miércoles, 3 de abril de 2013

HISTORIA DE LOS GUIRRIOS O SIDROS


Textos fragmentados de La Enciclopedia Temática de Asturias de Silverio Cañada, donde aparece un trabajo realizado por Vicente Rodríguez Hevia y Luis Manuel Iglesias Cueva, sobre estos personajes tan arraigados a nuestra cultura popular, que tuvieron en Siero y concretamente en Carbayin y pueblos de los alrededores su principal escenario.

SALTO CON PERTIGA-
En las fechas que rodean la Navidad o cambio de año, era costumbre, tiempo atrás, que los jóvenes organizasen unas comparsas de mascaras que recorrían los pueblos de su entorno. Por la zona de Siero y en otros concejos del centro, como Bimenes, Langreo, San Martin del Rey Aurelio y Laviana, tales comparsas representaban, además, unas sencillas comedias y recibían el nombre de Sidros o Guirrios. A los de la zona de Siero dedico un artículo Fausto Vigíl en 1924, del que tomamos los datos que siguen. No vamos a detenernos en describir la comedia y sus personajes, solo los Sidros, que en realidad eran unos acompañantes de la Comedia, tan llamativos que dieron nombre al conjunto y cuya funcion era llamar la atención y reunir el corro de espectadores. Su oficio era saltar y mejor Sidro era el que mejor saltara. Para ello, llevaban un largo palo de avellano que hacía las veces de la pértiga de los atletas olímpicos. "El salto - cuenta Vigil - lo verifican tomando vuelo mediante una carrera, después de la cual apoyan el extremo de la pértiga en el suelo, al tiempo que se lanzan al espacio para dejarse caer a distancias que a veces, sorprenden por lo grandes. Y no solo verifican el salto en esta forma corriente, sino que en muchas ocasiones, sobre todo si entre ellos existen celosas piquillas, cuando están en lo más alto de su trayectoria hacen girar la pértiga y con ella su cuerpo, describiendo uno y hasta dos círculos completos antes de precipitarse al suelo". No había obstáculo que se interpusiera en su camino y hasta las altas portillas que cerraban las fincas eran rebasadas con facilidad por estos precoces atletas. Entre ellos se suscitaban rivalidades a ver quien saltaba más alto. El día de Reyes acudían a Valdesoto todas las comparsas de Siero y allí representaban sus comedias. Al finalizar estas, "comenzaba entre los Sidros un verdadero pugilato sobre cual alcanzaba mayor altura en sus saltos y quien alargaba mas estos. Sobre todo se reñía en lo referente a la altura". Los records claro está, nunca fueron homologados.

LOS GUIRRIOS O SIDROS-
Basta hablarles de los Guirrios a las gentes del valle del Nalón o de Siero, para que la emoción y la nostalgia del pasado afloren de inmediato: muy viva conservan aun la vieja imagen, mezcla de altos mozarrones y repicar de cencerros. En Siero y Bimenes se les da el nombre de Sidros, mientras que Guirrios es la denominación que tienen en Llangreu y Samartin del Rey Aurelio. C. Cabal y F. Vigil los extienden hasta el concejo de Llaviana. A partir de ahora los denominaremos indistintamente Sidros o Guirrios.

En cuanto a la etimología de la voz Guirriu, C. Cabal piensa en el bajo latin guerrire, " saltar de gozo, retozar ", mientras que F. Vigil la relaciona con el eusquera oguerria, " Navidad ".

Los Guirrios acompañan siempre a la Comedia, aunque ellos en realidad no son comediantes, le dan el nombre a la misma. Tal es la fuerza de su imagen qué , cuando las gentes hablan de los Sidros, se refieren al conjunto de Comedia y Guirrios. Pero Guirrios y Comedia aunque salen juntos, son dos elementos distintos, no siempre bien diferenciados por algunos autores.

Los Sidros van delante de la Comedia, a bastante distancia y su misión es anunciar la proximidad de esta con el poderoso son de sus cencerros. Entran en los chigres y preguntan al chigrero si les paga la Comedia. Si la respuesta es afirmativa (en caso contrario se exponían a un boicoteo ), contorneándose con brío, hacen sonar sus esquilones, a un tiempo reclamo para las gentes y aviso a los comediantes de que aviven el paso, pues ya hay un lugar apropiado para la representación.

Por el camino, los Sidros piden dinero a las gentes que encuentran. Una vez iniciada la Comedia, su misión es guardar el orden y mantener el corro de espectadores lo suficientemente abierto que permita la representación.

Los Guirrios eran escogidos entre los mozos más altos y que mejor saltaran. Vestían pantalón blanco y camisa del mismo color. En los costados exteriores del pantalón llevaban, cosidas en cordoncillo rojo, dos franjas de arriba abajo, con una separación entre ellas de unos tres o cuatro centímetros, entre las que un cordoncillo azul va formando zigzag. Este mismo adorno rojo y azul lo llevan en la bragueta.

Calzan zapato negro con alta polaina. En la cintura llevan faja roja, y sobre ella cinturón ancho con cuatro cencerros. Aunque en les Comedies se habla siempre de cencerros, en los últimos tiempos los Sidros llevaban esquilones.

En la cabeza sostienen les melenes, un alto cucurucho de unos sesenta centímetros, recubierto con una piel de oveya cosida en forma de embudo que tapando la cara, desciende por pecho y espalda hasta la cintura. En dicha piel se recorta la forma de la cara y el hueco se cubre con un paño rojo, con orificios ribeteados en azul para los ojos, nariz y boca. Un rabo enhiesto de raposu remata el cucurucho y del vértice de este cuelgan varias cintas multicolores. Cuando en el camino se encontraban con alguna moza, agachando la cabeza, tocaban su cara con el rabo de raposu, a modo de saludo.

El Guirriu lleva en la mano una pértiga de ablanu, larga de unos tres metros que, en su extremo inferior, acaba en un refuerzo metálico terminado en punta que al clavarse, facilita el salto. Esta indumentaria de los Sidros les da una caracterización propia que los diferencia de otros que, con el mismo o parecido nombre ( Guirriu, Guirria ), aparecen en otros lugares: Lena, Ponga.

Misión del Sidru es saltar y hacer sonar los cencerros. Para ello avanza con un pequeño trote, logrando, al mismo tiempo, que se mueva con gracioso vaivén el pelo largo y suelto de les melenes.

Sirviéndose de la pértiga da grandes saltos: cuentan que alcanzaban los tres metros de altura, y el buen Guirriu, cuando está en lo más alto, sabe contornearse para hacer sonar los cencerros. Estos saltos le permitían también superar los obstáculos del camino: sebes, barganales y portielles.

 Fuente visitada. pacocanto.tripod.com

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