domingo, 25 de septiembre de 2011

EL ORIGEN DE LA GAITA


No se conoce con claridad el origen de la gaita, el conocimiento que tenemos de su aparición es anterior al cristianismo. También se cree que, posiblemente, tuvo su origen en un ambiente pastoril, al añadir a una flauta o caramillo un odre de piel de cabrito, cordero u otro animal. La definición del vocablo “gaita”, viene del gótico gaits, que significa cabra, ya que de la piel de este animal se realiza el fuelle de dicho instrumento (aunque el término aún no está muy demostrado).

Las primeras representaciones de la gaita asturiana que se conocen en Asturias son las de un capitel de la iglesia de Plecín, el la localidad de Alles (siglo XIII), y en un capitel de la iglesia de Santa María de la Oliva, en Villaviciosa (siglo XIII).
En el Libro de la Regla Colorada, que se encuentra en la catedral de Oviedo y data del siglo XVI, aparece una miniatura con un conejo tocando la gaita. También, en la sillería gótica del coro de dicha catedral (siglo XV) están representados otros animales gaiteros, como caballos o jabalís.

En Asturias la gaita se empleaba, primero para festividades y celebraciones paganas y posteriormente, con la llegada de cristianismo, la iglesia asimiló los elementos musicales de la cultura autóctona y los introdujo en la liturgia, como acompañamiento en misas, procesiones e incluso entierros.

Ya a partir del siglo XVI hay gaiteros profesionales, constatado por los Libros de Fábrica de las parroquias de Asturias. Finalizado el siglo XIX, la gaita adquiere un gran auge. Surgen los gaiteros más famosos en la memoria de mucha gente: Aladino’l d’Amandi y el Gaiteru Llibardon. Este último participó en la Exposición Universal (EXPO) de París en 1889 representando a España en su pabellón, y más tarde grabó en Milán el primer disco de Gaita Asturiana conocido.
En el presente siglo la gaita perdió paulatinamente su importancia y sólo se mantuvo gracias a la afición y a la vocación de unos cuantos gaiteros. Entre ellos podemos citar a José Remis Ovalle, que obtuvo el título del Gaitero Mayor de España (Titulo que concedía el Rey de España al mejor gaitero del país en su época) o a José Antonio García Suárez, el Gaiteru Veriña.

Contra lo creído por mucho tiempo los gaiteros en Asturias no eran pocos a lo largo del siglo XX, sino que había pocos gaiteros de renombre, se contabiliza de uno a dos gaiteros por pueblo.

La gaita Asturiana de hace un siglo tiene multitud de formas, en función del constructor, pero la gaita de la cual la gran mayoría de las actuales copian la estética y afinación, es la de Cogollu.
La gaita asturiana tiene una variante en la zona occidental de Asturias, la cual es una mezcla entre la gaita gallega y la asturiana.
A comienzos de los años 80 un resurgir hizo recuperar y que la gaita asturiana llegase a su máximo esplendor, gracias a gaiteros como Xuacu Amieva y Pedro Pangua. Se construyen gaitas con nuevas técnicas, entre ellas la utilización de Gor-Tex, sustituyendo el fuelle de cabritu, esto es utilizado por algunos de los constructores de hoy en día. Aparecen las bandas de gaitas, se introduce el solfeo en el aprendizaje, aparecen Métodos de aprendizaje, grupos Folk.

Fuente visitada.
viajaraasturias.com

6 comentarios:

  1. muy interesante, ¿te dije que mi nieto mayor ya sabe tocar la gaita?.

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  2. Como siempre, aprendo algo nuevo cada vez que te visito.
    Un abrazo

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  3. Me encantan todos tus relatos. También en Aragón tenemos gaita y me ha gustado mucho saber el origen del nombre, parece certero.
    Enhorabuena Luis, por tu nieto.

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  4. LOS ASTURIANOS QUE ESTAMOS FUERA DE ASTURIAS AGRADECEMOS,DE RESPIRAR TANTA ASTURIANIA, Y DE ENTERARNOS DE TANTAS COSAS QUE DESCONOCEMOS DE ASTURIAS, GRACIAS A ESTAS PUBLICACIONES.GRACIAS.

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  5. Anónimo. Con esta intención cree este blog. Gracias

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  6. Hola, mi nombre es Carlos Moreno y soy constructor profesional de gaitas desde 1987. Quería hacer una corrección a lo que se afirma más arriba. Las gaitas encontradas en la zona a grandes rasgos entre los ríos Eo y Navia no son ninguna mezcla entre la asturiana y la gallega. Lo que distingue a ambas en lo fundamental son varias características del puntero, como por ejemplo, el pequeño tamaño de la lengüeta de caña (payuela), la digitación semicerrada (ir levantando unos dedos y bajando otros) y la capacidad de pasar a la segunda octava sólo con aumentar la presión del aire (requinto) en el asturiano, contra el gallego que funciona de forma muy distinta, eso aparte del diferente sonido resultante y sin tener en cuenta el número de roncones. Las gaitas del extremo occidente asturiano, aquellas fabricadas durante la primera mitad del siglo XX por artesanos locales, responden en todo a lo que cualquiera entiende por una gaita asturiana. En los perfiles del torneado algunas están un poco más adornadas, sobre todo con profusión de rayas, pero otras son tan lisas como las de otros lugares de Asturias. Ésa es toda la diferencia. En casa de la viuda de uno de esos artesanos un investigador local, el director del Museo de la Gaita y yo mismo encontramos no sólo el instrumento que utilizaba el constructor, que también era gaitero, sino que estaba en perfectas condiciones de funcionamiento, y de hecho la hicimos sonar, y además la hija conservaba una grabación hecha a su padre con un cassette, donde se podía apreciar el sonido típico de la digitación cerrada y el requinto, aparte de ser el repertorio canciones asturianas bien conocidas. No es hasta después de la guerra civil cuando comienzan a aparecer por la zona instrumentos gallegos.

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