jueves, 21 de marzo de 2013

LOS CAMINOS ROMANOS DE ASTURIAS



La Ruta de La Plata fue la principal vía de comunicación durante siglos entre el Sur y el Norte de la Península Iberica. Y llegaba a Gijón.

Que Asturias sufrió un importante proceso romanizador es innegable; numerosos restos arqueológicos lo verifican, pero además sufrió una importante explotación de recursos. Dichos recursos, a la par que el idioma y la cultura del imperio, necesitaron de una red comunicadora y caminera para su expansión; y es totalmente ilógico pensar que en nuestro accidentado terreno sólo existiesen dos calzadas (La Mesa y La Carisa, como señalan algunos estudiosos) que desempeñasen este papel; o mejor expresado, las calzadas más importantes o con mayor volumen de transporte necesitarían de una red comunicadora con el resto del territorio.


Los pasos naturales de la Cordillera Cantábrica, que habían sido de vital importancia para los pueblos indígenas de la Asturias prerrománica, o las rutas Prehistóricas, siguieron siendo a ojos de las legiones romanas, las vías clave de comunicación. Estos caminos se hicieron mucho más frecuentes y fuertes entre el Norte y el Sur, no sólo para el ejército romano, sino también para el tránsito de mercancías agrícolas, arriería, personal administrativo y, cómo no, para las explotaciones mineras, entre otras muchas actividades. Todas esas vías meridionales se encontrarían unidas entre sí por ramales secundarios que discurrirían entre el Este y el Oeste de la región y servirían de nexos de unión entre las calzadas principales. También en la costa hay numerosos restos de asentamientos, y teniendo en cuenta que la rasa litoral es el terreno más favorable, lo más natural sería tener una ruta que comunicase toda la cornisa cantábrica, posiblemente la Via Maritima de Agripa.

En su mayoría estas calzadas romanas durante la Edad Media continuaron en uso, aunque es posible que sufrieran cambios de cierta trascendencia en sus estructuras y denominaciones. De ellas derivaron numerosos puentes romanos y medievales de los cuales muchos aún perduran, y algunos de ellos conservan vestigios de estructuras anteriores. La red caminera romana continúo usándose hasta fechas recientes; y todavía son conocidas las sendas por los lugareños con variada terminología, pero que indica su antiguo origen, por ejemplo: "Camino Real", "Camino Francés", "Camino de Santiago" (las viejas calzadas romanas se usaron como caminos de peregrinación en la Edad Media), o incluso "Camino Romano".


Esas sendas de origen antiquísimo han sufrido más olvido y destrucción en las dos últimas décadas de lo que sufrieron en casi 2000 años. Y, aunque sólo sea por su valor cultural, es importante investigar y preservar las vías históricas; que, por otra parte, también discurren por lugares de gran belleza natural. Pudiendo ser restaurados con finalidad turística, aprovechando de esa manera los enormes recursos que nuestra región posee; y que debido en parte a la desidia y falta de inquietud por estos temas de las autoridades y técnicos culturales se están dejando olvidados. De manera que si transcurre más tiempo sin actuar, podrían perderse más evidencias de nuestro pasado.


 Fuente visitada. descubreasturias.com

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