miércoles, 9 de mayo de 2012
RECOGIDA DEL OCLE
En Gozón se denominó tradicional y genéricamente con la palabra ocle (excepto en Bañugues donde era conocido como cherba) a las algas marinas que formaban los arribazones: conjunto de algas de distintas especies que durante el otoño e invierno, tras ser arrancadas del lecho rocoso marino por la acción de los temporales, eran arrastradas por las mareas y corrientes hasta quedar depositadas en las playas y "pedreos" de donde eran recogidas por los lugareños para ser utilizadas, dada su riqueza en sales, nitratos y potasio, como abono para sus tierras.
En el siglo XX, esta actividad perdurará hasta la aparición, en su segunda mitad, de nuevos abonos y fertilizantes, más efectivos y menos trabajosos de conseguir, que sustituirán los mantos de algas que tradicionalmente habían cubierto las tierras de labor y praderas del concejo. incluso el término ocle pasará a tener una nueva acepción, más limitada, desde principios de la década de 1.950 cuando con esta palabra empieza a denominarse un único género de las algas de arribazón, el "Gelidiun", que será recogido desde entonces, de forma selectiva de entre el conjunto de algas varadas, no para su uso tradicional como fertilizante de los campos o huertas, sino para su posterior venta con destino a la Industria química para la obtención de agar (práctica de la que ya se tienen datos en el concejo de Gozón desde 1.951 La recolecta se podía hacer a mano, pero era habitual el empleo de distintos utensilios como la pala de dientes, garabato,rastrillo... recogiéndose además del ocle que había quedado en seco durante la baja mar.
La recogida en los "Pedreos" presentaba un problema añadido a causa de las grandes pendientes o la inexistencia de caminos adecuados, lo que dificultaba su transporte. Esto obligaba a los recolectores a sacarlo mediante tendido o la inexistencia de caminos adecuados, lo que dificultaba su transporte. Esto obligaba a los recolectores a sacarlo mediante el tendido de cables que unían el pedreo Con el borde superior del acantilado; el el cable, que era movido movido con la ayuda de viejos motores de Gasoil, se enganchaba un cajón donde se cargaba y subía el ocle. Una vez recogido y "escogido" el Gelidiun de entre el resto de las algas, tenía lugar el proceso de secado que, normalmente, quedaba en manos de las mujeres quienes lo extendían con las manos o ayudadas de una pala de dientes sobre el suelo, bien en los prados o sobre las mismas calles del pueblo, quedando sometido a la acción del sol y el viento, dándole la vuelta con frecuencia hasta conseguir un secado adecuado.
El kilo de ocle seco se pagó en Luanco a 3 pesetas en 1.952, manteniéndose en 4 pesetas entre 1.957 y 1.965, año a partir del cual su valor iría aumentando paulatinamente (en 1.966 se pagó a 5 pts, en 1.967 a 7 pts, en 1.968 a 11 pts..., hasta alcanzar su valor máximo, 260 pts en la década de los 70). A pesar de su carácter estacional, los ingresos obtenidos como resultado de su venta durante las décadas de 1.950 a 1.970 permitieron a las familias que se dedicaron a su recogida realizar aquellas inversiones (pagar la entrada de un piso, de un automóvil, los estudios de un hijo...) que de otra manera no estarían a su alcance. Historia de Gozón (a través de sus mujeres)- Lucía Fandos Rodríguez.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Madre que viejo soy,
ResponderEliminarMarisa lo recuerdo,verlo aquí en la zona del Rinconin,verlo secar en los praos.
ResponderEliminarJo esto ta es Retro,de mi niñez,sitio complicado para sacarlo en Villaverde zona Este de playa España,la pendiente es de vértigo,todavía esta la caseta y los enormes cables que lo subían.
Saludos