sábado, 18 de mayo de 2013

EL ENCANTO DE LOS OSCOS


En el interior de la comarca, tres concejos llevan el apellido Oscos, lo cual los aúna en un territorio separado del resto por la Sierra de la Bobia, que salva la carretera AS-11. Villanueva de Oscos, Santa Eulalia de Oscos y San Martín de Oscos conviven en un espacio más agreste, en cuyos valles discurren ramificados caudales de agua. En sus orillas se levantan diversos pueblos que viven en consonancia con la naturaleza que los envuelve con su abrazo.


Tras pasar el Alto de la Garganta, el viajero se prepara para ver inundados sus sentidos. El verde le rodea, y el silencio sólo es roto por el fluir del agua en dirección al cercano mar. La piedra se eleva y toma forma de casonas, palomares, hórreos, molinos y otras construcciones que se mimetizan con el entorno. En Santa Eulalia de Oscos o Santalla, capital del concejo del mismo nombre, la vida crece alrededor de su plaza principal, a la que asoma el Ayuntamiento. Cerca están la iglesia parroquial, el lavadero público y la Casona de La Pruida, que se levantó entre los siglos XVII y XVIII.


Los pueblos circundantes merecen ser visitados porque permiten admirar cómo se combinan con sencillez piedra, pizarra y madera en busca de funcionalidad. Villamartín, Ventoso, Ferreira, Talladas, Teijeira, Lineras, Murias, A Valía, As Barreiras, Pumares con sus casonas o Barcia, donde se ubica la Casona de Aquel Cabo, pueden ser un buen comienzo. El camino es también importante porque ofrece la posibilidad de detenerse en las fuentes, cabazos o pajares. En Pumares o Peizáis quedan todavía mazos, aunque el mejor conservado es el que se encuentra en el Conjunto Etnográfico de Mazonovo. Ferreirela es otro pueblo emblemático, patria del relojero Joannes Antonious Fernández Lombardero, y también del emprendedor Marqués de Sargadelos, cuya casa natal es un museo que recuerda su legado.


En busca de naturaleza, es imposible olvidar la Cascada La Seimeira a la que se llega por una ruta que parte desde el área recreativa de Pumares, o el bosque de robles A Carballeira A Salgueira, en la nueva Ruta Os Cortios. Villanueva de Oscos podría ser el siguiente destino. En nombre está asociado al Monasterio de Santa María de Villanueva; construido en 1137, funcionó como tal hasta 1835. Desde el siglo XVII tuvo en marcha una famosa herrería que enriqueció la comarca, de la cual quedan restos que pretenden ponerse en valor próximamente. La mayor parte de lo que queda en pie del monasterio es de la época barroca, con restos románicos en la nave de la iglesia y el sepulcro que se encuentra en su ábside central. Desde ahí próximamente partirá un paseo a la orilla del río Vilanova, al que se pone punto final en Santa Eufemia. En este pueblo el interés por fomentar y hacer que perduren las formas de vida tradicionales se refleja en su Ecomuseo del Pan, donde cada sábado se elabora pan artesano, con la colaboración de los niños asistentes.


También aquí aporta su propia personalidad cada pueblo del concejo. La recomendación es visitar Pacios, Vilarello y sus grandes casas de piedra; Martul, su iglesia parroquial y la Casa de los Guzmán; Morlongo y sus hórreos con cubierta de paja, típicos de Oscos-Eo, Bustapena, San Cristóbal, Salgueiras... Algunos de ellos se aparecen al caminante que decide elegir las rutas de senderismo señalizadas, a otros hay que ir específicamente, entre un paisaje alimentado por multitud de cauces fluviales.


Fuente visitada. fusionasturias.com

2 comentarios:

  1. Gracias a Dios, los urbanitas de la zona central de Asturias tiran mas para oriente que para occidente. Así puedo disfrutar de maravillosos paisajes casi vírgenes.

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  2. que los visiten y los disfruten, pero despues cada mochuelo a su olivo, que lo bonito y especial de esta zona es que no está masificado y los amantes del silencio y la paz estamos encantadosjeje

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