domingo, 6 de marzo de 2011

ANTIGUOS APEROS DE LABRANZA

En el monte,siempre próximo a la aldea, o continuación del mismo poblado, hallaba el labrador el material para los utensilios de su quehacer cotidiano: la madera necesaria para su casa y su hórreo. El monte era el que proveía de hojas secas para "estrar" las cuadras del ganado; el rozo, el árgoma y los helechos iban a las cuadras para mullir la cama de los animales y convertirse después en rico estiércol que abonaría las tierras. El monte en definitiva, siempre rodeado de misterio y de leyendas extraordinarias. Otros beneficios aportaba el monte del entorno campesino; las áreas altas eran para pasto del ganado en verano; en cuanto a cultivos temporales, en el monte se alternaban algunas siembras de centeno, de trigo y, más tarde, de patata, todo ello en el recinto de las llamadas tierras bravas.
Había, pues, que arrancar el fruto de la tierra, y para ello se requería el auxilio de determinadas herramientas que, aplicadas a las distintas faenas, servirían para aminorar el esfuerzo humano y facilitar el trabajo.
Si los primitivos pobladores de estas tierras habían utilizado utensilios agrícolas de piedra, de bronce o de hierro, este último metal y la madera se convertrían en los elementos imprescindibles a la hora de elaborar trebejos.

por regla general, los principales instrumentos utilizados- "llabiegos", "sechorios", "fesories", "garabatos", "rastros", guadañas -eran de tosca elaboración. Comenta Julio Somoza, tratando de la agricultura asturiana:
"Entre los aperos de labranza ("preseos"), sólo existían seis en que se emplease el hierro: la azada ("fesoria"); el arado ("llabiegu"); y su auxiliar la reja ("sechoria") ; la hoz ("foceta"); la pala, y el tridente ("trienta", "traenta"). Además, como instrumento de uso general, el hacha ("hachu"). Todo este hierro era forjado. En todos los demás aperos, que después fueron numerosos, sólo entraba la madera, el asta, las cerdas, y la piel o cuero sin curtir. Instrumentos que posteriormente fueron de hierro, no lo eran primitivamente.

El carro del país, rústico y chillón vehículo alegrador de prados y "caleyes", era casi siempre tirado por vacas, no llevaba clavos en su estructura y servía principalmente para transportar la hierba hasta la tenada o el "cuchu" desde la cuadra hasta la tierra dispuesta para la siembra. Construído de madera, en la que casi siempre interviene el roble, el carro rural asturiano es chillón porque el eje y las ruedas giran juntos, rozando madera contra madera en la apoyatura del eje hasta producir el característico chirrido tan penetrante que popularmente se denominó
"cantu del carru". De forma triangular semejante a la de una chalana, el carro del país tiene una potencia que no rebasa los cuatrocientos kilos, e incluso menos cuando se trata de transitar por caminos dificultosos.

El arado primitivo que usaron los campesinos asturianos era de varios tipos ("cambilla"o "tazón", "taza", "llabegón", "aladru"...). Prácticamente ya en desuso, el arado común de las tierras del Principado, adscrito a los usados en el noroeste de la Península, responde a las características del modelo romano o a una de las formas derivadas de él.
La narria ("carreña"), "basón", "abasón" o "ramu") es un cajón o carro sin ruedas para llevar arrastrando cosas de gran peso. La grada ("gradia", "rastru") sirve para errellanar la tierra después de labrada. El "gachapu" (colodra: cuerna o estuche de madera que lleva el segador para guardar la piedra de afilar la guadaña; cestos ("goxes", "paxos", "macones", "maniegues");
"fesories" (azadas); "xugos" (yugos), para uncir la yunta de vacas o bueyes; aguijada ("guiada", "guiá"), vara larga con breve punta de hierro para estimular a los animales de tiro; "podrella" o "pudrella": cadena gruesa o soga utilizadas como refuerzo para enganchar al carro. Estos y otros muchos instrumentos, cuyo conjunto se denomina "preseos" y también "arbíu", y casi todos ellos en uso decreciente, contribuyeron a que el labrador asturiano obtuviera de la tierra el fruto apetecido.

Asturias Popular-
La voz de Asturias.

4 comentarios:

  1. Como siempre muy ameno e interesante. Ayer, pasando por Ambás de vuelta a una excursión por el río Nalón, Somao, Playa Aguilar y Monte Aero, me dijeron que en una granja la propietaria tiene una especie de museo de "preseos" ¿Es cierto? ¿Se puede visitar?

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  2. No te lo puedo decir, yo vivo en Guimarán y nunca oí hablar de tal museo. Lo que sí oí fue comentar sobre un lagar al que va la gente para ver el proceso de la sidra.

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  3. Eso es muy interesante, si sabeis donde queda y si se puede visitar, no dejeis de comunicarlo, me gustaria verlo.
    Saludos

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  4. Me interesan todas estas cosas mucho, gracias. Si haces el favor nos lo comunicas.

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