sábado, 28 de abril de 2012
LAS MARISCADORAS DE BAÑUGUES
Un caso especial de mujeres que se dedicaron a vender lo capturado en la mar por sus familiares fueron las "Mariscadoras de Bañugues", sobrenombre con el que se conocía a las mujeres de los pescadores (madres, hermanas, esposas o hijas) de Bañugues y Viodo que, invariablemente, una o dos veces a la semana, agrupadas en un número superior a la decena, atravesaban las calles de Luanco cargadas con el marísco que aquellos habían cogido, camino a Gijón donde intentarían su venta.
Hasta el año 1.910 cuando, tras su inauguración, empezaron a utilizar el ferrocarril entre Candás y Aboño, estas mujeres recorrían andando los veinte kilómetros del trayecto, transportando el marisco en cestas forradas con hojas de helecho que cargaban sobre sus cabezas. Incluso las hubo que para ahorrarse el gasto del billete del tren, continuaron yendo y regresando a pie.
A partir de los años 20, empezará a ser habitual que cada una de estas mujeres dispusiera de un burro en cuyas alforjas colocaban los cestos con el marisco. Normalmente salían todas juntas de Bañugues antes del amanecer, formando una ruidosa y llamativa caravana. Muchas personas mayores aún recuerdan y cuentan lo curioso que era observar a primeras horas de la mañana el paso por Luanco de estas bañugueras con su recua de burros cargados de marisco, rompiendo el matinal silencio de esas horas con el ruidoso y acompasado sonar de sus madreñas y las herraduras de sus caballerías al contacto con el empedrado de las calles.
Una vez en Candás, tras pagar un módico alquiler, dejaban los burros en una cuadra y subían con su cargamento al tren que las llevaría hasta El Musel, donde completaban su trayecto cogiendo el tranvía que las dejaba en el mismo Gijón en cuya plaza del pescado intentarían vender su marisco.
Estas mujeres no solo finalizaban la labor de sus maridos con la venta de las capturas sino que también la iniciaban al ser ellas las encargadas de conseguirles la carnada necesaria para poder cebar sus nasas. Para ello, cargaban las alforjas con latas vacías y se dirigían a las instalaciones conserveras de Luanco y Candás en busca de los despojos del pescado en ellas elaborado, restos que posteriormente utilizarían sus maridos como señuelo para atraer y capturar el marisco en la mar. En este caso, las caravanas, con distinto cargamento, más bulliciosas aún por el ruido de las latas al entrechocar en su caminar, eran conocidas como "las de la carnada".
Generalmente, dos días a la semana, se acercaban a las fábricas para comprar la carnada, formada en verano por cabezas de bonito principalmente. Llegaban con sus burros al atardecer y los ataban en las inmediaciones de las fábricas donde esperaban pacientes a que tras la llegada de los barcos al muelle y la entrada de los bonitos en la fábrica éstos se descabezaran. Mientras en los puertos de Bañugues y Llumeres, los pescadores aguardaban su regreso para poder encarnar las nasas y salir a la mar.
En la primera mitad de los años 20 empezarían a instalarse motores de gasolina en las embarcaciones. En 1.934 ya contaba Bañugues con catorce embarcaciones provistas de motor; la obtención del combustible para su funcionamiento era también misión de estas mujeres quienes transportaban en garrafas, de nuevo a lomo de sus burros.
Estas originales caravanas y el práctico transporte a lomo de burros, bien fuera marisco, carnada o gasolina, perdurarían hasta el establecimiento de los autocares de línea.
Fuente visitada.
Historia de Gozón (a través de sus mujeres)- Lucía Fandos Rodríguez.
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ResponderEliminarSoy hijo de un pescador de Bañugues. Me recuerdo lo que hacián mis Padres.El marisco se fondeaba en viveros al vanir del mar,para llevarlo despues a la venta a la plaza a Gijon-Se levantaba mi mPadre a las dos de la mañana para sacarlo del vivero,del muelle de Llumeres,lo colocaba en paxas con helecho, y lo subia a lombro hasta casa,y despues mi Madre lo cargaba en el burro y salia a las cuatro de la mañana a coger el tren de las siete menos cuarto que salia de Candas, en el Musel se hacia tranbordo al trambia, y en los jardines de la Reina, se cogia en la cabeza hasta la plaza, a venderlo.¿Dios se lo tengan en cuenta, tanto como trabajaron en este mundo, los marineros de Bañugues y sus Esposas.
ResponderEliminarAmen a todo lo dicho en el comentario anterior,yo tambien soy hijo,nieto,bisnieto...de pescsdores de Bañugues
EliminarQue voy decir de Bañugues , si nací en verdicio,un reportaje bonito y todo el litoral Gozonigo .
ResponderEliminarQue voy decir de Bañugues , si nací en verdicio,un reportaje bonito y todo el litoral Gozonigo .
ResponderEliminarNo solo llevaban el marisco de sus maridos, tambien lo llevaban de sus hermanos.
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