcción también colaboraron en mayor o menor forma Pedro de Buyeres, Pedro de la Tijera y Juan de Cerecedo. Con una altura de 80 metros está dividida en cinco cuerpos que van disminuyendo en tamaña según se asciende. La torre se inicia integrada al pórtico sobre los cuatro pilares que forman la arcada. Se remata con un templete formado por torres cilíndricas que finalizan en la flecha del pináculo.
En la torre podemos encontrar un reloj en el segundo piso, en el último piso el escudo del obispo de Oviedo Cristóbal Rojas Sandoval que ostentaba el cargo a la finalización de la torre y en cada sección una ventana con mainel que sostienen trenzados ojivales de piedra.
Torre famosa en la literatura española del siglo XIX pues es una de las protagonistas inertes de la novela de Leopoldo Alas «Clarín» La Regenta. Desde su altura y con ayuda de un catalejo, vigilaba la ciudad Don Fermín de Pas, el Magistral.

CAMPANARIO-

La sala de campanas de la torre contiene a la Santa Cruz (fundida en 1539 con un peso de 1384 kilos), Santa Bárbara (1818 y 116 kilos), el Esquilón (1678 y 481 kilos de peso) y la más importante de todas ellas, Wamba.
Destaca además de las campanas el mecanismo que también es antiguo.
• Timbal 2º: Fundida en bronce en 1893 por José Sota tiene un diámetro de 52 cm, una altura de bronce de 40 y un peso de 81 kilos.
• Timbal 1º: Fundida en bronce en 1830 tiene un diámetro de 54 cm una altura de bronce de 47 cm y un peso de 91 kilos.
• De posar: Fundida en bronce en 1817 por José de Venero, tiene un diámetro de 78 cm, una altura de bronce de 70 cm un borde de 7 y un peso de 275 kilos.

SANTA CRUZ-

Denominada así por tener la imagen de dos cruces en relieve, una grande con pedestal y la Cruz de los Ángeles en la cara opuesta. Esta campana fue fundida en 1539 con un diámetro de 154 cm, una altura de bronce de 115 cm, borde de 14 cm y un peso de 1384 kilos.

SANTA BÁRBARA-

Esta campana fue fundida en 1818 con un diámetro de 66 cm, una altura de bronce de 56 cm, borde de 7 cm y un peso de 166 kilos.
Se puede leer una inscripción que indica «IHS MARIA Y JOPH SANTABARBARA ORAPRONOBIS. ANO DEI8I8»

ESQUILÓN-

La campana denominada Esquilón fue fundida en 1678 con un diámetro de 94 cm, una altura de bronce de 85, borde de 8 cm y peso de 481 kilos.

WAMBA-

Fundida en 121920 es la campana más antigua en funcionamiento en España. Su creación se remonta a la basílica anterior a la iglesia gótica actual. Sigue en activo dando el toque de las horas a pesar de estar rajada, circunstancia que merma su sonido.
Encargada por el canónigo de la catedral Pedro Peláez Cabeza en 1219 bajo el mandato del obispo Juan González está hecha en bronce con un peso de 833 kilogramos, un diámetro de 130 cm, un a altura de bronce de 105 cm y un borde 13 cm.