viernes, 8 de abril de 2011

GIJÓN COMO ZONA SIDRERA


Gijón es por méritos propios la capital de la sidra natural en Asturias. Sus inalcanzables números de producción y consumo, así como su historia ligada al zumo de manzana fermentado convierten al municipio en «referencia inexcusable» del sector, según José Luis Osoro, presidente de la Asociación de Lagareros de Asturias.

Con 26 industrias elaboradoras en activo -en toda Asturias hay menos de un centenar-, Gijón produce en la actualidad más de 13 millones de litros de sidra natural al año. Esas cifras, explica Osoro, se vienen manteniendo sin apenas variaciones desde 1996. Teniendo en cuenta que en el conjunto de Asturias se embotellan cada campaña 45 millones de litros de bebida autóctona, el municipio está consolidado como el mayor elaborador regional, con el 30% de la producción global.

Además hay seis productores -Sidra Acebal, Sidra Canal, Asturvisa, Sidra Menéndez, Sidra Trabanco e Industrial Zarracina- que comercializan una parte de sus caldos bajo la etiqueta de la denominación de origen protegida en sus modalidades de sidra tradicional, nueva expresión y espumosa. Trabanco, a su vez, también produce con el certificado de calidad de manzana seleccionada.

La producción sidrera en Gijón se distribuye por toda su zona rural suroriental. La mayor concentración de llagares se encuentra en las parroquias de Cabueñes, Deva y Castiello, aunque también hay importantes bodegas en Contrueces, Vega, Lavandera, Fano, San Martín de Huerces y Porceyo.

Desde finales de la década de los cincuenta del siglo pasado las industrias gijonesas han seguido el mismo proceso que en el resto de Asturias. Los competidores menos eficientes han ido desapareciendo de la elaboración y quienes han quedado, tras superar la fuerte crisis del sector de los años setenta, han concentrado cada vez mayor producción.

En cuanto al cultivo de manzana de sidra, Gijón también figura en los puestos de privilegio de Asturias, a pesar de que en las últimas décadas ha perdido numerosas plantaciones por el avance de infraestructuras viarias como la ronda Sur y la sustitución de caserías tradicionales por nuevas zonas residenciales. Con todo, en estos momentos sólo Villaviciosa supera al municipio en número de pomaradas y cosecheros.

Pero donde Gijón es primera plaza indiscutible en el Principado es en comercialización y consumo de sidra natural. La mayor parte de lo que se produce tiene como destino comercial la hostelería, aunque cada vez cobra mayor peso el canal de la alimentación.

En lo que a consumo se refiere, éste se ha disparado en los últimos años hasta los 60 litros por gijonés y año. Hay que tener en cuenta que la media asturiana oscila entre los 50 y los 55 litros por persona y año, y que la media nacional para el consumo de todo tipo de sidras es de 1,6 litros.

A la hora de analizar este elevado consumo, José María Osoro explica que en Gijón, al igual que sucede en Asturias, la cantidad de litros de sidra natural que se beben al año «está muy influida por la demografía de la población». Ese factor limitador -señala- es el responsable de «cierto estancamiento tanto en las ventas como en el consumo» desde hace aproximadamente una década.

Sin embargo, a juicio del presidente de los lagareros asturianos hay circunstancias particulares en el municipio que estimulan un mayor consumo. Una de ellas es su condición de «precursor junto a las Cuencas de la implantación de las sidrerías urbanas». Esa tradición de grandes establecimientos hosteleros genera, según Osoro, «un ambiente» que sirve de reclamo tanto para los lugareños como para los visitantes. Pero aún hay más, porque en Gijón al margen de lo que se bebe en las sidrerías, está también el importante consumo asociado al buen tiempo en los merenderos del extrarradio, el festival de la sidra natural, las romerías veraniegas y todo tipo de celebraciones colectivas.

El liderazgo regional absoluto en producción y consumo también ha dado grandes escanciadores de sidra natural. El vigente campeón de Asturias en la materia se llama Pablo Costales, es gijonés y trabaja en la sidrería Casa Ferino.

La importancia de Gijón como zona sidrera, a pesar de no haber pertenecido nunca a la denominada Comarca de la Sidra, se empezó a fraguar en el siglo XIX, en plena revolución industrial. En la villa de Jovellanos, asegura Osoro, empezó a consumirse la sidra tal y como se hace en nuestros días.

Los marineros la bebían desde la Edad Media para no enfermar de escorbuto, pero en 1827, en el barrio de El Natahoyo, José Pintado puso en marcha la primera fábrica de botellas de sidra de Asturias, que posteriormente pasó a denominarse Gijón Fabril.

En otra fábrica, la de Bohemia Española, surgieron los primeros vasos de sidra, que sustituyeron a las xarres de cerámica de Somió.

www.elcomerciodigital.com

2 comentarios:

  1. No soy sidreru, aunque la tomo de vez en cuando , pero considero interesante lo que nos cuentas.

    ResponderEliminar
  2. Pues yo si soy sidreru, y también te digo que es un artículo muy interesante.
    ¿échote un culín?

    ResponderEliminar