miércoles, 12 de mayo de 2010

GÜESTIA o ESTANTIGUA

Ambos vocablos, sinónimos, de uso frecuente en Asturias, son deformación de "hueste antigua", es decir, del ejército malo, del demonio, de los fantasmas y almas en pena.

En el concejo de Llanes, "estantigua" es una procesión de las <ánimas en pena> y equivale a la "buena gente". Al igual que la "güestia", se trata de espíritus, de espectros o de aparecidos, con velas encendidas a altas horas de la noche, para anunciar, cree el vulgo, la muerte de a alguien del pueblo.

Aseguran que sucedió en Poo de Llanes el año de cracia de 1.840. Un vecino - por más señas, Fernando Romano - caminaba hacia su casa, eran las doce de la noche. Al llegar a una calleja próxima a su hogar sintió pasos de gente en silencio y, de pronto, vio una serie de personas con luces que caminaban en dos filas. Serían como diez o doce. De principio y por unos instantes, extrañado el paisano de que a aquella hora fuesen de tal suerte, pensó si estaría alguna vaca de parto en la vecindad. Más presto desechó aquel pensamiento al comprobar el silencio, máxime cuando iban mujeres en la comitiva, y las luces, que no eran faroles como suelen llevarse en el pueblo. Lo cierto es que cogió un pavor inaudito el pobre Fernando y llegó a su casa con los pelos de punta y el corazón saliéndosele del pecho:había visto nada menos que una procesión de ánimas, una "güestia".
Constantino Cabal cita que aquel que quiera presenciar tal comitiva sin temor a una muerte próxima debe trazar un círculo en el suelo, con una pentalfa inscrita dentro de el y acto seguido meterse dentro.
En algunas leyendas de la "güestia", algunos de los difuntos llevan finxos, los antiguos moyones con los que se marcaban las fincas, lo hacen porque en vida los fueron cambiando poco a poco de sitio para obtener algunos palmos más de tierra robándoselos al vecino. Ahora su penitencia es volver a restituirlos.



La leyenda, de este último aspecto, está localizada en todos los rincones de Asturias. La versión Somedana, de la mano de José M. Feito, ofrece una texitura: <- No vayas, que por la Senra en las noches pasadas se quejaba alguien.
El sastre era completamente escéptico en lo que se refería a patrañas de viejas; se marchó. Al llegar a la Senra empezaron en efecto a sonar quejas, le habían dicho verdad. No se inmutó lo más mínimo y siguió su camino; pero advirtió que las quejas le seguían y vio una sombra tras él. Acortó el paso, y cuando le sintió a su espalda trazó un círculo en el suelo con las tijeras y en el medio hizo una cruz. Vuelto hacia la sombra y quejas, voceó:
- Si eres cristiano, habla, y si vienes del infierno, aquí tienes la cruz.
- No te asustes, hombre - respondió una voz tristísima -. Soy fulano. Vete y di a mi hermano que vuelva a su sitio el mojón de tal tierra, pues por yo haberlo cambiado no puedo entrar en el cielo.
El sastre lo hizo así y desde aquella noche no se volvieron a oír más las quejas en la Senra.

(Costumbres Asturianas.)

2 comentarios:

  1. Decían que cuando te encontrabas a la "güestia" los aparecidos decían con grave voz "andar de día, que la noche es mía", advirtiendo al incauto humano de la conveniencia de retornar al calor del hogar.
    Hay que pensar en aquellos pueblos sin luz eléctrica, sin alumbrado público, en los que las noches eran tan oscuras, sobre todo cuando no había luna llena... Podías encontrarte de todo en los caminos...
    Saludos.

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  2. De recién casada pasamos unos días en una casona de un pueblin de Infiesto, y lo que pasa en los pueblos después de la cena saliéron las historias de difuntos y aparecidos...acompañados de una fuerte tormenta de verano, que para acabar de arreglarlo nos dejó sin luz.
    Esa noche al retirarnos te puedo asegurar que todos vimos. La güestia, La Santa Compaña, La Procesión de Ánimas...Pufff.
    Saludos

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