sábado, 15 de junio de 2013

LLANES - LOS TEJEROS - LA XÍRIGA


En la Edad Media, estas tierras eran llamadas tierras del Aguilar (y la villa de Llanes Puebla de Aguilar), su centro administrativo estaba en el castillo de Soberrón, situado en la sierra del Cuera, donde aún afloran sus restos, La ordenación del territorio está repartida entre las instituciones religiosas, así el monasterio de San Salvador de Celorio del siglo XII y la nobleza local como don Alfonso Suárez y doña Cristilde figuran al frente de un gran patrimonio. Alfonso IX concede posiblemente en 1225 la carta puebla a Llanes como un modo de potenciar las defensas de estas tierras. Más tarde Alfonso X el Sabio concede nuevo fuero a la villa. Todo el núcleo estaba rodeado por una muralla lo que indica su carácter defensivo. Dicha muralla, iniciada por Alfonso X, se termina en el siglo XV. Este núcleo se consolida rápidamente entre los siglos XIII y XIV, donde ya tenía entre 1.000 y 1.500 habitantes trasladándose a Llanes las funciones administrativas y militares. Alfonso XI les concede el privilegio de hacer dos ferias anuales, también este rey les concede su propio alfolí de la sal, ya que Llanes por estas fechas tenía un pujante puerto. Sus naves llaniscas llegaban a los puertos andaluces, portugueses, franceses, flamencos o ingleses. Este privilegio fue rescindido por los Reyes Católicos en1493. En esta época en el terminó concejil de Llanes su ganadería y agricultura era un pilar muy básico en su economía.


 En los siglos XIII y XIV, este concejo mantendría relaciones de hermandad con León y Castilla como un modo de defensa hacia los abusos de la nobleza, ya que esta villa pasaría por distintas manos, así Enrique II la pasaría a su hijo bastardo don Alfonso, conde de Noreña. Después de varias disputas entre el conde y la corona, éste es vencido y el concejo de Llanes recupera su condición de concejo de realengo.


En el siglo XV, Juan II donó esta villa y la de Ribadesella a don Diego Fernández de Quiñónez, en compensación por la confiscación de otras villas suyas, esta familia sería expulsada de Asturias por el futuro rey Enrique IV debido a sus disputas constantes con la corona, incorporándose de nuevo al realengo con los Reyes Católicos en 1490. En estas fechas Llanes, sufrió dos grandes incendios.


En los siglos XVI y XVII, destaca la gran influencia del monasterio benedictino de Celorio y del gran florecimiento de la actividad pesquera y comercial que vivió el puerto llanisco.

En Llanes se formaron unos profesionales de la teja de ladrillo que llegaron a ser muy populares y cuyo trabajo era apreciado y requerido no sólo en Asturias sino en León. Salían de esta localidad en grupos o cuadrillas en el mes de mayo para dirigirse a las brañas o aldeas que habían solicitado su faena; regresaban al hogar en el mes de septiembre. Llevaban consigo las herramientas necesarias para la fabricación de las tejas que se producía en el mismo lugar donde tenían el pedido. La gente de las aldeas o de las brañas ayudaba cortando el vegetal para la combustión en el horno y llevaban el barro necesario. Los tejeros fabricaban de forma intensiva tejas, ladrillos y si era necesario también baldosas. La presencia de estos tejeros está relacionada con el retroceso del uso de los teitos vegetales. Muchas de las cabañas que necesitaban un teito nuevo eran cubiertas con teja pues empezaba a haber grandes dificultades para encontrar buenos teiteros.


 Entre el grupo de tejeros se encontraban maestros, oficiales y aprendices. Igual que suele ocurrir en la mayoría de los oficios especiales, estos trabajadores llegaron a tener su propia jerga, conocida con el nombre de xíriga. La existencia de los tejeros de Llanes aparece documentada en siglo XVIII en el Catastro de Ensenada donde se hace un recuento de 950 tejeros:


La Marcha de los Teyeros

Frescas mañanas de Abril, alegrinas y risueñas
cuando los malvises cantan y cuando el alba clarea,
van llastiendo los teyeros, caminin de la teyera.
Todos los años lo mismo, al llegar la primavera
camino que bien conocen, nuestros mozos de la aldea.
Pasan el puertu Pontón y tambien el de Payares,
de Bárcena, Piedeconcha, los teyerinos de Llanes.
Y por tierras de León, de Burgos y de Palencia,
de Vizcaya y las Riberas del Arlanzón y Pisuerga,
allá se van nuestros mozos, a trabayar la teyera.
Y cuando llegan al pueblu onde el tajo les espera,
lo primero que visitan, ¡la casa la tabernera!
Pasan la noche cantando y bebiendo de primera
pe la mañana temprano se van a "parar" la era.
Ya que empieza la faena que dura todo el verano;
unos sacan el "llagar" y otros a cabar el barru.
El pienche cuexe enseguida el puestu de la cocina;
el tendedor, el "cadobau" ya está dispuesto en la era;
el maserista, la "marca" y prepara la masera.
Como suele jacer friu temprano por la mañana,
se van a cabar el barru cuando salen de la cama.
Cuando ya caban un rato, el sol a atizar empieza,
van a sacar el "llagar" y el piche a poner la almuerza.
Despues de almorzar, arroz o sopas o lo que sea,
se ponen a sobar barru, pa mudalo pa la era.
A las doce, los garbanzos que están duros, por supuestu
porque a cocelos el pinche, casi que núnca i da tiempu.
Acabada la comida, a eso de las cinco y media
se hace un alto en el trabajo, es hora de la merienda,
mandan al pinche a por pan, tocino, y de la que venga
triga la bota de vino, pa rematar la faena.
Ya despues de merendar, enseguida pa la era,
recoxer el material hasta la hora de la cena.
Cuando ya es noche cerrada todos se van a cenar
y enseguida...pa la cama, que tienen que madrugar.
Y asi un dia y otro dia...y semana tras semana...
se les va pasando el tiempo lejos de a tierra amada.
Recuerdan las romerias...que saben fecha por fecha
cuando cae Sta. Marina, el Carmen, S. Pedru, La Madalena,
la romeria de S. Roque con el concursu en la Vega...
y la danza de S. Juan en los jardines de Nueva.
Y allí baju un sol de juebu, sin tener ningún descansu
trabayando como negros, pasa despaciu el veranu.
Por S. Miguel o el Rosario, más o menos e la fecha
que se despiden del gorre y llasten pa la so tierra.
Bien chupidos de chacurras los pliegues de la cartera...
Que si hay un buen "samartin" pa suavizar la puchera
pa ir pasando la vida lo menos mal que se pueda.
Y poder ir a las fiestas, aquellas pocas que quedan.
Y regresar guapamente al llau de la so morena
echar una cana al aire, el dia de la Candelera...
en la fiesta de Loreto y en la Salud de Carreña.
Y con los mozos del valle, amigos de armar quimera
ninguno pueda decir, de buena o mala manera:
que un teyeru estebo gachu, ni achantau,
entre xente de buen tratu, de fulixa y jaranera.

Pedro el del Conceyu


Fuente visitada.
Wikipedia.
telecable.es

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