NOTICIAS SOBRE LAS SEÑALES MARÍTIMAS
DE LAS COSTAS DE CARREÑO
(LOS FAROS DE CANDÁS)
DE LAS COSTAS DE CARREÑO
(LOS FAROS DE CANDÁS)
La historia de las señales luminosas que orientan a los barcos en el litoral carreñense es tan antigua, como no podía ser de otra manera, aunque mucho menos conocida que la actividad marinera de sus gentes. Desde las fogatas y atalayas en los altozanos y puntos escarpados de los promontorios –monte de San Sebastián, San Antonio, Piñeres o el Pico Castiello- hasta las últimas tecnologías en el control, mantenimiento y supervisión de sus piezas, han sido muchos los cambios experimentados, al ‘pairo’ de los que surgían en la autonomía de las propias embarcaciones, los más recientes, sus innovadores y sofisticados equipos de posicionamiento por satélite (GPS).
A mediados del siglo XVIII, entre los gastos que realizaba la cofradía religiosa de Nuestra Señora del Rosario, vinculada al Gremio de Mareantes de Candás, figuraba expresamente consignada la cantidad (24 reales) que se pagaban al “talaiero” o encargado de encender el fuego que guiaba la vuelta a casa de los pescadores locales, como se realizó en los años 1737, 1738 y 1739, al que lo realizaba “en la baca,o en 1740 al que lo encendía en “la atalaya.”
El 25 de noviembre de 1807 se suscribía un contrato ante el escribano local Domingo Menéndez Valdés, entre el Gremio de Mar local, representado por nueve patrones de lanchas de pesca de besugo y el vecino de San Roque, Benito González, con el compromiso de este a encender “ a su costa y expensas el fuego acostumbrado en el sitio de S. Sebastián desde el día que principien dichas lanchas a ir a dicha pesca de besugo hasta que fenezca esta costera y se ha de hacer sin intermisión y con toda viveza desde el oscurecer hasta que entre en el puerto la última lancha; cuyo fuego ha de ejecutar y atizar por sí mismo y no por otra persona, en la inteligencia que este contrato no sólo es para la costera próxima sino también para las demás subcesivas interin permanezca y se halle de habitador en la casería que hoy lleva en dicho término de S. Roque.”
En la sesión ordinaria de la Junta Directiva de la Sociedad de Mareantes celebrada el 6 de diciembre de 1883, se acordaba la colocación de dos faroles, el uno para señalar la dirección del Carrero, a cuyo fin deberá de tener cristal de color en la parte que mira al mar a fin de que su luz no pueda confundirse con otra, su colocación podrá ser a orillas de la carretera en la línea que formaba la parte del antiguo mesón que servía antes de señal. El otro, que se probara si alcanza para el alumbrado de la dársena se colocará cerca de la alcantarilla como punto céntrico.
En el mes de enero de 1890, a petición de los patrones, la Sociedad de Mareantes de Candás contrataba con Francisco Muñiz “Fuxa”, el establecimiento del fuego de costumbre en lo alto del monte Fuxa durante toda la costera del besugo, hasta el último día de febrero, por la cantidad de 100 pesetas. Cuando estaba mal tiempo tenía que encender dos hogueras y tres era señal de que no había entrada en el puerto. A comienzos del siglo pasado todavía se le recordaba en la siguiente canción: “Fuxa del monte enciende la foguera que vienen los barcos pol muenlle pa fuera
En el mes de julio de 1894 la Sociedad de Mareantes (a propuesta del vocal Luciano Rodríguez Fernández) acordaba la colocación de dos faroles, uno en San Antonio y otro en el alto de Piñeres con el fin de señalizar la enfilación del “Carrero del Este” cuando se hiciera preciso por el estado de la mar. Y en agosto de 1896 la citada sociedad nombraba una comisión para interesar al ingeniero Enrique Alau, presidente de la Junta consultiva de Fomento, sobre la instalación de un faro para servicio del puerto, que quedaría definitivamente instalado en lo alto del monte Fuxa en noviembre de 1899, gracias a las gestiones del citado Sr. Alau y del ingeniero Juan Domenchina. El propio Fermín Canella en su monografía sobre Carreño, mencionaba además los nombres de otros dos favorecedores de la instalación del primer faro local, los Sres. Eliseo Sanchiz, de la sección de faros en la Junta Superior de Obras Públicas y Eugenio Rivera, según figuraban consignados en una de las memorias de la Sociedad de Mareantes.
A mediados de febrero de 1898 la Dirección General de Obras Públicas aprobó el proyecto de una caseta para instalar una luz provisional en el puerto de Candás con un presupuesto de 370,85 pesetas.
El 1 de diciembre de 1904, a 230 metros del puerto se encendió una nueva luz situada sobre la Peña de los Ángeles, que se levanta casi pegada a la costa. La altura del foco luminoso sobre el nivel medio del mar es de 18,91 metros. Su altura sobre la roca de 10,59. El alcance geométrico de la luz a nivel del mar es de 9,1 millas El encargado de encenderlo por vez primera y diariamente durante 13 años, hasta apagarlo definitivamente para avivar el nuevo de San Antonio, ha sido el recordado don Miguel (Asenjo), torrero profesional
En el mes de diciembre de 1916 la Sociedad de Mareantes acordaba que las luces de enfilación a instalar junto al faro de San Antonio y en la casa de “La Piedra” fuesen dos faroles de alumbrado de gas, comprometiéndose dicha sociedad a gratificar al propietario de dicha casa y al torrero por atender el servicio de su funcionamiento. Sin embargo estas luces no entrarían en funcionamiento hasta el mes de diciembre de 1918
El 1 de octubre de 1917 comenzó su servicio el nuevo faro de San Antonio, usando frecuentemente un lámpara de petróleo tipo Maris (una mecha), aunque desde la citada inauguración cuenta con servicio eléctrico de irregularidad en el suministro de corriente.
En el mes de diciembre de 1922 la Sociedad de Mareantes convenía con José Viña Muñiz, vecino de la casa de “La Piedra”, el servicio de la luz de enfilación colocada en uno de los muros de su vivienda, sin cobrar nada por ello, al haber costeado dicha sociedad el 50% de los gastos de la instalación eléctrica hasta su casa, con el compromiso por parte de del Sr. Viña, a colocar una luz supletoria por si fallara la principal
El Faro de San Antonio permaneció apagado durante la mayor parte de la Guerra Civil, desde el 22 de octubre de 1936 hasta el mismo mes del año siguiente. El 12 de noviembre de 1937 se realizaría una inspección oficial. Por otro lado, el 7 de agosto de 1954 comenzaba a funcionar la sirena que anunciaba la entrada de niebla.
http://www.saber.es/
Bonito rincón de la hermosa villa marinera.
ResponderEliminarMerece la pena recordar la historia de sitios que estamos cansados de pasar junto a ellos, y sin embargo desconocemos su origen.
ResponderEliminarHola, he puesto la foto del faro de candas en el blog de www.comunicacionenpublico.com con un link a vuestra pagina.
ResponderEliminarLos faros son un ejemplo de comunicación.
Está muy bonita la foto, enhorabuena.
Un saludo.
Soy descendiente de un candasino y me llama mucho todo lo que venga de allí. Nací en Valladolid pero Candas es mi tierra "adoptiva"
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