viernes, 6 de mayo de 2011

EL BATEO DE ORO EN NAVELGAS



Navelgas (Tineo), tuvo antaño productivas minas de oro que los romanos explotaron de forma masiva. Hoy todavía se busca el metal precioso en los cursos de los ríos mediante la técnica del bateo.

Los astures que habitaban estas tierras ya se habían fijado en esas piedrecitas doradas y brillantes que encontraban en los cursos del agua. Con ellas elaboraban bellas joyas, pero su explotación no llegó más allá del bateo con una cesta o una batea de madera. La minería propiamente dicha llegó con los romanos, que sólo bateaban para descubrir la ubicación de los filones de oro. Después ponían en marcha un ingenioso sistema que consistía en canales y depósitos por los que hacían correr el agua para arrastrar y lavar el mineral, pero que también iba desmontando la montaña a fuerza de horadarla.
Como ejemplo quedan en el concejo los canales y lavaderos de Lavadoira y Santiago Cerrado, las grandes explotaciones de la Sierra del oro entre Navelgas y Naraval, o los canales de la Presa del Moro; todas ellas son hoy un reclamo turístico al que se accede siguiendo diversas sendas.

En la actualidad, la búsqueda de oro se ha reactivado en Navelgas, debido a la aparición de una pepita de oro de 24 quilates de 27,2 gramos en su río. El descubrimiento se debió a Enrique Sanfiz y Joaquín Paredes, mediante la clásica técnica del bateo, y a partir del mismo se creó la Asociación Barciaecus, que ha impulsado enormemente la competición internacional de bateo. Todos los años en el mes de julio decenas de participantes y cientos de curiosos vienen a ver el Campeonato Nacional de Bateo de Oro.

La afición es tal, que no es difícil ver en las orillas del río Navelgas -en un lugar con ligera corriente-, personas provistas de una especie de sartén con estrías en la que recogen arena del río y pequeñas cantidades de agua que hacen rotar. Con ello consiguen expulsar suavemente la arena y dejar en el fondo el posible oro, en pequeñas láminas o pepitas que se han desprendido de las piedras de cuarzo por medio de las tormentas y la erosión. Los pedazos del preciado material se retiran con el dedo y se guardan en probetas llenas de agua para su fácil localización y manipulación.

El bateo de oro era en la antigüedad una de las pocas técnicas que existían para recoger este preciado metal. En la actualidad ha pasado a ser considerado un deporte y una nueva oferta turística en muchas regiones. Pero, ¿qué se necesita para poder hacer una batea? Y ¿cómo se realiza exactamente este proceso?
Lo que se necesita para hacer una batea de oro
La principal herramienta para este cometido es la batea, que no es más que una especie de plato amplio o sartén sin mango. En la actualidad es común encontrarlas de plástico, aunque también las hay de acero. Pueden ser lisas o con escalones en el interior para facilitar la separación de la arena. También es necesario, o más bien recomendable, llevar consigo un pequeño frasco para guardar las pepitas de oro que se encuentren e incluso un pico o martillo para remover el fondo del cauce de agua o romper alguna piedra.

Elegir un buen lugar para buscar oro en el río:

Después de que se haya conseguido el instrumental necesario, hay que elegir el lugar donde comenzar la batea, para lo cual es imprescindible saber el comportamiento del oro en su travesía por los ríos. Inicialmente, el oro es arrancado de la roca junto a pedazos de la misma, generalmente cuarzo, y posteriormente es transportado corriente abajo. En su descenso se separa de los restos de roca original y gracias a su mayor peso, respecto al resto de rocas que arrastran las corrientes de agua, quedan atrapadas en los fondos de las pequeñas pozas de los saltos de agua, que actúan como trampas para el oro. También hay que conocer si la región es aurífera o no.

Técnica para realizar la batea de oro:

Tras la separación, será la fracción más fina la que se utilice. Colocando esta parte sobre el recipiente, se deberá hacer pasar el agua por la misma para que arrastre las partículas menos pesadas y las pepitas de oro queden en su centro.
La forma más común de hacerlo es sumergiendo ligeramente la batea para que entre agua y mediante leves movimientos circulares se provoca que el agua vaya saliendo poco a poco. También puede hacerse aprovechando la corriente de agua. Pero siempre habrá que utilizar la dosis de energía exacta, ya que si es excesiva el oro acabará saliendo del recipiente y si es escasa el sedimento no se escapará y seguirá camuflando al metal deseado.

Las pepitas de oro se recogerán con cuidado:

Una vez dominada la técnica, los resultados comenzarán a llegar en forma de pequeñas pepitas o pequeñas piedras de oro y cuarzo. En ocasiones, y en determinados lugares muy concretos del planeta, puede verse acompañado incluso de platino. De forma que cuando se observen las pequeñas partículas auríferas en el centro de la batea se recogerán con cuidado y se guardarán en los frascos transparentes.
Cuando se tengan las pequeñas pepitas de oro se tendrá la gran satisfacción de haberlas encontrado, un valor que seguramente será mucho mayor que el valor económico que puedan tener estas pequeñas partículas.

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1 comentario:

  1. Muy interesante, desconocía esta técnica e incluso que había un competición internacional. Gracias

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