miércoles, 16 de julio de 2014

LA CARBAYERA DE EL TRAGAMÓN (GIJÓN)


Este monumento natural, de unas 4 ha de superficie, está localizado al sur de la Universidad Laboral, en el concejo de Gijón, a orillas del arroyo de Peña Francia. Se encuentra fragmentado en dos sectores por una carretera local y el sector norte se haya incluido en los terrenos del Jardín Botánico Atlántico del Ayuntamiento de Gijón.


La Carbayera de El Tragamón es un excepcional conjunto de carbayos centenarios con estructura adehesada que crecen sobre una pradería. La especie arbórea dominante es el carbayo (Quercus robur), aunque existen ejemplares de rebollo (Q. pyrenaica) y castaño (Castanea sativa), a los que se añaden, en la parcela norte, arces (Acer pseudoplatanus), fresnos (Fraxinus excelsior) y laureles (Laurus nobilis).


A pesar de su reducido tamaño, esta carbayeda llama la atención por el gran número de aves que se pueden encontrar en su interior y en sus alrededores inmediatos, destacando entre ellas la presencia ocasional del pico menor (Dendrocopos minor). Entre los invertebrados destaca la presencia del ciervo volante (Lucanus cervus).


Los robles tienen un lugar predominante en los ritos colectivos de la sociedad tradicional asturiana cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Quercus robur es el drus de los griegos, el Quercus de los romanos, el kaer quez (bello árbol) de las culturas celtas, el cassanos de los galos y el carbayu de los asturianos.


Para todos ellos, el carbayo ha sido un árbol sagrado: los vasos de bronce colgados de las ramas del roble de Dodona transmitieron a los griegos las decisiones de Zeus, los carbayos consagrados a Júpiter recubrieron las siete colinas de Roma, los celtas utilizaron las hojas y muérdago del carbayo en sus ceremonias druídicas y los astures se alimentaron hasta época romana, tal y como relata Estrabón, de un amargo pan amasado con harina de bellotas.


Perdido su carácter mágico y alimenticio, el carbayo conserva no obstante una parte importante de su ritualidad. Grandes ejemplares de carbayo adornan aún los espacios públicos de las aldeas más antiguas y sirven de lugar de reunión, concejo y solaz. Para las comunidades locales, esos ejemplares tienen no ya el valor de lo monumental, sino el de lo sentimental e histórico.
  

 Fuente visitada. asturias.es

2 comentarios: