jueves, 5 de mayo de 2011
PUERTO DE PAJARES (LA VÍA FÉRREA)
La línea de Asturias ha debido y deberá siempre su fama á las titánicas obras que se han ejecutado para vencer las dificultades colosales del paso de la gran cordillera, á que da nombre el pueblecito de Pajares. En su descenso ocurre lo que en todos los de la gran divisoria del Pirineo Cantábrico, unido por el Mediodía á las elevadas mesetas castellanas por suave declive, y por el Norte á las oceánicas playas por rápidas y espantosas laderas y accidentadísimo suelo.
En el trayecto leonés-asturiano tratase de bajar con la suave pendiente del dos, en su máximum, desde el alto dé Busdongo y boca S. del túnel de La Perruca, á la estación de Puente los Fierros, situada á 768 metros más abajo. La carretera de Pajares, venciendo grandes y peligrosas rampas, salva esa altura con una línea de unos 18 kilómetros. El ferro-carril, en su difícil y admirable trazado, une ambos puntos con una vía de cuarenta y cuatro kilómetros, es decir que el recorrido es dos veces y media más largo. No puede darse el lector una idea de la gran campaña de penosos estudios de campo y de gabinete, de los variados proyectos y del caudal de talento, de actividad y de perseverancia que han sido necesarias, para abrir la gran vía por la que hoy circulan con toda comodidad los viajeros, sin apercibirse apenas de los detalles del terreno por donde pasan. Hay en este trayecto cincuenta y nueve túneles, así es que bien puede decirse, que casi todo él es subterráneo. Sin embargo, en los claros., al mirar hacia el Poniente, no podrán menos los viajeros de admirarse del bonito cuadro que la naturaleza ofrece, en estos profundos valles que forman la estrecha cuenca del Pajares, y de sus diversos afluentes.
En el kilómetro 53,400, después de la estación de Busdongo, la vía empieza á ascender de nuevo, cruza el Bernesga, que queda á la derecha, entre la vía y el pobre y olvidado pueblo, y se sube, volviéndolo á cruzar, hasta el kilómetro 55,200 con una pendiente del 2,03, la máxima y única de este tipo, que hay en toda la línea. Al pié del pico del Moro, y en una pequeña explanadita, donde se encuentran las bonitas y cómodas casas que alzaron el contratista ingeniero señor Regueral, el jefe de sección Sr. Maté y la Compañía para su oficina, se abre la boca del famoso túnel de La Perruca, que salva la divisoria y une á León con Asturias. Tiene 3.085 metros; es el mayor de España, y desde su entrada marcha en pendiente y en línea recta, bajando desde los 1.283 metros a los 1.231, sobre el nivel del mar.
Se empezó á perforar este túnel hace muchos años, con muy pocos elementos, y en tiempo de los señores Miranda y Quevedo se trató de emplear la perforadora Brounton, de discos giratorios, con múltiples cinceles, que debía perforar y pulverizar toda la sección del túnel de una vez, pero cuyo uso se vio que era imposible desde los primeros días, porque al romperse unos cinceles, ante la dureza de la cuarcita, se interrumpía el juego dé los demás y se embrollaba el movimiento. Después, en los avances definitivos, se hizo uso de 1a perforadora Francois-Dubois, semejante á las que se emplearon en el San Gothardo. El avance de galería por cada metro lineal costó unas 300 pesetas. Las aguas que iban apareciendo al abrir la sección completa, se extrajeron con unas ingeniosas bombas ó aspiradores en que se utilizó también el aire comprimido.
El nombre de La Perruca es un término vulgar de la gente del país, que denominó así á un león de piedra que antes había sobre la columna ó mojón divisorio de las dos provincias.
Viene á desembocar este túnel colosal al principio del pintoresco y magnifico Valgrande, una de las terribles hondonadas que se abren al pié de la colosal cordillera.
El viajero al encontrarse en Asturias dentro del tren, no ha sufrido la indescriptible sorpresa que experimentaba el que antes hacía en coche la travesía por el puerto. ¡Quién no ha oído muchas veces el justo elogio de esa maravilla de la naturaleza, que asombra á cuantos al trasponer las casas de lo alto de La Perruca, asoman al pretil de la izquierda de la carretera, y que consiste en el panorama grandioso del relieve de la cordillera extendido de S. á N. Cuando dejando los ruines páramos de la suave subida de Arbás, donde viven en el verano en rústicas chabolas algunos pastores, se acerca uno á la revuelta del puerto, que un sencillo pretil limita y que decoran empinados y cónicos pilares. Se siente el observador atraído hacia el abismo, y pocos se atreven á apoyarse en el pretil para contemplar el cuadro. Este no parece natural, sino pintado en inmenso panorama concebido por algún genio.
La cuenca que tenemos á los pies es la del rio Pajares y en lo hondo de esta primera cordillera están los pueblecitos de Cuevas, San Miguel, Rivera, Pajares, Villar, Flor de Acebo, Posadorio y Llanos de Somerón á lo lejos. Detrás de ésta se esconden las gargantas del nacimiento del Lena y allí están Campo, Riospaso, Telledo y Jomezana; las primeras cumbres calizas que cierran el horizonte al SO. Son las de la sierra de Agüeria y La Tesa que se alzan sobre Tuiza á 2.200 y 2.300 metros sobre el nivel del mar, es decir á 1.000 metros más arriba que La Perruca, y las cordilleras majestuosas de enfrente son el Cordal de los Llanos, la sierra de Telledo, la de Perciles, la de Brañalavera y El Aramo, detrás de las cuales están la cuenca del Quirós, Cienfuegos y Bárzana. A nuestra espalda, al Oriente, se dilatan los altos de Compañones, Cariza, Carrócedo y Ranero, por cuyas estribaciones más bajas, hacia el Pajares y á media ladera, está abierto el paso de la vía férrea.
El túnel de La Pallariega en el kilómetro 60, y bajo el cerro de su nombre y de las Carvas de Monío; es recto y tiene 964 metros de largo, con una pendiente de 0,018. A la salida hay un fuerte barranco por el cual desciende el arroyo de Pajares de las laderas de la derecha, y pasa la vía sobre él por un hermoso puente de hierro, fundado sobre arrogantes pilares. Al lado opuesto está la boca del túnel de El Corollon, en curva, de 318 metros, y apenas se sale de él se penetra en el de Peña-Negra, en curva también y de 298 metros. Al pié del trazado en ese, que forman ambos y de las colinas que atraviesan, está la villa de PAJARES, primer pueblo que se encuentra en la bajada del puerto y que le ha dado nombre. Esta población estuvo colocada sobre el primitivo camino, que atravesaba esta cordillera y debió su nombre á los depósitos de paja y heno que se establecieron en ella para las numerosas caballerías que se empleaban en este difícil tránsito. Tiene 496 habitantes y pertenece al concejo ó ayuntamiento de Lena.
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Magnifica obra, en su momento monumental, pero ahora lleva tanto tiempo su recorrido como de León a Madrid. Esperemos que nos abran pronto la variante. Gracias.
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