domingo, 7 de marzo de 2010
EL PLEITO DE LOS DELFINES
Siendo Prelado de oviedo D.Martín Manso, se querellaron los pescadores de algunos puertos manifestando, que los delfines les rompían las redes de pescar, privándoles del sustento necesario.Puso la demanda el Licenciado D. Andrés García de Valdés, cura de Candás;y en su virtud se expidieron censuras que deberían notificarse en alta mar. Hecho el embarque, dispuso el Reverendo Padre maestro Fr.Jacinto de Tineo de la órden de Santo Domingo y catedrático de la Universidad, que el notario leyera en voz alta las censuras, nitificándolas a los delfines, y mandándoles se apartasen de aquellos mares.Desde dicho día no habían vuelto a presentarse en puertos, playas ni costas. (S.XVII)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Es una historia muy interesante, propia de tiempos en que la poca formación del pueblo y el oscurantismo de ciertos estamentos fomentaban la creencia en sucesos fabulosos, o la interpretación de sucesos naturales en clave fantástica.
ResponderEliminarEsta era la forma de mantener y gobernar a los pueblos,que estas historias las creían a "pies juntillas"
ResponderEliminarComo aquella historia de una ermita de Cangas del Narcea, en la que el día del santo aparecían por milagro multitud de florecillas en su interior.
ResponderEliminarEl Padre Feijoó demostró que era un fenómeno natural producido por la germinación espontánea de minúsculos hongos que poblaban las paredes, ornamentos y casullas, los cuales repentinamente salían a la luz por el calor producido por los numerosos concurrentes en un espacio tan reducido.