lunes, 1 de agosto de 2011
EL BOSQUE ENCANTADO DE MANOLO LINARES
Aunque ya está dicho, nunca está de más repetirlo, pues cada día nos parece ejemplar que aún, en estos tiempos, en el concejo de Tineo se sigan conjugando la Naturaleza pura y la belleza monumental, junto como la rica ganadería y la abundante fauna silvestre, los restos megalíticos y los antiguos yacimientos auríferos, o el arte sacro y los viejos caminos reales, tanto vías romanas como posteriormente el Camino de Santiago. Navelgas es un ejemplo.
En Tineo hay muchos lugares para visitar, desde la Fana de Genestaza y el monumental pueblo de Tuña, hasta el aurífero Navelgas, pasando por los dólmenes de Merillés y Baradal, los monumentos naturales del Carbayo de Valentín y La Fayona de Eiros, La Casa del Puerto o los altos de Bustellán y Forcayao, o el casco histórico de la capital. Lo mismo que ocurre en Naraval, con el nuevo Museo Vaqueiro o los monasterios de Bárcena y Obona. En sus montes y bosques abunda la fauna, destacando los osos y urogallos. Y en los ríos las excelentes truchas y grandes anguilas, que conviven con el típico bateo de oro.
Una fácil excursión se puede iniciar en la afamada localidad de Navelgas, en el Cuarto de los Valles, al pie de hermosas y verdes montañas, donde por ahora perduran las especies arbóreas de hoja caducifolia, autóctonas y llenas de misterio... En uno de esos lugares, cercano a la población de Navelgas, se encuentra el bosque del mismo nombre, al que el afamado pintor Manuel García Linares considera su bosque encantado. Manolo Linares nos habló de fabulas que contaba a los niños, de duendecillos y gigantes del bosque, de los árboles llenos de vida y danzando, de las tormentas, del día y de la noche en la frondosidad de esa montaña, fácil de recorrer en una hora desde Navelgas al pueblo de Naraval, donde ahora se inaugura el Museo Vaqueiro y en el que se puede descansar y comer bien, como en toda esa bella zona, igual un sabroso potaje de berzas, que el típico "Cocido de Navelgas", o el "Chosco con Cachelos", "Polientas" o "Natas Vaqueiras".
Pero, regresando a la floresta, nada más salir de la hermosa población de Navelgas, junto al nuevo área recreativa de la localidad, el ascendente camino, otrora vía romana, nos lleva a las antiguas cuevas del oro, donde los romanos explotaron el preciado metal durante mucho tiempo, los yacimientos auríferos, las profundas minas, o simas, o cuevas, están también encantadas, en medio de la frondosidad del bosque, donde hay desde castaños a robles, pasando por abedules, alisos, acebos, arces, hayas, tejos, fresnos y grandes helechos. La fauna silvestre que puebla esos lugares es abundante, destacando los corzos, jabalíes, zorros, ardillas, ginetas y gran variedad de aves.
En algunos tramos de ese ancho camino real se aprecian restos de las losas de piedra de la antigua calzada romana, que ahora, como ocurre en otros lugares, hacen de muros (o "murias") a los lados de la senda. También están cerca, abandonados, los antiguos caleros (los antaño hornos de cal)... En Navelgas hay bellezas naturales por todos lados. Y en particular los bosques y los ríos, son lugares mágicos, encantados, verdaderos reinos de xanas y trasgos... En el llamado Cuarto de Los Valles se encuentran algunas zonas dignas de ser visitadas y en las que aún se pueden ver, junto a las cuevas de antiguas explotaciones auríferas, los múltiples encantos de la ancestral Asturias. Merece la pena ir allí. La gente es, además, atenta y sensible.
FUENTEVISITADA:
descubreasturias.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hace una semana escasa me estuvieron hablando maravillas de esa zona que ensalzas, no tengo mas remedio que visitarla. Estoy descubriendo el occidente de Asturias y me estoy enamorando de el, de su belleza agreste u suave a la vez. Una maravilla.
ResponderEliminarQue bien paseo por Asturia, mejor que en viaje guiado. Muchas gracias.
ResponderEliminar