miércoles, 27 de octubre de 2010

APAREJOS DE LAS CABALLERÍAS - ARREOS -

Cabezada:
Correaje que ceñía la cabeza de una caballería. Consta de frontalera, anteojeras (en este caso se denomina bridón, para que no pudieran mirar los animales ni para atrás ni para los lados), muserola, bocada o freno (rastrillo o brida de la cabezada que se colocaba por debajo de la boca de la caballería. En algunos casos llevaba una serreta de hierro, con dientes, que hacía obedecer al animal con más prontitud), ahogadero o picadura.

Cabresto, riendas:
Ramal que se ataba a la cabeza de la caballería para dirigirla o conducirla.

Bozo, cesto:
Especie de semiesfera de alambre entretejida que se colocaba en el morro de los animales para impedir que comieran a destiempo.

Comedero, morral, bozal:
Especie de talega corta, de lona, en la que se llevaba el pienso de los animales y que, a la hora de comer, se les colgaba al cuello haciendo la función de pesebre. También se les ponían alas vacas.

Barriguera:
Correa que pasaba por debajo de la barriga de la caballería y llegaba hasta las varas del carro.

Cincha:
Arreo de lona que pasaba por debajo de la barriga del animal y sujetaba la manta y la silla.

Collera:
Especie de collar de cuero o lona relleno de paja que se colocaba en el cuello de las caballerías. Por los lados tiene unas sujeciones para enganchar los tirantes del tiro.

Retranca, grupera:
Correa ancha, a modo de ataharre, que llevaban las bestias de tiro enganchada a la silla. Cubría la parte trasera del animal, de donde salían dos cadenas (una por cada lado) que se enganchaban a las varas del carro.

Cubierta, sudadera:
Manta de lana de oveja, a cuadros y tejida en un batán, que se colocaba sobre el lomo de las caballerías para evitar el roce de los arreos, el frío, o para recoger el sudor.

Albarda o albardón:
Parte principal del aparejo de la caballería. Sobre el lomo y así la carga se apoya sobre ella y no le moleste. De sujeta con la cincha al cuerpo del animal. Consta de dos arzones almohadillados. Por la parte trasera va unida a la retranca para que no se deslice hacia delante. Adelante

Parihuelas:
Apero de madera con forma para que se adapte a la albarda, se abre con unas bisagras en la parte inferior y si poder cargar el segao, después se sujeta por su parte superior con unas cuerdas.

Tirantes. Balancín.
El balancín es trozo de madera con enganches de hierro en los extremos para unirlos a los tirantes del tiro; y en su parte central, por el lado contrario, se une al apero que se arrastra.
Los tirantes son dos cuerdas que unen la collera del animal con el balancín.
Serón, Banastra, cesta, cesto de baniellas para burrro
Cesta de diferentes formas para cargar diversos materiales, Se coloca sobre la
albarda

Sillín, silletín :
Arreo que se colocaba sobre el lomo de la caballería donde se acoplaban otros atalajes.

asturias.grao.net

7 comentarios:

  1. A MI BORRICO APAREJO

    A mi borrico aparejo,
    poniéndole los lomillos
    la enjalma en los solomillos
    y cualquier otro trebejo.

    El ataharre y la cincha
    encajado su ramal,
    y no siendo un carcamal
    alegremente relincha.

    Nos partimos volanderos
    a por la pasera de higos,
    como dos buenos amigos
    amantes de los luceros.

    La pasera en un majano
    destila azúcar y miel
    sobre el majano doncel,
    que nos coge muy cercano.

    Al borriquillo lo trabo
    durante pocos minutos
    que transcurren resolutos
    hasta que en breve destrabo.

    Con higos lleno el serón
    y regreso con la carga,
    y a los higos los aguarda
    lleno de harina un cajón.

    Desaparejo al borrico
    y alegremente rebuzna,
    y se agita y se espeluzna
    con el agua en el hocico.

    Y en la cuadra ya descansa
    con la paja y la cebada,
    lleva vida regalada
    y ya dormido se amansa.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  2. ANTIGUOS DICHOS DE LOS CORUCHOS

    Siendo yo niño decían
    en Cenicientos los viejos:
    "No miraos en espejos
    de azogues que oscurecían".
    Lerdos aquí deslucían
    La Buvera y sus roquedos,
    enredados en enredos
    sin saber cinchar la cincha,
    eran burro que relincha
    y la cinchaban a pedos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  3. LA HUEBRA
    A mi padre

    La fuerte mano vertedera empuña,
    oliendo a tierra la ardorosa viña,
    y el surco abierto todo lo destiña,
    tras de la mula y su negra pezuña.

    La reja breve introducida en cuña
    sortea cepas, las urge y apiña,
    silencio adensa la muda campiña,
    en tanto el arador su impronta acuña.

    Por una sabia guía la mancera,
    apura al tronco de higueras y olivos,
    aparta cantos y a su paso allana

    dificultades y hace llevadera
    el cumplimiento de los objetivos
    que abriendo surcos busca la besana.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  4. VUELA EL TAMO DE LA PARVA

    Vuela el tamo de la parva;
    la tarde cayendo está
    y el sol se aleja y se va
    barbeándose la barba.
    La mula impaciente escarba,
    y desprovista de arreos
    comienza a dar cabeceos,
    y a la cuadra se encamina
    al pesebre que culmina
    el ansia de sus deseos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  5. LOS GALOPINES CORUCHOS

    Trillas eran los patines
    de numerosa caterva,
    con aquel calor que enerva
    a coruchos galopines.
    Parvas eran los confines
    del mundo que conocían,
    y en cada giro sabían
    que desmenuzado el grano
    y concluido el verano
    el pan en casa tendrían.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  6. EL GAZPACHO DE LOS POBRES
    A mis Padres

    En las ardorosas tardes de siega
    y en las no menos de agobio de trilla,
    surcaba el cielo la franja amarilla
    y el cansancio se batía en repliega.

    La manta extendida el mantel despliega,
    y el suelo era nuestro asiento de silla,
    y en la tarreña está la maravilla
    cuya visión nos inunda y anega.

    La pueblerina cuchara en madera,
    en la tarreña el humilde gazpacho,
    la paz sublimando la parva en la era,

    y uncidos triscan la mula y el macho
    y un lienzo que enmarcó y fue la frontera
    de infancia pobre y feliz de un muchacho.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  7. IBAN MULAS MULERAS

    Iban mulas muleras
    de poderosas ancas,
    cargadas de maderas
    hasta las mismas ancas.

    El barro les llegaba
    hasta los corvejones,
    cuando la uva llenaba
    esparto de serones.

    Cargaban sobre el lomo,
    jinete y vertedera,
    y en la viña del pomo
    romano de mancera.

    En época de saca
    los haces de los trigos,
    y montones de alpaca
    y las paseras de higos.

    Después tirar de trilla
    aparvando la parva,
    del trillador la silla
    y a mieses las aparva.

    Acarrear el grano
    y cargar con la paja,
    cuando el sol del verano
    con el sudor la alhaja.

    Su estiércol aprovecho
    para abonar los campos
    que ilumina el barbecho
    a la luz de los lampos.

    Mulas riadas de mulas
    a hogar dieron sustentos
    de frente o a reculas
    de agros de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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