lunes, 27 de junio de 2011
EL CARES "LA GARGANTA DIVINA"
La Garganta del río Cares (según la llamó el Marqués de Santa María del Villar: "La Garganta Divina") es sin duda alguna el desfiladero de más belleza y envergadura de toda España. Asimismo es la excursión montañera y el lugar natural más visitado de toda Asturias y de todos los Picos de Europa.
El río Cares nace en las Fuentes de Frañana, entre los puertos de Pandetrave y de Panderrueda, siendo en Posada de Valdeón donde toma su nombre, pues hasta entonces son varios arroyos los que van aportándole agua de las montañas circundantes. Aunque, son sus afluentes a lo largo del valle de Valdeón, los que le conforman verdaderamente como el gran río que es.
El Cares desde que nace en los altos de Valdeón y hasta que se une al río Deva, recorre algo más de medio centenar de kilómetros, por lo general en medio de grandes foces (Foz de Caín, Garganta del Cares, Foz de la Rumiada o Rumiá , Canal Negra, el denominado Desfiladero del Cares y la Foz de Trescares) Son unos 17 kilómetros desde su nacimiento hasta Caín, atravesando el valle de Valdeón; otros 10 son por la Garganta del Cares; unos 5 por la Canal Negra (entre Poncebos y Arenas de Cabrales) y unos 20 kilómetros por el Desfiladero del Cares (entre Las Arenas y Abándames).
Lógicamente la travesía del gran cañón natural, conocido como la Garganta del Cares, se puede hacer por cualquiera de sus extremos, aunque el más usuales desde la zona Sur. Si partimos de Caín (después de haber dejado a tras Posada de Valdeón, Cordiñaes y Corona), por la senda trazada en plena roca viva, nos adentraremos en este bellísimo desfiladero, tras cruzar por dos curiosos puentes, uno de ellos sobre una presa preparada para que puedan remontar los salmones el río. Después se camina por túneles excavados en la roca, en una zona de gran hermosura.
Esta senda fue construida a principios de los años cuarenta, sirviendo de comunicación entre tierras asturianas de Cabrales y leonesas de Valdeón. Siendo una ingente obra de ingeniería. La senda es de unos dos metros de ancho. Los precipicios pueden ser de unos 800 metros.
Después de pasar los citados túneles llegaremos al poco tiempo al puente de Los Rebecos. Para seguidamente encontrarnos en otro recodo del camino con el puente Bolín, de estructura también metálica (y que antes fue de madera y otrora de hormigón y se le conocía por el de Trea, pues allí desciende la canal de ese nombre). Desde allí se llega en corto espacio de tiempo a Culiembro, donde se puede considerar que estamos a mitad de la travesía.
Después se continúa entre tierras asturianas y leonesas, con el límite administrativo en un túnel. El panorama es maravilloso. Con altas cumbres, el profundo desfiladero, el color esmeralda del río al fondo y aire purísimo. En el cielo se pueden ver buitres o águilas y en las rocas las cabras o rebecos.
Un poco antes de llegar al final, cerca de una antigua casería, en el lugar de La Viña, se ve que tenemos que empezar una subida, que nos puede desmoralizar algo, dado que hasta aquí, las dos horas largas desde Caín fueron por terreno llano. La subida tenemos que afrontarla con mucho ánimo y sin prisa, contemplando el paisaje (y sin tomar atajos). Enseguida estaremos en el alto de Los Collados y desde allí descenderemos suavemente a Poncebos en una media hora, como final de ruta (aunque el comienzo podría haber sido allí).
descubreasturias.com
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¿Quien no ha hecho la Garganta del Cares? Yo la hice varias veces, de joven, ahora el vértigo me mata.
ResponderEliminarLa primera vez que la hice yo debió de ser a principios o mediados de los cincuenta. Entonces estaba menos preparada que ahora y había algunos pasos realmente peligrosos sobre el río. Entonces se hablaba de hacerla también "por arriba", es decir, por las cumbres. No sé cómo será eso.
ResponderEliminarUno de los lugares más bellos de Aturias, sin duda. Ahora está masificado, debe de haber más gente en verano en la ruta del Cares que en la calle Corrida. Pero aún así merece la pena la visita, por supuesto.
ResponderEliminarUn saludo
Pues yo la hice hace 30 años,al leer este post,todabia lo recuerdo,la hicimos en una tarde y llegabamos a Poncebos casa oscureciendo,lo peor fue montar la tienda a oscuras y el dolor de espalda jjjjaaaa no estoi ni estaba preparado para dormir en una tienda de campaña.
ResponderEliminarBienvenida Marisa se que has estado fuera
Tengo que contaros un secreto. Nunca llegué a hacer la travesía, y conste que lo pensé varias veces pero siempre me eche para atrás... ¡Me imponen las montañas!
ResponderEliminarME ENCANTA ESTA RUTA Y LA HICE VARIAS VECES Y A DIFERENTES EDADES. NO CABE DUDA QUE EL CALZADO ES PRIMORDIAL PERO LA VOLUNTAD DE TERMINARLA LO SUPERA TODO.
ResponderEliminarTIENE RAZÓN XURDE CON LO DE LA MASIFICACIÓN, LA ÚLTIMA VEZ QUE LA HICE HABÍA HASTA UN PUESTO DE VENTA DE LATAS CON UN CARTEL "PRO MONTAÑEROS", EL COLMO VAMOS.