Aquellos carros cantores,
con ejes de fijas ruedas,
en tiempos fueron la base
para trabajar la tierra.
Parecían ruiseñores,
subiendo y bajando cuestas,
cargados o de vacío,
sonaban como una orquesta.
Su sonido peculiar
alegre chirrido era,
y común en el ambiente
de los vallejos del Cuera.
En tiempos allí subieron
cantando estas carretas,
por caminos que trazaron
hombres de muy recia veta.
Por su particular chirrido
y los campanos cual queja,
las familias conocían
de lejos a su carreta.
Los yugos que aunaron fuerzas
de las uncidas parejas,
eran como los atriles
de partituras abiertas.
¡Carros del país cantores!,
cosa que no fue primera;
sinfonía del común
aquellos chirridos eran;
y ya sin ellos el valle
nunca será lo que era.
con ejes de fijas ruedas,
en tiempos fueron la base
para trabajar la tierra.
Parecían ruiseñores,
subiendo y bajando cuestas,
cargados o de vacío,
sonaban como una orquesta.
Su sonido peculiar
alegre chirrido era,
y común en el ambiente
de los vallejos del Cuera.
En tiempos allí subieron
cantando estas carretas,
por caminos que trazaron
hombres de muy recia veta.
Por su particular chirrido
y los campanos cual queja,
las familias conocían
de lejos a su carreta.
Los yugos que aunaron fuerzas
de las uncidas parejas,
eran como los atriles
de partituras abiertas.
¡Carros del país cantores!,
cosa que no fue primera;
sinfonía del común
aquellos chirridos eran;
y ya sin ellos el valle
nunca será lo que era.
Conocí a "paisanos" que recordaban muy bien el canto de los carros del país, pero los tiempos cambiaron y aquella música tan peculiar abandonó nuestros valles para siempre, como tantas otras cosas.
ResponderEliminarHoy tenemos el remolque del tractor que únicamente canta una monótona y maloliente copla de gasoil y humos.
Saludos.