El corredor o galería abierta con balaustrada torneada en madera, más o menos artísticamente, representa en toda Asturias un elemento muy popular desde el siglo XVIII. Concebido como una derivación sencilla de las solanas de que estaban dotadas las antiguas casonas, el corredor, por su ubicación (siempre con orientación S o E), por su factura y su amplitud de alternativas, cumple una gran variedad de servicios a la vivienda: le facilitará luz y calor cuando no existen cerramientos en él y, por el contrario, será un elemento favorable cuando se convierta total o parcialmente en uno o más espacios como prolongación de la casa.
Desde las postrimerías del siglo pasado, empezó a ser habitual la instalación del retrete en un lateral del corredor, solucionándose de ese modo un viejo problema de higiene que procedía de los tiempos inclementes en que los habitantes de la casa se veían obligados a salir a la intemperie, a cualquier hora del día o de la noche, a fin de cumplimentar sus necesidades
fisiológicas en cualquier rincón del vecino huerto o de la oscura "caleya" y a no desamparar nunca la dispuesta bacinilla de loza, particularmente en caso de enfermedad, debajo de la cama.
La complementariedad de servicios que el corredor presta a la casa aldeana queda sobradamente manifiesta en esta pasajera enumeración que lo convierte en un lugar donde se ponen a asolear las ristras de maíz y donde se airean y maduran otros productos de la cosecha del año como cebollas, ajos y alubias y donde se tiende a secar, resguardada de las frecuentes lluvias, la ropa de la última colada, o donde las mujeres de la casa, cuando la acritud de las faenas del día no las privan de la voluntad de hacerlo, riegan, al venir la noche, los geranios y las siempre vivas que adornan y hacen compañía.
Incluso hasta hace pocos años era frecuente hallar en un rincón de cualquier corredor el destartalado baúl mundo que el "americano" de la casa había traído desde un puerto lejano; viejo baúl que, al abrirse de tarde en tarde, principalmente mostraba en su interior retratos descoloridos, manuscritas escrituras de la casería.
Refiriéndonos a su conformación y sistemas de base, la clase de corredor más corrientes en Asturias podrían clasificarse como de corredor volado, corredor entre muros, cortafuegos y corredor entre dos cuerpos.
"La Voz de Asturias"
Las casas más primitivas, del siglo XVI o anteriores, eran simples bloques con esquinas de sillería, puertas y ventanucos cuadrados. Seguramente por imitación de las casonas señoriales se empezaron a construir viviendas más humildes con corredor, dando a nuestras aldeas el armónico aspecto que aún tienen hoy (a pesar de las salvajadas cometidas en los años sesenta y setenta, cuando se suprimieron muchos corredores "para modernizar" las casas).
ResponderEliminarAyy ese corredor de mi güela con las ristras de maíz colgando...
Hay que conocerlo y vivirlo, para sentirlo.
ResponderEliminarRecuerdo el enorme corredor de la casona donde iba yo de cría ¡¡puff... como crujía!!