martes, 18 de septiembre de 2012
CAMINOS DE ASTURIAS
Ya en el siglo IX, Asturias pasa de país resistente a país reconquistador; de país de inmigración para refugiados y fugitivos, a país de emigrantes y conquistadores. De Asturias hacia Galicia, hacia Cantabría, hacia lo que después han de ser León y Castilla, van saliendo multitud de soldados y colonos. Las dos grandes vías hacia el Sur siguen siendo las de los puertos de Pajares y la Mesa. Por ellas pasan, en los tiempos de Ordoño I y Alfonso III, verdaderas riadas humanas para repoblar las nuevas tierras.
Los caminos se van arreglando, con puentes, terraplenes, abrevaderos. En el borde de la travesía que une a Oviedo con la vía romana que faldea el Naranco, se construye en tiempos de de Alfonso III la fuente llamada Foncalada, venerable y preciosa joya y único monumento de arquitectura civil de la Monarquía asturiana que hoy subsiste en la capital astur. Ella vio pasar los convoyes de carros del país, las recuas de caballerías, las formaciones de guerreros…
Puede repetirse que la red viaria de la Monarquía asturiana, vino a constituir la base de un sistema de caminos de arriería y carretería que había de durar hasta bien entrado el siglo XIX. El centro de este sistema camino, a partir del siglo IX, estaba en Oviedo. Las vías de Pajares, la Mesa y otros puertos secundarios, comunicaban con el gran escenario de La expansión leonesa. Por la espalda, hacia el norte, Llegaban a Gijón y a la ría de Avilés, en cuyas inmediaciones estaba la gran fortaleza real de Gauzón.
El camino de La Mesa llegaba a Peñaflor, en las inmediaciones de Grado y allí se bifurcaba por el este hacia Oviedo y por la parte del oeste hacia Luarca y Galicia, siguiendo el puerto seco de La Espina. Este último camino fue el que siguió el año 842 el ejército del Rey legítimo Ramiro I para derrotar al usurpador Nepociano junto al puente que ya existía en sobre el Narcea en Cornellana.
De la Espina salía el ramal que se prolongaba hasta el puerto de Leitariegos, y de éste el que, torciendo al este, seguía hacia Galicia, por Salime y Fonsagrada. Luego se contaba un sistema de caminos secundarios que cruzaban de norte a sur toda la región, como los que iban de Leitariegos a Luarca o del Pontón a Ribadesella, el gran río de la Reconquista y en la antigüedad limite aproximado entre cántabros y astures.
Como caminos transversales se contaba en primer lugar el de la costa, que iba de río a río, O sea del Deva al Eo, a través muy aproximadamente de los puntos que después ocuparon Llanes, Villaviciosa, Gijón, Avilés, Pravia, Luarca, Navia y Castropol. Había también el camino de la subcosta oriental, que iba de Cangas de Onís, la primitiva Corte, a las Arriondas, Infiesto, Siero y Oviedo; y el de la occidental, que de Oviedo seguía por el Escamplero a Peñaflor y por Grado, Salas y La Espina para alcanzar el costanero en Luarca.
Entre los caminos de sur a norte, desde Oviedo, los más concurridos fueron los de Gijón, Avilés y Pravia por el Nalón.
El camino central de Pajares deja en el alto Medievo algunos recuerdos históricos y legendarios. Entre los primeros, el paso del mio Cid Rodrigo de Vivar, que va al Oviedo de su Jimena, formando parte de la Corte del Rey Alfonso VI y allí actúa como juez justo en el famoso “Pleito de los infanzones de Langreo”.
Entre los segundos, la leyenda del supuesto sangriento suceso provocado por Sancho de Navarra y que da origen al conocido refrán: “Si la ficiste en Pajares, pagarásla en Campomanes”.
Fuente visitada.
Caminos y Viajeros de Asturias. J.E. Casariego
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Muy interesante el post.
ResponderEliminarYa podemos imaginarnos caminando por aquellos caminos y admirando retroactivamente las bellezas de Asturas....algo más puras que hoy en día.
ResponderEliminarGracias Marisa.