jueves, 24 de diciembre de 2009
EL TRASGU
Mientras que los SILFOS viven en las regiones aéreas, los GNOMOS lo hacen en las entrañas de la tierra, su pariente es el Trasgo, se cuela en las casas de aldea donde se instala a sus anchas. Posee un carácter alegre y simpàtico, le gusta gastar bromas,travieso y muy enredador.
EL TRASGU es pequeñin y se viste de encarnado, tocándose con un gorro del mísmo color
quienes le han visto, aseguran que cojea un poco y que posee unos cuernos diminutos,mientras en la palma de la mano tiene un gran agujero. Devido a su cojera le apodan "Juan dos caminos" y "Cornín" por los cuernos.
De natural bonachón y si los habitantes de la casa lo tratan bien, por las noches ayuda en las faenas barre y limpia. Pero si no lo tratan como el desea y cree que merece o esta mal humorado hace mil travesuras:rompe cacharros, lo revuelve todo, esconde las cosas, espanta al ganado.
Para deshacerse del TRASGU solo hay un remedio, consiste en pedirle que haga tres cosas, imposibles para él: que traiga un "PAXU" lleno de agua de mar, que recoja del suelo medio copín de linaza, lo que nunca podrá hacer debido al agujero de la mano; y que blanquee una pelleja negra de carnero,esta por más que la refriege jamás perdera color. Como el TRASGU tiene un grandisimo amor propio, no puede soportar fracasar. Así que abandona la casa para no regresar jamás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Al pertenecer estos personajes a países y culturas diferentes algunos podrían pensar que algo de realidad tendrían que tener puesto que supondría demasiada casualidad, pero es sólo imaginario popular del subconsciente colectivo. Igual que las hadas, tan de moda en el siglo XIX, que fueron objeto de fraude de los primeros trucajes fotográficos debido a la mucha gente que creía en ellas..., ahora son los ovnis, y no son pocos los que con absoluta seriedad hablan de ellos como algo completamente cierto y existente entre nosotros... Cambian los tiempos y las modas pero la fantasía desborda países, culturas e interpretaciones porque la imaginación popular para bien o para mal sigue sin tener límites.
ResponderEliminarUn saludo.