sábado, 17 de septiembre de 2011

EL PERSONAL FEMENINO EN LA TABACALERA


Los sistemas de ingreso en la fábrica del personal femenino quedaron regulados a principio del siglo XX manteniendo las prerrogativas tradicionales a favor de las hijas o de las nietas de las cigarreras, o sea, priorizando los derechos de herencia sobre cualquier otro concepto. La reducción sistemática de la plantilla a lo largo del siglo XX y la nula incorporación de personal en las primeras décadas del mismo, forzó la elaboración de un Reglamento que precisara claramente los criterios de ingreso, estableciendo como prioridad para el ingreso como aprendizas a las huérfanas mayores de 18 años, seguidas de las huérfanas menores de edad y de las hijas y nietas de las operarias mayores de 18 años, quedando las hijas y nietas de entre 14 y 18 años en el último escalón. La inscripción de las solicitantes se podía realizar desde los 4 años de edad de la aspirante, aunque la edad de ingreso mínima era de 14 años y la edad máxima de entrada (salvo traslado)eran los 35 años, aunque se hacían excepciones puntuales.

Como el número de solicitantes sobrepasaba con creces el de las plazas era necesario realizar un sorteo público, previa elaboración de las listas correspondientes que corría a cargo del personal obrero, ya que la Dirección asumía sus acuerdos. los sorteos estaban fijados cada 5 años y el cúmulo de aspirantes en la Fábrica de Gijón era tal que, en el año 1.926 después de varios años de incorporación de personal femenino, la lista de solicitantes superaba las 510 muchachas y mujeres.

Tal como hemos descrito la incorporación de todas las operarias a las faenas Auxiliares implicaba su permanencia en la fábrica hasta su fallecimiento, por lo que ésta resulta ser la principal causa de baja laboral.

LA PRODUCTIVIDAD Y LOS SALARIOS-
En los períodos en que la Arrendataria quería mejorar la producción, establecía premios por ranchos, según la cantidad y calidad, que servían para superar los mínimos establecidos y favorecían la asistencia y productividad de las operarias. Menos la picadura, el resto de las labores eran manuales por lo que las cigarreras, adquirían una habilidad especial tras muchos años de trabajo que las llevaba a competir, impulsadas por los premios de la empresa, hasta conseguir auténticos records de producción que,en la fábrica de Gijón, alcanzaban las siguientes cifras: 360 cigarros puros en el taller de Peninsulares por una sola operaria en un día laboral, 900 cigarros Comunes diarios logró la más destacada de este taller, 4.000 cigarrillos Superiores y 5.000 finos diarios habían logrado sendas cigarreras en sus respectivos talleres, entre las funderas la más laboriosa había producido 14.000 unidades en un solo día y en el empaquetado de picadura una operaria había llegado a las 4.000 cajetillas. También había un registro del máximo de producción diaria en los momentos de auge de la factoría que llegó a producir, a finales del siglo XIX y en un solo día 900.000 cigarros de Marca Chica, 3.000.000 de Cigarros Comunes Fuertes, 20.000.000 de cigarrillos Superiores y el mismo número de cigarrillos Finos y 4.000 kilos de Picados Finos y Comunes en paquetes de 155 gramos.

a partir de 1.920 se eliminó la obligación de la asistencia diaria a la fábrica y las ancianas recibían mensualmente el salario de 35 pesetas sin ninguna contraprestación, dando orogen a una especie de jubilación encubierta que distorsionaba las cuentas de la Compañía reduciendo la productividad por trabajador. Cuando en 1.919 se estableció el Retiro Obrero obligatorio, la Compañía, a petición de las operarias, no integró en el mísmo a sus cigarreras ancianas ya que les acarreaba una pérdida significativa respecto al salario que recibían en los Talleres Especiales. Las subidas salariales también afectaron a las ancianas operarias de las Faenas Auxiliares que, desde 1.929, recibieron 75 pesetas mensuales, multiplicando por tres la cantidad que recibían doce años antes, y en 1.923 pasaron a 90 pesetas, sin tener la obligación de presentarse en la fábrica a diario desde comienzos de la década de los veinte. Con la nueva legislación republicana se estableció definitivamente una juvilación propia para los empleados de la Compañía, que no habían querido adscribirse al Retiro Obrero de 1.919 porque no igualaba los sueldos que hasta entonces disfrutaban.En febrero de 1.934 se estableció el pase a personal pasivo de los trabajadores y operarias de más de 67 años con un sueldo de 150 pesetas para las cigarreras, de 260 para los mecánicos y del 75% de la última nómina para el resto del personal de plantilla
El establecimiento del Retiro Obligatorio para las cigarreras se retrasó hasta el 2 de julio de 1.936 y su aplicación para las mayores de 67 años se aplicó tras la guerra civil.

Fuente visitada.
Liadoras, Cigarreras y Pitilleras. La Fábrica de Tabacos de Gijón (1.837-2.002)
Luis Arias González-Angel Mato Díaz.

3 comentarios:

  1. La verdad es que es son muy interesantes y curiosos los orígenes.

    ResponderEliminar
  2. Marisina, mi madre se jubilo de maestra del taller de habanos y me padre practicante de la fábrica. Entiendes ahora el comentario a la entrada anterior.

    ResponderEliminar
  3. Lo sabía Luis.
    Cierto Trimbolera. Siempre me apasionaron estas mujeres.

    ResponderEliminar