Prehistoria y época romana
La fertilidad de la tierra y las buenas condiciones físicas, geográficas y climáticas de todo el concejo nos hacen suponer que desde la época epipaleolítica, en la etapa Asturiense, ya estuviese colonizado el territorio maliayo, teniendo el concejo una importante muestra de monumentos megalíticos.
Los asentamientos castreños también fueron múltiples y diversos, localizándose la mayoría de ellos en el eje de la ría, más hacia la costa-rasa occidental. La etapa dominadora romana se deja sentir en gran manera en el municipio, dado que el territorio era muy fértil y además tenía una salida al mar. Varias son las lápidas y estelas repartidas por todo el concejo que prueban dicha colonización, como las encontradas en la iglesia de Grases o la de Miravalles. De igual manera también se han encontrado restos arqueológicos de antiguas Villas Romanas en la desembocadura de la ría en el actual Rodiles y que se supone que era la famosa Noega.
Durante el siglo XII, representantes del territorio se reúnen con el Obispo Pelayo de Oviedo con el fin de poner fin a los desórdenes que se estaban produciendo en toda la zona. Ya en tiempos de Alfonso IX, se empieza a constituir el concejo gracias a la política repobladora y urbanizadora que él mismo inició, siendo el año 1270, cuando el rey Alfonso X el Sabio, concede la carta puebla o villa mediante documento fechado en Vitoria el 17 de octubre y en el que establece que la población se asiente a partir del lugar llamado Buetes.1 Al mismo tiempo que se crea el territorio maliayo, una orden Cisterciense se establece en el fondo del valle en Boides, fundándose el monasterio de Valle de Dios (Valdedios), constituyendo un señorío jurisdiccional y que ejerció una labor civilizadora y ordenadora.
En el siglo XIV, el territorio pasa a denominarse ya como Villaviciosa, tomando dicho nombre por la fertilidad que tenían sus tierras, que ofrecía una abundancia de productos. También durante este siglo las gentes del municipio apoyarían al obispo Guterre en su lucha contra el conde de Gijón, salvaguardando los intereses del príncipe Don Enrique. Ya a finales del siglo XV un acontecimiento marca la vida de la villa, y este no es otro que el incendio que asoló la Capital destruyéndola por completo. Por este motivo los Reyes Católicos expiden un documento mediante el cual entregan una cantidad de dinero con el fin de reconstruir toda la zona. Se tiene constancia durante esta época, de la existencia de un hospital en las inmediaciones del templo de Santa María, al ser el concejo lugar de paso en el peregrinar a Santiago por la ruta de la Costa.
El siglo XVI, deja en Villaviciosa uno de los sucesos más relevantes dentro de la historia del concejo, que es el desembarco y hospedamiento en la villa del emperador Carlos I de España en 1517.2 El monarca, arribó a puerto en Tazones por culpa de una tormenta que hizo variar el rumbo que seguía toda la corte a Santander. Una vez en el concejo se dirigió junto con su hermana Leonor hacia la Villa hospedándose en la casa de Rodrigo de Hevia, en la cual permaneció tres días y cuatro noches completas, recibiendo durante su estancia a los regidores del concejo. Pasados esos tres días, abandonó el concejo por tierra en dirección a la vecina tierra de Colunga.
En el siglo XVII se produce un gran cambio en la villa, transformándose por completo el panorama urbanístico de la misma, apareciendo nobles casonas, palacios y plazuelas, conservándose actualmente buena parte de este desarrollo urbano. A finales del siglo los franciscanos fundan un convento en la villa con el fin de predicar las enseñanzas derivadas del concilio de Trento, ubicándose en un primer lugar en la Vallera, siendo sustituido por otro en un lugar próximo, de mayor capacidad y cuya iglesia conventual es el actual templo parroquial.
Siglo XIX en adelante
El siglo XIX nos deja en el concejo las consecuencias de la guerra de la Independencia contra Francia, sufriendo la villa numerosos ataques, logrando ocupar los franceses el territorio durante varias ocasiones, hasta que se les expulsó definitivamente. En 1835 se instaura definitivamente el ayuntamiento constitucional, desapareciendo los poderes concejiles que fueron ocupados durante mucho tiempo por familias poderosas. A finales de siglo una nueva clase social emerge en la zona, la burguesía liberal, que origina a su vez el nacimiento de un sindicalismo obrero muy revolucionario. La actividad comercial crece de manera considerable gracias al emplazamiento de su ría, navegable entonces.
Villaviciosa posee un repertorio completo de obras románicas y prerrománicas, destacando el conjunto arquitectónico formado por San Salvador de Valdediós (El Conventín), la iglesia adyacente de Santa María y el convento monacal que lo acompaña. Actualmente está declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Data del siglo IX, y fue construido por Alfonso III el Magno. Está estructurado en tres naves y tres capillas, conservando en su interior interesantes capiteles y pinturas murales. Se trata de un prerrománico tardío en el que pueden observarse leves influencias mozárabes. La iglesia de Santa María, es de estilo románico, y consta de tres naves rematadas en ábsides semicirculares, con buenas ventanas y portadas. Guarda una inscripción de su fecha fundacional (1218).
También posee una destacada muestra arquitectónica civil, siendo declarada la Villa como conjunto Histórico Artístico. Así todavía se puede contemplar los restos de una antigua muralla medieval en la unión de las calles del Sol y del Agua. Estas calles conservan cuidadas construcciones alineadas, caracterizadas sobre todo, por las galerías corridas, salientes aleros y balcones de madera. Dentro de las casonas que hay por toda la villa destacaremos:
• La Casona de Valdés, de planta rectangular y tres pisos con guardilla. También tenemos el palacio de la torre de la Pedrera, de planta rectangular y dos pisos, formando su portada un arco de medio punto, flanqueado por columnas dóricas. También conserva una capilla.
• Otra de las casonas importantes es la casa de Hevia, famosa por ser donde se hospedó Carlos I. Es un bloque cúbico de tres plantas y presenta en la segunda planta dos escudos ornados con el águila imperial.
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