sábado, 30 de junio de 2012

HISTORIA DE LA CIUDAD DE OVIEDO


La historia milenaria de la ciudad de Oviedo está ligada a su papel de capital de Asturias: primero del reino, y después del Principado, más tarde de la provincia y, finalmente, de la Autonomía.
Poco podían sospechar los monjes Máximo y Fromestano, fundadores de la ciudad en el año 761, que su elección de una colina en el centro de Asturias superaría los mil doscientos años de vida urbana, comercial, eclesiástica y militar. Aquel primer establecimiento se completaría pronto con una pequeña iglesia bajo la advocación de San Vicente.

El rey Fruela, cuarto de la monarquía asturiana, fue el primer impulsor decidido de la ciudad con la construcción de un palacio y una iglesia cercanos entre sí. Sin embargo, Oviedo le debe a Alfonso II El Casto (791-842) su régimen de capitalidad y su sede regia con el traslado de la corte desde Pravia y la creación del Camino de Santiago, fenómeno capital en la historia de Oviedo. Un templo dedicado a El Salvador y un palacio real formaron el núcleo y motor de Oviedo. En esta época la ciudad se convierte en el epicentro del Arte Asturiano, expresión arquitectónica original y la única, heredera de tradiciones visigodas, orientales y nórdicas, que culmina en el reinado de Ramiro I.

El traslado de la corte regia a León, tras la muerte de Alfonso III El Magno, vincula la vida de la ciudad a las reliquias conservadas en su catedral y al paso de peregrinos que visitan El Salvador y que continúan su caminar hasta Santiago. Los siglos siguientes (XIII-XIV) conocen el desarrollo de la ciudad medieval, conservada en su trazado hasta hoy, la construcción de la muralla, un incendio devastador la nochebuena de 1521 y la formidable obra del acueducto de Los Pilares para el abastecimiento de agua a la ciudad a lo largo del siglo XVI.

La fundación de la Universidad Literaria por Fernando de Valdés Salas, a comienzos del siglo XVII, abre Oviedo urbanísticamente hacia una expansión progresiva, impulsada en el XVIII por la nobleza urbana y la construcción de palacios notables, en el XIX por el crecimiento industrial y el ensanche urbano de la calle Uría, y en el XX por el desarrollo administrativo y comercial.

Desde el punto de vista urbanístico, Oviedo ha cambiado notablemente desde comienzos de los años ochenta de la pasada centuria con la peatonalización de la parte vieja y de algunas calles del ensanche, la rehabilitación de su casco antiguo, la recuperación de plazas históricas, el adecentamiento de fachadas, la creación de excelentes parques, la instalación de numerosas esculturas y fuentes en espacios públicos, etc.
 En la actualidad, Oviedo es la capital del Principado de Asturias y mantiene una vocación de ciudad de servicios administrativos y universitarios. El comercio se ha convertido en un sector económico fundamental. Oviedo es hoy una ciudad con una notable proyección internacional a través de los Premios Príncipe de Asturias, entregados anualmente en el teatro Campoamor, y del Campus Internacional, al que acuden personalidades de la más alta relevancia mundial. La historia de la ciudad de Oviedo es la de un cruce de caminos, la de un punto clave en la historia del norte de la Península y de la Europa medieval. El Camino de Santiago y la Ruta de la Plata tienen en Oviedo un jalón capital de ambas rutas que contemplan ya una historia milenaria.

 Fuente visitada. turivia.com

miércoles, 27 de junio de 2012

OVIEDO- EL FONTÁN




 Su nombre procede del vocablo bable fontán que designa a un manantial en forma de charca. En el caso que nos ocupa existía efectivamente un fontán en esta zona de Oviedo, perteneciente al Monasterio de Santa María de la Vega, al que aportaban además sus aguas riachuelos del entorno, convirtiéndolo en una auténtica laguna que desaguaba en la parte baja de la Calle Rosal y seguía hasta los Pozos, sumiéndose en ellos. Los topónimos Fontán y Rosal figuran ya en un documento de 1237 recopilado más tarde por Jovellanos. Otro documento, fechado en 1376 y conservado en forma de pergamino en la Catedral de Oviedo hace también referencia al Fontán.

 El 19 de agosto de 1523 los regidores de la Ciudad y el Concejo resolvieron desecar el Fontán por ser un foco de infecciones y por haberse ahogado allí varias personas; las labores de desecación no culminarían hasta 1559 construyéndose entonces una fuente y un lavadero, que al parecer se intentó trasladar a la Plaza Mayor (ver: Plaza de la Constitución) en 1600, y otras infraestructuras públicas.

 En 1576 Magdalena de Ulloa, viuda de Luis Méndez Quixada, ayo del bastardo Juan de Austria, promovió la fundación en Oviedo de un Colegio de Jesuitas. Se eligió el Fontán como emplazamiento y en 1587, ya concluida la obra, se aprovecharon los materiales sobrantes para aderezar la plaza, que quedó configurada como una plaza cuadrada adecuada para la realización de mercados y romerías. El edificio del colegio, consagrado a San Matías, se alzaba en el solar hoy ocupado por el mercado cubierto y contribuyó a formar la Calle Fierro y la propia Calle del Fontán, que se extiende desde la del Fierro a la Calle Rosal. Poco después de la erección del colegio se realizaron las escuelas municipales que todavía se conservan y en cuya fachada puede admirarse un escudo de la ciudad instalado aquí en 1673, procedente de la torre de Cimadevilla que sería derruida en 1834.

 Tras la expulsión de los jesuitas por orden del Conde de Aranda, acusados de haber instigado el motín de Esquilache, el 2 de abril de 1767, su edificio fue destinado a alfolí y posteriormente, especialmente durante la Revolución Gloriosa de 1868, a cuartel. La iglesia del colegio se convirtió en la parroquia de San Isidoro por disposición del Consejo de Castilla en 1770.

 Marcos de Velasco elaboró una normativa para edificar el frente Oeste de la Plaza, lo que después recibiría el nombre de Arco de los zapatos, en 1660, la normativa fue aprobada por el Ayuntamiento a pesar de lo cual sería conculcada repetidamente. En 1666 se proyecto la construcción de un patio de comedias, de un hospital para huérfanos y un mesón. La Casa de Comedias sufrió notables modificaciones y reconstrucciones entre 1799 y 1849, quedando dotado finalmente para albergar a seiscientos espectadores. Con la apertura del Teatro-Circo de Santa Susana y posteriormente del Teatro Campoamor se clausuró la Casa de Comedias llegando a pensarse en derribarla hacia 1901; se ha conservado la fachada, situada al lado del Palacio del Marqués de San Feliz. En 1687 el primer duque del Parque quiso arrendar una casa municipal situada adyacente a la de Comedias, pero no fue hasta 1723 cuando su hija Isabel Trelles Agliata y Valdés y su marido el marqués de Vallecerrato edificaron el palacio que hoy podemos admirar en ese lugar, y en el cual se conservan un apostolado del Greco y otras muchas obras de arte, bajo la dirección del arquitecto Francisco de la Riva Ladrón de Guevara, cuyo estilo fue imitado por el marqués de Camposagrado en la Plaza Porlier.

 El Palacio del Duque del Parque fue adquirido y restaurado por Antonio Sarry en junio de 1892. Anteriormente el palacio había pasado a manos municipales destinándose a los almacenes y oficinas de la primitiva Fábrica de Armas de Oviedo en 1794; fue también fábrica de tabacos, sede del Colegio Santa Cecilia, del Colegio Santo Ángel y durante el cerco a Oviedo en la Guerra Civil española las autoridades franquistas lo utilizaron como ayuntamiento.
 En 1792 se erigieron treinta y seis tiendas siguiendo el perímetro del Fontán y cuatro casas altas con torrecilla en sus ángulos, todos ellos con techumbre de pizarra y soportales al interior y exterior, según un diseño de Francisco Pruneda. Estas edificaciones estaban pensadas como comercios.
 En 1814 se acuerda darle el nombre de Daoiz y Velarde a la parte Sur del Fontán en recuerdo de los héroes del 2 de mayo de 1808 (ver: Plaza Daoíz y Velarde).

 En 1981 la Dirección General de Patrimonio Artístico se acometió una importante restauración de la Plaza el Fontán en la que algunos edificios dado su estado calamitoso fueron derruidos, con la consiguiente polémica, y sustituidos por réplicas.Un año antes el estado dio su aprobación para convertir la antigua Casa de Comedias en la Biblioteca Pública de Oviedo, que fue finalmente inaugurada en 1987 con el nombre de Biblioteca Pérez de Ayala.

Fuente visitada.
el.tesorodeoviedo.es

martes, 26 de junio de 2012

ASTURIAS- DEL MAR A LA MONTAÑA



En el límite con Santander, dode los mapas sitúan el comienzo de la costa asturiana al este, se encuentra la ría de Tina Mayor. Sus aguas son compartidas por la comunidad cántabra y a su vez dan entrada al paraíso asturiano. Comienza el recorrido por una costa que no deja de sorprender y que finaliza al llegar a tierras de Castropol y a las aguas del río Eo.

 La presencia del Cabo Peñas, el punto más septentrional de Asturias, en el término medio del territorio costero contribuye a que se delimite el litoral en términos de costa de Occidente, Centro y Oriente. En todas ellas el mar exhibe una gran variedad de formas y paisajes y por lo tanto toda una suerte de contrastes. Tal vez el mayor de todos ellos se debe a la proximidad de la montaña a la costa asturiana. Esto ocurre en ambas alas del litoral, aunque de forma más pronunciada en el Oriente. No es fácil encontrar alturas de más de mil metros a tan sólo cuatro kilómetros de la costa y eso ocurre en la Sierra del Sueve. Y no es el único caso, la Sierra del Cuera tiene alturas como el Turbina, de 1.315 m. y se halla también muy cercana a la costa. Desde lo alto de su cima se pueden observar, a un lado, como a tiro de piedra, los majestuosos Picos de Europa y a otro, a escasa distancia, toda la rasa costera.

 El contraste también se hace notorio en las playas. La variedad es enorme. Las hay pedregosas de cantos rodados, con cierto aire salvaje y poco frecuentadas, mientras que otras, de arena fina, son objeto de peregrinación turística. Es el caso de muchas playas del Oriente como La Franca en Ribadedeva, Niembro, y Buelna en Llanes, la Griega en Colunga, o Rodiles en Villaviciosa. El Occidente asturiano tiene también arenales muy destacados como la playa de Aguilar en Muros de Nalón, la del Silencio en Cudillero, Frexulfe en Navia o Porcía en Tapia de Casariego. Algunas calas muestran un relieve recogido, ideal para disfrutar de un baño tranquilo, como la de Monellos, en Coaña. Otras, por el contrario, extensas y abiertas, son codiciadas por los surfistas que aprecian el oleaje. Sin duda el mar Cantábrico ha cincelado caprichosas formas en la costa asturiana, por eso es posible encontrar cuevas y arcos horadados por la fuerza del mar en La Nueva, en Llanes, o los conocidos bufones de Buelna, o Arenillas en Llanes que impresionan al visitante cuando el mar se halla bravío. También impresionan los altivos acantilados que combinan a la perfección la verticalidad con la altura. El cabo de Busto en Valdés es buena muestra de ello, y en Vidió, donde se halla uno de los cabos más agrestes con un faro del mismo nombre, los acantilados tienen alrededor de 80 metros de altitud. El occidente asturiano presenta las playas y calas más agrestes, y salvajes. Algunas con accesos tan inhóspitos que aseguran al visitante una tranquilidad absoluta. La riqueza del litoral asturiano también se deja ver en sus fondos marinos que atraen a los amantes de la pesca submarina y a los pescadores de caña.

 Los asturianos han aprendido a vivir al ritmo de las mareas. Es el caso de ciudades de renombre, como Gijón que presenta un pasado repleto de historias marineras, como las que se contaban en el barrio de Cimadevilla, antaño barrio de pescadores. Su presente de constante movimiento se dibuja ahora en proyectos tan importantes como lo es la ampliación del Puerto del Musel, uno de los más importantes de España. Y a muy poca distancia, otra de las grandes, la ciudad de Avilés. Su puerto y ría se han aliado fuertemente con la explotación de la siderurgia dando a su costa una impactante imagen industrial.
En la línea costera, se encuentran también importantes villas como Llanes, Ribadesella, Candás, Luarca, Navia, o Tapia, entre otras, que no han olvidado sus raíces marineras aunque sus flotas pesqueras estén en franco retroceso. Y próximas a las villas se hallan pequeños pueblos marineros rebosantes de tipismo. Sus casas encaladas, forman calles estrechas, y muchas de ellas se descuelgan hacia el mar ,como ocurre en Viavélez, Ortiguera o Lastres.

 La costa asturiana presenta también enclaves de gran interés turístico: como las Cuevas de Tito Bustillo, en Ribadesella. En esta parte de la costa entra en escena uno de esos ingredientes que aumentan el interés. El hallazgo de importantes huellas de reptiles del Jurásico le han dado a esta zona el sobrenombre de "la costa de los dinosaurios". El Muja, Museo del Jurásico, en Colunga, explica detalladamente la presencia de estos animales en tiempos pasados.
Otros moradores del litoral, esta vez en tiempo presente, son las aves, incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas, como el cormorán moñudo y el paíno, entre otras. Algunas especies como los treparriscos, prefieren los acantilados. Ellos, como los humanos, han aprendido a adaptarse a una costa variada, rica en paisajes y accidentes geográficos.

 Fuente visitada. revistafusion.com

sábado, 9 de junio de 2012

LA VILLA DE LASTRES



 La preciosa y singular villa porteña de Lastres, cuyo casco histórico ha sido declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico el 7 de mayo de 1992, dispone su blanco caserío de forma escalonada en la parte menos vertical de un altivo acantilado, descendiendo hasta el puerto por calles tortuosas, estrechas y empinadas. Sus casas son construcciones de dos o tres alturas, con piedra vista o revoco en blanco y una variedad de fachadas que lucen corredores sobre tirantes de madera, balcones o galerías acristaladas.

 Esta localidad, que enlaza con Colunga capital a través de la carretera AS-257 y cuya altitud oscila entre los 30 y los 110 m, tuvo su mayor esplendor en el siglo XVII, desplegando una intensa actividad pesquera –próspera ya desde el s. XIII–, con una flota numerosa dedicada a la pesca de bonito, sardina, merluza, ballena, etc., lo que favoreció la existencia de una boyante industria de escabeches que abastecía los mercados de León y Castilla. El pequeño puerto pesquero, uno de los más importantes de Asturias en los ss. XVII y XVIII –hoy con cierta vitalidad aún y la vieja dársena convertida en embarcadero deportivo–, fue destruido en el siglo XVIII; el rey Carlos III ordenó su reconstrucción en 1773, pero las obras se paralizaron en 1807 y no se reanudaron hasta las postrimerías del s. XIX.
www.asturnatura.com/turismo/lastres/1174.html La vida de Lastres hoy día se basa en la pesca, la agricultura y un creciente turismo, originado por en parte por la presencia en sus cercanías del Museo del Jurásico de Asturias.
 En Lastres, merece la pena visitar la Iglesia parroquial de Santa María de Sábada, construida en 1757 y declarada Monumento en 1992, las capillas del Buen Suceso (s. XVII) y de San José (s. XVII),la Torre del Reloj (s. XVIII, con origen en el XV), la ermita de San Roque, de 1613, el puerto pesquero, ... Además, en las cercanías se encuentran numerosos lugares de interés. La villa ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico de Lastres y en 2010 recibió el premio Pueblo Ejemplar otorgado por el Príncipe de Asturias.

 

Fuente visitada. www.asturnatura.com

jueves, 7 de junio de 2012

MUSEOS ETNOGRÁFICOS














Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos.-
Construcción típica de vivienda campesina de Los Oscos.
Santa Eulalia de Oscos.
985 626 144.
****************
Museo Etnográfico de la Lechería.-
Herramientas y utensilios relacionados con el mundo de la ganadería tradicional y la elaboración de quesos y mantecas.
La Foz de Morcín. De lunes a viernes de 10 a 13 y de 16 a 19 horas. Sábados de 10 a 13 horas.
985 795 222.
***************
Museo Etnográfico de Grandas de Salime.-
Objetos antiguos empleados en el mundo rural.
Grandas de Salime. De martes a sábado 11,30 a 14 y de 16 a 18,30 horas. Lunes cerrado.
985 627 243.
****************
Museo Etnográfico Juan Pérez Villamil.-
Contiene una cuidada recreación de los modos de vida tradicional. Puerto de Vega (Navia) Martes a viernes de 17,30 a 19,30. Sábado de 11 a 15 horas. Domingo de 12 a 14 horas. Lunes cerrado.
985 648 805.
****************
Museo Vaqueiro de Asturias.-
Estudio de la vida de los vaqueiros de Asturias. Tineo todos los días, de 11 a 14 y de 15 a 19 horas. Lunes cerrado.
985 804 835.
****************
Ecomuseo de Somiedo.-
Talleres artesanales y de oficios típicos de la zona: goxeiros, madreñeiros... Pola de Somiedo (Somiedo) Verano de martes a sábado de 10 a 13 y de 17,30 a 20,30 horas. Domingo: 10 a 14 horas. Lunes cerrado. Invierno: de martes a viernes y domingos de 10 a 14 horas. Sábados de 11 a 14 y de 17 a 20 horas. Lunes cerrado.
985 763 984.
****************
Museo Etnográfico de Grado.-
La cultura del pan, la casa, oficios tradicionales. Grado. Invierno: miércoles y jueves de 10 a 14 horas. Domingos de 11 a 14 horas. Verano: miércoles y viernes de 10 a 14 horas. Jueves de 17 a 20 horas. Domingos y sábados de 11 a 14 horas.
985 753 532.
985 752 736.
****************
Museo Etnográfico de Quirós.-
Actividades de agrcultura y ganadería. Bárzana de Quirós. Verano: de miércoles a domingo 11,30 a 14 y de 17 a 19,30 horas. Invierno: de miércoles a domingo 11,30 a 13,30 y de 16 a 18 horas.
985 768 096.
****************
Museo Marítimo de Asturias.-
Historia de la navegación, la pesca tradicional, carpintería de ribera y biología marina. Luanco (Gozón) De martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 20 horas. Domingos y festivos de 11 a 14 horas. En Semana Santa y puentes, horario ampliado.
985 880 101.
****************
Museo de la Sidra de Asturias.-
Villa de Nava (Nava).
****************
Museo del Pueblo de Asturias y Museo de la Gaita.-
Al aire libre, permite la recreación a tamaño natural de la arquitectura popular asturiana. En cuanto al Museo de la Gaita, solo existen otros dos centros dedicados a este instrumento en todo el mundo. Ería del Piles, s/n. Cierra los lunes.
985 373 335.
****************
Museo de la Madera de Caso. Caso. De martes a jueves de 12 a 14 horas. Viernes, sábados y festivos de 12 a 14 y de 16 a 18 horas. Domingos de 12 a 14 horas. Lunes cerrado.
985 608 097.
985 608 002.
****************
Museo Etnográfico del Oriente de Asturias.-
Edificaciones rurales que integran 400 metros cuadrados de superficie expositiva. Porrúa (Llanes) Invierno: de martes a sábado de 11 a 13,30 y de 17 a 19.  horas.
Domingos y festivos de 12 a 14 y de 17 a 19 horas. Verano: de martes a sábado de 11 a 13,30 y de 17 a 20 horas. Domingos y festivos de 12 a 14 y de 17 a 20 horas. Lunes cerrado.
985 402 547.
****************
Casa de la Miel.-
Los Mazos (Boal)
985 620 023.

Fuente visitada.
Guía Cope - Asturias 2.009-2.010

martes, 5 de junio de 2012

LOS BOSQUES OLVIDADOS



 El bosque de Muniellos constituye un paradigma de conservación: preserva casi inalterada la estructura del ecosistema y evoluciona sin apenas intervención humana desde hace décadas. Es uno de los últimos bosques naturales de Europa. Otras forestas, más influidas por el hombre, están protegidas en el interior de los parques naturales. Se trata, principalmente, de bosques de montaña: hayedos, robledales albares y algunos melojares, quejigares y carrascales. Estos últimos, las tejedas y los alcornocales vestigiales del Occidente también disfrutan de amparo legal, al menos sobre el papel -la tejeda del Sueve, la mayor de Europa, está abandonada a su suerte-, en tanto los árboles dominantes en cada uno de ellos están declarados especies protegidas. Las alisedas atlánticas figuran en la lista de hábitat prioritarios de la Unión Europea, una condición que obliga a adoptar medidas de conservación y restauración de las mismas (lo que no evita la destrucción o la alteración de muchas de ellas). Pero hay otros bosques totalmente desprotegidos, olvidados por los gestores del patrimonio natural. Son las carbayedas (hoy transformadas en bosques mixtos) y los bosques frescos, las dos formaciones forestales que caracterizaban el paisaje vegetal de las zonas litorales y de valle -hasta unos 800 metros de altitud- antes de su profunda transformación, primero agrícola y ganadera y, andando el tiempo, por obras de infraestructuras y urbanizaciones.

Las carbayedas o bosques mixtos -estos últimos, compuestos por carbayos, castaños y abedules, en proporciones variables- tienen su óptimo en suelos ácidos y pobres del Occidente y, en menor medida, del centro de la región, mientras que los bosques frescos de fresnos y avellanos -con mezcla de arces, olmos, abedules, cerezos y otros árboles caducifolios- se desarrollan en suelos calizos, ricos y húmedos, a menudo en contacto con cursos fluviales (y, por tanto, con bosques de ribera), del Oriente y, secundariamente, del centro de Asturias. Ambos bosques ocupan situaciones apetecidas por la agricultura y de fácil acceso, lo que propició históricamente su sustitución por cultivos y su explotación maderera y ha favorecido, asimismo, la proliferación de incendios, el reemplazo del arbolado natural por especies foráneas (pinos y eucaliptos), la selección de su composición (para favorecer al castaño, productor de madera y de frutos) y, en las últimas décadas, la urbanización residencial e industrial y el trazado de carreteras en dichos territorios.



 Este proceso de destrucción, fragmentación y alteración de los bosques mixtos y frescos persiste en la actualidad, sin que se haya arbitrado ninguna medida para conservar siquiera algún vestigio de esa cubierta forestal tan representativa de la denominada provincia cantabroatlántica, que se extiende entre la ría de Aveiro y la Bretaña francesa a lo largo del norte de Portugal, Galicia y el litoral cantábrico. La pérdida atañe, además, a la fauna, pues muchas especies dependen de esos bosques. Más aún, no sólo se tala indiscriminadamente (y para comprobarlo basta con mirar a los lados al atravesar el pandemonio de puentes y enlaces en construcción de la Autovía del Cantábrico a su paso por Siero), sino que se está deforestando ahora, en plena temporada de cría. Nada lo impide. Obviamente, tampoco la (in)sensibilidad de las administraciones responsables.

 Se pierden los bosques mixtos y los bosques frescos, como se pierde, también, la campiña atlántica, por la profunda humanización de los territorios más bajos y llanos de Asturias, que parecen ajenos a cualquier medida de conservación. La vetusta carbayeda del Tragamón (Gijón) lleva camino de convertirse, muy pronto, en una reliquia.


Luis Mario Arce.

Fuente visitada. www.lne.es

domingo, 3 de junio de 2012

EL GREMIO DE MAREANTES DE LLANES


Llegaron a adquirir tal renombre los pescados de Llanes, que aun en el día corren por algunos mercados y especialmente en el de Madrid con él de La florida de Llanes.
 Aquí, entre otras infinitas clases para el consumo ordinario, se cogía langosta, abadejo, mero, congrio, merluza, atún, besugo, bonito y sardina, que se escabechaba en su mayor parte para remitirlo fuera, conservándose aun en el barrio de las Barqueras algunas de las casas donde se confeccionaba, así como también las destinadas a extraer de la Ballena la grasa, cetáceo que igualmente pescaban sus marinos. Bien es verdad que a tal objeto estaban dedicadas de 17 a 20 lanchas de altura, independientemente de varios pataches que hacían el comercio de cabotaje; pero no es menos cierto tampoco, y así lo confirman la profusión de lanchas que de todo el Cantábrico acuden a nuestra costa, que ésta ha sido siempre un venero inagotable de riqueza.


Comprueba el hecho de que las aguas de Llanes fueron en todos tiempos muy abundantes también en cetáceos de grandes dimensiones, la relación inserta en la Gaceta oficial de Madrid del 7 de Febrero de 1800, páginas 105 a 107 donde se lee lo siguiente: «Puerto de Llanes en Asturias, 15 de Enero de 1800. En 10 de este mes vararon en el arenal del abra de San Antonio en la parroquia de Nueva de esta jurisdicción, más de 400 cetáceos de los que según el conde de Bufón se conocen por Souffleurs o Marsouins y en esta costa vulgarmente por bufandos, a causa de que bufan reciamente al respirar, arrojando con violencia un gran golpe de agua por un agujero que tienen sobre el hocico.


 «Los descubrió un muchacho, que huyó a su vista espantado de los fuertes latigazos que sacudían en la arena con sus largas colas, y de los broncos bramidos que daban, algo semejantes a los del jabalí acosado, o del toro herido, y aumentaban a proporción de sus apuros, al verse fuera del agua y hostigados por los paisanos de la comarca, que al ruido acudieron en tropel con sus palos y hoces a acabarlos de matar antes que la mar volviera a arrebatarlos, como sin embargo lo hizo, al parecer, con más de 300. El estrépito y bramidos fueron tales, que su ruido llegó a percibirse por la noche a manera de un trueno sordo y lejano a distancia de dos y tres leguas. Fueron 138 bufíos los que quedaron en seco y se pudieron aprovechar por el vecindario de dicha parroquia. Eran todos de una especie, pero variaban en su tamaño, pues los había desde seis pies de largo hasta veinte y dos; la piel, de un negro caído muy suave; en el hocico el agujero por donde respiran y arrojan el agua con que contrapesan su enormidad, y aunque su corte en lo demás so asemeja al atún, son mas tendidos desde el lomo a la cola. Se distinguen perfectamente los machos de las hembras, notándose en estas pechos y leche para lactar y criar, como se nota en todas las especies de ballenas. Se ignora la causa que pudo precipitar a tan numerosa tropa a dejar su natural elemento, para embarrancarse en la costa, pero es probable que dimanase de venir perseguida del esperón o pexe espada, su capital y más temible enemigo. Los prácticos en esta especie de pesquerías, aseguran que de los referidos peces cogidos, podían sacarse de utilidad en grasas y esperma, mas de mil doblones; pero se dificulta que por la ignorancia de los que las cogieron, en el modo de beneficiarlos y por la falta de utensilios para ello, saquen las ventajas que pudieran lograr de esta casualidad.


LLANES Y SUS HOMBRES.
Manuel García Mijares (1.893)

Fuente visitada. www.llanes.as

sábado, 2 de junio de 2012

EL FUNICULAR DE BULNES


Elfunicular de Bulnes un funicular situado en el sector asturiano de los Picos de Europa que enlaza las aldeas de Poncebos y Bulnes, ambas en el concejo de Cabrales. El recorrido del funicular discurre por un túnel excavado bajo la Peña Maín.
La aldea de Bulnes era célebre por su incomunicación: no tiene ningún acceso rodado y sólo se podía acceder a ella a través de un sendero no asfaltado que recorre el desfiladero del río Bulnes. Con idea de acabar con el secular aislamiento de esta aldea, que apenas cuenta con 50 vecinos, y de potenciar la zona como destino privilegiado de turismo rural, el Gobierno del Principado de Asturias proyectó en los años 1.990 un funicular que atravesase la montaña y salvase el desnivel entre Poncebos y el propio Bulnes.


El funicular fue inaugurado en el año 2.001. Desde entonces es utilizado por sus vecinos para transportar bienes, animales y pequeños tractores para labores agrícolas. Naturalmente los vecinos de Bulnes no tiene que pagar nada por utilizar el servicio del funicular, y para ser identificados como tales, tienen que portar, siempre que viajen en el funicular, un carnet, tipo DNI, que les acredita como vecinos de Bulnes. Dicho carnet solo se expende en el ayuntamiento de Cabrales y no en el funicular, ya que allí no tienen potestad para ello.


En abril de 2.005 el Principado adjudicó a la empresa ALSA la gestión del funicular.
Es un funicular de vía única de ancho métrico y tiene una longitud de 2.227 metros. Salva un desnivel de 402 metros con una pendiente del 18,19%.
El funicular dispone de dos coches de pasajeros con una capacidad de 28 viajeros cada uno que realizan unos 20 viajes, en cada sentido, al día, en temporada alta. Para el transporte de materiales un vagón dispone de una plataforma acoplada llamada vagón de carga, que siempre va enganchada al vagón número 1. El tiempo que el funicular invierte en hacer el recorrido entre las dos estaciones es de unos ocho minutos. El funicular está abierto todos los días del año, incluyendo todos los días de navidad y cualquier festivo, ya que los vecinos solo disponen de este transporte para bajar de Bulnes.
Los perros deben de llevar cadena y bozal para subir en el funicular.


*************************************** 

Tiempo de recorrido
8 minutos
Longitud
2 227 metros
Altitud estación inferior
183 metros
Altitud estación superior
585 metros
Desnivel
402 metros
Pendiente máxima
18,19 %
Velocidad máxima
5 m/s
Capacidad máxima por vagón
28 pasajeros
Accesible para
personas de movilidad reducida.



viernes, 1 de junio de 2012

TEITOS, CABAÑAS, CORROS


La colonización de los montes por parte de los pastores se remonta al Neolítico, pero es a partir de la Edad Media cuando alcanza su apogeo, empezando su declive a partir de mediados del siglo XX. De las arcaicas y sencillas cuevas o abrigos naturales, los corros con techumbre de piedra y tapinos y los chozos con cubierta vegetal, se ha ido evolucionando hasta las cabañas con tejado de madera, pizarra, llábanas (losas) o tejas. Unidas a las brañas se encuentran diversas construcciones auxiliares, como bebederos, fuentes, rediles, otseras, cierres

Las cuevas y abrigos al parecer serían los lugares utilizados primigeniamente para guardar el ganado menor, añadiendo sencillos cierres de muros de piedra, y ramas para dividir el espacio.

Los corros son construcciones simples y están consideradas de gran antigüedad, aunque esto es objeto de discusión. Son generalmente de planta circular, construidas con hileras de piedra sin argamasa, y cubiertas por una falsa cúpula de piedra. En ocasiones se recubren con tapinos, para impermeabilizar. Los huecos se reducen a la entrada y una pequeña ventana. Se localizan en praderías abiertas, comunales. Se conservan un buen número en los concejos de Somiedo (Sousas, Murias Llongas) y Teverga (Tsamaraxil, Las Navariegas, Las Cadenas), y hay restos de ellas en muchos lugares de Asturias, como la sierra del Aramo (Mortera de Salceo), Ponga (Arcenorio), etc.

Los chozos son construcciones similares a los corros, pero con techo de madera cubierto por escoba o tapinos. El interior suele tener el espacio para el ganado, un pequeño jergón para el pastor, y un hogar. Son de destacar los existentes en Somiedo (Braña Viella) y Teverga (Tsamaraxil), aunque se localizan restos a lo largo de toda la Cordillera. En León se han restaurado recientemente varios en Babia y Laciana. Algunos autores los consideran como asentamientos de pastores de merinas extremeños.

Las cabañas son las edificaciones mayoritarias en brañas y majadas, presentándose tanto en grupos como aisladas. El material del que están construidas es el propio del lugar donde se encuentran. Suelen ser de planta rectangular, con distintas soluciones habitacionales según la zona, que van desde varios espacios, uno para el pastor, otro para la cuadra y otro para el henil, la adición de una solana o de un cuarto aparte para el vaquero, etc. En los muros exteriores se localizan los peyerus, piedras donde se colocaban los jarros con la leche, fuera del alcance de los animales. El moblaje suele ser parco: un jergón, un hogar,...

Los teitos, o cabañas con cubierta vegetal son un tipo de construcciones que estuvo ampliamente extendido por toda la Cordillera, pero que ha desaparecido de muchos lugares. En Asturias solo se conservan en algunos concejos del centro y suroccidente, como Ibias, Cangas del Narcea, Somiedo, Teverga…Suelen ser de planta rectangular o cuadrada, con escasos huecos en los muros, que comunican con la cuadra, la habitación del pastor (en ocasiones se halla sobre la cuadra) y el pajar. En los muros exteriores se localizan los peyerus, piedras donde se colocaban los jarros con la leche, fuera del alcance de los animales. El tejado, a cuatro aguas y de gran inclinación para desaguar con facilidad, puede ser de piorno, brezo, escoba o paja de centeno. La cumbrera se sujeta con varas (llatas).

**********************************************************
Las cabañas con cubierta de madera se techaban con madera de haya o roble. Este tipo de construcciones, antaño extendidas, ha desaparecido casi por completo, conservándose unos pocos ejemplares en los concejos de Cangas del Narcea (La Viña, Brañavieja) y Caso (Cerréu).

Las cabañas vaqueiras son de dos tipos. En las brañas de abajo o de invierno encontraremos construcciones de dos plantas, con vivienda, cuadra y henil. En las brañas de arriba o de verano la tipología constructiva es variopinta, y va desde construcciones similares a las de las brañas de abajo hasta cabañas con cubierta vegetal.

Como elementos accesorios, en las brañas podemos encontrar otseras, construidas en piedra y destinadas al enfriamiento de la leche, lo que se consigue por medio de una corriente continua de agua que las atraviesa. En algunas brañas se utilizaba como otsera una cabaña o corro orientada al norte, o una fuente; pozales, pequeños cuencos en la roca donde abreva el ganado o se enfría la leche; tendayus, construcciones rectangulares de dos pisos, uno para los terneros y otro para el ganado menor; corripias, pequeñas cuadras de cubierta vegetal, utilizadas para estabular el ganado menor; cuerres o rediles, muros de poca altura para el ordeño o la estabulación; cubiles, pequeños corros que se utilizaban para guardar los cerdos; cierres, muros de división de las propiedades, etc. 



 Fuente visitada. asturnatura.com