viernes, 21 de octubre de 2011

AMIEVA



Es uno de los concejos de más encanto del oriente asturiano, que permite conocer la naturaleza de una forma diferente. Recientemente ha sido habilitada una ruta por el Bosque Beyu Pen, que muestra a los personajes mitológicos de la cultura asturiana en su estado natural, integrados en el paisaje de forma que su descubrimiento es un reto para la imaginación.

Amieva se promociona como lo más natural de los Picos de Europa, y no le falta razón. Buena parte del concejo forma parte del Parque Nacional, y por todo su territorio montañas, valles y ríos conforman un paisaje exhuberante que, sin grandes aglomeraciones turísticas, permiten disfrutar de la naturaleza en estado puro. Monumentos naturales como la Red de Toneyu (un sistema kárstico de más de 16 km. subterráneos) o rutas como la Senda del Arcediano, un desfiladero en el Sella que une Amieva con Sajambre, en León, son algunas de las muchas opciones que presenta el concejo.
La ganadería y la agricultura han influido en el paisaje durante años, que conserva un ambiente rural que poco a poco se va abriendo a iniciativas turísticas. La caza y la pesca, así como el turismo activo (escalada, montañismo) han abierto las fronteras de una zona tradicionalmente aislada, gracias a su particular orografía. También la gastronomía ha puesto a Amieva en el mapa, gracias sobre todo a la calidad de sus carnes (las Jornadas de la Matanza, que se celebran este mes de febrero, son multitudinarias) y al queso de Los Beyos, que se ha hecho con un nombre propio en el amplísimo panorama quesero asturiano.

Mitología viva-
El Beyu Pen es un precioso bosque de castaños que, en sí mismo, ya merece una visita. La ruta que se sugiere al visitante transcurre a lo largo del arroyo El Regatu, y propone un juego de imaginación: a lo largo del recorrido se han llevado a cabo sutiles intervenciones, totalmente integradas en el entorno, gracias a las cuales se van encontrando diferentes personajes mitológicos. Así, una roca es el “Busgosu”, un tronco es el “Nuberu”, una raíz es el “Diablu burlón”... Aprovechando el propio entorno, los personajes se van apareciendo ante los ojos del caminante, que disfruta como un niño del recorrido. La ruta se conoce como “El encanto de la mitología” y consigue crear un ambiente de misterio y sorpresa, convirtiéndose en uno de los rasgos más emblemáticos del concejo. El recorrido puede completarse con una visita al Centro de Interpretación del Karst y el Hábitat Rupestre, donde se desvelan las claves para conocer los muchos recursos naturales y la historia de Amieva y su entorno.

Ruta del Chorcu-
El chorcu, una trampa para cazar lobos utilizada tradicionalmente por los habitantes de la zona, supone un patrimonio histórico y etnográfico que había que recuperar. Por eso, y en colaboración con Parques Nacionales, se ha creado la Ruta del Chorcu, que nace en el Mirador de la Collada y permite, además de admirar los espectaculares paisajes de la Sierra de Amieva, visitar una de estas trampas. Dado el difícil acceso al chorcu original, se ha habilitado una pequeña senda que facilita la aproximación y la comprensión del funcionamiento de este ingenio, que ayudaba a los pastores a defender su ganado de los ataques del lobo. Hoy en día el chorcu está en desuso, pero su recuperación lo ha convertido en un recurso turístico más, que viene a sumarse a los muchos del concejo.
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Es la entrada menos conocida al Parque Nacional de los Picos de Europa, y esconde uno de los parajes más bonitos de la montaña oriental asturiana. Gracias a su apuesta por la calidad y por los productos autóctonos, Amieva se ha convertido en un destino turístico y gastronómico por méritos propios.
En los Picos de Europa, el Parque Nacional más visitado de toda la península, aún quedan lugares casi vírgenes, donde escapar de las aglomeraciones de gente y pasear con tranquilidad disfrutando de la naturaleza. El concejo de Amieva ofrece todas esas posibilidades, combinadas con una gastronomía típica de renombre, que permite planear una escapada añadiendo los placeres de una buena mesa. El queso de Los Beyos, fabricado en el concejo, o las Jornadas Gastronómicas de la Matanza que se celebran este mes, son buena muestra de ello.

El Valle de Angón, además de un espectacular paisaje, es una excelente entrada a los Picos. Desde allí podemos enfilar una de las dos rutas de senderismo que transcurren por el Parque, la Senda del Arcediano o la Senda de la Jocica, o intentar pisar la cumbre de alguna de las majestuosas montañas que dominan el valle. También en Picos encontramos la Red de Toneyu, un complejo sistema de cuevas kársticas subterráneas que supera los dieciséis kilómetros y está situada en la Sierra de Beza, entre las cuencas del Cares y el Sella. La red está declarada Monumento Natural, es la mayor cavidad asturiana y se cuenta entre las diez principales españolas. Y no es la única cueva: también encontramos el Colláu La Cueva, en la Sierra de San Román, la Cueva de Valles, en Amieva, la Cueva de Cuado, en Argolibio...
El paisaje en todo el concejo combina la alta montaña con amplias majadas y praderas, frondosos bosques y ríos –Dobra, Sella y Ponga- que surcan la tierra creando desfiladeros, o arroyos que crean estampas únicas. Un placer para los sentidos y una locura para los fotógrafos, que no dan abasto para captar todas las instantáneas que se ofrecen para quedar en la memoria.

Venir a Amieva
La ganadería, que aprovecha los pastizales de altura, es la principal actividad económica del concejo, pero en los últimos tiempos están surgiendo iniciativas turísticas que revitalizan tanto la economía como el espíritu de la zona. El turismo rural en Amieva hace honor a su nombre, y se combina con unas propuestas de restauración que, sin perder el sabor tradicional, son cada vez más elaboradas.
A Sames, capital del concejo, se llega por la carretera N-625, que atraviesa el municipio de norte a sur. Aquí hay que venir con calma, ya que la vía es sinuosa, pero a cambio nos veremos recompensados con el hermoso paisaje, que es tónica en todo el concejo. Una vez en Amieva se puede acceder a gran parte de los lugares de interés en coche, lo que permite programar excursiones más largas y aprovechar bien el día.
Para organizar una visita hay que saber que por todo el territorio se han encontrado restos arqueológicos, algunos de ellos prehistóricos, que demuestran que la ocupación en esta zona viene de antiguo. Destaca la Cueva de Collubil, con espectaculares estalactitas y estalagmitas, o el Dolmen de Mián, símbolo funerario megalítico.

Uno de los grandes valores del concejo es la arquitectura popular: hórreos y paneras, molinos de agua, fuentes y lavaderos quedan como muestra de una forma de vida tradicional que sigue en cierto modo vigente aquí. Además hay casonas asturianas, algunas de evidente interés como la Casa Peri, en la localidad de Pen, la Casona de Cirieño o la Torre de Siña. Y también la arquitectura religiosa llama la atención: las iglesias de San Pedro de Vega y Santa María de Mián, o las capillas de San José de Carenes, San Antonio de Siña o la de Santiago de Vis, probablemente del siglo XVI. Prácticamente cada pueblo o aldea tiene su lugar de culto y, cómo no, su día de fiesta dedicado al santo patrón.
Historia y etnografía se dan la mano en Amieva con los signos de los tiempos modernos, que van llegando poco a poco, sin prisa, como manda el ritmo de un concejo eminentemente rural, que no quiere dejar de serlo. Los visitantes lo saben y cada vez más vienen buscando el eco de lo auténtico: el paisaje intocado, la comida que sabe como “de casa”, las ferias y fiestas tradicionales... Todo lo que se lee en los libros y folletos turísticos, aquí es una realidad. Sin aditivos, lo más natural de los Picos de Europa.

Fuente visitada. Revista Fusión Asturias.
fusionasturias.com

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