jueves, 27 de octubre de 2011

EL BOSQUE DE MUNIELLOS


Po r más que se escriba sobre el bosque de Muniellos, por más que se describan sus rincones, sus tesoros escondidos bajo la inmensa espesura, las luces que se cuelan entre las ramas y los reflejos de los arroyos en otoño, es imposible percibir plenamente esta maravilla del mapa mágico asturiano. No hay guía que pueda acercarse siquiera a las impresiones físicas que provoca la belleza de Muniellos en el visitante.
Hagamos un poco de historia reciente. En noviembre de 2000, el Consejo Internacional de Coordinación del Programa Hombre y Biosfera de la Unesco aprobó la declaración de Muniellos como Reserva de la Biosfera. De este modo, Muniellos se integró en la red mundial que tutela la Unesco.

En julio de 2003, la condición de Reserva de la Biosfera se amplió a todo el territorio del Parque Natural de Fuentes de Narcea, Degaña e Ibias. Su condición de espacio protegido obliga a que las visitas al bosque estén controladas. Sólo se admiten 20 personas por día, lo que hace aún más apasionante el recorrido, exento de adulterar el espacio selvático y que pondrían en peligro su conservación. Es preciso hacer una reserva previa para poder visitar el bosque.
Su gran extensión --es el mayor robledal de España—y su magnífico estado de conservación lo hacen singular en Europa. En la configuración del continente de Muniellos predomina el roble albar. En menor está configurada también por hayas, avellanos, fresnos, sauces o arces. El bosque está lleno de bosques naturales
preservados del desgaste que implicaría una mayor presencia humana. Muniellos posee además alrededor de 400 especies de flora vascular, una gran variedad de hongos, musgos y líquenes, especies únicas en alguno de los casos que aportan al espacio protegido un altísimo grado de calidad ambiental. Entre la flora del bosque el acebo posee una relevancia especial.

Muniellos alberga también seis lagunas de origen glaciar: la Aveizuna, la de Penavelosa, y las cuatro que componen el grupo conocido como Las Lagunas (la Grande, La Isla, la Honda y La Peña).
Entre su fauna, un elemento singular dentro de un espacio singular, destaca el mítico oso pardo cantábrico y el no menos mítico urogallo, especies protegidas desde hace muchísimos años. Menos singulares y más comunes, los lobos, corzos, jabalís, rebecos y nutrias forman parte fundamental entre los habitantes del bosque.

Colindante al gran bosque de Muniellos, el Parque Natural de Fuentes de Narcea, Degaña e Ibias alarga la magia hasta configurar la gran mancha verde asturiana. Con características similares a Muniellos, el gran parque también posee singularidades que lo engrandecen. Muy poco poblado y con una geografía sumamente
irregular, abrupta, conserva en magnífico estado sus grandes masas forestales autóctonas. Los hayedos en el monte de Hermo , situado en la cuenca alta del Narcea, poseen un magnífico estado de conservación. Abedules, rebollos, piornos y brezales se escalonan paulatinamente a lo largo de las montañas del parque.

El respeto por la naturaleza y por su generoso proceso ha perfilado la adaptación amable y ejemplar del hombre
al medio. Un molino que aprovecha el curso del río Narcea, una braña en las cumbres de Degaña donde el ganado pasa el verano y las colmenas que se escalonan en las laderas de Ibias para producir miel, son algunos de los maravillosos ejemplos de usos tradicionales que los habitantes del parque han logrado integrar en el
paisaje sin dañarlo. El corazón verde de Asturias es una cita imprescindible.
Muniellos es Reserva de la Biosfera desde el año 2000.

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Las reservas para visitar Muniellos pueden realizarse por internet (en la página asturias.es), por teléfono llamando al 012 y, desde fuera de Asturias, al 985 27 91 00. En persona, pueden realizarse en las oficinas del Servicio de Atención Ciudadana, situadas en la calle Coronel Aranda, 2, en Oviedo.
El plazo de solicitud se abre el 15 de diciembre del año anterior al que se desea efectuar la visita. El único requisito para hacer la reserva es que el responsable del grupo debe de ser mayor de edad. Se concede un único permiso por persona y año.
Es imprescindible confirmar la visita entre 23 y 15 días antes de la fecha reservada. En caso se anulara.
El número de visitantes por día no puede superar las 20 personas. Existe un único recorrido de 20 kilómetros.

Fuente visitada.
lavozdeasturias.es

6 comentarios:

  1. tengo unas ganas enormes de visitarlo, pero en estos momentos es imposible para mi.

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  2. A mí también me gustaría, es algo que tengo pendiente, aunque tampoco sé cuándo podré.
    un saludo.

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  3. Posiblemente algún día pueda visitarlo, me gustaría muchísimo y te agradezco la información de cómo hacerlo, me lo apunto.

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  4. He puesto un comentario que no sé si ha salido, por si acaso lo repito:
    Me he apuntado la información para visitarlo algún día. Gracias Marisa.

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  5. Es mejor, creo yo, visitarlo cuando tienen hoja los árboles. Yo lo visité en invierno y me decepcionó un poco. Claro, tampoco fue una visita guiada. Fue más bien salvaje. Lo que más recuerdo es el apechugón que nos tuvimos que dar para alcanzar la carretera del puerto del Conio, por la que logramos al fin salir. En aquellos tiempos no existían tantas trabas, aunque está bien que las pongan y que lo vigilen bien. Saludos.

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  6. Explicación clara y sencilla, ideal para mis alumnos. Muchas gracias

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