viernes, 28 de mayo de 2010
LA MAGIA DEL CARBAYU Y EL TEXU
El Tejo (Texu) es, por excelencia, el árbol sagrado de la mitología asturiana, pues representa el vínculo del pueblo asturiano con la tierra, con la religión antigua, con los antepasados. Además, es un árbol de gran sentido religioso, encontrándosele al lado de muchas ermitas y cementerios asturianos. Pero es también el árbol de la oscuridad, de la penumbra, de la muerte. Con veneno de tejo se suicidaban los guerreros astures antes de ser derrotados y caer en la esclavitud. Así, en la batalla del Monte Medulio los astures se dieron muerte con la espada, el fuego, y el veneno de tejo. El Tejo simboliza por tanto el paso al Otro Mundo y por ello hoy goza este árbol de gran importancia en las celebraciones del Día de Difuntos, donde se lleva a los difuntos una rama para que les guíe en su retorno al País de las Sombras. El vínculo entre el tejo y el mundo de los muertos es reconocido no sólo en Asturias, sino en otras tierras célticas del occidente europeo, como Bretaña o Irlanda, donde era costumbre plantar tejos en los cementerios en lugar de cipreses, y se creía que las raíces de dichos árboles alcanzaban la boca de los muertos enterrados en sus tumbas. También entre los antiguos galos se constata la veneración de esta especie vegetal y así en el nordeste de la Galia se asentaba un pueblo, el de los Eburones, cuyo nombre significa precisamente "los adoradores del tejo".
Pero si el Tejo es en Asturias el símbolo de la espiritualidad, el Roble (Carbayu) lo es de la realeza, y así en las iglesias de Santa Eulalia y la Capilla de la Santa Cruz, donde estuvieron enterrados Pelayo y Favila respectivamente, nos encontramos con hojas de roble grabadas en piedra. Este árbol junto con el Tejo, eran verdaderos jueces de paz, guardianes de la justicia y la veracidad (en lugar de jurar sobre la Biblia se hacía bajo el Roble sagrado). No debemos olvidarnos tampoco del famoso Carbayón, símbolo de la ciudad de Oviedo, frente al cual ocurrían sucesos extraños, como el de una misteriosa mujer vestida de negro que venía del Campo, se agarraba al árbol y tras convulsionarse caía al suelo y desaparecía. Asimismo, en un pasaje de la obra de Plinio Historia Natural (XVI, XCV) se dice que "nada más hay más sagrado para los druidas que el muérdago y el el árbol sobre el que crece, el roble" y seguidamente describe el ritual de la recogida del muérdago, cuyas ramas eran cortadas con ayuda de hoces de oro por sacerdotes ataviados de vestidos blancos.
(Ignacio Abella: La magia de los árboles)
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En Bermiego se encuentra, como sabrás sin duda, el famoso "texu" que vigila desde hace siglos el discurrir de la vida y la muerte en los valles quirosanos. Probablemente cuando no quede de nosotros ni el más pequeño recuerdo, él seguirá allí, en su impresionante atalaya, desafiando silenciosamente a las montañas.
ResponderEliminarLo mejor del “Texu” de Bermiego es el sitio en el que está. Si estuviera en una ciudad poco duraría, los hombres acabamos con todo lo que se nos pone delante.
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