martes, 20 de julio de 2010
LA FELGUERA
Langreo llegó a ser corte de la monarquía asturiana; en la antigüedad se conoció al concejo como Lagniam, Langueyo, Lagneo, Lancritus, Lagueyo (tierra apacible y deleitosa en griego), Langredo (el camino real) o Langiciati (por romanos). Los vestigios más antiguos que se tienen en Langreo corresponden al yacimiento de Les Cueves y a la cultura de los castros: el Pico Castiello de Ciaño y el Castiello de Riaño. Se sabe que los romanos construyeron antaño torres defensivas a lo largo del Valle del Nalón.
Nació por la agrupación de antiguos núcleos de población bajo el nombre de Turiellos, siendo su parroquia Santa Eulalia de Turiellos, cuya cofradía se fundó en 1670. Los primeros escritos en los que existe referencia son las donaciones de Ordoño I a Oviedo en el año 857 (donde donaba entre otras, la iglesia de Santa Eulalia). Por otra parte, se constató la presencia romana por un antiguo puente de seis vanos, el mayor de Asturias según los cronistas (más de 100 metros), construido en el barrio de El Puente (de ahí su nombre), y que se destruyó cuando desvió su curso el río Nalón. Por otra parte en este mismo barrio de El Puente se constata la existencia de fueros vecinales desde la Edad Media, como reza en la Carta Puebla del siglo XIV, y las celebraciones de festividades en honor a San Lorenzo, las más ancestrales de Langreo. En 1792 se construye en la zona un horno de cook, el primero de España, que será el comienzo de una gran actividad industrial. En el siglo XIX se instalan en la zona diversas empresas, siendo la actual Duro Felguera, fundada por el riojano Pedro Duro la más importante, que aprovechaban los recursos carboníferos existentes en las minas de Langreo desde el siglo XVIII y las facilidades de comunicación proporcionadas por la Carretera Carbonera (impulsada por Jovellanos) y el Ferrocarril de Langreo, tercer ferrocarril español, que unía el concejo con Gijón.
En 1874 el Papa Pío IX otorgó a la parroquia una gracia especial de indulgencia plenaria y remisión de pecados, carta que terminaba con este texto: Esta gracia son permanentemente valederas para el presente y tiempos futuros, y sin que pueda oponerse nada en contrario; esto viene dado por la existencia de numerosas construcciones religiosas en la zona. La Fábrica tomó el nombre de Fábrica de La Felguera (en asturiano lugar donde abundan helechos) así que se comenzó a denominar a la parroquia Santa Eulalia de La Felguera, quedando Turiellos como nombre histórico (finales del S. XIX). En 1895 se instala luz eléctrica.
A finales del siglo XIX La Felguera tenía el índice de alfabetización más alto de España, nivel que mantuvo durante décadas gracias al mecenazgo de la Fábrica. En 1908 se celebran las primeras fiestas patronales en honor de San Pedro, que perduran en la actualidad.
Con la instalación de la siderurgia en 1857 la villa comienza una expansión demográfica y urbana desorbitada, y con ello la construcción de parques, plaza de abastos, colegios, instalaciones deportivas y sanitarias etc. que se unieron a las iniciales construcciones alrededor de las iglesias y ermitas de la zona, convirtiendo lo que era un núcleo rural en una ciudad industrial.
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La verdad es que el valle sufrió una transformación radical en muy pocos años. Debía ser hermoso a finales del s. XVIII, con todas las quintanas, los praos, la iglesia parroquial, un lugar bucólico como esa "Aldea Perdida" de Palacio Valdés... hasta que llegó la fábrica de D. Pedro Duro.
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