sábado, 29 de diciembre de 2012

EL AGUA EN LA MEDICINA POPULAR


El ser humano como la misma tierra necesita el agua. La imaginación del pueblo intuyó que una de las cosas más medicinales e indispensables para la salud es el agua y así ésta tuvo desde siempre prevalencia terapéutica, hasta el punto que existe una conocida y universal mitología hídrica.

Recordemos como desde tiempo inmemorial se atribuyó un claro efecto curativo a la introducción de un hierro candente en el agua. Es el agua “ferruñada o ferrada”, útil para sanar catarros. El agua con “sarru” se recomendó en la pulmonía; como el agua con ceniza se utilizó en cefaleas y cólicos, también aconsejado en forma de pediluvios. Como el agua en la que se cuecen patatas sin sal sirve al catarro, cuando se bebe. Y se creyó, asimismo, que la sarna se curaba bebiendo agua donde se coció la espina de una culebra.

En general se aconsejó no beber inmediatamente el agua recién traída de la fuente, sin antes dejarla reposar en los jarros y sellas, pues ello podría ocasionar catarros.


Sin embargo es común creencia desconfiar del agua parada. El refranero alude claramente a este consejo: “agua corriente non mata xente, agua parada puede matála” pues como es bien sabido, “agua estancada, agua envenenada” y “agua que corre nunca mal coge”.

El agua de dudoso origen o beneficio solía conjurarse, para evitar posibles males o “Gafures” y antes de beber se trazaba la cruz, a la vez que se decía:

“Jesucristo dijo al vino,
Santa María dijo al agua:
Si tien alguna gafura,
De tres soplidos se vaya”.

La ebullición del agua fue también generalizada costumbre entre las gentes para combatir los riesgos de aquella, según la reconocida evidencia de que “agua mala, hervida y colada”.


El agua como el rocío tiene un particular valor terapéutico en la noche de San Juan, pues es creencia que en esa noche el agua se vuelve acreedora de toda clase de virtudes, purificadoras y terapéuticas, tanto por si misma como por la posibilidad de adquirir “la flor del agua” (canada de agua), que había que beberla antes de que el sol saliese. “Flor del agua” que se preconizaba como curativa en las afecciones de los ojos, para prevenir las de la piel, frotando ésta con ella. Incluso las aldeanas de épocas pasadas se lavaban en la fuente en la mañana sanjuanera en la creencia de que se embellecían.

Esta acción benefactora del agua se procuraba hacer extensiva, igualmente, a los animales que se echaban a pacer la “rosada” o rocío, antes de que saliese el sol y se perdiese su virtud. Para corregir el “mal de ojo” en los pueblos de la cuenca del Navia se practicaba con agua de la misma ría la señal de la cruz, asperjando con ella y por tres veces, para después darla a beber en ayunas al paciente, durante días impares:

“En nombre de Dios
Y Santa María
Que esta agua
Haga medecía”.

En el Oviedo del s. XVIII tuvo gran predicamento para combatir las obstrucciones intestinales el agua de la fuente de la Regla, en la calle del Postigo.

En el pueblo de Obona (Tineo) existía una célebre fuente llamada del Matexo que tuvo gran fama en la época del P. Feijóo, cuya agua (“la bebía a pasto en su residencia de Oviedo a más de once leguas de distancia. La conocía y distinguía de todas las demás aguas por solo el tacto. La regalaba como cosa especial por su delicadeza y salubridad. Y últimamente para que no la adulterasen la hacía transportar en cántaros cerrados con llave, teniendo para esto una en su poder y la otra en el de Fray Valentín Calviño”, lego del Monasterio.

 Recogemos los anhelos nostálgicos de nuestro Jovellanos en su exilio balear, de poder volver un día a su tierra natal y echar un trago de agua de Saltarúa, conocida fuente candasina, quizá por aquella creencia que: “L´agua de Saltarúa Fay la gente aguda”


La peregrinación a las “fuentes Santas o milagrosas”, dedicadas a la protección de un santo, obedecen más a un fervor religioso y a una esperanza taumatúrgica que al de sus posibles efectos mineromedicinales que el agua posea y que con tanta devoción beben los romeros, pues como señala el refrán “algo tiene el agua cuando la bendicen.

Fuente visitada. Medicina Popular en Asturias- E. Junceda Avello.

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