viernes, 30 de abril de 2010

LOA A LA SIDRA

El bebedor de sidra asturiano: bebe moderada cantidad, pero en ancho vaso para que sea más
amplia la superficie de evaporación de los productos volátiles de la sidra e impresione más intensamente el sentido olfativo. Acentúa dichas propiedades aromáticas gustando solamente las primicias que aún llevan las burbujas gaseosas formadas al chocar violentamente el fino chorro de sidra sobre la pared del vaso, burbujas de aire y ácido carbónico que al romperse con fino chisporroteo arrastran los aldehidos, ácidos volátiles, alcoholes superiores, que forman los
constituyentes olorosos de la sidra y que además producen una agradable sensación de fina
heterogeneidad en el sentido táctil de la boca. El residuo, ya muerto por la falta de dichas sustancias, es despreciado por el buen bebedor y al tirarlo consigue lavar el vaso, necesidad impuesta por persistir la costumbre, altamente perniciosa y antihigiénica, de emplear un vaso común en vez de individual.
Escrito en 1.943 por el doctor Tuya Rubiera.
El médico lenense, Vital Aza, compendia en jocosos versos todas las propiedades médicas de nuestra bebida emblemática.
...La sidra es panacea:
Bálsamo que el espíritu recrea
y da fuerza y vigor al organismo.
Y conste que esta idea no es mía,
es de un doctor muy afamado.
Me la dio ayer mismo,
bebiendo en un lugar muy retirado,
y comiendo en mi amable compañía
el centollo más grande que allí había.
El buen doctor decía entusiasmado:
yo no he sido jamás un tumulento;
veo en la sidra un gran medicamento.
Esta bebida es tónica, sedante,
febrífuga, diurética y laxante.
No hay agua de Vichy ni de Vitel
comparable a la sidra de tonél;
contra los atascos de la bilis,
en la sidroterapia está el busilis.
Esto dijo el doctor y yo lo apruebo.
Vayan al diablo vinos y licores,
sidra no más a todas horas bebo
y tengo una salud de las mejores.
¡ Y no cambio un copino de manzanas
por todas las bodegas jerezanas!

jueves, 29 de abril de 2010

LOS CORREDORES


El corredor o galería abierta con balaustrada torneada en madera, más o menos artísticamente, representa en toda Asturias un elemento muy popular desde el siglo XVIII. Concebido como una derivación sencilla de las solanas de que estaban dotadas las antiguas casonas, el corredor, por su ubicación (siempre con orientación S o E), por su factura y su amplitud de alternativas, cumple una gran variedad de servicios a la vivienda: le facilitará luz y calor cuando no existen cerramientos en él y, por el contrario, será un elemento favorable cuando se convierta total o parcialmente en uno o más espacios como prolongación de la casa.
Desde las postrimerías del siglo pasado, empezó a ser habitual la instalación del retrete en un lateral del corredor, solucionándose de ese modo un viejo problema de higiene que procedía de los tiempos inclementes en que los habitantes de la casa se veían obligados a salir a la intemperie, a cualquier hora del día o de la noche, a fin de cumplimentar sus necesidades
fisiológicas en cualquier rincón del vecino huerto o de la oscura "caleya" y a no desamparar nunca la dispuesta bacinilla de loza, particularmente en caso de enfermedad, debajo de la cama.
La complementariedad de servicios que el corredor presta a la casa aldeana queda sobradamente manifiesta en esta pasajera enumeración que lo convierte en un lugar donde se ponen a asolear las ristras de maíz y donde se airean y maduran otros productos de la cosecha del año como cebollas, ajos y alubias y donde se tiende a secar, resguardada de las frecuentes lluvias, la ropa de la última colada, o donde las mujeres de la casa, cuando la acritud de las faenas del día no las privan de la voluntad de hacerlo, riegan, al venir la noche, los geranios y las siempre vivas que adornan y hacen compañía.
Incluso hasta hace pocos años era frecuente hallar en un rincón de cualquier corredor el destartalado baúl mundo que el "americano" de la casa había traído desde un puerto lejano; viejo baúl que, al abrirse de tarde en tarde, principalmente mostraba en su interior retratos descoloridos, manuscritas escrituras de la casería.
Refiriéndonos a su conformación y sistemas de base, la clase de corredor más corrientes en Asturias podrían clasificarse como de corredor volado, corredor entre muros, cortafuegos y corredor entre dos cuerpos.
"La Voz de Asturias"

miércoles, 28 de abril de 2010

EL TRANSPORTE DE LAS MADREÑAS


Diego Pumarada de Belerda (Caso) contaba "Venían alleranos a los remates (compra de madera por lotes de bosque) y las tayaban (amoldaban). Así eran más fáciles de transportar porque se aligeraba la mercancía a llevar y la operación era más sencilla, al llevar las madreñas unidas. Todo esto evitaba trabajo ya que en aquél tiempo se tronzaba a hacha. Para no tronzar en el monte, se cuarteaba el tronco con cuñas y se tayaba. Un grupo de madreñas talladas recibía el nombre de "tayón". Recuerdo haber visto tayones de hasta 7 madreñas".
Según un madreñero de Ponga: "Hubo alleranos que trabajaban en Peloñu (zona del Puerto de Ventaniella), dejaban las madreñas a medio acabar, la casa afuracada y las llevaban a Castilla ( se refiere a León). Venían a menudo, pero ahora ya lo dejaron. Canseme de tocar la gaita pa ellos. Aprendí a amoldar madreñas de un casín , que manejaba el hacha con gran destreza. Hacíamos una brenga (grupo de madreñas amoldadas) para transportarlas mejor por longitud y número. Las amoldábamos haciendo una en un sen (sentido) y otra en otro."
Respecto al transporte de las madreñas una vez "despachadas", Benxa dice a propósito de los madreñeros alleranos. "Los madreñeros de Casomera por los veranos contrataban un monte, una mata de hayas u otra clase de árboles en el concejo de Ponga. Allí se instalaban para no regresar hasta el otoño, trabajando en los largos días del verano desde el amanecer hasta que oscurecía. Sus mujeres les llevaban cada 8 días la muda y los víveres, cargando acémilas en las que regresaban al pueblo con la carga de madreñas terminadas, unos 60 pares cada caballería, empaquetados."
Fernando Albella recordaba como iban con caballos, transportando madreñas, para facturarlas en la estación de Pajares antes del amanecer, para eludir la vigilancia del guardabosques, prueba de que se hacían talas no autorizadas. También habló de los montones de "morgazu" (astillas y viruta) que solían verse en los montes, testigos mudos del trabajo furtivo de los madreñeros en pleno bosque.

martes, 27 de abril de 2010

EL AHUMADO O COLOREADO DE LA MADREÑA


Caso: La operación de ahumado, es competencia exclusiva de las mujeres. En la primera etapa se las hace "sudar". Para ello se enciende el fuego contra una "muria" con escobas del puerto secas a las que se van añadiendo escobas verdes que dan un humo espeso. Las madreñas se colocan encima apoyadas sobre un pequeño tronco, que se deja en el suelo, acotando el fuego por el exterior.
Se las cambia de posición sucesivamente para evitar que se quemen, a la vez que se van añadiendo escobas verdes de tamaño pequeño. La madreña recién hecha, todavía húmeda pierde el agua durante el proceso, se seca, abre los poros y adquiere un color tostado oscuro, incluso quemado en los bordes.
En la segunda etapa, que se realiza ya en el portal de la casa, se hace un pequeño hogar con las "llumbres" (yérgolas de abedul) al que se acercan las madreñas, volteándolas mientras el humo se va fijando en la superficie de la madreña, que adquiere un color negro muy intenso y mate. A continuación el madreñero las legra por el interior para limpiarlas y hace con el cuchillo unos motivos muy sencillos. Para concluir, se untan las madreñas con una pelleja de jamón o tocino. La operación dura una media hora por par.
Las "llumbres" (corteza de abedul) se deben "mugar" (arrancar del árbol) en Junio o Julio cuando la madera tiene la savia. Con las que se sacaban, se llenaba un saco que se conservaba de un año para otro , hasta que se "iguaban" las madreñas.
REFERENCIAS DEL AHUMADO ROJIZO
En Lena, Quirós y Teberga, se ahumaban con helechos quedando un color tostado rojizo y ocre muy característico. Se utilizaban helechos recién curados, que daban un color rojizo más vivo que los secos.
Para evitar que se ahumaran por el interior se llenaban con hierba (heno). Luego se nidiaban con un palo para obtener una superficie brillante y se vendían en el mercado
En Valdeón se hacia la operación con escobas verdes. Cuando estaban las madreñas todavía calientes como consecuencia del ahumado, se las untaba con tocino y a veces con ajo para que no se abrieran. En Liébana se hacía lo mismo.

lunes, 26 de abril de 2010

LEYENDAS DE NUBEROS

Algunas leyendas referidas a los Nuberos hablan de ellos como brujos que gobiernan las tempestades. en este caso el primer testimonio el primer testimonio escrito en el que se hace referencia a un tempestiario data de principios del siglo XIII o finales del XII, es el manuscrito

"Narratio de Reliquiis a Ilyerassolyma ovetum usque translatis" donde se habla del traslado de las Santas Reliquias de Jerusalén a Oviedo y de una mujer llamada Aria que fue exorcizada en el templo del Salvador y después bautizada por un tal "Obispo Gunscellus". La tal Aria hablaba después de su vida de pagana, como tempestiaria y de como siete años atrás ella misma había provocado en pleno agosto tal granizada sobre Oviedo que inundó a sus habitantes hasta las rodillas, mientras ella volaba por los aires gobernando la tormenta.

En el Gumio (Boal)los Nubeiros eran una especie de brujos que leían por unos libros de Magia y producían la tormenta a la cual ascendían para dirigirla, la forma que había para conjurarlos era que el cura les arrojase un zapato.

En Grandas de Salime llegaban montados en la propia nube cargada de agua pero tocando las campanas de Vilabolle les obligaban a marchar puesto que aborrecían el sonido del bronce. Huían diciendo "¿Únde descargo os machos que m´arrevientan?", en referencia a las nubes cargadas de granizo. En Pezós varios Nubreiros amenazaron a un paisano con descargar el granizo sobre su tierra y echarle a perder toda la cosecha.En Vilanova de Bual se decía que vivía un Nubreiru muy feo y muy negro, un día fue hasta Serandías en una nube pero en el camino se encontró con otro Nubreiru que ya venía de allí escapando del sonido de La Capielluda ( es decir, la campana de Santa María de Serandías.

En Vigaña Arcellu (Belmonte) llegó un día un Nubeiru montado en su nube, entonces mandaron llamar al cura para expulsarlo, conjurándolo, éste pidió dos ferradas de agua y los cuatro hombres más fuertes del pueblo para que le sujetasen no fuese a tirarlo el temporal. El Nubeiru posó cada uno de sus pies en las ferradas llenas de agua y preguntó donde se descargaba la nube: "¿Aou descargo, que m´arrevientan los machos?". El cura lo conjuró al Gallu Carrizeu y hacia ese pico se dirigió el Nubeiru. Al llegar a un lugar conocido como La Seita apedreó todo el granizo que llevaba de modo que allí nunca volvió a crecer vegetación. En otra ocasión el Nubeiru tuvo que escapar sin descargar su tormenta porque en San Martín de Cezana comenzaron a tocar las campanas llamadas El Chucarón y La Perrucade Cezana. Se decía que el Nubeiru vivía en los montes de León y que una vez le dijo a un rapaz que estaba pastoreando por el monte " Si vas a Tudela pregunta por Xuan Cabrita".

En Cesniye de Turón (Mieres) un día de neblina se acercó al pueblo un Nubiru al que dieron hospedaje en una casa porque había bajado a la tierra y hasta que la neblina no se alzara de nuevo, no podía marchar. También en Turón en el Riquixu, un día cayó un Nubiru, pero se trataba de un hombre barbudo pequeño y oscuro, no de un gigante, una paisana lo tapó bien con una hoja de berza y le dio hospedaje hasta que pudo marchar montado en una nube. Y es que aunque el Nuberu se aparezca a veces como una figura fantasmasgórica de proporciones gigantescas cuando baja a la tierra lo hace como si de un pobre pidiendo limosna se tratase y según se portan con él así actuará en consecuencia con ese pueblo descargando el granizo o la lluvia. En Artidiellu, Lligüeria (Piloña) cuentan que un rayo mató una vaca y con ese rayo cayó el Nuberu a tierra, era un hombre muy feo, barbudo y pequeño de estatura. Se encontró con dos rapacinos que estaban cuidando el ganado. Al principio le tenían miedo pero él les tranquilizó y les dijo que se llamaba Xuan Cabrita, les pidió permiso para pasar la noche en su cabaña, a lo cual accedieron. Repartieron con él la leche y la boroña que tenían. Por la mañana les pidió que hicieran fuego con leña verde y mojada. Al producirse el humo, el Nuberu fue escalando por él hacia las nubes para poder marchar se despidió de ellos y les dijo "Si vais a la ciudá de Brita entrugais por Xuan Cabrita". Pasó el tiempo y uno de aquellos rapacinos se hizo hombre y un día embarcó pero el barco naufragó y agarrándose a un pedazo de madera llegó como pudo a tierra. Estuvo mucho tiempo viviendo de la caridad en tierras desconocidas hasta que llegó a un pueblo que se llamaba Brita, se acordó entonces de la despedida del Nuberu y preguntó cual era la casa de Xuan Cabrita. Al picar a la puerta le abrió la mujer del Nuberu que le dijo que su esposo no podía recibirle puesto que estaba de viaje y llegaría tarde. Le hizo pasar y le encerró en un cuarto muy oscuro lleno de humo. Cuando el Nuberu llegó de noche, le dijo que olía a "cristianuzu" pero su mujer le dijo que era un hombre de Lligüeria que le había conocido en la Canga Xuangayu. Entonces dijo Xuan Cabrita: "Coimes, esi home entós, ye amigu míu, non a esi nun se mata non". Sentó al rapaz a cenar con él a la mesa y estuvieron hablando de muchas cosas, al preguntarle por su tierra le contó que precisamente venía de Lligüeria de descargar una nube de granizo y que la esposa del rapaz se iba a casar nuevamente porque allí pensaban que había muerto y todo el pueblo pensaba que ella era viuda. El rapaz se preocupó mucho porque no podía impedir la boda puesto que se encontraba a km. de distancia pero Xuan Cabrita le tranquilizó. Prometió llevarlo volando subido sobre él por los aires. Le dio un pincho y le dijo le fuera espoleando con él diciendole "Arre demoniu, arre demoniu" pero no se le ocurriera nombrar ni a Dios ni a los Santos porque entonces lo arrojaba al suelo. Volando por los aires llegaron inmediatamente a Lligüeria, ya era de mañana, y justo pudieron divisar el momento antes de entrar en la iglesia para realizar la boda. En ese momento al rapaz se le escapó decir: "Ay Dios ya veo el mío pueblu". En ese preciso instante el Nuberu pegó tal sacudida que le descabalgó arrojándole al vacío, a pesar de todo tuvo suerte y consiguió quedarse enganchado en un árbol próximo a la iglesia por lo que tan solo sufrió arañazos y consiguió impedir la boda de su mujer. Aurelio de Llano recoge variantes de esta historia en la Mayada de Merguyines en el Puertu´l Sueve y en Taxa (Teberga).
(Alberto Alvarez Peña)

sábado, 24 de abril de 2010

EL MERENDERO VENECIA VERIÑA


El merendero Venecia se encontraba en la orilla gijonesa del río Aboño, a pocos metros del puente que unía los concejos de Carreño y Gijón, en lo que ahora es la carretera AS19. En los años 20 del siglo pasado el merendero era regentado por la popular Nemésia Muñiz. En esa época contaba con una barcaza de paseo que; aunque ahora nos parezca increíble, partía del merendero para realizar paseos por la ría de Aboño. En Aquella época los ríos Aboño y Pinzales no estaban tan presionados por la actividad urbana e industrial de Gijón; por lo que contaban con más caudal que en la actualidad.
Desde el merendero también salían barcas más pequeñas e incluso se cuenta que había una góndola como las de la Venecia original. El merendero llegó a ser tan popular que contaba con apeadero propio de ferrocarril.
Pero en la segunda mitad del siglo XX todo comenzó a cambiar en los valles de Aboño y Veriña. Las acerías, las térmicas, y la industria pesada menguaron el río y el lugar ya no resultaba nada agradable para los ciudadanos. El embarcadero y los jardines se perdieron para siempre y en estos días, casi un siglo después, vemos como caen las últimas ruinas del gran edificio del merendero Venecia.

Sacado de Asturias verde en internet

EL RÍO ABOÑO


La vega formada por el río Aboño, que según Jovellanos en sus “Diarios” pudo ser el estuarium mágnum que cita Pomponio Mela, en época romana penetraba por el interior hasta la parroquia gijonesa de San Andrés de los Tacones, donde existían amarraderos para las embarcaciones, siendo navegable hasta el siglo XVIII. En su desembocadura existió en la Edad Media un monasterio dedicado a San Juan, que albergó hasta mediados del citado siglo XVIII la inscripción dedicada al emperador Augusto y considerada una de las Aras Sextianas.Durante siglos se practicó una gran actividad pesquera, tanto de especies fluviales como marítimas, que llegó hasta fechas recientes. Hasta la construcción del puente de Entrepeñas de Veriña en el último cuarto del siglo XIX, el río se atravesaba por medio de la llamada barca de Aboño, pasaje que resultaba bastante dificultoso en pleamar, cuyos derechos, mediante contratos de arrendamiento, correspondían en un principio a los Señores de la Casa de Carrió, así, en el año 1752 la barca era propia de Doña Gaspara de Argüelles, y Por su parte, el Gremio de Mar candasín, como concesionario oficial de dicho servicio, tenía la obligación de velar por la seguridad y buen estado de la embarcación que realizaba el pasaje, y si fuese necesario, construir otra nueva en sustitución de la vieja. Así, con fecha 25 de febrero de 1861 remataba en el carpintero Rafael Artime, vecino de Luanco, la construcción de una barca nueva para el río de Aboño, cuyas características eran las siguientes: eslora 22 pies, manga 7,5 pies y puntal 23 pulgadas. La cantidad acordada por el trabajo alcanzaba los 1.950 reales, de los que se anticiparían al constructor 800 reales, que estaba obligado a entregar la nueva barca dentro de tres meses en la ría de Aboño, y a reparar la vieja si fuese necesario. Este tipo de tráficos de barcas de pasaje, gozarían de exenciones. Por su parte, el Gremio de Mar candasín, como concesionario oficial de dicho servicio, tenía la obligación de velar por la seguridad y buen estado de la embarcación que realizaba el pasaje, y si fuese necesario, construir otra nueva en sustitución de la vieja. Así, con fecha 25 de febrero de 1861 remataba en el carpintero Rafael Artime, vecino de Luanco, la construcción de una barca nueva para el río de Aboño, cuyas características eran las siguientes: eslora 22 pies, manga 7,5 pies y puntal 23 pulgadas. La cantidad acordada por el trabajo alcanzaba los 1.950 reales, de los que se anticiparían al constructor 800 reales, que estaba obligado a entregar la nueva barca dentro de tres meses en la ría de Aboño, y a reparar la vieja si fuese necesario. Este tipo de tráficos de barcas de pasaje, gozarían de exenciones de impuestos y gravámenes hasta el año 1863.

viernes, 23 de abril de 2010

LA MANZANA SIDRERA




Desde las primeras pomaradas la manzana siempre tuvo en Asturias excelentes valedores, la mayoría gentes de iglesia, empezando por las bendiciones de los monjes Benitos y a la cabeza de ellos el abad Fromistano, el de San Vicente del Oviedo fundacional. Hablamos del siglo VIII.
Bendiciones de las monjas de San Bartolomé de Nava, que tenían expléndidos manzanares por Colunga y Villaviciosa, logrados mediante donaciones y contratos de "manpostura".
Bendiciones de ilustres clérigos y reconocidos vates, como Bruno Fernández Cepeda y Ángel García Peláez, "Ángel de la Moría". Del historiador y jesuita Luis Alfonso de Carballo. Bendiciones y explicaciones del benemérito párroco de Amandi (Villaviciosa) que durante 33 años- desde 1.769 a 1.802 - dio a conocer todos sus conocimientos y experiencias sobre el cultivo de la manzana y la elaboración de la sidra: pertenecieron ellos a la iglesia asturiana.
Sin una buena manzana no hay una buena sidra, y para que la sidra natural asturiana sea la mejor tiene que estar hecha de manzana de Asturias. De modo que cuando los años pares
-de mala añada- la cosecha queda reducida a exiguas cantidades y hay que importarla, la sidra resultante ya no es "naturalmente" asturiana. Aquí empieza la polémica con la denominación de origen. Lo ideal sería que Asturias diese la manzana necesaria, y esto tal vez ocurra cuando a
oriente y a occidente de la región tengamos vigorosas pomaradas.
LA MANZANA Y EL QUESO DE CABRALES
Tiene la manzana un compañero inmejorable en el queso de Cabrales. Este queso - al igual que el Gamoneo - según la inmemorial tradición recogida de los Picos de Europa, debe hacerse con tres tipos de leche: de cabra, de vaca y de oveja. De la misma manera que la sidra natural debe de hacerse con tres tipos de manzana: dulce,ácida y amarga.
Otra vez la muleta de la premiología: MANZANA Y QUESU SABEN A BESU.
Elviro Martínez
Modesto González Cobas

jueves, 22 de abril de 2010

LA ARTESANÍA DE LA MADERA

( La artesanía de la madera siempre fue una fuente de ingresos, en Caso todavía en 1.956 no menos de 300 familias dependían exclusivamente o casi por completo de la fabricación de
"madreñes". La materia prima para su fabricación la obtenían "fraudulentamente" del monte, siendo las maderas más apreciadas para ello las de nogal, abedul y haya. "La rapidez que estos hombres han adquirido les permite derribar un haya de medianas dimensiones en muy pocos minutos y sacar de ella una o dos pequeñas rollas, de la parte que es más apropiada para obtener las madreñas. También en muy escaso tiempo realizan un tallado grosero y un principio de vaciado, con lo cual aligeran considerablemente las piezas y las dejan en condiciones de ser transportadas con facilidad a las cabañas para su posterior acabado. El conocimiento que tienen del terreno, unido a un sistema establecido entre ellos para avisarse en caso de alarma y a la vigilancia que establecen a cerca de todos los movimientos del guarda de la zona, les ha permitido venir operando de esta forma desde hace muchos años.)
(La organización Agraria de la Montaña Central Asturiana)"Premio Juan Uría Riu-1.988"

miércoles, 21 de abril de 2010

LOS PESCADORES Y LAS PESQUERÍAS


La industria pesquera con su anejo de escabeches y salazones tenía una gran importancia en el litoral astur. También desde el alto medievo hay referencias a ella en documentos tan antiguos como el ya recordado Fuero de León del año 1.020. De las especies que se capturaban hay noticias documentales. En el conocido "Arancel" ordenado por el Alcalde mayor de Toledo Gutierre Férnandez, del año 1.355, se mencionan los siguientes peces, que en su gran mayoría procedían del Cantábrico; "Salmones, congrios, besugos, pixotas, albures, sábalos, atún, ballena, congrios secos, cazones, pulpos, mielgas, tollos, morenas, estruchas y pescados menores como cerdas, sabogas, agujas, chopas, y sardinas secas"
También de mediados del siglo XIV, año 1.355 es el "Ordenamiento de los convites del Rey"(Pedro I) en el que figura varias veces mencionado el
"pescado seco", es decir, salpresado, también procedente en gran parte de los litorales del Norte. Sobre la pesca de esos peces se conservan varios documentos, entre ellos, las "Ordenanzas" del Gremio del mar de Luarca, año 1.468, en la que entre otras, se mencionan las siguientes especies: "sardinas, congrio, pixoto, besugos, gotanas, rebocillos, fanecas, langostas, centollos, gibias, farrios, julias, muiles, barbadas, salmonetes, arcios, percebes, panchos,(" e otros mas pexes et animalias"). En la desembocadura del río se nombran los salmones, las truchas,las anguilas y el cuadrúpedo nutria llamado londria el cual se consideraba bocado exquisito.
Tal cantidad y variedad de pescados y crustáceos tenía varias salidas: consumo fresco en los mismos puertos y poblaciones vecinas; envío "fresco" en invierno a ciudades del interior embalado con paja y nieve en grandes serones a lomo de recuas; en conservas que solían ser los salpresados, semejantes a las bacaladas y que se llamaban también "peses palo"; y en escabeche lo solían hacer los mismos arrieros o "traxineros", generalmente maragatos, en los puertos donde compraban la pesca. Allí, ayudados por mujeres del país, freían y escabechaban varias especies de pescado, especialmente los de sangre azul. Este escabeche se guardaba en barriles para llevarlo al interior.
La salazón solía hacerse en pilos, esto es, compartimientos de fábrica de uno a tres metros cúbicos de capacidad en los que el pescado, previamente eviscerado y descabezado se mezclaba con sal. Así permanecía algún tiempo tras haberlo aplastado con unas prensas para que soltase toda la salmuera.
Tampoco las artes de pesca sufrieron modificaciones fundamentales. Los que describe Sañez Reguart en su "Diccionario" a fines del siglo XVIII, son muy parecidos a los que constan en las Ordenanzas gremiales de Luarca a mediados del siglo XV, tanto las de "pincho" (anzuelo) como las de red. Los anzuelos se fabricaban por ferreros locales, las de red fueron mejorando su calidad y tamaño. Se pescaba "al pincho" con anzuelo y sedal, esto es "a pulso" y se usaban artes que contenían muchos anzuelos y se tendían en el fondo, principalmente para la pesca del congrio: éstos eran los palangres; los espineles, también con numerosos anzuelos que quedaban flotando entre aguas, eran apropiados para el besugo. Entre las artes de red se utilizaban mucho el emballo, el avareque, tarrafa y otros, llamados de deriva y también pequeñas traiñas y artes de cerco.
En el siglo XIX las embarcaciones asturianas de pesca eran fundamentalmente de tres tipos: la lancha bonitera, normalmente de diez a catorce metros de eslora, muy manguda (ancha) y rasa de puntal (altura); todas sin cubierta o a lo más con media cubierta corrida; se propulsaban a remo y a vela, con dos velas al tercio o latinas, en palos de quita y pon; para el mal tiempo se usaba una pequeña vela a popa llamada la "unción", pues sólo se largaba en casos de muy mal tiempo para ayudar al gobierno. Se empleaban estas embarcaciones principalmente en la pesca del bonito y merluza de altura; iban tripuladas por doce o catorce hombres.


(Asturias y la mar) Jesús Evaristo Casariego.

domingo, 18 de abril de 2010

LOS QUESOS ASTURIANOS






















Existen testimonios de que el ámbito rural asturiano tuvo en otros tiempos abundante actividad en la fabricación artesanal de quesos. El tributo de diezmos, rentas y otras exacciones documentan en numerosos casos la evidencia de tal elaboración doméstica, que estaba favorecida por el exceso de producción lechera, el queso artesano obtenido mediante el tratamiento característico de cada localidad, se convertía, con la mantequilla, en el medio de pago más frecuente.


EL QUESO DE CABRALES
La característica de principal de la elaboración del queso de Cabrales consiste en la conjunción de tres tipos de leche: de vaca, de oveja y de cabra. La leche a de corresponder a dos ordeños
(el de la mañana y el de la noche). Arturo Martín, escribe al respecto del queso de Cabrales: "Se pone poca cantidad de cuajo para que el proceso tenga lugar lentamente y la leche se mantiene en la cocina con el fin de que se conserve a una temperatura templada. Cuando la cuajada se ha formado, por lo regular a la mañana siguiente, se rompe con un cucharón y se deja reposar una hora más. El suero se extrae del recipiente con el cucharón hasta donde es posible. Luego, la pasta desuerada se pasa a moldes cilíndricos. No se prensa, ni siquiera ligeramente; el molde se llena por encima, incluso, de su cabida, coronándolo con un cono inestable de cuajada. Al cabo de unas horas, gracias a la salida del suero y a la presión inducida por su propio peso, la cuajada va adecuándose a la forma del molde. Éste, con su contenido, se mantiene sobre tablas de madera en la cocina, para que el calor ayude a secar el producto. Son precisos unos días, depués de los cuales el queso tendrá solidez suficiente para desmoldarlo. Viene luego el salado, que se hace espolvoreando sal gruesa en una cara; pasados uno o dos días, se invierte el queso y se sala la otra cara. Con ello, el producto está listo para comenzar su maduración."
El proceso de maduración del queso, que exige un período mínimo de dos meses, se lleva a cabo en las cuevas que los campesinos han dispuesto a tal fin en las estribaciones de los Picos de Europa. Durante el transcurso del curado, los quesos son amenudo atendidos por el artesano, que cambia la disposición de las piezas con objeto de que sazone cada una de las caras. Por último, los quesos se cubren con hojas de arce humedecidas. El producto final suele alcanzar un peso que oscila entre los dos y los cinco kilos.

EL QUESO CASÍN
Uno de los más antiguamente documentados y de elaboración compleja y prolongada, el queso Casín, procedente exclusivamente de leche de vaca, es muy graso.
En el concejo de Caso. La fermentación del queso, que pasa a reposar en lugar adecuado, dura unos dos meses. Este producto es de color amarillo cremoso, carece de corteza y su masa es relativamente dura; el sabor es fuerte y picante.

EL QUESO DE AFUEGA´L PITU

Uno de los más conocidos, después del de Cabrales, el queso de afuega´l pitu es muy popular fuera de los límites del Principado. Aunque no fuerte, si se trata de un queso pastoso. Se da en dos tipos: el rojo con pimentón elaborado en los municipios de Morcín y de Riosa, en la sierra del Aramo; y el blanco, de los municipios de Morcín, Salas, Grado, Pravia y Yermes y Tameza. Ambos de irregulares proporciones debido al paño que los envuelve para luego ser colgados a fin de que escurra el suero.
El queso se elabora totalmente a partir de leche de vaca, que se calienta a unos 25 o 30 grados para acontinuación añadir el cuajo. El período de maduración del queso no es muy prolongado: basta una semana para que el producto adquiera la consistencia blanda, el sabor suave, aunque levemente ácido, que es una de sus características.

QUESO DE LAS PEÑAMELLERAS
En la Peñamellera que linda con la sierra de Cuera nos encontramos con un queso elaborado en casas particulares. Es de forma cilíndrica y de poca altura, con sabor suave. En la Peñamellera Baja, limítrofe con Cantabria, se hacen tres tipos de quesos: el primero de ellos es muy parecido al de Peñamellera Alta. Por el contrario, es diferente el que se elabora en Panes; más compacto y de mayor tamaño. La leche utilizada es de vaca, aunque también hay artesanos que mezclan la leche de cabra y de oveja, lo que proporcionará un producto de sabor más marcado.
Las piezas obtenidas son de pequeño tamaño: generalmente tienen unos 10 centímetros de diámetro y una altura de tres, aproximadamente.

EL QUESO DE GAMONEDO
La elaboración del queso de Gamonedo se hace en la aldea de este nombre perteneciente al municipio de Cangas de Onís, así como en algunos lugares del concejo de Onís. El producto guarda alguna analogía con el de Cabrales. En la elaboración de este queso entran la leche de vaca, de oveja y de cabra cuajadas con "cuayu" natural, y cuya masa se coloca en un molde de madera llamado "arniu", en el que se prensa ligeramente. El ahumado , durante 10 días, y el posterior curado de estos quesos de gran tamaño, superior a loa 5 kilos dan a este queso un sabor peculiar y sumamente apreciado.

QUESO DE LOS BEYOS
La comarca natural de Los Beyos, también conocida como Garganta o Desfiladero del Sella, corresponde a una sección de este río comprendida entre entre los límites del municipio asturiano de Amieva y el término leonés de Oseja de Sajambre. Los llamados Beyos de Ponga, a 20 kilometros de Cangas de Onís, constituyen un espacio más reducido, dentro del desfiladero. Viego es la parroquia más poblada de las que componen Los Beyos.
El queso que se elabora en esta zona es indistintamente de vaca, de cabra o de oveja. Nunca se mezclan las leches de especies diferentes.
De cualquier modo, el secreto de este queso radica en la calidad de la leche, en el ligero ahumado sobre el "llar"y en su maduración, que oscila entre quince días y tres meses. El resultado final consistirá en un queso de color amarillo, cremoso y ligeramente fuerte.

QUESO DE URBIÉS
Integrada en la parroquia de Santa María, la aldea de Urbiés está situada a una distancia de 12 kilometros de Mieres. Requiere casi nueve meses de maduración, es de consistencia pastosa y sus características requieren presentarlo en tarrinas de barro. Muy estimado por su rareza, es de sabor muy fuerte y picante al extremo. Se elabora con leche de ganado de raza alpina, a la que no se le añade ni cuajo ni fermento.
QUESO DE GENESTOSO
La técnica de adaptación a nuestro ámbito de las características de este queso se deriva de la influencia ejercida por la penetración periódica de los pastores trashumantes-extremeños y manchegos- en nuestras tierras, de sabor fuerte y ligeramente ácido. Las piezas que se llevan al mercado tienen una forma estrecha en su mitad, a causa del envolvente de esparto con que se atan fuertemente para que escurra el suero. Además presentan unos dibujos característicos marcados por el molde utilizado.

OTROS QUESOS
Un grupo de quesos artesanales de cierta importancia corresponde al concejo de Llanes. Así, en Vidiago y en Injiestu se elavora un queso de leche de vaca<, en Porrúa, Parres y Piedra aprovechan la leche de oveja para fabricar un tipo de queso que generalmente se consume fresco, es decir sin someterlo al proceso de maduración. En los pueblos de Caldueñin y el Mazucu sí suelen madurar el producto durante un mes, aproximadamente.
En La Peral ( concejo de Illas ) se elabora un queso que guarda cierto parecido con el Roquefort francés.
En Grandas de Salime se fabrica un queso llamado "de Los Oscos" y la razón del nombre popular que recibe el queso se debe a que en otro tiempo existió en el extremo occidental asturiano (zona del alto Navia y de Los Oscos) un queso artesanal cuya elaboración se abandonó hace muchos años.
En Quirós se hace el "queso de Bota", de sabor picante y amargo. El "de fuente" (Proaza) es fermentado y madurado con aguardiente a fin de obtener de él más untuosidad. El denominado de La Peña (San Martín del Rey Aurelio). Del occidente de la región es un queso llamado del Valle del Narcea, hay otro llamado Abredo, que toma el nombre de la localidad del concejo de Coaña donde se elavora, en el valle del Ese (Valdés) se hace un tipo de queso semiindustrial denominado Queisu o Valdesano suave y de textura ligeramente mantecosa; el de Madelva (Piloña) del grupo de los azules, es un queso que se vende envuelto en papel de aluminio de diferente color dependiendo del tiempo de maduración: dorado (120 días) y plata (70 días).
Otro queso más es el Carballo, de sabor lechoso y ligeramente picante, que han recuperado algunos vecinos de Vega de Llan, en el concejo de Taramundi.
(La Voz de Avilés) "El queso artesanal"

viernes, 16 de abril de 2010

EMIGRACION ASTURIANA

La emigración asturiana a ultramar según el informe de Fermín Canella (1.881)

(...) Nuestras emigraciones al extranjero son muy limitadas y variables, y las que se verifican frecuentemente son a las antiguas colonias, hoy Repúblicas de América. En varios concejos del Oriente, con especialidad en Llanes, Peñamellera, Ribadedeva, Rivadesella, Cabrales y Cudillero

en Occidente , hay preferencia por los Estados de Méjico, donde algúnos antiguos asturianos, capitalistas importantes, han acomodado a varios paisanos convecinos y éstos a otros parientes; del Occidente y, otros concejos del Centro, hay predilección por las Repúblicas Argentina, Uruguay, Chile y Perú.

(...) Por lo que toca a la pedida clasificación de sexos y edades puede, sí, afirmarse, que todos o casi todos los emigrantes son varones, generalmente jóvenes, antes de cumplir los 20 años de edad; hijos en su mayor parte, de labradores, siendo excepciones muy contadas los asturianos que allí van a ejercer profesiones liberales. Unos y otros se dirigen a Méjico, Puebla de los Angeles, Buenos Aires, Montevideo, y algunos al Callao, Lima y Valparaíso, todas ciudades importantes en donde los contados emigrantes se destinan generalmente al comercio y son menos los que en el interior se dedican a la agricultura.

Por lo que toca a la época de la emigración diremos: que generalmente, desde los puertos de Gijón y Aviés se ausentaban y ausentan en los meses de otoño y primeros de invierno.

(Fermín Canella Secades-Estudios Asturianos Oviedo-)

"La aventura de emprender viaje a ultramar no solo necesitaba de deseo, voluntad, motivaciones diversas: económicas, políticas, militares, etc. En primer lugar era necesario disponer de los medios necesarios para afrontar los gastos del viaje que se iniciaba en los puertos de Gijón, Santander, Vigo...en barcos de diversas compañías en su mayor parte extranjeras. Los precios de los pasajes a La Habana en 1.885 rondaban las 180 pts en tercera. Para hacerse una idea de lo que suponía esto en coste real en aquella época.

"La inmensa mayoría de los trabajadores de oficio ganan 3 pts cuando hay jornal, pero en muchos casos como los canteros, los albañiles, los carpinteros y otros calculan que sea por mal tiempo, sea por escasez de trabajo pierden dos meses al año (53 días) quedando como productivos 237, descontados domingos y fiestas.

Tienen por lo tanto un haber de 711 pts, lo cual reduce el jornal efectivo a 1,95 pts, pero de esto hay que pagar cuando menos 12 pts de casa al mes y descontar por lo tanto 144 al año, restando para comer, vestir y demás gastos 567 pts al año, lo que supone al día 1,55."


Antonio L. Oliveros (Director del Noroeste)

QUE TE FAIGAS RICU

. ¡QUE TE FAIGAS RICU!

Majestuosamente
D’un puertu con niebla,
Desatraca un barcu
De porte y presencia.
Cruxe un calabrote.
Pita la sirena.
Voces en el puente.
Muncha xente en tierra.

(-¡Adiós!, fíu del alma.
-¡Adíos!, madre bona.
-¡Que te faigas ricu!
-¡La Virxen la oiga!
-¡Que Dios t’acompañe!
-¡A osté que tá sola!)

…………………………….

Gaviotes lu escolten
Hasta juera el puertu.
Déxenlu allá lexos.
Dicen-i hasta lluegu.
Entovía vense
Los blancos pañuelos;
Palombines blanques
Que lleven consuelos
Y porten p’el aire
Los últimos besos.


El sol v’acostase
Y dexa a un lluceru
Que custodie al barcu
En el so cruceru.
La postrer gaviota
Pierdese ‘nel vuelu.

Ya en sombres el barcu
Quédase en silenciu.
En mediu la noche,
Una voz entona
Amorosamente
Añorante copla.
Les máquines chirríen;
El vapor resopla.

………………..

Y allá, baxu el cielo,
Un neñu na proa,
Cara a les estrelles,
Reza,
Suaña,
Y llora.

(M.C.)

LO MAS ULTIMO SOBRE GAUZON



Antes de que el reino de Asturias alcanzase su máximo esplendor ya existían grupos de poder en este territorio. Esa es la principal conclusión que se desprende del hallazgo que han realizado los arqueólogos directores de las excavaciones en El Peñón de Raíces. Iván Muñiz y Alejandro García hicieron ayer públicos los resultados de un análisis que revelan la datación de una fortificación atribuida a un grupo de poder en ese emplazamiento que ya existía antes de que Alfonso II y Alfonso III impulsaran el reino de Asturias.

Durante la campaña de excavaciones llevada a cabo en la primavera de 2007, los dos arqueólogos encontraron una serie de carbones correspondientes a los restos de un incendio que se había producido en una estancia de El Peñón de carácter aristocrático. Tras realizar las pruebas del carbono 14 llegó la sorpresa. «Pudimos rescatar una zanja de cimentación de la fortificación donde encontramos los carbones. Datan de mediados del siglo VII. Esto nos hace plantearnos que antes del reino de Asturias había grupos de poder capaces de levantar una edificación aristocrática», explicó Iván Muñiz.

Hasta que no se retomen las excavaciones no se podrán sacar conclusiones sobre si el resto de la fortificación es de la misma época o si, en cambio, se edificó sobre una estructura ya existente. «Nos estamos metiendo en fechas muy tempranas y encontramos elementos de juicio que debemos empezar a valorar».

Noticia del Comerciodigital ( Avilés)

miércoles, 14 de abril de 2010

LOS ENSERES DOMÉSTICOS



Para el campesino asturiano, el ajuar o menaje solía limitarse a la disponibilidad de los enseres elementales cuyo uso era imprescindible para cubrir las necesidades de la vida cotidiana. Un recipiente indispensable en la cocina asturiana era la masera, especie de artesa con cubierta, a modo de arca y casi siempre de forma rectangular, que se utiliza para amasar el pan y para guardarlo.
El "arrude" o "arrodu" era un tronco o vara tosca con ramificaciones recortadas, hundido en el suelo y que servía para colgar ollas, jarros y pucheros. Aunque no muy generalizado y en desuso,
solían verse arrudes en las cocinas de algunos municipios de la zona central del Principado (Villaviciosa, Cabranes, Sariego...)
La "ferrada" (herrada) es una especie de cubo, más ancho por la base que por la boca, compuesto de varias piezas de madera, unidas y sujetas por aros de hierro y cobre y asas de uno de esos metales. De uso muy frecuente para el transporte de agua desde la fuente de la aldea hasta la vivienda, iba siempre acompañado de un cazo o cangilón con el se extraía el agua; su capacidad regular oscilaba entre 8 y 12 litros.
El escaño ("escañu", "esquenu", "escanu" o "escano") es un banco con respaldo y brazos, y capaz de que en él se sienten tres, cuatro o más personas. Con una longitud aproximada de 2,5 m. en otro tiempo se arrimaba a la pared del salón principal, hasta relegarse a la cocina. Este banco de madera, que gozó de gran popularidad en las casas asturianas, por lo común tenía adosada una tabla levadiza que era utilizada solamente a la hora de comer.
La "llábana" es una pequeña losa natural, tersa y resbaladiza, comúnmente , por efecto de la acción de las aguas que la baten en los ríos o en sus orillas. Se colocaba encima de las "trébades" (trébede) para cocer la torta de maíz, derretir el tocino, asar torreznos o calentar otro alimento.
Para poner las vasijas al fuego del hogar ("llar") se empleaban las "trébades", un aro con tres pies, y frecuentemente con un asidero largo.
Una tabla adosada a la pared-aveces la misma pared- y de la que sobresalen unos garfios en que se cuelgan carnes, aves y utensilios de cocina, como cazos, sartenes,etc, es la espetera. Aunque desempeña una función a la del "arrude", el vasar o la escudillera, la espetera era utilizada especialmente en algunas zonas para colgar los cucharones, los cangilones y los utensilios trinchantes y punzantes. En su parte superior disponía de una palomilla donde se colocaba la "cacía" o vajilla ordinaria.
Instalada en un rincón de la cocina, al lado del "llar", aunque su estructura suele acusarse en el exterior de las casas campesinas, está la "forna" (también "fornu") para cocer el pan o la borona. Revestida en su interior de trozos de piedra, de teja o de ladrillo, después de caldear la "forna" con leña de roble hasta dejar al rojo vivo, se vaciaba de ascuas y se ponía a cocer el pan o la borona. A continuación se cerraba herméticamente la forna con una tapa de madera que en unas zonas de Asturias se llamaba "tayu" y en otras "tabara", y las ranuras del cierre se untaban con boñiga a fin de que el calor quedara reconcentrado y no pudiera escapar al exterior.
Una piedra horizontal se colocaba a modo de visera sobre la boca de la forna; tal piedra, llamada chispera, impedía que saltaran chispas a la persona que manipulaba la faena .
En la cocina se disponía también un artefacto, la "cuña", que recibe otros nombres de acuerdo con la zona de la región en que se use; así, se denomina "sardera", "sardu", "xardu", "zardu", "ciebu", "cebo"... Consiste la cuña en una especie de zarzo, tejido de varas (frecuentemente de avellano), cañas, minbres o juncos que se coloca sobre el "llar" a fin de extender sobre su superficie para secar o tostar las castañas, las nueces, las avellanas y otros frutos de la cosecha del año, e incluso el embutido de la matanza o "samartín".


martes, 13 de abril de 2010

EL CASTILLO DE GAUZÓN

No puede precisarse en absoluto cual fuera la situación del famoso castillo de Gauzón; las crónicas antiguas solo dicen estaba situada esta histórica fortaleza sobre peñas, a orillas del mar entre Oviedo y Gijón, sin determinar otra cosa, lo que ha dado lugar a multitud de conjeturas; unos lo colocan en el cabo Peñas, otros más inmediato a Avilés, y muchos en la feligresía de Perlora, en el paraje llamado Perán, sobre unas rocas que avanzan en el mar, se ven las ruinas de un gran castillo o palacio, con una capilla inmediata dedicada a San Pedro, y muchos vestigios de antiguos edificios a su alrededor; fuera éste u otro el paraje de su primitiva fundación, es lo cierto que su erección fue originada por el deseo de proteger a Gijón y otras poblaciones de la costa.


Edificó este famoso castillo en el año 884 Alfonso III, sobre altas peñas y a orillas del mar, además de la fortaleza y defensa contra piratas, era palacio de recreo, y Sitio Real en que Alfonso residía ordinariamente. Notable era este Alcázar por su magnificencia, y dentro de su recinto levantó una suntuosa galería dedicada al Salvador (como la Catedral de Oviedo) que fue consagrada por tres obispos, Sisenando de Iria-Flavia, Nausto de Coimbra, y Recaredo de Lugo. Deseando el rey ofrecer una rica presea a la basilica ovetense, y consagrar al mismo tiempo un recuerdo al valeroso Pelayo, hizo cubrir de oro y piedras preciosas la tosca cruz de madera de roble que servía de enseña a aquel piadoso príncipe y que desde el reinado de Favila se custodiaba en la iglesia de Santa Cruz de Cangas.


La operación de engastar la cruz se hizo en el castillo de Gauzón , como indican las inscripciones que en ella se leen.

Desde ésta época adoptó Alfonso III por divisa de guerra la figura de esta cruz llamada de la Victoria, que hoy ostenta en su escudo el Principado de Asturias y el concejo de Gozón con esta leyenda


Gozó de supremo don

De que siempre habrá memoria

Pues la Cruz de la Victoria

Se labró dentro Gauzón.


En 905 fue donado el castillo de Gauzón con todos sus términos a la Catedral de Oviedo; pero a pesar de esto continuó D. Alfonso residiendo en el, y cuando se revelaron sus ingratos hijos hubo de hacer uso el rey de su victoriosa espada, para castigarlos, siendo el infante primogénito D. García, encerrado dentro de sus fuertes muros.

Al castillo de Gauzón se refugió en tiempos de Alfonso VII un rico-hombre muy poderoso llamado Gonzalo Pelaez, declarándose en rebeldia contra el emperador, hasta que fué cercado y rendido por el mismo. En el reinado de D, Pedro el cruel, suena por última vez en la historia el nombre del castillo de Gauzón; pues fué donado por D. Rodrigo Alvarez de las Asturias padre adoptivo de D. Enrique de Trastamara, su poseedor , a este príncipe que más tarde fue rey de Castilla.

lunes, 12 de abril de 2010

LA COCINA ASTURIANA


Es la parte de la casa en que más se convive. En ella está situado el "llar". que puede ser como una chimenea. Cuando carece de ésta, el humo ennegrece las paredes con el hollín y en contrapartida, éste adherido a la madera, la proteje contra los insectos y afianza su durabilidad.
Cuando la vivienda tiene una sola planta, el "llar" se sitúa en el suelo de tierra apisonada y está formado por losas de piedra llamadas "llastrias", "llambrias"o "llábanas", sobre las que se coloca la trébede ("trébades"). Cuando el "llar" tiene chimenea el fuego se coloca en una esquina, sirviéndose de los muros de piedra para el tiro. En la zona occidental, aunque con algunas variantes, a la entrada de la vivienda y separada de una especie de vestíbulo por un tabique de tablas verticales, se halla la cocina, prácticamente ocupada por el "llar"y su entorno.
Está es la versión que da Aurelio de Llano hacia 1.920: "Las cocinas de las aldeas astúricas suelen ser bastante amplias; el llar está colocado a ras del suelo y en el centro de él se enciende la lumbre.
En algunos concejos - entre ellos el de Caravia -, detrás del llar, en el macizo de la pared, existe un hueco parecido a una hornacina; a este hueco le llaman fornica y sirve para guardar en él el rescoldo y la ceniza útil para blanquear la ropa de la colada.
Instalado en la pared hay un pescante que gira sobre el llar; en Oriente se le conoce con el nombre de tórzanu, y en Occidente, con el nombre de guindaste. Del brazo del pescante pende una cadena de hierro que sostiene encima del fuego el pote o la caldera.
A la cadena en la zona Occidental la llaman garmayeira; y en la Oriental calamiyeres. La cocina por lo general, no tiene chimenea; el humo se esparce por la habitación ennegreciendo las paredes. En el mismo plano que el desván y sobre el llar, hay una especie de artesa construida con varas entretejidas; a la cual denominan cuña, en Oriente; zardu, y ciebu, en Occidente. Y en ella ponen castañas y nueces para que curen al humo.
De una de las paredes de la cocina cuelgan las herradas, las calderas de cobre, chocolateras, cazos, sartenes, el almirez etc. Al sitio donde colocan este conjunto de utensilios que relucen de limpios, lo llaman espetera.
El horno de cocer el pan y la borona está construido fuera de la habitación, pero su boca la tiene en una de las paredes de la cocina y cerca del llar. En éste, calentado al rojo, suelen "echar la torta"a cocer envolviéndola en hojas de berza, de castaño o de helecho, y la cubren de rescoldo y ceniza, igual que se hacía en tiempos remotos para cocer el pan.
Entre los muebles de la cocina figura la masera y una tina de madera para colar la ropa.
La vida íntima de la familia se reconcentra en la cocina. En las noches de invierno se reune la familia alrededor de la leña que arde sobre el llar. Las personas mayores siéntanse en los escaños y los rapaces en las tayuelas o riestros. Sobre el fuego, pendiente de las calamiyeres está cociendo un pote de castañas para entretenerse comiéndolas durante la velada.
Después de rezar el rosario, a la luz de un candíl, mientras las mujeres hilan, los ancianos narran leyendas mitológicas, cuentos de princesas encantadas, de risa, de miedos y recitan romances.
La casa campesina- La voz de Asturias-

domingo, 11 de abril de 2010

PAN DE ESCANDA

"Molino de Rabil, según grabado de J. Cuevas"

fue alimento de asturianos. Belmonte, Somiedo, Proaza, Quirós y Tameza, entre otros fueron
testigos de la importancia de la escanda.
La escanda es un cereal (al que muchos estudiosos catalogan como "trigo rústico" muy adecuado para su cultivo en terrenos montañosos y más bien pobres, dada la resistencia de esta planta a las dificultades del suelo y a las posibles condiciones climáticas adversas.
Su origen, al igual que otros tipos de trigo, se remonta a tiempos antiquísimos.
El P. Carvallo (siglo XVII ) nos dice que "hállase finalmente en esta provincia todo género de pan, pues se coge en ella trigo escanda, que es el mejor del mundo."
Hay varias clases de escanda y en Asturias se distinguen unas de otras por dos nombres especiales:"fisga" y "povia" (o pavia). El primero corresponde a escandas de buena calidad o variedades ricas; el segundo se aplica a variedades de inferior calidad. Es el propio Jovellanos quien nos cuenta que "la povia o pavia se utiliza para pagar las rentas porque tiene más bulto, aunque menos harina"
La escanda suele (o solía ) sembrarse entre finales de octubre y primeros de diciembre. Después de arada y "rastrada" la tierra, la siembra se hacía a voleo ( hoy se hace en linea ) cuidando que el grano estuviese sin descascarillar, es decir, con su gluma. Al final del invierno era conveniente pasar el "rastru" o la "gradia" para eliminar las malas hierbas; después en la primavera, vendrían las labores de "sallu" y "arriendu", que completarían los cuidados precisos para una buena fructificación. Julio y Agosto, con soles de estío, marcan las fechas de la recolección.
A diferencia del trigo, la escanda no se siega, sino que se "mesoria" (espiga) con los "mesorios" o "mesories", que a modo de pinza deslizante, arrancan las espigas de sus tallos para luego ser depositadas en sus cestos "paxos o macones" o en sacos. Las que quedaban sin arrancar o caían al suelo eran cojidas "apelucando" por la corte de mujeres y niños que acompañaban a los espigadores.
Una vez recogidas las espigas, éstas debían "acorrar" en la panera u hórreo entre 7 y 9 días, para después, proceder a la trilla, "mayada o garrotiada". El grano limpio debía airearse frecuéntemente para eliminar el polvillo que cría, labor que se realizaba cuidadosamente en días de luna menguante, pues era y es creencia popular que la luna llena o la creciente deterioran el grano si se avienta en esos días.


"LA MOLIENDA"
Antiguamente, esta labor, siempre referida a la escanda, tenía lugar en la propia casa del agricultor y casi siempre corría a cargo de las mujeres, realizándola semanal o quincenalmente,
según las necesidades de consumo. La molienda se hacía "a brazo", triturando el grano entre dos muelas de piedra, una fija y otra móvil.
Los molineros, normalmente, no cobraban su trabajo en dinero, sino en especies, que en este caso era la harina. La parte retenida por el molinero, siempre proporcional a la cantidad molida, se llamaba "maquila"
El pan de escanda, o de fisga como siempre se le llamó, gozó de cualidades muy estimables. Tanto, que fue preferido al de centeno, al de trigo y, por supuesto, a la borona.
Fermín Canella nos cuenta en su "libro de Oviedo", como el martes de Campo, fiesta de la Balesquida, los cofrades "almorzaban allí el torrezno, pan de fisga y medio cuartillo de vino de pasado el monte".
Antiguamente, el pan se elaboraba en las propias casas y era labor encargada a las mujeres. Estas amasaban la harina con el "formientu", entre jaculatorias. "A San Froilán, pa que saque buen pan" y "A San Vicente, pa que nos lo aumente", siempre seguido de un padrenuestro.
(La Nueva España)
14 febrero de 1993

sábado, 10 de abril de 2010

EL BANQUETE FÚNEBRE

Era un capitulo obligado en todas las celebraciones funerales de Asturias. Luis de Valdés, que escribe en 1.622, llega a decir en sus meritorias
"Ay costumbre que si se está muriendo uno, están aparejando la comida para los sacerdotes que le an de enterrar. Esta costumbre se introdujo porque los tales sacerdotes bienen de sus casas, algúnas distantes de la del difunto una legua y otras más, y parecía cosa dura que ubiesen de volver a comer a sus casas. Aiuda mucho a esto el mucho y barato sustento, y que al renacer, al pasar de esta vida a la otra, se debe celebrar fiesta con comida. según el grande exceso que en esto se suele hacer, tienen para los mortuorios y fiestas más grandes calderas que harán a dos vacas y más cada una, y de éstas hay muchas en Asturias"...(Versión directa del ms.11457 de la Biblioteca Nacional.)

Un viajero de excepción, el autor anónimo de , escribe en 1.849:

" A todos los concurrentes a la misa de réquien se les da de comer y beber magníficamente, a cada uno según las facultades de la familia del difunto. A los pobres pan y sidra, y tal vez caldo y carne, y además limosna; a los señores una comida todo lo bien servida y suntuosa posible, y refresco. A esta mesa asisten también los clérigos que se hubiesen reunido para las exequias, que a veces suben a setenta u ochenta, y después de los postres, el que hizo de presente entona un responso, al que responden todos los asistentes a este banquete fúnebre. en varias partes, para esta ceremonia, se cierran las ventanas, y se coloca sobre la misma mesa que sirvió de altar de la vida, un crucifijo y dos velas encendidas, para rogar por el eterno descanso del muerto".
por lo que se refiere a las prácticas de los - vaqueiros de alzada - Acevedo y Huelves nos la refiere así: "La comida o banquete fúnebre ha de celebrarse antes del entierro y en la misma cámara donde está el muerto. Antiguamente eran dos los banquetes: uno antes, y en él comían los que habían de acompañar al cadáver y asistir a la misa de réquien y al entierro; y otro después para los que quedaban y para todos los demás que quisieran asistir, tanto brañeros como xaldos y marnuetos, así pobres como ricos, sin distinción alguna." El autor ratifica sus aseveraciones con el testimonio de un sacerdote que fungía por aquellas brañas: "Los vaqueiros que tienen una posición regular, cuando fallece alguno de su familia, matan una vaca o becerra; compran un pellejo de vino, y el mismo día del entierro, en la misma habitación donde está el muerto, dan de comer a los parientes y amigos, precisamente a la misma hora en que ha de llegar el sacerdote para asociar el cadáver, teniendo aquél que retirarse algunas veces para darles tiempo a treminar su comida. Una vez concluida ésta, se reviste el sacerdote con los ornamentos sagrados y entona el responso en la misma casa; y entonces empieza el llanto general de todos los comensales, siendo mal mirado el vaqueiro que en aquellos momentos no derrame alguna lágrima. En lo demás siguen la costumbre general del resto de la parroquia."

Los banquetes funerarios, tan en uso en toda la región, debieron causar serios trastornos económicos a las gentes humildes; así parece decirnos la resolución de la Junta General del Principado de 22 de junio de 1.599 y las del obispo Agustín González Pisador, publicadas en 1.786, que disponen que no se sirva comida a más gente que "los parientes hasta el cuarto grado, excepto si el difunto fuere Caballero o ilustre prosapia". En criterio del obispo, la comida debía reducirse "quando más, a un puchero extraordinario, y un cuartillo de vino al que lo necesitase". Por lo que se refiere a los clérigos, ordenaba nuestro Sínodo que la comida había de celebrarse "en mesa separada y distinta de los seglares, sin que pueda haber comunicación de una a otra, so pena de cuatro ducados al que contraviniere, y diez al cura que lo consintiere en su parroquia".

(Costumbres Asturianas) Elviro Martínez.







viernes, 9 de abril de 2010

PRADERÍAS


La Asturias agrícola distínguese en gran manera por sus praderías naturales; praderías que rinden la preciada cosecha del heno, que una vez cortado por las bien "cabruñadas" guadañas, obedientes al curvo movimiento que, al compás del cuerpo, les imprime la fila de diestros segadores; extendido con presteza por las mujeres y los rapaces, que deshacen los "marallos", para que el sol lo seque; recogido de nuevo por los dientes del "garabato"; amontonado después en panzudos "balagares", cárgase, al fin, en los carros "cantadores" que obstruyen con su mole las tortuosas callejas, para pasar a la "tenada"superpuesta al "corral" o a la gigantesca "vara" erigida en sus inmediaciones. Utilizando el labrador, a su hora, la "pación"sabrosa y fresca para sus reses.

EL CARRU D´ESQUIRPIA














¡Ay, carru d´esquirpia que baxu del horru,
escuendes les penes de vete tan vieyu;
y, bruxu y medranu, abaxes el morru
furtiando la Guaxa que va de corteyu!
¿Fuxeron po´l mieu les xixes aquelles,
que veute tan triste, co´l güeyu tan gachu?
O ¿ye que camientes que vales p´astielles
y temes te fiendan co´l filu del hachu?
¡Son tantes les veces qu´a coru cantamus
que, vete ya mudu, me pon afetau!
¡Y tantus los añus qu´al par la gozamus,
que xiblo de mieu al vete tan dau!
¿Recuerdes miós vaques, la Pinta y Careta,
que´m tantes xornades llevaste xuncides?
¡Oyir la tu voz, tan dulce y tan neta,
y taben al puntu les dos encoyides!.
Añoru les tardes que taben tranquiles,
y dibes caleya p´alantre cantandu,
el par de mayuelus, pendientes d´esquiles,
faciente coru, atinguilixandu.
Callaba la Xente, de gozu plasmiada,
dexando paraus preseus de llabranza...
que valga dos cuartus, en so comparanza
Reinaba´l silenciu per toda l´aldea;
ni´l ruidu más sele en ella sonaba.
El páxaru vecin nos daba la idea
de tar escuchandu, pos siempre callaba.
¡Que lexus los tiempus de cuandu cantabes
lo mesmo qu´un mozu sin plizca de xuiciu!.
¿Recuerdes les altes endeches qu´echabes
baxando po´l monte, cargau de vericiu?
¡Ay, tiempus pasaus que, dandu trancades
fendíes caleyes, con rixu de bracu!
Agora , ¡probín!, tos ruedes ferrades,
desfáiles la comia, buracu a buracu.
Y otres tamién, qu´al par que corcobus
filabes endeches con rixus xabatus;
con elles, tornabes de lexus los llobus;
si hoy les echares, non tornes, nin gatus.
¡Ya venu la mala! Tas llen de mazquetes,
y fáltante ya los cuatru estadoñus;
por todus los llaos ensiñes resquetes,
y casquen los fierrus picaus de ferroños.
¡Qué penes me dan tu pértiga rota
y el secu rodeznu que tantu cantara,
u queda sin voz, pa siempre, la nota
que´l puxu postreru, ya llista dexara!
(Eloy F. Caravera)
Avilés 1.887

jueves, 8 de abril de 2010

MANZANA Y SIDRA

El asturiano sabía, y sabe, que la sidra necesita oreo, aireación, antes de ser consumida y que el vertido desde lo alto era ya una necesidad imperiosa. Otra cosa es que el antiguo escanciado fuese menos espectacular que el actual, reduciéndose la altura del vertido a causa del menor tamaño de los vasos.
Según la técnica de Marino Busto la describe en estos términos:
"Se toma el vaso con la mano izquierda, apoyando el "culo" del mismo en la palma; el brazo extendido hacia abajo y hacia adelante. La botella se coge con la otra mano por el cuerpo de la misma y se levanta el brazo lo más posible por encima de la cabeza, dejando caer, con arte y pericia, el chorro de líquido firme y recto sobre el vaso, cuidando de que caiga precisamente en el borde o corte, no sobre el líquido que haya en el fondo, para que al chocar contra la arista del vidrio, la sidra rompa y se expanda formando en el fondo una estrella burbujeante".











El siglo XVIII marca pauta en la extensión de las pomaradas debido principalmente a la demanda de sidra. Francisco de Paula Caveda consigna que "en los siglos XVI y XVII había ya en Villaviciosa plantíos de manzana y aún se cogía cosecha bastante para los consumidores; pero a principios y aún a mediados del siglo XVIII se fue aumentando poco a poco el cultivo y creciendo las cosechas".
Es la época en que, según advierte Jovellanos en su (Informe sobre el establecimiento de la Ley Agraria), "las huertas de naranja de Asturias y aún muchos prados y heredades se convirtieron en pomaradas por el aumento del consumo y precios de la sidra".
En la segunda mitad del siglo XVIII, se introducen cambios en los cultivos, se mejoran los métodos de producción y se extienden las plantaciones de manzanos por todos los rincones del Principado.
Las Ordenanzas Generales del Principado de Asturias de 1.781, en el título XII, regulan "el plantío de árboles". Según el artículo primero, "en cada parroquia ha de haber, además del Bibero Real, otro común a los vecinos de robles, alcornoques, hayas,encinas, castaños, manzanos, nogales, perales, cerezos, pinos, abellanales y demás frutales proporcionados al terreno".Al frente de estos viveros estaba la Junta Parroquial de Agricultura que, entre otros cometidos, tenía el de vigilar "que se haga la siembra, cultivo y trasplantes con dirección metódica".
De la labor de los particulares, merece encomio la llevada a cabo por don José Antonio Caunedo Cuenllas, natural de San Esteban de las Morteras, en Somiedo, y cura párroco de Amandi, Villaviciosa, desde 1.769 a 1.802. Con los medios a su alcance, observó i estudió el cultivo de la manzana y los métodos de la elaboración de la sidra, en lo que instruyó a sus feligreses. Por el año 1.779 redactó una Memoria sobre el manzano y la fabricación de la sidra, cuyo paradero se desconoce. Mejor suerte corrió una carta suya de 27 de enero de 1.785, dirigida al cura de Turienzo de los Caballeros, en León, con muy curiosas instrucciones sobre la elaboración de la sidra y que se publicó en el "Semanario de Agricultura y Artes".
(La Nueva España)

martes, 6 de abril de 2010

EL HÓRREO ASTURIANO

Nadie duda , que el hórreo en cuanto a su conformación y enraizamiento en la esencia del paisaje asturiano, porque si el hórreo es la despensa a la que se recurre en innumerables ocasiones durante el transcurso de las cuatro estaciones del año, donde se curan y conservan los productos cárnicos y lácteos, se guardan los frutos secos, las manzanas, las patatas, las legumbres, el grano, etc, cuando alguno de estos productos requiere un proceso de secado previo, éste se realiza en el exterior, bien en "riestras" o haces colgados de "gabitos" en sus paredes o utilizando el suelo y el antepecho del corredor o la "talamera". El espacio interno del edificio suele presentar el orden o la compostura que convenga al usuario y que en la mayoría de los casos sólo consiste en un desorden organizado donde se mezclan el trigo y la cebada, el maíz desgranado y listo para llevar al molino y las mazorcas desechadas a la hora del "enriestrado" que se apartan y se convertirán en la ración del cerdo o de la vaca; las judías, las castañas "mayuques", las patatas y otros frutos, todo ello adecuadamente conservado y resguardado de la humedad; incluso aperos y herramientas: gabias, maniegas, macones, paxos...
Pero insistamos en que es sobre todo una figura integradora de la totalidad perfecta e incuestionable de "la quintana".

EL HÓRREO








arquitectónicamente el hórreo es una construcción de madera apoyada en cuatro pilares de piedra o madera (PEGOLLOS), colocados en los ángulos sobre otras tantas bases de cantería

(PILPAYOS) y coronados por cuadradas "pegolleras o muelas" del mismo material que impedirán el acceso de roedores u otras alimañas. Sobre dichas "pegolleras" posan las cuatro vigas o "trabes" ensambladas a media madera que componen y ajustan el piso de la cámara. Las tablas de castaño o roble de los frentes se llaman "colondras"y, unidas entre sí, forman las cuatro caras (COLONDRAMES) o paredes del hórreo. La cubrición del edificio es de teja árabe, y el acceso a su interior se realiza sirviéndose de una tosca escalera de piedra (SUBIDORIA) que, para incrementar la finalidad defensiva ante la incursión de posibles animales dañinos que hemos aludido anteriormente, no alcanza el cuerpo del edificio, y se hace preciso que la persona que suba se vea obligada a dar un paso en el aire desde el último peldaño de la escalera hasta la "tenobia" (también tenobiera) o tabla horizontal de entrada. Como se ha dicho, el tipo de madera empleado en la construcción del hórreo es el de castaño y a veces de roble. Uno de los métodos más populares en su fabricación consiste en transportar los materiales en bruto al lugar en que se ha de instalar el edificio, y allí se va componiendo su estructura a medida que las diferentes partes van siendo elaboradas. Cuando todas las piezas han sido rematadas y acopladas en su sitio, se procede a la colocación de los "pegollos" encima de unas piedras
(PILPAYOS) previa y cuidadosamente encuadradas, que han de servir de cimentación y base y evitarán el pudrimiento de los "pegoyos" si éstos son de madera.
En la construcción del hórreo no se han empleado tradicionalmente más clavos que los pertenecientes a su cerradura; las múltiples piezas de madera de que consta la construcción van ensambladas unas en otras. La dimensión habitual del edificio es de cinco a seis metros en cuadro.
Habitualmente, el interior del hórreo no se halla compartimentado, como en el caso de las paneras, de planta rectangular y que se introducen en Asturias a principios del siglo XVII, al imponerse el cultivo del maíz. Entonces era necesario contar con más espacio para el secado del grano.
(La voz de Asturias)
L´horriu
Y´un caxón de castañu sofitau
sobre cuatro pegollos´nos pilpayos,
aguilones, cabríos y pingayos,
qu´aguanten pe les ripies y el teyau.
Facen pe les xuntures ensamblau
los colondres, embelgos y los gayos,
co los traves que paecen espantayos,
puestu´na basamenta y afianzau.
La subidoria ta con escalones
desapará por mor de los ratones
pos va la talandoria p´hacia fuera;
s´abre la puerte sin delgún engorriu
pa´l que quiera subir y entrar al horriu;
mas, si tien seis pegollos, ye panera.
(Francisco González Prieto.)

lunes, 5 de abril de 2010

LA GUAXA O CARPIA




Aparece citada por primera vez por Rogelio Jove y Bravo
"mitos y supersticiones de Asturias" (1.897) como una mujer muy delgada, enjuta y fea que entra por la cerradura de las puertas para desangrar a los niños o a las mujeres jóvenes que duermen valiéndose de su único y afilado diente. Cuando alguien desaparece o se consume lentamente se decía "Paez que lu tragó la Guaxa" o
"Violu la Guaxa".
Aurelio de Llano anotaba en "El libro de Caravia" (1.919) que se trataba de una lechuza o al cárabo que en determinadas partes se llamaba así y que servía de coco infantil. Ramón Baragaño en "Mitología y brujería en Asturias" se suma a la tesis de Aurelio de Llano, identificando a la Guaxa con un ave nocturna.
Cuando se pregunta a los pueblos del centro de Asturias (Gijón, Siero, Villaviciosa...)por la Guaxa la respuesta no es unánime,
es como un ave nocturna, una especie de coco o una bruja (les Melendreres, San Andrés de Los Tacones - Gijón, por ejemplo). Sucede algo similar al preguntar por La Carpia en (Ponga)es identificada con una lechuza o con una bruja. Y es que "Bruxes y Curuxes" siempre estuvieron asociadas en la imaginación popular europea.
En la vecina Cantabria, Manuel Llano incluye como mito a la Guajona, una vieja seca y arrugada con un solo diente afilado que comparte con la Guaxa y la Xuxona gallega su misma afición por la sangre de personas jóvenes.
(Alberto Alvarez Peña.)

LAS BRUJAS ASTURIANAS


De las brujas se referían prodigios. En el sentir de la mayoría, habían hecho pacto con el diablo, que las visitaba por las noches, pues algún vecino aseguraba que, al pasar a las doce a la vera de sus casas, había visto cómo por las rendijas de las ventanas y de las puertas salía una luz siniestra, como si por dentro un poderoso incendio devorara aquella habitación. Decían otros que las habían visto volar por y sobre los tejados en forma de mujeres, despidiendo por sus ojos miradas satánicas.

eran pobres. Nada podían aceptar como pago de sus servicios, ya que supondría la pérdida de la virtud que decían poseer; jamás aceptaban carne de cerdo ni pan, por la sencilla razón de que ambos alimentos tenían sal.

Vivían en parajes aislados, en chozas infectas y lóbregas, desesperadamente solas y criaban animales, casi siempre negros, el criar animales como mascotas domésticas no fue costumbre en la Edad Media. En Europa, los gatos no llegaron a domesticarse de manera generalizada hasta bien entrado el siglo XVII. Cualquier mujer que tuviera un gato o un cuervo domesticado, era mirada por sus vecinos con tal extrañeza que sólo esto podía ya suscitar la sospecha de que fuera bruja.

Un caso que recoge Cabal: "Y éste era un aldeano que oía que su vaca berreaba con demasiada inquietud. Fue a la corte y no halló a nadie. Pero junto a la vaca vio un "zapico"; lo cogió, lo tiró, salio otra vez... a la mañana siguiente, la vecina de al lado, que era bruja, amaneció sin narices. Esta bruja era el "zapico", y es que en Asturias también la bruja se transforma en lo que le da la gana".

También fue creencia común la transformación en lechuza, como le aseguraba un interlocutor a Roso de Luna por tierras pravianas: "Vienen en forma de lechuzas a beberse el aceite de las lamparas de los altares, no tanto para alimentarse con el aceite, cuanto por dejar la iglesia a oscuras y poder robar así a mansalva las Hostias Consagradas que luego emplean en sus misas negras".

No parece que exista un ungüento tipo. Se supone que el más antiguo preparado se elaboraba

"según una fórmula salvaje heredada de las (lamias, strygas y empusas de Tesalia, que costaba siempre la vida a un niño, con cuya grasa, beleño, belladona y jugo de adormidera confeccionaban una especie de afrodisíaco".

También se dice que el tal ungüento se componía de mezclas narcotizantes de mandrágora, ruda, amapola, hierba-mora, cicuta y beleño. Otras recetas incluyen acónito, y nuez o aceite de nuez.

En Asturias abundaba el aceite de nuez, que al decir del P. Carballo "para los candiles y lámparas es maravilloso".

Esta pomada mágica, en ocasiones era fabricada por las brujas y, en ocasiones, como refiere

Cabal basado en informes inquisitoriales, les era facilitado en un conventículo. A ellas correspondía la custodia; por lo general lo ocultaban entre las losas del lar o en algún escondrijo del fogón.

viernes, 2 de abril de 2010

LA MONARQUIA ASTURIANA



Covadonga adquiere su dimensión real, en tanto en cuanto opera para la posteridad, merced a las Crónicas, como punto de arranque y legitimación de la monarquia asturiana, cuyo primer rey se identifica así como Pelayo.
Dicen las Crónicas que reinó 19 años en Cangas de Onís y que a su muerte le sucedió Favila
(737-739), su hijo, que construyó la capilla de la Santa Cruz sobre un dolmen en Cangas y fue muerto por un oso en el segundo año de su reinado.
La temprana muerte del hijo de Pelayo favoreció la ascensión al trono de su cuñado, el cántabro Alfonso, casado con su hermana Ermesinda.
La Crónica Alfonsina presenta a Alfonso I (739-757) como un monarca infatigable que al mando de sus ejércitos tomó muchas ciudades con sus castillos,villas y aldeas, matando a los árabes y trayendo a los cristianos que vivían en ellas a Asturias.
La política expansionista de Alfonso I supuso el inicio de una corriente migratoria foramontana
cuya tradición hispanista y visigoda se superpondría rápidamente al cantonalismo estrictamente local de los astures transmontanos y de los cántabros. Fueron estos refugiados quienes trajeron consigo a Asturias la concepción de monarquía al estilo visigodo.
A Alfonso I le sucedió en el trono su hijo Fruela (757-768) de quien dicen las Crónicas, entre otras cosas, que fue hombre de ásperas costumbres y que derroto a los gallegos y vascones rebeldes. En el interior Fruela intenta poner freno a los desórdenes morales de la Iglesia prohibiendo el matrimonio a los sacerdotes, costumbre parece ser bastante extendida en los últimos tiempos visigodos. No tenemos noticias de ninguna reacción contra el monarca por esta medida, aunque no parece descabellado suponer el apoyo de la jerarquía eclesiástica a una fracción de la nobleza contra la autoridad real, dada la afinidad y comunión entre ambas altas instancias.
Probablemente en esta rebelión participara el hermano de Fruela I, Vimarano, al que el rey mata "con su propia mano" y cuyo fraticidio es vengado por los nobles con el asesinato del propio rey.
Durante el reinado de Aurelio (768-774) quien parece que traslada la corte a San Martín, en el valle de Langreo, se produjo una rebelión de siervos, cuyo verdadero alcance y contenido nos es difícil precisar.
La inestabilidad se refleja en el nuevo traslado de la corte, esta vez a Pravia, por el monarca Silo (774- 783), a quien sucede Alfonso, el hijo que Fruela tuvo con una cautiva vasca de nombre Munia.
En el 783 se produce una nueva rebelión de siervos, cuya cabeza asume pronto Mauregato, que desplaza a Alfonso del poder y ocupa el trono hasta el año 788 en que es elegido para reinar Bermudo, quien tres años más tarde, en el 791, abdica en favor de su sobrino Alfonso, el futuro Alfonso II, al que Mauregato expulsará del reino.
Este período que transcurre desde el 768 al 791 es para las Crónicas un período de paz exterior y de profundos ajustes internos.
Alfonso II y el definitivo asentamiento de la Monarquía.
Hacia el año 790 concluye la reorganización interna de la zona musulmana. En Al-Andalus,
gobierna Hisan I, quien retomando el concepto de Guerra Santa, decide lanzar una fuerte ofensiva sobre el vecino reino astur. Quizá fuera ésta una de las causas de la abdicación de Bermudo I.
AlfonsoII (791-842) puede considerarse como el verdadero fundador del reino astur que durante este período empieza a presentar las características propias de un estado, tanto en su forma política como en su coherencia territorial y superestructura ideológica.
El monarca traslada la capital del reino a Oviedo, núcleo creado en la época de Fruela de carácter agrícola. La ciudad será dotada de palacio, basílicas y murallas, multiplicándose su población tanto dentro como fuera de las mismas.
A Alfonso II el Casto le sucede Ramiro I (824-850) cuyo reinado viene marcado por las ya habituales sublevaciones nobiliarias y por las incursiones normandas.
En el 844 los piratas nórdicos desembarcan en Gijón para luego dirigirse, tras bordear las costas gallegas, al cabo de Finisterre de donde son expulsados por el ejército asturiano al mando del monarca.
El reinado de Ordoño I (850-866) no fue tan productivo artísticamente, quizá la acuciante necesidad que el monarca tuvo de resolver viejos problemas nuevamente resurgidos. Fueron
éstos los alzamientos de galaicos y vascones, las ofensivas musulmanas contra la frontera sur del reino y las nuevas incursiones normandas.
Ordoño I será el que inicie lo que más tarde dio en llamarse reconquista y repoblación de la franja sur de la Cordillera Cantábrica. Se conquistan definitivamente a los musulmanes y se pueblan con gentes venidas del Norte, que no eran sino descendientes de los antiguos moradores de estas mismas tierras, León, Astorga y la zona de Bardulia, que no tarda en empezar a llamarse Castilla.
Alfonso III cenit y final del reino asturiano.
Alfonso III (866-910). Fue también el Rey Magno un hábil diplomático. Estableció estrechas
relaciones con el reino de Navarra ( el propio Alfonso III casó con la princesa navarra Jimena).
La arquitectura de este período es otro claro reflejo del momento histórico que atraviesa el reino astur. De su reinado nos quedan las iglesias de Santo Adriano de Tuñón, San Salvador de
Valdediós, San Andres de Bedriñana, Santiago de Goviendes y San Salvador de Priesca. En orfebrería destaca la Cruz de la Victoria, labrada en el taller real de Alfonso III en el año 910, su hijo García, que se había enfrentado abiertamente a su padre unos años antes, abandona Oviedo y establece la capital del reino en León, titulándose ya los sucesores del Rey Magno reyes leoneses.
(Pilar Sanchez Vicente.)