Uviéu o Uvieo en asturiano es el topónimo de la ciudad, junto con el castellano Oviedo. Etimológicamente no está claro el origen del nombre de la ciudad. Algunas teorías apuntan a que proviene del latín medieval Urbs Vetus, que significa «ciudad vieja».Para otros el origen se trataría de la unión de Ovis con el sufijo -etum, que significa «lugar abundante en ovejas», aunque esto no parece muy fundamentado. Otras explicaciones consideran que iovetano es adjetivo de Iove (que significa Júpiter, por lo que el lugar podría haber sido un lugar de veneración a Júpiter), o que proviene del idioma celta. Joaquín Manzanares propuso la explicación de que el nombre de la ciudad proviene del latín Albetum (blanquecino), debido al color del montículo donde se asentaba el núcleo original de la ciudad; esto coincide con la descripción que hizo del lugar el Padre Carvallo. Así, surge otra posible interpretación del origen del nombre de la ciudad, que indica que Oviedo proviene de Alvietum (de la unión de Alveum y la terminación -etum), que significa «lugar abundante en arroyos» y que también coincidiría con la descripción dada por Padre Carvallo. Pese a todo, aún no se tiene claro el origen etimológico de Oviedo y ninguna teoría es plenamente aceptada.
La ciudad de Oviedo surgió sobre una colina que los romanos llamaban Ovetao. Su fundador fue el rey asturiano Fruela I, hijo de Alfonso I de Asturias (éste fue el yerno y sucesor del rey Pelayo). Fruela I reinó desde el año 757 al 768.
En el año 761, a no mucha distancia de la vieja civitas romana de Lucus Asturum, el monje presbítero Máximo y su sobrino Fromestano decidieron fundar un monasterio a orillas de la calzada romana que unía León con Lugo de Llanera pasando por el puerto de Pajares. Posteriormente erigieron una ermita en honor del mártir San Vicente, al que poco tiempo después se unieron dos docenas de monjes, lo que supuso la transformación del lugar en monasterio, tal y como consta en el acta fundacional firmada el 25 de noviembre del año 781, siendo su primer abad Fromestano.
Más tarde, el hijo de Fruela, Alfonso II el Casto trasladó la capital del reino de Asturias desde Pravia a este lugar y convirtió a Oviedo en sede episcopal. Además la fortificó y dotó de palacios, iglesias y otras estructuras. La muralla que protegía la ciudad, de la que hoy apenas quedan partes visibles en varios emplazamientos, delimitaba una figura circular adaptada a la colina, ocupando un área de 11 ha. que cobijaba a unas 6.000 personas distribuidas en tres barrios relativamente diferenciados: La Villa, que agrupaba los edificios más antiguos religiosos y civiles; Cimadevilla, mercantil y vinculada a las peregrinaciones; y Socastiello.
Durante su reinado, en 812, se descubrió en Compostela una tumba que se supuso del apóstol Santiago. Alfonso II partió de Oviedo para visitar la tumba, con lo que se convirtió en el primer monarca peregrino en ir a Santiago de Compostela, inaugurando el primer camino de peregrinos.
En el siglo X, el avance de la Reconquista conllevó el traslado de la capital a León, haciendo perder a la ciudad parte de su importancia. Sin embargo, gracias a su contacto con la corte de Carlomagno, comenzó a fluir desde el reino de éste un río de peregrinos que entraban por los Pirineos y por el norte iban hasta Oviedo y desde ahí hacia Santiago, con lo cual el camino norte es la ruta más antigua de los peregrinos a Santiago de Compostela. Si los primeros peregrinos usaban esta vía se debe a que más al sur el camino no era seguro en esa época porque se trataba de un territorio en que eran frecuentes las incursiones musulmanas.
En el año 1075 fue a visitar Oviedo en calidad de peregrino el rey de León y de Castilla, Alfonso VI. Abrió solemnemente el Arca Santa en la iglesia de San Salvador, que contenía muchas y muy buenas reliquias que habían estado escondidas en la Ermita de Santiago (situada a 10 km de distancia), a raíz de la conquista musulmana. A partir de este hecho, Oviedo y sus reliquias fueron internacionalmente famosas, hasta tal punto que un refrán antiguo dice «Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al siervo y olvida al Señor».
Wikipedia.
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Hola Marisa, ese tema del origen de la palabra Oviedo está muy debatido. Yo tengo mi propia teoría: "Iovetum", de Jove, Júpiter. De Iovetum vendría "iovetanum", como adjetivo, es decir, "propio de Iovetum", como "toletanum" de Toletum.Lo de "iovetanum" tiene se razón de ser, porque como muy bien dices en tu post, la primera vez que aparece escrito aparece como "Ovetdao", que parece remitirnos a "iovetanum".
ResponderEliminarEs preciso tener en cuenta que esta tierra había sido profundamente romanizada. La vía de la que hablas en el post no pasaba exactamente por Pajares, sino cerca por los cordales. Es la famosa Via Carisa. Bueno, perdona este rollo, pero me encanta el tema. Saludos.
Comparto la idea de El Mirlo. No está de más recordar que en los terrenos de la actual Facultad de Medicina (antaño llamados "Paraxuga") aparecieron restos de una villa romana, así que es probable que cuando Máximo y Fromestano fundaron su monasterio, lo hiciesen sobre un núcleo preexistente.
ResponderEliminarEs un orgullo tener seguidores como vosotros. ¡Crecéis el blog! Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta la teoría "jupiterina", que parece plausible, sobre todo si leemos a quien la lanzó, don Francisco Escobar, allá por los 50 y sin mucho éxito. Mando el enlace a un Boletín delIDEA.
ResponderEliminarhttp://www.ridea.org/biblioteca/bidea/PDFs/082-05.pdf