martes, 23 de julio de 2013

NUESTROS SERES MITOLÓGICOS


Puede denominarse mitología asturiana al conjunto de tradiciones fantásticas y leyendas populares del folclore de Asturias. Enlaza con otras mitologías de la cornisa cantábrica aunque ha desarrollado sus propias especificidades. Es posible que las creencias folclóricas asturianas, como las de toda Europa, se encuentren vinculadas de algún modo a las religiones paganas de los pueblos precristianos (romanos, astures, visigodos), las cuales habrían sido más o menos asimiladas y transformadas sincréticamente por el cristianismo. Sin embargo, resulta muy difícil, si no imposible, aseverar nada claro al respecto: la frontera que separa la realidad etnológica seria del mito romántico decimonónico es extremadamente tenue.
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PERSONAJES MITOLÓGICOS.


(El Basilisco)

Hermanado con el mito griego, el basilisco nace del huevo que pone un gallo, en vez de una gallina. El gallo pondrá el huevo dentro del cuchu (forma asturiana de "estiércol") y con el calor de este será incubado hasta que eclosione y de él nazca el basilisco. Hay dos versiones diferentes de su aspecto: la 1ª, en la que aparece como una serpiente con cresta de gallo que puede alcanzar varios metros de longitud, y la 2ª, aún más terrible, en la que es un gallo que en vez de plumas traseras tiene una larga cola de serpiente. En esta segunda apariencia su cacareo resultaba tremendamente dañino para los oídos de cualquier animal o persona que lo escuchase, aunque su poder era tal que tanto en una forma como en otra, podía matar a cualquier ser que le mirase directamente a los ojos.

(El Busgosu)

El Busgosu es un ser híbrido, mitad hombre mitad cabrito. Tiene espesas cabelleras, sus patas son de cabrito al igual que los cuernos que posee en su cabeza, mientras que el torso y los brazos, al igual que su rostro, son humanos. Existen dos mitos uno en el oriente el cual se asemeja más al mismo mito cántabro, es decir, donde el busgosu es benefactor y guía a los pastores cuando se pierden, o ayuda a arreglar las cabañas de las brañas. El otro mito, más extendido en el occidente de Asturias, dice que el busgosu es el señor del bosque y de todo lo que habita en él. Es enemigo encarnizado de los leñadores y cazadores, les persigue haciendo que se despeñen por acantilados. Rapta a las mujeres de las aldeas para llevarlas a su cueva, por mucho que se le trate de perseguir, nunca se le puede alcanzar. Se cree que este mito fue introducido por los ferreiros vascos asentados en Asturias en el siglo XVII, aunque otros estudiosos del tema lo consideran un mito autóctono.

(El Carru de la Muerte)

El carru de la muerte es un carro que vuela por los cielos asturianos buscando a los moribundos para recoger el alma de este cuando fallece, en algunas historias se cuenta que de él baja la Güestia. En otras historias el carro va tirado por dos caballos invisibles y vaga por los caminos con ruedas de corcho para que no se le oiga. Va conducido por el último fallecido de la parroquia, se para enfrente de la casa del moribundo y dice la siguiente frase “sal fulano que aquí lo buscan”.

(El Cuélebre)

El Cuélebre es una serpiente gigantesca que custodia tesoros o a les xanes. Como son inmortales, con el pasar de los siglos las escamas se le vuelven tremendamente gruesas e impenetrables, y le salen alas de murciélago, pareciéndose más a un dragón que a una culebra. No se suele mover mucho del sitio que custodia, cuando lo hace es para comer ganado o a hombres. En las historias de cuélebres más conocidas se le suele matar dándole de comer una piedra al rojo vivo, o con una hogaza de pan llena de alfileres. Otro mito relacionado con el cuélebre es la «piedra del cuélebre», con la que se cree que se curan ciertas enfermedades. Se dice que seis culebras se juntan al cuélebre y las babas de todos ellos crean dicha piedra al endurecerse.

( L'Home del Sacu)

Mito ampliamente extendido por la geografía española además de la asturiana, este lúgubre personaje ronda por los caminos con un saco al hombro, y por las noches viajas por las casas para encontrar a los niños que se niegan a dormir, a los que en silencio mete en su saco y los lleva, no volviéndolos nunca a ver. En una versión del mito, los mata por portarse mal, mientras que en otra se los come.

(El Lloberu o Llobera)

Los lloberos, son hombres y mujeres que se crían entre lobos, llegando a mandar en las manadas. Son distintos a los casos de licantropía, donde el individuo se convierte en lobo. De este último se cuenta que es la maldición de un padre a su hijo por comer demasiada carne, entonces este se va de casa y se revuelca por la tierra, convirtiéndose en lobo, se encarga de que los lobos no se coman el ganado ni ataquen a las personas, pasados siete años, se revuelca de nuevo en la tierra y la maldición se va. Está documentado históricamente el proceso llevado a cabo por el Santo Oficio contra Ana María García, la Llobera de Llanes, fechado en 1648.

( El Nuberu )

También conocido en el occidente como Reñubeiru o Xuan Cabritu, el nuberu es un conductor de nubes y tormentas. Se le representa como un hombre con espesa barba , viste pieles de cabra y un sombrero de ala ancha. Puede ser terriblemente dañino con las personas, lacrando pastos y sembrados, si bien puede ser muy beneficioso con aquellos que le ayuden. El mito nos cuenta que vive en Egipto en la Ciudad del Grito. En una ocasión vino a Asturias montado en las nubes, teniendo la mala suerte de caerse a la tierra. Pidió cobijo y nadie se lo dio hasta bien entrada la noche en el que un pobre campesino se apiadó de él. En gratificación todos los años le regaba bien sus sembrados aumentando éstos su producción. Años después este campesino tiene que efectuar un viaje al lejano Egipto. Enterándose el campesino de que su amada después de tantos años de ausencia decide casarse con otro, va a pedir ayuda al Nuberu, éste le monta en una nube llegando a tiempo para impedir la boda. En los pueblos para evitar la llegada del Nuberu se hacía tocar las campanas de bronce de la iglesia. Otro método de alejar el mal tiempo era poner cuchillos y navajas semi enterrados en la tierra y apuntando al cielo, esperando así cortar la mala nube en dos.

Fuente. Wikipedia

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