lunes, 14 de enero de 2013

PAISAJE Y ECOSISTEMA DEL CUERA


Al hablar de la Sierra de Cuera hablamos de una meseta elevada, tapizada de prados y coronada por picos de fácil ascenso. Abundan las brañas, algunas habitadas. Las majadas o vegas presiden los puertos de Cuera, desde siempre destinadas al pasto del ganado. También son visibles las huellas de las explotaciones mineras que funcionaron hasta los años 70 del siglo pasado. Además contiene en sus límites una gran riqueza prehistórica, datada en numerosas cuevas y simas. Sobresalía la actividad metalúrgica en torno al 2000 a.C. Se han localizado restos de diversas fases del proceso de transformación del cobre. El Cuera sirvió a la economía y la sociedad de la Edad de Bronce. Hoy en día muchas de sus oquedades de su vertiente meridional sirven para la curación del popular queso de Cabrales.


 El paisaje y ecosistema del Cuera-
Su paisaje se integra en la red de espacios protegidos del Principado de Asturias y abarca un extenso territorio del Oriente de Asturias. Laderas, bosques, valles y cimas se despliegan a lo largo de cinco municipios de esta comarca: Cabrales, Llanes, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja y Ribadedeva. Un total de 40 kilómetros de longitud que se inician en las inmediaciones del río Sella por el Oeste y prosiguen a escasa distancia del mar, finalizando en el extremo oriental del Principado, junto al río Deva.


El Cuera es también un ecosistema bien nutrido. De su fauna destaca la presencia del zorro, la marta o el gato montes, así como la abundancia de corzos y jabalíes. Con suerte podremos atisbar el vuelo del águila real, buitres, alimoches y otras grandes rapaces. La foresta está constituida básicamente por hayedos, robledales y encinares. Si contemplamos la sierra desde la costa vemos que no hay apenas vegetación apreciable, sin embargo, rebasada la primera línea de cumbres, el Cuera se abre a estrechos valles, ciegos en muchas ocasiones, que albergan un sinfín de praderas y brañas orladas de fresnos, arces y espineras. El valle más ancho y productivo desde el punto de vista ganadero es sin duda la Llosa de Viango. En las laderas que circundan esta planicie y casi hasta la cumbre más alta de la Sierra, el Pico Turbina, se sitúa la masa boscosa más extensa de la sierra: un hayedo eútrofo orientado al norte, que recoge las frecuentes nieblas que vienen desde el mar y que en este punto no logran rebasar el cordal.


Para el ser humano, la sierra se levanta en aparencia infranqueable y delimita dos espacios geográficos que han tenido diferente evolución histórica y social: “la marina llanisca” y lo que se ha denominado el “trascuera”.
La relación entre ambos territorios ha venido marcada por las actividades ganaderas y los pastos comunes. Del lado litoral, en torno a Llanes, existen diversas sierras planas que son antesala del Cuera, como las de Cué y Pimiango, otras más al interior, como las de Purón, La Borbolla o Los Carriles. En todas estas sierras menores encontramos coquetas aldeas y alojamientos rurales de calidad desde los que iniciar una infinidad de rutas.


Al norte, la pendiente de la sierra no permite localizar caserío alguno, sólo la aldea de El Mazucu se atreve a asomarse a las primeras estribaciones siguiendo la hendidura de La Tornería. En su vertiente sur, cerca ya de los Picos de Europa, encontramos numerosas aldeas cabraliegas como Ortigueru, Pandiello, Puertas, Asiegu, Arangas… en todas ellas encontraremos reconfortantes casas rurales y buen alimento para realizar excursiones camino de las cumbres asequibles del Cuera.

El Pico Turbina, con 1.315 metros de altitud es la cota más alta de esta pequeña cordillera y quizás la ruta a pie más apetecible.

 Fuente visitada. e-llanes.com

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