martes, 26 de febrero de 2013

SANTA EULALIA DE OSCOS


 La Historia de Santa Eulalia de Osco (Santalla) está íntimamente ligada a la de la totalidad del territorio de Los Oscos. Al tratarse de un espacio relativamente pequeño con unas características geográficas, demográficas, sociales y culturales prácticamente idénticas, el devenir histórico de cada concejo guarda grandes similitudes y cada cambio significativo repercute con semejante intensidad en cualquier punto de la comarca.

Así, los primeros pobladores se encontraron con un entorno físico similar desarrollando una misma cultura relacionada con una vida dedicada al pastoreo, a la recolección de frutos y el posterior paso al desarrollo de tareas agrícolas. Una nueva etapa conduce a los asentamientos estables y al contacto con la cultura de los metales. La invasión romana, en busca de la riqueza aurífera, significa un importante proceso de aculturización. La organización del territorio medieval y la influencia ejercida en el plano administrativo y cultural por el Monasterio de Santa María de Villanueva proporciona una nueva concepción social.


Con la llegada de la Edad Moderna se abren nuevas perspectivas económicas que acabarán consolidándose en el Siglo XVIII debido a la incidencia de la metalurgia que aprovecha las óptimas condiciones del entorno para su implantación. Incluso en la actualidad el desarrollo del turismo rural es un valor que la comarca comparte.

El siglo XVIII-
Sin duda, el siglo XVIII, representó para Santalla su época de mayor esplendor económico auspiciado por la industria del hierro. Los datos estadísticos recogidos en el Catastro del Marqués de la Ensenada dan buena fe de ello. Sesenta y ocho herreros y diez aprendices trabajan en Santalla a mediados de siglo, llegando a contar en 1795 con 104 fraguas censadas. La buena marcha económica permite a los mayorazgos que poseen la titularidad de los mazos vivir de rentas, mediante el arriendo a los vecinos.


La excelente producción de calderos, c1avazón, cerrajería, herraduras y herramientas genera un importante intercambio comercia hacia el exterior aumentando el número de arrieros que además de dedicarse a este transporte realizan transaciones con otros productos, dinamizando el pequeño comercio.

Otro estamento social que prolifera en la época es el de los criados que atienden las labores agrícolas y domésticas de las casas más pudientes.

Gracias a este despegue económico la demografía de Santalla crece considerablemente, muy por encima de los concejos vecinos, logrando en apenas un siglo un aumento de un 65 % de los hogares independientes.


No hay que olvidarse tampoco de la producción agrícola que sigue siendo un importante elemento de la economía de la época según se deriva de los diezmos efectuados: 250 fanegas de centeno; 75 de mijo y otras tantas de maíz junto con 8 fajos secos de lino y 40 cañadas de vino, valorado todo ello en 5.470 reales y 14 maravedíes.

Este esplendor propicia un acondicionamiento de las casas con la aportación de materiales de calidad y mejorando las condiciones de habitabilidad. Las personas pudientes reconstruyen sus casonas o edifican otras nuevas. La administración eclesiástica remoza la iglesia de Santa Eulalia y construye un buen número de ermitas repartidas por cada pueblo del concejo. La instrucción pública imperaba entre la mayoría de los habitantes, contando con escuela de primeras letras y maestros itinerantes, por lo que en Santalla había un reducido número de analfabetos.

Importantes familias que se habían asentado en Santalla alcanzan gran notoriedad gracias al desarrollo de sus industrias, como es el caso de los Fernández Lombardero, ligados a la industria metalúrgica y a la fabricación de relojes. Su espíritu emprendedor y su relación con los ambientes ilustrados les proporcionan una merecida fama.

Un caso singular lo representa Antonio Raimundo Ibáñez, de procedencia humilde, que desarrolla una de las más importantes tareas relacionadas con el mundo Ilustrado mediante la creación de importantes empresas como la Real Fábrica de Sargadelos, para la fabricación de hierro, y posteriormente la Fabrica de Loza de Sargadelos. Carlos IV le propone para los títulos de marqués de Sargadelos y conde de Orbaiceta pero la invasión francesa pone fin a su vida, trágicamente, en las calles de Ribadeo en 1809.


Siglo XIX-
La primera parte del siglo es un periodo plagado de graves dificultades económicas provocadas por las constantes guerras e incrementadas por las sucesivas malas cosechas. Estos avatares provocan un resquebrajamiento de las viejas estructuras que acaban en significativos cambios sociales.

La Guerra de la Independencia origina cuantiosas aportaciones económicas a los vecinos y la merma de la población más joven, alistada al famoso Regimiento de Castropol que combate a los franceses.

En el año 1834 los tres Oscos se integran en el partido de Grandas de Salime, siendo Santalla en 1835 la cabecera de la circunscripción de Oscos, Taramundi, Pesoz y Grandas de Salime, con capacidad para elegir un apoderado de los tres a que tenía derecho el antiguo partido de Castropol.
En 1837 se produce en Santalla el ajusticiamiento de 13 vecinos acusados de simpatizar con los carlistas.


A pesar de todo este panorama lleno de revueltas y dificultades económicas a mediados de siglo el concejo cuenta con 2.119 vecinos que siguen con sus explotaciones agrícolas y las de la industria del hierro, logrando de esta forma mantener un pequeño comercio y subsistir ante tantas adversidades.

A finales de siglo la situación sigue siendo precaria a pesar del intento de los santalleses por mantener su espíritu emprendedor, con la instalación de una fábrica de curtidos y otra de chocolate. Los mazos y fraguas atendían una pequeña demanda de herramientas que no se extendía mucho más allá de la comarca.

La instalación de altos hornos en la zona central de Asturias atrajo a la cualificada mano de obra que se había formado en el trabajo metalúrgico de Los Oscos, que veía así incrementado su salario, iniciándose un rápido despoblamiento.


La diáspora de los mayorazgos también es acusada, buscando acomodo en las zonas costeras y capitales más importantes, dedicándose principalmente a actividades comerciales y dejando sus propiedades rurales en arriendo..


Fuente visitada. santaeulaliadeoscos.es

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