viernes, 4 de noviembre de 2011

TIPOS DE SIDRAS


Dentro de la DOP nos encontramos con tres productos utilizados: Sidra Natural Tradicional (necesita escanciado y no está filtrada) y Sidra Natural Nueva Expresión (no necesita escanciado, está filtrada y estabilizada). Sidra Espumosa, cuya característica principal es que su carbónico proviene de la propia fermentación y su sabor es seco.

Sidra Natural (Tradicional)
Características: bebida fermentada de manzana proveniente de las 22 variedades de DOP.
Organolépticamente: Aspecto amarillo pajizo intenso de relativa transparencia, correcto espalme y aguante. Aroma: franco al fruto de su procedencia y limpio. Sabor: intenso y refrescante, soporte ácido y con irrelevantes tonos amargos, cierta astringencia y un levísimo tono dulce.

Sidra Natural (Nueva Expresión)
Características: bebida fermentada de manzana procedente principalmente de 12 de las variedades de DOP. Filtrada antes de su embotellado.
Organolépticamente: Aspecto amarillo alimonado con tonos verdes y dorados. Presencia de micro burbujas, limpia y brillante. Aromas: notas frutales, vegetales y florales. Sabor: Fresco y ligero, sabor ácido y amargo con presencia de carbónico.

Sidra (Espumosa)
Características: Gas endógeno que proviene de la fermentación. Dentro de esta, existen dos métodos de elaboración: fermentación en botella (método tradicional) y fermentación en depósito (método granvas).
La sidra espumosa de fermentación en botella tiene mayores costes de elaboración. Es una sidra artesanal, requiere una dedicación mayor que cualquier otra, ya que cada botella se puede considerar un depósito individual, el conjunto de botellas de la misma cosecha y con el mismo tratamiento, se denomina partida de botellas. También está admitido el método de fermentación en depósito.
Organolépticamente: Es una sidra seca, tipo brut. Color: pálido amarillento con destellos dorados, burbuja fina y constante de lenta evolución que forma marcada corona. Aroma: aromas de carácter frutal en armonía con notas tostadas que sugieren madera. Sabor: producto seco, ligera acidez, y bajo en alcohol, con frescor que perdura.

Desde el año 2004, las sidras con denominación de origen se distinguen de las que no lo son, por estos detalles:
1.La contra etiqueta que concede el Consejo Regulador a los productos calificados.
2.La marca genérica SIDRA DE ASTURIAS, registrada por el Consejo Regulador para uso exclusivo de las sidras con denominación de origen que ampara.
3.Las marcas con Denominación de Origen que registren las empresas elaboradoras, deben ser utilizadas exclusivamente para productos con Denominación de Origen.

El mosto o jugo de manzana tiene una densidad variable, que oscila entre 1.040-1.060 y está constituido por un 75-85% de agua y azúcares, sustancias ácidas (ácido málico, cítrico, etc.), tanino, pectina, nitrógeno, minerales, vitaminas (C, B2, A, D, PP, etc.) y enzimas en disolución.
La graduación alcohólica de la sidra dependerá, en proporción directa, del contenido total de azúcar en el mosto, debido a que durante el proceso de fermentación (proceso de índole química y microbiológica) el azúcar se transforma en alcohol etílico y anhídrido carbónico.

La sidra es una bebida que, en general, tiene un bajo grado alcohólico que oscila entre 4º y 6º y tiene un claro carácter refrescante lo que la hace particularmente deseable en verano y otoño.
Una bebida como la sidra, eleva el tono vital, el tono afectivo y crea euforia corporal. Los procesos cognitivos bajo estas circunstancias mejoran: imaginación, asociación de ideas, empatía, locuacidad, etc.
Cuando la sidra es rica en tanino, su efecto es astringente, es decir, estriñe; de aquí su efecto útil en casos de diarrea. Se la ha recomendado en casos de reumatismo, obesidad e hipertensión (por sus efectos diuréticos en estos dos últimos procesos).
Su consumo moderado ejerce una función protectora del aparato vascular frente a la arteriosclerosis y evita la aparición de cálculos renales. Así se ha comprobado en Inglaterra y Estados Unidos y en estudios epidemiológicos realizados por autores europeos y americanos, que el número de muertes por infarto de miocardio es claramente menor en los bebedores moderados de sidra que en los abstemios. La sidra previene el infarto de miocardio debido a su contenido en pectina.
Además por su acción eupéptica, ayuda a la digestión y corrige el mal aliento en aquellas personas que padecen afecciones gastrointestinales. Para el catarro, sea nasal o bronquial, se utilizaba la sidra porque su riqueza en vitamina A tonifica y fortalece los bronquios, limpiando las vías respiratorias.
Por último también se utilizó la sidra en la medicina popular en el tratamiento de la fiebre palúdica debido a su acción febrífuga. A finales del siglo XIX llegó a prepararse una sidra rica en hierro que tenía propiedades anti anémicas.
La sidra siempre fue considerada entre los asturianos una bebida natural y sana, sin aditivos ni compuestos químicos.

Fuente visitada.
sidradeasturias.es

2 comentarios:

  1. Me quito el sombrero ante tí, Marisa, y ante la Sagrada Botella Verde.

    Jaja, ya sé por qué toi tan sanu, y creo que nunca me va a dar un infarto. Por si acaso, seguiré tomando la "medicina", a ver si en la "farmacia" me echen unos culinos...

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